Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.

Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.

26: Su Historia.

Dumbledore suspiró, y una sonrisa de tristeza absoluta, apareció en su rostro. — ¿Tome la decisión correcta, al permitir que Janeth y Alex, se fueran a la casa de los Potter? —se preguntó, seriamente preocupado. Las vacaciones, estaban pasando muy lentamente, para su gusto. Y hasta ahora, estaba redoblando sus esfuerzos, para que no se supiera sobre los otros cuatro alumnos Hijos de Muggles, que fueron petrificados: Hoffmann, O'Donnell y Hamilton. —Aunque claro: No tengo forma de negarles a los padres, la custodia de sus hijos. —Suspiró. —Bueno: Gracias a la estancia de Janeth en el hogar de lo Potter, podré saber más sobre su pasado. Y así... —Un suspiro más profundo, salió de sus labios, mientras se pasaba una mano por el cabello. —Así podré saber cómo actuar. Como hablarle, como acercarme a ella, cuando el momento de que sepa de los Horrocruxes sea el indicado. —Una vocecilla, sonó en lo más profundo de su cabeza, y apretó sus manos, contra su cabeza. —Ella... ¿Sigue siendo un Horrocrux? La Cicatriz no estaba allí. ¿La profecía sigue siendo válida? Claro que sí: La marcó a ella, después de todo.

.

.

/-/-/Mansión Potter/-/-/

Alex terminó el entrenamiento de esa mañana, y entró en la casa, se quitó los zapatos tenis y pidió a un Elfo Doméstico, que los lavara, solo para ver algunas chispas rosadas y negras, las cuales limpiaron las suelas de los zapatos, tenis en un segundo. Estaba tan sorprendido, que casi los deja caer. Se giró, y vio a Janeth con sus zapatos en las manos, pero las suelas también estaban limpias. El pelirrojo parpadeó, un par de segundos, antes de lograr unir las piezas del rompecabezas. — ¿Tu limpiaste mis zapatos?

Janeth le regaló, una sonrisa. —Si quieres que Lily...

—Mamá —dijo él, rápidamente.

— (...) te mate, por ensuciar el suelo o la alfombra, entonces ya sé, para no hacerlo a la próxima —continuó ella, como si él, no la hubiera interrumpido.

— ¿Por qué no los llamas simplemente "mamá" y "papá"? —preguntó Alex, con curiosidad. Creía que estaba llevándose mejor con su hermana mayor, y le agradecía por el entrenamiento, a pesar de todo.

—Porque solo he convivido con ellos, dos días en esta mansión. Apenas y veo a James, cuando volvemos a la estación 9¾, y Lily es nuestra profesora —dijo ella suavemente, mientras se encogía de hombros. Alex frunció el ceño, pero admitió que la pelinegra tenía razón.

—Hola niños, ¿A qué estaban jugando en el patio? —preguntó James, amablemente.

Alex le enseñó una sonrisa a su padre. —No jugábamos. Al profesor Dumbledore, se le ocurrió que era una buena idea, el que Ron, Hermione y yo, aprendiéramos de Janeth, y aparte de repasar hechizos de la clase, nos está entrenando físicamente.

— ¿Entrenando físicamente? —preguntó James, parpadeando.

— ¿Qué harás, cuando pierdas tu varita, en un combate? —preguntó Janeth, James frunció el ceño, y una sonrisa apareció en el rostro de Janeth, y otra en el rostro de Alex.

—Si desarman a un Sangre Pura, no sabrá cómo reaccionar ante un ataque cuerpo a cuerpo. Seguramente, caerá de un único golpe, como un saco de papas, directo al suelo —dijo Alex, sin perder su sonrisa. —Si pierdo mi varita, necesito algo con lo cual pueda defenderme.

Janeth guio a Alex, en busca de los cuadros de los ancestros más lejanos de los Potter, preguntándoles por el siglo en el que nacieron, y lo obligó a escuchar a sus ancestros, hablando de cómo era el mundo, en los siglos X y XI. —Estaremos aprendiendo Historia de la Magia. Más allá, de las rebeliones de Duendes, Hombres Lobo y otras criaturas de ese estilo.

— ¿Más que solo Rebeliones de Duendes? —preguntó un Abraham Potter, sintiendo que ya sabía se lo que hablaba la joven. El fantasma de un dolor de cabeza, estaba allí. — ¿Binns sigue en el puesto de profesor? —ellos se acercaron a él, y asintieron. —Cielos... Vayan al tercer piso de la mansión, pregunten por el retrato de Darius Heisenberg, un antepasado nuestro, más allá de Linfred de Stinchcombe, antes de él y de Ignotus. Comiencen por allí. Por el siglo VI, no puedo guiarlos más atrás.

.

.

Para orgullo de Lily, sus hijos estaban juntándose, uniéndose más: desde las 6:00, hasta las 6:30, sus hijos entrenaban en el patio, manteniéndose en forma, a las 6:30 desayunaban, desde las 9:00, hasta las 10:30, escuchaban atentamente a los retratos mágicos de los Potter (más Janeth, que Alex, quien solía quedarse tiernamente dormido y luego era despertado por Janeth), se instruían respecto a cómo eran esos siglos para los Magos y los eventos más destacados de los mismos: Desde las 10:30, hasta la 13:00, hacían lo que querían, y luego desde las 13:30, hasta las 14:30, jugaban Quidditch con James y Sirius.

Y pasaban el resto de la tarde, en lo que ellos quisieran.

Janeth aprendiendo más sobre Pociones y Alquimia, con ella.

Alex escuchando historias de James y Sirius, sobre las bromas que solían hacer en el colegio, en ese tiempo.

Una tarde como cualquier otra, dos cartas llegaron, dirigidas a Janeth. Una de ellas, era de sus amigos del Mercado de las Sombras, diciendo que todo iba muy bien, y que Agatha sentía, que su familia, además de Daphne, debían de saber más sobre ella.

La otra carta, era de Amelia Bones, diciéndole a Janeth, que le habían negado el permiso de interferir con lo que pasaba en Hogwarts, y que de no ser por su carta o por sus recuerdos (y el Pensadero, que le había prestado), no podría creer lo que pasaba dentro de los muros de Hogwarts.

—Janeth —dijo Lily, suavemente. — ¿A qué se refiere Agatha, con saber más sobre ti? —Janeth se quedó en silencio. No dijo nada, solo suspiró y escribió una carta.

.

.

Veinticuatro horas después, James y Lily Potter, Alex Potter, Sirius Black, Julius y Eleonor Greengrass, Daphne y Astoria Greengrass, Tracey Davies, Agatha, Holly y Jack, estaban reunidos en la mansión Potter, con Zeesy, la Elfina Doméstica de Janeth, quien trajo el Pensadero. Janeth logró que Jack, Holly, Agatha y Alex, hicieran un juramento mágico. Solo con eso, ellos no podrían revelar nada, ni sus recuerdos podrían ser robados.

Presionando algunas Runas, el Pensadero adquirió la forma de una especie de Proyector, donde vieron la historia de los Cazadores de Sombras (contada por Valentine, a Jonathan), luego, vieron como Valentine tomaba la sangre de Lilith y la usaba con el bebé de su esposa Jocelyn.

Vieron cómo fue la infancia, adolescencia y juventud de Jonathan Christopher "Sebastian" Morgenstern, hasta su muerte, a manos de Clary, cuando les rogó perdón, les dijo como destruir la Copa Infernal, y luego reencarnó como Janeth, viendo sus primeros años de vida, como descubrió que era una Subterránea, de dos razas de Hadas Serpiente, con Bruja... O algo así, y todo lo demás.

Cuando los recuerdos de Janeth terminaron, Lily la abrazó, mientras derramaba lágrimas, en el hombro se su hija.

—Sé lo que pasará en el Mundo de las Sombras, y me he entrenado para cuando sea mi momento de volver, y expiar mis pecados —dijo Janeth seriamente. —Por desgracia, desconozco completamente, lo que será del Mundo Mágico. Aunque... creo que es casi seguro pensar, que Voldemort volverá, tarde o temprano —una pequeña parte de las mentes de todos los reunidos, vieron como Zeesy, se llevó el Pensadero. Janeth sonrió. —Mi lugar... Mi lugar en el mundo, no está atado al Mundo Mágico, sino al Mundo de las Sombras. Ni siquiera a Inglaterra, sino a los Estados Unidos. Este mundo... Tiene cosas interesantes para ofrecerme, pero son solo... Son como vacaciones, antes de ponerme a trabajar en serio —se pasó una mano por la nuca. —Necesito... Salvar a Ragnor Fell. Necesito encontrar alguna forma de que mamá... De que Jocelyn me crea, cuando le diga que soy una versión femenina y benigna de Jonathan. Que ya no hay Sangre Demoníaca, en mi interior, más que el ser una Subterránea.

—Lo lograrás —dijo James, colocando una mano en el hombro de Janeth, quien sintió el inmenso amor de James Potter, a través de sus ojos. —Estoy seguro de que, de alguna manera, lo lograrás. Ella te creerá, así como nosotros te creemos. —Janeth abrazó a James, quien la rodeó con sus brazos. La niña no pudo evitar llorar. Pronto, Alex y Lily, la abrazaron.

Vivir con los Dursley, y tener los recuerdos de haber vivido con Valentine, y someterse a sus entrenamientos, era algo que a todos les sorprendió. Era un milagro que la chica estuviera cuerda.

Daphne Greengrass y Tracy Davies, se juraron que estarían junto a Janeth, y que jamás la abandonarían.