Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.
Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.
15.
Finalmente, llegó el mes de diciembre. Y los cuatro jefes de casa, pasaron por sus respectivas Salas Comunes, ofreciéndoles a sus alumnos, unos papeles. Unas listas, para que firmaran, los que se quedarían en el colegio, después del 14 de diciembre.
Cuando Dumbledore recibió las listas de Gryffindor, leyó desesperadamente, la lista para el primer año, y arrugó el papel con rabia, al saber que Alex iría a casa. Pero no porque él quisiera, sino porque sus padres lo obligaban, pues estaría estudiando en las vacaciones decembrinas y completando todas las tareas, que los maestros les habían puesto, sin que lo dejaran divertirse, por órdenes de sus padres, quienes se encontraban muy avergonzados de él, por la cantidad de puntos que Gryffindor había perdido, cuando lo descubrieron a destiempo, en varios lugares del colegio.
Dumbledore había intentado darle unos pocos puntos a Gryffindor, para ayudar a su niño dorado, pero Minerva, en su postura como subdirectora, mantuvo los bajos números de su casa, debido a la forma de ser de Alex Potter y de Ron Weasley, quienes montaban el desorden en clase, quienes perdían los puntos en clase, quienes no entregaban las tareas bien hechas y podían incluso, simplemente pasar de hacerlas, si es que no les daban copia.
Era definitivo: Alex Potter y Ron Weasley, estarían en temporada de repasos, en esas vacaciones.
—No tendrán tiempo, para investigar sobre Flamel, ni la Piedra —reflexionó un enfadado Albus Dumbledore. Se quitó las gafas enfadado y golpeó la mesa, con frustración. Todo esto, era culpa de James, Lily, y de todos los maestros, por enviar cartas quejándose del comportamiento infantil de dos niños. ¡Se supone que eran niños, que iban a un colegio de magia, ¿Qué estaban esperando sus camaradas educadores, sinceramente?! — ¿Por qué James y Lily no entienden, que me deshice de Janeth por el Bien Común? —se preguntó frustrado. — ¿Por qué no entienden, que Alex necesita enfrentar a Quirrell y salvaguardar la Piedra?, ¿Por qué es tan difícil de permitir, que un héroe sea un héroe? —su frustración escaló a un nuevo nivel. — ¿Por qué les tiene que interesar esa mocosa de Janeth?, ¿Por qué no pueden simplemente, entender que a veces se deben de hacer, algunos sacrificios, dejar a la chica de lado, para centrarse en Alex? —Pensar en Janeth, solo provocó que el director estuviera a punto de estallarle una vena o una arteria. Usando su magia no-verbal, atrajo todas las tareas de la joven, y todas las observaciones de los maestros. Viendo que la chica estaba a años luz de Alex, y como claramente, ella era aún mejor que él, en lo que significaba magia, lo hizo estallar de ira.
Su magia descontrolada, destruyó la oficina completamente.
.
-/-/-/Varios días después, 23 de diciembre, Mercado de Sombras de Londres/-/-/-
James y Lily, no tuvieron repercusiones, con su Aparición, como si las tuvo Alex, quien terminó vomitando a un lado.
Entonces, Alex finalmente pudo ver donde estaban, y frunció el ceño. — ¿Qué es este lugar?
—Estamos en la parte sur del Puente de Londres, a la sombra de la Catedral de Southwark —dijo Lily, mientras se acercaba a unas escaleras y descendieron siguiendo a la pelirroja, para llegar al espacio debajo de las vías del tren del puente.
—Mamá, esto no es más que un mercado de frutas y vegetales cerrado —se quejó Alex, cada vez más irritado. Cuando llegaron al fondo, luego de bajar las escaleras, encontrándose con una puerta con rejas.
Pero Lily, no se desanimó y usando su varita mágica y moviendo un poco la muñeca, abrió las puertas. Las imágenes del mercado de frutas y vegetales desvencijado, se movió ondulante, hasta desvanecerse.
.
Los ojos de los tres, se abrieron al ver varios puestos, que comenzaron a recorrer.
Un hombre vendía máscaras encantadas.
Un vampiro vendía sangre antigua y saborizada. Y amuletos que repelían a unos tales Cazadores de Sombras.
Había boticarios vendiendo polvos mágicos y tinturas.
Una pareja de gemelas, de largos dedos y colas de león, vendían libros de hechizos.
Una mujer, que, en lugar de cabello, tenía llamas negras, vendían botellas de polvo plateado (Yin Fen)
En un puesto, había cuatro Mundanos/Muggles, ofreciéndose a sí mismos, como "víctimas voluntarias" para que los vampiros bebieran de ellos.
A James le interesó y asustó un poco, el ver a un hombre lobo transformado, pero parecía mantener su raciocinio e incluso hablaba, vendiendo cadáveres de animales muertos. — ¿Dónde estará ella? —preguntaba James, mirando con interés de un lado a otro.
— ¿Dónde estará quién? —preguntaba Alex nervioso, mirando de un lado a otro, claramente asustado y queriendo irse. —No deberíamos de estar aquí, este lugar es peligroso, mamá. Hay hombres lobo, hay vampiros y.… y personas muy extrañas —dijo Alex, mirando a los cientos de Brujos y Hadas, sin saber lo que eran.
—Los Mercados de Sombras son mercados dispersos a través del mundo frecuentados por habitantes del Mundo de las Sombras, niño —dijo la voz de un niño, detrás suyo. —Subterráneos, Mundanos con la Visión. Es territorio neutral y comercial, ¿te importa? —Alex saltó fuera del camino del chico, quien era seguido por dos niñas de su edad, y caminaban hacía un local.
— ¡Ese es el local de tu hermana! —dijo James, ahora sonriente y caminando rápido, seguido por una calmada Lily. — «Bluechild. Especialistas, en casi todos los problemas» —leyó Lily, el letrero por encima de la puerta del local. Suspiró y abrió la puerta.
—Bienvenidos a Bluechild. Especialistas, en casi todos los problemas del Inframundo, ¿Cómo puedo...? —Janeth se giró, encontrándose con James, Lily y Alex. Parpadeó, confundida. — ¿Cómo entraron en el Mercado de Sombras? —preguntó, para luego aclararse la garganta. —Entiendo que quizás, la profesora McGonagall lo consiguiera, gracias a que la carta le dijo como encontrarme, pero... —parpadeo, desconcertaba —bueno: es una verdadera sorpresa encontrármelos aquí.
—La Profesora McGonagall, nos dijo como encontrarte, Janeth —especificó James.
—Oh, interesante —fue todo lo que atinó a decir ella, mientras se sentaba tras el mostrador y adquiría una actitud profesional, que a Alex dejó un mal sabor de boca. Ella solo tenía once años, al igual que él, no debería de sentarse así. Ni de adquirir esa postura o mirada de "mujer de negocios". Solo eran estudiantes, niños de once años. —Bueno, entonces: ¿tienen un fantasma del cual quieren que me deshaga?, ¿o quizás han sido atacados por demonios?, ¿por hombres lobo, o vampiros? —Entre más hablaba su desconcertada (supuesta) hermana, más grande se hacía la brecha entre ella y Alex, sin que Janeth lo supiera.
Lily lanzó una risilla. —No Janeth, no es nada de eso —dijo su madre, con un toque de risa y encanto. —Solo... vinimos a visitarte.
—Bueno, pueden quedarse —dijo Janeth sonriendo. —Agatha, Holly y Jack, van a preparar el almuerzo. Por favor, quédense.
—Está bien —dijo James calmado.
— ¿Cómo es que están tan calmados, sabiendo que afuera de este lugar, hay vampiros y hombres lobo? —se preguntó Alex enfadado con sus padres y muy nervioso, olvidando que sus padres podrían Aparecerse en su propiedad.
Aun así, comieron de lo que prepararon para el almuerzo y charlaron un poco. Con Agatha, Holly y Jack, describiendo como conocieron a Janeth, como ella descubriría el Mundo de las Sombras, y se pondría en las manos de los más prominentes Brujos del siglo XX, para aprender tanto, como le fuera posible.
— (…) Entonces, comencé a ejercer varios negocios y logré una pequeña fortuna, con la cual me establecí aquí mismo, en este local. —Concluyó ella. —Vivo bien y sin casi ningún problema, al menos de que se trate de los trabajos que realizo, cuando mis servicios son requeridos.
—Vampiros, Hombres Lobo, Hadas... y.… algunos de ellos...
—Brujos —dijo ella.
— ¿Brujos? —preguntó James confundido. ¿No querrás decir, "Magos"?
—No. En el Mundo de las Sombras, los demonios pueden llegar a tener descendencia con los mortales, dando nacimiento a niños y niñas con magia, y con una "marca de brujo": cabello de fuego, una cola, cuernos, un color de piel, escamas en casi cualquier parte del cuerpo, etc. —explicó ella. —Son las cuatro razas de Subterráneos. Y, existe una quinta raza, que no necesariamente, tiene una ascendencia demoniaca: los Cazadores de Sombras.
— ¿Cazadores de Sombras? —preguntaron los dos adultos.
—La leyenda cuenta, que hace mil años, un hombre llamado Jonathan, contrató a un brujo y este invocó a un ángel llamado Raziel, para pedirle su ayuda, en la lucha contra los demonios —dijo Janeth, mientras se cruzaba de brazos, y su familia la escuchaba. —El ángel vio el deseo puro de este hombre, y le fueron otorgados tres objetos: un espejo (actualmente desaparecido y cuya función es un misterio), una espada que puede obligarte a decir la verdad y una copa. En la copa, se entremezcló la sangre de Jonathan y la de Raziel, creando un elixir mágico e inagotable. Si un Mundano o... Muggle lo bebe, y tiene la suerte suficiente, entonces se convertirá en un Cazador de Sombras. Ellos combaten a los demonios, y mantienen los Acuerdos: un pacto de no agresión y auxilio mutuo de Cazadores y Subterráneos.
.
James y Lily se sentían agradecidos, de que Janeth confiara en ellos, para contarles la historia del mundo, en el que ahora ella vivía.
Y por mucho que ellos quisieran, que ella fuera con ellos, este era su mundo. Y debían de respetarlo.
