Recomendación: Leer el capítulo de manera pausada y lenta, además de identificar las palabras debido al crítico estado de ebriedad de algún personaje del fic.
Recuerda que a un escritor le encanta que comenten su trabajo, y yo soy uno de ellos.
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¡Ayúdame!
por JD Wordenwood
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Capítulo 19: Pasada de Copas
La castaña disfrutó mucho, poder meditar y salir con sus padres como en los viejos tiempos, algunas veces se encontró con Harry en la "Manor House", se saludaron y punto, él no la presionaba, pero siempre tenía detalles con ella, de enviarle flores, preguntarle como se encontraba, que tal la estaba pasando, entre otras cosas.
Curiosamente, cada día, ella observaba que el chico obtenía un brillo, algo melancólico al mirar, un brillo nostálgico, que pudo leer en la mirada verde del chico en otras ocasiones específicas. ¿Por qué la estaría mirando así, como si ella estuviera muriendo poco a poco, como si no lo viera nunca más?
Fue ahí donde recordó sus palabras, él se quedaría en Suiza, si ella así lo quería. La castaña cada día que pasaba y se acercaba al final de las vacaciones y por ende a su cumpleaños, sentía tensión, estrés y una abundante preocupación.
El 19 de Septiembre, día del cumpleaños de la chica, era el día en que se realizaría el banquete de despedida, para proceder con la partida de las diferentes organizaciones el día siguiente. Se había invitado a todos los miembros de la organización, llamada por los muggles: "Protección de Auroras" y a la organización de Dentistas y Cho había conseguido una invitación doble, para ella y Matthew.
Por otro lado, el ojiverde estaba estresado, frustrado y poco expresivo, quería terminar con eso ya. Quería saber ya si Hermione le correspondería o no, deseaba saber, su futuro, ya.
Se preguntó por qué las tontas gitanas nunca estaban cuando se las necesitaban, por qué acertaban siempre en hacer lo que predecían se cumplían.
Definitivamente tenía que tenerles más respeto.
Bajó la vista de el libro que estaba leyendo en la sala de su cabaña con la hermosísima vista, sin duda ese libro era uno de los que Hermione había dejado en su casa, era una novela muy buena que presentaba tensión amorosa algo que él no recordó sentir hacia Hermione hasta que se dio cuenta que era la chica con la que quería estar, y no por un tiempo si no para siempre.
Sintió que alguien tocaba la ventana que estaba al costado de la puerta principal, vio que era una lechuza de la Confederación de Aurores:
"Estimado Señor Potter,
Por medio de la presente, le recordamos que el día de hoy, 19 de Septiembre usted tiene una cita con los directivos del Escuadrón de Aurores Mundial para hacer válido su contrato por los siguientes 5 años, con residencia en Suiza y todo absolutamente pagado.
Por favor no llegue tarde, la cena y la posterior firma de documentos se realizarán hoy en la Mesa Directiva de la sede Mágica Mundial en Suiza, llegarán a recogerlo.
Atentamente,
Georgiana Drassingour
Organizadora de Conferencias"
¡Maldita sea! Se perdería poder ir a la cena del Fin de la estadía en Suiza, se perdería ir a desearle a Hermione un feliz cumpleaños y darle su obsequio. Tendría que decidir en unas cuantas horas, lo que no había podido decidir en semanas.
Después de almorzar en un restaurante con amigos que había conocido ahí, y que ellos se habían dado la gran vida y la habían pasado espectacular haciendo infinidad de cosas, el ojiverde decidió firmar el contrato, y después irse a despedir de Hermione para siempre y darle su regarlo, el anillo que ahora a ella le pertenecería.
Al contrario de sus amigos, el chico no podía decir que había pasado los mejores días de su vida en Suiza, sus compañeros más cercanos siempre lo trataron de animar a salir en las noches, además de salir a conocer la ciudad, pero el ojiverde siempre se negaba, estaba muy resignado a que Hermione no le creería y por ende viviría solo para el resto de sus días.
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La castaña se encontraba en la parte final del día y de todas sus vacaciones, además de ser el día de su cumpleaños, ese día tomó un tour con sus padres para visitar los paisajes más hermosos de toda Suiza, tomaron desayuno en un paisaje de unos pinos bellísimos, después se fueron hacia unos montes con un lago el cual era coronado por una cascada, fueron a almorzar a otro lugar y finalmente los dejaron en el mejor Shopping de Suiza, donde los Granger compraron varias cosas para regalar a sus amigos cercanos y donde Jane Granger se enamoró de vestidos para embarazadas y ropa para el bebé que no dudó en comprar aunque su hija se rehusara aunque admitiendo los que más le gustaba.
Hermione, había perdido de nuevo la tranquilidad que adoptó en sus vacaciones, estaba en un momento decisivo, ese era el día donde le daría una nueva oportunidad a Harry, si es que lo deseaba o si es que la verdad salía a flote o si no él se quedaría en Suiza y ella sería una madre soltera, y solo por su culpa.
No podría vivir tranquila sabiendo que el padre de su hijo no sabría que tendrían un hijo, y que su hijo preguntara por su padre y no obtuviera respuesta, simplemente por el miedo que tenía al decirle que estaba embarazada.
- Hermione, querida¿Sabes si Harry se regresará en el mismo avión que nosotros?
- Creo que es uno particular mamá
- Hum, es que quería invitarlo a comer mañana, y hablar sobre lo que ya le dijiste – la expresión de la castaña palideció - ¿Por qué se lo dijiste verdad? – inquirió su padre
- Eso estaba pensando hacer justo hoy en la recepción de gala
- Espero Hermione, por que, como tu sabes, no me gusta meterme en tus asuntos; siempre has sido la persona más independiente de toda nuestra familia y no quiero decirle a Harr… - dijo el papá tranquilamente
- No te preocupes papá – dijo ella dulcemente – lo haré hoy, sin falta.
La joven en la dulce espera, no podía responder a las inquisitivas preguntas de sus padres más, ahora que con dulzura, debido que ya había sido tajante y callada y ahora, como había leído en una de las revistas del consultorio médico, el bebé necesitaba oír la voz más dulce de su madre para estimular su generosidad y simpatía, la revista obviamente era: El Quisquilloso.
Recordó el problema económico por el que sus mejores amigos estaban pasando, Ron y Luna estaban pasando por un complicado problema que envolvía a la familia Weasley en general por ciertos percances financieros. Habían perdido el hermoso departamento, teniendo que vivir, Ron, Luna y los cuatro gemelos, en la habitación de Ron en la Madriguera.
Haría cualquier cosa por ayudarlos, pero al regresar de Suiza se encargaría de hablar con ellos y ver como les iba, algo que no suponía que estaría bien ya que al irse el humor de Ron no era precisamente agradable. Ron se caracterizaba por querer mucho a su familia y desear lo mejor para ella, pero le gustaba, como todo un Weasley, dormir y comer, algo que no podía hacer muy bien en esta situación.
Mientras tanto Luna, se encargaba junto con la señora Weasley, de los cuatrillizos e iba a trabajar a la revista de su padre, que fácilmente le pudo haber sacado de los apuros económicos, pero Ron insistió que en unos meses todo se solucionaría al terminar el juicio, y que dejara lo demás para la herencia.
Ellos necesitaban una pronta ayuda de sus amigos.
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A la hora mencionada por la fina carta, la puerta de la cabaña sonó con graves golpes a la fina madera.
El ojiverde vestido con traje de trabajo subió al coche que habían dado para su traslado hacia la sede que quedaba debajo de la catedral de Ginebra. Decidió enviarle el regalo a Hermione por lechuza y así no hacer más dolorosa la despedida.
Firmaría sin dudar ni pensar el contrato, por que, un segundo más o uno menos determinaría su vida por los próximos cinco años.
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- ¡Matthew! – exclamó la japonesa con un tono soberbio y altanero – Dime bombón de licor, que tal me queda este vestidito súper ajustado y caro?
La japonesa tenía un moño grotesco y enorme en su cabeza y un vestido "rojo pasión" demasiado ajustado para esos rollitos que tenía de más por haber comido algún que otro chocolate, antes y después de sus aventurillas con ese nuevo personal trainer que la dejaba muy satisfecha.
- Mmmm, si fuera tú, me pondría algo menos ajustado Cho – dijo tímidamente el chico arreglándose la corbata y metiéndose una tarjeta falsa que decía su nombre y el nombre de la "Empresa de Máquinas de Gimnasio", y por su puesto una nota dirigida para una chica en particular.
- ¡Como te atreves chiquillo del demonio! – gritó la japonesa furiosa, terminando en un chillido – Este vestido me queda re pintado, además que es costosísimo y mientras más ajustado mejor, por supuesto, así hago notar más mi esbelto y sensual cuerpo.
El rubio la miró pensativamente
- No te atrevas a burlarte o replicarme, por que si no esta será la ultima vez que nos veamos para cosas que no sean negocios – le dijo tajantemente.
Ella ya estaba cansadita de tener que soportar al chico y sus inquietudes sobre su perfecto plan maléfico. Era cierto que involucraba una muerte, varios documentos falsificados y el extremo sufrimiento hacia una persona en especial, pero si lo pensaban bien, no era nada difícil ni mucho menos del otro mundo.
Eso era lo que pensaba ella, que cuando se dio cuenta que todo le salía mal en su vida, tenía que ser por una vez realmente feliz, quería ser feliz con la persona que había estado con su verdadero amor los últimos minutos de su vida y que por eso, el inconsciente de la Japonesa, tomaba al ojiverde como el heredero del amor de Cedric. Cada vez que recordaba a Cedric y su primera y última noche juntos, antes de la tercera prueba, se ponía a llorar.
Pero ya no.
Ella, Cho Chang, se vengaría del infortunio que le había dado el destino, centrando su ira en las personas a las que le dio todo: Padres, Dinero, Facilidades, Mejores Amigos y lo más importante el amor de su vida, esa persona era Hermione Granger.
Se lo arrebataría, como a ella le arrebataron a su Cedric, como a ella, por culpa de él, le arrebataron a la única persona que la comprendía y la quería tal como era. El único chico que había notado algo más que su negro, sedoso y lacio cabello, su delineada figura, que tenía altos y bajos pero cuando jugaba quidditch era estable y por último no la discriminó por que sus antepasados apoyaron el Reinado del Terror en el País del Sol Naciente, como todos los chicos con conocimientos y familia mágica descubrían.
Despejó esos pensamientos que siempre la atormentaban después de terminar de revolcarse con cualquiera, que la atormentaban en todo momento, dejándola cada día más cansada y demacrada.
- Vamos Matthew el chofer nos espera – dijo la japonesa pausadamente cubriéndose con un chal de un color rojo más suave que su impactante vestido.
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La castaña se estaba terminando de poner el hermoso vestido de color crema claro que Harry le había regalado en una ocasión y que le pareció oportuno traerlo a Suiza por si se presentaban cuestiones de gala, etiqueta y formalidad.
Su cabello enmarañado caía naturalmente sobre sus bellos hombros que eran cubiertos por una capa del mismo color que su vestido que la ayudaba a abrigarse del frío helado de Suiza.
Su madre y su padre ya habían partido a la cena de Gala para poder encontrar un sitio que no esté muy cerca de la familia Harrigan ni al escenario, ya que los padres de la chica les gustaba hablar y no tener una música bella pero ensordecedora al costado imposibilitándoles el gusto de hablar con la variada gente presente.
La castaña tenía un extraño presentimiento de que algo no saldría muy bien esa noche, pero con tal de acorralar a Harry en un lugar donde el chico no sufra lesiones por caer de la impresión de que sería padre ya podría dormir tranquila.
Salió al exterior de la cabaña y un chofer le abrió la puerta, se sentó en el auto y este arrancó con destino a la "Manor House".
Llegó a la casa principal que estaba bellamente decorada con luces que iluminaban el techo y la torre, las plantas también tenían luces y la fuente de agua estaba congelada por las bajas temperaturas, se podía observar el humo de las cuatro grandes chimeneas saliendo armoniosamente y dispersarse entre la nieve que había comenzado a caer.
Al entrar vió que todo estaba perfectamente decorado, había mesas redondas en el gran comedor y la gran mesa de Buffet se había sacado para poner ahí el estrado donde estaban los músicos que tocaban bellas partituras clásicas.
Se había abierto una puerta del comedor que siempre se mantuvo cerrada, y la castaña pudo notar que era el anexo al Salón de Baile que también presentaba otro estrado, pero estaba oculto tras unas grandes y pesadas cortinas rojas.
Su madre le hizo señas con una mano para que se sentara en su mesa con Mariza Trafur, una amiga que se había hecho en el tour de recorridos de la ciudad de Suiza, era también bruja y Hermione le había contado todo, absolutamente todo. Mariza odiaba a Cho, ya que su madre había sido el octavo matrimonio del padre de la japonesa, que no consideraba más que a su adorada princesita.
Mariza llevaba un atuendo azul pálido que tenía muchos vuelos y recovecos, la chica llevaba su oscuro cabello recogido en un moño que no estaba hecho a la perfección, pero que a la multifacética de su amiga no le importaba en lo absoluto.
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El ojiverde bajó por unas escaleras algo escondidas a unas catacumbas que asustarían a cualquiera que no derrotó al señor tenebroso, hasta que llegaron a una trampilla en el suelo, donde los acompañantes del chico la abrieron y se metieron en ella siendo transportados a un moderno hall de colores metálicos que tenía el escudo de Suiza con una varita atravesada.
Los señores llevaron a Harry por todo el recinto explicándole todas las funciones y por su puesto que más de la mitad de gente le pidió autógrafos, lo saludó y algunos simplemente le ignoraron por el conflicto de idiomas.
El ojiverde finalmente después del recorrido fue dirigido a la sala de juntas en donde lo esperaba la carpeta con el contrato y una serie de funcionarios con los que ya había conversado posteriormente en las derivadas juntas de Aurores.
- Buenas Tardes señor Potter – dijo uno con una amplia sonrisa
- Buenas Tardes – les dijo el chico algo fastidiado dándoles la mano a cada uno, el ojiverde pensaba que todavía era muy chico para todas esas reuniones y formalidades siempre, quería llevar la vida sin tantas responsabilidades. Él se había hecho auror para ayudar a la gente y prevenirlas actuando bajo la más dura verdad, no como le había pasado a él que tuvo que descubrir su propia vida en partes minúsculas.
Si tan solo Hermione estuviera con él, renunciaría al trabajo y se dedicaría a cualquier otra cosa, podrían mudarse más lejos de la ciudad, a un pequeño pueblo donde simplemente se trasladarían y podrían llegar sin retardo a la ciudad, pero al ella no estar con él, si no trabajaba moriría de pena en poco tiempo, pensó.
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Faltaban dos horas para la comida, el bar estaba abierto para todos con unas mesitas en la terraza que tenían una bella vista a los alpes que estaba iluminados por las estrellas, habían puesto grandes estufas para que la gente se sintiera cómoda tomando sus tragos.
La castaña y su nueva amiga se dirigieron a pedir unos vasos de agua con gas que servían en el bar cuando se encontraron con una japonesa vestida con un atuendo rojo pasión y que conversaba con cuanto hombre apuesto se le cruzaba.
- Después de tan lindo espectáculo tenían que llegar,"hip", ustedes – dijo la japonesa mientras se paraba del elegante banco como podía y hacía una seña para que los hombres, excepto Matthew, se vallan.
- Hola Matthew – dijo la castaña dulcemente – Veo que ya te hiciste amiga de tu compañera de cabaña
- Oh, "hip", Matthew y yo ya somos íntimos amigos, íntimos ,"hip" – decía la japonesa poniendo en peligro su perfecto plan.
- Mentira, es detestable – susurró el chico bajo la mirada oscura y iracunda de la japonesa que estaba detrás suyo- ¿Cómo has estado Hermione?
- Bien hasta ahora, felizmente – le dijo
Pasaron así una hora entre conversaciones que eran interrumpidas por la japonesa entre otras cosas, hasta que la japonesa le dijo al muchacho:
- Matthew, chico, no seas malo y pásame esa botella de whisky
- No creo que sea coherente tomar más señorita Chang – dijo él pero al ver la fulminante mirada de la japonesa se la dio.
Curiosamente, la mesa de donde estaba la dichosa botella de Whisky, estaban sentados unos magos de la "Confederación de Auroras", y ellos amenamente discutían que a los organizadores del evento no se les pudo ocurrir nombre más tonto, no podían creer que a la unidad más respetada y fuerte del mundo Mágico los disfrazaran como ricos retirados que se dedicaban al cuidado de las Auroras y demás flores.
Uno de ellos, al ver que el evento era de gala, le dio por hacer una travesurilla y vertió una botella de Whisky de fuego que llevaba para su uso personal en la botella de Whisky, el whisky de fuego, como no podía ser de otra manera, era el más fuerte que podía haber y por ende emborrachaba a la persona que si no se controlaba podría decir todo como lo haría si se tomara un Veritaserum.
El joven se acercó y tomó la botella de Whisky y se la brindó a la japonesa que hizo un gesto con la cara en forma de algo que se podía llamar agradecimiento.
- Buen provecho Cho – dijo la castaña mientras se tomaba el último trago de su copa con agua.
Para su sorpresa, la japonesa se tomó la botella de un solo trago, se ruborizó fuertemente y sus ojos se desorbitaron, tiró la botella al piso y gimió como una gata en celo, provocando que todo el público que estaba en los asientos del bar en la terraza de la Manor House mirara en aquella dirección.
- Bueno nosotros ya nos vamos – le susurró la castaña al oído de Matthew
- Hermione – le dijo el rubio nerviosamente – ¿te puedo hablar antes de que te vallas a tu cabaña?
- Claro – dijo la castaña que tomó del brazo a su amiga y dio unos pasos hacia la mesa de sus padres.
- Hip, adonde crees tu que vas Ratón de Biblioteca – gritó la japonesa enfierecida y roja como un tomate – Hip, seguro que a llorar por que tu Harrysito ya no está ¿verdad?
- ¡Cállate Cho! – gritó Mariza – Deja a la pobre Hermione en paz, que ya mucho daño le has hecho
- Jajajaja, no me lo puedo creer hermanita, hip, defiendes a la rata esa, hip – decía la japonesa mientras sostenía un martini en su mano y le dio un sorbo – Esa rata estúpida que con un par de lágrimas se cree todo
- ¡Ella no es tu hermana! – gritó la castaña - ¿De que me hablas Cho? – exclamó ahora una Hermione asustada, se temía que dijera cualquier pachotada en medio de todo el medio mágico y los Harrigan, si es que se asomaban por ahí.
- Eres una imbécil, hip, imbécil con todas sus letras Hermione Granger, hip, caíste en todos mis planes redonditos sin sospechar ni preguntar¡tonta, hip
La castaña se impresionó al oír estas palabras, la japonesa las decía con tanta maldad, pero ese brillo de la mentira, que por fin pudo notar en sus ojos, había desaparecido por completo, ahora sus ojos se llenaban de resentimiento y cruel verdad.
- ¿Cómo? – susurró la castaña sintiéndose nerviosa y apoyándose en una silla.
- Pues claro, hip, como un jugador de Quidditch que tenía tantas bellas mujeres iba a querer comprometerse con una que le habló siempre cuando estaba con él de otra persona, como iba a querer comprometerse contigo para siempre, y tenerte como una carga, además, hip, con lo agua fiesta que eres, hip. Si en este momento, hip, te lo estás preguntando – adujo la japonesa haciéndose aire con una carta de pedido del bar – Yo fui la que hizo que Viktor te pidiera matrimonio ¡estúpida!
La castaña creía que de tanta impresión le iba a comenzar un tic nervioso en el ojo, las palabras de la japonesa habían llegado a sus cerebro analizaba rápidamente haciendo que se palideciera de pronto.
- Sí, hip, yo fui la que le tuvo que pagar, hip, para que no le expropiaran todo lo que tenía, una fuerte suma de dinero para que, hip, te sacara de mi vida y la de Harrysito, hip, y él, hip, acepto. Tú creías que sus prolongadas estadías en los diferentes lugares donde jugaba Quidditch era solo porque era el más famoso y tenía tratos especiales, hip¡no! Hermione Granger – dijo ella en voz alta – Viktor Krum nunca te fue fiel JAMÁS. Y a pesar de todo lo que hice y gasté para separarte, el estúpido se viene a morir justo cuando volvería de Japón para impresionar a mi Harrysito.
- ¡Mentirosa! Viktor siempre fue bueno conmigo ¡No insultes su memoria¡Él fue el hermano que nunca tuve!
- Hip, quieres que te entreviste con todas las que sacó la vuelta – inquirió la japonesa tragándose otro martini y respirando agitadamente – Pues no es necesario, hip, ir a Bulgaria, hip, tienes a alguien aquí al frente YO, hip, se nota que contigo no pudo haber tenido ni lo mínimo que le pasó con, hip, migo
La castaña solo pudo hacer notar su agitada respiración, deseaba irse corriendo, pero quería saber más la verdad, necesitaba provocar un poco más a Cho y ya.
- Claro, con todas las cirugías que te has hecho! – inquirió la chica, no sabiendo que responder, lo que decía de Viktor no podía ser cierto, él no podía haberse dejado sobornar para casarse con ella gracias a la plata de la japonesa.
- Hip! Matthew tráeme un vaso de agua que no puedo hablar así – gritó la japonesa – Castaña asquerosa, eres una pobre ilusa te creíste todo – dijo la oriental con una risa malévola y tonta, posteriormente tomó de un trago su vaso de agua tirándolo provocando su rotura y esparcimiento – Quiero dejar una cosa bien en claro, Viktor se casó contigo porque yo le ofrecí pagar su deuda, eso me dejó el camino libre con Harry, cosa que no funcionó porque el estúpido solo pensaba en ti – gritó esta agarrándose las mechas con sus grandes uñas rojas – Después el infeliz búlgaro murió y tu volviste CON HARRY a Inglaterra a la par que yo volvía hecha de nuevo, hip, y me seguiste haciendo la vida imposible.
Los marrones ojos de la castaña presentaban decepción y tristeza, profunda tristeza, algunas salinas lágrimas ya se asomaban, pero todavía no caían, faltaba mucho por saber.
- Pero al final todo te funcionó ¿no? Ganaste Cho. Harry calló en tus redes ¿Por qué me sigues torturando así?
- Como te decía, después de que me volví a ir por el auge en mi carrera, volví y justo ese día aproveché y le heché un conjuro tranquilizador a Harry, que durmió durante quince minutos antes de que tu llegaras, le quité la camiseta que traía puesta y me hundí en su pecho después de desnudarme – dijo esta, respirando entre cortadamente, después tomo asiento y la miró fijamente – Llegaste tú, y no le creíste nada, perfecto para mi plan ¿no? Pero no me es tan fácil conquistar al estúpido de Potter, asi que para tenerte alejadita mi amante Matthew me estaba ayudando.
Hermione casi se cae al piso de la impresión al escuchar las últimas palabras. Harry dijo la verdad. Todo fue una emboscada. Matthew era malo. Cho decía todo tan naturalmente y con tanta sinceridad y maldad en su voz. La chica se cayó al suelo a punto de desmayarse, Mariza le hizo aire y le dijo a uno de los mozos que trajera ayuda urgente.
La japonesa de comenzó a reir histéricamente sobre lo que acaba de ocurrir, hasta que cayó en cuenta de que había dicho absolutamente toda la verdad y que ya no podría decir nada para impedir que la chica sepa sobre esto. ¿Pero como podía ser? Ella detectaba el veritaserum, si con la plata que se ganó en el concurso de TV mágica pagó a Viktor para que se casara con Hermione. No era el veritaserum, el whisky tampoco y mucho menos el martini no los vodkas ni tequilas, sintió un ardor recorrer su cuerpo, era el endemoniado Whisky de Fuego.
- ¡Matthew¡Muggle de Mierda! – dijo la japonesa en un ataque de ira e histeria rotundo – Me diste una sustancia demasiado poderosa y ahora mi perfecto plan está saboteado por tu inutilidad. Eres un estúpido.
El chico no le hacía caso a las malas palabras de la japonesa, trataba de ayudar a Hermione que le gritaba que se alejara, que era de la misma calaña que la oriental. La castaña lloraba de rabia e impotencia, esas es la peor tristeza que alguien puede sentir.
- Hermione, todavía tienes tiempo de encontrar a Harry – le susurró Mariza a la castaña – Está en el ministerio
- ¿Cómo lo sabes? – preguntó sollozando y agradeciendo que la gente que había en el bar había desaparecido al ver la locura de Cho.
- Ví unos carros de el ministerio Suizo, donde yo trabajo llevándolo, creo que hoy firmaba los papeles.
Una esperanza remota apareció en el mar de oscuridad que presenciaba la castaña pero fue perturbado por una ola.
- ¡No! No serás feliz, así como yo no lo soy sin mi Cedric ¡Púdranse todos ustedes! – dijo Cho Chang sacando de la parte superior de su vestido su varita que estaba tontamente decorada con diamantes falsos y brillitos cursis.
- ¡Cedric estaría decepcionado de todo lo que has hecho Cho! – gritó la castaña incorporándose y agarrando su varita de un bolsillo oculto de su traje mientras caminaba para atrás y tomar el primer transporte hacia la Plaza de Armas de Ginebra donde se encontraba la catedral, se limpió las lágrimas y agarró fuertemente su varita con la mano derecha
- Crucio – gritó la japonesa al frente de que estaban en el bar en la terraza de la "Manor House"
El rayo de luz fue esquivado ágilmente por la castaña y cayó en uno de los grandes jarrones de plata, haciendo que el hechizo rebote hacia la japonesa, esta se retorció de dolor, mientras en ese momento unos aurores aprovecharon para lanzarse sobre ella y quitarle su varita, Hermione y Mariza corrieron lo más que pudieron a una chimenea Flu cercana, o si no tendrían que tomar uno de los Taxis seguros que habían aparcados afuera del lugar.
La japonesa se levantó y forcejeó rudamente contra los aurores encubiertos que la trataban de noquear, se levantó como pudo y rompió su copa, quedando una filuda parte de cristal que podía hacer mucho daño si caía en las manos de una desquiciada, como, obviamente era ella.
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Pido disculpas a todos mis lectores, por la tardía actualización del fic, aquí están mis razones:
Tuve un exceso de trabajo, más exámenes y otros problemas que quitaron mi tiempo, de una manera terrible, además de sufrir una etapa de 0 inspiración, que felizmente he superado, así que no crean que me voy a demorar lo mismo para el próximo capítulo.
Bueno, lamentablemente, nuestra querida enemiga Cho Chana Chang, no se va a quedar tranquila ¬¬, y más con esa copa en mano, fue muy gracioso escribirla borracha, como seguramente siempre estaba en los momentos "ocultos" del fic. Gracias a este capítulo pueden saber mucho algo más de su vida, también de lo que le pasó a Hermione, y la presión del pobre Harry.
Nos vemos en más o menos una semana, si es que no hay exámenes ni mucho trabajo esta semana .
¿Hermione llegará a tiempo?
¿Harry firmará el contrato mágico e inrrompible?
¿Qué hará Cho con una copa filuda, donde antes hubo Whisky de Fuego?
MUCHISIMAS GRACIAS A:
FrancisHHr, "…", Vale-Chan, Tonos Granger, Brenda Potter (te prometo que pronto leo tus fics ), Azamy-Delacour, Eldanar, La Rubia, Maralej, Jim, SachielitaX, PaoGranger, Lady Ski, Juan Pablo, Carolina, Tereza de Potter, Hermione de Potter Granger, Jessica, Mery Ann Snape, Arissita, Laura, Criss, Rocío, Hermione Moon.
¡MUCHAS GRACIAS POR AYUDARME A LLEGAR A LOS 180 RR!
READ & REVIEW
¡GRACIAS!
