Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.

Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.

02: El Mercado de Sombras.

Gracias a la magia de ilusión, llamada Glamour, que podían usar las hadas, tan fácilmente como respirar; lentamente la vida de Janeth, fue mejorando, al lograr colocar Glamures, sobre sus tíos, su primo y la tía Marge. Haciendo que los tres adultos y el mocoso (Dudley Dursley), cambiaran su actitud con ella.

Comenzó a entrenarse de nuevo, con una lanza, que ella misma creó, a partir de aprender el arte de la carpintería, logrando crear una vara extensible de madera de fresno, cubriéndola de runas, con un grabador de madera, y con una punta afilada y removible de acero, a la cual también le coloqué runas encima.

Ahora, con mis familiares más dóciles, pude realmente mejorar mis notas, sin temor a ser castigada.

Conseguía que le compraran, ropa femenina y de su talla. En lugar, de seguir usando las ropas de Dudley; logrando que le compraran cosméticos, aretes y collares, logrando explorar más, su OBVIO lado femenino.

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A veces, simplemente salía de casa y aprendía a vivir en las calles, pues no planeaba, quedarse en casa de los Dursley, para toda la vida.

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La suerte le sonreía a Janeth; cuando logró encontrarse a unos malhechores Muggles, que estaban dispuestos, a enseñarles a niños, a robar y distribuir su dinero, para no gastárselo en un segundo. Ellos, eran humanos (también llamados Mundanos, en el Mundo de las Sombras), que tenían algo llamado la Visión, una habilidad que permitía a sus usuarios, ver a través de los glamures la naturaleza real de las cosas.

Según sus recuerdos de Jonathan, Valentine le había enseñado: que los mundanos que naturalmente poseen la Visión, o nacen con ella, son usualmente acreditados como poseedores de sangre de hada en sus ancestros, aunque no tengan una conexión directa probada. Ellos no solo pueden ver a través de los glamures, sino también a través de los hechizos, que tanto ha constado al Mundo Mágico colocar, para separar su mundo, del mundo Mundano.

Junto a ella, una pareja de niñas, llamadas Agatha y Holly, y un niño llamado Jack, estuvimos aprendiendo de los malhechores.

Descubriría que Jack era un brujo, hijo de algún príncipe demonio y una humana (como todos los brujos), quien tenía una apariencia de niño pequeño. Agatha era una niña loba y Holly una vampiresa de 9 años, que había sido convertida, hace menos de unas semanas, cuando la pareja los descubrió y acogió.

Y ella, como la chica Hada/Serpiente, completaban el grupo de cuatro subterráneos, acogido por la pareja de malhechores Muggles, comenzando a conocerse lentamente, más y más.

Pero solo sabían, que ella se llamaba Janeth. No sabían nada más.

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Gracias a que solían ir y venir, de un lado a otro, descubriríamos la existencia del Mercado de Sombras de Londres. Los cuales son mercados dispersos a través del mundo, frecuentados por habitantes del Mundo de las Sombras, incluyendo subterráneos (hombres y mujeres lobo, hadas, vampiros y muy especialmente: brujos) y mundanos con la Visión.

El Mercado de Sombras de Londres, está ubicado en la parte del Puente de Londres, a la sombra de la Catedral de Southwark, accesible al descender unas escaleras para llegar a un espacio debajo de las vías del tren del puente. Teniendo un glamur para que pareciera un mercado de frutas y vegetales cerrado para los mundanos.

Una vez superado el glamur, se podían apreciar un montón de puestos coloridos que anunciaban sus bienes, dirigidos por Subterráneos. Se podían comprar, vencer y comercializar ciertos artículos y habilidades, así como comestibles y polvos demoniacos ilegales.

Hay puestos en el Mercado que venden máscaras encantadas, sangre antigua y con sabores raros para los vampiros, encantamientos que repelen a los cazadores de sombras; y boticarios que venden polvos mágicos y tinturas. Se venden libros de hechizos, botellas de polvo plateado (posiblemente yin fen, siendo una droga recreativa altamente adictiva y una clase de veneno de demonio), mundanos ofreciéndose a sí mismos para que los vampiros se alimentaran de ellos y hombres lobos que vendían cadáveres de animales.

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Yo misma, terminaría abriendo un pequeño y modesto puesto de comida, pues los Dursley me obligaban a cocinar para ellos (aunque recientemente, yo había obligado a Marge y a Petunia, a cocinar ellas mismas, para la familia, gracias a los Glamores), logrando conseguir dinero de forma honrada, para algo menos honrado (comprar ropas, armas e incluso libros de cocina, libros para aprender idiomas demoniacos y de hechizos y pociones, en el Mercado de sombras), incluso, logró comprar algunas armas, muy especiales para que los Subterráneos las usaran y ella no dudó, en comprarse un Lucero del Alba y algunas Shurikens.

Comencé a hacerme conocida en el mundo de las sombras, al experimentar con ciertos tipos de magia.

Especializándome en los Hechizos de Batalla, en los cuales se incluyen ataques elementales, como fuego, agua, rayo, viento, tierra, o ácido, veneno, entre otros.

Por el precio correcto, podías aprender hechizos de unión (y desunión), para influir de energía demoníaca a objetos inanimados, dándoles vida, como las motocicletas vampíricas o los autómatas. Podías aprender a usar el Geas, hechizos para imponer mágicamente una obligación o una prohibición a una persona. Y gasté mucho dinero, comprando libros, sobre hechizos de sanación.

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Además de mi restaurante, me empezaron a contratar como guardaespaldas, o como mercenaria, o hechizando vehículos o domesticando animales mágicos o del mundo de las sombras (como los corceles hadas, siendo la montura de la Cacería Salvaje, un grupo de hadas independientes, quienes se dedican a recorrer los mundos, acudiendo a lugares donde hay batallas y recolectando las almas de los caídos, uniéndose sus almas a la Cacería). Los corceles feéricos cambiando de forma según lo requiera su jinete. Por esto, quienes presencian el paso de la Cacería Salvaje ven a sus miembros, montando toda clase de medios de transporte de todas las épocas, desde caballos hasta automóviles deportivos y motocicletas.

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En una ocasión, un miembro de la Corte Noseelie, una de las dos cortes de las hadas, me agradeció por curarlo de una afección asquerosa, que le provocaba literalmente, agujeros en la piel, pero logré curarlo. Y volvió una semana después, con un par de caballos, hablándome de aquel caballo, que dejó en mi puerta, el cual resplandecía débilmente, en una siniestra luz azul. Me dijo que el caballo era mío, que se llamaba Estrella.