Various Storms and Saints
By: viridianatnight
Capítulo 22
El uso de los venenos es común entre la población mágica. Existe una gran variedad de venenos con diferentes propósitos, ya sea para herir, maldecir o incluso matar. Los más famosos se forman a partir de mordeduras, picaduras o cortes de criaturas mágicas. El antídoto contra dichos venenos, se encuentra en «Filtros y Pociones Mágicas», puede neutralizar varios tipos de…
El peligro que rodea a la elaboración de pociones se ha reducido considerablemente en los últimos quinientos años, debido a una selección más cuidadosa de los fabricantes de pociones. Los venenos poco comunes pueden ser neutralizados a través de ingredientes conocidos capaces de contrarrestar… Para venenos desconocidos, busque atención médica inmediata del maestro de pociones o del sanador más cercano.
—Jodidamente inútil —murmuró Hermione, cerrando el libro y empujándolo a un lado. Había dos pilas de libros frente a ella, uno con información útil y el otro sin nada que la ayudara. Por el momento, sólo había un libro que podría ser de ayuda.
Moste Potente Potions.
Mirando alrededor de la biblioteca, vio que nadie estaba lo suficientemente cerca para mirarla. Sacó su varita y nuevamente realizó el hechizo de diagnóstico, específicamente para venenos. Concentrándose en el movimiento y la intención, agitó su varita. No pasó nada. Hermione respiró hondo, tratando de no dejar que la frustración se apoderara de ella. Una vez más y de repente apareció un cuadrado similar al del día anterior, sólo que esta vez de un tono carmesí.
Veneno: localizado, no identificado. Magia oscura detectada, origen desconocido. Extremadamente peligroso. Mortal.
Bajó lentamente la varita antes de pasar los dedos por su cabello. Concentrándose en su respiración, luchó contra las furiosas lágrimas que subían por su garganta. Hermione estaba segura de que se volvería loca si viera de nuevo la palabra «mortal» en su diagnóstico. No la había olvidado, la perseguía, era todo en lo que podía pensar. ¿Qué se supone que debería hacer ahora?
—¿Mione? —Ginny se acercó a su escritorio, sosteniendo su mochila contra su pecho, mientras Hermione forzó una pequeña sonrisa—. ¿Puedo sentarme?
Hermione apartó algunos libros y permitió que Ginny se sentara. Su amiga le tendió una bolsa de papel color marrón y ella la tomó tentativamente. Al abrirlo, encontró algunas plumas de azúcar, caramelos de cereza y sus favoritos: panecillos de nuez con plátano.
—Una ofrenda de paz —dijo Ginny—. Aunque me comí una pluma de azúcar, no pude resistirme.
—No deberías ser tú quien ofrezca paz —comentó Hermione, mordisqueando un trozo de panecillo.
Ginny asintió en acuerdo.
—Lo sé y estoy segura de que lo lamenta, pero no hablaré con él.
—¿Por qué?
—No eres la única con la que ha actuado de ese modo —comenzó—. Está constantemente enojado, siempre encuentra algo a lo que aferrarse para discutir. Fue a casa el pasado fin de semana y se peleó a golpes con Charlie. George dijo que estaba tratando de razonar con Ron cuando estalló. Mamá está enojada, pero ¿cuándo no lo está?
—¿Charlie está bien? —preguntó Hermione, sin pensar en Ron.
—Trabaja con dragones, estoy segura de que un mísero golpe de ese idiota larguirucho no lo lastimó —rio la chica pelirroja, después, su rostro se suavizó—. ¿Quieres hablar de eso?
—No realmente. Yo nunca quise…. Ellos saben que algo pasó, pero nunca vieron la cicatriz. Sólo Harry y Ron.
Ginny tomó su mano, apretándola suavemente.
—No tienes que mostrarme nada, tampoco tenemos que hablar de eso si no lo deseas, sólo quiero asegurarme de que estás bien.
No lo estoy. Creo que me estoy muriendo y no sé cómo solucionarlo. No puedo hacerlo sola, Ginny por favor, déjame decírtelo.
—Sí. —Hermione sonrió, apretando la mano de su amiga a cambio.
—Bien. ¡Oh, casi lo olvido! Mamá quería que te preguntara si vendrás a La Madriguera por vacaciones el próximo mes. Nuestra casa sigue siendo tuya, incluso si Ron está allí.
—Todavía no sé cuáles son mis planes. McGonagall quiere que Theo y yo organicemos algo navideño para los estudiantes que no tienen un hogar al que regresar. Necesito hablar con él.
Ginny había comenzado a responder cuando una cabeza platinada llamó su atención. Hermione lo vio entrar a la biblioteca, sus ojos escanearon la habitación hasta que posaron en ella. Sintió que su corazón dio un vuelco con sólo mirarlo. Draco sacudió la cabeza en dirección a las puertas antes de salir de nuevo.
—Gracias por los dulces, Gin, pero me acabo de dar cuenta de que llegaré tarde a clase —mintió, mientras empacaba sus cosas. Hizo un gesto con la mano y todos los libros regresaron a sus estantes.
—Está bien, tengo práctica de quidditch de todos modos. Pero escucha —dijo Ginny, deteniendo a Hermione mientras posaba su mano sobre su hombro—, ¿podemos vernos pronto? ¿sólo tú y yo? Podríamos ir al Callejón Diagon por un helado, incluso estoy dispuesta a dar un paseo por Flourish y Blotts.
Era sencillo descuidar a los demás cuando estás completamente absorta en tus propios pensamientos. A menudo se olvidaba de Ginny, sin siquiera darse cuenta de que siempre estaba ahí para ella. Hermione la abrazó con fuerza, accediendo a pasar un día a su lado, siempre que el tiempo lo permitiera. Después de reprimir más lágrimas, una mezcla de ira y culpa, se dirigió a las puertas principales y salió de la biblioteca. Mientras recorría los pasillos, no pudo encontrarlo por ninguna parte.
—¿Buscabas algo? —Una voz repentina vino detrás de ella, provocando que se estremeciera.
—No, ¿qué es lo que quieres?
Caminó a su lado, Hermione lo siguió mientras avanzaban por los pasillos, atrayendo miradas de ojos indiscretos.
—¿Sigues interesada en la disección de pociones?
—¿Descubriste cómo hacerlo? —preguntó mientras descendían a las mazmorras.
Draco abrió la puerta del salón de clases, cerrándola detrás de ellos. Hermione dejó su mochila sobre un escritorio, después caminó hacia los tres calderos que burbujeaban sobre la mesa. Draco se quitó la chaqueta mientras caminaba hacia a ella.
—¿Puedes identificar todas estas pociones? —preguntó Draco.
—¿Acaso tú no?
Él arqueó una ceja levemente ante su pregunta.
—Pasé toda la mañana haciéndolos, Granger.
Hermione rodó los ojos antes de ponerse de puntillas para mirar dentro de los calderos. El primero era de un tono lila y desprendía un fuerte olor a azufre y asfódelo.
—Filtro de Muertos en Vida.
Se movió al siguiente, inmediatamente reconociendo el olor del sexto año, aunque ligeramente cambiado. Había notas distintivas de pergamino fresco, el té negro favorito de su padre y algo dulce. Sus mejillas se sonrojaron al darse cuenta de a quién sabía ese tipo de dulce indescriptible.
—Amortentia.
Miró dentro del último caldero. Era de un verde mugriento con manchas marrones, como si estuviera cubierto de moho. Su nariz se arrugó por el olor, Hermione no sabía qué era la poción. Volviéndose hacia Draco, quien estaba apoyado en una mesa cercana observándola, se encogió de hombros.
—No tengo idea de qué es.
—Bien —dijo él, caminando hacia los calderos—. Actualmente no se conocen pociones que puedan revertir el efecto del Filtro de Muertos en Vida, pero el olor a asfódelo y si tienes un agudo sentido del olfato, los frijoles Sopophorous lo delatan. —Señaló la Amortentia—. Pociones como estas son peligrosas, el olor es diferente para cada uno y si no conoces los ingredientes, no hay forma de diseccionarlo. Los bezoares funcionan, pero fingiremos que no. Así que, sobre la última poción. ¿Qué hueles?
Hermione miró de él a la repugnante poción color musgo. Se apartó el cabello y se inclinó, tratando de oler el caldero: rancio e incluso desagradable. Apartándose, se aclaró la garganta ligeramente ante el aroma.
—Algo mohoso, casi nauseabundo. Como cuando estás enfermo.
Los labios de Draco se curvaron en una pequeña sonrisa antes de sacar un libro grueso de detrás de él y entregárselo. Ella tomó el pesado texto, mirando el título: «Enciclopedia de Ingredientes».
—Sólo hay tres ingredientes en esa poción, identifica cuales son.
—¿Por qué necesito hacer esto? —suspiró Hermione, mientras colocaba el gigante libro entre los calderos.
—Este caldero contiene un veneno desconocido y necesitas el antídoto.
—Podrías habérmelo dicho antes.
—Granger —dijo Draco mientras se sentaba en un taburete—. Si estás tratando de diseccionar un veneno desconocido para crear un antídoto, no habrá nadie quien te diga de qué está hecho.
Hermione apartó la mirada de él, agitando sin pensar la Amortentia.
—Lo acabo de mencionar.
—Uno no hace las cosas sólo porque sí —dijo él—. ¿Por qué un veneno?
Hermione tomó el libro de ingredientes y se sentó en el taburete frente a él, arrojando el pesado texto en su regazo. Abriendo el libro por la primera página, lo miró de nuevo.
—¿Sólo tres ingredientes?
—Sólo tres.
Hermione comenzó a hojear el libro, inclinándose para oler la horrible poción de vez en cuando. La revolvió, notando que era demasiado espesa, el cucharón apenas se movía a través del caldero. Su dedo recorrió las páginas, leyendo las descripciones de cada ingrediente, su propósito y olor. Mirando hacia arriba, notó a Draco sosteniendo el mismo cuaderno negro de siempre y el mismo bolígrafo que le había robado.
—¿Qué hace? —Draco volvió su mirada hacia ella—. La poción, ¿qué es lo que hace?
—Es una poción moderadamente venenosa —respondió, regresando su atención a su cuaderno.
Ella resopló levemente mientras continuaba estudiando el libro. Llegó a la mitad de la letra «F» cuando algo finalmente comenzó a aclararse. Dejando ese pensamiento en el fondo de su mente, volvió a su lectura. Leyó y leyó, encontrando frustrantemente tedioso el acto ya que simplemente él podía decirle de qué estaba hecha la poción. Era difícil admitir que tenía razón, ella necesitaba ser capaz de identificar los ingredientes tan fácilmente como Draco, pero, por supuesto, no era una prodigio en Pociones.
Hermione, pensando que había identificado los dos últimos ingredientes, cerró el libro con un fuerte golpe. Levantándose de su asiento y acercándose a él, trató de mirar en su cuaderno, pero Draco inmediatamente lo cerró y lo guardó en el bolsillo de su pantalón.
—No seas entrometida —le recordó—. Y bien, ¿Pudiste descifrarlo?
—Mucosidad de gusarajos, por lo espesa que es y el inmundo olor que emana. Limo de estanque por el olor a moho y tármica, por el veneno moderado —afirmó con confianza.
—¿Por qué tármica? ¿Por qué no tentáculos venenosos o caparazones de Streeler? —preguntó Draco, inclinándose hacia adelante.
Cuanto más se acercaba, más rápido latía su estúpido corazón.
—Dijiste que era moderadamente venenosa y esos ingredientes son extremadamente venenosos. Los caparazones de Streeler rechazarían la baba, ya que son caracoles de agua dulce.
Levantó ligeramente las cejas ante su declaración.
—Y es por eso que eres la bruja más brillante de nuestra edad.
Un mechón de cabello rubio y brillante cayó sobre sus ojos, Hermione se encontró estirando la mano para apartarlo. Ella pasó sus dedos por su cabello, sus uñas raspando suavemente su cuero cabelludo. Draco tomó su mano derecha y la atrajo hacia él, dejando que su otra mano descansará en su cadera.
—¿Tengo razón?
—Sí, Granger, tienes toda la razón.
—¿Para qué es esta poción?
Miró detrás de ella al asqueroso brebaje sobre la mesa.
—Se llama «brebaje repugnante», lo hice cuando tenía siete u ocho años. Provoca fiebre y vómitos. Lo usé para evitar galas y cenas elegantes.
—Supongo que los niños no son tan diferentes después de todo —dijo Hermione mientras su mano se posaba en la parte posterior de su cuello, sus dedos frotaban suavemente su piel—. Odiaba a mi tía abuela Greta, siempre me pellizcaba las mejillas con demasiada fuerza, diciendo lo apuesto era.
—¿Parecías un chico? —preguntó.
—¡No! Tenía el cabello largo y rizado e igualmente casi siempre vestía sólo vestidos. Incluso usaba una cinta en mi cabeza cuando íbamos de visita, pero a veces no la soportaba, así que masticaba la comida y la escupía en el inodoro para que mis padres pensaran que estaba enferma, sólo para tener una excusa para huir. Pero de alguna manera, mi padre siempre supo el motivo.
Su voz se suavizó ante la mención de su padre y apartó la mirada de sus ojos. Draco lo notó y la atrajo hacia sí, acercándola más.
—Eres más inteligente que yo. Por mi parte, sólo fingía arcadas.
Hermione asintió, todavía sin mirarlo. ¿Qué dirían sus padres sobre su brazo? ¿Lo sabrían? ¿Les diría ella? ¿Qué hay de Draco? ¿Les hablaría de él? ¿Sobre toda esta jodida situación?
Ella supuso que no. Si no se atrevía a decírselo a Ginny, ciertamente no se lo diría a sus padres.
—¿Te duele el brazo? —preguntó, sacándola de sus pensamientos.
Lo miró directamente a sus hermosos ojos y negó con la cabeza.
—No, realmente.
Draco asintió y ella frunció el ceño, después, su estómago se contrajo cuando se dio cuenta de lo que significaba la pregunta. Hermione envolvió su otro brazo alrededor de su cuello y plantó un breve beso en sus labios. Luego otro y él la atrajo hacia él, apretando sus caderas.
Draco la besó apasionadamente, pasando la lengua por su labio inferior antes de morderlo y tirar. Sus labios se movieron a su mandíbula mientras ella lo atraía hacia el beso. Hermione sólo quería besarlo, tratando de no pensar demasiado en lo que eso significaba. Sus labios se separaron, permitiendo que su lengua acariciara la de él.
Mientras se besaban, su mente se aceleró. ¿Estaba perdiendo el tiempo al no contarle sobre el hechizo de diagnóstico? Si ella dijera la palabra «mortal» en voz alta a alguien, se volvería demasiado real. ¿Qué pasaría si no lograra salir del dolor? Necesitaba su ayuda, pero no quería depender de él, podía encargarse ella misma, tenía que hacerlo. Pero el pensamiento de su ayuda continuaba atormentándola, no tenía sentido.
—¿En qué piensas? —preguntó Draco.
Hermione se apartó, dejando que las pequeñas lunas de sus ojos la tranquilizaran.
—En todo.
Siempre tenía mucho en qué pensar, demasiadas cosas por las que preocuparse y estaba tan cansada de todo eso. Quería respuestas claras y las quería ahora.
—¿Por qué haces esto? —preguntó, apartando sus manos de él—. ¿Por qué me ayudas? ¿Por qué no te burlas de mí? ¿Por qué me dejaste besarte? ¿Por qué me devolviste el beso?
—Esas son demasiadas preguntas.
—Malfoy —pronunció, frunciendo el ceño—. Lamento que todavía me resulte difícil creer que puedes hacer algo por la bondad de tu corazón. Especialmente para mí. Te pido perdón por ponderar tus designios. Todavía estoy tratando de digerir todo lo que pasó, tu disculpa y todo lo demás. ¿Cómo sé que esto no es una broma? ¿O que no soy un medio para poner fin a tú libertad condicional? Realmente necesito ayuda y no puedo permitirme perder el tiempo preocupándome por estas cosas.
Draco la soltó y se levantó de su asiento, revolviéndose el cabello mientras caminaba. Tomó su mochila del escritorio de Slughorn y lo rebuscó, sacando un cuaderno de cuero. Se dio la vuelta y se paró detrás de los calderos, primero señalando el brebaje del Filtro de Muertos en Vida.
—Se necesitan cuatro horas para prepararlo con éxito —Pasó a la Amortentia—, cinco para este —Luego al brebaje repugnante—, y dos para este. Cada uno de ellos requiere ciertos ingredientes. Tiempos tediosos de agitación, proporciones perfectas. Lleva mucho tiempo hacer esto, realizar tres pociones diferentes al mismo tiempo requiere condiciones diferentes para cada una. No hice esto por diversión, sino para ti. Estoy tratando de ayudarte, Granger.
Arrojó el cuaderno sobre la mesa frente a los calderos.
—Investigué los ingredientes y sus contrapartes. Por ejemplo, qué ingrediente es el antídoto perfecto para el árnica y qué combinación funcionaría mejor. Su nivel de eficiencia, absolutamente todo.
Hermione tomó el cuaderno y lo abrió, encontrando las páginas cubiertas con su impecable letra. En los márgenes escribió más detalles de los que ya sabía, cosas que podrían o no funcionar.
—Me levanté muy temprano para preparar todo esto y sólo he estado investigando durante un par de días, pero estoy haciendo todo lo que puedo porque me pediste ayuda.
Habló clara y deliberadamente, sin ningún indicio de malicia en sus palabras.
—¿Estás tratando de hacerme sentir culpable porque pedí tú ayuda? —preguntó ella, mirándolo.
La mandíbula de Draco se tensó y miró hacia el techo.
—No. No te digo esto para manipularte, sólo estoy respondiendo a tus preguntas. No trato de burlarme de ti, y si lo hiciera, no perdería la mitad del tiempo que dediqué a todo esto.
—¿Por qué?
—¿Por qué te ayudo? Tú lo preguntaste.
—No harías esto por Pansy ni por nadie más.
—Yo no haría nada por Pansy —espetó molesto, aunque no directo a ella—. Estoy tratando de reparar lo que estropeé. Es mi culpa y estoy tratando de ayudar.
—No fue tu culpa, dije eso porque estaba molesta y…
—No, es mi culpa. Si tan sólo no hubiera…
Draco se interrumpió. Hermione miró el cuaderno, luego las pociones antes de volver a mirarlo. Respiró hondo y volvió a hablar.
—¿A qué huele tu Amortentia?
—¿Qué? —preguntó incrédulamente, sus ojos estaban oscuros y su mandíbula estaba demasiado tensa.
—¿Qué es lo que hueles? —preguntó directamente.
Draco dio un paso adelante, sin quitarle los ojos de encima, se inclinó sobre el caldero. Sus ojos estaban sobre él, esperando su respuesta.
—Rosas del jardín de mi madre, lluvia y… —Se detuvo, mirándola de arriba abajo—. Miel.
La garganta de Hermione se secó ante su mirada. Mordiéndose el interior del labio, caminó alrededor de la mesa y le entregó el cuaderno. Él la miró todo el tiempo, tomando el cuaderno y sosteniéndolo perezosamente en su mano.
—¿Puede cambiar la Amortentia? —susurró, aunque ella misma sabía la respuesta.
—Sí.
—¿Alguna vez ha cambiado la tuya?
—No.
Ella asintió, acomodando un mechón de cabello suelto detrás de su oreja. De nuevo, estaba teniendo demasiados pensamientos. Tal vez debería dejar de pensar.
—Bésame.
Draco no dudó. Él tiró de ella por las caderas y presionando las palmas de sus manos en sus mejillas, lo besó. Hermione se puso de puntillas, sintiendo la extraña y deliciosa dulzura de sus labios. Menta y un toque de tabaco, creando la combinación perfecta de deseo. Sus labios se movían rápidamente, atormentados por la falta de comunicación, culpa e incertidumbre. No más pensamientos, no más pérdidas de tiempo. Sólo él, en todas partes, al mismo tiempo.
—Así que… —dijo Theo arrastrando las palabras, apoyándose en el marco de la puerta de su habitación. Hermione estaba terminando la tarea que había descuidado a favor de investigar información sobre cómo no morir.
Miró al chico de cabello rizado con las cejas arqueadas con anticipación y una leve sonrisa. Apretando más la cola de caballo sobre su cabeza, esperó a que él terminara lo que quería decir.
—Malfoy… —continuó.
—¿Tienes algo que decir? —preguntó Hermione mientras escribía ecuaciones de Aritmancia.
—Pensé que lo odiabas. —Entró finalmente en su habitación, mirando alrededor un poco. Ella pensó que también lo odiaba, pero lo necesitaba. Mierda, tal vez ella incluso lo deseaba. Si su vida se reducía a segundos en el reloj, ¿por qué no debería desearlo?
—Sí, lo odiaba.
Theo se sentó al final de la cama, apoyándose contra el poste. Una parte de ella quería quitarle esa desagradable sonrisa de la cara y a la otra le pareció encantadora.
—No estamos saliendo.
—No dije eso.
—Bien, ¿tienes algo que preguntar? Estoy tratando de terminar mi trabajo.
—Tengo una infinidad de preguntas, pero él ya respondió a la mayoría de ellas —dijo Theo, tomando descuidadamente un trozo de pergamino de su cama.
—¿Qué fue lo que te dijo? —preguntó, tratando de concentrarse en la numerología de la tarea.
—Todo, bueno, excepto el sexo. No pude hacer que hablara.
Ella se congeló y se volvió hacia él.
—¿Qué no es algo de lo que todos los chicos suelen hablar?
—Solía hacerlo. Supongo que tú eres diferente.
—Lo dudo —Theo arqueó una ceja hacia ella—. ¿Qué? No hablaré contigo sobre eso.
Theo gruñó molesto.
—Mojigatos.
Hermione soltó una carcajada antes de volver a su trabajo. Draco no le dijo nada a Theo, ¿qué podría significar eso?
—Pero de hecho, sí quería preguntarte algo —continuó—. ¿Cómo estás?
—Estoy bien.
—Hermione.
—Lamento que hayas tenido que presenciar mi colapso nuevamente. De verdad, lo siento, fue terriblemente inconveniente. No volverá a suceder.
—¿No es eso lo que me dijiste la última vez? ¿Sobre qué lo tenías bajo control? ¿Para que pudiera confiar en ti?
Hermione suspiró y sacó tres cuadernos de su mochila, entregándoselos a Theo. Empezó a hojearlos, repasando todas las notas que ella había escrito, los hechos, las preguntas para las que tenía que encontrar respuestas.
—Estoy trabajando en ello, ¿de acuerdo? Sólo fue un ataque de pánico, supongo. Ron expuso mi secreto cuando yo estaba ocupada tratando de defender a Malfoy y…
—¿Lo estabas defendiendo? —preguntó Theo, tomándola por sorpresa.
—Sí y no. Ron y Seamus dijeron cosas terribles sobre todos los Slytherins, querían que todos ustedes desaparecieran. Deseaban ver a Malfoy muerto. No es mejor que en la forma que pensaba Voldemort, los estaban catalogando de una forma sólo por su casa, tal como lo hizo con los nacidos de muggles. Sé cómo es eso y no iba a sentarme allí y quedarme callada. —Estaba empezando a enfadarse de nuevo, mirando hacia adelante en lugar de mirarlo a él—,. luego mencionó lo que pasó en la mansión y lo dijo en voz alta frente a todos. Nadie vio la cicatriz, pero ahora todos saben lo que pasó.
—Es un maldito idiota.
Ella negó con la cabeza.
—No, él sólo es…
—¿Emocionalmente abusivo? —Theo interrumpió, sonando verdaderamente molesto—. Primero, asume que eres una ramera y luego te golpea…
—¡Fue un accidente!
—… ¿y luego revela tu mayor secreto a todos, sabiendo que no querías estar con él? Eso no está jodidamente bien, Hermione.
—Sólo está enojado, perdió a un hermano y ha pasado por mucho —dijo, aunque ni siquiera creyó en sus propias palabras.
—No tienes que poner excusas por él.
—No, pero sí puedo hacerlo por Malfoy, ¿no? ¿Puedo perdonar todo lo que me hizo o me dijo porque de repente se arrepintió? ¿A dónde nos lleva esto, Theo?
Hermione levantó las manos en el aire, riendo sin humor.
—¿Se supone que debo incluir en mi lista negra a todos los que tomaron malas decisiones? ¿O qué han hecho algo malo? Entonces mi nombre estaría en esa lista diez jodidas veces más.
Theo se enderezó, obligándola a mirarlo a sus fascinantes ojos marrones.
—¿Qué ha hecho Weasley para ganar tu perdón?
Eso la hizo pensar. En los ocho años que había conocido a Ron, ¿cuántos errores había cometido? ¿Cuántas veces había dicho algo que la hizo sentir como si no fuera nada? ¿Era mejor que Malfoy? ¿Importaba ahora?
Se burló de ella por su inteligencia y por preocuparse por los estudios. Arruinó su Baile de Navidad y torció todo para que él fuera el centro de atención. ¡Había encontrado a alguien que quería invitarla, que pensaba que era hermosa y que quería besarla! Él arruinó su noche perfecta con Viktor. Ella siempre fue su última opción, especialmente con Harry. Él empujó su relación con Lavender por su garganta, pero aun así no culpaba a la chica por más déspota que fuera la actitud de Ron.
Mierda, incluso fue terrible hasta con Ginny por su relación pasada con Dean. No podía creerlo, después de todo lo que había hecho por él el año pasado, todo por un maldito Horrocrux que al final terminó por quebrarlo. Todo lo que siempre quiso decir salió a la luz para que después se fuera. ¡Y esperaba ser recibido con los brazos abiertos cuando regresara!
Ronald Weasley nunca se había disculpado con ella. No cuando importaba y no por su propia voluntad.
Lo que creía saber sobre las personas que la rodeaban estaba cambiando rápidamente y no podía seguir el ritmo. Después de tres meses en Hogwarts, de repente odiaba a Ron y deseaba a Draco. ¿Estaba bien? ¿Estaba mal?
¿Dónde trazó Hermione la línea entre perdonar y olvidar?
—Tengo mucho trabajo qué hacer —murmuró, ignorando a Theo y volviendo a centrar su atención a los pergaminos esparcidos en su cama.
Durante el resto de la noche, pensó en cada elección que había tomado. Sobre todas las opciones que no tenía y sobre en dónde estaría ahora si todo hubiera resultado diferente.
Pero ahora, todo era de este modo y ella estaba atrapada.
¡Hola! ha pasado tiempo, ¿recuerdan que en el capítulo anterior les mencioné que cambie de trabajo? pues me he estado adaptando poco a poco, quisiera decirles que he estado ganando más dinero pero he gastado más de lo que debería HAHA pero aun así puedo decirles que tendré un poco más de tiempo para traducir, muchas gracias preciosas por seguir esta historia y RECUERDEN, no la dejare abandonada, tengo TODA la intención de seguir hasta el final :) que estén bien y nos vemos en un siguiente capítulo.
