Prompt: Confesión
NA/ Quería darle otro enfoque a este misma propuesta así que escribí esto. Algo más dramático. Por cierto: no pensaba escribir una continuación de Un Perfecto Idiota, pero como lo habéis pedido… ¡nobleza obliga!
Me pondré a ello en cuanto vuelva a casa.
¡Mientras tanto espero que os guste esto!
Sombras
Está donde Naruto le había dicho que estaría. Sentada en una de las chimeneas de la azotea, las piernas colgando sobre el cemento, y el pelo cayendo sobre la bata blanca. Hay una brisa suave que mueve los mechones rosa de un lado a otro, y el cielo naranja se refleja en el metal de estetoscopio que cuelga del cuello. A lo lejos, se oye la algarabía de los niños y los chillidos de los últimos vencejos del verano.
Camina hasta ella con su estilo habitual, silencioso y elegante como un gato, y se recuesta sobre el metal del depósito de agua, la distancia justa para vigilarla y compartir con ella el peso agónico de la culpa. Durante un rato los dos observan en silencio los pájaros que suben y bajan persiguiendo mosquitos, rozando con las alas las sábanas tendidas al sol hasta que alzan el vuelo y se pierden, otra vez, en el horizonte. A Sasuke le parece que cuando habla, la voz de Sakura imita el vaivén de las aves.
- ¿Qué haces aquí?, ¿no tendrías que estar con Kakashi?
Sasuke no dice nada de inmediato, porque a estas alturas del día esa pregunta, ya es retórica. La respuesta empapela los kioscos de la aldea, en la portada de la edición vespertina del Diario de Konoha. Letras grandes y la foto de Sakura con su uniforme médico ocupando casi toda la portada. El titular reza: Tragedia en la clínica mental de Konoha. Y luego, justo debajo, en tipografía más pequeña: Niño ataca a sus compañeros y a continuación salta por la ventana.
- Quería saber cómo estabas.
Sakura se sabe cada sueño y manía de esos niños; cada pequeña aspiración y esperanza y por eso cuando lee en las página un texto largo, plagado de inexactitudes, a Sasuke le entra algo parecido a la furia y al descrédito. Confunden la clínica con el hospital; confunden salud mental con locura; confunden niños desesperados con psicópatas en potencia. Dice en un momento dado "este evento se une una vez más a la pregunta de si el legado de Tsunade Senju, ahora depositado en su antigua alumna, lastra o empuja Konoha y el prestigio que la aldea tiene en el mundo"; y luego se explaya: "la clínica mental para menores, si bien cuenta con un amplio apoyo de la población, ha sido cuestionado en numerosas ocasiones por los órganos de gobierno, especialmente por el esfuerzo económico que supone a las cuentas de la ciudad"; y a continuación apunta: "desde el Consejo de Konoha se plantean cuál es el objetivo exacto de esta institución si no se puede asegurar el bienestar de los infantes"; y finalmente remata: "no son pocas las voces que piden depurar responsabilidades y exigen la dimisión inmediata de la directora de las instalaciones, Sakura Haruno."
El periódico desapareció entre llamas negras en sus manos.
- Estaré bien, Sasuke-kun. - Le zozobra la voz en el aire - No tienes que preocuparte por mí.
No es el momento de aclararlo, pero a estas alturas eso es imposible. Quizá Otro Sasuke, uno de 15 años y con en lugar de sangre, podría haberlo obviado. Pero el de ahora, 20 años y cierto espacio en el corazón para la esperanza, había abandonado la sala de espera de la torre del Hokage a toda velocidad, periódico ardiendo detrás. La había buscado frenéticamente en el hospital y en su casa, y en la floristería de Ino y solo cuando Naruto le había indicado dónde había sentido su chakra por última vez, se había rebajado la fluctuación intensa de su furia y que erupcionaba en sus oídos y se había transformado en el mar en calma que aparecía cuando la tenía cerca.
Por supuesto que iba a preocuparse.
Toda la ciudad estaba a punto de volverse contra ella.
A diferencia de Naruto y Sasuke, Sakura no conoce el estigma. Ha sido repudiada en la pequeña escala de los casos, sí; arrastrada por la maldad a pueril escala de la envidia y los crueldad infantil; abandona incluso por sus mejores amigos, olvidado su nombre hasta que lo pintó ella con carácteres luminosos; pero no ha vivido el insistente murmullo del desprecio, el cuestionamiento permanente de su existencia, la vida desprovista de cariño. Porque lo ha vivido, Sasuke sabe lo que vendrá a partir de ahora. En el ámbito público, el caso se transformará primero en una historia morbosa para viejos y villanos; y pasado eso, será el ariete político en míseras batallas de poder; y un poco más tarde, será la excusa perfecta para no aplicar los cambios necesarios en la aldea. En lo privado, Sakura será cuestionada y señalada; habrá quien la difame y quien la escarnie y quien dijo ser su amigo, se convertirá en un traidor; se irán los donantes que confiaron en su proyecto y si las cosas salen muy mal, solo le quedarán las cenizas de un sueño. Habrá asuntos feos: tendrá que intervenir Kakashi, tendrá que defenderla Naruto, tendrá que gritar Tsunade. Y él no se irá de Konoha hasta que todo el asunto esté solucionado.
Se ha jurado a sí mismo que esta vez no la dejará sola.
- No importa lo que escriban, Sakura. No es tu culpa.
Digan lo que digan, y hagan lo que hagan.
Se gira hacia él con expresión inexcrutable, labios fruncidos y una mano protegiéndole la cara de los últimos rayos de sol. Hay algo oscuro detrás de ella, detrás del verde extraordinario de sus ojos. Una sombra que nace y que repta por su mirada y que se parece al miedo y que se parece a la duda y que reconoce de sus años genin. Es un fantasma que se alimenta de sus inseguridades, la enorme piedra que Sakura cargará siempre a su espalda junto con todo el dolor que le provocó Sasuke durante años.
Exactamente igual a como le aparta el pelo de la cara antes de besarla, en ese momento exacto, al Uchiha le gustaría apartarle todas y cada de esas sombras y dejar que solo pasara la luz amable de Sakura.
- ¿De quién va a ser si no la culpa? Son mi responsabilidad. - Su mirada se dirige hacia abajo del edificio, al enjambre de ciudadanos que zumban en las calles de aldea, en la felicidad artificial que concede la ignorancia. - No tienen a nadie más. Y tú eres la persona que mejor lo puede entender.
Sakura le había contado en una carta que la motivación para abrir esa clínica era por la política negligente de las aldeas. "Protegemos a los poderosos antes que a los débiles", la letra de Sakura era pequeña y apretada, "y luego le pedimos a los débiles que sean poderosos y si no lo consiguen, si salen del camino, les culpamos por ello. Como pasó con Naruto, con Gaara, o contigo. Quiero cambiar eso. Quiero evitar más sufrimiento." Y si no se había terminado de enamorar de ella en ese mismo instante, había sido en la segunda, tercera, cuarta, decimotercera vez que había leído esas palabras. Meses después, hay algo dentro de él que bulle al leerlas..
- Lo harás mejor la próxima vez - le dice -. No volverá a pasar.
De ser un hombre diferente, Sasuke Uchiha usaría una de las fórmulas que usa la gente cuando ocurre una tragedia de esta magnitud, algo como "no te preocupes" o "ya verás como todo sale bien" y le daría una palmada en la espalda, dejándote sola ante la inmesidad del conflicto. Pero Sasuke Uchiha usa pocas palabras pero siempre cargadas de significado, y no le regalará a Sakura nada más que la verdad y no espera de ella menos que algo que esté a la altura de su extraordinario talento.
- ¿Crees que debo dimitir como dicen los periódicos?
Por primera vez en todo este tiempo, se encuentran sus ojos. Se han visto, sí, pero no se han mirado con esa intensidad con la que se miran desde que viven en el diapasón de ser algo más que amigos, un poco menos que pareja; esa cosa que hacen de comunicarse sin palabras. Los de Sakura están un poco hinchados y dan en destellos azulados cuando baja la mirada. El aire mueve el pelo largo de Sasuke y se ven resplandores lilas entre los mechones que cubren la cara. Se observan un minuto como si acabaran de descubrirse en una isla que creían desierta. Cuando Sasuke piensa que no puede aguantar las ganas de besarla pero le da vergüenza que le vea algún jounin saltando por los tejados, sacude la cabeza lentamente y se encoge de hombros.
- ¿Para qué ibas a hacer eso? Sería una decisión estúpida -. Razona como golpea con la katana: certero y encadenado -. Y eres demasiado inteligente como para tomar decisiones estúpidas. Eso es cosa de Naruto.
Sakura no se ríe, no; se queda pensativa un rato y carga con ella una resignación trágica. Pero hay algo de su habitual determinación cuando agita la cabeza, chasquea la lengua y baja de un salto de la chimenea. Sasuke la ve abrazarse a sí misma mientras camina lentamentamente hasta el final de la azote y deja caer suavemente el peso de su cuerpo contra la barandilla.
En un pacto secreto, los dos fingen que no está llorando.
- Hice mal mi trabajo. Los protocolos no funcionaron y ahora un niño inocente ha muerto. - Se limpia la mejillas con la palma de la mano y Sasuke casi puede verla gritando detrás de ese a ese niño de 10 años que podía haber sido él, demasiado desesperado con la existencia, agotadas todas las vías de escape y sin más motivación que la huida hacia la ventana - Y podría haberlo previsto. Hubo errores en la organización, ya sé que no puedo salvarlos a todos. No sé si podré…
- Podrás.
Comparado con el de Naruto, en el mundo de Sasuke no existe la esperanza sino únicamente la certeza. No tiene más consuelo que darle que la confianza ciega en ella:
- Encontrarás la manera de que esto no vuelva a ocurrir. - Le asegura. Y no le tiembla la voz ni un momento porque hay algo extraordinariamente fuerte, y honesto, y brillante en Sakura Haruno que más que mariposas en el estómago le produce bandadas enteras de flamencos - Y seguirás curando a niños después: a los que estén ahora y a los que vendrán. No eres la mejor médico de Konoha por nada.
Hay una leve inflexión en la voz de Sakura:
- ¿Por qué estás tan seguro?
Se apoyan el uno al lado del otro contra la barandilla, y el color del pelo de Sakura se funde con la línea del horizonte difuminada en naranjas, rosas y morados pastel.
Sasuke se sonríe para sí mismo mientras piensa la respuesta.
La versión larga podría ir así: porque te dejé en un banco dormida y lo siguiente que sé de ti es que revientas paredes de roca con los puños. Porque te quise matar y aún así me curaste. Porque te hartaste de seguirnos y te hiciste tu propio camino. Porque me quieres a pesar de todo. Porque eres profesional y determinada, pero también humana y comprensiva. Porque eres tremendamente inteligente y nunca presumes de ello. Porque incluso cuando estás triste sonríes. Porque si yo protejo, y Naruto salva; tú curas y eso es de nada servir y proteger aquello que está roto y enfermo.
La versión corta, sin embargo, cree que es mejor.
- Porque cuando te caes, siempre te levantas. Porque aunque no te quede nada, siempre das - dice y se vuelve hacia ella, y deja que las siguientes palabras rueden suavemente de sus labios. - Y esa son unas de las razones por las que te quiero.
Sakura se tensa a su lado y él siente un cosquilleo cálido en las orejas. No debería pillarle de sorpresa. Sakura es, al fin y al cabo, genial por sus propios méritos y cerebro, y a a estas alturas debía de saber ya que Sasuke Uchiha no es capaz de sentir a medias tintas. Que odia, venga, huye, lucha, quiere, ama con una misma única intensidad, y que los besos, los abrazos, las citas, los paseos a medianoche no son un flirteo superficial y que no lo haría si no fuera consciente de lo que su futuro y el de Sakura están entrelazados.
Sí, Sasuke Uchiha quiere a Sakura y todo el mundo que tenga ojos lo ha visto, y ahora quien tenga oídos lo ha sabido también.
Sus manos se juntan sobre el metal de la baranda y Sasuke se la aprieta suavemente. Miran al horizonte. Han salido dos estrellas en el cielo.
- Gracias, Sasuke-kun.
Una pequeña llama se ilumina en el fondo de los ojos de Sakura y Sasuke respira tranquilo: las sombras han desaparecido.
NA/
Hay una cosa que me gusta mucho de Naruto y es que el universo que construye Kishimoto es gigantesco. Tanto como para imaginarme intrigas políticas, y medios de comunicación, e ir tirando del hilo hasta que salen cosas como esta.
Espero que os haya gustado: ya sabéis que agradezco cualquier feedback, incluso el malo siempre y cuando seamos educados.
Y a todos los que comentáis, seguís, gustaís, compartís y recomendáis: GRACIAS.
Sed felices.
