Veintiocho. Cambios

Ha pasado algo de tiempo ya desde que me encontré con Hikari... todo es tan difícil

Empezando, Hikari nunca terminó con Ken... bueno, debo decir que a estas alturas poco me va importando. Aunque la sigo queriendo mucho, tantas cosas en mi cabeza hacen que su recuerdo (mi problema) se vaya borrando... Hemos hablado varias veces por teléfono, y visto muy poco

Según me contó, su padre estaba muy cambiado... parecía que la escapada de verdad había tenido sus frutos. Pero, había algo que no había cambiado: su odio hacia mi.

Por mi parte, ya me resigné que no cambiará... pero bueno...

Respecto a mi madre aún no se si ir a verla... para ser sincero tengo temor de lo que pueda ocurrir. Es verdad que no necesariamente debamos volver a discutir, pero es casi seguro. Aunque debo admitir que ahora la idea no me parece tan mala (no la idea de discutir, sino de ir a visitarla)

Me llamaron a pertenecer al equipo japonés para el próximo mundial y, a pesar de todo, tenía la esperanza de que todo saliera bien... me equivoqué otra vez, desde el primer momento

En la conferencia de prensa organizada fuimos Kojiro y yo los que respondimos las preguntas y, quizás, para nuestra mala suerte nos atacaron de diferentes maneras... mi forma de mostrarme seguro fue dando nuestro objetivo de siempre: ganar el mundial. Kojiro terminó perdiendo la paciencia y rompiendo la mesa con su balón (que lo tenía debajo de la mesa...). Por suerte, no perdí la calma y, con voz segura, continué insistiendo en que ganaríamos...

Y estaba seguro que lo haríamos y, con este pensamiento, me fui a la concentración de la selección

Estábamos casi los mismos que estuvimos en el torneo sub-16 de Francia, incluido Misugi, que se había operado de su corazón y ya estaba mejor de él. Sólo faltaba que llegaran Tsubasa y Genzo

Pero debí suponer que algo malo ocurriría...

Primero, fue el problema de Ken Wakashimazu... según me enteré, Ken escuchó hablar a Mikami con Wakabayashi y éste le decía que no se preocupara, que sería titular de la selección japonesa.

Esto fue lo que llevó a Ken a la decisión de dejar la selección, aunque dijo que volvería

No podría decir que entiendo lo que sintió al escucharlo... pero me lo debo imaginar, Ken siempre se ha sentido desplazado por Genzo... bueno, si, en cierta forma es verdad. Pero aún así...

Bueno, para ser sincero, no lo culpo, pero de todas formas, esa cierta obsesión que tiene por superar a mi amigo llega a ser, en cierta forma, molesta... da la impresión que su vida gira en torno del otro arrogante...

Ah, olvidaba comentar que Ken no estaba de lo más simpático conmigo, y es comprensible, y lo reconozco, aunque no llegaba a ser desagradable. Sólo terminó siendo... hum... digamos que formal, por decirlo de alguna manera...

Debí pensar que esta primera situación, no sería la única...

-Que triste lo de Ken...- comentó Hikaru

-Mm...- fue mi respuesta (o más que respuesta, una señal de que lo estaba escuchando)

-¿Estás bien, Misaki?- me preguntó

-Mm...

-¿Qué tienes?- insistió, poniéndose a mi lado

-Nada...- respondí. En realidad, había algo que me hacía sentir que algo raro ocurría con la selección japonesa en esa ocasión... quizás eran los ánimos...

-Bueno ya, vamos a entrenar, Misaki

-Sí...

Pero nos esperaba otra sorpresa...

Estábamos entrenando cuando llegó con nosotros un hombre con siete muchachos. Tendríamos que jugar con ellos... para nuestra sorpresa, con ellos estaba el que antes había sido nuestro compañero, Urabe. Gamo era su entrenador

Bueno, se formaron equipos de siete jugadores que jugarían con ellos partidos...

Para ser sincero, y hacer el cuento corto, no nos fue bien... nah, nos sacaron la mugre, a todos los equipos

Y ahí terminé de convencerme que mis habilidades como jugador no valían la pena... que decepción¿no, el momento que siempre temía había llegado: terminé de decepcionarme de mi persona...

... Y bueno, parece que no fui el único decepcionado

Mikami se enfermó después de los juegos (... ¿quién no terminaría enfermo si tú equipo es tan malo?) y tuvieron que hospitalizarlo. Ya en la noche, Misugi nos comunicó que sólo había sido una apendicitis. Nos sentimos todos más tranquilos

... Pero la tranquilidad duró pocos momentos, porque Gamo llegó en esos momentos con nosotros y nos comunicó que sería él el nuevo entrenador de la selección japonesa. Decidí ignorar el pequeño mal presentimiento de todo eso...

Después de unas cuantas palabras, terminó comunicándonos la nómina de los siete jugadores que tendrían que dejar la selección japonesa... ¿o debo decir que debíamos dejar la selección?

Kojiro Hyuga, los hermanos Tachibana, Makoto Soda, Hiroshi Jito, Shun Nitta... y yo. Estaba tan shockeado que no atiné a decir nada...

Comenzó a dar las razones de su decisión... "no sabes jugar al fútbol sin Tsubasa Ozora". Esas palabras me dejaron en un continuo silencio

¿Qué podía replicar, sabía que había estado jugando mal últimamente, pero esas palabras dejaron en evidencia la verdadera razón: debo aprender a jugar solo...

Pero quizás es tarde... Gamo nos da un plazo para mejorarnos y así poder entrar nuevamente al equipo

Kojiro se fue sin decir palabras, Matsuyama fue tras él

Lo miro alejarse y me doy cuenta que tiene razón... ¿para qué quedarnos?... También doy media vuelta y me dirijo al cuarto en que estaba, por mis cosas. Y las estoy juntando cuando Ryo y otros más entran rápidamente

-¿Te vas?- preguntó

-No hay de otra- le respondo sin mirarlo

-No te puedes ir

-Lo estoy haciendo...

-¡No te das cuenta que es lo que quiere?- me gritó, refiriéndose a Gamo

-Tanto mejor...

-¡No puedes irte, Misaki, eres importante para el equipo

-¡No!- le grité, mirando a mis amigos por primera vez -¡Gamo tiene toda la razón, y todos ustedes lo saben!

Ryo se quedó en silencio, mirándome

-¿Qué harás?- me preguntó Mamoru

-No lo sé aún- respondí

Agarré mi bolso y caminé a la puerta. Antes de salir, Ishizaki volvió a hablarme...

-¿Vas a volver?

-Por supuesto- le dije, con una sonrisa

-Más te vale, Misaki

-Ya lo verás... y entre todos le taparemos la boca a Gamo

Y me fui, caminando lentamente. No me encontré con ninguno de los otros chicos

-Confío en ti

La voz me detuvo y, en la oscuridad, vi a Katagiri

-Ésta no es otra cosa que una prueba, Misaki- dijo, y yo asentí, sonriéndole –sólo espero que no olvides que el número once es tuyo

-No lo haré, no se preocupe- replico –que esté bien

-Tú igual... y que la fuerza esté contigo- me dijo, sonriendo. Yo me largué a reír, recordando sin querer a los jedi y todo ese cuento... de seguro que Katagiri lo dijo a propósito, para levantarme el ánimo

-Gracias, y con usted igual- le dije, y me fui

Por ahora, me iré a casa, no me siento muy bien. Después veré que hago. Por el momento, deseo descansar

Me pregunto que harán los demás, como buscarán la forma de solucionar lo que están fallando... a mi no se me ocurre, para ser sincero, ni se me pasa por la mente...

Y bien, estoy llegando a mi casa, por fin. Lo único que quiero es mi cama, y poder dormir

Abro la puerta y veo a mi padre pintando. Noto que me mira extrañado

-Hola papá- le saludo

-Hola Taro... ¿qué haces aquí¿qué pasó con la selección?

-Me echaron...- digo

-¿Qué?

-Eso... estoy cansado, papá, mañana hablamos

Y, dicho esto, me fui a mi habitación. Me acosté y me dormí