HARRY POTTER LE PERTENECE A JK ROWLING
Harry Potter, los personajes y todo lo de negrita le pertenecen a
J. K. ROWLING.
IMPORTANTE:
Hola chicos, estoy feliz de informarles que este capitulo lo hice desde mi laptop, ya tengo mi cargador, asi que no tendre que acoplarme a los horarios de mi hermana, por un momento creí que no podría sacar este capitulo porque la computadora se me acabo con el archivo abierto y cuando se abrió faltaba se había borrado la mitad lo que había hecho, después de que casi me pongo a llorar logre recuperarlo y acabarlo, asi que aquí esta.
Espero que les guste el capítulo, por favor voten y comenten que les parece. R ecuerden que a los que escriben como invitados les contesto en la misma sección de comentarios.
A la mañana siguiente todos se dirigieron al gran comedor, el director pensó que era mejor dejarlos desayunar antes de empezar a leer.
Te ves cansado_ dijo Remus a Sirius.
No dormí nada anoche_ dijo Sirius reprimiendo un bostezo_ Amelia y yo estuvimos hablando toda la noche después de hechizar un par de cosas, estaba demasiado enojado.
Yo igual_ dijo Remus_ me fui a las cocinas a tomar algo a ver si lograba dormir.
Me hubieras avisado_ dijo Sirius_ Amy te lo habría agradecido, estoy seguro que se durmió un par de veces mientras me escuchaba.
No lo hice_ aseguró Amelia, mientras Sirius la abrazaba por la cintura y ponía su cabeza en su hombro.
Al menos ustedes no tuvieron que soportar a Umbridge toda la noche_ dijo Tonks_ te importa_ le preguntó a Remus que la miró confundido hasta que Tonks, se acomodó en su brazo y cerró los ojos_ si me duermo me despiertas_ le pidió, Remus sonrió y la abrazó para que se acomodara mejor.
En el siguiente descanso tendremos nuestra charla, cachorro_ dijo Sirius cuando Harry acabó su desayuno_ no creas que lo he olvidado.
No esperaba que lo hicieras_ suspiró Harry.
Muy bien_ dijo el director_ quién quiere leer ahora_ preguntó.
Lo haré_ dijo Padma recibiendo el libro.
Percy y Canuto_ leyó.
Supongo que no será bueno_ dijo Alicia viendo la mueca que hacía Percy intuyendo lo que saldría.
Supones bien_ suspiró Percy.
No te vas a quejar de que tienes que compartir capítulo_ preguntó Harry.
Claro que no_ respondió Sirius_ pero canuto debería ir primero_ le informó, haciéndolo rodar los ojos.
Al día siguiente, Harry fue el primero que despertó en el dormitorio. Se quedó un momento tumbado y contempló el polvo que se arremolinaba en un rayo de sol que entraba por el espacio que había entre las cortinas de su cama adoselada, saboreando la idea de que era sábado. La primera semana del curso había sido interminable, como una gigantesca lección de Historia de la Magia.
Fue la pero primera semana de mi vida_ dijo Harry.
Pero después mejoró_ preguntó Collin.
En ciertos momentos_ dijo Harry pensativo.
Pero ahora será mejor_ dijo Ron, todos asintieron dándoles miradas de reojo a Umbridge que parecía bastante cansada, ni siquiera se había puesto ese horrible lazo que le gustaba lucir.
A juzgar por el silencio que había en la habitación y el inmaculado aspecto de aquel rayo de sol, acababa de amanecer. Harry abrió las cortinas de su cama, se levantó y empezó a vestirse. Lo único que se oía, aparte del lejano piar de los pájaros, era la lenta y profunda respiración de sus compañeros de Gryffindor. Abrió con cuidado su mochila, sacó una hoja de pergamino y una pluma, y bajó a la sala común. Allí fue derecho hacia su butaca favorita, vieja y mullida, junto al fuego ya apagado, se sentó cómodamente en ella y desenrolló la hoja de pergamino mientras miraba a su alrededor. Los trozos de pergamino arrugados, gobstones viejos, tarros vacíos y envoltorios de chucherías que solían cubrir la sala común al final del día, habían desaparecido, así como los gorros de elfo de Hermione. Mientras se preguntaba cuántos elfos habrían conseguido la libertad, tanto si la querían como si no,
Es una buena pregunta_ dijo Pansy_ no creí que los elfos fueran a coger los gorros.
La verdad es bastante raro_ asintió Draco.
Tal vez es como dijo Ron y no sabían que eran gorros_ dijo Millicent, varios asintieron ganándose malas miradas de Hermione.
Supongo que el libro lo dirá_ dijo Fred.
Harry destapó su tintero, mojó la pluma en él y la dejó suspendida un par de centímetros por encima de la suave y amarillenta superficie del pergamino, muy concentrado… Pero al cabo de un minuto más o menos, se encontró contemplando la chimenea vacía sin saber qué decir. Ya entendía lo difícil que debía de haber sido para Ron y Hermione escribirle cartas aquel verano.
Lo fue_ dijo Ron.
Me alegra que lo entiendas_ dijo Hermione sonriéndole.
Igual sigo enojado_ dijo Harry ocultando una sonrisa.
No esperábamos lo contrario_ dijo Ro rodando los ojos.
¿Cómo iba a contarle a Sirius lo que había pasado aquella semana y plantearle las preguntas que se moría por hacer sin proporcionar a unos hipotéticos ladrones de cartas gran cantidad de información que no quería que tuvieran?
Muy cierto_ asintió Astoria.
Encontramos la forma_ dijo Sirius.
Quiero saber_ preguntó Amelia.
No fue nada demasiado riesgoso_ aseguró Sirius.
Se quedó allí sentado un buen rato, observando la chimenea, y al final tomó una decisión. Mojó otra vez la pluma en el tintero y empezó a escribir resueltamente. Querido Hocicos: Espero que estés bien. Los primeros días aquí han sido terribles, y por eso me alegro de que haya llegado el fin de semana. Tenemos una profesora nueva de Defensa Contra las Artes Oscuras, la profesora Umbridge. Es tan encantadora como tu madre.
Confirmo_ dijeron todos.
No lo sé_ dijo Sirius pensativo_ ambas son malvadas, pero madre tenía una personalidad más imponen, Umbridge me parece débil, depende del ministro.
Eso es lo más lindo que te he escuchado decir de la tía_ dijo Andrómeda.
Te escribo porque eso que te conté en verano volvió a pasarme anoche mientras estaba cumpliendo un castigo con Umbridge.
Sirius me torturaron habría sido bueno_ dijo Sirius.
No habíamos acordado hablar después_ preguntó Harry, Sirius suspiró, pero asintió.
Todos echamos de menos a nuestro gran amigo, pero esperamos que vuelva pronto. Contéstame rápido, por favor. Un abrazo, Harry El chico releyó varias veces la carta intentando ponerse en el pellejo de una persona desconocida. Le pareció que, leyendo aquella carta, nadie podría saber de qué estaba hablando ni a quién se dirigía.
Me parece que está bien_ dijo Moody, pensativo_ pero hocicos podría ser sospechoso_ añadió.
Aunque no para los del ministerio_ dijo Kingsley_ no sabían que Sirius era un perro.
Esperaba que Sirius captara la indirecta sobre Hagrid y les dijera cuándo iba a volver. Harry no quería preguntárselo directamente por si eso atraía demasiado la atención sobre lo que estaba haciendo Hagrid mientras no se hallaba en Hogwarts. Teniendo en cuenta que era una carta muy breve, Harry había tardado mucho en escribirla, pues la luz del sol ya había invadido la habitación mientras la redactaba. En ese momento, Harry escuchaba ruidos en la distancia que indicaban que sus compañeros se habían puesto en movimiento en los dormitorios del piso de arriba. Selló el pergamino con sumo cuidado, salió por el agujero del retrato y se dirigió a la lechucería. —Yo no tomaría ese camino —lo previno Nick Casi Decapitado, que apareció después de atravesar una pared del pasillo por el que iba Harry, desconcertándolo momentáneamente—. Peeves ha preparado una graciosa broma para el primero que pase por delante del busto de Paracelso que hay un poco más allá. —¿Y en qué consiste la broma? ¿En que Paracelso se le caiga en la cabeza al que pase por delante? —Pues da la casualidad de que sí —contestó Nick Casi Decapitado con voz aburrida—.
Suena muy divertido_ dijo Augusta con sarcasmo.
Me pregunto a quién le habrá caído_ dijo Remus.
Probablemente a nadie_ dijo Tonks_ seguro que ya lo arreglan.
Creo que a nadie le cayó_ dijo Harry, intentando recordar.
La sutileza nunca ha sido el fuerte de Peeves. Voy a ver si encuentro al Barón Sanguinario… Quizá él pueda hacer algo para impedirlo… Hasta la vista, Harry… —Adiós —dijo él, y en lugar de torcer hacia la derecha, giró hacia la izquierda y tomó un camino más largo, pero más seguro para llegar a la lechucería.
Era lo mejor_ dijo George_ con tu suerte el Paracelso te caía.
Mi suerte no es tan mala‑ dijo Harry sonrojándose cuando sus amigos lo miraron incrédulos_ a veces ayuda_ añadió.
Es cierto_ concedieron Ron y Hermione.
Fue animándose a medida que pasaba junto a las ventanas, una tras otra, por las que se veía un reluciente cielo azul; más tarde tenía entrenamiento: ¡por fin iba a volver al campo de quidditch!
Ya era hora_ dijo Oliver_ estoy ansioso por escuchar del primer partido sin mí.
Estoy seguro que ganaron_ dijo Viktor, pero todos los miembros miraron hacia abajo, cosa que Oliver tomó como una mala señal.
Perdieron_ preguntó Oliver, todos señalaron el libro.
Entonces algo le rozó los tobillos. Miró hacia abajo y vio a la esquelética gata del conserje, la Señora Norris, que pasaba escabullándose por su lado. La gata clavó brevemente en él sus ojos amarillos como lámparas antes de desaparecer detrás de una estatua de Wilfred el Nostálgico. —No estoy haciendo nada malo —le gritó Harry. Resultaba evidente que la gata tenía intención de informar a su amo, pero él no entendía por qué: estaba en su perfecto derecho de ir a la lechucería un sábado por la mañana.
Cuando eso ha detenido a Filch_ preguntó Fred.
A veces lo hace_ dijo Hanna_ y no castiga.
Pero eso es después de varios gritos_ dijo Ernie, varios asintieron.
Deberían despedirlo por el apoyo incondicional que le dio a Umbridge_ murmuró Susan, Tracy la escuchó y asintió.
El sol ya había salido completamente, así que cuando Harry entró en la lechucería, la luz que se colaba por las ventanas sin cristales lo deslumbró; unos gruesos rayos de sol plateados se entrecruzaban en la estancia circular, en cuyas vigas había posadas cientos de lechuzas, un poco inquietas con las primeras luces de la mañana; era evidente que algunas acababan de llegar de cazar. El suelo cubierto de paja crujió levemente cuando Harry pisó unos huesecillos de animales pequeños, y a continuación el muchacho estiró el cuello para ver a Hedwig. —¡Ah, estás ahí! —exclamó al verla cerca de la parte más alta del techo abovedado—. Ven aquí, tengo una carta para ti. —Hedwig emitió un débil ululato, extendió sus grandes alas blancas y descendió hasta posarse en el hombro de Harry —. Mira, ya sé que fuera pone Hocicos —le dijo Harry dándole la carta para que la agarrara con el pico, y sin saber muy bien por qué, bajó la voz para añadir—: Pero es para Sirius, ¿de acuerdo? —Hedwig parpadeó una sola vez con sus ojos de color ámbar y Harry lo interpretó como una señal de que lo había entendido—.
Yo creo que ella ya lo sabía_ dijo Luna.
Es probable_ dijo Harry_ es muy inteligente.
La carta no tuvo problemas para llegar_ preguntó Neville.
No lo creo_ dijo Sirius.
A menos que la interceptaran y al no ver nada sospechoso la dejaron ir_ dijo Moody.
No creo que haya pasado_ dijo Harry, pero se veía pensativo.
Que tengas un feliz vuelo —le deseó, y la llevó a una de las ventanas. Hedwig, tras presionarle brevemente el brazo, salió volando hacia el deslumbrante cielo. Harry siguió su trayectoria con la mirada hasta que la lechuza se convirtió en una motita negra y desapareció del todo; entonces dirigió la vista hacia la cabaña de Hagrid, que se veía muy bien desde aquella ventana, y comprobó que seguía deshabitada: no salía humo por la chimenea y las cortinas estaban corridas. Una ligera brisa agitaba las copas de los árboles del Bosque Prohibido. Harry las contempló mientras se deleitaba con el fresco aire que le azotaba la cara, se puso a pensar en el entrenamiento de quidditch que tenía más tarde… y entonces lo distinguió. Un enorme caballo alado con aspecto de reptil igual que los que había observado tirando de los carruajes de Hogwarts,
Entonces los has vuelto a ver_ dijo Ginny.
Claro_ dijo Harry_ el problema es que nadie más lo hacía.
Luna lo hacía_ le recordó Theo.
Debiste haber confiado en mi_ asintió Luna.
La próxima vez lo haré_ dijo Harry, aunque no estaba seguro de si podría creer en todas esas criaturas que ella veía.
desplegó unas curtidas y negras alas que parecían de pterodáctilo y se irguió entre los árboles como un gigantesco y grotesco pájaro. Voló describiendo un amplio círculo, luego volvió a descender en picado y desapareció entre los árboles. Todo había sido tan rápido que Harry no podía creer lo que había visto, pero el corazón le latía con violencia.
Supongo que empezaste a creerte loco_ dijo Remus.
No me dio tiempo_ dijo Harry.
Por qué te sonrojas_ preguntó Daphne, pero Harry no contestó, y miró el libro mientras Padma volvía a leer sin molestarse en ocultar su sonrisa.
La puerta de la lechucería se abrió detrás de él. Harry dio un respingo, se volvió con rapidez y vio a Cho Chang con una carta y un paquete en las manos.
En ese momento todos voltearon a mirar a Cho.
Solo fue una pequeña conversación_ dijo Cho.
Sigue leyendo Padma_ dijo Cedric_ veamos como se arruina la conversación por tercera vez_ todos asintieron, divertidos, logrando que Harry y Cho se pusieran muy rojos.
—¡Hola! —dijo él automáticamente. —¡Ah, hola! —respondió ella con voz entrecortada—. No pensé que habría alguien aquí tan temprano… Hace cinco minutos me he acordado de que hoy es el cumpleaños de mi madre.
Que hija tan cariñosa_ dijo Narcissa con sarcasmo, aumentando el sonrojo de Cho.
Tenía muchas cosas en la cabeza_ dijo Cho, ignorando las miradas divertidas de sus amigos_ pero ya tenía su regalo.
Le mostró el paquete a Harry. —Ya —repuso él. Tenía la impresión de que el cerebro se le había atascado.
Eso suele pasar_ dijo Charlie_ claro que no a mi_ añadió.
Gracias por el apoyo_ dijo Harry con sarcasmo mirándolo mal_ además creí que nunca habías tenido novia.
No he tenido, pero…_ Charlie se detuvo cuando Katie lo miró_ después te explicó_ le dijo a Harry, haciendo que su novia rodara los ojos.
Le habría gustado decir algo gracioso e interesante, pero el recuerdo de aquel terrible caballo alado estaba demasiado fresco y su mente aún no había reaccionado—.
Claro, culpa al caballo_ dijo Adrián, consiguiendo unas risitas.
Cállate_ dijo Harry sonrojado.
¡Qué día tan perfecto! —dijo señalando las ventanas. Estaba tan abochornado que se le encogieron las tripas. El tiempo… Hablaba del tiempo…
Cambia de tema rápido_ aconsejó Bill_ no hablas del clima con la chica que te gusta_ informó.
No creo que Harry esté listo para los mismos temas que tu_ le dijo Fleur_ el clima es un buen inicio.
Lo fue_ asintió Harry, preguntándose a que tipo de temas se refería Fleur.
—Sí —coincidió Cho mirando a su alrededor en busca de una lechuza adecuada —. Excelentes condiciones para el quidditch. Yo no he salido en toda la semana. ¿Y tú? —Tampoco.
Supongo que es una suerte que Cho juegue_ dijo Daphne_ o la conversación habría decaído_ añadió sonando como si hubiera deseado eso, sacándoles una sonrisa a sus amigas.
Cho eligió una de las lechuzas del colegio. Hizo que bajara y se le posara en el brazo, y el pájaro, obediente, extendió una pata para que Cho pudiera atarle el paquete. —Oye, ¿ya tiene Gryffindor nuevo guardián? —preguntó. —Sí —contestó Harry—. Es mi amigo Ron Weasley, ¿lo conoces? —
Lo hace_ dijo Blaise, recordando el capítulo anterior.
No creo que lo haya olvidado_ dijo Marcus, varios asintieron mientras Ron se ponía rojo.
¿El enemigo de los Tornados? —preguntó Cho con frialdad—.
Ese mismo_ asintió Astoria.
No soy enemigo de los tornados_ dijo Ron.
¿Es bueno? —Sí. Creo que sí. Pero no le vi hacer la prueba porque estaba castigado. Cho levantó la cabeza cuando todavía no había acabado de atar el paquete a la pata de la lechuza. —Esa Umbridge es asquerosa —dijo en voz baja—.
Esa es mi chica_ dijo Cedric besando su mejilla.
Solo dije la verdad_ dijo Cho sonriendo, todos asintieron, sin hacerle caso a la mueca indignada de Umbridge.
Castigarte sólo porque dijiste la verdad sobre… sobre… sobre cómo murió Cedric. Se enteró todo el mundo, en el colegio no se hablaba de otra cosa. Fuiste muy valiente plantándole cara.
Es cierto_ estuvo de acuerdo la mayoría.
Es raro escuchar sobre esto_ preguntó Justin a Cedric, refiriéndose a su muerte.
Es perturbador_ dijo Cedric_ pero ahora lo importante es acabar estos libros_ añadió quitándole importancia, recibiendo varias sonrisas, mientras Amos lo veía con orgullo.
Harry se hinchó tanto que creyó que acabaría flotando unos centímetros por encima del suelo cubierto de excrementos de lechuza. ¿Qué importancia tenía un ridículo caballo volador si Cho consideraba que había sido muy valiente?
Cho no pudo evitar soltar una risita, mientras todos le daban miradas burlonas al pobre Harry que no podía estar más rojo.
Las chicas siempre son más importantes_ asintió Sirius_ me siento tan orgulloso_ añadió, Harry le sonrió antes de mandarle una mirada suplicante a Padma que siguió leyendo.
Estuvo a punto de mostrarle, como sin querer, el corte que tenía en la mano mientras la ayudaba a atar el paquete a la pata de la lechuza…
Harry se escondió en el cuello de Daphne cuando todos volvieron a mirarlo, esta vez la diversión se mezclaba con incredulidad.
Cho si merecía enterarse_ preguntó Hermione, cuando Harry levantó la vista notó que sus dos amigos se veían ofendidos.
Me gustó que me considerara valiente_ se defendió Harry mirándolos apenado.
Pero en cuanto se le ocurrió aquella emocionante idea, volvió a abrirse la puerta de la lechucería. Filch, el conserje, entró en la sala resollando. Tenía manchas de color morado en las hundidas mejillas surcadas de venas, le temblaba la parte inferior de los carrillos y llevaba el escaso y canoso cabello despeinado: todo indicaba que había ido corriendo hasta allí. La Señora Norris entró pegada a sus talones, mirando a las lechuzas y maullando con avidez. En las vigas, las aves, nerviosas, agitaron las alas, y una gran lechuza de color marrón hizo un ruido amenazador con el pico. —¡Ja! —exclamó Filch, y dio un torpe paso hacia Harry.
Qué le pasa_ preguntó Molly confundida.
Tal vez la señora Norris fue a buscarlo_ dijo Terry_ Harry mencionó que parecía que quería acusarlo.
Es posible_ dijo Michael.
Creo que hay algo más_ dijo Harry, pensativo.
Las flácidas mejillas le temblaban de ira—. ¡Me han dado el soplo de que piensas hacer un pedido descomunal de bombas fétidas! Harry se cruzó de brazos y observó al conserje. —¿Quién le ha dicho que iba a hacer ese pedido?
No había nadie cuando fuiste a la lechucería_ dijo Anthony.
A menos que Filch ya empezará a escuchar a su gata hablar_ dijo Fred.
Me sorprendería que no lo hiciera_ dijo George.
Cho miró primero a Harry y luego a Filch con el entrecejo fruncido; la lechuza que tenía en el brazo, cansada de esperar sobre una sola pata, soltó un grito de queja, pero la chica la ignoró. —Tengo mis fuentes —respondió Filch, muy satisfecho de sí mismo—. Dame ahora mismo eso que pensabas enviar. Harry, contentísimo de no haberse entretenido enviando la carta,
Tuviste suerte_ dijo Tonks.
Filch puede quitar las cartas_ preguntó Demelza.
Si está seguro que están planeando algo_ contestó Minerva muy lentamente.
replicó: —No puedo, ya no lo tengo.—No puedo, ya no lo tengo. —¿Cómo que ya no lo tienes? —se extrañó Filch con el rostro contraído de rabia. —Que ya no lo tengo —repitió Harry con calma. Filch abrió la boca, feroz, movió los labios durante unos segundos, y luego paseó la mirada por la túnica de Harry. —¿Cómo sé que no te lo has guardado en un bolsillo? —Porque… —Yo he visto cómo enviaba la carta —intervino Cho con tono antipático.
Es bueno que ella este ahí_ dijo Lee_ Filch no se pondrá tan pesado ahora.
Pudo ser peor_ admitió Harry.
Filch se volvió hacia ella. —¿Tú has visto cómo…? —Sí, lo he visto —confirmó ella rotundamente. Hubo una breve pausa durante la cual Filch fulminó a Cho con la mirada y Cho lo fulminó a él;
En serio_ preguntaron varios.
Filch no es tan peligroso como quiere parecer_ dijo Cho encogiéndose de hombros.
Es más molesto que aterrador_ asintió Cedric.
entonces el conserje se dio la vuelta y caminó hacia la puerta arrastrando los pies. Luego se paró con la mano en el pomo y giró la cabeza para observar por última vez a Harry. —Como note el más leve tufillo a bomba fétida… —dijo,
esperemos que nadie arroje una bomba fétida_ dijo Susan_ te culparan.
Siempre es mi culpa_ suspiró Harry.
No siempre_ lo consoló Daphne.
y bajó la escalera pisando fuerte. La Señora Norris contempló con ganas a las lechuzas y después lo siguió. Harry y Cho se miraron.
Se van a besar_ preguntó Romilda_ sería el momento perfecto.
No lo hicimos_ contestaron ellos rápidamente, sin mirarse ni a sus parejas, que los miraban queriendo saber si mentían.
—Gracias —dijo él. —De nada —repuso Cho, ligeramente ruborizada, y terminó de atar el paquete a la otra pata de la lechuza—. No estabas encargando bombas fétidas, ¿verdad? —No —contestó Harry. —No sé por qué Filch cree que estabas haciéndolo —comentó mientras llevaba la lechuza a la ventana.
Es posible que la persona que te acusó quisiera impedir que enviaras la carta_ dijo Moody, pensativo_ así se enteraría de lo que planeabas.
Suena a algo que haría Umbridge_ dijo Alicia pensativa, todos voltearon a verla, pero ella se limitó a darles miradas fulminantes.
Harry se encogió de hombros. Él tampoco lo entendía, pero curiosamente eso no le importaba mucho en aquel momento.
Me pregunto por qué_ dijo Ginny con una risita, pero Harry permaneció con la vista fija en el libro.
Luego salieron juntos de la lechucería. Al llegar a la entrada de un pasillo que conducía al ala oeste del castillo, Cho dijo: —Me voy por aquí. Bueno, ya…, ya nos veremos, Harry. —Sí, nos vemos. Cho le sonrió y se marchó. Él siguió caminando invadido por una serena euforia. Había conseguido mantener una conversación con ella sin meter la pata ni una sola vez…
No molesten_ se quejó Harry cuando todos empezaron a aplaudir.
Lo siento_ dijo Sirius_ pero nos das la oportunidad.
No debiste sonar tan contento con eso_ dijo Daphne, luciendo divertida.
Seria lindo si no disfrutaras tanto que me molesten_ dijo Harry.
También seria lindo no tener que escuchar de Cho_ replicó Daphne.
«Fuiste muy valiente plantándole cara»… Cho lo había llamado valiente… No lo odiaba por estar vivo… Ella había preferido a Cedric, desde luego; Harry lo sabía.
Nunca preferiría que uno de los dos muera_ dijo Cho, negando con la cabeza.
Pero si él le hubiera pedido antes que Cedric que lo acompañara al baile, quizá todo habría sido diferente…
Supongo que nunca lo sabremos_ dijo Cedric secamente, Harry se encogió de hombros con una sonrisa tímida, este libro iba a ser muy incómodo.
Cuando Harry se lo pidió, le pareció que Cho lamentaba con sinceridad tener que decirle que no podía ir con él…
Me dio pena decirle que no_ dijo Cho cuando Cedric levantó una ceja en su dirección_ se veía tan nervioso_ añadió rápidamente.
—Buenos días —saludó Harry alegremente a Ron y Hermione cuando se reunió con ellos en la mesa de Gryffindor, en el Gran Comedor. —¿Por qué estás tan contento? —preguntó Ron mirando a Harry con sorpresa. —Esto… Porque luego hay entrenamiento de quidditch —respondió él con una sonrisa, y se acercó una gran bandeja de huevos con beicon.
El quidditch siempre me pone de muy buen humor_ dijo Daphne.
No puedo creer que me mintieras_ dijo Ron indignado.
Con la forma en que arruinaste su oportunidad con ella, tienes suerte de que te hable_ dijo Dudley, varios asintieron entre risas.
—¡Ah, sí! —exclamó Ron, que dejó la tostada que estaba comiéndose y bebió un largo trago de zumo de calabaza. Entonces añadió—: Oye, ¿no querrías ir un poco antes conmigo? Para… practicar antes de que empiece el entrenamiento… Así podría familiarizarme con el terreno de juego… —Sí, claro —respondió Harry. —Mirad, no creo que debáis hacerlo —intervino Hermione, muy seria—. Los dos os habéis retrasado mucho con los deberes…
Hermione_ se quejó Angelina_ no debes impedir que entrenen.
A ese paso terminarían los deberes cuando pasemos a sexto_ se defendió Hermione.
Ya habrá tiempo para eso_ dijo Oliver_ pueden hacerlo después del entrenamiento_ Harry y Ron asintieron, mientras Hermione rodaba los ojos.
Pero Hermione no terminó la frase, pues estaba llegando el correo de la mañana y, como era habitual, El Profeta volaba hacia ella en el pico de una lechuza que aterrizó peligrosamente cerca del azucarero y extendió una pata. Hermione le puso un knut en la bolsita de piel, cogió el periódico y leyó con rapidez la primera plana, con gesto de desaprobación, mientras la lechuza se marchaba volando.
Es imposible tener otra expresión cuando lees esa cosa_ asintió Sirius.
Ahora lo será_ dijo Remus_ dudo mucho que el profeta vuelva a ser tan confiable.
Creo que depende de cómo se justifique cuando todo explote_ dijo Ted pensativo.
—¿Hay algo interesante? —preguntó Ron. Harry sonrió, pues sabía que Ron se alegraba de que Hermione hubiera tenido que dejar el tema de los deberes.
Ella no se había dado cuenta Harry_ dijo Ron.
Lo siento_ dijo Harry mientras Hermione negaba con la cabeza.
—No —respondió ella con un suspiro—, sólo cuentan chorradas sobre la bajista de Las Brujas de Macbeth, que se casa. —Hermione abrió el periódico y desapareció tras él. Harry se dedicó a su segundo plato de huevos con beicon y Ron, que parecía un poco preocupado, miraba hacia las altas ventanas—. Un momento —dijo ella de pronto—. ¡Oh, no! ¡Sirius! —
Qué pasó_ preguntaron varios, preocupados.
Ya sale_ respondió Sirius_ no hay necesidad de que te preocupes tanto_ le dijo a Hermione con una sonrisa.
Si la había_ refutó Hermione.
Ellos no pueden llegar a Grimmauld_ dijo Sirius de forma tranquilizadora.
¿Qué pasa? —preguntó Harry arrancándole el periódico de las manos tan bruscamente que lo rompió por la mitad, de modo que Hermione y él se quedaron cada uno con una parte. —«Según una información obtenida por el Ministerio de Magia de fuentes fidedignas, Sirius Black, el famoso asesino… bla, bla, bla… ¡está escondido en Londres!» —leyó Hermione en su mitad del periódico con un susurro angustiado. —Lucius Malfoy, me apuesto algo —afirmó Harry conteniendo la furia de su voz —. Seguro que reconoció a Sirius en el andén…
Debió ser él_ asintió Amelia con un suspiro.
Lo fue_ confesó Fudge_ dijo que le había parecido verlo.
Por lo menos no dijo lo del animago_ dijo Amelia_ aunque tal vez sea por qué no se le ocurrió como justificar saber eso.
Lo importante es que su información no logró nada_ dijo Sirius.
—¿Qué? —saltó Ron, alarmado—. No me dijiste que… —¡Chissst! —exclamaron los otros dos. —«… El Ministerio advierte a la comunidad de magos que Black es muy peligroso… mató a treinta personas…
Solo fueron trece_ se quejó Sirius, haciendo que todos lo miraran.
Eso es lo que te molesta_ preguntó Astoria.
Ya me aburrí de decir que yo no fui_ dijo Sirius encogiéndose de hombros, varios negaron con la cabeza, pero pusieron una pequeña sonrisa.
se fugó de Azkaban…» Las majaderías de siempre —concluyó Hermione dejando su mitad del periódico y mirando con temor a Harry y Ron—. Bueno, ya no podrá volver a salir de la casa, eso es todo —susurró—. Dumbledore ya le advirtió que no lo hiciera.
Lo hice_ suspiró Albus.
Se que corrí un gran riesgo_ aceptó Sirius_ pero era necesario_ añadió, recibiendo una sonrisa de Harry.
Afligido, Harry miró el trozo de El Profeta con que se había quedado. La mayor parte de la página la ocupaba un anuncio de «Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones», donde al parecer había rebajas. —¡Eh! —exclamó de pronto, alisando la hoja para que Hermione y Ron pudieran verla—. ¡Mirad esto! —Yo ya tengo todas las túnicas que necesito —dijo Ron.
Ron se puso rojo cuando se escucharon algunas risitas.
No creo que sea eso_ dijo Astoria entre risas.
Eso era más llamativo_ se defendió Ron_ el profeta necesita revisar que anuncios deben ser más prioritarios.
—No —replicó Harry—, mirad… este breve artículo de aquí… Ron y Hermione se inclinaron sobre la mesa para leerlo; el artículo era muy corto, estaba colocado al final de una columna y decía: TENTATIVA DE ROBO EN EL MINISTERIO Sturgis Podmore, de 38 años, vecino del número 2 de Laburnum Gardens, Clapham, se ha presentado ante el Wizengamot acusado de entrada ilegal y tentativa de robo en el Ministerio de Magia el 31 de agosto.
Es por eso que no había aparecido_ preguntó Katie_ estaba intentando robar en el ministerio.
Así es_ asintió Fudge.
No es así_ dijo Moody_ hay más en esa historia_ aseguró.
Podmore fue detenido por el mago de seguridad del Ministerio de Magia, Eric Munch, que lo sorprendió intentando entrar por una puerta de alta seguridad a la una de la madrugada. Podmore, que se negó a declarar en su defensa, fue hallado culpable de ambas acusaciones y condenado a seis meses en Azkaban.
Está en Azkaban_ preguntó Fleur horrorizada.
Se lo merecía_ dijo Umbridge, pareciendo olvidar los problemas en los que estaba_ él estaba…
Por qué no declaró en su defensa_ la interrumpió Angelina.
Seguramente se explica más adelante_ dijo Kingsley, haciendo que muchos se preguntaran si la orden sabía la razón.
—¿Sturgis Podmore? —dijo Ron lentamente—. Es ese tipo con una mata de pelo que parece paja, ¿no? Pertenece a la Ord… —¡Ron! ¡Chissst! —saltó Hermione mirando aterrada a sus amigos. —¡Seis meses en Azkaban! —susurró Harry, impresionado—. ¡Sólo por intentar entrar por una puerta! —
No fue por eso_ dijo Fudge.
Lo único que nos falta es que eso sea ilegal_ dijo Adrián.
Lo que el estaba haciendo no parecía inocente y que se negara a hablar complicó la situación_ explicó Fudge.
No seas tonto, no lo han condenado sólo por intentar entrar por una puerta. ¿Qué demonios hacía en el Ministerio de Magia a la una de la madrugada? —dijo Hermione en voz baja. —¿Crees que hacía algún trabajo para la Orden? —murmuró Ron. —
Eso era lo que hacía_ preguntó Fudge.
No_ contestó Albus_ no le habíamos encargado nada_ añadió.
Esperad un momento… —dijo Harry—. Sturgis tenía que venir a despedirnos, ¿no os acordáis? Los otros dos lo miraron. —Sí, tenía que formar parte de la guardia que nos acompañó a King's Cross. Y Moody estaba muy enfadado porque no se había presentado; por lo tanto, no puede ser que estuviera realizando una misión para la Orden, ¿verdad? —Bueno, a lo mejor no contaban con que lo pillaran —dijo Hermione.
Eso podría ser_ murmuraron varios.
No era una misión de la orden_ dijo Moody.
Si lo fuera nos contaría_ preguntó Padma, Moody no contestó, pero todos sabían la respuesta.
—¡Podría ser una trampa! —exclamó Ron, emocionado—. ¡No, escuchad! — continuó, bajando la voz exageradamente ante la mirada amenazadora de Hermione —.
No puedes ir gritando esas cosas_ lo regañó Moody.
Lo sé_ dijo Ron_ estaba emocionado por lo que se me había ocurrido_ explicó.
Escuchemos que es_ dijo Percy.
El Ministerio sospecha que es uno de los seguidores de Dumbledore, así que…, no sé, lo atrajeron hasta el Ministerio de alguna forma, y no es que él intentara entrar por alguna puerta. ¡Quizá sólo se hayan inventado una excusa para atraparlo!
Eso hizo que todos voltearan a ver al ministro.
No me sorprendería_ bufó Sirius.
No eras eso_ aseguró Fudge_ realmente fue encontrado en el ministerio.
Se produjo una pausa durante la cual Harry y Hermione reflexionaron sobre aquella posibilidad. Harry la encontraba demasiado rocambolesca. Hermione, por su parte, se mostró impresionada. —La verdad, no me extrañaría nada que fuera eso lo que pasó —comentó, y dobló concienzudamente su mitad del periódico.
Mi gatita conoce al ministerio_ dijo Sirius_ debes conocerlos mejor Harry_ lo regañó.
Lo haré_ dijo Harry rodando los ojos.
Si recuerdas que yo trabajo en el ministerio, verdad_ preguntó Amelia.
Lo recuerdo_ asintió Sirius dándole una sonrisa inocente.
Mientras Harry dejaba el cuchillo y el tenedor en el plato, ella pareció salir de un ensueño y añadió—: Bueno, creo que para empezar deberíamos ponernos a escribir esa redacción para Sprout sobre arbustos autofertilizantes, y si tenemos suerte, podremos empezar la del hechizo Inanimatus Conjurus para la profesora McGonagall antes de la hora de comer…
Me parece bien_ dijo Minerva con aprobación.
Creo que no siguieron ese plan_ dijo Blaise viendo la mirada que Hermione les daba a Harry y Ron.
Por supuesto que no_ dijo Molly negando con la cabeza.
Harry sintió cierto remordimiento al pensar en el montón de deberes que lo esperaba,
Al menos sientes remordimiento_ dijo Gerald negando con la cabeza, Harry le dio una sonrisa tímida.
pero el cielo, de un azul estimulante, estaba despejado y no había montado en su Saeta de Fuego en toda la semana… —
es entendible_ dijo Viktor.
No se morirá por no volar un par de días más_ dijo Percy.
Hombre, podemos hacerlos esta noche —propuso Ron mientras él y Harry bajaban por la extensión de césped que descendía hasta el campo de quidditch, con las escobas sobre el hombro y las severas advertencias de Hermione de que suspenderían todos sus TIMOS resonando todavía en los oídos—. Y nos queda mañana.
No será tiempo suficiente_ dijo Arthur.
A menos que planeen copiar de Hermione_ dijo Tracy.
Será mejor que no_ advirtió Molly.
Hermione se obsesiona demasiado con el trabajo, ése es su problema…
Creo que voy debes dejar de molestarlos_ dijo Ginny_ que hagan sus deberes cuando quiera, a ver si los acaban.
Me parece bien_ asintió Hermione.
Mione_ empezaron ambos, pero no les hizo caso.
—Hizo una pausa y añadió con un tono más angustiado—: ¿Crees que hablaba en serio cuando dijo que no piensa dejarnos copiar? —Sí, creo que sí —respondió Harry—.
Ahora lo es_ asintió Hermione.
Estás jugando verdad_ preguntó Fred en su oído, ella asintió, viendo los pucheros de sus amigos.
Pero esto también es importante, tenemos que practicar si queremos seguir en el equipo de quidditch… —Sí, tienes razón —coincidió Ron, más animado—. Y tenemos tiempo de sobra para hacerlo todo… Mientras se acercaban al campo de quidditch, Harry miró hacia la derecha, donde el viento agitaba los árboles del Bosque Prohibido, pero no salió nada volando de entre las copas; en el cielo sólo se veían unas cuantas lechuzas que revoloteaban alrededor de la torre de la lechucería. Como ya tenía suficientes preocupaciones, Harry apartó de su mente al caballo volador, convencido de que no iba a hacerle ningún daño.
Son muy tiernos_ dijo Luna_ sobre todo cuando los alimentas.
Los Thestrals no atacan a menos que los molesten_ dijo Hagrid_ pero como muy pocos los ven, es difícil hacerlo.
Me pregunto qué pasaría si atacaran a alguien_ dijo Marieta.
Los demás veríamos a alguien retorciéndose sin razón_ contestó Cormac, varios asintieron.
Cogieron las pelotas de quidditch, guardadas en el armario de los vestuarios, y se pusieron a entrenar. Ron defendía los tres altos postes de gol, y Harry hacía de cazador y le lanzaba la quaffle procurando que no la atrapara. A Harry le pareció que Ron jugaba muy bien, pues bloqueó tres cuartas partes de los tantos que Harry intentó marcarle, y a medida que practicaban, su juego mejoraba.
Así se hace Ron_ dijo Charlie, Ron le sonrió.
Si solo pudiéramos llevar esa destreza al publico_ pensaron varios del equipo, Ron se ponía muy nervioso cuando lo veían.
Pasadas un par de horas volvieron al castillo para comer (ocasión que Hermione aprovechó para dejar muy claro que los consideraba unos irresponsables),
Es que son unos irresponsables_ dijo Severus, los demás profesores asintieron, recibiendo sonrisas tímidas de ambos.
y luego volvieron al campo de quidditch para la sesión de entrenamiento con el resto del equipo. Sus compañeros, salvo Angelina, estaban ya en los vestuarios cuando ellos entraron. —¿Estás preparado, Ron? —le preguntó George guiñándole un ojo. —Sí —contestó Ron, que había ido quedándose más callado cuanto más se acercaban al campo. —¿Preparado para hacernos a todos una exhibición, prefectito? —añadió Fred asomando la despeinada cabeza por el cuello de su túnica de quidditch con una sonrisa ligeramente malévola en los labios. —
chicos_ dijo Molly.
Era para romper la tensión_ dijo Fred.
No lo era y lo saben_ dijo Bill.
A Ron no le importó_ dijo George, Ron se encogió de hombros cuando lo miraron.
¡Cállate! —le ordenó Ron con expresión inmutable mientras se ponía la túnica del equipo por primera vez. Ésta le quedaba muy bien si se tenía en cuenta que había pertenecido a Oliver Wood, cuyos hombros eran mucho más anchos que los de él. —¡Hola, chicos! —dijo Angelina al salir del despacho del capitán, ya cambiada —. Vamos a empezar. Alicia y Fred, ¿podéis llevar el cajón de las pelotas? Ah, hay un par de personas ahí fuera mirando, pero quiero que las ignoréis, ¿de acuerdo?
Si tan solo fuera tan fácil_ dijeron todos los del equipo.
No necesito la lectura para saber quiénes eran_ dijo Oliver.
Ni yo_ murmuró Minerva_ estoy ansiosa por llegar a primer juego_ añadió en un tono de voz que preocupó a Severus, se preguntaba que estaba planeando su colega.
Por el tono forzadamente despreocupado de su voz, Harry sospechó quiénes podían ser aquellos espectadores a los que nadie había invitado, y, en efecto, cuando salieron del vestuario a la intensa luz del sol del terreno de juego, los recibió una tormenta de silbidos y abucheos del equipo de quidditch de Slytherin y unos cuantos, que se habían sentado en grupo hacia la mitad de las tribunas vacías y cuyas voces resonaban por todo el estadio.
Lo suponíamos_ dijeron las otras tres casas.
Slytherin necesita tener un comportamiento más deportivo_ dijo Minerva_ no lo crees, Severus_ preguntó.
Si, Minerva_ suspiró Severus, el equipo de Slytherin se removió en sus asientos.
—¿Qué es eso que lleva Weasley? —gritó Malfoy con su voz burlona—. ¿A quién se le ocurriría hacerle un encantamiento volador a un palo viejo y mohoso como ése? Crabbe, Goyle y Pansy Parkinson rieron a carcajadas. Mientras, Ron montó en su escoba y dio una patada en el suelo para despegar, y Harry lo siguió y vio cómo se le ponían las orejas coloradas. —No les hagas caso —le dijo a su amigo, y aceleró para alcanzarlo—, ya veremos quién ríe el último cuando nos toque jugar contra ellos…
Así se habla_ dijo Oliver.
Ellos rieron al último_ dijo Harry rechinando los dientes.
Perdieron- preguntó Oliver.
Ya sale_ dijo Angelina_ y no te preocupes, Harry, la última risa será nuestra_ aseguró, el resto del equipo asintió.
—Ésa es exactamente la actitud que espero de mis jugadores, Harry —terció Angelina con satisfacción.
Estaba orgullosa_ asintió Angelina.
Lamento no haber podido mantener esa actitud_ dijo Harry.
Lo entendemos_ dijo Katie, Angelina suspiró, pero asintió.
Voló alrededor de ellos con la quaffle bajo el brazo y redujo la velocidad hasta quedar suspendida en un punto fijo frente al equipo—. Bueno, chicos, vamos a empezar con unos cuantos pases para calentar, todo el equipo, por favor… —Eh, Johnson, ¿quién te ha hecho ese peinado? —gritó Pansy Parkinson desde las gradas—. ¡Parece que te salen gusanos de la cabeza! Angelina se apartó las largas trenzas de la cara y siguió diciendo con serenidad: —
A mi me gustan mis trenzas_ dijo Angelina encogiéndose de hombros.
Son lindas_ dijo George.
Tienes que decir eso_ dijo Angelina_ eres mi novio.
Yo nunca digo nada, a menos que quiera hacerlo_ dijo George_ me gustan_ Angelina sonrió y besó su mejilla.
Separaos, y a ver qué podemos hacer… Harry dio marcha atrás para alejarse de sus compañeros y colocarse en uno de los extremos del campo. Ron retrocedió hacia la portería opuesta. Angelina levantó la quaffle con una mano y se la lanzó con fuerza a Fred, quien se la pasó a George, quien se la pasó a Harry, quien se la pasó a Ron…, quien la dejó caer.
Vamos Ron_ dijo Bill_ lo estabas haciendo bien.
Se pone nervioso cuando lo miran_ dijo Fred.
Además, los Slytherin no dejaban de burlarse_ añadió George.
Ya les enseñaras a los que se burlaron ese día_ dijo Astoria, besando la mejilla de Ron, haciéndolo sonreír.
Los de Slytherin, liderados por Malfoy, se desternillaron de risa. Ron, que había bajado a toda velocidad para atrapar la quaffle antes de que llegara al suelo, remontó el vuelo torpemente, resbalando hacia un lado, y volvió hasta la altura donde estaban sus compañeros. Harry vio que Fred y George se miraban, pero ninguno de los dos dijo nada, cosa rara en ellos,
Las bromas son para divertir_ dijo Fred.
No para hacer sentir mal a los demás_ asintió George.
Lo ultimo que Ron necesitaba es que no burláramos_ añadió Fred.
y Harry se lo agradeció.
Yo también lo hice_ dijo Ron.
—Pásala, Ron —le pidió Angelina como si no hubiera sucedido nada. Ron le lanzó la quaffle a Alicia, quien se la pasó a Harry, quien se la dio a George… —Eh, Potter, ¿qué tal va tu cicatriz? —le gritó entonces Malfoy—.
Va bien y la tuya_ preguntó Daphne.
Yo no tengo una cicatriz_ dijo Draco frunciendo el ceño.
La tendrás si vuelves a burlarte de Harry_ dijo Daphne fríamente, Draco palideció y miró el libro.
Recuérdame nunca hacerla enojar_ le dijo Harry a Ron que asintió.
¿Seguro que no necesitas descansar un poco? No sé, debe de hacer una semana entera que no has estado en la enfermería. Eso es un récord para ti, ¿verdad? George le pasó la quaffle a Angelina; Angelina se la pasó hacia atrás a Harry, que no se la esperaba, pero a pesar de eso la atrapó con las yemas de los dedos y se la pasó rápidamente a Ron, que se lanzó para cogerla, pero la quaffle se le escapó por unos centímetros. —¡Vamos, Ron! —exclamó Angelina con enfado cuando éste volvió a descender para recoger la quaffle—. ¡Presta más atención!
Estaba distraído_ dijo Angelina.
Me pregunto por qué_ dijo Flitwick secamente.
Los juegos pueden ser peores_ dijo Alicia_ si no puede contra unos pocos, no podrá en un partido de verdad.
Necesitas aprender a lidiar con las criticas_ le dijo Katie.
Lo sé_ suspiró Ron.
Cuando Ron volvió a alcanzar la altura necesaria para seguir jugando, habría resultado difícil decir qué rojo era más intenso, si el de la quaffle o el de la cara del chico.
Harry_ se quejó Ron sobre las risas de sus amigos.
Lo siento_ dijo Harry con una pequeña sonrisa.
Malfoy y el resto de los del equipo de Slytherin se partían de risa. Al tercer intento Ron atrapó la quaffle, y debido quizá al alivio que sintió, la pasó con tanto entusiasmo que la pelota voló entre las manos extendidas de Katie y le golpeó en la cara.
Estuviste bien_ preguntó Charlie, preocupado examinando el rostro de su novia, como si intentara comprobar si tenía una lesión.
No fue tan malo_ dijo Katie, logrando no hacer una mueca.
—¡Lo siento! —se disculpó Ron acercándose a Katie para ver si le había hecho mucho daño. —¡No ha sido nada, vuelve a tu posición! —bramó Angelina—.
Ese tipo de cosas pasan mucho_ dijo Angelina cuando voltearon a verla_ supuse que si Katie necesitara ir a la enfermería me lo diría.
Así es_ asintió Katie.
Pero cuando le pases la pelota a un compañero intenta no derribarlo de la escoba, ¿vale? ¡Para eso ya tenemos las bludgers! Katie sangraba por la nariz. Abajo, en las gradas, los de Slytherin pateaban y abucheaban a los de Gryffindor.
Creo que voy a aparecerme en el próximo entrenamiento de Slytherin_ dijo Dean.
Yo te acompaño_ dijo Parvati.
Es una cita_ dijo Dean guiñándole un ojo, ella se sonrojó, pero asintió, riendo ante la expresión sorprendida de Dean.
Yo iba a unirme, pero creo que ya no hay lugar para mi_ dijo Seamus, sonriendo.
Fred y George se acercaron a Katie. —Tómate esto —le dijo Fred mientras le tendía una cosa pequeña y de color morado que había sacado del bolsillo—. Detendrá la hemorragia en cuestión de segundos.
Funciona, aunque no sea provocado por ustedes_ preguntó Poppy.
Lo hace_ asintieron los gemelos.
—Muy bien —gritó Angelina—, Fred y George, id a buscar vuestros bates y una bludger. Ron, sube a los postes. Harry, suelta la snitch cuando yo lo diga. Vamos a marcar en la portería de Ron, evidentemente. Harry fue volando detrás de los gemelos para recoger la snitch. —Ron está haciéndolo fatal, ¿no? —murmuró George mientras los tres aterrizaban junto al cajón donde estaban las pelotas y lo abrían para sacar una bludger y la snitch.
Gracias por el apoyo_ dijo Ron.
Era la verdad Ron_ dijo George_ estabas dejando que los Slytherin te ganaran.
Mientras más los ignoras, más molestan_ se defendió Ron_ lo saben_ todos asintieron.
—Es que está nervioso —replicó Harry—; esta mañana he estado practicando con él y lo hacía mucho mejor. —Bueno, pues espero que su mejor momento no haya pasado del todo —comentó Fred con pesimismo.
Hay que tener fe_ dijo Fleur_ Seguramente los demás entrenamientos sean mejores.
Lo fueron_ preguntó Viktor, todos se encogieron de hombros sin contestar.
Luego volvieron a subir. Cuando Angelina tocó el silbato, Harry soltó la snitch y Fred y George hicieron otro tanto con la bludger. A partir de aquel momento, Harry apenas se fijó en lo que hacían los demás. Su trabajo consistía en capturar la pequeña y dorada pelota con alas plateadas que valía ciento cincuenta puntos para el equipo del buscador que la atrapara, y eso requería mucha velocidad y habilidad.
Me encanta tu humildad_ le dijo Susan a Harry.
Solo digo la verdad_ se defendió Harry.
Cuando se trata del juego, Harry no necesita ser humilde_ dijo Remus_ por algo es el más joven de un siglo_ muchos asintieron.
Aceleró haciendo bruscos virajes para sortear a los cazadores; el tibio aire otoñal le azotaba la cara, y los lejanos gritos de los de Slytherin dejaron de tener sentido… Pero mucho antes de lo que él esperaba, el silbato lo obligó a detenerse de nuevo. —¡Alto! ¡Alto! ¡ALTO! —bramó Angelina—. ¡Ron, no estás cubriendo el poste central! Harry giró la cabeza y miró a su amigo, que estaba suspendido delante del aro de gol izquierdo, dejando los otros dos completamente desprotegidos. —Oh…, lo siento… —¡No paras de moverte mientras miras a los cazadores! —le recriminó Angelina —. ¡O te quedas en el centro hasta que tengas que moverte para defender un aro, o vuelas en círculo alrededor de ellos, pero no vayas de un lado para otro porque así es como te han marcado los tres últimos tantos! —Lo siento… —repitió Ron.
Es un error común_ dijo Marcus_ mejor que lo hicieras en el entrenamiento que el juego.
Espero que escucharas los consejos de Angelina_ dijo Percy.
Así fue_ aseguró Ron_ siempre la escucho.
Su rostro, sudoroso y colorado, brillaba como una baliza contra el azul del cielo. —Y tú, Katie, ¿no puedes hacer nada con esa nariz? —¡Cada vez va peor! —se lamentó la chica con voz pastosa mientras intentaba contener el chorro de sangre con la manga de su túnica.
No dijeron que sus dulces funcionaban_ preguntó Charlie preocupado.
Lo hacen_ dijo Fred.
Cuando te dan el correcto_ dijo Katie, los gemelos señalaron el libro cuando los miraron.
Harry observó a Fred, que parecía nervioso y se palpaba los bolsillos. Vio que el gemelo sacaba una cosa de color morado, la examinaba rápidamente y luego, presa del pánico, miraba a Katie.
Qué le dieron_ preguntó Charlie.
Ya sale_ dijo Fred.
Perdón Katie_ dijo George.
Fue un accidente_ dijo Katie, sonriéndoles.
—Bueno, volvamos a intentarlo —propuso Angelina. No hacía ni caso a los de Slytherin, que se habían puesto a cantar «Los de Gryffindor son unos mantas, los de Gryffindor son unos mantas»,
y ustedes son unos…_ Lavender le tapó la boca a Seamus.
Esa no es la peor canción que han hecho_ dijo Ron_ tienen varias.
pero de todos modos se la notaba un poco tensa sobre la escoba. Cuando apenas llevaban tres minutos volando, volvió a sonar el silbato de Angelina. Harry, que acababa de ver que la snitch describía un círculo alrededor de un poste de la portería contraria, se paró sintiéndose ofendido.
Pues, perdón_ dijo Angelina_ no era mi intención ofenderte.
Lo siento_ dijo Harry, sonrojado por ser atrapado mientras sus amigos soltaban algunas risitas.
Así que ahora son cantantes_ dijo Minerva ofendida.
Así parece_ dijo Albus negando con la cabeza.
—¿Y ahora qué pasa? —le preguntó impaciente a Alicia, que era la jugadora que tenía más cerca. —Es Katie —se limitó a contestar ella. Harry giró la cabeza y vio que Angelina, Fred y George volaban a toda velocidad hacia Katie. Harry y Alicia fueron también hacia ella. Era evidente que Angelina había interrumpido el entrenamiento justo a tiempo, pues Katie estaba pálida como la cera y cubierta de sangre.
Oh Merlín_ dijo Charlie.
Estuve bien_ dijo Katie, apretando su mano con gesto tranquilizador_ madame Pomfrey lo solucionó rápido.
Ya deberían haber ido a verla_ dijo Minerva.
—Hay que llevarla a la enfermería —decidió Angelina. —La llevamos nosotros —se ofreció Fred—. Es posible que… se haya tragado un manantial de sangre por equivocación… —
Deben tener más cuidado con eso_ dijo Arthur.
No sé como se nos pasó_ dijo Fred_ por lo general tenemos ms cuidado que eso.
Bueno, no tiene sentido continuar sin golpeadores y con una cazadora menos —se lamentó Angelina. Mientras tanto, Fred y George volaban hacia el castillo llevando entre los dos a Katie—. En fin, vamos a cambiarnos. Los de Slytherin siguieron cantando mientras los de Gryffindor entraban en el vestuario. —¿Cómo ha ido el entrenamiento? —preguntó Hermione fríamente media hora más tarde, cuando Harry y Ron entraron por la abertura del retrato en la sala común de Gryffindor.—Ha sido… —empezó a decir Harry. —Un desastre total —se le adelantó Ron con voz apagada, y se desplomó en una butaca junto a Hermione. Ella miró a Ron y su frialdad pareció derretirse.
Se veía muy abatido_ explicó Hermione cuando la miraron_ no soy tan dura como para seguir regañándolos_ añadió.
No eres nada dura_ dijo Ginny.
Lo dices por qué nunca te ha gritado_ dijeron sus hermanos.
—Bueno, sólo ha sido el primero —dijo para consolarlo—, supongo que te costará cierto tiempo… —¿Quién ha dicho que haya sido un desastre total por mi culpa? —la interrumpió Ron.
Tu lo hiciste_ dijo Ginny_ con tu actitud, si no fuera tu culpa no estarías tan deprimido.
Es cierto_ dijo Blaise_ pero parece que viene otra pelea.
No fue tan mala_ dijo Ron dándole una mirada de disculpa a Hermione.
—Nadie —contestó Hermione, sorprendida—. Creí que… —Estabas convencida de que iba a hacerlo mal, ¿no? —¡No, nada de eso! Mira, como tú has dicho que había sido un desastre total… —Voy a empezar a hacer los deberes —dijo Ron enfadado, y se fue dando zancadas hacia la escalera que conducía a los dormitorios de los chicos y se perdió de vista. Hermione miró a Harry y le preguntó: —¿Lo ha hecho mal o no? —No —respondió Harry manteniéndose leal. Hermione arqueó las cejas—.
Gracias por intentarlo_ dijo Ron_ pero ella nos conoce demasiado bien.
Era demasiado evidente que te sentías culpable_ dijo Hermione.
Ahora me doy cuenta_ asintió Ron.
Bueno, digamos que podría haber jugado mejor —murmuró—, pero sólo ha sido la primera sesión de entrenamiento, como tú has dicho… Aquella noche ni Harry ni Ron adelantaron mucho los deberes. Harry sabía que su amigo estaba demasiado preocupado por lo nefasta que había sido su actuación en el entrenamiento de quidditch, y él no conseguía quitarse de la cabeza aquella cantinela de «Los de Gryffindor son unos mantas».
Solo olvídalo_ dijo Daphne_ ni siquiera es un buen insulto.
Ninguno de los insultos de Malfoy lo son_ dijo Luna.
Pero hay algo en él que te hace querer golpearlo_ dijo Harry.
Hacerlo provoca una excelente sensación_ dijo Hermione con una mirada soñadora, haciendo sonreír a sus amigos.
No les hagas caso_ dijo Pansy al ver la expresión de Draco, no le gustaba nada las cosas que estaba diciendo de él ni como se veía en el libro.
Pasaron todo el domingo en la sala común, rodeados de libros, mientras a ratos la estancia se llenaba de alumnos y otras veces se quedaba vacía. Hacía un día bonito y despejado, y la mayoría de sus compañeros de Gryffindor estuvieron al aire libre, en los jardines, disfrutando de lo que bien podía ser uno de los últimos días soleados del año.
Eso si es mala suerte_ dijo Sirius_ no podrán disfrutar del sol.
Supongo que ahí desearon haber acabado la tarea antes_ dijo Ernie.
Un poco_ admitieron Ron y Harry.
Al anochecer, Harry tenía la sensación de que alguien había estado golpeándole el cerebro contra las paredes internas del cráneo. —Mira, creo que deberíamos intentar hacer más deberes durante la semana —le comentó a Ron cuando finalmente terminaron la larga redacción para la profesora McGonagall sobre el hechizo Inanimatus Conjurus
Crees_ preguntó Cedric, levantando una ceja.
Aun no estaba seguro de que debiéramos hacerlo_ asintió Harry, encogiéndose de hombros.
El problema es que no saben organizar su horario_ dijo Theo.
Creí que era que le daban mucha importancia la juego_ dijo Justin.
y, abatidos, empezaron otra igual de larga para la profesora Sinistra sobre las lunas de Júpiter. —Sí —respondió Ron frotándose los enrojecidos ojos y arrojando al fuego la quinta hoja de pergamino descartada—. Oye, ¿por qué no pedimos a Hermione que nos deje echar un vistazo a sus trabajos? Harry giró la cabeza y miró a su amiga, que estaba sentada con Crookshanks en el regazo, charlando alegremente con Ginny mientras un par de agujas de punto tejían, suspendidas en el aire delante de sus ojos, un par de deformes calcetines de elfo. —No —decidió Harry—, sabes perfectamente que no nos dejará copiar.
Claro que no_ dijo Hanna_ creo que disfrutara verlos tan estresados mientras ella puede relajarse.
Yo lo haría_ dijeron varias.
Por suerte nuestra Hermione no es cruel_ dijo Ron, Harry asintió.
Los dejaste copiar_ preguntó Terry, sorprendido, Hermione se encogió de hombros cuando todos la miraron.
Así que siguieron trabajando mientras fuera el cielo se oscurecía cada vez más. Poco a poco, la sala común fue quedándose vacía otra vez. A las once y media, Hermione se les acercó bostezando. —¿Ya habéis terminado? —No —contestó Ron con aspereza. —La luna más grande de Júpiter es Ganímedes, no Calixto —corrigió Hermione señalando por encima del hombro de su amigo una línea de la redacción de Astronomía—, y la que tiene los volcanes es Ío. —Gracias —gruñó Ron tachando las frases equivocadas. —Lo siento, yo sólo… —Mira, Hermione, si únicamente has venido para criticar… —Ron… —No tengo tiempo para escuchar tus sermones, Hermione, ya estoy harto de…
Solo te estaba ayudando_ dijo Molly.
La próxima vez, déjalo reprobar_ dijo Millicent.
Se lo tendría merecido_ dijo Cormac.
No sean tan duros_ dijo Hermione_ estaba pasando por un mal momento.
Lo siento_ Ron para que solo Hermione escuchara, ella le sonrió.
—No, Ron, ¡mira! Hermione señalaba la ventana más cercana. Harry y Ron miraron hacia allí. Una bonita lechuza se había posado en el alféizar y miraba a Ron. —¿No es Hermes? —preguntó Hermione, asombrada.
Quién_ preguntó Cedric.
La lechuza de Percy_ explicó Cho.
—¡Vaya, sí! —exclamó Ron, que dejó su pluma y se levantó—. ¿Para qué me habrá escrito Percy? Fue hacia la ventana y la abrió, y Hermes entró en la habitación, aterrizó sobre la redacción de Ron y extendió la pata en la que llevaba atada una carta. Ron cogió la carta y la lechuza se marchó sin perder tiempo, dejando huellas de tinta en el dibujo que el chico había hecho de la luna Ío. —
Creo que Hermes también está enojado con ustedes_ dijo Dudley.
No me sorprendería_ dijeron todos los hermanos.
Ahora que lo dicen, creo que si_ dijo Percy pensativo.
Sí, es la letra de Percy —observó Ron sentándose en la butaca y leyendo lo que había escrito en la parte exterior del rollo de pergamino: «Ronald Weasley, Casa de Gryffindor, Hogwarts.» Luego miró a sus amigos y añadió—: ¿Qué creéis que será? —¡Ábrela! —le ordenó Hermione con impaciencia, y Harry asintió con la cabeza. Ron desenrolló el pergamino y empezó a leer. Cuanto más avanzaba, más ceñuda era su expresión. Después, cuando con aspecto indignado terminó la lectura,
Quiero saber que escribiste_ preguntó Arthur.
No lo creo_ dijo Percy_ lesite la carta Harry_ preguntó esperanzado.
Claro que la leí_ contestó Harry.
Lo siento_ murmuró Percy, Harry se encogió de hombros, ya lo había perdonado.
les pasó la carta a Harry y a Hermione, que se pusieron el uno al lado del otro para leerla juntos. Querido Ron: Acabo de enterarme (nada más y nada menos que por el ministro de Magia en persona, a quien ha informado tu nueva maestra, la profesora Umbridge)
esa no califica como maestra_ dijo Lee arrugando la nariz, todos asintieron.
Ahora lo sé_ dijo Percy_ yo no habría estado nada feliz de recibir sus clases_ añadió.
de que te han nombrado prefecto de Hogwarts. Cuando supe la noticia me llevé una grata sorpresa, y ante todo quiero felicitarte.
Eso es dulce_ dijo Molly.
Pero estoy seguro que lo arruinara_ dijo Charlie, sin estar seguro de querer escuchar lo que seguía.
He de admitir que siempre temí que tomaras lo que podríamos llamar «el camino de Fred y George»
Nuestro camino no tiene nada de malo_ dijeron los gemelos.
Lo sé_ suspiró Percy_ solo no es el camino que yo elegiría.
en lugar de seguir mis pasos, así que ya puedes imaginarte cómo me alegré al saber que has dejado de desobedecer a las autoridades y has decidido cargar con una responsabilidad real.
Ser prefecto no significa que hayas hecho eso_ dijo Remus_ solo que los profesores no te atraparon_ añadió pensativo.
Me doy cuenta_ dijo Percy.
No les des ideas_ le reclamó Minerva a Remus, que le dio una sonrisa inocente.
Pero no voy a limitarme a felicitarte, Ron; también quiero darte algunos consejos, y por eso te envío esta carta por la noche en vez de utilizar el correo matutino, como habría sido lo normal.
Veamos que concejos da nuestro prefecto_ dijo Alicia.
Les adelanto que no eran buenos_ dijo Ron.
Lo eran, suponiendo que el ministerio tuviera razón_ contradijo Percy.
Espero que puedas leerla lejos de miradas curiosas y así evitar preguntas inoportunas. Por algo que al ministro se le escapó cuando me contó que te habían nombrado prefecto, deduzco que sigues relacionándote con Harry Potter.
A veces_ dijo Ron secamente_ es el buscador de mi equipo_ informó.
Solo por eso me aguanta_ asintió Harry fingiendo pena, logrando algunas sonrisas mientras Percy negaba con la cabeza.
Debo decirte, Ron, que no hay nada que pueda ponerte en mayor peligro de perder tu insignia que seguir confraternizando con ese chico.
La insignia no me interesa tanto_ dijo Ron.
Nadie debería preocuparse tanto por ella_ dijo Anthony, que también era prefecto.
Sí, estoy seguro de que te sorprenderá que te diga esto (sin duda argumentarás que Potter siempre ha sido el favorito de Dumbledore), pero me veo obligado a comunicarte que es posible que Dumbledore no siga dirigiendo Hogwarts durante mucho tiempo,
Qué significa eso_ preguntó Michael_ el ministerio no puede quitar al director o si_ quiso saber.
Se puede_ confirmó Amelia.
Dumbledore no ira a ninguna parte_ aseguró Fudge al ver el enojo de la mayoría d ellos alumnos.
y las personas que son importantes de verdad tienen una opinión muy distinta (y seguramente más acertada) del comportamiento de Potter.
Por favor ilústranos, Percy_ dijo Sirius_ cual es la opinión acertada_ preguntó.
Seguramente ya escuchaste todo_ dijo Percy.
Ahora no voy a darte más detalles, pero si mañana lees El Profeta tendrás una idea de por dónde van los tiros (¡y ya verás mis declaraciones!).
Encima declaraste en el profeta_ dijo Dennis.
Me pidieron que lo hiciera_ dijo Percy encogiéndose de hombros_ no vi nada de malo en eso.
En serio, Ron, no debes permitir que te metan en el mismo saco que a Potter, pues eso podría resultar muy perjudicial para tus perspectivas de futuro, y me refiero también a la vida después del colegio.
Eso es cierto_ dijo Percy_ nadie que tuviera relación con Harry o el director sería bienvenido en el ministerio.
Como ya debes de saber, dado que nuestro padre lo acompañó al tribunal, este verano Potter tuvo una vista disciplinaria ante el Wizengamot en pleno, y no salió muy bien parado.
Tampoco salí tan mal_ dijo Harry.
Si omites el hecho que tienes quince años y te estabas defendiendo de los dementores_ dijo Amelia.
Si quieres que te diga la verdad, se libró de que lo condenaran gracias a un mero tecnicismo, pero mucha gente con la que he hablado sigue convencida de su culpabilidad.
Ninguno de ellos puede pensar por sí mismo, así que no importa_ dijo Flitwick, apretando los labios al darse cuenta que lo dijo en voz alta.
Es posible que te dé miedo cortar tus lazos con Potter (ya sé que es un desequilibrado y que, por lo que me han contado, hasta puede llegar a ser violento),
Percy se sonrojó cuando todos voltearon a mirarlo.
Eso era lo que todos decía_ se defendió Percy.
Descuida_ dijo Ron_ estoy seguro que Harry no me hará nada por alejarme de él.
pero si tienes alguna preocupación al respecto, o si has detectado algo más en la conducta de Potter que te inquiete, te recomiendo que hables con Dolores Umbridge, una mujer encantadora
eso hizo que otra vez voltearan a ver a Percy.
Creo que tenemos que redefinir lo que significa encantadora_ dijo Alicia_ los sapos rosados no son encantadores.
Pero son únicos en su especie_ dijo Percy, con una mirada apenada_ ella no parecía nada peligrosa.
que no tendrá ningún inconveniente en orientarte. Y eso me lleva a darte otro consejo. Como ya he insinuado antes, es posible que muy pronto Dumbledore deje de dirigir Hogwarts. Tus lealtades, Ron, no deberían estar con él, sino con el colegio y el Ministerio.
Mis lealtades están con el colegio_ dijo Ron_ pero de ninguna manera apoyaré al ministerio_ añadió_ a menos que cambien de ministro_ le susurró a Harry, que asintió, se alegraban que el ministro pareciera querer hacer lo correcto, había pasado demasiado para que lo apoyaran.
Lamento mucho saber que hasta ahora la profesora Umbridge no ha encontrado mucha cooperación por parte del profesorado en su intento de introducir esos necesarios cambios en Hogwarts que el Ministerio tan ardientemente desea
Claro que no la apoyaríamos_ dijo Minerva_ no tiene lo que se necesita.
Y sus cambios eran absurdos_ dijo Sybill.
(aunque a partir de la semana que viene creo que le resultará más fácil; te remito una vez más a El Profeta de mañana).
Eso provocó varios gemidos.
Ahí fue cuando la nombraron suprema inquisidora_ dijo Albus.
Lo único que ha hecho es fastidiar_ dijeron todos los profesores.
Sólo te diré una cosa: un alumno que demuestre estar dispuesto a ayudar a la profesora Umbridge en estos momentos podría ser un firme candidato al cargo de delegado dentro de un par de años.
No mientras yo tenga algo que decir al respecto_ dijo Minerva con firmeza, sabiendo que solo lo harían para aprovecharse del resto de sus compañeros.
Siento mucho que no pudiéramos vernos más este verano. No me gusta criticar a nuestros padres, pero me temo que no puedo continuar viviendo con ellos mientras sigan mezclándose con ese peligroso grupo que apoya a Dumbledore
Lo bueno es que no te gusta criticarnos_ dijo Molly.
Lo siento_ dijo Percy_ por suerte ya va a acabar la carta_ murmuró, Alicia apretó su mano de forma reconfortante.
(si escribes a nuestra madre, deberías decirle que a un tal Sturgis Podmore, gran amigo de Dumbledore, lo han enviado recientemente a Azkaban porque entró de forma ilegal en el Ministerio e intentó robar. Quizá la noticia le abra los ojos y le haga comprender que las personas con las que se relaciona son una pandilla de delincuentes).
Sturgis no es un delincuente_ dijo Kingsley_ es un buen hombre.
Seguro había una buena razón para que estuviera ahí_ dijo Amelia_ aunque no se me ocurre alguna que lo libre de Azkaban.
Me considero muy afortunado por haberme librado del estigma que conlleva asociarse con ese tipo de gente (el ministro se porta estupendamente conmigo),
Por supuesto que lo hace_ dijo Seamus, el ministro se encogió de hombros sin decir nada.
y de verdad, Ron, espero que no dejes que los lazos familiares te impidan ver lo erróneo de las opiniones y de los actos de nuestros padres. Ojalá con el tiempo se den cuenta de lo equivocados que estaban, y, por supuesto, cuando llegue ese día aceptaré sin reservas sus disculpas.
Qué amable de tu parte_ dijo Arthur_ no lo crees, querida.
Es bueno saber que estaba dispuesto a perdonarnos_ asintió Molly.
Lo siento_ dijo Percy sonrojado, mientras sus hermanos intentaban no reír.
Piensa con detenimiento en todo lo que te he dicho, por favor, especialmente en lo de Harry Potter, y felicidades una vez más por tu nombramiento. Tu hermano, Percy
Linda carta_ dijo Alicia_ tienes talento con las palabras_ varios asintieron.
No se supone que debes estar de mi lado_ preguntó Percy.
No en esto_ respondió Alicia.
Harry levantó la cabeza y miró a Ron. —Bueno —dijo intentando que pareciera que se había tomado aquella carta como una broma—, si quieres… ¿Cómo era?… —volvió a mirar la carta de Percy—. ¡Ah, sí! «Cortar los lazos» conmigo, te juro que no me pondré violento.
Fue bueno saberlo_ dijo Ron_ me preocupaba tanto lo que pudieras hacerme_ añadió con sarcasmo.
—Dámela —le pidió Ron tendiéndole una mano—. Es un completo… —añadió entrecortadamente mientras rompía la carta de Percy por la mitad—, absoluto… —la rompió en cuatro trozos—, y rematado… —la cortó en ocho trozos— imbécil. —Y los arrojó al fuego—.
Ante eso Percy hizo una mueca como si le doliera físicamente.
Tienes que entender que…_
Lo hago_ aseguró Percy interrumpiendo a Ron.
Démonos prisa, hemos de terminar esto antes del amanecer — le dijo con brusquedad a Harry, y cogió otra vez la redacción para la profesora Sinistra. Hermione miraba a Ron con una extraña expresión en la cara.
qué expresión era esa_ preguntó Astoria, Fred también se veía curioso.
No recuerdo_ dijo Hermione.
No noté nada raro_ dijo Ron.
—Dádmelas —dijo de pronto. —¿Qué? —se extrañó Ron. —Dádmelas, las repasaré y las corregiré —afirmó. —
En serio_ preguntaron varios sorprendidos.
Espero que le agradecieran_ dijo Molly_ pero deberías hacer su trabajo, querida_ Hermione se encogió de hombros mientras los chicos le sonreían.
¿Lo dices en serio? ¡Oh, Hermione, eres nuestra salvación! —exclamó Ron— ¿Qué puedo…?—Podéis decir esto: «Prometemos que nunca volveremos a dejar nuestros deberes para el último momento» —recitó ella tendiéndoles ambas manos para que le entregaran las redacciones, aunque con aire divertido.
Me parece un buen trato_ dijo Blaise_ pero dudo que lo cumplan.
Claro que lo haremos_ dijeron los chicos indignados.
Lo creeré cuando lo vea_ dijo Arthur.
—Un millón de gracias, Hermione —dijo Harry con un hilo de voz mientras le pasaba su redacción, y volvió a hundirse en su butaca frotándose los ojos. Ya era más de medianoche, y en la sala común sólo estaban ellos tres y Crookshanks. Lo único que se oía era el rasgueo de la pluma de Hermione mientras tachaba frases aquí y allá, y el ruido que hacía al pasar las páginas de los libros de consulta que había esparcidos sobre la mesa cuando buscaba algún dato en ellos.
No van a decir nada porque les haga la tarea_ preguntó Umbridge, incapaz de guardar silencio más tiempo.
Ya no eres maestra, Dolores_ dijo Minerva_ no tienes derecho a decir cuando debo regañar a mis alumnos_ añadió, haciéndole señas a Padma para que siga leyendo, aunque no estaba muy de acuerdo con que Hermione hiciera el trabajo por ellos.
Harry estaba agotado. Además, notaba una extraña sensación de vacío y de mareo en el estómago que no tenía nada que ver con el cansancio, pero sí con la carta de Percy, que ya había quedado reducida a cenizas en la chimenea. Harry era consciente de que la mitad de los estudiantes de Hogwarts lo consideraban raro, o incluso loco, y sabía que El Profeta llevaba meses haciendo comentarios maliciosos sobre él, pero ver todo eso escrito de puño y letra de Percy, y enterarse de que éste aconsejaba a Ron que dejara de ser amigo suyo y que le hablara de él a la profesora Umbridge, lo obligó a tomar conciencia real de la situación.
Lo siento Harry_ dijo Percy_ de verdad lamento todo lo que dije.
Sé que lo haces_ dijo Percy_ ya te disculpaste, no necesitas hacerlo de nuevo.
Yo creo que si_ dijo Percy, dándole una pequeña sonrisa, que Harry devolvió.
Hacía cuatro años que conocía a Percy, había estado en su casa durante las vacaciones de verano, había compartido una tienda con él durante los Mundiales de quidditch, había recibido de él la puntuación máxima en la segunda prueba del Torneo de los tres magos el año anterior, y, sin embargo, en esos momentos, Percy creía que era un desequilibrado y que hasta podía llegar a ser violento.
No te atrevas a disculparte otra vez, Percy_ advirtió Harry.
Yo en tu lugar le haría caso_ dijo Daphne_ se puede poner violento_ Percy se sonrojó, pero sonrió mientras Harry reía.
Entonces Harry sintió un arrebato de cariño hacia su padrino, y pensó que seguramente Sirius era la única persona capaz de comprender de verdad cómo se sentía él en aquel momento, porque Sirius estaba en la misma situación.
Agradezco el cariño_ dijo Sirius ocultando lo conmovido que se sentía_ pero desearía que no fuera por estar en la misma situación.
Si me compras un escarbato te amare para siempre_ dijo Harry, dándole ojos de cachorrito.
No caigas Sirius_ dijo Amelia.
Pero mira esa carita_ dijo Sirius, Amelia lo cogió de la cara y lo obligó a mirar el libro.
Hay que intentarlo cuando la tía no este_ dijo Susan, Harry asintió mientras Amelia los miraba mal.
Casi toda la comunidad de los magos creía que era un peligroso asesino y uno de los más fieles seguidores de Voldemort, y él había tenido que aguantar aquello durante catorce años…
Pero ya no más_ dijo Sirius emocionado_ tengo muchos planes, ahora que soy libre.
Después nos cuentas Sirius_ dijo Tonks con una sonrisa.
Harry parpadeó, pues acababa de ver algo en el fuego que no podía estar allí. Había aparecido un instante y luego había desaparecido. No, no podía ser… Se lo había imaginado porque estaba pensando en Sirius…
Qué pasó_ preguntó Narcissa.
Ya sale_ dijo Harry.
—Bueno, ya puedes pasarla a limpio —le dijo Hermione a Ron acercándole su redacción y una hoja con lo que ella había escrito—; luego añade las conclusiones que he redactado yo. —En serio, Hermione, eres la persona más maravillosa que he conocido jamás — repuso Ron con timidez—,
Estaba agradecido porque nos ayudara_ dijo Ron sonrojado cuando sus amigos empezaron a silbar y hacer ruidos de besos.
Eso espero_ dijo Fred, Astoria asintió.
y si vuelvo a ser maleducado contigo… —… sabré que vuelves a ser el de siempre —terminó Hermione—.
Esperemos que no tarde_ dijo George_ es muy raro escucharte hablarle así_ varios asintieron.
Yo creo que es lindo_ dio Romilda, los que los querían como pareja asintieron.
Harry, la tuya está bien, excepto este trozo del final. Creo que no oíste bien lo que decía la profesora Sinistra: Europa está cubierta de hielo, no de pelo.
Harry se sonrojó cuando todos estallaron en carcajadas.
Un error lo comete cualquiera_ dijo La profesora Sinistra pareciendo muy divertida.
¿Me oyes, Harry? Harry se había levantado de la butaca y estaba arrodillado en la chamuscada y raída alfombra que había delante de la chimenea, contemplando las llamas. —Harry —dijo Ron, desconcertado—. ¿Qué haces ahí? —Acabo de ver la cabeza de Sirius en el fuego —explicó Harry.
Mi ahijado necesitaba hablar conmigo_ dijo Sirius cuando todos lo miraron_ era la mejor forma de hacerlo.
No sé por qué me sorprende_ suspiró Andrómeda.
Lo dijo con mucha calma; al fin y al cabo, había visto la cabeza de Sirius en aquella misma chimenea el año anterior y había hablado con él. Con todo, no estaba seguro de haberla visto esta vez… Había desaparecido tan deprisa… —¿La cabeza de Sirius? —repitió Hermione—. ¿Como aquella vez que quería hablar contigo durante el Torneo de los tres magos? Pero no creo que vaya a hacerlo ahora, sería demasiado… ¡Sirius!
Concuerdo_ dijo Augusta_ es demasiado Sirius.
Lo tomare como un cumplido_ dijo Sirius, sin saber si había sido insultado.
Acababa de ver la cabeza de Sirius_ aclaró Hermione.
La chica dio un grito ahogado y se quedó mirando el fuego mientras Ron soltaba la pluma. En medio de las llamas, efectivamente, estaba la cabeza de Sirius, con el largo y oscuro cabello enmarcando su sonriente rostro. —Empezaba a pensar que subiríais a acostaros antes de que se hubieran marchado los demás —dijo—. He venido a vigilar todas las horas. —¿Has aparecido en el fuego hora tras hora? —le preguntó Harry conteniendo la risa. —Sólo unos segundos, para comprobar si había moros en la costa. —
Sirius_ lo regañó Amelia.
Vamos Amy, no pasó nada_ dijo Sirius.
Fuiste muy irresponsable_ dijo Amelia.
Lo sé_ suspiró Sirius_ pero no podía escribirle para que me encuentre, alguien podía ver su carta.
Pero ¿y si llega a verte alguien? —dijo Hermione con nerviosismo. —Bueno, creo que antes me ha visto una chica que debía de ser de primero, por la pinta que tenía, pero no os preocupéis —se apresuró a añadir Sirius al ver que Hermione se llevaba una mano a la boca—, desaparecí en cuanto volvió a mirarme, y estoy seguro de que pensó que sólo era un tronco con forma rara o algo así.
Te dije que no estaba loca_ le dijo la pequeña leona a su compañera de cuarto.
Perdón por haber dudado_ se disculpó con su amiga.
Lo siento_ dijo Sirius sonriéndole, ella le devolvió la sonrisa algo sonrojada.
—Pero Sirius, esto es muy arriesgado… —empezó Hermione. —Me recuerdas a Molly —repuso Sirius—.
No lo digas como si fuera algo malo_ dijo Molly.
No lo es_ aseguró Hermione.
No lo dije como algo malo_ aseguró Sirius_ simplemente en ese momento me recordó a ti.
Ésta ha sido la única manera que se me ha ocurrido de contestar a la carta de Harry sin recurrir a un código. Además, los códigos pueden descifrarse.
Eso es cierto_ dijo Moody con aprobación.
Cuando Sirius mencionó la carta de Harry, Hermione y Ron giraron la cabeza y se quedaron observando a su amigo. —¡No nos dijiste que habías escrito a Sirius! —protestó Hermione. —Se me olvidó —repuso Harry, y era cierto: su encuentro con Cho en la lechucería le había borrado de la mente todo lo ocurrido con anterioridad—.
Entendible_ dijo Daphne_ que te considerara valiente era lo más importante_ varios asintieron.
Me alegra que lo comprendan_ dijo Harry sonriendo con descaro, a pesar de su sonrojo.
No me mires así, Hermione, era imposible que alguien obtuviera información secreta de esa carta, ¿verdad, Sirius? —Sí, era muy buena —confirmó éste sonriendo—. Bueno, será mejor que nos demos prisa, por si alguien nos molesta. A ver, tu cicatriz… —¿Qué pasa con…? —empezó a decir Ron, pero Hermione lo interrumpió. —Ya te lo contaremos más tarde, Ron.
No pueden ponerse a explicar_ dijo Kingsley_ escuchar a Sirius es lo más importante.
Espero que ayudara en algo_ dijo Albus.
Sigue, Sirius. —Mira, ya sé que no tiene ninguna gracia que te duela, pero no creemos que sea algo por lo que debamos preocuparnos. El año pasado te dolía continuamente, ¿no?—Sí, y Dumbledore dijo que sucedía cada vez que Voldemort sentía una intensa emoción —explicó Harry, ignorando, como de costumbre, las muecas de Ron y Hermione—.
Después dicen que yo soy el insensible_ dijo Ron.
Ya deberían haberse acostumbrado_ se defendió Harry.
No es momento niños_ dijo Molly, interrumpiéndolos.
Quizá sólo se tratara de que Voldemort estaba…, no sé, muy enfadado o algo así la noche de mi castigo. —Bueno, ahora que ha regresado, es lógico que te duela más a menudo —afirmó Sirius. —Entonces, ¿no crees que tenga nada que ver con el hecho de que la profesora Umbridge me tocara mientras estaba cumpliendo el castigo con ella? —inquirió Harry. —Lo dudo. No la conozco personalmente, pero sé la fama que tiene y estoy seguro de que no es una mortífaga. —
No lo soy_ dijo Umbridge.
Eso es lo de menos_ respondió Fudge, con una mirada severa.
Azkaban no es solo para mortifagos_ dijo Moody.
Pues es lo bastante repugnante para serlo —opinó Harry con desánimo, y Ron y Hermione asintieron enérgicamente, dándole la razón. —
Ya sé que ese hubiera sido un buen momento para decirte lo que pasaba_ suspiró Harry cuando Sirius abrió la boca.
Yo no iba a decir eso_ dijo Sirius_ es tu conciencia la que habla.
Claro_ dijo Harry con sarcasmo.
Sí, pero el mundo no está dividido en buenas personas y mortífagos —aclaró Sirius con una sonrisa irónica—.
Me alegra que lo tengas claro_ dijo Albus.
Es la verdad_ dijo Sirius encogiéndose de hombros.
De todos modos, ya sé que es una imbécil.
Eso salta a la vista_ dijo Luna, todos asintieron, recibiendo miradas indignadas de la ex profesora.
Deberíais oír a Remus hablar de ella. —¿Lupin la conoce? —preguntó Harry rápidamente,
Por suerte no lo hacía_ dijo Remus.
Entonces_ preguntó Cedric, Remus señaló el libro.
recordando los comentarios sobre híbridos peligrosos que la profesora Umbridge hizo en su primera clase. —No —respondió Sirius—, pero hace dos años ella redactó el borrador de una ley anti hombres lobo, y por culpa de esa ley, Remus tiene muchos problemas para conseguir trabajo. Harry se acordó del descuidado y empobrecido aspecto que Lupin tenía últimamente, y sintió aún más desprecio hacia la profesora Umbridge.
Entonces ella tiene la culpa_ preguntó Angelina indignada.
Gran parte de la culpa_ dijo Remus_ pero muchos en el ministerio están a favor de eso.
Y luego se quejan de que luchen contra nosotros_ dijo Amos negando con la cabeza.
Veremos que se puede hacer al respecto_ se comprometió Fudge.
—¿Qué tiene contra los hombres lobo? —preguntó Hermione, enojada. —Supongo que miedo —contestó Sirius sonriendo ante la indignación de Hermione—. Por lo visto odia a los semihumanos;
Quiere ser la única semihumana_ dijo Tonks.
No soy semihumana_ dijo Umbridge indignada.
No es mitad sapo_ preguntó Tonks, con falso desconcierto, sacándole una sonrisa a Remus, mientras los demás reían ante la indignación de Umbridge.
el año pasado hizo una campaña para reunir a toda la gente del agua y etiquetarla.
Enserio_ preguntó Justin, varios asintieron.
Cual seria la finalidad de eso_ preguntó Neville_ es estúpido.
Muy estúpido_ confirmó Adrián.
Imaginaos, perder el tiempo y la energía persiguiendo a la gente del agua, cuando hay tantos sinvergüenzas sueltos, como Kreacher. Ron rió, pero Hermione estaba muy enfadada. —¡Sirius! —exclamó en tono de reproche—. En serio, si te esforzaras un poco con Kreacher, estoy segura de que él reaccionaría.
Lo dudo_ dijo Sirius_ pero hagamos la prueba.
Bien_ dijo Hermione sonriéndole.
Pero eso no quita el hecho de que es un sinvergüenza_ añadió Sirius intentando no sonreír ante el ceño fruncido de Hermione.
Después de todo, eres el único miembro de la familia que le queda, y el profesor Dumbledore dijo que… —Bueno, ¿qué tal son las clases con Umbridge? —la interrumpió Sirius—. ¿Qué hace, os entrena a todos para exterminar híbridos? —No —contestó Harry
Eso requeriría magia_ dijo Theo.
Y más habilidad de la que ella podría enseñarnos_ dijo Ginny, recibiendo muchos asentimientos.
sin hacer caso del gesto ofendido de Hermione por haber sido interrumpida en su defensa de Kreacher—.
Sirius nunca me hace caso_ dijo Hermione con un puchero.
Ya te dije que lo intentare_ suspiró Sirius.
¡No nos deja hacer magia! —Lo único que hacemos es leer esos estúpidos libros de texto —añadió Ron. —No me extraña —dijo Sirius—. Según hemos sabido por las fuentes que tenemos en el Ministerio, Fudge no quiere que recibáis entrenamiento para el combate. —¿Entrenamiento para el combate? —repitió Harry, incrédulo—. ¿Qué piensa que hacemos aquí, formar una especie de ejército mágico? —Eso es exactamente lo que piensa que hacéis —confirmó Sirius—,
Estoy segura que lo hacen_ dijo Umbridge_ yo solo intento protegerlo ministro_ añadió mirando suplicante a Fudge.
El libro ya habría dicho algo al respecto_ dijo Fudge, mientras el ED intercambiaba discretas sonrisas ante lo irónico de la situación.
o, mejor dicho, eso es exactamente lo que teme que hace Dumbledore: formar su ejército privado, con el que podrá enfrentarse al Ministerio de Magia.
Estoy convencida que…_ Umbridge fue interrumpida.
Yo no tengo un ejército_ dijo Albus tranquilamente, aunque a varios les pareció que tenía un brillo en los ojos cuando miró a los alumnos, pero se fue rápidamente, así que tal vez lo imaginaron.
Se produjo una pausa, y luego Ron dijo: —Es la cosa más estúpida que he oído en mi vida, incluidas todas las tonterías que dice Luna Lovegood. —Entonces ¿no nos dejan aprender Defensa Contra las Artes Oscuras porque Fudge teme que utilicemos los hechizos contra el Ministerio? —preguntó Hermione, furiosa. —Exacto —afirmó Sirius—. Fudge cree que Dumbledore no se detendrá ante nada con tal de alcanzar el poder.
Dumbledore no necesita un ejercito para tener poder_ dijo Moody poniendo los ojos en blanco_ si quisiera ya sería el ministro.
Prefiero quedarme con mis alumnos_ dijo Albus_ no me interesa tal posición.
Lo sabemos_ dijeron los estudiantes, sonriéndole.
Cada día que pasa está más paranoico con él. Sólo es cuestión de tiempo que dé la orden de detenerlo bajo alguna acusación falsa. Aquellas palabras hicieron que Harry recordara la carta de Percy. —¿Sabes si mañana va a salir algo sobre Dumbledore en El Profeta? Percy, el hermano de Ron, dice que sí… —No lo sé —repuso Sirius—. No he visto a nadie de la Orden en todo el fin de semana; andaban todos muy ocupados. Hemos estado solos Kreacher y yo… La voz de Sirius tenía un claro deje de amargura.
No lo culpo_ murmuraron varios.
La bueno es que la casa nunca más estará vacía_ dijo Sirius_ mucha gente vivirá ahí_ añadió emocionado, consiguiendo muchas sonrisas.
—Entonces ¿tampoco has tenido noticias de Hagrid? —Ah… —dijo Sirius—, bueno, ya tendría que haber vuelto, nadie sabe con certeza qué le ha pasado. —Entonces, al ver los acongojados rostros de los tres amigos, se apresuró a añadir—: Pero Dumbledore no está preocupado, así que no os pongáis nerviosos. Estoy seguro de que Hagrid está bien.
Lo estaba_ dijo Hagrid_ solo tuve que hacer algo primero.
Qué_ preguntó Collin, Hagrid se limitó a sonreír y no contestó.
—Pero si ya tendría que haber vuelto… —insistió Hermione con un hilo de voz. —Madame Máxime estaba con él; hemos hablado con ella y dice que se separaron en el viaje de regreso a casa, pero nada indica que pueda estar herido o… Bueno, nada indica que no esté perfectamente bien. —Harry, Ron y Hermione, poco convencidos, intercambiaron miradas de preocupación—.
Será mejor que tengas una buena justificación, Hagrid_ advirtieron sus alumnos.
Tengo una enorme justificación_ aseguró Hagrid con una sonrisa.
Mirad, será mejor que no hagáis muchas preguntas sobre Hagrid —continuó Sirius—. Con eso sólo conseguiréis atraer la atención hacia el hecho de que no ha vuelto, y sé que a Dumbledore no le interesa. Hagrid es un tipo duro, seguro que está bien. —Y como no pareció que sus palabras animaran a los chicos, añadió—: Por cierto, ¿cuándo es vuestra próxima excursión a Hogsmeade? Se me ha ocurrido que ya que nos salió bien lo del disfraz de perro en la estación, podríamos…
Será mejor que no_ le dijo Amelia.
Es el pasado_ le recordó Sirius.
Lo sé_ suspiró Amelia_ no puedo evitar preocuparme.
No me he reunido con ellos_ informó Sirius, para tranquilizarla.
—¡NO! —saltaron Harry y Hermione a la vez, gritando.—Sirius, ¿acaso no lees El Profeta? —le preguntó Hermione muy angustiada. —¡Oh, El Profeta!—exclamó Sirius sonriendo—. Les encantaría saber por dónde ando, pero en realidad no tienen ni idea…
Que supieran que estas en el país es lo suficientemente peligroso_ dijo Remus.
Lo sé_ dijo Sirius, resignado.
—Creemos que esta vez sospechan algo —intervino Harry—. Algo que comentó Malfoy en el tren, utilizando la palabra «perro», nos hizo pensar que sabía que eras tú, y su padre estaba en el andén, Sirius, ya sabes, Lucius Malfoy, así que sobre todo no te acerques por aquí. Si Malfoy vuelve a reconocerte… —De acuerdo, de acuerdo —repuso Sirius con aire muy contrariado—. Sólo era una idea, pensé que te gustaría que nos viéramos. —¡Claro que me gustaría, pero no quiero que vuelvan a encerrarte en Azkaban! —aclaró Harry.
Era un riesgo demasiado grande_ dijo Harry.
Me sentía solo_ dijo Sirius_ quería pasar un tiempo contigo.
Yo igual, pero no te perderé por eso_ dijo Harry.
Hubo una pausa durante la cual Sirius se quedó mirando a su ahijado desde el fuego, frunciendo el entrecejo. —No te pareces a tu padre tanto como yo creía —comentó entonces con frialdad —. Para James, el riesgo habría sido lo divertido.
Sirius_ lo regañó Remus.
Lo siento cachorro_ dijo Sirius sinceramente_ fue un poco doloroso que no quisieras verme_ Harry asintió.
Para papá realmente habría sido divertido_ preguntó Harry.
Es difícil saberlo_ dijo Sirius_ le gustaban los riesgos, pero no expondría a las personas que amaba.
—Mira… —Bueno, tengo que marcharme. Oigo a Kreacher bajando por la escalera —dijo Sirius, pero Harry estaba seguro de que mentía—. Ya te escribiré diciéndote a qué hora puedo volver a aparecer en el fuego, ¿está bien? Si no lo encuentras demasiado arriesgado, claro… Entonces se oyó un débil «¡Pum!», y donde antes estaba la cabeza de Sirius volvieron a verse sólo llamas.
Es el final del capítulo_ dijo Padma cerrando el libro.
Es raro_ dijo Daphne_ en el libro anterior te molestaste solo porque Harry fue a hablar con Viktor y ahora no parece importarte la seguridad.
Eso es porque quien estaba en peligro era Harry_ explicó Remus cuando Sirius no contestó_ pero Sirius tiene muy poca preocupación por su propia seguridad_ añadió.
Y así me regaña_ dijo Harry mirando mal a su padrino que le dio una pequeña sonrisa.
