¡Hola!

Estoy por aquí otra vez. Esta vez desde el punto de vista de Kakashi. A esta escena le siguen otras 3 que publicaré hoy o mañana en un fic aparte que tendrá el mismo título que este capítulo. ¡Os recomiendo que lo leáis!


Un ramo de narcisos dorados

En los últmos años, Kakashi Hatake había desarrollado al fea costumbre de quejarse todo el tiempo. Del exceso de trabajo, esencialmente; de lo mayor que era para aguantar todo esto, también. De que le dolían las rodillas y la parte baja de la espalda; de que las articulaciones le fallaban y de que se cansaba más a menudo. Le rumiaba a Shizune, a Shikamaru y a cualquiera que se le pusiera por delante e insistía en que los años no le habían pasado en balde y que aunque no se le notara, tenía el pelo lleno de canas y que debía descansar, buenas tardes, nos vemos mañana a la misma hora. Era una broma recurrente y una excusa estupenda para delegar papeleo que no le apetecía hacer, pero el chiste se volvió contra él en el momento en que vio a Sakura Haruno embarazada. Nunca, jamás, en su vida, se había sentido tan viejo como en ese instante.

Con la fuerza de un mateorito, el paso del tiempo cayó sobre él y le dejó noqueado, incapaz de hablar mientras Sakura le abrazaba ¡sensei! y notó su barriguita presionando contra su chaleco, ¡cuánto tiempo!, y notó que olía diferente, otras hormonas, el olor de bosque de Sasuke. Abrazaba a Naruto ¡Saaaakura-chan, hace casi dos años que no te veo! ¡Te echaba de menos! ¡Y yo a ti, tonto! y les llenaba el aire con su risa alegre y su parloteo incesante, que qué tal el viaje, que muchas gracias por venir, que si han podido descansar bien, ayer hubo tormenta aquí, ¿os pilló a vosotros también?

- ¡Si! - Naruto responde y mira a Sakura con los ojos brillantes - Conseguí poder dormir en uno de los albergues del camino. Este - y señala con el pulgar a Kakashi - da igual lo que gane: no quería gastar en un hotel y pretendía drmieramos a la intemperie con la que estaba cayendo. Luego se queja de que le crujen los huesos, ¿sabes?

Sakura inclina la cabeza y saca uan risa suave que le vibra el cuerpo mientras gira inclina la cabeza hacia un lado. Tiene la cara un poquito más gordita y más redonda, y las mejillas se sonrosan con el aire frío de finales del otoño. La parte de Kakashi que no ha sido tomada por el cinismo se ilumina con cierto sentimiento de cariño paternal y le recuerda que están esperando que hable.

- ¡Estoy intentando ahorrar para mi jubilación! - consigue juntar palabras - No espero que la juventud entienda los retos a los que nos enfrentamos en la tercera edad.

Kakashi puede ver cómo sus dos alumnos giran los ojos al tiempo y se aguanta la risa. Hay cosas que no cambian nunca. Falta uno, sin embargo, y ojea el entorno en su busca.

- ¿Dónde está Sasuke?

- Esperándonos en el punto de encuentro. - Se vuelve y señala un sendero cubierto de hojas caídas. Se vuelve, la capa de viaje cubriéndola de pies a cabeza. - Yo no me aguantaba las ganas de veros, así que he venido a buscaros. - Hay soles que iluminan menos que su sonrisa - ¡Estoy tan contenta de que estéis aquí!

Si no fuera el día que es hoy, y no estuviera mareado por las emociones y el paso del tiempo y todas esas cosas en las que un shinobi en general no tiene tiempo para pensar, Kakashi le haría una broma a Sakura sobre cómo le brillan los ojos cuando habla de Sasuke; le preguntaría con qué humor se ha levantado el Uchiha y haría algún comentario cursi sobre el amor adolescente que perdura con los años, pero hoy no se siente con ganas de vacilarles así que solo le solicita que les vaya guiando. A su lado, Naruto camina con paso firme. "Tengo muchas cosas que contarle al bastardo ese."

El rubio camina con paso firme, pisando charcos y algunas ramas chasquean bajo sus pies. Le va preguntando a Sakura sobre sus viajes, sobre si el bastardo ese le trata bien (¡si tengo que quitarle el otro brazo lo haré, Sakura-chan!), sobre las cosas que está aprendiendo para ser Hokage, la cocina de Hinata y que cuándo van a volver.

Sakura se muerde el labioi antes de responder.

- En unos meses, probablemente.

Naruto sonríe enseñando todos los dientes.

- En primavera. - Es el tono que usa para comunicar que ha tomado una decisión que no piensa alterar, y Sakura asume que no hay lugar para contradecirle y simplemente dirige sus ojos hacia el Hatake, que entiende rápidamente el mensaje.

Tal y como habían prometido, Naruto no sabe nada del bebé Uchiha.

La carta con la que le habían anunciado el feliz acontecimiento y que tantos dolores le había procurado a Kakashi en las últimas semanas rogaba por la discreción del Hokage, y le pedía que no enviase a nadie para buscarles. "Nos gustaría seguir con nuestra misión, aunque adaptada a las nuevas circunstancias" escribían, y Kakashi recuerda estar en shock aquella mañana, el café enfriándose en la taza y Shikamaru preguntándole cada 20 minutos si se encontraba bien. "Esperamos estar de vuelta en Konoha para el final del embarazo, y hasta ese momento, y por motivos de seguridad que estenderás, contamos con que la noticia no llegue a nadie que no seas tú ni Tsunade." Lo acompañaba una nota mucho menos formal y más breve de Sakura: no te preocupes, sensei, estaremos bien. Por favor, no le digas nada a Naruto.

No les respondió de inmediato, y convocó a Tsunade en cuanto pudo.

- Hatake, déjales que vivan.

Estaba sentada en la mesa, rodó los ojos color avellana.

- Es un bebé Uchiha. Va a ver mil criminales que quieran hacerle algo… - se pasó la mano por el pelo. ¿Acaso no entendía el riesgo que estaban corriendo? - Les pueden atacar en cualquier momento.

Al menos la Senju parecía estar de acuerdo en eso.

- ¿Y no crees que ellos dos pueden protegerle perfectamente? Estamos hablando de tus alumnos. De Sakura y Sasuke. Yo no sé del niñato Uchiha ese… pero te puedo asegurar que Sakura sabe defenderse perfectamente.

Kakashi giró sobre la silla en el despacho y cuando dio toda la vuelta dejó caer la barbilla sobre una mano. El ceño fruncido hasta que solo era una raya.

- No…cuando están juntos no son… no son como son normalmente. Pierden la cabeza. Sakura… ya sabes lo que pasa cuando se trata de Sasuke. - Tsunade bufa, ella estaría mucho más contenta de que hubiera elegido otra pareja, la verdad. - Y Sasuke siempre ha sido impuslivo cuando se trataba de ella. Se vuelve loco, simplemente no piensa. No sé qué pasará ahora que…

- ¿Ahora que hay un bebé un camino?

Kakashi tragó saliva. Aún no se hacía a la idea.

- Exacto.

- Ahora lo harán mejor que nunca.

Y tenía razón.

Cuando termina el sendero, al olor a bosque lo ha sustituído la brisa marina y sobre las rocas que dan al puente, Sasuke Uchiha les espera. Más alto que nunca, su pelo negro contrasta con el azul del fondo y se recorta contra una santuario al borde del mar. Les mira inexpresivo y lo primero que hace su ojo azabache es estudiar de arriba a abajo a Sakura y relajarse cuadno comprueba que no está herida. Es un geso imperceptible el que le sigue, cómo se le relaja la mandíbula y los hombros y da un salto hasta llegar a ellos, Sakura y él compartiendo una mirada.

Así que, piensa Kakashi, eso es lo que hace el amor a los hombres de pasado oscuro como ellos. Se transforman en algo mejor que antes. Algo bendecido por la luz, como un brote que nace entre las plantas muertas del jardín.

Camina hacia el grupo de amigos que se saluda entre gritos, gruñidos y risas. Ña energía es magnética. Zumban, vibran en el aire, crean una burbuja en la que solo existen ellos. Naruto y Sasuke no se saludan, se ladran. Se están picando antes de que se de cuenta, un golpe en la espalda, otro en el abdomen y Sakura se pone las manos en la cadera: les está amenazando entre dientes. Podría mediar, pero sería una enorme pérdida de tiempo y además, ¿qué más da? Estar cerca de ellos es como volver a casa después de un viaje largo.

- Oi, Sasuke, ¿a que no sabes qué? - Naruto presume. Arrastra las palabras, sonríe de lado, más maduro - Esta vez sí que te he ganado.

Absolutamente imbatible y en total control de sus emociones, Sasuke alza un ceja y dice:

- Lo dudo.

Absolutamente desquiciado e incapaz de mantener la compostura, Naruto grita:

- ¡Escucha, bastardo, porque es importante lo que tengo que decir!

- ¿Y que se supone que es eso, perdedor?

Sakura pone los ojos en blanco y el rubio cruza los brazos sobre el pecho, infla los mofletes, se indigna. Se inclinar hacia Sasuke, las narices están a punto de rozarse.

- Hinata y yo ampliamos la familia. - El mohín infantil lo sustituye una expresión seria, aparenta de pronto 5 años más. Se rasca la parte de atrás de la cabeza, un poco sonrojado. - ¡A finales de marzo habrá un nuevo Uzumaki!

Sakura exclama entusiasmada, ¡Oh, Naruto!, ¡eso es genial! y Naruto dice un tímido gracias, Sakura-chan, pero no separa los ojos de Sasuke que le mira con algo que puede leerse como sorpresa. Levanta levemente una esquina de la boca, un esbozo de sonrisa que llega hasta los ojos y se vuelca en orgullo. Se miran, unos minutos, con esa comunicación no verba suyol de insultos y retos y niñerías y tirones de orejas y empujones.

Todos esperan que diga algo y finalmente alza un poco la barbilla con arrogancia en un gesto tan Uchiha que debería patentarlo:

- Enhorabuena, Naruto. - no imbécil, no idiota, no inútil, sólo Naruto y el nombre rueda de su boca como un encantamiento - Pero incluso tú tienes que saber eso no es algo sobre lo que deba competir - un paso por detrás Sakura asiente a sus palabras -. En caso de que así fuera, habríamos empatado.

La pelirrosa resopla con fuerza y lanza una mirada exasperada a Sasuke que le indica con un gesto de la cabeza que se acerque y qué remedio, musita ella, y hay una sonrisa que nace breve, fugaz como una estrella en los labios del Uchiha y no tiene un atibso de arrogancia, es todo cariño y dulzura y Hatake que ha perdido un millón de veces la esperanza siente pura y dura envidia de no tener algo así en su vida.

- ¿No has visto a Sakura o qué?

El interpelado se vuelve a la pelirrosa, dos pasos por detrás del Uchiha que se hace un lado para que la mire. En defensa de Naruto, Kakashi reconoce que la capa de viaje cubre casi toda la silueta de Sakura. Comparada con Hinata, que había paseado su embarazo desde el primer momento con vestido que marcaban el abdomen y las manos siempre dobladas sobre el vientre, la médico lo intenta ocultar como puede y con lo que tiene dado que lleva más d eun año recorriendo el mundo con una pequeña mochila.

Con un gesto teatral, Sakura se aparta la tela del estómago y Naruto la contempla, con los ojos achicados, intentando buscar diferencias. Tarda un poco, y cuando lo hace levanta un dedo tembloroso que la señala. Luego señala a Sasuke. Luego otra vez a Sakura. Se tira así un buen rato, alternando la mano de uno a otro y cuando pasa un tiempo sin que de muestras de estar respirando, Kakashi le golpea la espalda.

- ¡Oi, Naruto! ¿Estás bien?

No lo está. No es seguro, vamos. ¿Lo está? A Kakashi le hace mucha gracia esa cara. Mira a Sasuke y parpadea, mira a Sakura y parpadea. Se pone rojo como rojo era el pelo de su madre, infla los carrillos, y cuando consigue juntar palabras dice muy serio:

- Eres un verdadero hijo de puta, Sasuke. - No hay broma en su palabra. Kakashi frunce el ceño. - ¡Cómo te atreves a no respetar a Sakura-chan! ¡Sakura-chan! - con las dos manos la señaa ella, para que quede claro de quien hablaban por si había alguna duda - ¿No has podido esperar, eh? ¡Eres un pervertido! Ahora lo entiendo todo. - Parece que realmente le va a pegar y entonces se vuelve a Kakashi, le reclama que actúe como un padre. - ¡Pero dile algo! ¡Ni siquiera están casados!

Con una sonrisa tranquila, Kakashi se encoge de hombros y les dedica una mirada a los futuros padres. Hay algo que le llena de orgullo al ver la mano de Sakura enredada en los dedos de Sasuke, la pose relajada de ambos y la manera en la que los dos parecen compartir una postura común ante los exabruptos de Naruto. ¿Cómo podía haber dudado de que estos no supieran cuidarse el uno al otro? Si es lo que llevan haciendo toda la vida. Un rayo de sol ilumina tras una parcela de agua y tintinean las campanas del santuario con la brisa, un recordatorio de que ese es su destino.

Kakashi arquea los ojos con una sonrisa.

- Pero para eso hemos venido, ¿no? A que se casen.


N/A Esta es la cosa: me niego a creer a que Kakashi estuviera tan feliz con Sasuke y Sakura embarazados por ahí. Siempre se ha preocupado por ellos y le veo refunfuñando como un abuelo porque les considera unos irresponsables (lo son, vamos a decirlo claro. ¿A quién se le ocurre irse por los mundos de dios embarazados). Bueno, como os decía: esto tiene otras 3 partes que siguen un poco con la boda.

Por cierto esto tenía que seguir un prompt pero me da un poco igual y voy escribiendo a mi ritmo.

¡Dadme feedback por fa por fa por fa!

/Ah, y pasaos por mis otros fics. Actualicé Moving On hace poco :)/