Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.

Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.

28: La Cámara de los Secretos.

McGonagall quería mantener a la Ravenclaw y a la Slytherin a salvo, pero solo ellas dos, probablemente supieran como entrar en la Cámara.

Entonces, muy rápidamente, Minerva hizo un pequeño grupo, llevando a Andrómeda Tonks, Filius Flitwick, Pomona Sprout y Rubeus Hagrid, en lugar del profesor Kettleburn, quien ya era un anciano.

Gracias a que hablaron con Myrttle Warren, y a Alex, pudieron ingresar en la Cámara de los Secretos, gracias a que hablaba Pársel.

Descendieron por unas escaleras de caracol, transfiguradas por McGonagall, para que descendieran con seguridad. Y gracias a Alex y su capacidad de Pársel nuevamente, atravesaron la puerta acorazada, y llegaron a una extensa sala, con pilares que tenían serpientes talladas, además de la imponente estatua de Salazar Slytherin, y a Ginevra Weasley.

Minerva corrió hacía la chica pálida. — ¡Señorita Weasley!... Está... Apenas está con vida.

—No despertará —todos se giraron, encontrándose con un joven de quizás diecisiete años, de cabello y su ojo izquierdo era negro, el derecho era blanco y ciego. Tenía una horrenda cicatriz en la mitad derecha de su rostro y portaba el uniforme de Slytherin. —Alex Potter. Es un placer conocerte, aunque desearía que tú hermana también estuviera aquí.

— ¿Quién eres? —preguntó Tonks, apuntándole con su varita.

—Tom Ryddle —dijo una voz femenina.

— ¡Señorita Fairblue! —dijeron Minerva y Filius. Sin decir ni una palabra, la chica generó una esfera de llamas escarlata y rosadas entre sus manos, que arrojó contra el desconocido, golpeándolo, y mandándolo a volar.

—Lamento la demora, pero creía que sería mejor que los adultos, se encargaran de esto —dijo ella.

El hombre caído, ahora identificado como Tom Ryddle, lanzó un grito de dolor y un quejido, mientras se ponía de pie. Tonks le arrojó un hechizo amarillo, pero este no lo lastimó.

— ¿Eres acaso, el dueño de ese diario? —preguntó Flitwick, viendo el nombre en el diario.

Él asintió. —Lo soy. Soy un recuerdo, guardado en ese diario por más de cincuenta años...

—Mentiroso —dijo Janeth. —Cuando encontré el diario, usé un par de hechizos sobre él. Eres un fragmento de alma. Me resultó tan repulsivo, que maldije el diario.

—Esperaba ser encontrado por Alex, no por ti —dijo Ryddle, ignorando a todos los maestros y a Janeth. —Conocer al Niño-Que-Vivió. ¿Cómo es que venciste a Voldemort, siendo solo un bebé, y todo lo que recibiste fue una cicatriz, mientras que el más grandioso mago de todos los tiempos, fue...?

—Pues no veo a Merlín aquí, ni a San Cipriano, así que no entiendo a quién te refieres, como "el más grandioso mago de todos los tiempos" —bromeó Janeth sonriente.

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Ryddle gruñó, antes de escribir en el aire su propio nombre:

Tom Sorvolo Ryddle.

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Agitando la varita, las letras se reacomodaron.

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Soy lord voldemoRT

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—Voldemort, es mi pasado, presente y futuro —dijo Ryddle enfadado. — ¿Creían que usaría el estúpido nombre de mi padre Muggle, quien abandonó a mi madre, por ser una bruja? Pues no: YO soy el más grandioso Mago Oscuro de todos los tiempos. Ahora: Probemos las habilidades del Niño-Que-Vivió, contra las del Legado de Slytherin —y se volvió hacia la estatua, y habló en Pársel.

—Acaba de decir: Háblame Slytherin, el más grande de los cuatro de Hogwarts, en Pársel —tradujo Alex, increíblemente enfadado, de que alabaran a Salazar Slytherin, sin importar el idioma.

La estatua abrió su boca, y Janeth realizó varios movimientos de manos, veloces, antes de decir algo en un idioma desconocido para todos. —Hablar Pársel no te será útil Potter, solo me obedecer a... —Ryddle saltó hacia un lado, cuando vio una llama escarlata aparecer en las manos de Janeth, quien extendió sus manos hacía el frente, generando un circulo de llamas, frente a la boca de la estatua de Salazar Slytherin, y vieron al Basilisco comenzar a salir, el vacío en el círculo de llamas se cubrió de humo, y luego se veía una especie de ciudad destruida, que recordaba, quizás al Japón Feudal. — ¡No! —gritó Ryddle, y cuando estaba comenzando a hablar en Pársel, McGonagall le mandó un hechizo silenciador, y todos vieron al Basilisco, caer a través del portal, a ese Japón feudal, antes de ver a muchos murciélagos extraños y que Janeth lo cerrara.

—Y para información suya, profesores, Lord Imbécil y... Niño Mágico: El Pársel es un idioma mágico, que se usa en la India, para la Medimagia. Se tienen muchos registros, de hablantes de Pársel en Taiwán, en la India son incluso venerados y Mongolia. —Janeth entonces, enseñó una sonrisa burlona — ¿o acaso creías, que el Pársel, es únicamente algo que Salazar Slytherin podía despertar? —por el rostro de Ryddle, parecía que esa era su creencia. —El motivo de temor y tabú hacía el Pársel, es por Herpo el Loco. ¿O alguien recuerda que se dijera que San Jorge era oscuro, o Paracelso? Claro que no, eran magos que luchaban por el bien, pero se suele olvidar que eran usuarios del Pársel.

Ryddle enseñó una mueca de ira, y atacó con un destello verde. McGonagall y Flitwick crearon un muro de mármol, que estalló por el ataque verde de Ryddle. Con un rápido Reparo de Flitwick, el muro volvió a estar intacto, y Tonks lo desterró, provocando el rápido viaje del muro hacía Ryddle.

Ryddle lo desvió hacía Alex, quien saltó fuera de su rango de ataque.

Janeth lo atacó con el encantamiento Reducio, provocando que la ropa de Ryddle, (quien estaba deteniendo un aturdidor de McGonagall), se le encogiera y le impidiera maniobrar bien. Seguido de eso, atacó con un Tarantallegra, causando que Ryddle empezara a bailar.

Flitwick lo atacó con un Petrificus Totallus, y Ryddle dejó de moverse.

— ¡Espera! —gritó ahora asustado, hacía Janeth, quien recogió el diario. La chica desenfundó la empuñadura de un cuchillo, y al decir un nombre extraño, el filo nació con una forma de cristal y se encendió en llamas — ¡¿Qué estás haciendo?! —apuñaló el diario, sin escuchar la súplica de Ryddle para que no lo hiciera, eso provocó, que Ryddle desapareciera.

Janeth hizo un movimiento con su cabeza, y vieron a Ginny despertando. Gracias a las escaleras, salieron de allí, y volvieron a la superficie, dirigiéndose a la enfermería, con una Janeth quien se sentía cansada, así que Andrómeda Tonks la cargó, sin que fuera un problema. Y ella, comenzó a explicar lo ocurrido, con el Basilisco. —Existen otras dimensiones a las cuales se puede viajar desde el mismísimo infierno, y que han sido conquistadas por la raza infernal, que normalmente denominamos como demonios. Algunas de ellas en el pasado, fueron similares a la Tierra, pero los demonios las conquistaron y las transformaron en dimensiones habitables para ellos.

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Madame Pomfrey escuchó la puerta abrirse, y solo podía rezar, para que ningún otro alumno acabara de ser encontrado, Petrificado. Suspiró, cuando vio a Janeth Fairblue todavía con vida, pero muy cansada. Filius la recostó en una camilla, y al parecer, la Señorita Weasley también estaba viva.

Un humo comenzó a venir desde otro lugar de la enfermería y Pomona Sprout ingresó, y se acercó a Madame Pomfrey, entregándole un incienso, en cuyo interior estaban las hojas quemadas de la Mandrágora, la cual comenzó a surtir efecto, los alumnos comenzaban a mover sus extremidades, comenzaban a respirar, algunos abrían los ojos, y reaccionaban desorientados.

Madame Pomfrey y la profesora Sprout, se abrazaron.

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Janeth se quedó dormida; y cuando despertó, ya era de día. Sintió que alguien le agarraba la mano, y unos ojos azules, se encontraron con sus ojos verdes. —Buenos días, Daph.

—Buenos días... Jan —contestó Daphne, sonriéndole a la pelinegra, y acariciando su mejilla. Fue como si con ese simple gesto, Janeth recibiera todo el amor que Daphne, tenía para obsequiarle.

Entonces, escucharon gritos. — ¡Lo lamento mucho, señor director, pero claramente, la señorita Weasley acaba de pasar por un trauma muy fuerte, y según mis hechizos, está en shock, no puede contestar a ninguna de sus preguntas!

La puerta de la enfermería, no tardó en abrirse, y el director ingresó. —Ah, señorita Greengrass, esperaba poder hablar con la señorita Fairblue.

—Sigue sin despertar, señor —dijo Daphne, mientras sentía una onda legeremántica, rozar sus escudos Oclumánticos. —Pero estoy segura de que usted, ya ha recibido el reporte de los otros maestros, sobre lo ocurrido. —Dumbledore estaba molesto. Quería saber más, sobre los hechizos que utilizó Janeth, para saber qué tan adecuados eran para ella, o si debería de eliminar esa actitud de inmediato, pero no podía hacerlo, sin saber qué pasó, de labios de Janeth. Llevó su mano a su bolsillo, agarrando su varita, pero pronto la soltó y se fue, enfadado. Cuando Janeth despertó, tomó la mano de una confundida Daphne, mientras sonreía. — ¿Por qué estás sonriendo? —preguntó Daphne confundida, pero Janeth no le explicó nada, hasta que llegaron al Gran Comedor, donde todos comenzaron a preguntarle cosas, respecto a la Cámara de los Secretos, y acusaban a Alex, de no querer decirle nada sobre eso.

— ¡Zeesy, mi Pensadero de inmediato! —gritó Janeth a la nada. Al instante, una Elfina Domestica apareció, y traía un Pensadero. Janeth agarró su varita mágica, y con ella, tocó algunas de las runas, creándose una esfera de algo que parecía ser agua azul.

— ¡Señorita Fairblue, espere un momento! —gritó Dumbledore ya de pie. Janeth llevó la varita a su cabeza, extrajo unas hebras plateadas, haciendo gemir de asombro y miedo, a los Hijos de Muggles de Primer a Tercer año, antes de colocarlas dentro del Pensadero. — ¡Señorita Fairblue, hablemos de esto en mi oficina, podemos discutir lo que pasó en la Cámara! —gritó el hombre, pero se detuvo en cuanto comenzaron los recuerdos.

Janeth y Daphne, descubriendo quien falleció hace cincuenta años y donde posiblemente estaba la Cámara, descubriendo que hacía falta el Pársel y su encontronazo con la profesora McGonagall.

Ir por Alex, traer a los maestros e ingresar en la Cámara, luego de hablar con Myrtle, la visión de Ginny y la aparición de Tom Ryddle.

Los ojos de Dumbledore se abrieron, no podía permitir que se supiera la verdad, detrás de la naturaleza de Voldemort, quien debía de permanecer como un monstruo salido de la nada, solo destinado a aterrorizar a la Inglaterra Mágica, y sin otro destino en su vida, que la destrucción del país y el gobierno Sangrepurista. El hombre desenfundó su varita mágica, pero la varita saltó de su mano, para su sorpresa. El director subió la mirada, mirando con incredulidad, a Janeth Potter, quien le acababa de desarmar, con un Expelliarmus.

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Se escucharon gritos, cuando se supo, que Voldemort los estuvo atacando, y que tenía un diario, que podía pensar por sí mismo.

Todos abrieron los ojos, ahora con entendimiento, cuando Janeth les explicó el origen del Pársel, y que esto no era algo único de Salazar Slytherin. Además, la sorpresa de que Voldemort fuera un mestizo, fue un duro golpe para los hijos, de muchos Mortífagos, quienes, sin lugar a dudas, informarían de esto a sus padres.

Se asombraron y se preguntaron, que era ese hechizo que Janeth realizó, pero claramente fue algún tipo de portal a otro lugar. La comprensión cayó sobre todos, cuando Janeth explicó sobre el Pársel, dónde era más normal encontrarlo y el porqué del temor a este, y sobre San Jorge y Paracelso.

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El recuerdo terminó, y Janeth lo devolvió a su mente. —Yo: Janeth Cristal Potter Evans, juro por mi magia y vida, que este recuerdo es real, así sea. ¡Lumos Solem! —Una gran esfera de luz, apareció en su varita. Decía la verdad, el recuerdo era real.

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En las horas de la cena, esta revelación lo meció todo, y ahora todo el Reino Unido Mágico, sabía parte del origen real de Voldemort.

Seguramente, se tendría a muchos Mortífagos asqueados, por haber seguido a un Mestizo, quien fingió ser un Sangre Pura.

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Esa maldita mocosa Fairblue, acaba de mecer los cimientos de la guerra —gruñó Dumbledore mentalmente. Solo él, debería de conocer la verdad, respecto a Tom Ryddle. No el puto país. ¿De qué otra forma, podría guiarlos a todos hacía El Bien Común, si no era el único con la toda información, y quien decía cuándo y en cuantas cantidades, repartir esa información a la Gran Bretaña Mágica? — ¡MALDITA MOCOSA FAIRBLUE! —Y su oficina fue destruida, por ese brote de magia accidental y emocional.