Capitulo 2 " personalidades contrarias"

Su despertador la hizo levantarse de la cama, estaba muy nerviosa, tanto que le dolía el estomago al pensar que ese día llegaba su jefe, y principalmente los niños que cuidaría Lin y Hatori. Aome se vistió con un vestido azul, y un suéter amarillo, su medalla y un peinado sencillo. Bajo a desayunar y para su buena suerte Inuyasha no estaba ahí, así que pudo tomar su desayuno en santa paz.

Para medio día se anunció que el señor ya no tardaba en llegar, Aome se fue al estudio a leer algo mientras llegaba, no era bueno que la encontrarán sin hacer nada. Entró al estudio y empezó a ver los títulos de los libros.

que interesante…tienen muchos libros antiguos…

cosa que no es de tu incumbencia- dijo una voz desde la puerta, era Inuyasha

solo quería leer algo- dijo reteniéndose Aome

nadie te dio permiso de tomar un libro

¿necesito permiso para tomar un libro? Tengo entendido que el jefe es el señor Sesshomaru no tu

¡¿Qué estas insinuando!¡¿Qué no tengo poder en esta casa!- dijo Inuyasha acercándose a ella peligrosamente

n…no…d…después de todo ¡ tu tienes la culpa!

Augrrr ¡¡¿Por qué tienes que ser tan difícil!

Por que así soy yo y ya! Además tu también eres muy difícil!

¡¡tu deberías acostumbrarte a mi forma de ser no yo a ti niña tonta!¡¡yo soy el que vivo aquí!

¡¡¡por que vivas aquí no te da derecho a tratarme así!- alzó la voz Aome

sabías palabras de la mujer, deberías hacerle caso Inuyasha, nos ahorraríamos muchas molestias al tener que contratar gente nueva a cada rato.- dijo una voz desde la puerta, era un tipo alto, con un traje negro, cabello largo plateado, mirada fría y gran clase.

Sesshomaru- dijo Inuyasha más calmado pero con un tono de voz que denotaba desprecio

Tu debes ser Higurashi Aome… - dijo pasando a la habitación y sentándose en la silla detrás del escritorio

Ah …¡¡si señor!- dijo Aome sonrojada poniéndose derecha frente al escritorio

Eres muy joven… ¿estás segura de poder con mis hijos? No son cualquier cosa…deberías saberlo

Si señor…si podré!

Yo lo dudo- dijo Inuyasha recargado en una pared del estudio

No te lo estoy preguntando a ti Inuyasha…después de todo tu no los vas a cuidar ¿ o es que ya conocías a esta mujer desde antes?- preguntó Sesshomaru perspicaz

Que estupideces estas diciendo! Por supuesto que no! Yo no me mezclo con mujeres como ella!- dijo un Inuyasha bastante indignado

¿a que te refieres que como yo?- dijo Aome molesta

Inuyasha…siempre tan idiota…-dijo Sesshomaru en tono de resignación- bien señorita por la tarde conocerá a mis hijos si no es que se le adelantan y se cruzan en su camino.

Si señor- dijo Aome

Aome salió de la habitación y al cerrar las puertas pudo escuchar a Inuyasha reclamarle a su hermano, parecía que no se llevaban muy bien, Sesshomaru parecía ya estar acostumbrado a tratar con el y a decir verdad el era bastante extraño, frió pero educado, la verdad era un par de hermanos bastante extraños.

A decir verdad la casa aún no le era muy familiar a Aome, le faltaban algunos lugares por recorrer, por ver, no sabía si estaría bien pero su curiosidad por ver la casa fue más que su prudencia y empezó a subir las escaleras cuando una niña de pelo negro bajo las escaleras corriendo y era tal su velocidad que al pasar junto a Aome la derrumbo haciéndola caer por los escalones que ya había subido. " ¿Quién es…?" se preguntó Aome, entonces vio a la niña, no tenía más de ocho años y la veía con curiosidad más que con culpa por haberla tirado, ahí estaba ella tirada en el suelo en una posición no muy cómoda, y con un tobillo medio torcido cuando otro niño bajo, este tenía el cabello blanco, y una mirada no menos curiosa que la de la otra niña.

- ¿es usted nuestra nueva nana?- preguntó el niño

- si soy yo- dijo Aome levantándose con dificultad

- yo soy Hatori y ella es Lin

-mucho gusto en conocerlos Hatori, Lin.- dijo Aome con una sonrisa- espero nos llevemos bien.

- íbamos al jardín…¿no quiere ir?- dijo Lin sonriendo y brincando

- no creo que deba ir- dijo un hombre desde la entrada

- tío Kouga!- dijeron al unísono los niños

- ya les dije que no soy su tío…pero bueno ya ni siquiera me escuchan.

- pero si tu eres el hombre del tren!- dijo Aome al reconocerlo

-ja me descubriste… bueno si… tu eres la nueva maestra ¿no es así? Mi nombre es Kouga

- Aome Higurashi mucho gusto- dijo Aome no muy confiada

- vaya vaya no estás muy feliz de verme ¿no? Bah no voy hacerte daño y no era mi intención hacerte sentir molesta…- dijo el hombre entrando a la casa

- no te preocupes… - dijo Aome

- vengo a ver a Sesshomaru…¿sabes donde esta?

-no lo se…lo siento- dijo Aome viendo que los niños ya se habían ido

- esta bien lo buscaré…- dijo empezando a adentrase en los pasillos- ah y no dejes que esos niños te engañen!...y espero verte pronto…quizás y te invite a algún lado!- dijo ya dándole la espalda

- que insolente- dijo Aome viéndolo partir – nunca saldría con el…

Aome entonces se dirigió al jardín donde se suponía que estaban los niños Hatori y Lin, en verdad eran niños muy activos, además eran algo extraños y parecían muy aburridos ya que cuando veían gente nueva se alegraban mucho por tener visitas, la chica pensó que tendría un largo camino por recorrer con los pequeños Hatori y Lin.

Para en la mañana Aome ya había planeado todo para sus clases, era un nuevo día, era el día en que comenzarían las clases con los pequeños Taisho. La chica se puso una falda arriba de las rodillas por tan solo dos centímetros y un saco blanco que combinaba perfectamente con la falda azul cielo y los zapatos blancos. Salió de su habitación a las ocho de la mañana, primero iría a desayunar y después subiría a la habitación de los niños para comenzar, llegó a la cocina de empleados donde ya varios desayunaban, muchos la saludaron y otros tantos la veían con curiosidad, se sentó junto a una joven de aspecto amigable que le sonrió justo cuando se sentó. Comenzó a desayunar, pero no tardo mucho en terminar esa paz ya que una doncella entro gritando que la maestra era requerida en la casa, Aome que apenas había probado bocado se levanto de prisa y salió apresuradamente de la habitación. Recorrió pasillos largos llenos de pinturas de grandes artistas, esculturas, tapices hermosos y grandes ventanales que daban una vista hacía el gigante jardín de la mansión hasta llegar a lo que parecía una biblioteca o una oficina, la doncella se detuvo antes de llegar a la puerta y le índico a Aome que debía tocar la puerta y entrar, y ella así lo hizo, una voz varonil pero fría y sin ningún sentimiento le índico que podía pasar, era la voz del amo de la casa, Sesshomaru. La chica más asustada que nerviosa paso al escuchar la indicación, era una gran oficina, adornada clásicamente y con un estante con muchos libros frente al escritorio donde detrás se encontraba sentado un hombre vestido con un traje azul marino y sin corbata, viéndola con esos ojos color ámbar tan extraños que tenía.

- Hatori y Lin..son tu obligación desde hoy.- dijo secamente aún analizándola con la mirada

- lo se señor Sesshomaru- dijo Aome

- entonces ¿Por qué no aparecen en su habitación?- dijo el hombre frunciendo el ceño levemente

- ¿Qué no que?... pero…deben andar por ahí…tal vez y estén desayunando o…

- no señorita usted es su responsable la mayor parte del día, así que usted será la encargada de buscarlos y de que todas sus actividades sean cumplidas..lo cual no esta haciendo- dijo fríamente el hombre

- si señor!- dijo Aome

- ¿entonces que hace aún aquí?

- ah lo siento!- aome salió corriendo de la oficina del señor de la casa, le había molestado ese comportamiento pero no había de otra, había fallado y tenía que encontrar a esos niños a como de lugar.

Aome preguntó en la cocina si alguien los había visto, solo el muchacho encargado de los caballos los había visto cerca del final del terreno de los Taisho, junto a la barda que daba con la otra casa, y eso ya era muy lejos a decir verdad, así que Aome salió apresurada de la casa, había un gran trecho entre la casa y la barda límite del terreno. Muchos árboles bloqueaban la vista de Aome quien gritaba los nombres de los niños de vez en cuando para poder percibir si estaban por ahí jugando, Después de una gran caminata y de una hora los encontró jugando con la tierra, aún con pijamas y riendo a carcajadas, ellos al verla se sorprendieron y detuvieron el juego, Aome se acerco a ellos y se agacho a su altura.

- pequeños deberían estar desayunando y no aquí jugando- les dijo firmemente

- queríamos jugar con la tierra!- dijo la niña de pelo negro

- no es hora para jugar Lin, ahora regresemos a la casa que su padre esta preocupado por ustedes

- mi padre no se preocupa por nosotros señorita Aome- dijo Hatori emprendiendo el camino de regreso

- claro que si se preocupa, todo padre lo hace.

- mi padre es muy extraño…solo sale de viaje y cuando esta en casa apenas y nos ve..- dijo Lin algo triste

- no se preocupen que estoy segura que su padre los ama mucho- dijo Aome ya no tan convencida ¿ que padre ignoraba a sus hijos?- vamos a la casa, desayunaran y después de vestirse comenzaremos las clases.

- si señorita aome!- dijeron los dos al unísono

Para las diez de la mañana apenas y habían llegado a la casa, los niños con mucha energía aún subieron corriendo las escaleras, Aome los siguió hasta su cuarto que estaba lleno de muñecos, juguetes caros y pintados de azul y rosa para ser más específicos, los dos buscaron sus ropas en un amplió armario y después se metieron a bañar uno por uno mientras el que estaba fuera o era preparado para quedar listo o se quedaba platicando con su nueva maestra la cual parecía ya más tranquila con ellos.

Comenzaron las clases de los pequeños, los cuales resultaron muy buenos estudiantes en diversas áreas, la niña era buena en lectura y en historia y el pequeño en matemáticas y artes manuales, eran en realidad unos niños muy inteligentes que estaban atrasados en sus estudios pero con confianza en sus habilidades se pondrían al corriente muy rápido, eso era lo que pensaba Aome la cual estaba muy contenta con los niños que a pesar de ser muy traviesos e inquietos parecían caerle bien.

Eran las tres de la tarde, Aome bajaba las escaleras, agotada por las clases con los niños los cuales jugaban ahora en su habitación, vigilados por dos doncellas. Aome se sentía algo extraña, mareada y sin fuerzas pero no le tomo importancia y terminó de bajar las escaleras, en todo el día no había visto al molesto de Inuyasha lo cual le agradaba bastante, pero su paz interna se acabó cuando al dar la vuelta en una esquina de la casa choco con algo, o mejor dicho alguien que respondió de inmediato con un quítate de mi camino, Aome volteo para arriba y se dio cuenta de que Inuyasha estaba de pie frente a ella.

- ya era demasiado bueno para ser verdad el no haberte visto en todo el día niña tonta- le dijo el joven algo malhumorado y poniendo el brazo recargado en la pared para impedirle el paso a la chica.

- a mi tampoco me agrada verte- le dijo Aome tratando de pasar- podrías quitarte de mi camino

- no- dijo el sencillamente y recargando todo su peso en la pared viendo la reacción de la chica

- eres insoportable- le dijo ella suspirando- eres un….

- un ¿Qué? – dijo el joven Inuyasha pero entonces vio como la chica se desvanecía y alcanzó a detener su caída con el brazo libre- ey…ey niña…despierta…maldita sea…y ahora que le sucede?...

Inuyasha la cargo en sus brazos y la coloco en el sofá del estudio, se veía algo pálida, pero linda de cualquier manera pensaba. " es linda…lástima de carácter que tiene" dijo en voz baja el chico contemplando a la chica de 18 años dormir, entonces vio a una chica del servicio pasar y la llamó con señas " trae alcohol" y la chica en seguida salió por el alcohol y en menos de cinco minutos ya estaba con el de regreso en la habitación. " Bien" dijo Inuyasha y la mujer se fue, entonces vació algo del contenido de la botella en un algodón y después se lo dio a oler a la chica la cual haciendo una mueca de desagrado despertaba.

- me duele mi cabeza- dijo frotándose la cabeza- ¿Qué sucedió?

- te desmayaste niña- dijo el poniéndose de pie.- ¿estas enferma o algo?

- es que me parece que no comí…- dijo ella recordando la mañana- tu hermano me llamó la atención y no pude comer nada.

- ah pero si eres….estúpida…mira que no comer nada y trabajar así- dijo el chico algo sorprendido de las acciones de la mujer- ve a comer algo niña tonta…bueno de todos modos ya van a servir de comer.

- gracias- dijo ella levantándose - ¿Quién es ella?- dijo Aome señalando una mujer que llegaba en un carro lujoso, era de pelo negro, muy largo, tenía la tez muy blanca y era hermosa con gran clase y elegancia. Inuyasha la vio por unos instantes y después suspiro cosa que sorprendió a Aome.

- es Kykio… una trabajadora de la empresa familiar.

- es linda…pero se ve algo fría…- dijo Aome examinándola por como vestía y se comportaba.

- bueno y eso a ti ya no te importa

- que grosero eres!

- calla y sal de aquí- dijo el joven sacando a Aome casi a empujones y después cerró la puerta tras su espalda, se dirigía a la puerta principal con y la chica no tuvo más remedio que seguirlo ya que era la única manera de subir las escaleras.

Kykio entró por la entrada principal, Inuyasha se recargó en la pared y se metió las manos en los bolsillos como señal de indiferencia, la mujer lo vio con frialdad y después dibujo una sonrisa fría y burlona al joven que bajo la cabeza por unos leves instantes y después desvió la mirada, pero en pocos instantes la mujer desvió su mirada a Aome y la examino, después la vio despectivamente y siguió con su camino. Aome iba a decir algo pero Inuyasha ya se había ido.

En la noche Aome se tumbo en su cama y prendió la televisión en cualquier canal solo para arrullarse y dormir un poco, pero entonces escuchó el nombre Sesshomaru y abrió bien los ojos, era un canal de noticias y espectáculos. " El famoso empresario Sesshomaru Taisho asistió el pasado fin de semana a la entrega de premios celebrada en el teatro más famoso y elegante de la ciudad, como siempre llegó solo y vistió con un smoking negro de gran clase y elegancia. A diferencia de su hermano al cual se le vio por última vez con la modelo Beatriz Casiragui en un antro del centro en no muy buena posición y al preguntarles que es lo que hay entre ellos el joven modelo y actor contesto que nada y la modelo dijo que algo podía surgir entre ellos se creo una confusión que terminó cuando Inuyasha declaró " Bety es una amiga y nada más, no habrá nada con ella nunca" la modelo e Inuyasha no volvieron a salir y una vez más se repite la historia del casanova Inuyasha y sus conquistas…ahora vamos con las noticias del…" Nunca se imagino que fuera tan famosos, viviendo en las lejanías de la ciudad, en una mansión así de segura y vigilada y aún así tenían escándalos en la familia, Aome se preguntó si ella llegaría a tener problemas con eso y se dio cuenta que solo era una simple maestra y se alegró de ello.

La media noche y Aome no podía dormir, el sonido de las olas del mar la inquietaban, hasta ese momento no se había percatado de que tan molesto podía ser vivir cerca del océano, y entonces se dio cuenta que tenía hambre. Se levanto de la cama y sin siquiera ponerse una bata salió con su camisón rosa a la cocina, no esperaba encontrarse a nadie en la casa a esas horas.

" mm pan…jamón…lechuga...¿ que no tienen leche en esta casa?...si aquí esta…." Aome saco todo para un emparedado, empezó a prepararlo cuando escuchó ruidos en la casa, eran pasos de alguien, se alarmo por que no tenía permiso se entrar en la cocina, así que sin pensarlo se escondió detrás del refrigerador y después se asomo por la ventana, era Inuyasha el que estaba despierto, parecía querer irse, encendía una moto color rojo al parecer y después arranco a toda velocidad, ni siquiera se dio cuenta de que ella estaba viendo por la ventana, solo se perdió entre la oscuridad de la noche. " ¿A dónde irá a estas horas?" se preguntó Aome que subía por las escaleras con su emparedado en las manos.

Las siete de la mañana y Aome ya estaba despierta y cambiándose, se vestía casual, unos jeans y una blusa rosa era lo que usaba, nada llamativo, se coloco su suéter café encima y salió de la habitación, desayuno con calma y después se dirigió a la habitación de los niños, se preguntaba si Inuyasha aún no había regresado, pero después dejo de pensar en ello al ver a Kykio en el pasillo, estaba sonriendo y Sesshomaru estaba a su lado ¿acaso hay algo entre ellos? Se pregunto Aome, esta vez Sesshomaru ni siquiera se dio cuenta de su presencia y se siguió de largo, no sonreía, se mostraba serio y aún así Aome sabía que algo había entre ellos dos.

Para las dos de la tarde Aome ya había terminado con los niños los cuales quisieron ir a dar un paseo al jardín, Aome aceptó gustosa y salieron a caminar, era sin duda un gran terreno como para desperdiciar la oportunidad de pasear por los alrededores. Hatori molestaba a Lin con una vara de madera cuando se silenciaron, y voltearon para la derecha, era Kouga de nuevo el que venía, Saludo a los niños con la mano y una sonrisa y después vio a Aome con una sonrisa incluso más grande.

- que suerte la mía el poder encontrarte de nuevo aquí- dijo el joven

- me voy…al parecer te quedas con los niños- dijo Aome dando la media vuelta pero fue detenida por un gentil brazo de Kouga

- no te vayas…solo quería hacerte un halago.

- pues no es necesario

- si lo es cuando es solo la verdad

- no te entiendo…¿a que vienes?

- a verte…me imagine que estas algo sola, ya que no conoces a mucha gente de por aquí.

- ah..que amble eres- dijo Aome sonriendo un poco.

- ¿quieren ir por un helado niños?

- si! – dijeron ambos levantando los brazos

- entonces vamos. Aome te daré un tour por los alrededores ya verás que te gustará.

Para cuando dieron las diez Aome ya estaba más que cansada, hace apenas unas horas habían regresado del paseo con Kouga, era un tipo agradable, no como ella lo había juzgado al principio, se había divertido al contrario de lo que ella pensaba, pero ¿había estado bien lo que había hecho? Ya no importaba solo quería dormir un poco, ya llevaba puesto su pijama solo un vaso de agua y a la cama. Prendió la luz de la cocina y oh sorpresa, estaba Sesshomaru sentado en la barra, traía un vaso de agua y un pantalón negro de seda fina y una bata del mismo material, su cabello largo y plateado suelto y no a diferencia del día que lo amarraba, era un hombre apuesto sin duda. Aome por unos instantes se quedo quieta pero después recordó a lo que iba y después recordó que traía un simple camisón y se sonrojo a lo cual el se dio cuenta cuando la vio de reojo.

- ¿Qué haces levantada a estas horas?

- agua…vine por agua – Aome aún estaba sonrojada

- ten- le dijo Sesshomaru al aventar su bata a la chica- póntela y no olvides ponerte algo más la próxima vez.

- si señor- dijo Aome sonrojada poniéndose la bata – disculpe… ¿ no le agradaría ver a sus hijos mañana? Es decir harán una obra de teatro con títeres que haremos y…

- no tengo tiempo para tonterías

- ¡ no son tonterías! ¡ son sus hijos!- dijo Aome

- deberías tenerme más respeto niña- dijo Sesshomaru acercándose peligrosamente a ella.

- es la verdad…usted apenas y los ve y…ellos lo necesitan y…- Aome calló cuando se dio cuenta que estaba tan cerca de el que podía ver con mucha claridad esos ojos ámbar tan penetrantes que la examinaban.

- déjala- dijo una voz desde la entrada de la cocina, Aome volteo y vio a Inuyasha con las ropas de un día anterior- he dicho que la dejes Sesshomaru

- tu…"hermanito" no tienes ninguna autoridad aquí- dijo Sesshomaru alejándose de la mujer- de cualquier manera…ya termine con ella.

- maldito…- dijo Inuyasha en un tono con odio pero no hizo nada cuando vio salir a su hermano de la cocina, entonces dirigido su mirada a Aome y a lo que traía puesto- tonta…

- no es lo que parece..el…tu hermano…solo me la presto por que….

- no quiero saber…los detalles me son insignificantes lo que hagas con tu vida no me interesa- de dio la media vuelta – serías muy tonta como para dejarte enredar por sus estupideces.

Inuyasha salió de la cocina dejando a una Aome muy enojada y al mismo tiempo confundida, era cierto había dado una mala apariencia al estar con la bata del señor de la casa en medio de la cocina y el sin nada más que un pantalón. Se maldijo ella sola y después subió las escaleras, no volvería a suceder.