No todos notaron que mi ánimo andaba por el suelo... quizás mi cara algo mostraba. Andaba muy deprimido, quizás por el temor a que terminara desilusionándome completamente de mi (si es que se podía)
-Oye Taro¿qué tienes?
A mi lado se sienta Sanae, mirándome atentamente mientras yo dudaba en responder
-¿Por... por qué?- le pregunté...
-Vamos, sabes a que me refiero... te he notado bastante raro, hasta triste, y me preocupa. Y no sólo yo, Yukari y Kumi también
-¿Y te mandaron a ti?- le pregunté, sonriendo. Sanae también lo hizo
-Nos conocemos de hace años, sabes que puedes confiar en mi
-Gracias Sanae- respondí –pero no me ocurre nada, tú y las otras dos se están puro pasando rollos, no tienes de que preocuparte
-Te dije que puedes confiar en mi- insistiéndome y no dejándome ponerme de pie para escapar del interrogatorio -¿es por el torneo¿acaso le tienes miedo a Hyuga?
Eso no me causó gracia...
-No digas tonteras- le dije... ¿o acaso tenía razón? –no trates de buscar soluciones estúpidas. Sólo estoy cansado
-¿Por qué me mientes?
-¿Eh?
-O sea... te creo que si te lo hubiera preguntado Kumi o Yukari... pero¿por qué a mi?. Somos amigos de hace tanto tiempo...
-No te estoy mintiendo, Sanae- le digo, algo molesto ante las palabras de mi amiga –de verdad estoy cansado –y no mentí... cansado de luchar, con deseos de dormirme y no despertar hasta un buen rato –estoy harto, Sanae
-¿Por el torneo?
-No es lo único... son tantas cosas que tengo en mi cabeza, que en ocasiones siento que voy a explotar en cualquier momento
-Eso a todos nos pasa...
-Entonces debes entender como me siento- le dije, mirándola
-Lo sé, y por eso quiero que hablemos... ¿qué te tiene así?
Para ser sincero, ni yo lo sabía... quizás, la presión que sentía por el torneo, el problema por mi mamá (no la había visto de hace tiempo... y, cada vez que salía como tema en casa, con mi papá terminaba discutiendo), la escuela y, que me siento solo...
-No se, Sanae- respondí, mirando al suelo –no podría decirte... hay tantas cosas, en serio
-Deberías relajarte
-Claro, como si eso solucionara los problemas que tengo...- dije, sonriendo irónico
-No, pero te ayuda a pensar mejor...
Sólo suspiré. Sé que ella tiene toda la razón. Pero no puedo relajarme... ¿cómo hacerlo?. Pareciera que Sanae comprendió lo que estaba pensando...
-Vamos, Taro, no te preocupes, les irá bien...
-¿Por qué todos lo creen, menos yo?
-¿Cómo?
-Eso... Sanae, hay que ser realistas... no se si soy yo o es el equipo, pero ya no es lo mismo... Tenemos excelentes jugadores, es estúpido que no podamos ganar...
-Entonces¿es miedo?- me preguntó
-... No lo sé... no le tengo miedo ni a Kojiro, ni a Ken... tengo miedo a la decepción que produzco cada vez que perdemos- digo, por fin siento que me libero de una gran carga –todos tenían fe que los llevaría a la victoria, pero...
-Taro, no pienses así- me interrumpió, seria –no es tú culpa lo que ha ocurrido este tiempo, no tienes porque sentirte responsable. El Nankatsu es un equipo de once jugadores, no eres tú nada más. Si no hemos ganado, bueno, lo harán este año, mejoraron bastante
-¡Pero no es suficiente!- digo, sin poder evitarlo -¿es que no lo ves?. Nosotros no fuimos los únicos que mejoramos, sino también el Toho, Furano y los demás equipos
-¿Por qué hablas así¿por qué dices eso?- comenzó a retarme -¡si partes con la disposición de ir a perder, lógico que lo harán¿en dónde quedó tu optimismo?
-¡Se quedó en Francia!
Sanae me miró... ¿su cara era de sorpresa?. Bueno, debo admitir que hasta yo estaba un tanto sorprendido por la respuesta que le di
-Sólo estás cansado- me dijo
-Dime algo que no sepa...
-Mañana te sentirás bien- me dijo, alegre. Sólo la miré, y me pegó un golpe en el brazo -¡vamos, cambia esa cara. Bueno, te tenía que decir que los chicos están haciendo una pequeña celebración por el paso del Nankatsu al torneo nacional
-¿Qué¿en serio?-... éstos chicos sí que son locos
-Sip, y como capitán, debes venir también
Suspiré... tenía deseos de ir a casa y dormir... pero Sanae tenía razón... y, quizás, me levantaba el ánimo
-Está bien, vamos
En efecto, ahí estaban todos nuestros compañeros preparando la ya nombrada celebración. Con nosotros, estaban las asistentes Sanae, Yukari y Kumi
Bueno, en eso andábamos (celebrando), cuando Sanae entra (nunca vi cuando salió)
-Misaki, te buscan- me dijo
-¿Quién?
-Una chica...
-Uh... ¡sí que lo tenías escondido!- me molestó Ryo, y los demás también lo hicieron
-¡Cállense ustedes!- los cortó Sanae –déjense de molestar, dijo que era familiar
Eso me agarraba de sorpresa. ¿Familiar?
Extrañado me puse de pie y salí de la sala en que estamos. En el pasillo, había una chica, en sus manos traía un ramo de rosas. La recordé inmediatamente, a pesar que la última vez que fui a su casa, no la vi
-Hola...- me dijo suavemente
-Hola- le respondí, sonriendo. ¿Acaso pensaba que no me acordaba de ella?
-Te traje esto, felicidades por pasar el torneo...- me dijo. Se acercó a mi y me entregó el ramo
-Gracias
Hubo un silencio algo incómodo luego; nunca pensé que Yoshiko vendría a verme después de todo lo que ha pasado
-Taro... yo soy...
-Sé quien eres, Yoshiko- la corté, sonriendo. No se porque, pero sentía que me alegraba un poco de verla –ha pasado mucho tiempo
-Lo sé- me dijo –por eso pensaba que no me reconocerías
-No tengo tanta mala memoria- le dije... y dudé unos momentos -¿cómo está mamá?
-Bien...
-¿Sabe que viniste?
-Sí... mira Taro, fue por ella por quien vine
-¿Por ella¿está enferma?
-No, ella está bien, pero...- noté que ella dudaba bastante... –mira... ella me contó hace unos días todo lo que ocurrió contigo
-Ya...
-Quiere verte...
Me quedo en silencio. ¿Verme¿y para qué querría hacerlo?. Aún estaba fresca en mi memoria discusión que tuvimos la última vez que la vi
-Yo... no lo sé, Yoshiko –dije, después de unos momentos –en serio...
-Dale otra oportunidad, Taro, por favor. Ella te quiere
Otra vez el mismo tema... ¿qué imagen tendrán de mi que piensan que no quiero a mi madre?
-Yoshiko...
-Taro, piénsalo, por favor. Quizás es verdad que ella se ha equivocado feo contigo en varias ocasiones, pero... ella también ha sufrido con tú forma de actuar, con tú indiferencia. Aunque no me creas, yo recuerdo como eran las cosas entre ustedes cuando estabas en casa, yo veía sus intentos por acercarte a ti... y también recuerdo que tú nunca la aceptaste
Me quedo en silencio... esto era lo que faltaba para que terminara sintiéndome peor...
-Piénsalo, por favor, Taro...- me dijo. Se acercó a mi y me dio un pequeño besito en la mejilla... lo sentí tan cálido –espero verte luego, y que te vaya bien en el campeonato
No atino a decir palabras... ella se aleja de mi caminando lentamente. Yo sólo la miro, sintiendo un huracán de sentimientos dentro de mi
Vuelvo con mis amigos, y no se qué cara tenía, pero éstos me miraron extrañados
-¿Estás bien, Misaki?- me preguntó Mamoru
-Eh... sí, algo- respondí –lo siento, chicos, pero debo irme... nos vemos
-¿Quién era ella?- me preguntó Sanae, antes de salir
-Mi hermana...
