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¡Ayúdame!
por
JD Wordenwood
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Capítulo 11: Te amo
La luz entraba tenuemente por debajo de las cortinas cerradas, y al medio un poco abiertas lo que dejaba un pequeño resplandor, la castaña se había levantado hace unos diez minutos y se había puesto lo que había encontrado tirado por el suelo, curiosamente en el piso de su lado de la cama estaba toda la ropa de Harry regada por el suelo, recordó con una sonrisa cuando se la había sacado a la luz de la chimenea, después la agarró una camisa rápidamente y se la puso abrochándose algunos botones de abajo y vio que la corbata que del chico estaba todavía en la camisa pero desamarrada.
Se abrazó al cuerpo del ojiverde que estaba desnudo pero tapado un poco por una sábana de seda.
-Mmm Hermione?
- Harry – susurró la castaña aferrándose más a él y apretando más su cabeza con su pecho
Ella estaba preciosa, algunos rayos del sol le caían en su cabellera castaña y estaba tenía puesta su camisa, él se levantó pero seguía sentado en la cama, la castaña lo siguió e hizo lo mismo, se quedaron arrodillados los dos encima de la cama.
- Eres preciosa y te amo – susurró el ojiverde y la besó en el cuello
- Gracias Harry – le sonrió, el ojiverde avanzaba cada vez más subía hasta el lóbulo de su oreja y bajaba hasta su cuello, pasando por la boca y después quiso abrir los botones de su camisa que la llevaba Hermione – ¡Harry! – susurró la castaña
- Mmmm? – el ojiverde seguía besándola
- Son las tres de la tarde, a las ocho tienes una junta de emergencia en el ministerio
- Está bien – se decepcionó él quería recuperar "el tiempo perdido" – pero – la miró de nuevo- está bien ahora vamos a bañarnos
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No se demoraron mucho en bañarse, debido a que usaron las duchas separadas para la decepción de Harry, bajaron a almorzar dado que el desayuno ya había pasado hace muchas horas.
Estaban almorzando en la terraza de la casa, ese lunes era un cálido y otoñal día, se divisaba claramente que los árboles del bosque del frente perdían sus verdes hojas.
- Harry Potter señor ¿desea más zumo? – Dobby trabajaba para Harry desde que se mudó a su nueva casa, pero como lo decían explícitamente las cláusulas de la PEDDO, tenía que tener vacaciones y este las había tomado en parte del verano.
- No gracias Dobby – al decir esto el elfo se retiró dejando solo a Harry y Hermione
- Que vamos a hacer hoy día antes de la reunión?
- Que te parece si vamos a pasear al Callejón Diagon?
- Me parece buena idea, tengo que comprar pergamino que ya se me termino y tinta y ahora tengo que – el ojiverde la besó en los labios cariñosamente.
- Te amo Hermione
- Te amo Harry – la castaña después de pronunciar esas dos palabras llenas de amor y sinceridad lo besó de nuevo..
- Que tierno – la sarcástica japonesa estaba parada al frente de la pareja con todas sus maletas y un conjunto sport blanco – Pero, mi glamour ya no invadirá las paredes de esta casa, debido a que ¡¡me voy a Milán! – Chilló
-¿Qué? – espetó el ojiverde
- Siiiiiiii! – Comenzó a saltar una alegre castaña – voy al baño y vamos ¿ya Harry? – en la mitad de las escaleras se volteó – Cho, sinceramente espero no verte nunca más
- Espero no darte el gusto – besó a Harry en la mejilla y salió con destino al taxi que estaba en la puerta
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Una alegre castaña y el ojiverde se encontraban parados viendo el apartado de la tienda de escobas, donde el ojiverde le pidió a la castaña que lo acompañara a ver la ultima escoba y por su puesto comprársela.
- ¿Entramos? – Harry le abrió la puerta dejándola pasar a ese mundo deportivo
- Bueno, wow ¡cuantas escobas! – la tienda a la que nunca había entrado estaba llena de estantes verticales donde estaban colocadas las escobas por marca, año y costo, la tienda estaba enchapada en madera y en varias vitrinas habían snitch autografiadas entre otras cosas del mundo del quidditch.
- Mira Hermione – se encaminaron hacia una de las vitrinas donde habían cosas autografiadas por los famosos jugadores. Una escoba tenía inscrito con una navaja " Para Quidditch Store CD, Viktor Krum, Mundiales de Quidditch Inglaterra"
- Viktor – susurró la castaña, el ojiverde la atrajo hacia sí formando un cariñoso abrazo.
- El quiere que seas feliz Hermione, aunque no te pudo hacer feliz, seguro es lo que quiere
La castaña se limitó a sonreir y siguió caminando media-abrazada del ojiverde, compraron la escoba y unos equipos de protección muscular que Hermione obligó a Harry a comprar.
- Pero si el otro equipo funcionaba – se quejaba el ojiverde
- Exacto, el otro equipo, para la otra escoba que era más lenta que esta – se sentó en la terraza café de Madame Curricú. (xD)
- Bienvenidos – exclamó la excéntrica viejecita con miles de joyas de fantasía - ¿Qué les puedo ofrecer a estos jóvenes tórtolos?
- Yo quisiera un chocolate caliente – pidió la castaña poniéndose un abrigo al percibir el helado viento - ¿Y tu Harry? – dijo tomando su mano
- También por favor – comenzó a acariciar la mano de su novia
- Algo te preocupa ¿Harry? – la castaña dio un sorbo a su chocolate caliente
- Vámonos – dijo el ojiverde sacando unos knuts de su billetera – las gitanas, vienen para acá
- ¿Qué? ¿Qué pasa con las gitanas?
- Ellas lo predijeron Hermione ¿no recuerdas? En Hogsmeade, hace unos años, nos dijeron que no íbamos a estar juntos y se cumplió
- Pero ahora no hay nada que nos pueda separar Harry ¡por favor! – se levantó y lo siguió – yo te amo, tu me amas, ya hemos sufrido demasiado ¡demasiado!
- No no lo sé – la voz de Harry parecía alejada
- Que extraño que estás – susurró la castaña mientras caminaba a su costado
- Castaña bonita – dijeron las tres gitanas con su dejo cubano-británico – ven aquí para leerte lo que te depara el destino una vez más
La castaña se dio cuenta de que las gitanas la reconocieron y ahora los estaban persiguiendo y de pronto lo sintió, una le tomó la mano
- Cuídate bonita, y cuídalo que él te ama pero hay otra persona que tendrá otros planes y confía en él…¡confía en él!
La castaña apresuradamente quitó su mano de la de la gitana y comenzó a correr y el ojiverde la seguía, hasta la salida del Callejón Diagon.
- No les creo – suspiró la castaña - no puede ser cierto, ya nos separamos ¡odio a las gitanas!
- No te preocupes – dijo el ojiverde conduciendo hacia el departamento de Ron y Luna – Te dejaré aquí, espérenme para cenar ¿vale?
- Vale, pero trata de terminar la conferencia temprano, y tienes razón esas gitanas no me dan buena espina creo, creo que algo va a suceder Harry
El chico paró el carro en un estacionamiento cerca al departamento de Ron y Luna y la miró:
- Pase lo que pase Hermione, quiero que sepas que yo te amo y eres lo más importante para mí, y sinceramente no se que nos pueda pasar – la tomó tiernamente por el mentón y la beso apasionadamente ella le correspondió de la misma manera
- Nos vemos después – susurró y salió del auto
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Eran las noticias que el ojiverde no quiso escuchar y menos en ese momento tan solucionado de su vida, las tribus mortífagas estaban atacando al norte de Inglaterra y ya estaban comenzando algunos ataques en el sur.
- ¡Esto no puede estar pasando! ¡Yo mismo lo derrote y me encargué de aprisionar a todos sus seguidores!
- Potter – el que tomaba la palabra ahora era Draco – no importa que todos ellos estén aprisionados, la historia y el ideal del Señor Oscuro siempre están ahí, así que pueden ser personas que alguna vez oyeron su nombre o son familiares lejanos de los mortífagos, hasta puede ser cualquiera
- En fín, pongan la alerta mágica en amarilla, pero si hay un ataque cerca de aquí es mi orden directa cambiarla a roja y mandar los folletos de prevención y recordatorios a todas las familias mágicas de Inglaterra, no vamos a permitir un nuevo Señor Oscuro, así que mandaremos tropas de aurores al norte.
- Está bien señor – apuntaba un señor rechoncho en un cuadernillo – Recuerden encantar sus casas por las noches para que no pase nada imprevisto – les recordó
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Harry se ofreció a llevar a Draco para que cenen todos juntos en la casa de Ron y Luna, y acordaron no decir nada al respecto hasta que cada uno esté en sus casas,
La castaña les abrió la puerta, el departamento de R/L olía a pan recién tostado y en la mesa redonda de la cocina habían tostadas con diferentes cosas para untar.
- Hola mi amor – la castaña lo saludó con un cariñoso beso y los dejó pasar, donde se encontraron con Luna, con un vientre descomunalmente grande y a un Ron muy sonriente.
- Hola – el ojiverde los saludo a todos, en su expresión se notaba el nerviosismo.
- ¿Qué tal les fue en la conferencia Draco? – preguntó la pelirroja
- Bien, ¿Qué tal Luna, como va el embarazo?
- Creo que en cualquier momento saldrán 4 pelirrojos de aquí – sonrió Luna mientras se sentaba en la mesa redonda al frente de Harry y Hermione y untaba una tostada
Comieron amenamente, los chicos pudieron dejar de lado sus preocupaciones del trabajo y pasar un buen momento con sus amigos, conversando, recordando viejos tiempos, aclarando la relación que Harry y Hermione habían formado de verdad hasta que pasó
- ¡Ronald! ¡Agarra el bolso, se me ha roto la bolsa!
- ¿Qué? ¿En – en serio? – el desconcertado pelirrojo se paró y fue donde su esposa
- ¡Que si Ron! ¡Tráele la bolsa! ¡Harry anda prendiendo el carro! ¡Ginny y Draco avisen a San Mungo
Todos los presentes comenzaron a obedecer las ordenes de la castaña y lograron llevar a Luna a San Mungo a tiempo para que diera a luz a 4 lindos y pelirrojos bebés.
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Así paso la noche, tuvieron que cumplir todos los requisitos alocados que Luna les decía, ya que si no sus bebés podrían tener trastornos, desfiguraciones o enfermedades, así que para mantener a Luna calmada.
Llegaron pasadas las 12.00 de la noche y Harry le pidió a Dobby que sellara la casa mágicamente, y subieron directamente hacia su cuarto y se cambiaron.
- ¿Porqué le pediste eso a Dobby? – la castaña levantó una ceja – Vamos Harry, no me puedes mentir
- Hermione – el ojiverde la hizo sentar en la cama y le tomo las manos – En el norte, hay – hay tribus mortífagas y están comenzando a atacar… de-denuevo – la miró
La única reacción de la castaña fue abrazarlo con todas sus fuerzas y apoyar su rostro en el hombro de su novio por unos minutos.
- ¿El está de vuelta? – había recordado lo mucho que habían sufrido en el medio de su 7mo año
- No, pero si algunos
seguidores o personas que se han enterado de su historia y de su
idea, ellos podrían causar el caos
- Pero contigo a cargo
¿se podrán resumir?
- No- no lo sé, he mandado un ejército de aurores al norte y me temo que en unos días tendré que ir a supervisar y formar un cuartel general.
- Yo te apoyaré en todo – su expresión era decepcionada, la castaña creyó que por fin podría vivir en paz con Harry, pero siempre había algo que les dificultaba, el ojiverde se sentía exactamente igual que ella pero la quería proteger ahora más que nunca.
- Siempre me has apoyado en todo, te amo Hermione – le dio un suave beso en los labios y se acostaron
- Te amo – susurró la castaña
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Hola! Perdónenme por la tardanza y por este capítulo tan "necesario para la trama", pero es que he estado ocupado, y sobre el capítulo la aparición de las tribus mortífagas son necesarias para que la castaña "ate cabos" en un próximo capítulo.
Bueno, espero que dejen reviews, lean mi otro fic que cada vez se pone más interesante y imagínense que "desgracia" puede llegar a ocurrir…
Muchas gracias a todos los que me dejaron review.
P.D: A ver quien me adivina hacia donde va la
predicción de las gitanas!
Este capítulo no
me gustó mucho ¿a ustedes?
READ & REVIEW
¡GRACIAS!
