Amor Eterno

Scout no podía creerse que hubiera llegado el gran día. Pero ahí estaba: frente a las puertas de la Iglesia en cuyo interior se casaría con el amor de su vida.

Su alma había ansiado ese momento durante cuatro años y cuando por fin ella había dicho que sí, su corazón casi se salió del pecho. Estaba entusiasmado: pronto él y Miss Pauling serían marido y mujer.

En la Iglesia estaban casi todos sus compañeros, siendo Soldier el cura por algún extraño motivo que posiblemente involucrara a Merasmus, su familia y hasta el Scout del otro equipo, que se revolvía en su asiento de los celos. Su madre se mostraba radiante, pero en su mirada había algo de tristeza: por fin el pequeño dela casa había encontrado al amor de su vida, pero eso significaba que también había abandonado el nido definitivamente.

La música nupcial comenzó a sonar: Miss Pauling acababa de entrar por las puertas de la Iglesia. Estaba preciosa con su largo vestido blanco, aunque el velo de novia le tapaba la cara completamente.

Con paso elegante, su prometida se acercó hacia el altar, donde él le esperaba. Le saludó con la cabeza, sin decir nada. Scout estaba seguro de que su actitud silenciosa se debía a los nervios,

-Americanos y americanas, estamos aquí reunidos para unir en americano matrimonio a Scout y Miss Pauling- comenzó a decir Soldier.-¿Quién se habría imaginado que llegaría este momento? ¡Nadie! -exclamó el americano.- ¿Seguro que no está hechizada o algo?

-Céntrate- le gruñó Scout, un poco enfadado por haber puesto en duda el buen juicio de su prometida al haber elegido a alguien tan molón como él.

-Tranquilo:sólo era una broma para relajar el ambiente- rió Soldier.- En fin, dejémonos de pamplinas y cursiladas y vayamos al grano, que el otro equipo está esperando fuera para que le pateemos.

-¡Eh! ¡Esta vez seremos nosotros los que os pateemos!- exclamó el Scout del otro equipo.-Mi equipo es el mejor y yo soy el mejor de mi equi...

Soldier sacó su lanzacohetes de debajo del altar y disparó al otro Scout, haciéndolo volar en pedacitos. A nadie pareció importarle lo más mínimo.

-En fin, ¿alguien tiene algo más que decir?- cuestionó Soldier apuntando a los invitados con su lanzacohetes.- ¿No? Pues sigamos. Scout: ¿aceptas a Miss Pauling como tu legítima esposa para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte os separe?

Scout estuvo a punto de lanzarse a decir "sí" sin pensarlo, pero se cortó en el último momento para decir algo mucho más profundo:

-Te prometo mi amor eterno.

Los asistentes dejaron escapar un "awww".

-¿Y tú? - preguntó Soldier a Miss Pauling.-¿Aceptas a Scout como tu legítimo esposo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, con inusuales o con una chistera chunga hasta que un fallo en el Respawn os separe?

Miss Pauling asintió, de nuevo sin hablar. La pobre debía estar demasiado emocionada, o eso era lo que Scout creía.

-Pues en ese caso, por el poder que los gloriosos Estados Unidos de América y la magia de Merasmus me han otorgado, yo os declaro marido y mujer: puedes besar a la novia-anunció Soldier.

Scout se acercó a quitarle el velo de la cara a Miss Pauling para darle el baso que sellaría su amor eterno. Cerró los ojos y la besó con pasión, entregándose a ella. Encontró el gusto de sus labios algo extraño, pero no le importó: por fin la estaba besando. Finalmente abrió los ojos, pero el rostro que le recibió no era el de Miss Pauling.

Era el de Sniper.

-¡AHHHHHH!- gritó el bostoniano incorporándose en la cama de sopetón. Aquel sueño había tenido un final espantoso. ¡Y encima le había dejado un horrible sabor de boca! Sin pensarlo, y dando arcadas, salió corriendo hacia el cuarto de baño.

Dos horas más tarde el resto del equipo se encontraban desayunando. Todos echaban al bostoniano en falta, aunque no porque le echaran de menos si no más bien que por lo tranquilo que estaba todo sin él.

-¿Alguien sabe que le pasa a Scout?- quiso saber Engineer, mientras servía las tortitas.

-Lleva desde que me levanté en el cuarto de baño encerrado, y por los sonidos que se escuchaban del otro lado de la puerta, diría que estaba lavándose los dientes y haciendo gárgaras con lo que me imagino que sería enjuague bucal- explicó Sniper tras darle un sorbo a su café. A continuación, añadió:- no estoy seguro de lo que en verdad estaba haciendo porque, cuando le pregunté qué le pasaba, me mandó a la mierda sin motivo aparente.

-Heavy recordar oír grito de Scout antes de levantarse- informó el ruso tras hacer memoria.

-Habrá tenido una pesadilla. Eso le pasa por cenar demasiado anoche- supuso Medic.

-A saber con qué habrá soñado...- comentó Spy, aunque se hacía una ligera idea.

-¿Y qué tiene que ver eso con lavarse los dientes durante dos horas?- cuestionó Demoman.

-¿Halitosis quizás?- sugirió el alemán.

Cuando el bostoniano por fin salió del cuarto de baño se sentó a la mesa sin mediar palabra con el resto del equipo, y evitando todo contacto visual con Sniper. Sus compañeros le preguntaron que le había pasado, pero él no respondió. El sueño que había tenido aquella noche sería uno de los secretos que se llevaría con él a la tumba. Aunque en el fondo sabía que podría haber sido peor: quién se ocultaba bajo el velo podría haber sido Spy.


Infeliz San Valentín. Nunca me ha gustado esta fiesta pese a tener pareja, pero oye, es una época ideal para crear este tipo de historias. Jeje.

Antes de que preguntéis: no, no soy fan del scoutpauling. Creo que es bastante obvio, incluso sin el famoso tweet del escritor de los cómics, que Miss Pauling tiene 0 interés romántico en Scout (aunque Scout sí esté colado por ella).

Y nope: la historia no está muerta y creo que nunca morirá del todo. Mientras una idea surja en mi cabeza seguiré actualizando Convivencia, aunque pasen eones entre actualización y actualización. Lo mismo puede decirse de "Un futuro de esperanzas y sueños", que aunque actualmente actualice con cierta frecuencia, no hay que descartar que el ritmo decaiga.