NOTA¡¡¡Por fin pude actualizar!. Después de bastante sin subir un mísero capítulo (lo siento, por primera vez no es culpa de mi flojera, sino de mi pc y el internet --), prometo ir más rápido, dentro de lo que pueda (y mi hermano me deje :P)
Treinta y uno: Los siete
-¿Es correcto creer, por tú cara, que te fue bien en tú "pequeño" viaje?
Noté con sorpresa que Hikari me estaba esperando en la entrada del lugar de la concentración de la selección... aunque no podía encontrar la razón
-Hola Hikari...
-¿Cómo te fue?- me preguntó, caminando hacia mi
-Muy bien... ¿cómo supiste que me fui de viaje?
-Digamos que supe por ahí...
-¿Si?
-Hum... fue tú padre, te fui a ver uno de esos días y ahí me lo contó todo
-Ah, ya veo... ¿y cómo has estado tú?
-¿Yo, muy bien, gracias...
-¿Y Ken?
-No lo he visto mucho... ha de estar entrenando mucho, para que lo tomen en cuenta alguna vez...
-Hikari...
-¡Sabes que es verdad!
-Ya, Hikari, no quiero discutir sobre eso ahora, en serio- la corté -¿por qué viniste a buscarme?
-¿Qué te hace creer que te ando buscando?
-Mmm... digamos que el hecho que estuvieras en la puerta, es una buena señal¿no lo crees, da mucho que pensar...
Se puso colorada, aunque no se si de la vergüenza o de la rabia, quizás. Iba a comenzar a alejarse, pero la detuve, sujetándola del brazo
-¿Ya te vas?- le pregunté
-Pues sí- respondió con cierto desdén –no tengo nada que estar haciendo aquí, no andas de lo más simpático
-Ya... sólo porque te llevo la contra dices que no ando simpático... además, sí me viniste a ver, y el hecho de que estemos justamente hablando es, a mi parecer, suficiente razón para que te quedes
-A veces te falta modestia...- gruñó, haciendo que la soltara
-Y a ti paciencia- respondí, sonriéndole –si sigues así, te harás vieja más luego y te saldrán canas
-Ya...
-Bueno¿y cómo están en tú casa?
-Bastante bien, aunque mamá ha estado un poco resfriada...
-Ahm... dale mis saludos¿y tú padre?
-Ahí anda... ¿sabes, aún me cuesta creer que esté así, a pesar que ha pasado algún tiempo desde que volví a casa...
-Él siempre te ha querido, eres su hija... sólo debía darse cuenta
-Mamá me dijo que cambió desde que mi hermana nació... no pasaba día en que no se arrepintiera como ocurrieron las cosas...
-Lo bueno es que ahora todo está bien, para los dos...
-¡Sí, es verdad!- dijo, sonriéndome -¿te has dado cuenta que ahora los dos tenemos lo que tanto deseábamos cuando niños?
-Por supuesto... aunque el proceso no fue como me hubiera gustado
-Bueno, no todo es como nos gustaría...
Sonreí... ¿quién mejor que yo lo sabía?
-Quizás un día de estos vaya a verte- dije, de pronto
-¿Por qué?
-Porque tengo planeado pasearme por esos lares...
-¿A qué?... ¿irás a ver a tú mamá?
Me quedé en silencio unos momentos
-Pues... es algo que he estado pensando mucho, Hikari... de verdad tengo deseos de estar con ella, de disculparme de cómo ocurrieron las cosas
-¿Por qué habrías de disculparte?- me preguntó
-Vamos, Hikari... sabes muy bien que me porté muy mal con ella, independiente que ella me alejara de mi papá, no merecía que la tratara de esa forma
-Mmm... pues sí, puede que tengas razón... bueno, entonces estaré esperando que me vayas a ver, así ves a mi mamá
-Y arranco de tú papá, llevo tiempo de no hacerlo- dije, riendo, ella también lo hizo –bueno... se hace tarde...
Para ser sincero, habría sido feliz si hubiera tenido la posibilidad de quedarme hablando con ella todo lo que pudiera...
-Si, tienes razón... que te vaya bien...
-Igual a ti- le di la mano... supongo que desde que la besé en mi casa, Hikari quisiera mantener cierta distancia
Pero, contrario a lo que pensé, me abrazó
-Tú eres el mejor, nunca lo olvides- murmuró
Lástima que eso fuera lo más cerca que pudiéramos estar...
-Que estés bien- me dio un beso en la mejilla y se fue. La miré alejarse unos momentos y decidí irme de ahí yo también
Iba caminando y a la distancia pude ver el grupo y, momentos después, noté que Kojiro me lanzaba un balón (de esos pesados que usa él), envuelto en la camiseta número 11, mi camiseta
La lancé al aire y, deteniendo el balón, tomé la camiseta...
Momentos después, se iniciaría el juego, la revancha
-¡Hola, Genzo!- le dije bastante animado a mi amigo, éste me miró
-Te ves muy animado- me respondió –es bueno...
-Sí, gracias...
-¡Hola, Misaki, me alegra verte jugar en vivo!
Shingo Aoi... ese era el nombre del alegre chico que tenía en frente mío. No había tenido la ocasión de conocerlo aún
-Hola, Aoi- respondí –vi tú juego, lo haces bien
-¡Gracias¡muero por jugar contigo en la selección!
Miré a Genzo y ambos nos largamos a reír
-Pobre de ti que no ganes, Misaki- me advirtió Wakabayashi, antes de comenzar el juego (y con esa simpatía que lo caracteriza...)
-¡Claro, descuida!
Estaba contento, aunque igual un tanto preocupado... pero confiaba en mis compañeros, sabía por su mirada que estaban más que preparados para enfrentarlos...
Y sí, no me equivocaba, todos mostramos de lo que éramos capaces, a pesar que nos metieron un gol, con el que nos empataron. Pero éramos mejores, lo sabía, se notaba
La confianza había vuelto a nosotros, ya no dejaríamos que nos humillaran como lo hicieron la primera vez... ya no más
Incluso, Kojiro hizo un tiro espectacular, que se convirtió en un gol soberbio (de echo, hasta Wakabayashi estaba muy sorprendido)
-Wow¡qué pierna, Kojiro!- comenté, aún sorprendido
-¡Ja, cierra la boca, Misaki, se te cae la baba- me dijo, riéndose y molestándome
-¡Qué chistoso!- ambos chocamos las manos –hay ocasiones que la astucia es más importante que la fuerza... recuerda el "factor sorpresa"- agregué luego, con un dejo de misterio
-¿A qué te refieres?- me preguntó, mirándome suspicaz
-A nada...- respondí –vamos, hay que seguir jugando
Pasó un rato más de partido, y Gamo lo terminó...
Los siete volvimos al equipo, por fin... aunque todo me huele a una "trampa" de parte de Gamo, puesto que los otros no podían jugar en la selección puesto que eran mayores e Hino juega por Uruguay y Urabe, deseaba volver al equipo. Todo me queda claro ahora, la razón de porque no jugaron los juegos iniciales de la Copa Asiática y todo eso... definitivamente, deberíamos fijarnos más en los detalles
-¿Y qué tal tú viaje?- me preguntó Genzo, rato después
-Muy bien, conocí lugares increíbles
-Y también te sirvió de mucho...
-Sí, eso también
Me quedé en silencio, pensando... ahora que volví a la selección¿qué tiempo me quedaría para ir a ver a mi mamá?
-¿Te sientes bien?- me preguntó Wakabayashi
-Claro, sólo que estaba pensando
-¿En qué?
-Tenía pensado ir a ver a mi mamá, pero...
-¿Pero?
-Bueno, ahora que volví a la selección me queda menos tiempo, además... no sé si deba hacerlo
-¡Ah, hombre, pues deberías. Es bueno saber que al menos estás considerando ir a verla...- no contesté, Genzo me miró –no te ves muy contento
-No es que... hace un tiempo fue a verme mi hermana Yoshiko a Shizuoka, y me pidió ella que fuera a verla
-¿No me digas que lo estás pensando desde entonces?
-Sí...
-Eres único... y complicado también- respondió, dándole un sorbo a su bebida
-No, es que... con las palabras de Yoshiko me sentí muy mal. Durante mucho tiempo me consideré algo así como la víctima de mis padres y sus decisiones, y esa consideración hacía que la rabia que tenía la descargara contra mi mamá. Ella sufrió mucho por mi culpa, en ocasiones era cruel y desagradable, no sólo con ella, sino también con el señor Yamaoka... ¿con qué cara me puedo aparecer ahora?
-Bueno...- comenzó Genzo, después de pensar un poco –considera que tú también estabas sufriendo, y no por estar con ella, sino por el hecho que tus padres no tomaron en cuenta lo que tú deseabas cuando decidieron con quien te quedarías
-Sí, pero...
-Aquí todos son culpables, Misaki- me cortó, mirándome seriamente –desde tú madre por no apoyar a tú padre cuando era alcohólico, hasta tú por tu poca tolerancia y la forma que tenías de descargar tú rabia y frustración... pasando por tú padre, que consideró más importante lo que deseaba tú madre de lo que deseabas tú y hasta él mismo... Misaki, deberías dar borrón y cuenta nueva a toda esa situación. Han pasado años y, en algunos sentidos, las relaciones han mejorado
Me quedé en silencio, mirando a mi amigo
-Entonces... ¿debo ir a verla?
-Ni siquiera deberías dudarlo
