Harry Potter, pertenece a JK Rowling.
Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.
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56.
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Umbridge y Dumbledore estaban haciendo exactamente lo mismo, desde sus respectivas oficinas: mirando las puertas de Hogwarts ya los alumnos irse.
Ahora que sabían que ella se marcharía a sus vacaciones en Alemania, creían que podrían investigar más sobre ella, sobre su forma de ser, sobre quienes la habían criado.
Dumbledore se presentaría primero, en la oficina de Minerva McGonagall.
Y Umbridge seguiría a Dumbledore, en cada paso que él diera en la búsqueda de información. Así mismo, estaba pidiendo a un amigo en registro de familias, que hizo un extenso barrido, en la familia Fairblue, para descubrir todo lo posible sobre ellos.
McGonagall le otorgó su recuerdo a Dumbledore, sobre su primer encuentro con su alumna, no sin dejarle una advertencia crítica: Albus, ten cuidado con lo que posiblemente deseas descubrir. Sabes tan bien como yo, que muchas veces, nuestros deseos pueden nublar nuestro juicio, más allá de lo deseado.
Ambos vieron el recuerdo de Minerva, sobre cómo encontraron por primera vez, el camino hacia el Mercado de Sombras.
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Decir que Umbridge estaba horrorizada por ver a los hombres lobo, vampiros, brujos y hadas, caminando y comerciando a gusto, era poco. Decidió ir con Cornelius y que él cerrara de inmediato ese lugar.
Dumbledore estuvo ir a explorarlo y ver qué información pudo sacar, respecto a cómo llegó Janeth allí, cómo consiguió su propio local y cómo cambió el apellido Fairblue.
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Al mismo tiempo, los Potter tenían sus maletas listas y gracias a un recuerdo de Janeth, de un momento de Jonathan llegando a Idris, entonces fue que Lily hizo el Traslador.
La pelirroja de ojos verdes sujetó un pañuelo-traslador, James le tocó el hombro, mientras que Janeth, Alex, Daphne, Astoria y Tracey sujetaban algunas de las maletas y las demás, estaban conectadas mágicamente a ellos.
Finalmente, sintieron el tirón en el estómago y atravesaron el tubo estrecho, hasta llegar a un bosque cubierto de nieve, incluso el suelo estaba lleno de nieve, lo cual creó un paisaje de belleza ensoñadora.
—Bienvenidos al bosque de Brocelind —gruñó ella, con enfado. — ¿Número de Hombres Lobo?: Casi cuatrocientos, ¿Manadas de Hombres Lobo?: una. —Buscó el norte, desenfundó su espada y comenzó a caminar. —Apurémonos. Es invierno y ha estado nevando, asi que la manada estara oculta. Y al menos, no caímos al Lago Lyn, como escuché que le pasó a Clarisa cuando vino por primera vez a la Ciudad de Cristal.
—Entonces, ¿En dónde nos quedaremos, Janeth? — preguntó Daphne, tomándola del brazo, mientras caminaban.
—Nos quedaremos en la Casa Solariega de los Wayland. —Informó ella, mientras caminaba al frente del grupo, con su espada lista, por si algún miembro de la manada de lobos, le atacaba. —Michael y Eliza Wayland, fueron asesinados por Valentine hace ya varios años, inmediatamente después del Levantamiento, en 1991. Tomó el cadáver de Michael y el de su hijo Jonathan y quemó la casa de los Fairchild, sus suegros, con fuego demoníaco para hacerles daño creer a todos los Cazadores de Sombras, que murio, cuando en realidad lleva oculto todos estos años.
—Entonces, el último lugar donde nadie buscaría a unos extraños y extraños, quienes ni siquiera son Cazadores de Sombras, está en la casa de un muerto —razonó Daphne.
Janeth solo pudo sonreír. —El último lugar donde buscarían a alguien infiltrado, de quienes obviamente no saben nada, es en la casa de una familia totalmente extinta. —Explicó ella —Aunque los Cazadores de Sombras suelen casarse a los 18 y concebir, desde ese momento, no hay supervivientes de los Wayland y algún Mundano que realice la Ascensión, deberá de tomar el nombre de esa familia y reiniciarla junto a su esposa. .. —Janeth se quedó quieta por un instante, y todos se apresuraron a su lado, viendo a un joven de cabello rubio y una mujer de cabello plateado.
— ¿Quién es él? —James preguntó.
Alex le enseñó una sonrisa a su padre. —Es el Niño Ángel, Jonathan Christopher Herondale Montclaire, su hermano adoptivo, hijo de dos miembros fallecidos del Círculo, de quienes Janeth jura que Valentine asesinó a Stephen y se lo contó a Céline sabiendo que ella terminaría suicidándose, lo cual le permitió extraer a ese chico del vientre de la madre y empezar a criarlo él mismo, haciéndolo pasar por el hijo de Wayland.
Janeth suspiró. —Sigamos hacíamos la izquierda. Ya... Quizás... Quizás lo vuelva a ver en otros cuatro años o quizás jamás volveré a verlo. —Pero ella caminó hacia la derecha. El grupo de Homo Magicus se miraron y la siguieron desconcertados. Finalmente, llegó a una bella casa Solariega de paredes rojas y techo blanco, que se veía muy descuidada. Lily lanzó hechizos de poda y Janeth rejuveneció la pintura, con algunos hechizos de chispas negras y rosadas. —Bienvenidos a la casa donde el Niño Ángel fue criado por Valentine.
—El niño rubio que vimos antes —explicó Alex, mientras su hermana abría la puerta y los hechizos volaban de aquí para allá, limpiando todo y retirando el polvo que seguía por allí. —Se me hace raro, teniendo en cuenta... El grupo de estudio, ya sabes.
—Mejor en un lugar conocido, mi estimado Niño Mágico —dijo Janeth sonriente. —Por cierto: feliz día del Ángel.
Todos le sonrieron encantados a la pelinegra de ojos verdes. —Y feliz Sanhaim/Navidad para ti, Janeth.
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Pero Cornelius negó hacer absolutamente nada, con respecto al Mercado de Sombras de Londres.
Lo último que necesitaban, era un desastre internacional, contra una comunidad que NI SIQUIERA era Mágica.
Y él le aseguró a Umbridge, que era más importante seguir negando algo tan estúpido, como el regreso de Tom Ryddle, que persigue criaturas mágicas.
