Trece. Preludios

Mientras esperaba que fueran a buscar el encargo de papá al departamento, me dediqué a "revisar" el lugar en que me quedaría (ejem... sí, soy curioso). Pasada las siete, sonó el timbre... era mi papá, con algunos bolsos

-Hola- lo saludé, mientras veía curioso lo que traía en la mano. ¿Algunos trámites?... -¿qué es eso, papá?

-Te compré algunas cosas- me dijo, sonriendo feliz

-¿Comprarme¿de verdad?

-Claro... si te vas a quedar conmigo, no te puedes quedar sólo con lo poco y nada que trajiste- me dijo (y sí, tenía razón)

Debo decir que me puse feliz a revisar las cosas que me había comprado (ropa, más que nada), sonó el timbre; mi papá abrió

Escuché que hablaba con un hombre y decidí ir a ver... jejeje. Salí de mi cuarto

-... ah- dijo mi padre al verme –éste es mi hijo Taro

Como me indicó que me acercara, lo hice (tan obediente yo). Había una pareja mirándome con una sonrisa en la puerta

-Taro- continuó mi padre –ellos son amigos míos, Hayakawa Akira y Hotaru

¿Hayakawa?... ¿dónde había escuchado ese nombre antes?

-¡Hola!- escuché una voz animada, que venia del rincón donde estaban las pinturas -¡sabia que eras tú!

Con cierta extrañeza, noté que la voz que escuché no era otra que de la chica del otro día, a la que habían intentado asaltar

-¿Se conocen?- preguntó con extrañeza mi papá, Azumi sonrió ampliamente

-Taro me ayudó el otro día, cuando intentaron asaltarme- contestó animadamente

Debo ser sincero, después de eso Azumi y yo prácticamente pasamos a segundo plano, mi papá y los de ellas nos pidieron que bajáramos algunos cuadros

Después de hacerlo (en realidad, harto nos demoramos, porque entre que son delicados y eran muchos, terminamos subiendo y bajando como cinco veces cada uno...), nos sentamos afuera de la casa, estaba anocheciendo

Hablamos durante bastante rato, hasta que ella se puso de pie

-Bueno- dijo animadamente –como veo que te quedarás en Francia, con nosotros¿qué te parece si vamos a conocer a mis amigos?

-¿Salir ahora?... esta bien, pero deja y le aviso a mi...

-Nah, no te preocupes, ni se darán cuenta que salimos...

-Pero...

-Anda vamos, rápido...

-Como quieras...- suspiré, total, a estas alturas...

Aunque no puedo negar que si me preocupé durante algún rato sobre la cara que pondría mi papá cuando vea que no estoy allá. Caminábamos por un parque...

-¡Azumi!

-¡Hola!

Un grupo de cinco chicos se acercó a nosotros, eran cuatro hombres y una chica...

-Amigos- comenzó Azumi –les presento a Taro Misaki. Ellos son Rukawa, Michael, Paul, Jean y Michelle

-Hola...

Nos saludamos...

-¿A qué no adivinan!- continuó Azumi -¡Taro es de la selección japonesa!

Todos me miraron... cero que enrojecí ligeramente, avergonzado

-¿De verdad?- me preguntó eh... creo que era Michael

-Sí...

-¿Y tienes tiempo de jugar?- me preguntó luego, entusiasmado. Miré a Azumi

-Michael es capitán de un equipo en la escuela- me dijo, sonriendo

Bueno, como es lógico, acepté quedarme con ellos a jugar, aunque fuera un ratito

Supongo que, sólo por el hecho de que era japonés, me subestimaron... reconozco que los dejé con la boca abierta (¿me falta modestia?). Comenzamos a jugar, mientras Azumi y Michelle se sentaban a mirarnos, no muy lejos de ahí

En eso estábamos, cuando de pronto un chico rubio se cruza en un pase que me hacía Michael

-Pierre...- dijo Michael, lo noté sorprendido

¿Pierre¿quién era él?

-¿Quién es?- le pregunté a Jean

-El capitán de la selección juvenil de Francia- me respondió

-Ahh...- sí que me sorprendí... ¿el capitán, mira tú, nunca pensé conocerlo antes. Ahora, lo que me inquieta un poco, es saber por qué nos interrumpió en nuestro juego...

-Te vi jugar- me dijo, mirándome seriamente –y para ser japonés lo haces bien

-Hum... gracias...- dije, algo molesto. En lo personal, me cargó eso de "para ser japonés lo haces bien". Sólo de picado, agrego –lamentablemente no puedo decir lo mismo de ti, nunca he escuchado sobre tú persona

Y sí que lo dije de picado (me imagino que algunos de mis compañeros habrían reaccionado de la misma forma...). Bueno, supongo por la cara que puso, que le molestó. Sé perfectamente que no era necesario responderle, pero tenía la sensación que no debía quedarme callado

-Te crees muy bueno- me dijo, y sonreí tranquilo cuando me lanzó el balón. Lo recibí –mi nombre es Pierre Alcide, capitán de la selección juvenil de Francia

-Yo soy Taro Misaki- dije

-¡Pues veamos qué tan bueno eres!

Admito que me tomó por sorpresa cuando lo vi correr hacia mi, pero reaccioné rápidamente y logré evitar que me quitara el balón... bueno, en resumidas cuentas, me vi envuelto en un pequeño duelo con Pierre. Debo admitir que, quizás, era mejor que yo, pero no puedo evitar pensar que si me hubiera entrenado decentemente estos años, las cosas serían distintas...

Bien, todo terminó con otra intervención...

-¡Qué demonios haces, Napoleón?- alegó Pierre, yo sólo quedé mirando al segundo imprudente que conozco en el día

Debo admitir que esto ya se está poniendo algo raro...

-No deberías adelantar duelos, Pierre- dijo, sonriendo de manera... mmm... creo que ególatra

-¿Qué te metes?- contestó Pierre –esto es entre Misaki y yo

En ese momento, decidí que mejor cortaba con esto de una vez...

-Me voy- dije –un gusto conocerte, quizás nos veamos luego...

Di media vuelta y comencé a alejarme

-Nuestro duelo terminará en el campo de fútbol, Misaki

No quise contestarle a Pierre; me dirigí hacia donde estaba Azumi con Michelle. Nos despedimos y nos dirigimos hacia mi casa (... ese "mi" me encantó). Cuando llegamos, mi papá continuaba hablando feliz con los Hayakawa, y ni siquiera se habían dado cuenta de nuestra ausencia

Durante la cena (y una vez que las visitas ya se habían ido), le conversé a papá sobre la llamada de Hikari

-¿Y no te dejó teléfono?- me preguntó

-No, la llamada se cortó antes que le preguntara...

-¿Y estás tranquilo?- me preguntó. Me quedé pensando

-Un poco- respondí –me alivia bastante saber que está bien, pero el no saber como comunicarme con ella me preocupa bastante... además, ella no sabe que me quedaré en Francia

-Bueno, se lo dirás cuando hables otra vez con ella¿no?. Supongo que te volverá a llamar

-Ojalá...

-¿Y cómo estás para mañana?

-Tranquilo... espero que nos vaya bien

-Y les irá...- me dijo, sonriendo