HARRY POTTER LE PERTENECE A JK ROWLING
Harry Potter, los personajes y todo lo de negrita le pertenecen a
J. K. ROWLING.
Hola espero que les guste el capitulo, por favor voten y comente que les pareció.
Quién quiere leer ahora_ preguntó el director, lo del ED miraron a Harry que negó, así que ninguno de ellos levantó la mano.
Creo que leeré yo_ dijo Molly con una mirada sospechosa, recibiendo sonrisas inocentes.
Reunión en Cabeza de Puerco_ leyó frunciendo el ceño_ qué hacían ustedes ahí_ preguntó, los profesores también querían saber.
Creo que es mejor seguir leyendo_ dijo Sirius salvándolos de contestar.
Hermione no volvió a mencionar su idea de que Harry les enseñara Defensa Contra las Artes Oscuras hasta al cabo de dos semanas. Harry (quien no estaba seguro de que las palabras que tenía grabadas en el dorso de la mano llegaran a desaparecer del todo)
No creo que vayan a hacerlo_ dijo Poppy cuando la miraron.
No lo harán_ dijo Umbridge_ eso le enseña a…_
Si yo fuera tú, rogaria por qué las cicatrices desparecieran_ la interrumpió Amelia_ solo estás complicando tu situación.
Le leyeron sus derechos_ preguntó Moody, Kingsley y Tonks asintieron.
ya había terminado los castigos con la profesora Umbridge; Ron había asistido a cuatro entrenamientos de quidditch más, y en los dos últimos no le habían gritado;
eso no era necesario_ se quejó Ron sonrojado, recibiendo una mirada de disculpa de Harry.
Vamos Ron, eso significa que mejoraste_ dijo Bill.
y los tres amigos habían conseguido hacer desaparecer sus ratones en la clase de Transformaciones (es más, Hermione había progresado y había hecho desaparecer gatitos), antes de que volvieran a abordar el tema durante una desapacible y tempestuosa tarde de finales de septiembre, cuando estaban sentados en la biblioteca buscando ingredientes de pociones para un trabajo que les había encargado Snape.
Íbamos tan bien_ gimió Sirius, ganándose una mirada fulminante de Severus mientras los demás le sonreían.
Esa semana no podía ser tan buena_ dijo Harry encogiéndose de hombros.
—Harry —dijo de pronto Hermione—, ¿has vuelto a pensar en la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras? —Pues claro —repuso Harry malhumorado—. ¿Cómo vamos a olvidarla, con la arpía que tenemos de profesora? —Me refería a la idea que tuvimos Ron y yo… —Ron, alarmado, le dirigió una mirada amenazadora a Hermione, quien frunció el entrecejo y rectificó—:acuerdo, de acuerdo, a la idea que tuve yo de que nos dieras clase.
Nadie pudo evitar reír ante eso mientras Harry miraba a sus amigos sin saber quién estaba más rojo.
Dime que lo consideraste_ pidió Daphne, Harry se encogió de hombros y no contestó.
Harry no contestó enseguida. Fingió que leía detenidamente una página de Antídotos asiáticos, porque no quería decir lo que estaba pensando. Lo cierto era que durante aquellas dos semanas había reflexionado mucho sobre aquel tema. A veces le parecía una idea descabellada, como le había parecido la noche que Hermione se la propuso, pero otras se sorprendía a sí mismo pensando en los hechizos que más le habían servido en sus diversos enfrentamientos con mortífagos y criaturas tenebrosas; y no sólo eso, a veces se sorprendía a sí mismo planeando inconscientemente las clases…
Harry se sonrojó cuando todos voltearon a mirarlo.
De verdad_ preguntó Ron.
Fue una buena idea_ asintió Harry.
Entonces lo hicieron_ preguntó Amelia, frunciendo el ceño cuando nadie contestó.
—Bueno —dijo con lentitud, pues ya no podía continuar simulando que le interesaba muchísimo Antídotos asiáticos—. Sí, he pensado un poco. —¿Y? —preguntó Hermione, esperanzada. —No lo sé —empezó Harry para ganar tiempo.
Harry_ gimieron vario.
Aceptaste o no_ preguntó Blaise, de nuevo no hubo respuesta.
Luego levantó la cabeza y miró a Ron. —A mí me pareció buena idea desde el principio —afirmó éste, que parecía más dispuesto a participar en aquella conversación ahora que estaba seguro de que Harry no iba a ponerse a gritar otra vez.
A ver quién te apoya cuando el libro te avergüence_ dijo Ron, sonrojado mirando mal a Harry cuando todos se rieron.
Era lo que parecía_ se defendió Harry, intentando no reír, pero fallando.
Harry, incómodo, cambió de postura en la silla. —Ya os dije que gran parte de mi éxito se debió a la suerte. —Sí, Harry —replicó Hermione suavemente—, pero de todos modos es inútil que finjas que no eres bueno en Defensa Contra las Artes Oscuras, porque lo eres. El año pasado fuiste el único estudiante que supo bloquear la maldición Imperius a la perfección, sabes hacer aparecer un patronus, sabes hacer cosas que muchos magos adultos no saben.
eso es cierto_ dijo Oliver_ eres la mejor opción para enseñarles.
Puede que tengas razón_ concedió Harry.
Entonces vas a enseñar_ preguntó Theo.
Ya veremos_ dijo Harry, mientras los del ED se mordían la lengua para no reír.
Viktor siempre decía… Ron giró la cabeza hacia ella, y lo hizo tan bruscamente que dio la impresión de que se había lastimado el cuello.
Creo que no le gustó escuchar eso_ dijo Astoria con sarcasmo mirando a Ron que se sonrojó mientras los demás lo miraban divertidos.
Lo que pasa es que pensé que ya nos habíamos librado de él_ explicó Ron.
Pues me verán mucho_ informó Viktor.
Si no queda de otra_ suspiró Fred fingiendo resignación, Viktor lo miró ofendido mientras Hermione negaba con la cabeza.
Se lo frotó y dijo: —¿Ah, sí? ¿Qué decía Vicky? —
Parece que seguirá llamándote Vicky_ dijo Oliver, Ron se encogió de hombros sin arrepentirse.
Mejor que ser llamado prenda_ contestó Viktor, haciendo reír a todos cuando Ron le frunció el ceño.
¡Jo, jo! —dijo Hermione con voz de aburrimiento—. Decía que Harry sabía hacer cosas que ni siquiera él sabía hacer, y eso que estaba en el último curso del Instituto Durmstrang.
Era entra entre nosotros, Hermione_ dijo Viktor.
Realmente dijiste eso_ preguntó Seamus sorprendido.
Harry mostró mucha habilidad el curso anterior_ respondió Viktor.
Ron miraba a Hermione con recelo. —No seguirás en contacto con él, ¿verdad? —¿Qué hay de malo en eso? —repuso Hermione en tono cortante, aunque se había ruborizado un poco—. Si quiero, puedo tener un amigo por correspondencia…
Todavía estaban en contacto_ preguntó Lavender, sorprendida.
Somos buenos amigos_ contestó Hermione intercambiando una sonrisa con Viktor.
—Eso no era lo único que él quería —comentó Ron con aire acusador.
Pero era lo único que ella quería_ dijo Viktor_ tuve que resignarme_ añadió, guiñándole un ojo a Hermione, más que nada para molestar a Fred, que lo miró con el ceño fruncido.
Hermione movió negativamente la cabeza, exasperada, y sin hacer caso a Ron, que seguía mirándola fijamente, le dijo a Harry: —Bueno, ¿qué dices? ¿Nos enseñarás? —Vale, pero sólo a ti y a Ron, ¿no? —Verás… —comenzó Hermione con cierto nerviosismo—. Bueno, ahora no vuelvas a subirte por las paredes, Harry, por favor…, pero creo que deberías enseñar a todo aquel que quiera aprender. Mira, estamos hablando de defendernos de VoVoldemort. No seas ridículo, Ron. No sería justo que no ofreciéramos a los demás la posibilidad de aprender.
Mientras más se unan mejor_ dijo Moody_ una guerra no la gana una sola persona, así que si logras que aprendan algo, seria de mucha ayuda.
Lo sé_ fue todo lo que dijo Harry.
Harry lo pensó un momento, y entonces respondió: —Sí, pero dudo que haya alguien, aparte de vosotros dos, que esté interesado en que le dé clase. Recuerda que soy un chiflado. —
No todos pensaban así_ dijo Neville_ lo que sucede es que estabas más preocupado por los que lo hacían que no te dabas cuanta de la cantidad de alumnos que te respaldábamos_ explicó.
Empiezo a ver eso_ dijo Harry sonriéndole.
Creo que te sorprenderías de la cantidad de gente a la que le apetecería escuchar lo que tú tengas que decir —afirmó Hermione muy seria—.
Me sorprendió_ asintió Harry_ no esperaba tanta gente interesada_ añadió.
Mira —se inclinó hacia Harry; Ron, que todavía la miraba ceñudo, se inclinó también para enterarse—,
Te enojaras cada vez que ella haga un amigo_ preguntó Astoria, mientras todos miraban a Ron con diversión.
Tal vez_ respondió Ron encogiéndose de hombros, a pesar de su sonrojo.
¿recuerdas que el primer fin de semana de octubre tenemos la excursión a Hogsmeade? ¿Qué te parecería si le dijéramos a los que estén interesados que se reúnan con nosotros en el pueblo para que podamos discutirlo? —¿Por qué tenemos que hacerlo fuera del colegio? —preguntó Ron. —Porque no creo que Umbridge se pusiera muy contenta si descubriera lo que estamos tramando —contestó Hermione,
Habría puesto la misma cara que ahora_ dijo Ginny, todos voltearon a ver a Umbridge que tenía una de las expresiones más agrias hasta el momento.
Aunque sospechaba que algo pasaba_ dijo Angelina.
Claro que lo hice_ dijo Umbridge_ ministro traté de impedirlo…_ se detuvo cuando vio que el ministro no parecía escucharla.
y volvió al diagrama de la col masticadora china que estaba copiando. Harry estaba deseando que llegara el fin de semana para ir de excursión a Hogsmeade, aunque había una cosa que le preocupaba. Sirius había mantenido un silencio sepulcral desde el día que apareció en el fuego de la chimenea a principios de septiembre; Harry sabía que habían logrado que se enfadara al decirle que no querían que los acompañara, pero de vez en cuando todavía le preocupaba más que Sirius tirara las precauciones por la borda y decidiera presentarse.
No lo hice_ dijo Sirius cuando varios lo miraron_ si Harry no quería verme, no tenía caso_ se encogió de hombros.
Si quería verte_ dijo Harry_ sabes que ese no era el problema.
Sirius sabía que Tenías razón_ explicó Remus_ aunque no quiera admitirlo_ Sirius se encogió den hombros, pero le sonrió a su ahijado.
¿Qué harían si un gran perro negro se les acercaba dando saltos por una calle de Hogsmeade, quizá ante las narices de Draco Malfoy? —
Podrías hechizar a Malfoy para que no hable_ dijo Adrián.
Sería bueno_ dijeron varios con expresiones soñadoras, ganándose malas miradas de Draco.
Tienes que comprender que le apetezca salir a darse un garbeo —opinó Ron cuando Harry compartió sus temores con él y con Hermione—. Ten en cuenta que lleva más de dos años huyendo de la justicia, ¿no?, y ya sé que no debe de haber sido divertido, pero al menos era libre.
Fue mejor que estar en esa casa_ asintió Sirius_ aunque fuera como perro pude disfrutar un rato.
Sin embargo, ahora está encerrado día y noche con ese horrendo elfo. Hermione miró con gesto reprobador a Ron, pero ignoró la alusión a Kreacher. —El problema —le dijo Hermione a Harry— es que Sirius tendrá que permanecer escondido hasta que Vo-Voldemort, ¡Ron, por favor!, salga y dé la cara, ¿no? Quiero decir que el imbécil del ministro
Como te atreves_ preguntó Umbridge con indignación, esperando volver a ganarse al ministro.
Solo vamos a seguir_ dijo Fudge con un suspiro resignado.
Es tan raro ver al ministro actuar así_ dijo Ron a Harry y Hermione, que asintieron.
no se dará cuenta de que Sirius es inocente hasta que acepte que Dumbledore siempre le ha dicho la verdad sobre él. Y cuando esos inútiles empiecen a atrapar a mortífagos de verdad comprenderán que Sirius no es uno de ellos. Ni siquiera tiene la marca.
Esperemos que tengas razón_ dijo Luna_ y el ministerio comprenda la situación_ todos asintieron.
Es necesario decir imbécil o inútil cuando se refiera a alguien del ministerio_ preguntó Fudge.
Alivia el estrés_ explicó Hermione_ debería intentarlo_ añadió.
Así que Harry grita, Hermione insulta_ empezó Parvati_ que hace Ron_ preguntó, Rn se limitó a sonreír con inocencia cuando todos lo miraron.
—No creo que sea tan estúpido para venir —terció Ron convencido—.
Palabra clave tan_ dijo Tonks mirando a Sirius.
Oye_ se ofendió Sirius_ seguro que Ron no piensa que soy estúpido_ dijo, mirando mal a Ron cuando solo le dio una sonrisa.
Dumbledore se enfadaría muchísimo si lo hiciera, y Sirius siempre hace caso a Dumbledore, aunque no le guste lo que le manda.
No me quedaba de otra_ dijo Sirius.
Era por tu bien_ dijo Albus.
Como Harry seguía preocupado, Hermione añadió: —Ron y yo hemos estado sondeando a la gente que creíamos que querría aprender algo de Defensa Contra las Artes Oscuras, y hay un par de personas que parecen interesadas. Les hemos dicho que se reúnan con nosotros en Hogsmeade. —Vale —contestó Harry vagamente, pues seguía pensando en Sirius. —No te angusties, Harry —lo animó Hermione—. Ya tienes bastantes problemas sin Sirius. Hermione tenía razón.
La tiene_ dijo Sirius_ además, yo no me aparecería sin decirte.
Mejor no te aparezcas y punto_ dijo Andrómeda.
No puedo prometer tanto_ dijo Sirius_ no sé que pasara en el libro_ añadió cuando su novia le dio una mirada molesta.
Harry no conseguía llevar los deberes al día, aunque su situación había mejorado mucho porque ya no debía pasarse todas las tardes castigado con la profesora Umbridge. Ron, en cambio, iba más atrasado aún porque, además de entrenar dos veces por semana, tenía sus obligaciones de prefecto. Por su parte Hermione, que tenía más asignaturas que ellos dos, no sólo había terminado todos sus deberes, sino que también había encontrado tiempo para seguir tejiendo ropa para los elfos.
Si la hubieran escuchado tendrían más tiempo libre_ dijo Arthur.
Ya no es tan malo_ aseguraron Ron y Harry.
Estás al día en todos tus deberes_ preguntó Dean sorprendido, Hermione asintió.
Y Harry tenía que admitir que Hermione estaba mejorando: ya casi siempre era posible distinguir los gorros de los calcetines.
Harry_ se quejó Hermione cuando varios la felicitaron.
Es la verdad_ se defendió Harry.
La mañana de la excursión a Hogsmeade amaneció despejada pero ventosa. Después de desayunar formaron una fila delante de Filch, que comprobó que sus nombres aparecían en la larga lista de estudiantes que tenían permiso de sus padres o tutores para visitar el pueblo. Harry recordó con cierto remordimiento que, de no ser por Sirius, no habría podido hacer la excursión.
Au_ dijo Sirius, sobando su nuca cuando Remus lo golpeó_ lo siento, cachorro, no era mi intención hacerte sentir mal.
Ya no importa_ dijo Harry con una risita.
Cuando Harry llegó frente a Filch, el conserje aspiró fuerte por la nariz, como si intentara detectar algún tufillo en Harry.
Agradecería que el personal no olfateara a mi ahijado_ dijo Sirius mirando a Dumbledore.
Su ahijado también lo agradecería_ dijo Harry.
Veré que puedo hacer_ dijo Albus negando con la cabeza.
Luego hizo un brusco movimiento con la cabeza y volvió a temblarle la parte inferior de los carrillos; Harry siguió adelante y salió a la escalera de piedra y a la fría y soleada mañana. —Oye, ¿por qué te ha olfateado Filch? —le preguntó Ron cuando los tres echaron a andar a buen paso por el ancho camino hacia la verja. —Supongo que quería comprobar si olía a bombas fétidas —contestó Harry con una risita—. Se me olvidó contároslo… Y les explicó lo que había sucedido segundos más tarde de haber enviado la carta a Sirius, cuando Filch entró en la lechucería exigiéndole que le enseñara la misiva.
Después del momento con Cho quién piensa en Filch_ dijo Cedric_ es normal que lo olvidaras_ asintió ocasionando varias risas.
Habían pasado muchas cosas_ dijo Harry sonrojado, mientras Cho miraba mal a Cedric, que le sonreía.
A Harry le sorprendió un poco que Hermione considerara tan interesante su historia, mucho más, desde luego, de lo que a él mismo le parecía. —¿Filch dijo que había recibido un chivatazo de que ibas a encargar bombas fétidas? Pero ¿quién se lo dio? —No lo sé —respondió Harry, encogiéndose de hombros—. A lo mejor fue Malfoy; seguramente creyó que sería divertido. Pasaron entre los altos pilares de piedra coronados con sendos cerdos alados y torcieron a la izquierda por la carretera que conducía al pueblo. El viento los despeinaba y el cabello les tapaba los ojos. —¿Malfoy? —dijo Hermione, escéptica—. Bueno, sí, a lo mejor fue él… Y siguió muy pensativa hasta que llegaron a las afueras de Hogsmeade.
Granger sabe que algo raro está pasando_ dijo Kingsley.
Tienes una mente desconfiada, chica_ dijo Moody_ me gusta_ asintió con aprobación, Hermione se sonrojó, pero le sonrió.
Claro que te gustaría_ dijo Tonks rodando los ojos_ pero es bueno que no tomes las cosas a la ligera.
—Bueno, ¿adónde vamos? —preguntó Harry—. ¿A Las Tres Escobas? —No, no —repuso Hermione saliendo de su ensimismamiento—. No, siempre está abarrotado y hay mucho ruido. He quedado con los otros en Cabeza de Puerco, ese otro pub, ya lo conocéis, el que no está en la calle principal.
Bueno, ya sabemos lo que hacían ahí_ dijo Charlie.
No me gusta_ dijo Molly.
Estoy seguro que el punto es que no les guste a los adultos_ dijo Fleur, varios asintieron_ no después de todo lo leído_ murmuró, Bill asintió.
Me parece que no es… muy recomendable,
No es para niños_ dijo Molly, todos se encogieron de hombros.
pero los alumnos de Hogwarts no suelen ir allí, así que no creo que nos oiga nadie. Bajaron por la calle principal y pasaron por delante de la tienda de artículos de broma de Zonko, donde no les sorprendió nada ver a Fred, George y Lee Jordan; luego dejaron atrás la oficina de correos, de donde salían lechuzas a intervalos regulares, y torcieron por una calle lateral al final de la cual había una pequeña posada. Un estropeado letrero de madera colgaba de un oxidado soporte que había sobre la puerta, con un dibujo de una cabeza de jabalí cortada que goteaba sangre sobre la tela blanca en la que estaba colocada.
Suena acogedor_ dijo Tracy con sarcasmo.
Es más acogedor por dentro_ dijo Susan_ eso es lo que me han dicho_ añadió cuando pareció recordar que su tía estaba a su lado.
Seguro_ dijo Amelia secamente, aunque en realidad no le importaba, mientras fuera por la reunión que iban a tener.
Cuando se acercaron a la puerta, el letrero chirrió agitado por el viento y los tres vacilaron un instante. —¡Vamos! —urgió Hermione, un tanto nerviosa. Harry fue el primero en entrar. Aquel pub no se parecía en nada a Las Tres Escobas, que era un local limpio y acogedor. Cabeza de Puerco consistía en una sola habitación, pequeña, lúgubre y sucísima, donde se notaba un fuerte olor a algo que podría tratarse de cabras.
Así que, tu hermano sigue hechizando cabras_ preguntó Remus, levantando una veja.
Es posible_ dijo Albus_ no me meto en sus asuntos_ añadió quitándole importancia, sacándoles pequeñas sonrisas a sus alumnos.
Las ventanas tenían tanta mugre incrustada que entraba muy poca luz del exterior. Por eso el local estaba iluminado con cabos de cera colocados sobre las bastas mesas de madera. A primera vista, el suelo parecía de tierra apisonada, pero cuando Harry caminó por él, se dio cuenta de que había piedra debajo de una capa de roña acumulada durante siglos.
Y el lugar no deja de mejorar_ dijo Marcus.
No fuimos por la vista_ dijo Lee_ lo que hubiera en ese lugar era lo de menos.
Mientras no tomen nada_ murmuró Narcissa arrugando la nariz.
Harry recordaba que Hagrid había mencionado aquel pub en el primer año que estuvo en Hogwarts: «Hay mucha gente rara en Cabeza de Puerco», dijo cuando les contó cómo le había ganado un huevo de dragón a un desconocido encapuchado que estaba allí. Entonces a Harry le había sorprendido que Hagrid no encontrara raro que un desconocido permaneciera todo el tiempo con la cara tapada; pero en ese momento comprendió que permanecer con la cara tapada era algo normal en aquella taberna.
De verdad_ preguntó Pansy.
La gente que va a hi, normalmente tiene algo que ocultar_ respondió Minerva_ o están ocultando algo_ levantó una ceja hacia sus alumnos, que le sonrieron.
Pueden pasar un rato sin recibir preguntas_ asintió Sproud.
En la barra había un individuo que llevaba la cabeza envuelta con grises y sucias vendas, aunque aun así se las ingeniaba para tragar vaso tras vaso de una sustancia humeante y abrasadora por una rendija que tenía a la altura de la boca.
Me pregunto que le pasó_ dijo Luna.
No creo que queramos saber_ dijo Theo, varios asintieron, pero otros negaron, si querían saber.
También había dos personas encapuchadas sentadas a una mesa, junto a una de las ventanas; Harry habría jurado que eran dementores si no las hubiera oído hablar con un fuerte acento de Yorkshire.
Era lo que parecían_ dijo Harry cuando todos lo miraron raro.
Por suerte solo lo parecían_ dijo Percy_ los dementores habrían arruinado su reunión_ varios asintieron.
Harry estaba presente_ dijo Alicia encogiéndose de hombros, Harry se sonrojó, pero le sonrió.
Y en un oscuro rincón, al lado de la chimenea, estaba sentada una bruja con un grueso velo negro que le llegaba hasta los pies. Lo único que se destacaba bajo el velo era la punta de la nariz, un poco prominente.
Empiezo a creer que tienes una obsesión con las narices_ dijo Ron.
No es así_ dijo Harry ofendido cuando sus amigos asintieron.
—No sé qué decirte, Hermione —murmuró Harry mientras avanzaban hacia la barra y miraba con desconfianza a la bruja tapada con el grueso velo—. ¿No se te ha ocurrido pensar que la profesora Umbridge podría estar debajo de eso?
Bien pensado_ dijo Moody.
Yo nunca iría a un lugar como ese_ dijo Umbridge ofendida de que incluso lo sugirieran.
Hermione echó una ojeada a la bruja, evaluándola. —Umbridge es más baja que esa mujer —comentó en voz baja—. Además, aunque ella entrara aquí, no podría hacer nada para interferir en nuestro proyecto, Harry,
Claro que si_ dijo Umbridge_ están violando las reglas y…
Ahora se explica_ dijo Molly cortándola.
porque he revisado minuciosamente las normas del colegio.
Claro que si_ dijo Fred, Hermione le sonrió.
No estamos fuera de los límites establecidos. Hasta le pregunté al profesor Flitwick si a los alumnos les está permitido entrar en Cabeza de Puerco, y me dijo que sí, aunque me aconsejó que lleváramos nuestros propios vasos.
Buen consejo_ aprobó Ted, luciendo divertido.
no notaste nada raro_ preguntó Sybill.
Claro que si_ dijo Flitwick_ pero no tenía derecho a impedírselos.
Debió ir a mi… empezó Umbridge que empezaba a cansar a todos.
No sabía que usted tenía autoridad para eso_ dijo el profesor encogiéndose de hombros, sabiendo muy bien que no la tenía.
Y he comprobado todo lo que se me ha ocurrido sobre grupos de estudio y trabajo, y son legales.
Eso provocó varios bufidos de los alumnos, mientras Umbridge sonreía con suficiencia.
Lo único que no tenemos que hacer es pregonar lo que estamos haciendo. —Está bien —dijo Harry con aspereza—, sobre todo dado que lo que estamos organizando no es precisamente un grupo de estudio, ¿verdad? El camarero salió de la trastienda y se les acercó con sigilo. Era un anciano de aspecto gruñón, con barba y una mata de largo cabello gris. Era alto y delgado, y a Harry su cara le resultó vagamente familiar.
Me pregunto por qué_ dijo Albus acariciando su varaba.
Misterios de la vida_ dijo Severus rodando los ojos.
—¿Qué queréis? —gruñó. —Tres cervezas de mantequilla —contestó Hermione. El camarero metió una mano bajo la barra y sacó tres botellas sucias y cubiertas de polvo que colocó con brusquedad sobre la barra. —Seis sickles —dijo. —Pago yo —se apresuró a decir Harry, y le entregó las monedas de plata. El camarero recorrió a Harry de arriba abajo con la mirada, y sus ojos se detuvieron un momento en su cicatriz. Luego se dio la vuelta y depositó las monedas de Harry en una vieja caja registradora de madera cuyo cajón se abrió automáticamente para recibirlas. Harry, Ron y Hermione fueron hacia la mesa más apartada de la barra y se sentaron observando a su alrededor.
Y donde están los demás_ preguntó Amelia.
Seguro ya llegan_ dijo Sirius_ además, no seria conveniente que vieran un montón de alumnos dirigiéndose a ese lugar_ añadió.
Exacto_ asintieron varios.
El individuo de los sucios y grises vendajes dio unos golpes en la barra con los nudillos, y el camarero le sirvió otro vaso lleno de aquella bebida humeante. —¿Sabéis qué? —murmuró Ron mirando hacia la barra con entusiasmo—. Aquí podríamos pedir lo que quisiéramos. Apuesto algo a que ese tipo nos serviría cualquier cosa, seguro que le importa un rábano. Siempre he querido probar el whisky de fuego…
Será mejor que no_ dijo Molly inmediatamente.
No lo hice_ dijo Ron rápidamente.
Nunca han probado el whisky de fuego_ preguntó Sirius, ellos negaron, haciéndolo fruncir el ceño.
Supongo que a mi edad ustedes ya lo habías hecho_ dijo Harry, Sirius y Remus asintieron.
—¡Ron! ¡Ahora eres prefecto! —lo regañó Hermione. —¡Ah, sí! —exclamó Ron, y la sonrisa se le borró de los labios.
Nadie tenía que enterarse_ dijo Remus_ digo…bien hecho Hermione_ añadió ante la mirada amenazadora de Minerva.
—Bueno, ¿quién dijiste que iba a venir? —le preguntó Harry a su amiga, arrancando el oxidado tapón de su cerveza de mantequilla y dando un sorbo. —Sólo un par de personas —repitió Hermione.
Solo un par de personas_ repitió Harry con sarcasmo.
Eran un par comparado con todos los que asisten a Hogwarts_ respondió Hermione.
Consultó su reloj y miró nerviosa hacia la puerta—. Ya deberían estar aquí, estoy segura de que saben el camino… ¡Oh, mirad, deben de ser ellos! La puerta del pub se había abierto. Un ancho haz de luz, en el que bailaban motas de polvo, dividió el local en dos durante un instante y luego desapareció, pues lo ocultaba la multitud que desfilaba por la puerta. Primero entraron Neville,
Debí saber que irías_ dijo Adrián.
Desde luego_ dijo Augusta_ mi nieto no se perdería una reunión tan importante_ añadió con orgullo, haciendo sonreír a Neville.
Dean y Lavender, seguidos de cerca por Parvati y Padma Patil con Cho (con lo cual a Harry le dio un vuelco el corazón)
Harry gimió y se escondió en el cuello de Daphne cuando todos lo miraron.
Tal vez no debiste asistir_ dijo Cedric_ no es bueno distraer al profesor_ añadió, Cho y Harry se pusieron muy rojos y lo miraron mal mientras los demás reían.
y una de sus risueñas amigas. Luego entró Luna Lovegood, sola y con aire despistado, como si hubiera entrado allí por equivocación. A continuación, aparecieron Katie Bell, Alicia Spinnet y Angelina Johnson, Colin y Dennis Creevey, Ernie Macmillan, Justin Finch-Fletchley, Hannah Abbott y una chica de Hufflepuff con una larga trenza, cuyo nombre Harry no sabía;
esa eras tu_ preguntó Tracy a Susan.
Es posible_ dijo Susan, feliz de no tener mucha descripción.
Mi chica no podía faltar_ dijo Amelia con una sonrisa orgullosa.
tres chicos de Ravenclaw que, si no se equivocaba, se llamaban Anthony Goldstein, Michael Corner y Terry Boot;
obviamente Corner no podía faltar_ dijo Blaise, Michael rodó los ojos mientras Ginny soltaba una risita.
Ginny, seguida por un chico alto y delgado, rubio y con la nariz respingona a quien Harry creyó reconocer como miembro del equipo de quidditch de Hufflepuff, y, cerrando la marcha, Fred y George Weasley con su amigo Lee Jordan, los tres con enormes bolsas de papel llenas de artículos de Zonko.
Lo mejor para el final_ dijo George.
Pero Harry entró primero_ dijo Angelina fingiendo confusión, ganándose una mirada ind9ignada de su novio mientras Harry reía.
—¿Un par de personas? —dijo Harry con voz quebrada—. ¡Un par de personas! —Bueno, verás, la idea tuvo mucho éxito… —comentó Hermione alegremente —. Ron, ¿quieres traer unas cuantas sillas más? El camarero, que estaba secando un vaso con un trapo tan sucio que parecía que no lo hubieran lavado nunca, se quedó paralizado. Seguramente, en la vida había visto su pub tan lleno.
Es probable_ dijo Kingsley_ es lo bueno de ese lugar, no va mucha gente.
Qué tan seguro crees que sea para mí, ir a ese lugar_ preguntó Sirius a Remus en voz baja.
Podríamos conseguir que Aberforth te cubra_ respondió Remus pensativo_ por qué_ preguntó, como respuesta Sirius le dio una mirada rápida a Harry, Remus asintió en comprensión.
—¡Hola! —saludó Fred. Fue el primero en llegar a la barra, y se puso a contar con rapidez a sus acompañantes—. ¿Puede ponernos… veinticinco cervezas de mantequilla, por favor?
Mira, querida_ dijo Arthur_ están siendo responsables y no piden whisky_ Molly asintió satisfecha.
El camarero lo fulminó un instante con la mirada; luego, de mala gana, dejó el trapo, como si lo hubieran interrumpido cuando hacía algo importantísimo, y empezó a sacar polvorientas botellas de cerveza de mantequilla de debajo de la barra. —¡Salud! —exclamó Fred mientras las repartía—. Soltad la pasta, yo no tengo suficiente oro para pagar todo esto…
Y aunque lo tuvieras, no lo harías_ dijo Katie.
Es cierto_ asintió Fred.
Harry, que no salía de su asombro, contemplaba a los numerosos y ruidosos estudiantes, que cogían sus cervezas y hurgaban en los bolsillos de sus túnicas buscando monedas. No podía imaginar a qué había ido allí toda aquella gente, hasta que se le ocurrió, horrorizado, que a lo mejor esperaban oír alguna especie de discurso. Se volvió hacia Hermione y, en voz baja, le susurró: —¿Qué les has dicho? ¿Qué esperan? —Ya te lo he explicado, sólo quieren oír lo que tengas que decir —contestó Hermione con voz tranquilizadora. Sin embargo, Harry seguía mirándola tan enfadado que rápidamente añadió—: Pero no tienes que hacer nada todavía, primero hablaré yo.
Díganme que la reunión salió bien_ dijo Millicent.
Lo hizo_ dijo Harry.
De verdad_ preguntaron varios incrédulos.
Al menos terminó bien_ fue todo lo que dijo Harry.
—¡Hola, Harry! —dijo Neville sonriendo, y se sentó frente a él. Harry intentó devolverle la sonrisa, pero no dijo nada, pues tenía la boca extremadamente seca. Cho se había limitado a sonreírle y se había sentado a la derecha de Ron. Su amiga, que tenía el cabello rizado y de un tono rubio rojizo, no sonrió, sino que lanzó a Harry una mirada de desconfianza con la que dejó muy claro que, de haber podido elegir, ella jamás habría acudido a aquella reunión.
Entonces no debiste ir_ dijo Tonks.
Cho me lo pidió_ contestó Marietta.
Gran error_ le dijo Amelia_ nunca lleves a nadie que no quiera estar ahí, solo traerás problemas_ informó.
Marietta no es un peligro_ aseguró Cho.
Los recién llegados fueron sentándose en grupos de dos y de tres alrededor de Harry, Ron y Hermione. Algunos parecían muy emocionados, otros, curiosos; Luna Lovegood miraba en torno con ojos soñadores. Cuando todos tuvieron su silla, fue cesando el parloteo. Todos miraban a Harry. —Esto… —empezó Hermione hablando en voz más alta de lo habitual debido al nerviosismo—. Esto…, bueno…, hola. —Los asistentes giraron la cabeza hacia ella, aunque de vez en cuando las miradas seguían desviándose hacia Harry—.
Gran inicio_ dijo Viktor.
Debió ser incómodo para Harry_ dijo Astoria.
Lo fue_ asintió Harry.
Bueno…, esto…, ya sabéis por qué hemos venido aquí. Veréis, nuestro amigo Harry tuvo la idea…, es decir —Harry le había lanzado una mirada furibunda—,
Solo quería darte el crédito_ dijo Hermione_ pero ya que ni Ron ni tu lo quieren, me lo quedaré todo yo_ informó.
yo tuve la idea de que sería conveniente que la gente que quisiera estudiar Defensa Contra las Artes Oscuras, o sea, estudiar de verdad, ya sabéis, y no esas chorradas que nos hace leer la profesora Umbridge —de repente la voz de Hermione se volvió mucho más potente y segura—, porque a eso no se le puede llamar Defensa Contra las Artes Oscuras
nunca he estado más de acuerdo en algo_ dijo Moody.
Es una buena manera de aprender_ espetó Umbridge.
No vale la pena_ dijo Tonks a Moody de forma tranquilizadora.
—«Eso, eso», dijo Anthony Goldstein, y su comentario animó a Hermione—
Tú también me animas_ dijo Anthony guiñándole un ojo, haciéndola reír cuando vio la mirada que Fred le lanzó al chico.
… Bueno, creí que estaría bien que nosotros tomáramos cartas en el asunto. —Hizo una pausa, miró de reojo a Harry y prosiguió—: Y con eso quiero decir aprender a defendernos como es debido, no sólo en teoría, sino poniendo en práctica los hechizos… —Pero supongo que también querrás aprobar el TIMO de Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿no? —la interrumpió Michael Corner.
Esa puede ser única oportunidad de aprobar_ dijo Kingsley_ ningún examinador aceptaría como respuesta que los contraembrujos no deberían llamarse así_ varios asintieron.
A menos que pongan a Umbridge de examinadora_ dijo Tonks.
Estoy seguro que eso no pasara_ dijo Fudge.
—Por supuesto. Pero también quiero estar debidamente entrenada en defensa porque… porque… —inspiró hondo y terminó la frase— porque lord Voldemort ha vuelto. La reacción de su público fue inmediata y predecible. La amiga de Cho soltó un grito y derramó un chorro de cerveza de mantequilla; Terry Boot dio una especie de respingo involuntario; Padma Patil se estremeció y Neville soltó un extraño chillido que consiguió transformar en una tos.
Todos los chicos mencionados se sonrojaron y miraron mal a Harry cuando todos estallaron en carcajadas.
No es mi culpa que reaccionaran así_ dijo Harry.
Fue la sorpresa de que Hermione dijera el nombre_ dijo Neville, todos asintieron.
Todos, sin embargo, miraban fijamente, casi con avidez, a Harry —Bueno, pues ése es el plan —concluyó Hermione—. Si queréis uniros a nosotros, tenemos que decidir dónde vamos a… —¿Qué pruebas tenéis de que Quien-vosotros-sabéis ha regresado? —preguntó el jugador rubio de Hufflepuff con tono bastante agresivo. —Bueno, Dumbledore lo cree… —empezó a decir Hermione. —Querrás decir que Dumbledore le cree a él —aclaró el muchacho rubio señalando a Harry con la cabeza. —¿Cómo te llamas? —le preguntó Ron con brusquedad. —Zacharias Smith —contestó él—, y creo que tenemos derecho a saber qué es exactamente lo que os permite afirmar que Quien-tú-sabes ha regresado.
Pero Harry tiene derecho a no hablar si no quiere_ dijo Daphne.
No me puedes culpar por la duda_ dijo Zacharias.
No lo hago_ dijo Daphne_ pero no era la forma.
Supongo que no_ fue todo lo que dijo Zacharias.
—Mira —intervino Hermione con rapidez—, ése no es el tema de esta reunión… —Déjalo, Hermione —dijo Harry, que acababa de comprender por qué había acudido tanta gente a la convocatoria.
No todos lo hicieron por eso_ dijo Luna_ no nos culpes.
Nunca te culparía Luna_ dijo Harry sonriéndole, Luna le devolvió la sonrisa.
Pensó que Hermione debería haberlo previsto. Algunos de sus compañeros, quizá incluso la mayoría, habían ido a Cabeza de Puerco con la esperanza de oír la historia de Harry contada por su protagonista. —¿Quieres saber qué es exactamente lo que me permite afirmar que Quien-túsabes ha regresado? —preguntó mirando a los ojos a Zacharias—. Yo lo vi. El año pasado, Dumbledore le contó al colegio en pleno lo que había ocurrido, pero si tú no lo creíste, no me creerás a mí, y no pienso malgastar una tarde intentando convencer a nadie.
Díselo_ alentaron los merodeadores.
Si no quieren creerlo es su problema_ asintió Bill.
Estoy de acuerdo_ asintió Harry.
El grupo en su totalidad había contenido la respiración mientras Harry hablaba, y él tuvo la impresión de que hasta el camarero, que seguía secando el mismo vaso con el trapo mugriento y lo ensuciaba aún más, lo escuchaba.
Es probable_ dijo Albus.
Dudo que alguien no quisiera escucharlo_ dijo Percy, varios asintieron.
A continuación, Zacharias dijo desdeñosamente: —Lo único que nos contó Dumbledore el año pasado fue que Quien-tú-sabes había matado a Cedric Diggory y que tú habías llevado el cadáver a Hogwarts. No nos contó los detalles ni nos dijo cómo habían matado a Diggory, y creo que a todos nos gustaría saber…
Ya no_ dijeron varios.
Solo vamos a acabar esta parte rápido_ pidió Cedric, luciendo incómodo, todos asintieron y miraron a Molly para que continuara.
—Si has venido a oír un relato detallado de cómo mata Voldemort, no puedo ayudarte —lo interrumpió Harry. Su genio, que últimamente estaba siempre muy a flor de piel, volvía a descontrolarse. No apartó los ojos del agresivo rostro de Zacharias Smith, y estaba decidido a no mirar a Cho—. No voy a hablar de Cedric Diggory, ¿de acuerdo? De modo que, si es a eso a lo que has venido aquí, ya puedes marcharte. Y entonces lanzó una airada mirada a Hermione. Ella tenía la culpa de aquella situación; ella había decidido exhibirlo como si fuera un monstruo de feria,
Esa no era mi intención_ dijo Hermione_ y no es la razón por la que muchos fueron.
Ya lo sé_ dijo Harry_ se que no me consideras un muñeco de feria_ añadió dándole una sonrisita.
y por eso todos habían ido a comprobar lo descabellada que era su historia. Pero ninguno de sus compañeros se levantó de la silla, ni siquiera Zacharias Smith, aunque siguió contemplando a Harry. —Bueno —saltó Hermione con voz chillona—. Bueno…, como iba diciendo…, si queréis aprender defensa, tenemos que decidir cómo vamos a hacerlo, con qué frecuencia vamos a reunimos y dónde vamos a… —¿Es verdad —la interrumpió la chica de la larga trenza, mirando a Harry— que puedes hacer aparecer un patronus? Un murmullo de interés recorrió el grupo. —Sí —contestó Harry poniéndose a la defensiva.
No había por qué_ dijo Susan con un puchero.
Tu pregunta debió llegar antes_ se defendió Harry sonriéndole.
—¿Un patronus corpóreo? Esa frase le sonaba de algo a Harry… —Oye, ¿tú conoces a la señora Bones? —le preguntó.
Señorita_ corrigió Amelia.
Seguro fue una confusión al escribir el libro_ dijo Harry_ recuerdo haberte llamado señorita_ añadió mirando mal a sus amigos cuando negaron.
—Es mi tía —dijo la chica sonriendo—. Me llamo Susan Bones. Me contó lo de la vista. Bueno, ¿es verdad o no? ¿Sabes hacer aparecer un patronus con forma de ciervo? —
Le contaste_ preguntó Moody sorprendido.
Con alguien tenía que quejarme_ murmuró Amelia, haciendo sonreír a Sirius.
Sí. —¡Caramba, Harry! —exclamó Lee, que parecía muy impresionado—. ¡No lo sabía! —Mi madre hizo prometer a Ron que no lo contaría —intervino Fred dirigiéndole una sonrisa a Harry—. Dijo que ya atraías suficiente atención. —Está en lo cierto —murmuró Harry, y un par de personas rieron.
Al menos ya se empezó a aligerar el ambiente_ dijo Sybill, que lucía bastante interesada en esa reunión.
La bruja del velo negro que estaba sentada sola en un rincón se movió un poco en la silla. —¿Y mataste un basilisco con esa espada que hay en el despacho de Dumbledore? —inquirió Terry Boot—. Eso fue lo que me dijo uno de los retratos de la pared cuando estuve allí el año pasado… —
Los retratos no ocultan nada_ dijo Terry.
Lo hacen cuando se les dice_ dijo Albus, encogiéndose de hombros.
Por eso, Sirius siempre buscaba lugares donde no había retratos_ dijo Remus.
Para qué_ preguntó Harry.
Estudiar_ dijo Sirius mirando mal a Remus_ no quería que nadie se enterara de que cogía mis libros_ Harry asintió en comprensión mientras los alumnos mayores movían las cejas pícaramente en dirección a Sirius, que les guiñó un ojo.
Pues sí, es verdad… —admitió Harry. Justin Finch-Fletchley soltó un silbido; los hermanos Creevey se miraron atemorizados y Lavender Brown exclamó «¡Ahí va!» en voz baja.
Quieres explicar eso_ preguntó Seamus.
No recuerdo que quise decir_ dijo Lavender pensativa.
A Harry empezaron a entrarle calores; seguía empeñado en mirar a cualquier sitio menos a Cho.
Estoy empezando a ofenderme_ dijo Cho.
—Y en primero —dijo Neville dirigiéndose al grupo— salvó la Piedra Filológica…
Neville se sonrojó, pero sonrió cuando todos rieron, incluso el director sonreía.
—Filosofal —lo corrigió Hermione. —Eso, sí…, de Quien-vosotros-sabéis —concluyó Neville. Hannah Abbott tenía los ojos redondos como galeones. —Por no mencionar —intervino Cho, y a Harry se le desviaron los ojos hacia ella, que lo miraba sonriente, y volvió a darle un vuelco el corazón—
Será mejor que dejes de mirarlo_ le dijo Daphne a Cho_ o podrías darle un infarto.
No es necesario ponerse celosa, Daphne_ respondió Cho haciéndola fruncir el ceño mientras los demás reían.
las pruebas que tuvo que superar en el Torneo de los tres magos el año pasado: se enfrentó a dragones, a la gente del agua, a las acromántulas y a todo tipo de cosas… Los impresionados asistentes emitieron un murmullo de aprobación que recorrió la mesa. Harry se moría de vergüenza e intentaba controlar la expresión de su rostro para que no pareciera que estaba demasiado satisfecho de sí mismo.
Claro que lo estaba_ dijo Severus.
Tenía motivos_ dijo Narcissa, Severus se encogió de hombros sin refutar, lo cual Harry tomó como un cumplido.
El hecho de que Cho acabara de elogiarlo hacía que le resultara mucho más difícil decir a sus compañeros lo que se había propuesto explicar.
No puedes leer más rápido_ le preguntó Harry a Molly, completamente sonrojado.
Leo lo más rápido que puedo_ dijo Molly, intentando no sonreír.
—Mirad —dijo sobreponiéndose, y todos callaron al instante—, no… no quisiera pecar de falsa modestia ni nada parecido, pero… en todas esas ocasiones conté con ayuda… —Con el dragón no —saltó Michael Corner—. Aquello fue un vuelo excepcional… —Sí, bueno… —cedió Harry creyendo que sería una grosería no admitirlo. —Y tampoco te ayudó nadie a librarte de los dementores este verano —aportó Susan Bones.
Con ellos no podrás negar tus logros_ dijo Dudley.
Me di cuenta_ dijo Harry secamente.
Era cierto que nadie te ayudo_ dijo Susan.
—No —reconoció Harry—. De acuerdo, ya sé que algunas cosas las conseguí sin ayuda, pero lo que intento haceros entender es… —¿Intentas escabullirte y no enseñarnos a hacer nada de eso? —sugirió Zacharias Smith. —Oye, tú —dijo Ron en voz alta antes de que Harry pudiera contestar—, ¿por qué no cierras el pico? Ron, que estaba perdiendo la paciencia, miraba a Zacharias como si estuviera deseando pegarle un puñetazo.
Quería_ confirmó Ron.
No es el único_ murmuró Hermione, Fred asintió, ganas no habían faltado.
El chico se ruborizó y se defendió diciendo: —Hemos venido aquí a aprender de él y ahora resulta que en realidad no puede hacer nada… —Harry no ha dicho eso —gruñó Fred. —¿Quieres que te limpiemos las orejas? —le preguntó George sacando un largo instrumento metálico de aspecto mortífero de la bolsa de Zonko. —O cualquier otra parte del cuerpo. De verdad, no tenemos manías —añadió Fred.
Qué era eso_ preguntó Dennis.
No quieres saber_ contestaron los gemelos a la vez.
Yo si_ dijo Collin_ quiero saber a qué se refieren con limpiar_ los gemelos se limitaron a sonreír, lo que preocupó a muchos, así que dejaron de preguntar.
—Sí, bueno… —los interrumpió Hermione—. Siguiendo con lo que decíamos… Lo que importa es: ¿estamos de acuerdo en que queremos que Harry nos dé clases? Hubo un murmullo general de aprobación. Zacharias se cruzó de brazos y no dijo nada, aunque quizá fuera porque estaba demasiado ocupado vigilando el instrumento que Fred tenía en la mano.
No soy tonto_ dijo Zacharias_ no me enfrentaría a los gemelos si tienen un instrumento sospechoso.
Creo que nadie lo haría_ dijo Lee.
—Muy bien —dijo Hermione, que pareció aliviada al comprobar que al menos se habían puesto de acuerdo en algo—. Entonces, la siguiente pregunta es con qué frecuencia queremos reunimos. Creo que, como mínimo, deberíamos reunimos una vez por semana… —Un momento —terció Angelina—, tenemos que asegurarnos de que esto no interferirá con nuestros entrenamientos de quidditch.
Me siento tan orgullosos_ dijo Oliver.
No era momento_ dijo Augusta.
Siempre es momento para el Quidditch_ dijeron todos los jugadores, incluido Harry.
—Eso —coincidió Cho—. Ni con los nuestros. —Ni con los nuestros —añadió Zacharias Smith. —Estoy segura de que podremos encontrar una noche que le vaya bien a todo el mundo —afirmó Hermione impacientándose un poco—, pero pensad que esto es muy importante, estamos hablando de aprender solos a defendernos de Vo-Voldemort y de los mortífagos… —¡Así se habla! —bramó Ernie Macmillan. A Harry le sorprendía que hubiera tardado tanto en hablar—.
Planeas avergonzar a todos los que salgan en este capítulo_ preguntó Ernie, algo sonrojado sobre las risas de todos.
Avergonzare a todos los que salgan en el libro_ dijo Harry, ganándose malas miradas de sus amigos.
Personalmente creo que lo que intentamos es muy importante, con seguridad lo más importante que haremos este curso, más incluso que los TIMOS. —Miró a su alrededor con gesto imponente, como si esperara que los demás gritaran «¡No exageres!». Pero como nadie dijo nada, prosiguió—:
Tenías razón_ dijo Hanna_ esto es más importante que cualquier cosa.
Menos los entrenamiento e Quidditch_ dijo Hermione.
Es Quidditch_ dijeron todos, como si eso lo explicara.
Personalmente no me explico cómo el Ministerio nos ha endilgado una profesora tan inepta en este periodo tan crítico. Es evidente que no quieren aceptar que Quienvosotros-sabéis ha regresado, pero ponernos una profesora que intenta deliberadamente impedir que utilicemos hechizos defensivos…
Si dice una vez más que era la mejor forma voy a silenciarla_ dijo Moody, perdiendo la poca paciencia que tenía cuando vio que Umbridge iba a refutar.
—Creemos que la razón por la que Umbridge no quiere entrenarnos en Defensa Contra las Artes Oscuras —explicó Hermione— es que se le ha metido en la cabeza la idea de que Dumbledore podría utilizar a los estudiantes del colegio como una especie de ejército privado. Cree que podría movilizarlos para enfrentarse al Ministerio. Aquella noticia sorprendió a casi todos;
Nadie podía creerlo_ dijo Justin.
No era tan descabellado_ dijo Luna.
Lo dejaste claro_ dijo Dean sonriéndole, varios asintieron, confundiendo a los demás cuando Hermione y Luna se sonrojaron.
a casi todos excepto a Luna Lovegood, que soltó: —Bueno, es lógico. Al fin y al cabo, Cornelius Fudge tiene su propio ejército privado.
Algo que confesar, Cornelius_ preguntó Amelia, intentando no reirá nete la mirada sorprendida del ministro.
No tengo un ejército_ dijo Fudge.
—¿Qué? —saltó Harry, absolutamente desconcertado por aquella inesperada información. —Sí, tiene un ejército de heliópatas —afirmó Luna con solemnidad. —Eso no es cierto —le espetó Hermione. —Claro que sí —la contradijo Luna.
No tengo un ejército de heliópatas_ dijo Fudge.
Si usted lo dice_ fue todo lo que dijo Luna, haciendo que todos rieran al ver añ ministro parpadear rápidamente.
—¿Qué son heliópatas? —preguntó Neville, perplejo. —Son espíritus de fuego —contestó Luna, y sus saltones ojos se abrieron aún más, haciéndola parecer más chiflada que nunca—, unas enormes criaturas llameantes que galopan por la tierra quemando cuanto encuentran a su paso… —No existen, Neville —aseguró Hermione de manera cortante. —¡Claro que existen! —insistió Luna, furiosa. —Lo siento, pero ¿qué pruebas hay de que existan? —le preguntó Hermione. —Hay muchísimos testimonios oculares. Que tú tengas una mentalidad tan cerrada que necesites que te lo pongan todo delante de las narices para que… —Ejem, ejem —carraspeó Ginny imitando a la perfección a la profesora Umbridge; varios estudiantes giraron la cabeza, asustados, y luego rieron—.
Que bueno que las interrumpiste_ dijo Fleur_ no era momento chicas.
Creí que ustedes eran amigas_ dijo Theo frunciendo el ceño.
Somos demasiado diferentes para llevarnos bien tan rápido_ explicó Luna, Hermione asintió.
Aun no habíamos acordado, dejar que cada una conserve sus ideas_ dijo Hermione.
Cuando acordaron eso_ preguntó Harry.
Fue un acuerdo no verbal_ informó Luna.
¿No estábamos intentando decidir cuántas veces nos íbamos a reunir para dar clase de defensa? —Sí —se apresuró a confirmar Hermione—, exacto. Tienes razón, Ginny. —Bueno, a mí una vez por semana no me parece mal —opinó Lee Jordan. —Siempre que… —empezó a decir Angelina. —Sí, sí, ya sabemos lo del quidditch —concedió Hermione con voz tensa—.
A mí me pareció que el siguiente en mencionarlo recibiría un hechizo_ dijo Anthony.
Había demasiados testigos_ dijo Hermione, pensativa_ tendría que esperar el momento adecuado.
Podrías…_ Dennis interrumpió su sugerencia cuando varios lo miraron mal.
Bueno, la otra cosa que queda por decidir es dónde vamos a reunimos… Aquello era mucho más difícil, y el grupo se quedó callado. —¿En la biblioteca? —propuso Katie Bell tras un largo silencio. —No creo que la señora Pince se ponga muy contenta si nos ve haciendo hechizos en la biblioteca —comentó Harry.
Umbridge se daría cuenta rápidamente_ dijo Cedric, luciendo pensativo.
Encontramos un lugar asombroso_ dijo Harry.
El mejor_ respondieron a coro, todos los del ED.
—¿Y en algún aula que no se utilice? —sugirió Dean. —Sí —afirmó Ron—. Quizá la profesora McGonagall nos deje la suya. Nos la prestó cuando Harry tenía que practicar para el Torneo de los tres magos. Pero Harry estaba seguro de que esa vez la profesora McGonagall no sería tan complaciente.
No sé qué habría hecho_ dijo Minerva cuando la miraron_ pero es posible que no lo permitiera_ añadió.
Todo dependería de lo que le dijeran para convencerla_ dijo Flitwick.
Pese al convencimiento de Hermione de que los grupos de estudio y trabajo estaban permitidos, él tenía la impresión de que considerarían aquél excesivamente subversivo. —
Solo un poco_ dijo la profesora Vector, quién si la observabas bien, parecía orgullosa de lo que estaba haciendo.
Bueno, ya buscaremos un sitio —dijo Hermione—. Cuando tengamos el sitio y la hora de la primera reunión os enviaremos un mensaje a todos. —Rebuscó en su mochila, sacó un rollo de pergamino y una pluma y vaciló un momento, como si estuviera armándose de valor para decir algo—. Creo que ahora cada uno debería escribir su nombre, para que sepamos que ha estado aquí. Pero también creo —añadió inspirando hondo— que todos deberíamos comprometernos a no ir por ahí contando lo que estamos haciendo. De modo que, si firmáis, os comprometéis a no hablar de esto ni con la profesora Umbridge ni con nadie.
Bien pensado_ dijo Moody_ aunque eso solo funcionara si los que firman tienen honor.
Yo se que funcionara_ dijo Hermione, quitándole importancia, Harry y Ron asintieron, aunque no estaban seguros de como funcionaba lo que había hecho Hermione, los demás del ED parecían sospechosos.
Esto explica por qué ninguno quiso leer este capítulo_ dijo Dudley, varios asintieron.
Fred cogió el pergamino y, decidido, firmó en él,
Por supuesto que lo hizo_ dijo Hermione besándole la mejilla, sacándole una sonrisa.
pero Harry se fijó enseguida en que varias personas no parecían muy dispuestas a poner su nombre en la lista. —Esto… —empezó Zacharias con lentitud, y no cogió el pergamino que George intentaba pasarle—.
Yo también firme_ dijo George_ no recibo besó_ preguntó.
Estás muy lejos_ dijo Hermione_ pero si Angelina quiere reemplazarme.
Mejor no_ dijo Angelina arrugando la nariz, ganándose una mirada ofendida de George.
Bueno…, estoy seguro de que Ernie me dirá cuándo es la reunión. Pero Ernie tampoco parecía muy decidido a firmar. Hermione lo miró arqueando las cejas. —Es que… ¡somos prefectos! —dijo Ernie—.
Un poco tarde para pensarlo_ dijo Seamus.
Vamos Chicos, no me decepcionen_ dijo Remus.
No lo haremos_ aseguraron todos.
Y si alguien encontrara esta lista… Bueno, quiero decir que… ya lo has dicho tú misma, si se entera la profesora Umbridge… —Acabas de decir que haber formado este grupo es la cosa más importante de este curso —le recordó Harry.
Eso dijiste_ asintió Hanna.
Tu tampoco querías firmar_ dijo Ernie mirándola mal.
Estaba esperando que tú lo hicieras_ informó Hanna, Ernie rodó los ojos, pero sonrió.
—Sí, ya… —repuso Ernie—. Sí, y lo creo, pero… —Ernie, ¿de verdad piensas que voy a dejar esta lista por ahí? —le preguntó Hermione con irritación. —No. No, claro que no —contestó Ernie un poco aliviado—. Yo…, sí, claro que firmo. Después de Ernie nadie puso reparos,
Estamos confiando en ti_ le dijo Susan a Hermione.
He tenido mucho cuidado con la lista_ aseguró Hermione, todos asintieron satisfechos.
aunque Harry vio que la amiga de Cho la miraba con reproche antes de escribir su nombre.
Insisto en que no debería llevarla_ murmuró Amelia, Sirius asintió, esa chica podría ser un problema.
Cuando hubo firmado el último, Zacharias, Hermione cogió el pergamino y lo guardó con cuidado en su mochila. En ese momento, el grupo experimentaba una sensación extraña. Era como si acabaran de firmar una especie de contrato.
Lo era_ murmuró Hermione.
Vinculante_ preguntó Fred en voz baja, ella asintió en cierto modo lo era.
—Bueno, el tiempo pasa —dijo Fred con decisión, y se puso en pie—. George, Lee y yo tenemos que comprar unos artículos delicados. Ya nos veremos más tarde. Los demás estudiantes se marcharon también en grupos de dos y de tres. Cho se entretuvo mucho cerrando el broche de su mochila antes de marcharse, mientras la larga y oscura melena le oscilaba y le tapaba la cara; pero su amiga la esperaba con los brazos cruzados, chasqueando la lengua, así que Cho no tuvo más remedio que irse con ella.
Pobre cho_ dijo Demelza_ tal vez quería pasar un rato con Harry.
Es posible_ asintió Cho.
Ya tendrán oportunidad_ dijo Cedric secamente, pero devolvió la sonrisa que Cho le daba.
Cuando ambas llegaron a la puerta, Cho se volvió y se despidió de Harry con la mano. —Bueno, creo que ha ido muy bien —opinó Hermione alegremente unos momentos más tarde, mientras ella, Harry y Ron salían de Cabeza de Puerco a la intensa luz de la mañana. Harry y Ron llevaban en la mano sus botellas de cerveza de mantequilla. —Ese Zacharias es un cretino —dijo Ron mirando con rabia a Smith,
Oye_ dijo Zacharias.
Actuaste como un cretino_ dijo Ron.
Fuiste un poco pesado_ dijo Ernie.
que iba delante de ellos, apenas distinguible en la distancia. —A mí tampoco me cae muy bien —admitió Hermione—, pero me oyó hablar con Ernie y Hannah en la mesa de Hufflepuff y parecía muy interesado en venir. ¿Qué querías que hiciera?
La idea era que solo fueran ellos y Justin_ dijo Hermione_ a ti no te conocía_ añadió cuando Susan se aclaró la garganta.
Y en realidad, cuantos más seamos, mejor. Mira, Michael Corner y sus amigos no habrían venido si él no estuviera saliendo con Ginny…
Hermione_ se quejó Ginny, aunque en realidad no le importaba.
Tarde o temprano lo sabría_ dijo Hermione.
Mejor tarde_ dijo Ginny.
Ron, que estaba bebiéndose las últimas gotas de cerveza de mantequilla de su botella, se atragantó y derramó toda la que tenía en la boca.
Ron se puso muy colorado cuando todos estallaron en carcajadas.
—¿Saliendo CON QUIÉN? —gritó. Tenía las orejas ardiendo—. ¿Que está saliendo con… que mi hermana está saliendo con…? ¿Ginny sale con Michael Corner? —
Si Ron, salgo con él_ dijo Ginny muy lentamente como si su hermano fuera tonto.
Fue la sorpresa_ dijo Ron mirándola mal sobre las risas de los demás.
Bueno, creo que por eso han venido él y sus amigos. Les interesa aprender defensa, desde luego, pero si Ginny no le hubiera contado a Michael lo que estaba… —¿Desde cuándo salen juntos? —Se conocieron el año pasado en el baile de Navidad y a final de curso empezaron a salir —explicó Hermione con serenidad.
Parece que Harry y Ron fueron los únicos que no se divirtieron en el baile_ dijo Parvati, varios asintieron.
Ya olviden eso_ pidieron ambos, mirando mal a sus amigos cuando negaron.
Habían llegado a la calle principal, y Hermione se detuvo frente a La Casa de las Plumas, en cuyo escaparate había una hermosa exposición de plumas de faisán—. Humm… Me encantaría comprarme una pluma nueva. Y entonces Hermione entró en la tienda y Harry y Ron la siguieron. —¿Quién de ellos era Michael Corner? —preguntó éste, furioso. —
Ya supéralo Ron_ dijo George.
A ustedes no les molestó_ preguntó Ron.
Mientras un chico la trate bien, no hay por qué enojarse_ dijo Fred, encogiéndose de hombros, George asintió y juntos miraron a Blaise que tragó saliva.
El moreno —contestó Hermione. —No me ha caído bien —dijo Ron de inmediato.
Claro que no_ dijo Ginny secamente.
Su cara no me da confianza_ dijo Bill observando a Michael, sus hermanos asintieron, haciéndolo rodar los ojos, mientras los demás reían.
—No me sorprende —respondió Hermione por lo bajo. —Pero ¡si yo creía que a Ginny le gustaba Harry! —comentó Ron mientras seguía a Hermione por delante de una hilera de plumas expuestas en tarros de cobre.
Eso era antes_ dijo Ginny_ Harry ya pasó de moda_ explicó, varias asintieron.
Debería ofenderme_ preguntó Harry frunciendo el ceño.
Para nada_ respondió Ginny, haciendo un ademan sin importancia.
Hermione lo miró con desdén y movió la cabeza negativamente. —A Ginny le gustaba Harry, pero se le pasó hace meses. No es que no le caigas bien, Harry… —aclaró, mirando a su amigo mientras examinaba una larga pluma negra y dorada.
Todavía me agradas_ aseguró Ginny, seriamente.
Me alegra saberlo_ dijo Harry con sequedad, ganándose una sonrisita.
Harry, que todavía tenía vivo en la memoria el gesto de despedida de Cho, no encontraba aquel tema tan interesante como Ron, que temblaba de indignación;
En ese momento tanto Harry como Ron se pusieron muy rojos y evitaron la mirada de Daphne y Ginny.
pero la cuestión le hizo pensar en algo que hasta entonces había pasado por alto. —¿Por eso ahora me habla? —le preguntó a Hermione—. Antes nunca abría la boca delante de mí. —
tampoco lo digas así_ dijo Ginny sonrojada.
Exacto —confirmó Hermione—. Sí, creo que me quedaré ésta… Fue al mostrador y pagó quince sickles y dos knuts mientras Ron seguía respirando con agitación. —Ron —dijo Hermione con severidad, y se dio la vuelta y le dio un pisotón—, por eso precisamente Ginny no te ha dicho que sale con Michael, porque sabía que te lo tomarías mal. Así que haz el favor de no insistir en el tema. —¿Qué quieres decir? ¿Quién se lo toma mal? Yo no voy a insistir en nada… — continuó mascullando Ron cuando salieron a la calle.
Si te lo tomaste super bien_ dijo Astoria con sarcasmo.
Yo también lo creo_ asintió Ron.
Sin importar como se lo tome, no tiene nada que decir en el asunto_ dijo Ginny_ ninguno de ustedes.
Pero…_ empezaron sus hermanos.
No quiere decir que no puedan amenazarlo_ dijo Hermione_ solo que ella no terminara porque a ustedes no les gusta_ explicó, los hermanos asintieron, podían vivir con eso.
Hermione miró a Harry y puso los ojos en blanco, y luego, en voz baja, mientras Ron seguía despotricando contra Michael Corner, dijo: —Y hablando de Michael y Ginny… ¿Qué tal Cho y tú? —¿Qué quieres decir? —saltó Harry, que tuvo la sensación de que estaba lleno de agua hirviendo. La cara le ardía a pesar del frío. ¿Tan evidente era?
No, para nada_ dijeron todos con burla.
Lo escondes muy bien_ mintió Daphne.
—Bueno —dijo Hermione sonriendo—, no te ha quitado los ojos de encima, ¿no? Hasta entonces, Harry nunca se había fijado en lo bonito que era el pueblo de Hogsmeade.
Awww_ dijo Sirius_ vamos, cuantos todo lo que sentiste_ añadió, recibiendo una mala mirada de Harry,
Terminó el capítulo_ dijo Molly cerrando el libro.
No se puede negar que fue muy revelador_ dijo el directo.
Me gustó la ironía_ dijo Ted_ el ministerio quería evitar que se rebelaran y fue eso lo que los hizo rebelarse.
Obviamente no se quedarían tranquilos_ dijo Andrómeda.
