NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.



Relato 4. Es un secreto.

GIYUSHINO WEEK 2022.

DÍA 2: love languages.

:.:

Rated: K+.

Géneros: romance, humor, amistad.

Advertencias: uso de sufijos japoneses. Apto para todo público.

¿Desde cuándo un "vete al diablo", "muérete", "inútil" y "voy a matarte" habían comenzado a sonar tan tiernos saliendo de los labios de Shinobu Kochō?

Permaneciendo en silencio, Giyū Tomioka no sabía cómo responderse a sí mismo esa pregunta. Sus por otro lado amigos respetaban hasta cierto punto al pilar del insecto, pero cuando ella se disponía a ofenderlo (esta vez con justa razón), ellos simplemente no podían verla con buenos ojos.

—Me sorprende que seas capaz de aguantar tantos insultos sin inmutarte, Giyū-kun —masculló Makomo, pilar de la lluvia.

Hace unos instantes se había llevado a cabo la reunión de los 12 pilares. Y una vez que el Patrón se retiró a descansar y el grupo poco a poco se disolvió, Shinobu Kochō había comentado en voz alta con una falsa sonrisa y un tono dulce, más bien sarcástico, lo siguiente:

»El idiota que comprometió nuestra misión no será castigado, vaya suerte —luego, sin importarle que su propia hermana, el pilar de la flor, Kanae Kochō, le pidiese que se calmara, Shinobu caminó hasta el trío de amigos, tomó el haori de Giyū para acercarlo a ella—. Vuelve a estorbarme, inútil, y te mataré yo misma.

Kanae se disculpó con Giyū y junto a Sanemi (que al parecer había disfrutado del show) se fueron a la finca de las mariposas.

—Pero tiene razón en algo —musitó Sabito, pilar del hielo—. Me sorprende que el Patrón no te haya castigado, o por lo menos regañado, por lo de tu misión con Kochō, Tomioka. Tuvieron suerte de salir vivos; la luna inferior siete no tuvo por qué haberles dado tantos problemas a dos pilares como ustedes. ¿Qué pasó en realidad?

—A mí también me sorprende que no me haya dicho nada —habló Giyū por primera vez en toda la tarde. También, eludiendo la pregunta que Sabito le hizo al final.

—Somos humanos, errar es algo natural en nosotros. Kochō-san no debería ser tan majadera —se quejó Makomo inflando sus mejillas con cierta molestia.

—No podemos permitirnos errar siendo pilares —le recordó Sabito—, menos si se es el pilar del agua.

Giyū miró a su amigo de reojo.

Haber sido el heredero de la posición del pilar del agua en lugar de Sabito, quien luego de mucho esfuerzo desarrolló su propio estilo, la respiración del hielo, convirtiéndose poco después en un pilar del mismo, seguía causándole cierto resquemor a Giyū en contra de sí mismo. En el fondo, Giyū sentía que Sabito debía ser el pilar del agua en su lugar.

¿En qué había estado pensando el señor Urokodaki cuando nombró a Giyū?

—Vamos, chicos. Relájense. Al menos la luna inferior fue derrotada y muchas vidas fueron salvadas. Pero sigo muy molesta con Kochō-san. Y también con Shinazugawa-san e Iguro-san por haberse reído, seguro Iguro-san no notó que lo descubrí riendo, pero lo hice.

Ella era una chica sumamente tranquila y pacífica (a menos que se viese cara a cara con un demonio, claro) pero hasta ella tenía sus puntos débiles; Giyū y Sabito eran dos de ellos aunque en teoría ninguno fuese débil.

Sabito y Giyū, a sus ojos, eran dos caballeros que sin importar lo que saliese de la boca de una mujer, no cometerían ningún tipo de violencia en su contra. Urokodaki-sama les había enseñado eso. Cosa que no sería tan mala si tan solo Shinobu Kochō dejase de insultar a Giyū cada cinco minutos por cualquier cosa que se le ocurriese.

—Tengo que hacer algo, los veré luego.

Mirándolo irse de forma veloz, Makomo se giró hacia Sabito con los ojos entrecerrados.

—¿Qué? —preguntó él.

—Lo lastimaste —le reprendió un poco enojada—, ven, hay que hacerle una rica cena para levantar su ánimo.

—No lo lastimé —dijo Sabito con el ceño fruncido—, dije la verdad.

—A veces la verdad duele —ella lo tomó de la mano sin recato alguno y lo jaló para que caminase junto a ella y no intentase escapar mientras le daba su merecido sermón—, deberías saber que hay momentos para abrir la boca y momentos para cerrarla.

—Arg…

—No te quejes.

—Aaagr.

—¡Sabito!

No pudiendo alejar las palabras de Sabito de su cabeza, Giyū Tomioka llegó hasta un río cercano, ahí, se dispuso a esperar.

—Tardaste —bisbiseó alguien arriba de un árbol cercano a él.

Al alzar su asombrada mirada, pues había creído que estaba solo, se encontró a Shinobu Kochō, quien saltó de la rama donde había estado parada, cayendo frente a Giyū.

—¿Qué te retrasó?

—Nada.

—¿Y?

—¿Y, qué?

—¿A qué hora comienzas a disculparte? —Shinobu se cruzó de brazos, indignada—. Estoy muy molesta contigo.

—¿Era cierto todo lo que dijiste, entonces?

Mirándolo a los ojos por un rato, luego desviando su atención al pasto, Shinobu suspiró.

—Tú dijiste que nada debía cambiar entre nosotros a ojos de los demás —aclaró incómoda—; sería muy comprometedor que luego de tus descuidos yo no te dijese nada, ¿no crees?

—Lo siento, no sé qué me distrajo en ese momento.

—¿No lo sabes? —inquisitiva, alzó una ceja—. ¿O no quieres decirlo?

En la lucha, la luna inferior siete había atacado a Shinobu; ella pudo eludirlo, pero Giyū en su afán de querer matarlo rápido, no prestó atención al niño que la luna casi devoraba; el infante fue salvado por Shinobu, quien lo alejó rápido del campo de batalla impidiendo que el ataque del pilar del agua lo afectase junto a la luna, que se descuidó y eso le costó la cabeza.

—Afortunadamente muchos fueron salvados, incluso ese niño.

—Lo siento.

Se quedaron callados por un rato, una ligera corriente de viento sopló antes de que Shinobu volviese a hablar.

—Se dio cuenta, ¿sabes?

—¿Cómo dices?

—La luna inferior, se dio cuenta.

—¿Cuenta de qué?

—Del modo que buscabas protegerme por encima de los civiles. Actuaste así de impulsivo porque él casi me hirió, ¿no es así? —el silencio de Giyū respondió por él—. Eso no fue un accidente, el demonio quería que matarás a ese niño con tu ataque.

Si antes Giyū se había sentido mal por eso, ahora se sentía terrible.

—Sé cuidarme, Tomioka-san —capturando de nuevo su atención, ella llevó una mano a su mejilla con delicadeza—, podré ser la más débil físicamente entre los pilares, pero no estoy indefensa.

—Lo sé —él no pudo verla a los ojos.

—Vamos, ¿qué pasa? —le sonrió tratando de animarlo—. Antes hemos hecho misiones juntos y no habíamos tenido esos problemas.

—Antes no… estábamos juntos.

Queriendo aligerar el ambiente, jugando un poco, Shinobu sonrió coqueta.

—¿Juntos? Hemos ido juntos a muchas misiones. En una incluso fingimos ser un matrimonio, ¿lo recuerdas?

—Kochō —llamó severo, fuertemente sonrojado de las mejillas, queriendo que ella dejase de burlarse de él.

—Sé a lo que te refieres, pero si queremos que esto funcione; ya sabes… mantener en secreto que estamos juntos, del este modo, vas a tener que esforzarte un poco más en aparentar que no hay nada anormal en nuestra relación de odio.

—¿Me odias?

La pregunta tomó por sorpresa a Shinobu, quien se mostró impactada. Luego sonrió sujetando ambas mejillas de Giyū, acercándolo a ella.

—Nunca besaría a alguien que odie —susurró, juntando sus labios con los de él una corta vez—. Nunca besaría a un idiota —volvió a besarlo—, jamás me enamoraría de un inútil —otro beso—, y nunca podría dañar al hombre por el que le vendería mi alma al mismo diablo.

Al volverse a besar, esta última vez con más profundidad, abrazándose incluso, Giyū abrió su boca permitiendo que Shinobu tomase el control uniendo su lengua con la suya.

Él la acarició de su espalda, agachándose más para que Shinobu dejase de alzarse de puntas; ella a su vez lo sujetó del cabello, dándole un ligero masaje a su cabeza.

—Entonces… ¿las veces que me insultabas antes…? —seguía preguntando, nervioso.

—Oh, cállate. —Tiró de sus cabellos, volviendo a invadir su boca con la de ella.

En realidad, antes, cuando la atracción estaba a flor de piel, ella no había logrado demostrar su afecto por Giyū Tomioka de la forma… natural.

En lugar de darle obsequios u ofrecerle una sonrisa, lo que salía de su boca eran insultos o una mueca despectiva.

Varias veces Shinobu pataleaba sobre su cama de forma inmadura por no poder expresarse como le gustaría cada vez que lo veía.

Quería regalarle chocolates en febrero; quería correr a sus brazos cada vez que lo veía; ansiaba poder decirle con soltura todo lo que pensaba realmente de él, como que era un pilar admirable y debería dejar de infravalorarse tanto.

¡Pero era tan tímida!

Incluso tomar la iniciativa le daba pena, pero su orgullo le ayudaba a ocultarla. Ahora que Giyū declaraba compartir su sentimiento de amor, Shinobu buscaba formas adecuadas de ser… linda, con él.

¡Pero era tan difícil!

—No necesito que me digas nada en especial —le dijo él, luego de separarse y tomar aire—. Sólo no dejes de besarme.

—Sabes que hacer eso me cuesta mucho, ¿verdad?

La cara completamente roja de Shinobu fue realmente tierna para Giyū.

—Cada vez lo haces mejor —elogió, sonriendo (sin querer) de forma sexy.

Al menos, eso le había dicho Kanroji a Shinobu alguna vez.

»¿Sabías que Tomioka-san puede sonreír y verse muy sexy sin darse cuenta?

En su momento, Shinobu no pudo hacer nada salvo imaginárselo; pero al presenciar esa mueca por primera vez, estando todavía abrazados, ella estuvo a punto de gritar emocionada.

—¡Ya, ya! ¡Suficiente amor! —exclamó, soltándose de él, yendo hasta el río donde metió sus manos.

—¿Estás bien? —preguntó él, extrañado por su actitud.

—¡Sí! —gritó no queriendo decirle a Tomioka que si por ella fuese, se habría lanzado de cuerpo completo al agua.

Se sentía tan… caliente.

¡No en el sentido pervertido! ¡No en el sentido…!

—¡Aaaah! ¡Debo alejarme de Kanroji!

—¿Eh?

—¡No digas nada! —le gritó a Giyū—. ¡Estoy bien!

¿Los oídos sacaban vapor caliente como si fuesen tubos de un tren? Shinobu como médico sabía que no, pero en ese momento sentía que estaba a punto de convertirse en un faro o una antorcha humana. ¡Debía bajar su temperatura!

Giyū no pudo hacer nada salvo observar con extrañeza como su novia lavaba frenéticamente sus manos. Se tocó instintivamente el cabello creyendo que se había ensuciado con algo, pero no halló nada.

Lo más raro era que Shinobu estaba balbuceando en voz alta, sin pensar o siquiera (aparentemente) percatarse del tono sugestivo en el que hablaba entre dientes:

"Odio esa estúpida y sensual sonrisa", "si vuelve a hacerme sentir caliente otra vez voy a estrangularlo" y "es tan tonto que no se da cuenta de lo guapo que es".

«No sabe que puedo oírla, ¿o sí?» tan sonrojado como lo estaba ella, él prefirió mantener la boca cerrada y escuchar insultos hacia su persona acompañados con halagos que nunca pensó que saldrían de los labios de Shinobu Kochō.

¿Su sonrisa era estúpida y sensual?

No sabía que eso pudiese ser posible.

Y… ¿a qué se refería con hacerla sentir caliente?

«Necesito sentarme» se dijo nervioso, y con la cara ardiendo, carraspeando su garganta.




Admito que me saqué de un sombrerito mágico eso de que Sabito hubiese podido ser un pilar (de hielo) y Makomo también (de la lluvia) pero me dije: "¿qué rayos? Este es mi fanfic y hago pilares a quienes yo quiera xDDD", así que ahí los tienen xD.

Por otro lado, me agrada la idea de que Shinobu sea un poco tímida con respecto a Giyū y sus sentimientos por él. Siendo que Kanae sigue viva, creo que la actitud medio tsundere de Shinobu en el fic, y a estas alturas de su relación con Giyū, es comprensible, ¿no creen?

En fin, me alegra el buen recibimiento que ha tenido este fic aquí. Espero sigan acompañándome en esta pequeña aventura.

Saluditos.


Muchas gracias por leer y comentar a:

Matryoshkah.


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