El día Después II –New Century-
AMBER MIST
La miró caminar fuera de la casa desde la ventana de la cocina. Sus pasos eran lentos y cansinos, mientras su cabeza gacha, sugería que miraba el suelo inmersa en profundos pensamientos. Él observó las tostadas recién hechas con una leve expresión de desagrado y disgusto, tomó el plato y una de las tazas de café, e hizo su camino hacia la mesa redonda de la cocina. Mordió su labio inferior al recordar como había encontrado los muebles al levantarse; el mantel torcido, tocando el suelo con una de sus puntas, una de las sillas caídas y otra de ellas alejada de la mesa. La mesada y el suelo tenían rastros de agua con detergente que no se habían evaporado con el correr de la noche. Se sentó en una de las sillas y mordió una de las tostadas, a la cual le siguió un largo sorbo de café.
Antes de preparar el desayuno y que Misty saliera de la habitación, Ash se había encargado de acomodar todo el lugar, de esa manera su compañera no tendría que ver aquella escena, pero en ese instante que se encontraba solo desayunando se preguntaba que había cruzado su mente al encargarse de todo aquello con sumo cuidado, en que momento de la mañana supuso que ella se quedaría sola con él después de lo sucedido por la noche…
-Soy un idiota… - Murmuró convencido alzando su taza para beber otro sorbo de oscuro café.
Observó los platos limpios sobre la mesada, con su mirada perdida y distante, divagando en los pocos recuerdos que lo remitían a esa noche. Suspiró tristemente y atendió al líquido negro en su taza, haciendo girar la misma lentamente…
-Ambos estábamos solos… - Murmuró con una monótona forma de hablar –Y… Yo volví del laboratorio del profesor muy tarde. Misty había llegado poco antes de su día de pesca… - Relató a la nada, recordando el momento en el que entró a su casa. Se echó hacia atrás con el respaldo de la silla, dejando la taza sobre la mesa y miró el techo blanco de la cocina. –Me pregunto… ¿Cómo fue que…. "Pasó?" –
Caminaba con pasos cada vez más acelerados por el costado del camino, con los ojos clavados, fijos en las piedras del suelo, que con la velocidad a la que ella avanzaba parecían trazar en línea recta su recorrido. Las zapatillas rojas, dejaban un rastro de humo provocado por el revuelo de la tierra. La brisa fresca de la mañana, acariciaba su rostro suavemente, apagando, solo un poco, el quemante fuego en sus sonrojadas mejillas. Sin embargo, nada de lo que la rodeaba le interesaba en lo más mínimo, su mente representada por una furiosa tormenta eléctrica, en la cual llovía confusión y chocaban nubes cargadas de vergüenza y desconcierto, no la dejaba pensar claramente.
Detuvo, al fin, su marcha cuando sintió que la caminata no le servía. Mantenía sus puños cerrados y firmes al costado de su cuerpo, respiraba con dificultad, víctima del agitado ritmo de sus pasos. Mordió fuertemente, apretando las muelas unas contra otras cuando el ardor de las lágrimas volvía a presionar en sus ojos. Negó con la cabeza con furia y solo escapó una solitaria gota de agua salada de su ojo derecho. La apartó con ira, usando el reverso de su mano y advirtiendo una roca de considerable tamaño al costado del camino, se sentó sobre esta, apoyando su cabeza sobre sus rodillas...
.-¿Porqué?... – Murmuró con la voz entrecortada, ahogando en el fondo de su garganta, algo semejante a un sollozo. –Si durante tantos años yo... – Detuvo su frase, finalizando el pensamiento en su mente; conocía a Ash desde que tenía once años, cuando lo "pescó" del río cercano a Ciudad Verde, pasado tanto tiempo, difícilmente podría asegurar que sintió en aquel momento pero seguramente algo había pasado. Los años transcurrieron y ocultar sus sentimientos se había convertido en un hábito tan natural como cualquier otro. Pero de alguna manera todos sus esfuerzos por mantener en secreto sus emociones, parecían haber perdido la batalla...
.-Pasé la tarde pescando... – Pensó rescatando de sus recuerdos el comienzo de la noche –Cuando regresé no había nadie. Solté mi mochila en el suelo y me desplomé en el sillón, realmente agotada. Minutos después, sonó el teléfono; no tenía energía para levantarme y atender, así que dejé que el contestador automático hiciera su trabajo...
.-Hola, Misty – Era la señora Ketchum. De un salto, algo preocupada, me levanté y corrí hasta el otro lado del living hasta el teléfono. –Supongo que aún no has llegado, solo quería... -
.-Señora Ketchum, sí estoy! –
.-Ah, Hola, Misty¿Dónde estabas? –
.Descansando. Lo siento. –
.-Está bien. Ash ya salió, avísale cuando llegue que voy a quedarme a ayudar al Profesor hasta mañana. –
.-De-De Acuerdo. – respondí, apresurada. Ahora me siento más avergonzada que antes. Debo haber parecido una tonta al tartamudear así, pero la idea de estar sola con Ash había traído tantas emociones juntas que... no creo que haya podido pensar claramente desde ese momento. Escuché a la Señora Ketchum reír del otro lado del teléfono, haciendo que mis mejillas comenzaran a arderme por la vergüenza. Traté de controlarme y pensar claramente, recordando que no era la primera vez que me quedaba sola con Ash de noche –Le avisaré cuando llegue, Señora Ketchum. –
.-Muy Bien, Gracias, Misty. Buenas Noches. –
Colgué el teléfono y permanecí estática en mi lugar. Mis manos temblaban al costado de mi cuerpo rígido y tenso, en mi rostro se instaló una sonrisa inmensa que, bien sabía yo, me hacía ver como una adolescente enamorada... y aunque la adolescencia ya haya pasado para mí...
El cansancio ya era cosa del pasado, una nueva oleada de energía me invadió desde el pecho, impulsándome a hacer algo que nunca pensé que haría. Quería que Ash disfrutara la noche, que ambos lo hiciéramos...
Sus verde azulados ojos se ensancharon de horror. Su garganta comenzó a secarse y sus dedos, movidos por si solos sin que ella pensara en ello, se clavaron con fuerza en sus rodillas desnudas. Sentía su corazón tomar un ritmo acelerado y descontrolado dentro de su pecho, al tiempo que nuevo sudor frío se abría paso en su espalda...
.-No... yo no pude haber... –
Bebió el último sorbo de café, terminando luego la tostada que le quedaba. Sin comida que volviera a distraerlo de su reconstrucción, observó el marco de la puerta y aspiró hondamente antes de comenzar a describirse a sí mismo lo poco que podía recordar de su regreso a casa...
.-Cuando llegue, noté la mochila roja de Misty en el suelo. Sabía que, seguramente, había vuelto tan cansada que solo la dejó allí y fue directamente a recostarse. Tomando la mochila, la dejé sobre el sillón junto a mi camisa. Escuché ruidos en la cocina, cosa que me sorprendió, ya que cuando me fui del laboratorio, mamá se había quedado... difícilmente podría haber llegado antes que yo a casa... –
Negó con la cabeza violentamente, cerrando los ojos un instante...
.-Vamos, Ash. No te distraigas! –
Se reprochó a sí mismo. Apoyó ambas manos sobre la mesa, mirando al frente con determinación. Gracias a su vívida imaginación, casi podía verse parado bajo el marco de la puerta, sonriendo cálidamente a su amiga, quien muy concentrada e inmersa en su labor, trataba de cortar la verdura, si herirse a sí misma...
.-Era una imagen cómica. – Continuó, acompañando el comentario con una pequeña sonrisa –Misty le murmuraba algo a la cuchilla, algo que parecía una amenaza o... un reproche. De todas formas, sabiendo que ella no es... una buena cocinera, decidí interferir, diciendo algo que no recuerdo...
.-Ash... Me asustaste! – Se quejó al instante, dejando caer la cuchilla sobre las verduras.
.-Lo siento¿Te ayudo? – Repliqué, esperando que solo me dejara el trabajo a mí. Por lo menos antes que ambos estuviéramos en "Peligro"
.-No es necesario. – Contestó, volviendo a tomar la cuchilla –Yo puedo sola. No debe ser tan difícil. –
.-Es que... – Comencé, pensando en cualquier excusa que viniera a mi mente. –Tracey me habló de una receta y... quisiera intentarlo... –
.-¿Tracey? - Preguntó, alzando una ceja desconfiada, mirándome por encima de su hombro. –Ash¿No quieres que yo cocine? – Parecía dolida por esa noción. Me siento un idiota y un desconsiderado por dejar que aquello se notara. Era evidente que Misty solo trataba de... compartir algo conmigo, pero yo... ¿Porque siempre tengo que ser tan lento? –
Se quejó, bajando la cabeza. Mordió con fuerza su labio inferior, tratando de concentrarse otra vez en el relato. La imagen parecía oscurecerse y el recuerdo escurrirse de su conciencia, cerró los ojos reteniendo la escena tanto como podía...
.-No es eso... – Recuerdo que repliqué, luego de unos minutos. Misty dejó la cuchilla junto a la tabla de picar y se secó las manos con una servilleta que colgaba del horno... ¿Cortaba las zanahorias con las manos mojadas? –
Suspiró, borrando una momentánea mueca de horror que se coló en sus facciones, al pensar en la negligencia de su compañera, pero al darse cuenta, que volvía a distraerse con detalles, gruñó por lo bajo y golpeó la mesa con su puño derecho. Se levantó de la silla y caminó hasta el marco de la puerta, donde apoyó su hombro, sosteniendo todo el peso de su cuerpo y observó la mesada, donde la escena que recordaba continuaba su curso...
.-Te vez muy cansada... – Comenté, tratando de reforzar mi excusa. Misty no creía nada de lo que estaba diciendo y, me daba cuenta que mis pobres razones solo estaban metiendome en problemas. Me acerqué a ella, con miedo... No de la ira contenida de Misty que era una bomba de tiempo después que haya rechazado su comida, sino de mí mismo, de lo que haría cuando la distancia que acortaba con mis pasos no fuera suficiente y terminara, víctima de un impulso que me llevaría a hacer algo que Quería, pero no Debía hacer...
- Sé que había una botella... en algún lado... - Murmuró, recordando la forma cilíndrica de una botella transparente, que exhibía un opaco líquido amarillo. No tenía etiqueta, ni números que especificaran elaboración o vencimientos, solo tenía pintado en uno de sus lados "New Century". -Tomamos un poco... yo no quería al principio, pero Ash... - sonrió débilmente al reconocer el rostro del entrenador en su mente -Me miró con esa expresión... tan dulce... desconsolada... con sus ojos marrones y tan expresivos... - Sacudió la cabeza, borrando la mirada soñadora que se había formado en sus facciones y se concentró en el único recuerdo que la salvaba de las culpas -Así que me convenció... y bebí del vino... Era asqueroso, Ash también puso cara de Asco cuando lo probó. Reímos, avergonzados, y tiramos el resto del líquido en el fregadero... -
Se levantó de su lugar y comenzó a dar vueltas en círculos alrededor de la piedra en la que estaba sentada.
-Entonces... no fue el vino lo que nos afectó... ¿Qué pasó entonces ? -
Continuó recolectando recuerdos, imágenes de ambos divertidos, arreglando algo juntos, las manos de Ash, tan grandes junto a las suyas, acariciando, o quitando algo de su muñeca con un movimiento lento y suave, luego los ojos, profundos y concentrados del Maestro Pokemon, fijos en los de ella, como si buscara algo en ellos, algo fácil de encontrar pero demasiado complicado para él. No podía recordar cuales eran sus acciones después de todo aquello, pero podía suponer por la escena de la mañana...
- Es culpa suya ! - Concluyó, golpeando el suelo con el pie fuertemente. -Descubrió al mirarme así lo que sentía, debía estar escrito en toda mi cara... Debí temblar bajo sus manos y, seguramente, debo haber cerrado los ojos en alguno de esos intensos momentos, llevada por... por Ugh !. - Sintió sus mejillas arder con el mero recuerdo de aquel contacto que su mente convertía en eterno. Su piel se erizó y un escalofrío recorrió su espalda, el pecho se le llenó de alguna emoción que no podía descifrar, o de varias juntas, de cualquier manera el recuerdo la frustraba y enfurecía más -Y después... Después... -
-Misty ! - Volteó asustada por la voz. Algunas lágrimas, expulsadas por el repentino movimiento se escaparon de sus ojos. Frunció el ceño, al reconocer a Gary acercarse trotando hacia ella.
- No tengo tiempo ahora, Gary. -
- Tienes que escucharme, hay algo importante que... -
- Te dije que ahora no ! Estoy ocupada. -
- ¿Hablando con una roca ? - Le gruñó por lo bajo, desviando su mirada y comenzando su camino de vuelta a la casa Ketchum. Gary se apresuró, hasta alcanzarla y comenzó a caminar a su lado. -Mira, ayer... -
- Gary, por favor... No quiero escuchar nada ahora, tengo que pensar... - Él detuvo sus pasos, observándola marcharse por el costado del camino, con aquellos pasos lentos. Bajó la cabeza, mirando el suelo y mordió su labio inferior...
-Lo siento... - Murmuró, sabiendo que ella estaba demasiado lejos para oírlo.
Al llegar hasta la puerta y extender su mano al picaporte, sus nervios comenzaron a tomar mayor control que la misma furia. Dudó de sus propias y fuerzas para enfrentar a Ash y más aún de sus argumentos, que parecían cada vez más débiles e inverosímiles. Trató de acumular valor, insistiendo en que él se había aprovechado de sus sentimientos, para jugarle una muy mala broma...
-Ya me lo imagino... - Pensó, aferrando el metálico picaporte -Cuando abra la puerta va a estar en el sillón, de brazos cruzados, esperándome para sonreírme de aquel manera arrogante que tiene... - Manteniendo esa suposición, abrió la puerta de un golpe, encontrando, tal cual ella lo había sospechado, a Ash apoyado contra uno de los brazos del sillón, pero con sus manos al costado de su cuerpo y la mirada clavada en el suelo, pensativo y perturbado.
Misty se acercó, disminuyendo su enojo por preocupación, él parecía tan deprimido, asustado y confundido, que le quitó toda intención de atacarlo con acusaciones que ella ni siquiera creía. Avanzó los últimos pasos lentamente y extendió su mano con cuidado, como quien estuviese a punto de tocar fuego...
.-¿Ash ? ... - Él levantó la mirada. Sonrió débilmente al verla y extendió su mano rápidamente hasta la mejilla derecha de Misty. Ella, sobresaltada y temerosa dio un paso hacia atrás, pero este no fue suficiente para que él apartara su mano.
.- Te estuve esperando... - Le dijo en un murmullo casi inaudible. Su mirada fija, rodeada de expresión soñadora con mejillas sonrojadas, parecía vidriosa entre algunas lágrimas que se habían formado. La entrenadora pokemon, se preguntó si alguien podría llegar a tanto por una broma, si la actuación de Ash realmente pudiese llegar tan lejos... Cerró los ojos e inclinó su cabeza levemente hacia la derecha, sintiendo con mayor intensidad la mano de su compañero. - Tengo algo que preguntarte... Algo importante. -
Abrió los ojos otra vez y avanzó algunos pasos más hacia él. Le sonrió dulcemente, mientras el Maestro acariciaba su cabello con la mano que antes ocupaba su mejilla. Él le devolvió la sonrisa, aún mirándola con aire maravillado y perdido...
.-¿Sientes algo por mí ? -
.-¿Qué ? - Sintió que el encanto del momento se destruyó como un espejo que cae al piso. Ash continuaba inmerso en su propio mundo, siguiendo con sus dedos cada mechón sedoso del cabello rojo.
.-Si sientes algo... todo esto tendría más sentido... Podría comprenderlo mejor... -
.-¿Por que dices eso ? Y ya suéltame el cabello ! - Apartando su mano, se cruzó de brazos y desvió su mirada al suelo. Pensó la mejor manera de responder, mientras Misty perdía la paciencia y las acusaciones contra Ash volvían a tomar poder en su mente, atrayendo la furia y vergüenza contenida.
.-Yo... Es la única solución que se me ocurre. - Concluyó al fin, inseguro de haberlo dicho apropiadamente. Obviamente no fue así, ya que ella lo golpeó en la mejilla con toda su fuerza.
.-¿Piensas que eres tan irresistible, Ash ¿Que yo perdí la cabeza en algún momento por que tú eres... eres... Atractivo o algo ? - Le gritó irritada y avergonzada. Ash se sostenía la mejilla, confundido y decepcionado, no solo se había equivocado al resolver el dilema de la mañana, sino que también se había ilusionado al pensar que ella podría sentir algo por él. -Eres un egocéntrico y egoísta por culparme de algo así. El único que hizo algo eres tú... y ahora quieres echarme a mí en cara cosas que... no estaban bajo mi control. - Aún furiosa, se abalzó contra el Maestro y comenzó a golpearlo con los puños cerrados en el pecho, en un principio dolían aquellas consecutivas puntadas en su cuerpo, pero la fuerza comenzaba a abandonar a la joven entrenadora que entre lágrimas y sollozos se rendía a simplemente apoyar su cabeza contra Ash. Él volvió a sentir ese momentáneo desvió de la realidad, solo la abrazó con fuerza, omitiendo las acusaciones recientes y sonrió, con la misma expresión soñadora que al inicio de la escena, cuando perdido en los verde azulados ojos de su amiga, le acariciaba el cabello.
La imagen de ambos entrenadores abrazados se perdió cuando la Señora Ketchum entró a la casa. Misty empujó a Ash y corrió hasta las escaleras encerrándose en la habitación. Deliah miró a su hijo, pidiéndole disculpas con la sola mirada, él negó con la cabeza débilmente indicándole que no había interrumpido nada. Silenciosamente, la señora caminó hasta la cocina, dejando a su rechazado hijo solo con sus pensamientos...
CONTINUARÁ...
AM
HOLA A TODOS ! Siento mucho haber tardado tanto tiempo en actualizar, pero desgraciadamente mi trabajo me absorbe todo el tiempo y la energía, así que no sé cuando podré volver a escribir : (
De todas formas Muchas, Muchas Gracias a todos por sus Reviews ! Me han servido e incentivado mucho para continuar en mis ratitos libres nn
No acostumbro dedicar fics, ya que no quiero incomodar a nadie con mis comentarios, pero voy a hacer una pequeña excepción para Sumi y Julian. Dedicado a ustedes, espero también les haya gustado.
Hasta el próximo... cuando pueda...
AMBER MIST
