Quince. Quizás

Bueno, una vez en Francia escuché decir "el hombre propone, y Dios dispone"

Cómo me dolió comprobarlo

Volví a Nankatsu un poco antes que Tsubasa fuera a Brasil a jugar junto a Roberto... me sentía tan optimista...

Tsubasa se fue y sólo quedamos nosotros; todos teníamos bastante confianza, sobretodo en mi... sí, mis compañeros creyeron que por el hecho que estuviera yo en el equipo íbamos a ganar... sí, cómo no. La realidad me cayó como balde de agua fría

Admito que yo también tenía mucha fe en nuestras posibilidades; quiero decir, que la mayoría de los jugadores del Nankatsu había sido seleccionado para formar parte de la selección juvenil y, a mi parecer, eso algo debía significar (y algo bueno, siendo sincero). Comparado con otros equipos, el Nankatsu no tiene mal nivel, pero hay algo que falta... o quizás es alguien

Antes de ir al Torneo nacional, por primera vez como capitán del equipo, decidí visitar a mi madre... pero las cosas no salieron como lo hubiera deseado y toda la visita terminó en algo muy parecido al desastre...

Mientras estaba ahí con los Yamaoka (excepto Yoshiko, que andaba en la escuela, creo), recordé sin querer las palabras que Hikari me había dicho una vez, que yo "acumulaba rencores"... me di cuenta que quizás tenía razón

Comenzamos a hablar calmadamente y, luego de un rato, para todo lo que mamá decía yo tenía una respuesta inmediata, y bastante desagradable... se puede tomar como un desquite, aunque no se de qué, porque los Yamaoka se portaron muy bien conmigo...

En resumidas cuentas, terminamos discutiendo (creo que nunca me habían visto así, sobretodo cuando mi padre salió en la conversación). Como es de suponer, lo defendí a más no poder (aunque siempre con cierto respeto, claro)

Finalmente, y optando por lo sano, decidí irme, dejando la discusión a medias... y prometiéndome que no volvería en un buen tiempo

Mi papá me notó extraño cuando me vio llegar (claro, echaba humo por las orejas), y no me quedó otra que contarle lo que había ocurrido en casa de mi mamá

Y me sentí más molesto aún cuando empezó a retarme por "poca tolerancia con mi mamá"... intenté controlarme, en serio, pero también mi paciencia tiene un límite (aunque es difícil que llegue a él... sobretodo con mi padre)

Nuestro cambio de impresiones (entiéndase, discusión con gritos de ambas partes), terminó con mi salida de la casa dándole un portazo a la puerta...

Y así me fui al torneo... yo andaba medio quemado por los problemas que tenía (no había intentado arreglarme con mi padre), pero aún así tenía fe que le diéramos otra victoria al Nankatsu... pobre ingenuo que fui

Quedamos en la final del torneo, en contra del Toho (era de suponer)

Hyuga, Wakashimazu, Takeshi, Sorimashi... no eran tantos jugadores como los que Nankatsu tenía...

El partido, como era de suponer, fue difícil... pero terminamos empatando y yendo a tiempo extra

¡Podíamos ganar, no era tan complicado... o sea... no se necesita a Tsubasa para formar un buen equipo...

Pero los hechos mostraron otra cosa...

Perdimos

Toho salió campeón

Cuando escuché el pitazo del árbitro, y noté que los del Toho comenzaban a celebrar, una voz retumbó en mi cabeza: "Tú no eres Tsubasa"

Yo lo sabía, pero aún así¡el Nankatsu no era sólo Tsubasa, y yo quería demostrarlo... sí¡son diez jugadores muy buenos!

¿O seré yo?

-Buen partido, Misaki- me dijo Kojiro burlonamente, ofreciéndome su mano

-Felicidades...

Una de las cosa que más detesto de la gente, es ese gesto de superioridad que usan en ocasiones

Después de la ceremonia volvimos al lugar en que nos quedábamos para prepararnos e irnos a casa... no podía olvidar la sonrisa de Hyuga

No escuchaba lo que los demás me decían... creo que se echaban la culpa de lo que había ocurrido... bueno, era un equipo que estaba acostumbrado a ganar

En todo caso, no me iba a rendir tan fácil; pero aunque frente a los demás me mostraba como el optimista de siempre... por dentro ya no tenía esa seguridad

Hyuga quizás me mostró que no soy mejor jugador que cualquier otro... quiero decir, me bajó de un solo tirón del pedestal en que estaba... y en ocasiones me daba la impresión que mis compañeros de equipo pensaban lo mismo, que me habían sobreestimado demasiado

Pero aún así el Nankatsu no se rendía, aunque su capitán estuviera dudando seriamente de su propia capacidad... llegando incluso, a pedir que le cambiaran la capitanía

-... ¿De qué hablas?- me preguntó esa tarde Ishizaki

-A eso... no creo que deba continuar siendo su capitán

Me tajaron de loco y ridículo... y no aceptaron mi renuncia; incluso, me mandaron a freír monos al África y me dejaron como su capitán... mmm... no sabía si agradecerles o tirarles el brazalete por la cabeza... opté por lo primero

Y entrenamos mucho, muchísimo

Una parte de mi me obligaba a entrenar y a esforzarme al máximo, supongo que era orgullo más que nada. Pero aún así, continuaba con ese sentimiento que tanto esfuerzo no valdría de nada, porque los resultados serían los mismos...

Y no me equivocaba

Volvimos a perder, sacar el segundo lugar

¿Es que acaso el Nankatsu sin Tsubasa no es nada?. Me da rabia pensar así, me carga tener que depender de los demás... pero pareciera ser cierto

Y, nuevamente tener que soportar las sonrisas burlonas de los jugadores del Toho...

Tengo rabia de mi mismo, sobretodo porque siento que ya no tengo la misma confianza que antes, ni en mi, ni en nadie

Y, aquí estoy...

Sin saber nada sobre Hikari, con la última oportunidad que tiene el Nankatsu para ser campeón del torneo nacional, puesto que éste es nuestro último año de escuela

Sólo espero que lo logremos... pero, aunque lo deseo con todo¿por qué dudo¿por qué tengo la impresión que todo volverá a ser exactamente igual a los otros dos años?

En ocasiones me gustaría huir de todo, y olvidar la presión que siento de deber ganar el torneo... demostrándoles a los demás que confiaron en mi, que sí soy capaz (y, también, demostrándomelo a mi mismo)