NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.
•
Relato 10. Música ambiental.
Rated: K+.
Géneros: humor, familiar, romance.
Advertencias: uso de sufijos japoneses. Apto para todo público.
…
En este día caluroso, Kanae Kochō y su querido Sanemi Shinazugawa se encontraban bebiendo un poco de té frío en la finca, en el patio; sentados en dos de las cuatro sillas de una mesa sencilla que las hermanas Kochō habían comprado hace poco. El mueble era de color blanco y redondo, además, como regalo, una simpática sombrilla de color marrón claro se hallaba dándoles una refrescante sombra.
El clima era adecuado para disfrutarlo estando fuera de casa con una agradable compañía, sin embargo, Sanemi pudo ver un semblante decaído e ido en Kanae hoy, a pesar de mostrar una cara tranquila.
—¿Estás bien? —preguntó Sanemi no queriendo sonar tan preocupado.
Pero eso no engañó a Kanae ni por medio segundo; ella, haciendo una ligera sonrisa, se dijo que aún podía ver con claridad sus sentimientos por mucho que Sanemi tratase de ocultarlos.
Ante todos, Sanemi siempre ha querido verse como un tipo duro gracias a su devastador pasado y terribles vivencias, sin embargo, en el fondo de toda esa rudeza, se hallaba un hombre bueno y considerado; el hombre que ella amaba profundamente. Aquel en quien podía confiar.
—Shinobu y Tomioka-kun —susurró, esperando que no hubiesen oídos de terceros cerca.
Sanemi puso los ojos en blanco.
—¿Ahora que le hizo ese idiota a tu hermana?
—Mmm, de hecho…
Kanae hizo un gesto de incomodidad y pena. Si debía ser honesta, prefería no hablar de lo que pasó y ahorrarse la vergüenza, pero en serio tenía que desahogarse. ¿Y quién mejor que su pareja para oírla?
—Esta vez fui yo.
Sanemi la miró sin entender a qué se refería Kanae con eso.
—¿Cómo que fuiste tú?
—Verás…
Jugando con sus dedos sobre la mesa, Kanae pasó a relatarle a Sanemi lo que pasó hace tres noches; el motivo por el cual su pequeña Shinobu no le hablaba y hasta la evitaba.
Tal vez su hermanita lo hiciese más por vergüenza propia que por cualquier otra cosa, pero Kanae no disfrutaba ser ignorada por su linda Shinobu.
Aquella fue la noche en la que Kanae despertó gracias a una discusión en la calle.
Su fino sentido del oído, gracias a su entrenamiento como cazadora, era muy susceptible a ruidos por leves que fuesen, en especial si se trataba de la voz de su hermana.
Los perros ladraban, uno que otro grillo cantaba. A Kanae le sorprendía que el resto de las chicas en la finca declarasen (el día siguiente) no haber oído nada. Aunque tal vez lo hicieron por temor a decir algo que no debían frente a Shinobu.
En fin.
Soñolienta y cansada, Kanae salió de su cuarto para acercarse a una de las ventanas en el pasillo, la que tenía la vista más cercana a donde se escuchaba el ruido, con el fin de ver el porqué del escándalo.
Por un segundo pensó que Shinobu podría estar en problemas, pero…
»¡Eres un tonto! —eso no sonaba como alguien que estaba bajo un ataque, más bien, parecía que Shinobu estaba regañando a alguien por algo.
No le sorprendió ver a Shinobu y Tomioka-kun afuera, discutiendo… otra vez…
Nada nuevo.
En realidad, ya era hasta normal ver a su hermanita gritándole a Tomioka-kun por alguna razón, por muy pequeña o insignificante que esta fuese.
En el pasado, antes de ser un pilar, varias veces Kanae le había pedido a su hermanita controlar ese temperamento; gritar tanto y alterarse con una preocupante facilidad no estaba bien visto en una señorita tan linda como ella; por otro lado, el control en uno mismo era elemental para derrotar a los demonios.
Además, si algún día derrotaban a Muzan, Shinobu debería seguir con su vida; tal vez casarse y tener hijos. Pero, ¿cómo encontrar a un buen partido si no mostraba gracia y delicadeza? ¿O al menos más paciencia?
Kanae amaba a su hermana tal y como era, pero admitía que durante aquel tiempo pensó que debía ayudarla a encontrar la forma de calmar su explosivo temperamento, ese que también la hacía valiente y curiosa. En verdad Kanae quería que al menos ella siguiese adelante, se casase y tuviese una vida normal, a diferencia suya, que ya se había resignado a morir en batalla.
Para esos entonces, Kanae también ya había desarrollado sentimientos imposibles y hasta cierto punto inmorales hacia Sanemi Shinazugawa. Ya había tenido un par de sueños poco decentes con él, y fuera del físico, lo admiraba como compañero, pero él actuaba tan rudo y cortante con ella, que Kanae estuvo a poco de dejar ir sus sentimientos. Eso claro hasta que de pronto él la besó después de salvarle la vida en una misión, desviando el ataque de un demonio que más tarde decapitó, y declaró sus intenciones de no permitir que nada malo le ocurriese; de hecho, a partir de ese momento, si ella salía a una misión, él buscaba la forma de acompañarla y de ese modo, asegurar la victoria y la seguridad de ambos.
Era rara la ocasión en la que ellos hacían misiones por separado.
Volviendo a su hermanita, Kanae estuvo preocupada por mucho tiempo con respecto a que algún día ella pudiese encontrar a su media naranja debido a su carácter intimidante, así que, cuando Sanemi de pronto llegó le dijo con naturalidad que no podía creer que ella permitiese que "ese imbécil" se acercase a Shinobu, Kanae necesitó de toda una explicación minuciosa sobre el "romance secreto" que Shinobu y Tomioka-kun trataban de llevar.
¡¿Su Shinobu estaba enamorada de Tomioka-kun?! ¡¿Y él de ella?!
¡¿Cómo pudo no haberse dado cuenta antes?!
Ante sus constantes negatorias, porque Kanae llegó a pensar que ellos se encontraban desagradables entre sí debido a sus interacciones públicas aparentemente tensas, Sanemi tuvo que hacerle dibujos sobre la tierra con su katana para hacerle ver que su hermana y Tomioka-kun no habían sido tan discretos como seguramente pensaban que eran con respecto a su "secreto".
Bueno, a ella sí lograron engañarla por completo.
»Para tener una vista muy aguda en combate, me preocupa que tu hermana siendo tan mala fingiendo y mintiendo, haya logrado mantener su romance oculto de ti. Algo que no pasó con el resto de nosotros.
Por "el resto de nosotros" se refería al resto de pilares.
¿Entonces ella fue la última en enterarse? ¡¿Por qué nadie se lo dijo antes?!
A Kanae lo único que no le gustaba de esto era que Shinobu quisiera ocultárselo a ella por alguna razón.
Entendía que no quisiera decírselo a las niñas de la finca, el resto de pilares, o hasta al Patrón, ¿pero por qué a ella? ¿Acaso no eran lo suficientemente unidas?
Se entristeció por un tiempo, incluso pensó en encarar a Shinobu por sí misma y exigirle explicaciones, no sobre su romance, sino sobre su falta de confianza hacia su hermana mayor; pero no pudo hacerlo, algo que la deprimió más.
Sanemi tuvo que oírla hablar del tema, día y noche; dándole palmadas en la espalda y algunos mensajes de aliento para devolverle algo de ánimo.
»Piénsalo de este modo: tal vez tu hermana piense que lo suyo con Tomioka es demasiado ridículo para exponerlo al público o a ti… y hace bien. ¿Quién admitiría que Tomioka le gusta sin sentir vergüenza?
»¡Sanemi! No insultes más a tu concuño —le espetó triste—, te guste o no ahora son parientes. ¡Pero ella y yo somos hermanas! ¿Por qué me lo oculta? ¿Acaso ya no confía en mí? —preguntó lo mismo por millonésima vez.
»Dios, Kanae —musitó Sanemi refunfuñando—, cálmate. Tal vez y Shinobu sólo se avergüenza de Tomioka, y ni ella se cree que esté saliendo con él. A lo mejor sólo está creyendo que le gusta por el tiempo que llevan trabajando juntos, y cuando se aburra de él o descubra que Tomioka es un perfecto idiota, lo dejará y todos seguiremos con nuestras vidas.
»¡Por favor! No lo insultes más —insistió Kanae.
»No puedes culparme, me desagrada ese imbécil; siempre alejado del resto a excepción de sus amiguitos, ¿qué se cree? ¿Un ser especial? Por mi podría desaparecer mañana y me daría igual.
Kanae admitía que Tomioka-kun no era el chico más expresivo o sociable del mundo, y si de algo estaba segura, era de que, él no actuaba arrogantemente sino sólo era tímido. Pero Shinobu por otro lado era sumamente expresiva, ¿eso tendría que formar un equilibrio en su relación o no?
Además… ¡tenía que decirlo! Cuando los veía juntos Kanae no podía evitar pensar en sus futuros sobrinos y tener la certeza de que serían hermosísimos.
Shinobu destacaba por su belleza al igual que Tomioka-kun. Tratar de adivinar cómo serían sus hijos la ponía muy emocionada. ¿Ojos azules o violetas? ¿Altos o bajitos? ¡Las posibilidades eran infinitas! ¡Kanae esperaba que ellos tuviesen muchos hijos!
»Deja de gritar —le espetó Tomioka-kun a Shinobu esa noche, que todavía le reclamaba lo tonto que era.
Mirándolos desde afuera de la ventana en una situación tan tensa, Kanae estaba discutiendo consigo misma sobre si debía intervenir o no. Le entristecía verlos así.
Vaya, Kanae pensó que su hermana en serio tendría problemas para conseguir un marido. Nada más había que ver cómo trataba al pobre pilar del agua para ver que él tenía un temple bastante fuerte.
Algo de lo que se percató a la mañana posterior a esa noche, fue que la fuerte discusión era más bien un conmovedor reclamo llevado de la mano por la preocupación y el miedo.
»¡Shinobu! ¿Quieres por favor dejar ya de gritar? —le espetó él, seguro, cansado y adolorido de los oídos—. Despertarás a todos.
Esa fue la primera vez que Kanae oyó a Tomioka-kun llamar a su hermana por su nombre sin sufijos ni nada. Y fue bellísimo.
»¡No me importa! ¡¿No entiendes…?! —exclamó su hermanita ahogándose con sus palabras, sujetando con fuerza el haori rojo de Tomioka-kun.
Su hermana le daba la espalda a ella, pero Kanae conocía su voz cuando lloraba y cuando se sentía responsable por algo.
»¡No vuelvas a exponer tu vida así! ¡No me importa si no cumplimos una maldita misión! ¡Jamás te perdonaré si te atreves a morir frente a mí! ¡No vuelvas a interponerte entre un demonio y yo!
Fue en ese momento que Kanae, con su aguda vista, prestó atención a ambos, no podía ver muy bien gracias a la oscuridad y la distancia, pero sí pudo notar que Tomioka-kun tenía una preocupante herida en su hombro derecho; el haori rojo lo cubría, pero de esa zona estaba oscura y rota. Tal vez Shinobu ya se había hecho cargo de la herida con sus propios recursos antes de volver a casa, pero aun así Tomioka-kun debería evitar hacer movimientos bruscos y ser revisado continuamente durante un buen tiempo si es que quería recuperarse rápido.
»¡Debes ser más considerado y cuidadoso! ¡¿No trates de obligarme a arrastrar tu cadáver de vuelta a la sede?!
»¡No morí! Y ésta herida no es nada, estaré bien —se cansó él de ser jaloneado—, ¡cálmate, por favor!
A Kanae se le estrujó el corazón cuando vio a su hermanita abrazar con fuerza a Tomioka-kun, pasando sus brazos por encima de su abdomen, pegando su cabeza a su pecho.
De acuerdo, eso no lo había visto venir…
Sabía de ese "romance secreto", pero nunca lo había visto tan claro con sus propios ojos.
Kanae casi lloró conmovida, su Shinobu en verdad estaba enamorada.
Shinobu seguramente le dijo más a Tomioka-kun, algo que por obvias razones Kanae no pudo oír, sin embargo, debió haber sido algo muy tierno para que él la abrazase de vuelta con mucha fuerza. Aún si sentía mucho dolor en su hombro.
Kanae aguantó el chillido de emoción que amenazaba con escapar de su boca, la cual cubrió con ambas manos. Pero no pudo evitar hacer algo más.
El lado romántico de Kanae Kochō explotó en su pecho e hizo la primera locura que se le vino a la mente.
A velocidad luz volvió a su cuarto, buscó entre sus cosas su flauta shakuhachi, abrió su ventana y comenzar a tocar.
¡Esos dos eran tan lindos!
Al principio su hermana y Tomioka-kun no tonaron la música, o tal vez no les importó, pero casi casi al terminar la relajante canción, ambos deshicieron el abrazo lentamente y la voltearon a mirar hacia su dirección con caras de estupefacción.
»¿Qué les parece la música ambiental? —les preguntó animada con una sonrisa justo cuando terminó de tocar—. La luna está hermosa y es perfecta para esta noche, ¿no creen?
En serio creyó que eso aligeraría el ambiente.
No hizo aquello por malas intenciones. De verdad…
Al oír esa parte de la historia saliendo de los labios de su pareja, Sanemi escupió su té sobre la mesa para verla con una gran sonrisa burlona.
—¿Qué hiciste qué? —se burló, quizás no de ella, pero sí de los otros dos.
Enrojecida hasta las orejas, Shinobu gritó avergonzada el nombre de su hermana mayor sin el sufijo de por medio, separándose 3 pasos de Tomioka-kun. Este, a su vez, desvió la mirada a otro lado como queriendo ocultar un incomprensible pánico, incluso se tensó como el tronco de un árbol y pareció haber palidecido más.
Al ver las reacciones que no esperaba causar, Kanae se dijo bastante tarde que había hecho mal al interrumpirlos así. Borró su sonrisa y cerró la ventana de golpe, corriendo rápido hacia a su habitación, cerrando sonoramente la puerta.
Shinobu era muy penosa, y al parecer Tomioka-kun también. Además, era claro que ellos aún no querían hablar de su relación con ella.
¿Sería que pensaban que Kanae ya sabía de su romance y por eso habían actuado como si les hubiesen descubierto ayudando a los demonios?
Poco más tarde oiría a su hermana menor yendo por la finca azotando puertas hasta que llegó a su propia alcoba y se encerró ahí.
¡Uff! Menos mal que no entró a la alcoba de Kanae a pedirle explicaciones o seguro la mayor le diría que no solo ella, sino todos ya sabían de su "secreto" con Tomioka-kun.
Kanae no durmió esa noche, se tapó la cara, avergonzada. ¡¿Qué había hecho?! ¡Arruinó ese mágico momento para su hermana!
Pero, ¿cómo podría Kanae disculparse con Shinobu y su cuñadito si ninguno de los dos permitía que ella se acercase? De hecho, a Tomioka-kun no lo había topado en su camino ni aunque se acercase a la finca donde vivía. Kanae se encontraba "casualmente" a Makomo y hasta Sabito, ¡pero no a él!
—¿Podrías dejar de reírte? —pidió Kanae, sonrojada de la cara, no por el clima sino por la pena que le dio contar su pequeña historia.
—¡¿Por qué hiciste eso sin mí?! —le preguntó Sanemi sin importarle a quien podría destruirle los tímpanos con sus carcajadas—. ¡Me hubiese gustado ver sus caras! —exclamó riendo cada vez más fuerte.
—¡Nemi! —le reprendió Kanae, apenada—, no quise molestarlos, yo sólo quería…
Calmándose un poco, quedando agitado, él sujetó su mejilla, dándole una suave caricia con su pulgar. Eso la relajó mucho.
—Sé lo que querías —dijo inhalando y exhalando lento y profundo—, pero si ese par quiere mantener su… relación secreta —entre risas más controladas, hizo una mueca de antipatía—, creo que lo mínimo que podríamos hacer es fingir no verlos cuando hacen el ridículo en la calle.
Sonrojándose más, Kanae infló sus mejillas.
—Es que me emocionó tanto verlos juntos —musitó ella ilusionada—. Una cosa es saber que mi hermanita tiene un romance, pero otra fue verlo. ¡Y pensar que creí que algún día esos dos terminarían declarándose la guerra entre ellos! —se rio risueña—. Fue tan lindo, no creo poder olvidar cómo se abrazaban.
—Yo quisiera olvidar todo lo que les he visto hacer en la calle. Y eso que trato de evitar encontrármelos —Sanemi chasqueó la lengua.
—Lo arruiné todo —dijo suspirando—. En verdad, no fue mi intención avergonzarlos así.
—La próxima vez que lo hagas no olvides avisarme. Tal vez tome algunas notas —repitió con una sonrisa pícara.
Kanae le miró con las mejillas infladas, claramente cansada de no tener el consuelo que necesitaba.
—¿Por eso Shinobu no te habla? —Sanemi pareció haber entendido que ya debía parar con las bromas y ponerse serio.
—He intentado acercarme a ella, Nemi. Pero ella no quiere ni mirarme —respondió decaída.
Ambos se quedaron en silencio por un rato, él todavía acariciándola, aunque de pronto abrió la boca… ¡solo para seguirla molestando!
—Música ambiental —se rio Sanemi sin poderlo contener más.
—¡No es gracioso! —lo reprendió Kanae, levantándose de la silla, dispuesta a volver a entrar a la finca.
—Espera, Kanae.
Él la siguió, no queriendo reírse más, pero no podía evitarlo.
—No debí haberte contado nada, esto me tiene muy preocupada, ¿sabes?
—Perdona, perdona —Sanemi la alcanzó, sujetándola con suavidad del hombro—. Espera, en verdad quiero ayudarte.
Kanae no lo miró, siguió dándole la espalda; se cruzó de brazos todavía indignada por la reacción de Sanemi ante su bochorno.
—¿Cómo?
—Esos dos quieren mantener su relación en secreto, ¿no? ¿Qué tal si evitas hablar de eso?
—¿Evitarlo? ¿Entonces cómo me disculparé?
—Conoces a tu hermana —con cuidado, él la hizo girarse para verse mutuamente—, ¿crees que ella quiera hablar de lo que pasó? ¿Crees que quiera decirte por qué abrazaba al idiota de Tomioka de ese modo? Quién sabe, quizás puedas decir que no recuerdas lo que pasó o que eso lo hiciste dormida, sólo no hables de ese tema si ella no te lo pide y a ver qué pasa.
Ella desvió la mirada, insegura de hacer eso.
—¿No tienes otra mejor idea? —preguntó todavía indecisa.
—No.
Kanae miró a Sanemi a los ojos, al menos él ya había dejado de reírse.
—Bien, lo intentaré.
—Dale su espacio, todo estará bien.
Ella asintió; un corto tiempo pasó antes de que Sanemi no pudiese contener más las risas.
—¡Aah! —exclamó Kanae zafándose del agarre de su novio.
—¡No espera! —a pesar de no quererlo, seguía riendo—, ¡no quise…! —y seguía riendo—. ¡Perdón!
…
—Hermana…
Fue al segundo día de su plática con Sanemi que Shinobu tocó la puerta de la alcoba de su hermana mayor a mitades de la noche, posterior a la cena, solicitando su permiso para entrar.
—A-adelante —nerviosa, Kanae apretó bajo sus dedos el libro que había estado intentando leer para distraerse.
Shinobu pasó usando su yukata para dormir. Se veía muy indecisa, y tenía razones para estarlo.
—Dime.
—Hermana, tú… verás… cuando…
Kanae cerró su libro, recordando cada palabra que había estado practicando frente al espejo por si esto ocurría.
—Shinobu, hermanita, no tienes que sentirte avergonzada.
—¿Cómo dices?
Kanae sonrió lo más tranquila que pudo.
—Admitir que en el fondo consideras a Tomioka-kun un amigo no es nada malo.
Tal como esperaba, Kanae vio cómo Shinobu se relejaba.
—Espero que su herida ya esté mejor, pero no te apenes por haberte preocupado por él, si son amigos, no tiene nada de malo que no quieras verlo morir a manos de un demonio —la vio a los ojos y le dijo algo que en verdad pensaba—. Ahora veo por qué el Patrón los envía a tantas misiones juntos, estoy feliz de saber que se llevan bien a pesar de sus diferencias. Entre compañeros debemos protegernos, es una ley no escrita que al final nos mantiene vivos.
Shinobu bajó la mirada, sonriendo.
¿Sabía que lo hacía o no? Como sea, Kanae pensó que se veía muy linda con esa expresión.
—Y… ¿por qué la música? —preguntó ella sonrojándose.
¿Shinobu sabría algún día lo expresiva que era sin darse cuenta?
—¿Por qué más? La noche era bella, ustedes volvieron a salvo… y yo pensaba en mi Nemi.
—¿Nemi?
Cierto, Shinobu no sabía que así era como Kanae llamaba a su novio.
—Al fin me deja llamarlo así —le dijo emocionada, guiñándole un ojo.
—¡Oh! Shinazugawa —Shinobu lo captó por fin.
Entonces, con más confianza y tal vez aliviada de que su hermana "no supiese" de su romance con Tomioka-kun, se acercó a la cama de Kanae.
—Él… ¿es bueno contigo?
Kanae dejó el libro de lado.
—Sé que parece insensible y violento… y aunque a veces lo es, sólo muestra ese lado con los demonios. Aunque no lo creas, Nemi es más sensible de lo que muchos creen —respondió, permitiéndose mostrarse enamorada—, y lo amo. Tanto que sería capaz de tocar bajo la luz de la luna todas las noches por él.
Shinobu sonrió bajando la mirada.
—Ahora que lo mencionas… Tomioka-san me pidió que te dijese que le gustó esa canción.
Eso Kanae no lo vio venir.
—¿De verdad? —preguntó ilusionada.
Si ambos se casaban, ¿la dejarían interpretar esa melodía en su boda?
—Sí… bueno, al menos no tiene un mal oído para la música como creí —dijo fingiendo muy mal ser despectiva con él.
—No lo trates así —Kanae hizo un fingido puchero—, son amigos.
"Amigos".
—Mmm, no sé qué tienen Nemi y tú contra él, pero yo al menos creo que es un buen chico.
Indirectamente, Kanae le había dicho a Shinobu que lo aceptaba como cuñado.
—Supongo —susurró Shinobu, pensativa, sin borrar esa ligera sonrisa de sus labios—. Hermana, me voy a dormir, descansa.
—Tú igual, nos vemos mañana.
—Hasta mañana.
Aparentemente tranquila, Shinobu salió del cuarto y Kanae por fin pudo dormir en paz.
Ojalá ella no fuese tan mala aparentando como su hermanita.
Ahora que estaba plenamente consciente de los sentimientos de su hermana y cuñado, a Kanae no se le hacía nada difícil darse cuenta de lo enamorados que estaban.
«Cuando estés lista para decírmelo, Shinobu, yo esté feliz de oírlo» pensó contenta, apagando la luz, acostándose bajo la cobija luego de dejar el libro en un buró.
A diferencia de Sanemi, Kanae pensaba que Shinobu y Tomioka-kun tenían un brillante futuro por delante.
Y ojalá, la felicidad les durase por siempre.
Ojalá la felicidad durase para siempre para todos.
...
•
"Para nada me inspiré en la escena de una película animada para hacer este relato" GUIÑO, GUIÑO. xD
Regreso brevemente para presentarles uno de los capítulos que ya tenía esperando para ser publicado. ¡Según yo no tiene errores! Pero puede que los tenga, si es que puedo, ya me verán editándolos. Y ojalá que Wattpad no me cambie los guiones largos por cortos... eso sí me molesta un poco. :/
¡Estrenamos portada nueva y separadores nuevos! Espero sean de su agrado jejeje.
¡Saludos y hasta pronto!
Muchas gracias por leer y comentar a:
sofit11.
Reviews?
Si quieres saber más de este y/u otros fics, eres cordialmente invitado(a) a seguirme en mi página oficial de Facebook: "Adilay Ackatery" (link en mi perfil). Información sobre las próximas actualizaciones, memes, vídeos usando mi voz y mi poca carisma y muchas otras cosas más. ;)
