Veintisiete. Despedidas
-No papá- dije, por teléfono –no es necesario que vengas
-¿Seguro?
-Sí...- insistí –aunque no se por cuantos días más me quede
-¿Tienes dinero suficiente?
-Me alcanza...- respondí... bueno, ojalá me alcance
-¿Y cómo está tú amiga?
-¿Hikari?... ojalá esté bien, aún no nos quieren decir mucho
-Debes tener confianza- me dijo –ahora, tienes que ser fuerte
-Sí...- suspiré, sonaba fácil, pero no lo era –papá, se acaba el tiempo...
-Cuídate, Taro, y cualquier cosa me llamas
-Sí, adiós papá
-Adiós, hijo
Colgué el teléfono y volví al pasillo en que esperábamos noticias de mi amiga. Ahí estaba Azumi
-¿Qué te dijo tú papá?- me preguntó cuando me senté a su lado
-No sé- respondí –muchas cosas
-Tus amigos estaban enojados- me dijo con algo de diversión en su voz –no querían irse y dejarte aquí...
Sonreí. A ellos no los dejaron quedarse por más tiempo conmigo, tuvieron que volver a Shizuoka (en todo caso, a mi tampoco me iban a dejar, pero el entrenador debió hablar con mi papá preguntando si me daba permiso)
-¿Tienes hambre?- le pregunté a Azumi
-No- me dijo –hace poco comí
-Lamento que haya ocurrido esto durante tú visita...
-... Bueno... peor sería si te hubiera tocado estando solo aquí¿no?- me dijo, sonriendo –además, no me importa, así puedo apoyarte
Sonriendo me apoyé en su hombro
-¿Te vas a quedar conmigo, cierto?- me preguntó, de pronto
-¿Contigo?
-¡Claro¿dónde crees que dormirás?- muy buena pregunta, lo admito; era algo que no había pensado aún –te dejo el sillón
-Gracias, Azumi
Minutos después, por fin salió una enfermera
-Pueden entrar a verla- nos dijo –ya despertó
Entramos Ken, Kojiro, Takeshi, Azumi y yo (a los padres de Hikari hace un buen rato no los veía)
Estaba ahí, en la cama. Pálida y con una expresión... no sé si era de tristeza o de tranquilidad... quizás era una mezcla de ambos. Nos miró
Ken se adelantó y tomó su mano
-¡Hikari, me tenías preocupado!- le dijo, suavemente
Pero yo tenía rabia por su actitud tan cobarde de enfrentar las cosas
Me miró. Comencé a caminar hacia ella y, cuando estuve al lado de la cama... le pegué una cachetada
Número uno. No tengo muy claro en qué momento decidí hacerlo, pero era la forma de ver si, quizás, reaccionaba
Número dos. Ken de muy buena gana me habría golpeado...
Número tres. Los demás presentes estaban más que extrañados y sorprendidos por mi actuar
Número cuatro- Lo que más me dolió, fueron sus ojos, la mirada que me dio
-¿Qué demonios te pasa, Misaki!- me gritó Wakashimazu
Hikari me miró, tenía los ojos llenos de lágrimas. Ella sabe lo que vale para mi, lo que la quiero
No se porque, pero en esos momentos, la abrazo... y ella también lo hace
-Tontita... no lo vuelvas a hacer, por favor...- le susurro, mientras ella llora y siento que yo estoy a punto de hacerlo
Después que se calmó un poco, me soltó y le dio la mano a Ken (hum... si, reconozco que corresponde). Bueno, ahí fue que se dio cuenta de mi triste apariencia
-¿Qué te ocurrió?- me preguntó
-Ah... tú padre- respondí. Noté que se puso pálida
-¿Papá está aquí?- preguntó, en un murmullo
-Sí, y tú mamá...
La puerta se abrió y vi entrar a la señora Ohira, que se acercó a Hikari y la abrazó, llorando. Hikari podría decir mil veces que no quería ver a su madre, pero yo sé que eso no es verdad. Lo que Ohira más deseaba era estar con sus padres... bueno, quizás sólo con su madre
Estaba viendo la escena, muy feliz, cuando con un "quítate" y un fuerte empujón el señor Ohira me sacó del medio, uniéndose al abrazo de su mujer e hija
-Hikari...- dijo –vuelve con nosotros, por favor... te necesitamos, hija, te quiero mucho
Esto sí que era sorprendente. ¡Era un milagro!
Mi amiga se quedó unos momentos en algo muy parecido al shock...
Y me miró. Yo le sonreí¿qué otra cosa? (bueno, mientras me sobaba el hombro)
¿Ves que los deseos sí se cumplen, Hikari?
-
-¿Así que tú amiga se fue?- me dijo cierta tarde que estábamos solos en la pieza
-Sí, Azumi volvió a Francia hoy en la mañana- respondí. Ella no sería la única que se iría, yo también volvería a mi casa -¿y qué harás ahora¿volverás a tú casa?
-¿Con mis padres?- me preguntó, yo le asentí –bueno... ya viste como está papá ahora
-¿Y te gusta el cambio?
-¡Casi me muero de un ataque cuando me pidió que volviera a la casa!... está tan distinto... además, quiero conocer a mi hermanita. Mamá me dijo que tenía dos años
-Hikari, te quiero pedir un favor- le dije
-¿Qué cosa?
-Quiero que me prometas que, cuando te sientas con deseos de repetir... con deseos de suicidarte otra vez... me llames, no importa la razón, la hora...
Ella me miró extrañada
-¿Llamarte?
-Dicen que hablar hace bien, y yo estoy dispuesto a escucharte todo el tiempo que quieras. Por favor, Hikari¿lo harás?
-Por supuesto, Taro- me dijo, sonriendo
-Espero que lo cumplas...
Nos quedamos en silencio unos momentos
-Oye, hay algo que no entiendo...
-¿Qué cosa?
-¿Por qué papá se lleva tan bien con Ken?
¿Comenté antes que, desde que se conocieron, Wakashimazu y el señor Ohira se llevan excelente?. Es algo que a mi también me extraña, en cierta forma
-¿Sabes por qué?- dije -¡yo te lo digo!. Es porque tú padre me odia, lo hace por molestarme nada más- Hikari se largó a reír -¡no te rías, es la verdad. Tú papá es capaz de amar al mismo demonio si es que puede mantenerme lejos de ti y, de paso, hacerme la vida imposible
-¡No exageres!- dijo Hikari, aún riendo
-¿Qué no exagere, es la verdad, y lo sabes, Ohira
-Bueno... puede ser
Otra vez silencio... yo quería llegar a un tema específico, pero tanto rodeo me estaba aburriendo
-Oye Hikari, lo que la carta decía...- comencé, noté que ella se puso tensa –vamos, sabes que no podemos aplazar esta conversación
-Es que... yo no quiero hablar de esto... al menos no ahora...
-¿No¿entonces cuándo?- le reclamé –lo que escribiste...
-Estaba mal, me sentía mal...
-No era excusa para que escribieras eso si no lo sentías, y yo se que sí lo sientes
-Taro... estoy con Ken
-¡Ah, genial!- exclamé, irónico –entonces ignora lo que sientes por mi
-No lo estoy ignorando
-¿No¿segura, Hikari?
-Es que... no estoy segura de lo que siento, Taro, estaba más que segura que quería a Ken, pero el volver a tenerte cerca... me confundes mucho
-¿Terminarás con él?- le pregunté
-No se que voy a hacer- dijo, mirando hacia abajo –por el momento me quiero preocupar de mi familia, recuperar el tiempo que he perdido con ellos... después veré que hago
-¿Es tú última palabra?
-Sí, por el momento...
-¿Puede cambiar?
-... No lo sé...
En ese momento la puerta se abrió, y entraron Ken y el señor Ohira. Venían hablando animosamente y hasta reían. Al vernos, ambos se quedaron en silencio... no podría decir cual de los dos me miró más feo
-Bueno- dije, poniéndome de pie –entonces nos estamos hablando...
-Sí, Taro, que tengas buen viaje- me respondió Hikari, mirándome un tanto divertida
-Adiós- me acerqué y le di un beso en la mejilla. Cuando iba saliendo, me despedí de los otros dos, un tanto divertido
Y me volví a casa...
El dichoso torneo, a final de cuentas, lo perdimos, pero al menos pude reencontrarme con mi linda Hikari. No me importa en estos momentos lo que Hikari diga, yo sé que ella me quiere... y me esforzaré por demostrárselo
