Diez. Ichiro Misaki

-Taro- era la tercera vez que me llamaba

Lentamente me doy vuelta, como temiendo algo (que fuera sólo una ilusión, o algo así, creo yo).

Pero no, no me equivoqué. Ahí estaba mi padre

¿Cómo se enteró que había venido¿cómo supo en dónde me estaba hospedando?... ¿habría estado mucho rato esperándome?

Son muchas las cosas que siento, al verlo parado en frente de mi... no había pensado que pudiera pasar algo así

"Abrázalo" dice una voz dentro de mi "abrázalo y dile que te quieres quedar con él, que no quieres volver con los Yamaoka; que lo necesitas..."

"No" dijo otra voz (NOTA: Esto de las "voces de la conciencia" me carga, pero no encontré otra forma de ponerlo) "vete, déjalo solo; que sufra el mismo abandono que tú; el mismo rechazo que sentiste cuando te dejó allá, solo"

Esos pensamientos fueron los que me dejaron plantado en el piso, sin decir o hacer nada

En eso, vi que caminaba un paso hacia mi e, inconscientemente, yo retrocedí (no se por qué, quizás fue algún reflejo... bah, que va a ser eso). Noto que Tsubasa me mira con cara de "¿Qué haces, no se suponía que esto querías?"

Hay algo dentro de mi que quiere evitar esta situación... (realmente no me entiendo)

Mis pies no se detienen, doy media vuelta y corro por el primer pasillo que veo, apretando fuertemente los puños, sin hacer el mínimo de caso al "¡Taro!", que escucho de mi padre y de mis amigos Tsubasa y Genzo

Llego, sin darme cuenta, a lo que los demás llaman la "salita de juegos" (yo no le puse así...); ahí están casi todos los muchachos, que me miran

-¿Qué te pasa, Misaki?- me pregunta Jun

¿En qué momento había comenzado a llorar, no podría decir con seguridad... quizás fue al ver a mi padre, o quizás cuando salí corriendo, rechazándolo...

-¿Estás bien?- esta vez había sido Hikaru, acercándose a mi

Soy un estúpido egoísta... él también debió de sufrir con nuestra separación, no he sido el único. Además¡tantas veces había soñado que me iba a buscar, como lo hizo hoy

Rápidamente, dándome cuenta de mi error, vuelvo a la entrada del hotel (ante la mirada atónita de mis compañeros). Pero no lo veo...

Mientras lo busco con la mirada, comienzo a sentir un miedo horrible a que se vaya otra vez... ¡yo quiero estar con él!... vi a Tsubasa y Genzo y corrí hacia ellos

-¿Se fue?- les pregunté -¡dónde está mi papá?

-... Atrás tuyo- me susurró Wakabayashi

Me di vuelta rápidamente y lo vi... estaba junto a Katagiri y a Mikami

-¡Papá!

Prácticamente me tire sobre él, abrazándolo y llorando (... y así me di cuenta que no crecí mucho este tiempo... en lo que respecta a la estatura, por supuesto)

Me sentí, por primera vez en mucho tiempo, feliz

Mientras lo abrazaba, me juré que no volvería a separarme de él en mucho tiempo

Bueno, el reencuentro estaba hecho, ahora debían venir los reproches (jejeje)

-¿Por qué me dejaste con los Yamaoka?- comencé, mirándolo con enojo -¿por qué nunca me fuiste a buscar¡te lo pedí miles de veces, papá¿por...

-Ya, Taro...- me detuvo, riendo –tenemos mucho que hablar¿no crees?

-Sí- dije, sonriendo

Mi papá me invitó a comer fuera y, mientras estábamos sentados en un restorant, comenzamos a hablar

-¿Hace cuánto que estás en Francia?- le pregunté

-Mm... creo que casi los tres años –respondió –Taro¿qué tal has estado?

Hum... pregunta difícil de contestar. Podría decirle que estaba bien, y comenzar de cero desde ahora; pero no puedo

-¿Taro?

-Es que... es difícil de decir¿sabes?- dije –es decir, con los Yamaoka no he estado mal, y sí que se esfuerzan por hacerme sentir bien, pero... a pesar de todo lo que hacen, con ellos no me siento bien... papá, ellos no son mi familia, te lo dije...

-Pero Taro...

-Papá, de verdad... yo no quiero estar con ellos

-Taro, pero... si te quedas conmigo, tendrás que quedarte en París...

-¡Me quedo!- nada más fácil...

-...lejos de tus amigos...

-Donde vivo no los tengo- y era verdad, Hikari se había ido, así que...

-... lejos de tu madre

-... nunca deseé alejarme de ti para estar con ella

Mi papá sonríe ante mis palabras

-¿Hay lugar para mi en dónde vives?- le pregunto, sin poder evitarlo

-Claro, hijo, siempre lo ha habido

Ahora me doy cuenta...

A esto le temía mamá, de seguro que ella sabía que Ichiro Misaki estaba en Francia, y demás que suponía que me iría a buscar, como también debió suponer que al verle, le pediría que me dejara con él

-Bueno, Taro- dijo de pronto papá, mientras cenábamos –supongo que estos años no sólo han sido cosas malas (como uno supone a primera vista). ¿Qué has hecho¿estás en el equipo de fútbol de tu escuela?

-Eh... no exactamente- digo, me mira con cierta sorpresa

-¿No¿y por qué?

-Porque... eh... porque estaba...

-Dilo, Taro...

-Tenía rabia contigo...- digo, mirando hacia el plato que estaba frente a mi

-Pero... ¿sólo por eso dejaste de practicar fútbol?

-No lo dejé de practicar- dije –sólo dejé de estar en lo equipos

-¿Por qué?

-Eh... no sé, en realidad. Ahora que lo pienso, quizás creía que era una forma de... no sé... llamar la atención, de molestarte...- mi papá me miraba en silencio, sin saber qué decir ante mis palabras (y le encuentro toda la razón a su manera de reaccionar a mis palabras) –aunque no creas que me alejé de los equipos, al contrario, me las di de entrenador...- dije, con algo de diversión en mi tono

-¿En serio¿y cómo te salió?

-Bueno, los chicos mejoraron mucho. Papá, ellos eran malísimos, y les sacaba el jugo durante los entrenamientos. Hikari siempre se reía de ellos...

-¿Hikari?- me preguntó, con voz suspicaz. Ese tono me puso nervioso

-Eh... una amiga... Ohira Hikari

-Ya veo...- dijo con el mismo tono (mi papá siempre ha logrado que me ponga nervioso por cualquier cosa...) -¿y cómo la conociste?

-Es... una amiga de la escuela, papá... amiga...

-¿Con ventaja? (NOTA: Se refiere a que tienen una relación no formal, que no son novios, ni pololos ni nada)

-¿Papá, cómo dices eso!- le preguntó, sintiendo cómo mis mejillas comenzaban a arder. Él comenzó a reír

-Parece que acerté- dijo

-Papá...

-No te pongas así, Taro, cuéntame de ella

Le conté todo acerca de Hikari y, al terminar, su rostro estaba serio

-... y hoy llamé por teléfono a su casa, y me enteré que se fue de su casa... y claro, que el padre poco menos me acusó de rapto, o algo así

-Pobre chica...

-Sí... en parte, me alegro mucho que no esté con su padre, pero me preocupa mucho el no saber dónde está

-Es lógico... ¿y su padre te conoce?

-Sí... y te digo: me odia

-¿Por qué?

-No lo sé, pero si pudiera golpearme, lo habría hecho hace mucho tiempo; cuando iba a verla a su casa, no podía enterarse que era yo el que la iba a buscar... recuerdo cierta vez que tuvimos que salir corriendo porque nos perseguía

-¿Tan así?

-Sí...

Ya era de noche cuando los dos comenzamos a caminar lentamente al hotel, conversando... yo quería pedirle que me dejara ir esa misma noche con él, pero no sabía si iba a aceptar (y si iban a aceptar los de la federación)

-Papá...- le dije, cuando ya debíamos despedirnos, puesto que habíamos llegado

-¿Sí, Taro?

-Mira...- dudé cómo decírselo –papá, yo...

-Dime, Taro

-Quiero irme contigo ahora

-¿Qué, pero...

-Papá, por favor

-Pero... ¿no tendrás problemas?

-¿Por qué habría de tenerlos?. Papá, por favor, yo quiero estar contigo...

-Mira... si puedes, no tengo ningún problema