Propuesta: Pedida: ayúdame a resucitar el clan Uchiha/ Proposal: help me revive the Uchiha Clan
na/ Puro fluff. ¡Espero que os guste! Dejadme amor en forma de comments-favs-recomendaciones. Y si os gusta mi estilo de escritura, podéis pasar por mi otro fic "MOVING ON"
Serpiente. Tigre. Jabalí. Caballo. Tigre.
Las instrucciones son sencillas y claras, y aún así Sakura tiene que asegurarse de que ha oído bien lo que Sasuke le está sugiriendo:
- Lo que me pides es prácticamente imposible para mí. Lo sabes, ¿verdad?
Sentado en una roca de la orilla, envuelto en una capa oscura, pelo negro casi a la altura de los hombros, una rodilla doblada y la barbilla apoyada sobre un puño, Sasuke mantiene fijos sus ojos desparejados sobre ella. Aunque intenta mantener su habitual expresión impasible, le nace una atisbo de sonrisa cuando Sakura se vuelve hacia él con los brazos en jarras y los tres meses de embarazo se marcan bajo el cinturón oscuro.
- Has hecho cosas más difíciles.
Sakura alza una ceja rosa.
- Ninguna iba contra mi naturaleza, Sasuke-kun.
- Usar durante años sólo un 15% de tus reservas de chakra va contra tu naturaleza, Sakura. - Tamborilea los dedos sobre la roca con cierta urgencia. - Deja de quejarte e inténtalo.
Con un suspiro resignado, la pelirrosa gira sobre sus talones y estudia el entorno, calculando sus próximos pasos. Están en uno de los lagos que delimitan la frontera entre el País del Pájaro y el País del Oso. Sasuke había querido acampar antes de abandonar el bosque y exponerse a los vientos fríos de la noche, así que se habían desviado de su ruta hasta llegar a esta playa envuelta en abetos viejos. Es un lugar tranquilo pero inquietante: apenas se oye un ruido, el cielo está de un gris oscuro que anuncia lluvia y el agua está tan quieta que podría parecer un espejo sino fuera por una garza que busca comida sobre un tronco y remueve el limo con el pico. Sakura no encuentra que sea un lugar especialmente bonito ni pintoresco, y se pregunta si el rodeo que han dado hasta aquí y que retrasa su camino en al menos medio día ha merecido la pena.
- Está bien, pero no prometo nada. - Se ajusta los guantes y estira la espalda - ¿Puedes repetirme qué sellos tengo que hacer, Sasuke-kun?
Despacio y claro, el Uchiha se los recita de nuevo:
- Serpiente, tigre, jabalí, caballo, tigre. Y luego coges aire en los carrillos y lo expulsas mezclado con chakra.
Sakura asiente con determinación pero con pocas esperanzas.
- Vamos a ello.
Camina por encima de la superficie hasta asegurarse de que solo le rodea agua en varios metros a lo redonda y espera pacientemente a que la garza termine de comer, despliegue sus alas blancas y se pierda en el horizonte.
Canturrea los signos hasta que está segura de que los ha memorizado y entonces deja la mente en blanco mientras se mueven sus manos.
Serpiente. Tigre. Jabalí. Caballo. Tigre.
Siente una mirada negra y lavanda quemándole la espalda y hace lo que puede por ignorar el escalofrío que le provoca. Impulsa su cuerpo como ha visto a hacer tantas otras veces a Sasuke: de atrás hacia delante, moviendo la parte superior del tronco y empujando el aire desde la barriga.
Carga chakra en la boca, lo nota cosquilleando la lengua, sopla con todas sus fuerzas, frunce el ceño y…
solo sale un humillo ridículo de sus labios.
¡Mierda!
Da un gruñido de frustración y se da la vuelta sobre sí misma. Grita para que su novio la oiga al otro lado del agua:
- ¡Te lo dije, Sasuke-kun! ¡No puedo hacer nada que implique usar naturaleza fuego, no tengo ningún tipo de afinidad con ella!
Sasuke se ha levantado para observarla mejor y parece levemente nervioso por el resultado. Insiste una vez más:
- ¡Haz que el chakra que va de tus pulmones a tu boca tenga más intensidad! ¡Inténtalo de nuevo!
Sakura suspira y le habla a su vientre con cierta exasperación (¿A qué viene esto? No sé qué mosca le ha picado a tu padre.) antes de retomar su posición inicial. Esta vez se lo toma más en serio. Relaja el cuerpo: desmonta músculos y tendones, reposa todo su peso sobre la cadera y controla la respiración. No tarda en localizar dónde se está concentrando su chakra en ese momento, y empieza a desplazarlo con precisión por los canales de su cuerpo. Se esmera también en poner a trabajar todos los órganos y tejidos blandos de la garganta a la boca, esófago cimbreante y paladar tensado, e inhala profundamente hasta que nota que los pulmones están llenos. Entonces repite los signos de manera mecánica pero consciente y cuando siente que el chakra que ha ido acumulando tras los dientes ha generado una bola, pone los labios en forma de O y mueve los hombros al mismo ritmo con el que saca aire. Y le sale, ahora sí, ahora de verdad, ahora de manera inesperada para alguien como ella, una llamarada que se expande como un globo, generando una pequeña onda expansiva que reverbera sobre el agua y que le quema, en el proceso, algunos mechones del flequillo. No es muy grande, pero es más que suficiente.
¡Shannaro! ¡JA!
La pelirrosa se vuelve dando saltitos y sus botas chapotean en la superficie.
- ¡¿Has visto?! ¡Lo conseguí, Sasuke-kun! ¡Lo hice!
Corre sobre el agua hasta quedar uno frente a otro, separados únicamente por una serie de rocas cubiertas de algas viscosas. Sasuke le sonríe con orgullo y superioridad desde la orilla y Sakura hace un mohín cansado ante semejante despliegue de arrogancia.
- Era lógico que lo hicieras. - Declara con su tono favorito para establecer verdades universales. - Es un jutsu sencillo y con tu control de chakra tenías que dominarlo rápidamente, fuera cual fuera tu afinidad natural.
Sakura se desinfla ante el poco entusiasmo que despierta su proeza y empieza a cruzar las piedras con cara de fastidio. Sasuke le coge la mano para que no se resbale y le recuerda que vigile dónde pone los pies.
- Pff… ¿Y para eso me has hecho venir hasta aquí y enseñarme esto? ¿para probar que tenías razón? - y luego, con fingida ofensa - Es un poco cruel por tu parte, Sasuke-kun.
La broma no cala en él, que responde serio:
- No. No era por eso.
Sakura se para en seco justo antes de saltar a la orilla. Hay algo en el tono de Sasuke que hace que se ponga alerta. Es el tono que antecede a la noticia: a decirle que se iba de Konoha, a pedirle que le acompañase en su viaje, a sugerirle que volviera a aldea, a decirle que la quería y a recordarle que era una molestia. Le preocupa que ahora haya decidido que no quiere seguir viajando en su estado; o que le haya poseído esos ataques de insegurdad que le daban últimamente sobre su capacidad para criar bien a un hijo. Le observa con cautela: desde la roca están a la misma altura y puede verle perfectamente. Pestañas infinitas y oscuras; las cejas tensadas en dos líneas fines, la vena del cuello un poco inchada, un leve tic en la boca, las aletas de la nariz inflamadas. Sakura reconoce los síntomas de la ansiedad y le sonríe dulcemente.
- ¿Por qué, entonces, Sasuke-kun? Puedes contármelo.
Se lo pregunta con la misma calma con la que el agua va chocando contra los cantos planos de la playa. Sasuke traga saliva, y mueve los ojos de un lado para otro: el lago, los árboles, la tienda de campaña, las nubes que anuncian lluvias. Sakura le acaricia la mano con el pulgar hasta que se relaja y entonces ve cómo lo alto de la mejillas se colorea en rojo y posa, finalmente, su mirada azabache en la suya color salvia.
- Cuando era pequeño - le explica bajito - mi padre me enseñó este jutsu. Antes se lo había enseñado a Itachi y supongo que a mi padre se lo enseñaría mi abuelo… Nunca lo pregunté. Sé que es una de las técnicas insignia de los Uchiha y todos lo aprendíamos en algún momento. Y ahora que lo conoces también lo puedes usar tú, - murmura, dedos temblando entre los de ella - si quieres.
Y luego, con el corazón de Sasuke pitando en los oídos y el de Sakura parado en ese instante, vuelve a preguntar con toda la esperanza puesta en la mirada: ¿Quieres?
¿Quiere? Sakura boquea. Sakura entiende. Sakura entiende la implicación de lo que pide. Sakura se siente tonta porque no es capaz de una frase ni evocar una palabra de dos letras. ¿Que si quiere? No se parece en nada a lo que soñaba de pequeña: no hay cena romántica, ni una puesta de sol sobre el acantilado. No hay flores, no hay cuarteto de cuerda, no hay un anillo enorme con el que dar envidia a Ino. No va vestida para la ocasión, no sabe cuándo se dio una ducha por última vez, y el pelo está sucio y se le enreda en las puntas. No hay ni siquiera pájaros trinando en el fondo, ni este lugar tiene un significado especial para ellos. Tiene frío, le duelen los pies, han perdido un brazo, un ojo, se ha quedado embarazada antes de casarse y que lleven la cuenta, se han intentado matar el uno al otro al menos tres veces. No tienen una casa, llevan más de un año siguiendo el rastro de un clan ancestral que quiere acabar con la vida tal y como la conocen; y del mundo en el que crecieron sólo quedan ruinas y cenizas. ¿En serio le pregunta que si quiere? No se parece en nada a la pedida de sus sueños, pero delante de ella está el chico del que se enamoró hace más de 10 años, con el que escaló árboles y con el que se desangró en la tierra. Con él luchó en una guerra y con él iría al fin del mundo. No pide más de aquel chico roto de corazón ausente que le está ofreciendo lo único que puede darle: un trozo del pasado que atesora para construir juntos un futuro. Y lo hace ahí en mitad de la nada, entrenando como cuando eran niños, y es algo tan rematadamente ellos que Sakura se echaría a reír si no fuera porque las hormonas le traicionan y se pone a llorar.
Cuando la expresión de Sasuke se transforma por el pánico al ver que cómo se le arremolinan las lágrimas, Sakura se las aparta con el reverso de la mano y salta de la roca a su pecho, envolviéndole entre sus brazos.
- Claro que quiero - murmura, y una mano se enrosca en su cintura - Sasuke-kun, claro que quiero.
Se besan muy despacio y los dos saben a fuego.
NA/
Algunas consideraciones sobre mi headcanon de esto:
1. Me cuesta mucho, mucho, imaginarme a Sasuke haciendo grandes gestos. Es un personaje que se define desde el primer momento por la acción y no por las palabras, y es en las pequeñas cosas (sujetando a Sakura cuando cae, el golpe en la frente, dándole las gracias) en donde vemos realmente cómo es. Tampoco me convence que sea un hombre que diga: oye, Sakura, cásate conmigo, así de pronto y con seguridad porque creo que lo que es un tímido patalógico que odia mostrar sus sentimientos (¡Aquí mi yo introvertida se ve muy representada!) y tiene miedo al rechazo; asi que me gusta explorarle desde la timidez.
2. Por supuesto, esto está basado en la escena en que Fugaku enseña a Sasuke a usar el katon. Ocurre en varios episodios, tanto de Naruto como de Shippuden. Incluso en Boruto. Creo que es bonito pensar que lo que le pasa a Sakura no es el anillo de la abuela que pasa de generación en generación sino algo mucho más simbólico que eso y que se adapta a quienes son ellos realmente.
3. "Restaurar el clan Uchiha" (que según tengo entendido en la versión original se refiere más a restaurar el honor del clan, pero en el fandom preferimos MUCHO más la versión picante del tema) para mí no es solo ponerse a hacer bebés, sino algo más: resucitar qué significó ser un Uchiha tradiciones incluídas.
Por cierto, Moving on será actualizado en algún momento de septiembre. Estoy un poco -muy - atascada.
¡Dejadle amor a esta pobre colección de escenas!
