NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.
•
Relato 8. Paso a paso.
GIYUSHINO WEEK 2022.
DÍA 6: Sunrise/Sunset.
:.:
Rated: T.
Géneros: romance, humor, familiar, friendship.
Advertencias: Mención de temas sexuales. / Presencia del uso del alcohol, entre otros temas sensibles. /Apto para mayores de 17 años.
…
Gracias a la timidez (y orgullo) de ambos, tomarse de las manos había sido un gran paso en su relación después de confesarse mutuamente sus sentimientos. Luego, vinieron los cortos, tiernos, rápidos, simplones y torpes besos en los labios.
Ahora se encontraban en otro escalón: mantener sus cuerpos juntos más tiempo de lo antes mencionado y disfrutar de la compañía del otro, más allá de las acostumbrada horas.
En lo que a Sabito y Makomo, respectaba, Giyū estaba perdido en alguna parte. De nuevo.
Desde que los 3 se conocían, Sabito y Makomo sabían que a veces Giyū se iba de casa sin decirles nada y volvía al cabo de algunas horas sin nada que contarles. Antes, Giyū solía pasar el tiempo viendo nubes, meditando, paseando o entrenando. Ahora él tenía algo más importante en qué invertir esas valiosas horas.
Por otro lado, en la Finca de las mariposas, se pensaba que Shinobu se encontraba visitando a los comerciantes que vendían hierbas medicinales, con las intenciones de comprar algo de su interés.
Giyū en efecto estaba perdido, en su propia paz con Shinobu, juntos, bajo la sombra de un árbol y un poco lejos de la orilla de un pequeño borde, mirando el horizonte, mientras ella pegaba su cabeza a su pecho derecho y él posaba su brazo sobre el delicado hombro de su (iba a decirlo) novia.
—Va a anochecer —musitó Shinobu aún con sus ojos cerrados—, mi hermana quizás se preocupe si no vuelvo.
—¿Quieres regresar ya? —preguntó Giyū no muy feliz con eso, pero dispuesto a dejarla partir si eso ella quería.
—No quiero —respondió para su alivio—, estoy cómoda así, contigo.
Él sonrió levemente pues también se sentía cómodo con ella. Le gustaba oír sus respiraciones y sentir su delicado peso encima de su cuerpo.
Al cabo de un rato, Shinobu se incorporó, puso sus manos sobre su pecho, apoyándose en él, y espontáneamente le dio un beso corto en sus labios. Ambos se sonrojaron, mirándose a los ojos; todavía eran incapaces de controlar eso cuando tenían ese tipo de contacto entre ellos, pero al menos ya sentían la suficiente confianza en su relación para atacarse de ese modo sin que el otro lo viese venir.
Por ejemplo: Giyū acercó su rostro al de Shinobu, dándole a ella un beso igual de inocente.
—¿Crees que estemos listos para dar el siguiente paso? —preguntó ella, sonriendo como si hubiese contado un chiste.
—¿Siguiente paso? —preguntó él, no queriendo adelantarse y hacer conjeturas por sí mismo.
—Ya sabes… —sin dejar de sonreír, ella bajó su mirada hacia el pecho de Giyū—, el sexo.
Giyū se paralizó en su sitio y todo su rostro se pintó de un color rojo brillante.
No… no se había equivocado con su primer pensamiento.
¿Shinobu estaba dispuesta a tener sexo con él?
Esto era inesperado.
De acuerdo, él no era un santo ni un ignorante a su edad… y teniendo como compañero y amigo a Tengen Uzui, él ya sabía cuántas cosas podrían ocurrir cuando un hombre y una mujer se encerraban en un cuarto a solas.
Por ejemplo… y haciendo una pequeña retrospectiva…
»¡¿Es que acaso ustedes dos no tienen imaginación?! —había exclamado Tengen, irritado, en dirección a Obanai y Sanemi, quienes habían cedido a la insistencia del pilar del sonido y respondieron con fastidio a su pregunta sobre, en qué lugares, ellos ya habían tenido sexo.
Esa noche había sido únicamente para los hombres; Sabito y Giyū fueron invitados por Kyōjurō, Tengen y Himejima; y a excepción del pilar más joven, Muichiro (que todavía no tenía los 15 años que le permitirían beber con ellos según Himejima), todos los caballeros pilares se encontraban bebiendo sake en la casa del pilar del sonido. Las esposas de este, hace tiempo se habían ido a dormir.
Ya un poco entrados en el calor de la ebriedad, Obanai confesó que lo había hecho alguna vez con una mujer en una posada; y aunque no dijo ningún nombre, todos los presentes intuyeron la identidad de la dama en cuestión, pues Obanai hasta gritó (con su cara roja) qué tanto lo había disfrutado.
Giyū tuvo que admitirlo. Nunca se pensó que, completamente ebrio, Obanai fuese tan impulsivo.
Por otro lado, Tengen juraba que ese tipo era incapaz de sentir deseo sexual por alguien y le daba vergüenza admitirlo, debido a eso, el pilar del sonido puso en duda las palabras de su colega.
Y mientras Giyū (qué se había quedado mudo) hacía una mueca incómoda, los demás, incluyendo Kyōjurō Rengoku, alzaron sus cejas con diversos pensamientos en sus cabezas al saber que, si había alguna mujer con la que Obanai se involucraría, esa sería Mitsuri Kanroji.
Y ya que se estaba hablando de cosas incómodas…
Sanemi declaró que jamás se atrevería a deshonrar a una mujer tomándola en algún sitio indebido o incómodo.
Al oír semejante "blasfemia", Tengen lo miró como si Shinazugawa se hubiese transformado en un reloj gigante y un pájaro cucú estuviese entrando y saliendo de él mientras cantaba, indicando la medianoche.
»¿En serio? Carajo… por tu actitud violenta de mierda… no sé, yo creí que serías más… rudo y salvaje, Shinazugawa —Tengen parpadeó confundido—, ¿estás diciéndome que en tu vida sexual no hay nada de emoción?
Giyū Tomioka se recordaba a sí mismo mirando a los presentes implorando en silencio que no le preguntasen a él nada sobre eso. Él todavía era virgen; para entonces, apenas y había imaginado cómo sería besar a Shinobu Kochō, la única chica a su alrededor que no veía como una hermana, como en el caso de Makomo y Kanroji, o una madre, hablando de Kanae Kochō.
¡Y aun así! En esos momentos siquiera la imagen de Kochō y él teniendo ese tipo de acercamiento le había producido una fuerte sensación de incomodidad y culpa, pues se supone que debía respetarla en todo sentido.
»Si la hubiese, Uzui, no te lo diría —espetó Sanemi enfadado.
»Pues espero que la haya, porque si no, ni te sorprendas cuando ella un día sólo te diga que ya le aburriste—amenazó Tengen ocasionando que un enfadado Sanemi casi se le fuese encima de no ser porque Himejima estaba ahí para controlar a los borrachos—. ¿Y qué me dicen ustedes? —les preguntó ya un poco desilusionado y desinteresado, a Kyōjurō, Sabito y por supuesto, Giyū, que tosió el sake—. Al menos tú y tú… —señaló al pelirrojo y a Giyū—, son mayores que yo. Y tú ya no eres un niño, Rengoku —miró a Kyōjurō, que, como siempre, sonreía ampliamente, pero con ese rubor en su cara que ya indicaba cierta cantidad elevada de alcohol en su sistema.
»Mmm, creo que hago un buen trabajo. Además, no sé por qué el lugar les importa tanto —dijo el pilar de la llama, fuerte y sin vergüenza—, mientras no haya nadie cerca que pueda ver u oír, se puede ser creativo donde sea.
Ante esa declaración, incluso Sanemi giró su cabeza para verlo.
»Wow, entonces, ¿ya tienes pareja, Kyōjurō? ¿Y no nos lo habías dicho? —preguntó Sabito, parpadeando confundido.
»No lo somos, pero nos gusta estar juntos de vez en cuando. Es obvio que en mi casa no se puede tener privacidad, así que… bueno… tenemos que buscar otros sitios. Los dos encontramos en el sexo una forma infalible de relajarnos, y al menos ella no se siente comprometida de ningún modo al hacerlo conmigo, lo que no me molesta —bebió su trago de sake y se rio—, ¿tienes algo que contarnos, Sabito?
Aún sorprendido por oír que incluso el recto y hasta casi infantil Kyōjurō estaba disfrutando de su vida sexual, a diferencia de él, Giyū miró a su amigo alzar los hombros con desinterés; al parecer no estaba lo suficientemente ebrio para soltar la lengua como los otros 3.
»Honestamente no sé por qué cada vez que nos juntamos para beber terminamos hablando de esto —masculló Himejima, negando con la cabeza, derramando lágrimas silenciosas.
»Porque para hablar sobre demonios ya tenemos las reuniones de pilares. Para hablar de sentimientos, creo que todos preferimos hacerlo con las chicas. Y para hablar de nubes está Muichirō. Para la religión, ya estás tú y no te ofendas, pero francamente todas esas patrañas sobre la paz interior me aburren mucho. Como te puedes dar cuenta, no hay muchos otros temas de conversación que valgan la pena —resopló Tengen.
»¿Acaso no conoces los autos, los trenes o los juegos de azar? —preguntó Sanemi entre dientes.
»No es mi culpa que te hayas enterado por mí, que deberías hacer algo más que meter y sacar tu pene de una vagina para siquiera llegar a creer que eres un amante, más o menos decente, que valga la pena conservar —contestó Tengen, con altanería y diversión.
»¡Voy a matarte!
El pilar de la roca volvió a sujetar a Sanemi.
»Si Himejima está incómodo, no deberíamos seguir hablando de esto —espetó Kyōjurō viendo hacia… enfrente, hacia nadie, como siempre.
»¡Al diablo! —exclamó Obanai.
Cabe mencionar que ni aun estando entre ellos, el joven pilar de la serpiente se descubría por completo el rostro, apenas y alzaba algunas vendas necesarias para llevar el sakazuki con sake a sus labios y beberlo rápido, impidiéndoles a ellos ver su piel. Algo que a estas alturas, a nadie le ofendía.
—¡Tengen tiene razón! —siguió hablando—. Antes de que recupere algo de sobriedad… ¡quiero saber lo que el "gran experto" nos puede decir! ¡Porque lleva acosándonos y juzgándonos con este tema todas las noches de bebida y hasta la fecha no lo he oído hablar de su propia intimidad! —señaló al pilar del sonido, de forma acusatoria—. ¡Vamos! ¡Ilumínanos con tu sabiduría sobre el sexo, imbécil!
La sonrisita del aludido puso todavía más nervioso a Giyū, quien predijo, mínimo, otras 3 horas con el mismo tema.
Lo peor fue que Tengen sabía demasiadas cosas…
En serio… demasiadas.
—¿Giyū?
La voz de Shinobu lo devolvió al presente, donde ella seguía esperando su respuesta.
—¿Cre-crees que estemos listos? —preguntó apenado, mas quiso mantener la calma.
Sonar sereno… ese era su plan… por ahora.
Era normal que hablasen sobre esto. Y era mejor así, ¿qué tal si él hacía o decía algo justamente en ese momento, que a ella no le gustase?
Sin decir nombres ni especificar mucho, Tengen dijo que a una de sus esposas le gustaba que él le tirara del cabello mientras la tomaba por atrás; a otra que el sexo fuese lento y tierno; y a la otra, un conjunto de ambas; tanto le gustaba que él hablase sucio como le gustaba oír cosas lindas.
Y había una que nunca dejaba que él tomase el control, algo que a Tengen no le importaba.
»¡Siempre hay que tener la mente abierta! Todas las mujeres y hombres somos diferentes —había declarado con seriedad—, es incómodo al principio hablar sobre lo que nos gusta y lo que no, pero créanme, hablar sobre lo que se desea y lo que no, evita conflictos y momentos bochornosos.
¿Sería este el momento idóneo para saber qué podría hacer al momento de tener ese acercamiento con Shinobu?
Ante la pregunta de Giyū, ella asintió; acomodándose para irse sentando sobre su regazo, con cuidado de no aplastar su miembro con su trasero. Poniendo sus piernas de lado a lado de él, abrazándolo del cuello.
—¿Tú no estás seguro? —preguntó ella—, porque, si es así… podemos esperar más. No quisiera presionarte.
Poniendo una mano temblorosa sobre una de sus piernas cubiertas por el uniforme, Giyū (sonrojado de las mejillas) negó con la cabeza.
Por como sentía de caliente su cara, y su frente enfriándose por el sudor, él dedujo que Shinobu habría de estar arrepintiéndose de haber sacado el tema.
—Yo… quisiera que diésemos ese paso. Pero… no sé ni dónde ni cómo deberíamos… ya sabes… hacerlo.
—¿Crees que nuestra primera vez debe ser especial? —preguntó Shinobu formando una sonrisa.
—Ehm… ¿supongo?
Según Tengen, Sanemi, Obanai y hasta Sabito (en lo único que parecieron estar de acuerdo), pensar y actuar únicamente con el pene caliente no era una buena idea, porque podrías enfrascarte en tu propio placer y terminar antes de que ella siquiera inicie.
»Una de las peores deshonras —sentenció Tengen con dureza—, pero bueno, como con el entrenamiento, uno no aprende si no practica usando las manos.
»¡Deja de tratarnos como si fuésemos mocosos novatos, maldito! —gritó Sanemi.
»Pues lo decía por ti —Tengen sonrió desafiante, a lo que el pilar del viento reaccionó violento, como era de esperarse.
Ignorando ese bochornoso espectáculo, Giyū tuvo mucho en qué pensar esa noche.
En el mejor de los casos, él pasaría una deshonrosa vergüenza terminando antes que Shinobu, y cansándose, durmiéndose, antes de que ella siquiera pudiese experimentar un solo orgasmo. En el peor, si ella era virgen, él podría herirla y hacerla tener un horrible recuerdo. Lo que provocaría que ella lo odiase con justa razón.
De cierto modo, a Giyū le daba calma saber que Shinobu estaba dispuesta a charlar sobre este tema, pero eso no quitaba que él estuviese temblando como una hoja ante una ventisca, ante el tema de conversación que estaba teniendo con su novia en este instante.
—Mmm, bueno, seguro ya tendremos la oportunidad de encontrar un buen momento y un buen lugar —dijo Shinobu sonriendo—. Y si estás inseguro porque pienses que podamos embarazarnos, hay algunos métodos para evitarlo, o para interrumpir el procedimiento.
Giyū frunció el ceño, ya más frío.
—¿Interrumpirlo? ¿Te refieres a…?
—Sí —la sencillez con la que Shinobu dijo eso, le puso un poco incómodo.
—¿Y no…?
—¿Mmm?
—¿Eso quiere decir que no deseas tener hijos? —preguntó nervioso. No es que él los quisiera… al menos no ahora…
—No es eso —respondió ella—, es solo que no es mi plan tenerlos ahora.
Si, Giyū pensaba eso mismo también.
—¿Y tú? ¿Quisieras tener un bebé a tu edad?
La verdad es que Giyū jamás se planteó la idea de tener hijos antes, es decir, tampoco es que esperaba tener una larga vida dado su trabajo así que…
Además, apenas y se estaba haciendo a la idea de que en verdad estaba teniendo una relación sentimental con Kochō.
¿Hijos? ¿Él?
Con esfuerzos podía cuidarse a sí mismo.
—Tal vez… —musitó indeciso—, no.
—Entonces no debes preocuparte —ella sonrió afable—. Al menos por ese lado, estaremos bien informados para no tener que mover nuestros planes ante un pequeño descuido, ¿de acuerdo?
Él asintió con la cabeza, desviando su mirada al suelo.
—Te ves triste —dijo ella, acariciando su mejilla—. Y eso que aún no hemos hecho nada.
—¿Y si lo hago mal? —por fin pudo decir su principal preocupación.
—¿Cómo dices?
—Uz… alguien me dijo que si lo hacía mal, podría dañarte. No a ti, claro, él no sabe que nosotros… bueno… —decía Giyū nervioso; lamentablemente no pudo salvar la identidad de Tengen.
—El pilar del sonido es realmente una cajita de sabiduría con este tema, ¿verdad? —Shinobu alzó una ceja, sonriendo con picardía.
—Eso ya no importa —Giyū no quiso darle la cara a Shinobu—. ¿Entonces es cierto? ¿Puedo lastimarte?
—Sí —respondió secamente—, pero no tienes por qué tener miedo, yo también estaré ahí y no te dejaré hacerlo solo —bromeó al final, sacándole a él una ligera sonrisa.
Ella lo besó una vez en los labios para luego alejarse un poco sin soltarlo; de hecho, Shinobu aprovechó la leve distracción de su novio, y metió la cabeza en el cuello de Giyū, susurrándole sobre la piel, erizándolo de pies a cabeza.
—Escucha, ¿qué tal si antes de llegar a la penetración intentamos por ahora sólo tener… ya sabes, sólo unos pequeños roces? Así sabrás más de mí, así como yo de ti. Sin presiones, ni preocupaciones. —Un delicado beso en el cuello hizo que Giyū gimiese sin poderlo evitar. Ella sonrió—. Aprendamos juntos, Tomioka… poco a poco —a propósito ella dijo su apellido con ese tono delicado y sugerente.
Pasada la sorpresa y pánico iniciales cuando oyó la palabra "penetración", Giyū tragó saliva, sujetando las caderas de Shinobu, dándoles un suave apretón.
—No tienes que ser tan descriptiva… sonaste muy vulgar —gruñó avergonzado, viendo las primeras estrellas en el cielo oscuro.
Shinobu se rio de él.
—La palabra que buscas es: "atrevida", y acostúmbrate porque lo seré muy seguido —prometió con picardía—. Y por lo descriptiva, bueno, tengo que hacerlo; jamás entiendes mis indirectas. En especial, estas indirectas.
—Eso no es cierto —se defendió él.
—Te he mandado indirectas por más de una semana y nunca captaste ninguna —enternecida por la voz temblorosa de Giyū. Shinobu volvió a besar su cuello. Él se estremeció, lo que la hizo sentirse orgullosa de sí misma.
—N-n-no eee-es cierto.
—Cómo tú digas, mi semental —se rio ella gozando molestándolo.
—Ya basta —espetó él con la cara completamente roja.
—Está bien.
Shinobu hizo caso y se mantuvo abrazada a él.
Sí, ya tendrían tiempo para aprender mucho juntos.
...
•
Pobrecito Giyū, incluso en una relación seria con Shinobu a le gusta jugar con él; pero no se preocupen, nuestro pilar del agua tendrá su revancha, no lo digo yo, lo dice el karma xD
Como soy un poco adicta a las pláticas 'prohibidas entre borrachos y de lo cómico que pueden ser, expuse esta aquí. ¿Qué les pareció? A mí me dio un poco de risa escribirla porque sí me los imaginé demasiado bien discutiendo entre ellos (sobre todo a Tengen molestando a Sanemi) xD y al pobre de Himejima nada más rogando en su mente porque cambien de tema de una buena vez xD.
Espero que este capítulo les haya gustado.
Saludos y hasta el próximo.
Muchas gracias por leer y comentar a:
Yume no Kaze.
Reviews?
Si quieres saber más de este y/u otros fics, eres cordialmente invitado(a) a seguirme en mi página oficial de Facebook: "Adilay Ackatery" (link en mi perfil). Información sobre las próximas actualizaciones, memes, vídeos usando mi voz y mi poca carisma y muchas otras cosas más. ;)
