Diecisiete. Imagen

-¿Y esas rosas?- me preguntó papá cuando llegué

Por un momento dudé en si debía contarle o no la visita de Yoshiko... me decidí por no contárselo, de seguro terminaríamos discutiendo nuevamente

-Mm... me las dieron- respondí y, como no pensaba dar más detalles, continué de largo a mi cuarto

Dejé las rosas sobre la cómoda de mi cuarto y me tiré sobre la cama

Para ser sincero, no tengo idea cuánto tiempo estuve así, pensando en mi madre y sintiéndome mil veces más culpable de lo normal... hasta que se abrió la puerta lentamente, y mi amiga Sanae asomó su cabeza

-¿Se puede?- me preguntó, le indiqué que si –¿cómo estás?

-¿Cómo me ves?- le pregunté, mientras me sentaba sobre la cama, ella lo hizo frente a mi

-Te he visto mejor...

-¿En serio, creo que voy a tener que disimular para que la gente deje de preguntarme cada vez que me ve

-¡Deja de ser tan cerrado, eso te hace mal!- me dijo –ya¿quién era esa chica?

-Mi hermana

-¿Y qué quería¿por qué nunca nos habías hablado de ella?

-Es la hija de mi madre, de su segundo matrimonio... y, lo que quería, era pedirme que fuera a ver a mamá

-¿Y tú qué harás?

-Hum... no lo sé, aún... por el momento, no tengo deseos de verla...

-Es tú madre, Taro

-Sí- comencé, ya cansado –la misma que me abandonó después que nací, la misma que me alejó de mi padre cuando era niño, y la misma que rechaza a mi única amiga que tenía allá

-Eres injusto...- me dijo Sanae, suspiré

-Lo sé... y eso me hace sentir peor- respondí, bajito

-¿Y por qué no vas, en una de esas hasta arreglan las cosas

-¡Es que no, Sanae, estoy bien así¿sabes?

-No te creo...

-Uhhh, ya estoy aburrido de tener esta conversación. ¿Sabes, todos me dan su punto de vista sin pensar en lo que realmente siento. ¿Quieres saber lo que pasó la última vez que la vi, nos peleamos y, más en cima, cuando llego a la casa mi papá me reta también, o sea¿qué ganas voy a tener de verla?

-Son cosas que pasan¿por qué tendría que ser igual ahora, eh?. Las cosas cambian, tú lo has hecho... y, quizás, tú madre comprendió porque te comportabas de esa forma... como tú la comprendiste hoy

La miro... sí que tiene razón, esta chica nunca se equivoca en los consejos

-Sí, puede ser, pero... por ahora no quiero comprobarlo, quizás en algunos días... meses, años, décadas...

-¡Misaki¿piensas dejar todo tal cuál está?

-Sí, aunque no estés de acuerdo

-Sabes que no lo estoy- dijo, me encogí de hombros –en una de esas, deberías cambiar tú actitud con los demás...

-¡Ya!- digo, cansado

-¡Es verdad!. Si dejas de ser bueno con todo el mundo, quizás tú...

-¡No empieces tú también, Nakazawa!- le dije y, bromeando, le lancé una almohada por la cabeza.
Esta lo recibió y, riendo, comenzó a golpearme con él. Con algo de esfuerzo, logré quitárselo y empezó con las cosquillas... con lo que las odio

Olvidando unos momentos que era Sanae con quien estaba jugando, la tomé por las muñecas y, sin pensarlo, la dejé sobre mi cama, yo sobre ella...

Reaccioné de mi actuar cuando vi su rostro muy cerca del mío, mirándome sorprendida y colorada hasta las orejas...

-¡Perdóname!- le dije, poniéndome de pie rápidamente –lo siento... –continué, mientras ella se sentaba –sé que es territorio prohibido de Tsub...

-¡Desgraciado!- me gritó, y no alcancé a reaccionar cuando tuve el cojín sobre mi cabeza...

Bueno, esta acción dio lugar a otra guerra...

En ocasiones, me gustaba imaginar la cara que pondría Tsubasa al vernos jugar tan cerquita, jajajaja, de seguro se pondría celoso y de una se le declararía a Sanae

Bien, ya en el tren viajando para el campeonato, Sanae se sentó a mi lado

-¿Y, pensaste en lo que hablamos ayer?- me preguntó

-¿Ayer?- le pregunté, haciéndome el tonto

-¡Sí, lo de tú madre

-¡Ah¿te digo la verdad?...- ella asintió –no

Sanae me miró de manera desaprobatoria

-Ya, Sanae, deja de insistirme tú también con el tema, ya tengo mucho con mi padre. Mejor dime¿qué te decía Tsubasa en su última carta?

Se le iluminó el rostro... hace un tiempo descubrí que si querías evadir a Sanae Nakazawa de cualquier tema, tenías que sacar como tema la última carta que mi amigo Ozora le había mandado... y debo decirlo, se escriben muy seguido

Me empezó a contar varias cosas de la carta de Tsubasa... aunque siendo sincero, parece que es lo mismo que decía la carta anterior... bueno, en eso no me meto, yo sólo escucho

-¿Y ustedes?- nos preguntó Izawa

-¿Cómo?

-¿Qué hacen?

-Hablar...- respondimos a la vez

-Mm... cuidadito¿eh, recuerda Misaki que Tsubasa nos encargó a Anego

-Oye¿qué dices?- reclamó Sanae, yo comencé a reír debido a la gracia que me causó –son desesperantes, todos ustedes

-¿Por qué?- preguntó Teppei, integrándose a la conversación

-Porque todos hablan de Tsubasa como si fuera de él...

-¿Acaso es mentira?- le dijimos los tres a la vez

-¡Son desesperantes!- nos repitió con un grito, poniéndose de pie y yéndose, nosotros, mientras, nos reíamos a más no poder

Llegamos por fin al lugar en que nos quedaríamos

-¡Este año sí que ganaremos!- dijo Ishizaki, yo sonreí

-

Llegaba el momento de la ceremonia de inauguración... había muchos chicos, como todos los años

-¡Misaki!- busqué con la mirada y, sonriendo vi que Hikaru se acercaba

-Hola Hikaru- dije -¿cómo estás?

-Bien¿y tú?

-Pasándola... oye¿y Yoshiko no vino?- le pregunté, molestándolo. Sé puso completamente rojo

-Sí...- respondió –está con Yayoi y Machiko por ahí...

-Ah, se andan juntando- comenté, sonriendo –deben andar buscando a Sanae, Yukari y Kumi

-Uh, ya sabes como son todas jun...

-¡Oye!

-¡Yoshiko!

No pude evitar reírme cuando vi la cara que puso Hikaru al notar que Yoshiko lo había oído... ella no venía sola, estaba con Yayoi, Sanae y Machiko

-Hola chicas

-Hola Taro

-Oye¿y Jun, no vino?- le pregunté, extrañado de no ver al as de cristal

-Fue por las bebidas- respondió –le encargamos cinco y Matsuyama no quiso acompañarlo, así que se va a demorar...

-Pude resistirme- me susurró con cierto orgullo mi amigo del Furano. A penas pude aguantarme la risa...

-¿Ustedes son siempre así de abusadoras?- les pregunté

-De alguna manera debemos compensar su obsesión por la pelota- dijo Yoshiko, ahí sí que reí

-No te rías tanto, Misaki- me dijo Yayoi –algún día conseguirás una novia que terminará uniéndose a nosotras

Debo admitir que eso no me causó gracia

-¡Yayoi!- escuchamos a un molesto Misugi, que venía con cinco latas de bebida en sus manos a penas evitando que se cayeran -¡te dije que me esperaras en...

-¡Muchas gracias, Jun!- le interrumpió Yayoi... aunque más que interrumpirlo, yo creo que lo ignoró -¡eres un cielo!- y le dio un beso en la mejilla. Luego, le quitó las gaseosas y las repartió entre las demás

-Nunca les presentes a tú novia, y tampoco a tus amigas- me dijo Jun, en forma de saludo –le lavarán el cerebro y te arrepentirás el resto de tú vida

-Tomaré en cuenta tú consejo...- dije, sonriendo

-Nunca lo olvides- me dijo Hikaru –para que no sufras lo que nosotros...

Fue como un flash, una imagen...

-...Hi... Hikari...- murmuré

Era ella, estaba seguro. Su cabello castaño lo tenía tomado en una coleta alta y, a pesar que sonreía, podía ver en sus ojos negros el tinte de tristeza de siempre...