Disclaimer:

Los personajes de Inuyasha no me pertenecen a mí, si no que a Rumiko Takashi, el fic escrito a continuación es sin fines de lucro y hecho solamente para la diversión de la autora y los lectores.

Aclaraciones preliminares:

Lo que está en cursiva son los pensamientos de los personajes, lo que está entre son mis acotaciones, las escenas están separadas por ----- . Espero que lo disfruten )

"Pasión por la música"

Capítulo I

- Nuevo Trabajo, nueva vida -

Una chica de pelo azabache se encontraba sentada en un café, vestía normalmente, con una faldita rosada y una blusa blanca ajustada cuyos 3 primeros botones se encontraban desabrochados, al parecer esperaba a alguien. Sobre la mesa, además de una taza de café cortado, se encontraba su cartera, sus gafas y una grabadora de video, se le veía bastante concentrada escribiendo algo en una pequeña agenda.

Un joven muy apuesto entró en el lugar, su camisa dejaba notar sus musculosos brazos, tenía el cabello negro con algunos raros reflejos plateados y ojos color miel. Se dirigió hacia la chica que le habían indicado y se sentó frente a ella

-¿Kagome Higurashi?-preguntó haciendo que la aludida diera un respingo y dejara de escribir, poniendo su agenda junto a la grabadora

-Sí, soy yo… ¿y usted es…?-preguntó levantando una ceja

-Inuyasha Taisho, de la disquera Shikon

-¡Señor Taisho!-exclamó sonriendo- gusto en conocerlo

-¿Puedo?-preguntó apuntando a la agenda

-eh… bueno, no sé si deba, estaba recién cre….- pero antes de que la chica terminara de dar las explicaciones, el hombre ya había tomado la agenda entre sus manos y revisaba la última de las hojas escritas. Cuando terminó de leerla se la devolvió a su propietaria, se paró y dejó una tarjeta sobre la mesa

-Te veo mañana en esa dirección, quiero que estés allá a las 10 de la mañana, puntualidad por favor-dijo a modo de despido y salió por la puerta.

Kagome quedó entre sorprendida y furiosa por la actitud de quien podría ser su jefe más adelante, sin embargo no pudo dejar de notar lo guapo que era.

Terminó de escribir, pagó el cortado, tomó sus cosas y se marchó del lugar. Caminó por el centro comercial que estaba atestado de gente y fue ahí cuando la vio, la persona que le hacía la vida imposible y era capaz de todo por verla derrotada: Kikyo.

Kikyo Uchida, tenía 19 años, era alta y con una esbelta figura que hacía que todos los chicos se dieran vuelta a mirarla, pero tenía muchos defectos en su personalidad, uno de ellos, era que no sabía perder y era esa la razón de su odio por Kagome. Hace dos años atrás, Kagome salía con Hoyo, el chico más apuesto de la clase, tocó la coincidencia, de que Hoyo era el blanco de Kikyo en ese tiempo, y no soportó que Kagome estuviera con él, por lo que secretamente le declaró la guerra.

Kagome al ver a Kikyo con sus 2 inseparables amigas, entró rápidamente en lo que parecía una tienda de música, pero se asustó de sobremanera al escuchar una voz tras ella

-Creí haberle dicho Higurashi, que viniera mañana- Kagome se dio media vuelta y se encontró cara a cara nada más y nada menos que con Inuyasha Taisho y con ese par de ojos dorado que le despertaban curiosidad

-Dis… disculpe señor- murmuró sonrojada, pero luego recordó cuando en el café, le arrebató prácticamente su agenda, por lo que volvió a la normalidad y comenzó a lanzar chispas de ira- en realidad ¡el que tiene que disculparse es usted¡¿quién le da el derecho de husmear en cosas ajenas¡¿y si hubiese sido otra cosa lo que tenía mi agenda!

La reacción que tuvo el hombre, no se la esperó, luego de que ella terminara de gritarle, Inuyasha comenzó a reír frenéticamente, como es lógico, la chica puso cara de interrogación, comenzaba a dudar de la cordura del joven.

-tienes…- trató de hablar pero la risa venía de nuevo

-¿Tengo qué?-preguntó fastidiada

-Tu…. Tu falda-dijo mientras seguía riendo como loco

Kagome miró hacia abajo y los colores se le vinieron a la cabeza. Su falda se había levantado y se podía ver lo que obviamente va bajo ella.

-¡Eres un imbécil!-exclamó furiosa mientras acomodaba su ropa- ¡Me voy!- Pero antes de que pusiera un pie en la salida, fue jalada de vuelta.

-Sé que te hace falta el dinero, y a nosotros, nos falta alguien con tu talento, a modo de disculpas comenzarás hoy y se te dará un adelanto¿satisfecha?

-Sólo porque necesito el dinero-dijo ya resignada

-Adelante-dijo indicándole una puerta que se encontraba al final de un pasillo

Kagome e Inuyasha entraron en la sala, y a juzgar por las máquinas que en ella había, era un estudio de grabación. Sentado tras lo que parecía un mostrador con un vidrio, estaba un chico de más o menos la mismas edad de Inuyasha, tenía el cabello negro y ojos azules.

-Kouga, ella es la nueva de la que te acababa de hablar

-Oh Kagome, un gusto-saludó el chico tras el vidrio

-El gusto es mío-sonrió ella

-Kouga es el encargado de los efectos de sonido, y aquí es donde grabarás

-disculpe, pero necesito a alguien que toque guitarra porque la verdad es que yo no sé tocar muy bien

-De eso me encargo yo-sonrió poniendo nerviosa a la que sería la nueva estrella de su compañía- ¿traes la libreta que vi en el café?

-Sí-afirmó aún sonrojada

-¿y le tienes melodía a alguna de las canciones?

-la verdad es que no

-Acompáñame-la guió a través de un pasillo con una salita al final de él, en la cual había un hombre de más o menos la misma edad que la de Inuyasha, de piel blanca, ojos azules y cabello negro azulado tomado en una pequeña colita- Higurashi, el es Miroku, estará encargado de ayudarte a ponerle melodía a tus canciones, así que espero que comiencen ya, porque yo tengo algunas cosas que hacer-dijo para luego retirarse

-Buenas tardes señorita Higurashi-sonrió el chico

-Buenas-saludó ella

-Disculpe los modales de mi amigo Inuyasha, la verdad es que últimamente ha andado un poco más acelerado de lo normal-dijo aún sonriendo-por favor tome asiento para que comencemos

-Gracias-respondió sentándose ya un poco más cómoda

-¿Ya tiene alguna canción?

-Sí, aquí hay algunas, aunque no sé si estarán bien-dijo sonrojada mientras sacaba la agenda

-¿Me permite?-preguntó educadamente antes de tomar la agenda y echarle un vistazo. Hojeó y hojeó durante unos momentos y se detuvo en una- Por lo visto tampoco le tiene título, bueno, esta es fácil, la llamaremos "El cielo entre tus manos"

-de acuerdo-sonrió ella

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Cuando Inuyasha salió de la disquera, se comenzaban a escuchar los primeros acordes de la canción que seguramente sería la primera del álbum. Miró su reloj y comprobó que estaba retrasado, por lo que apuró el paso hasta llegar a un parque. Se sentó en una de las bancas, tal vez como era costumbre, ella también se había demorado, pero no pasaron ni dos minutos cuando sintió dos manos cubriendo sus ojos.

-Kikyo-sonrió él aún con los ojos tapados

-¿cómo adivinaste?-preguntó susurrando junto a su oído y quitando sus manos de los ojos de él.

-Te he extrañado-confesó

-Yo también-contestó ella y se sentó junto a quien era su objetivo- y dime ¿cómo van las cosas en la disquera¿algo nuevo?

-Bueno, sí, tenemos una nueva cantante-respondió él.

-¿y puedo saber su nombre?-preguntó intrigada

-No-sonrió-aún no

-¡Vamos Inuyasha¡No seas malo!-sonrió coquetamente, haciendo que su "amigo" se sonrojara

-No lo haré aunque me supliques

-Está bien-dijo tomando su bolso-se me hace tarde, recuerda que mi vuelo sale en una hora.

-¿Te voy a dejar al aeropuerto?

-No gracias, estaré bien, nos vemos en dos semanas Inuyasha-lo besó a escasos milímetros de los labios y sin decir más se fue.

Él sólo observó como se alejaba. Aún medio hipnotizado, se paró, y volvió a la disquera caminando a paso lento. Entro en la salita en la que estaban Miroku y Kagome y se sentó junto a ellos

-¿qué sucede Inuyasha? Luces cómo si hubieses visto un fantasma-bromeó Miroku

-No molestes-gruñó este- ¿terminaron la canción?

-Sí, está lista¿te paso las notas?-preguntó tomando la guitarra-está fácil

-Déjame escucharla primero

-¿lista Kagome?-sonrió el de ojos azules

-Lista-afirmó devolviéndole la sonrisa aunque un poco nerviosa por la presencia de su jefe

La guitarra comenzó a sonar al tiempo que Kagome cantaba

Brillantes de ilusión
tus ojos mi sol
tus manos mi extensión
tu risa esta voz

No tienes que entender lo que he hecho con mi vida
el tiempo nos dedica esta función

Y en ti yo puedo ver lo mejor que he soñado
y puedo contener el cielo entre mis manos
lo que me digas lo que me pidas lo busco hasta encontrarlo
si me lo pides el mundo te lo cambio.

Olvidé todo el dolor al verte aparecer
mi sangre de beber en tus venas

y no tienes que entender lo que ha pasado con mi vida
el tiempo nos dedica esta función

Y en ti yo puedo ver lo mejor que he soñado
y puedo contener el cielo entre mis manos
lo que me digas lo que me pidas lo busco hasta encontrarlo
si me lo pides el mundo te lo cambio

Y te daré mi mano al verte tropezar
y la soltaré al ver pasos firmes.

Y en ti yo puedo ver lo mejor que he soñado
y puedo contener el cielo entre mis manos
lo que me digas lo que me pidas lo busco hasta encontrarlo
si me lo pides el mundo te lo cambio

-Me gustó-dijo Inuyasha- tienes una excelente voz Higurashi, incluso se escucha mejor que en la grabación que enviaste.

-¿entonces queda en el álbum?-preguntó entusiasmada la chica

-Sí-respondió su jefe

-¡Felicitaciones Kagome!-exclamó Miroku

-Es gracias a ti Miroku, hacemos un buen equipo-sonrió

-Bueno, Kagome tengo una noticia, la verdad es que nos urge sacar un nuevo disco, por lo que necesito que trabajes duro con Miroku en nuevas canciones…

-Por mi no hay problema-dijo Miroku

-Tampoco lo tengo yo-agregó Kagome que ya se había familiarizado con Miroku.

-Miroku, te dejo a cargo entonces….

Pero antes de que terminara, una joven entró apresurada en la salita. Tenía el cabello castaño y ojos cafés, era alta y con un cuerpo atlético.

-¡Señor Taisho, el señor Sesshomaru acaba de llamar y dijo que acababa de llegar y que quiere que lo vaya a recoger al aeropuerto

-Muchas gracias Sango-dijo Inuyasha, al tiempo que tomaba la chaqueta y se iba.

-¡Sango, no te había visto hoy-dijo Miroku

-Sí, es que he tenido mucho trabajo…-se interrumpió cuando vió a Kagome- Hola, mucho gusto-sonrió- soy Sango, la secretaria del señor Taisho

-Hola-saludó Kagome devolviendo la sonrisa- yo soy Kagome Higurashi

-¿Eres la nueva cantante?-preguntó intrigada

-Sí-respondió ella

-Bueno, mis disculpas para los dos pero aún me queda mucho trabajo por hacer, con su permiso-dijo haciendo una pequeña reverencia y marchándose.

-¡Oh¡Pero mira la hora que es, ya puedes retirarte si quieres-le dijo Miroku

-¿a qué hora vengo mañana?

- a las 10 de la mañana, así tenemos más tiempo para hacer más canciones

-Muy bien, hasta mañana entonces-sonrió y se marchó

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-Cuanto tiempo sin verte hermanito-dijo un hombre albino de ojos ámbar.

-¿qué tal el viaje sesshomaru?-preguntó el otro

-Bastante bien Inuyasha¿cómo va todo en la disquera?-preguntó mientras tomaba sus maletas y caminaba junto a su hermano menor

-Todo marcha de maravilla, tenemos nueva cantante-dijo y una sonrisa involuntaria apareció en su cara

-¿ah si?

-Sí, su nombre es Kagome Higurashi, tiene 19 y una muy buena voz

-Si no te conociera diría que le ves algo más que una buena voz

-¡No hables ridiculeces Sesshomaru!-gruñó- ¡feh! Es sólo una chiquilla.

-¿y tú un hombre muy maduro verdad?-se burló cerrando abriendo la puerta del auto de Inuyasha

-acabas de llegar¿es necesario discutir?

-eso lo decides tú-dijo cortante al tiempo que cerraba la puerta

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Kagome cerró la puerta de su pequeño departamento, dejó las bolsas en el piso y se desplomó en el sillón. Luego de salir de la disquera, había ido al supermercado, donde se llenó de cosas y terminó por llevarse 3 bolsas en cada mano. Tomó el control de la mesita de centro y encendió el televisor. El teléfono comenzó a sonar, la chica se levantó pesadamente a contestar la llamada.

-¿Diga?

-¡Hija, te estuve llamando toda la tarde para saber como te había ido.

-es que no estuve mamá, porque conseguí el trabajo y empecé hoy mismo.

-¡Felicitaciones, sabía que lo harías¿Kagome segura que no necesitas nada hija?

-No te preocupes mamá, estoy bien, además me dieron un adelanto hoy

-que bueno hija, bueno, te tengo que colgar porque se acabarán los minutos, cuídate ¿si?

-sí mamá-sonrió- cuídate tu igual, dale mis saludos a Souta y al abuelo

-Está bien, adiós hija

-Adiós mamá

Hacía sólo 2 meses que se había mudado a Tokyo para seguir estudiando, pero un quiebre en la empresa familiar, le impidió seguir el sueño de ser doctora. La carrera de medicina era la más costosa de la universidad, y como la empresa cayó en bancarrota, no pudieron seguir costeándole los estudios. Le dieron la opción de volver a su ciudad, pero ella no quería, prefería quedarse y juntar dinero para luego estudiar.

Sacó un paquete de galletas y se lo devoró, estaba famélica. Se sentía sola en esa gran ciudad, porque no había conocido a nadie aún. Kikyo también se había mudado a Tokyo, era una de esas tantas coincidencias desagradables que la vida pone de vez en cuando.

Comenzaba a oscurecer, Kagome cerró las cortinas y se puso pijama. Terminó de lavar los platos que habían quedado sucios del almuerzo y se tendió en su cama quedándose profundamente dormida.

N.a.: espero que les haya gustado ), es el primer fanfic que hago. Espero sus reviews!

Bye!