Treinta y seis. La esperanza es lo último que se pierde

Conforme pasaban los días me fui acostumbrando a caminar con muletas... algo molesto, para ser sincero, y me desagradaba mucho. Nunca fui tan inquieto como Tsubasa, pero si me gusta moverme mucho y hacer las cosas por mi mismo...

En fin, cierta noche, me levanté de la cama de madrugada

No aguantaba... lo necesitaba... sentía frustración por todo lo que me estaba ocurriendo, la rabia que corría dentro de mi era mucha

No estaba arrepentido de cómo había actuado¿cómo podría estarlo, pero no podía aguantar la situación que sentía. Quería jugar, quería estar con mis amigos... no solo

Con algo de dificultad llego al patio de la casa. Son cerca de las dos de la madrugada, no puedo hacer mucho ruido, para no despertar a los Yamaoka

Intento dominar con la pierna que tengo buena...

Y me da rabia, impotencia... me cuesta, me duele la pierna, pero debo intentarlo, debo hacerlo si quiero jugar con mis amigos en el mundial... pero cada vez siento que la desesperanza me va ganando. Paso un rato jugando así...

-¡Taro, que haces?

Me quedo quieto, mientras el balón se aleja de mi. Yoshiko había despertado. ¿Qué le podía decir?...

-Me entretengo- le respondí, fríamente -¿por qué¿hay algún problema con eso?- ella se demora en contestar

-Taro... quizás no deberías jugar... aún...

-Yo se lo que puedo hacer y lo que no- le dije, sin mirarla para no ver la expresión de su cara ante mis palabras –no tienes porque meterte

Yoshiko no me contestó de inmediato

-... Perdóname, Taro, no quería molestarte- murmuró, y volvió a entrar

Suspiro y me quedo de pie, mirando el balón que esta cerca mío... me siento algo mal por la forma en que traté a Yoshiko...

Estuve por un rato mas practicando y luego me fui a acostar, aunque no pude dormir mucho rato, pensando... la única forma de jugar, aunque fuera la final (si es que mis amigos llegan, por supuesto), es comenzando de inmediato mi rehabilitación. ¿De que otra forma, llega a ser algo lógico... pero¿quién puede ser tan bueno como para ayudarme en tan poco tiempo, para quedar completamente en forma otra vez?

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Algunos días después, un poco antes que iniciara el juego de inicio del mundial entre Japón y México, recibí una llamada

-Hola¿qué tal tu vida?- me dijo una animada voz que hacia tiempo no escuchaba

-¿Azumi?

-¡Si!- me respondió la animada voz

-¿Cómo conseguiste este numero?- le pregunté, aun extrañado

-Me lo dio tu papá- contestó -le iba a pedir la dirección pero iba a ser muy patudo de mi parte ir a meterme allá¿no crees?

-¿Estas en Japón?- volví a preguntar. Esta chica si que me sorprende siempre

-¡Exacto, y te tengo buenas noticias

-¿Noticias?- pregunté -¿acaso ya eres la novia del desabrido?- la molesté. Se demoró tanto en responder que pensé que iba a colgarme el teléfono por mi bromita

-Te dejaré unos puntos en claro, Misaki- dijo, con voz seria –punto uno, Pierre no es desabrido¡así que ya deja de decirle así!- me gritó, no pude evitar reír –punto dos, casi le aciertas, tenemos algo así como una relación informal, por el momento...

-¿En serio¡felicidades!

-No le pongas tanto, ni que nos fuéramos a casar...

-Aunque te gustaría... pero bueno, ya dime la noticia que me tenias...

-¿Noticia¿qué...?... ¡ah, la noticia!

-Si, Azumi, la noticia- mi amiga no cambia... aunque eso esta bien

-Que tengo un tío medico y me dijo que me iba a buscar especialistas para tu tipo de lesión¡los mejores de Japón!

Admito que la MUY buena noticia me dejó sorprendido. Durante unos momentos no atine a decir nada y tuve deseos que Azumi si hubiera estado frente mío para poder haberle dado un gran abrazo de agradecimiento

-¿Tas ahí, Misaki?- preguntó

-Gracias...- dije -¡muchas gracias!

-No hay de queso, no mas de papa...

-¿Qué cosa?

-Nada, nada... solo que no tienes de que agradecerme tanto... eres un gran amigo, Taro, no te mereces lo que te ha ocurrido, y menos en estos momentos

-Azumi...- sentía que mi cara se iba enrojeciendo, ella comenzó a reír

-Apuesto que estas rojo

-Deja de molestar, Hayakawa...

-Oh, estas molesto, me llamaste por el apellido...

Hablamos durante un rato mas, hasta un poco antes del partido de Japón

-¡Taro, ya va a empezar!- me llamo Yoshiko, y me apresure a colgar

-Lo siento Azumi, pero...

-Ya vete, no tienes que justificarte- me dijo ella –solo te digo que tengas mucho ánimo, no te rindas por nada...

-Si, ahora ya lo se. Nos estamos viendo, Azumi, muchas gracias, otra vez

-Por nada, adiós

-Chau- colgué el teléfono y me apresure a ir a la sala a ver el partido (claro, todo lo que las muletas me permiten). Llegué y me senté al lado de mi hermana

Por la televisión mostraban cuando el equipo salía de los vestuarios, y también unos carteles hechos por la gente, dándole ánimos al equipo... me sorprendí que había uno para mi...

"¡Taro Misaki, Artista del Campo, vuelve!"

Al leer esto, mi corazón sintió una cierta... ¿tranquilidad¿alivio¿agradecimiento?. De pronto me sentí apoyado por la gente, me sentí muy bien...

Sonreí

Los chicos, con mucho esfuerzo, ganaron dos a uno a México. Fue un partido difícil, y en esos momentos las ganas de estar con ellos eran muy fuertes...

El siguiente partido, seria contra Uruguay, equipo que había ganado a Italia... equipo en que estaba Hino, uno de los que nos dio dolor de cabeza cuando nos expulsaron de la selección, sobretodo a Kojiro...

Pero, no vi el juego. Justamente a esa hora me estaba juntando con Azumi . No me importó mucho que coincidiera con el partido de mis amigos, yo sabia que ellos iban a ganar

La tarde estaba muy agradable, y tuve que salir como una hora antes de lo normal debido a las muletas (nunca me iba a acostumbrar a ellas, nunca. Y no es que no quiera¡es algo que no puedo!)

Nos juntamos en el centro comercial. Me alegró mucho ver a mi amiga, hacia tanto que no lo hacia, la extraño mucho, ahora vengo a darme cuenta. Ademas, la encontr´´e muy bonita...

-Toma- me dijo, entregándome un papel –aquí están los nombres de los mejores especialistas deportivos del país

-Muchas gracias, Azumi- respondí, sonriendo. Ella me miró suspicaz

-¿Estas planeando algo, Misaki?- me preguntó, la miré

-¿De que hablas?

-Que te conozco, y algo andas planeando...- no pude hacer mas que sonreír

-Ven, vamos a tomar algo- le dije, sin responderle. Pero la conozco, no se va a rendir tan fácil

Fuimos a un restaurante juntos, para hablar sobre todo el tiempo que no nos veíamos

-¿Así que convenciste a Pierre?- la molesté

-Que te quede claro que yo no lo convencí, no lo obligué, él solito me invitó a salir

-Pero apuesto que le coqueteaste a mas no poder

-Ese, mi querido amigo, es otro problema- replicó ella, seria –no hay nada de malo en intentar que alguien se fije en ti y darle un empujoncito...

-Por supuesto que no- respondí, sonriendo. Me alegraba notar que mi amiga seguía siendo la misma de siempre -¿y de hace cuanto que salen?

-No mucho –respondió –somos amigos de hace mucho, poco después que te viniste a Japón, pero comenzamos a salir cerca de tres meses

-Ah, que bien...

-Ya, hablando de otra cosa¿qué estas planeando?- insistió en la pregunta que deje en el aire hace un rato. A ella no se le olvida nada

-Bueno, te contaré. Estoy pensando en la posibilidad de jugar para la final del mundial- dije, pero noté con desilusión que a mi amiga no la entusiasmaba tanto

-¿Estas loco!- me gritó, yo la miré sorprendido -¿cómo se te puede ocurrir tal cosa?

-¿Y por que no?

-¿Y lo preguntas?. Taro, por este simple capricho puedes destruir tu carrera en el futuro¿no has pensado en eso, acaso?. Seria triste que por un simple partido, nada mas, no pudieras jugar nunca mas fútbol

-Pero no necesariamente tiene que ser así, Azumi- insistí –con una rehabilitación podré demás jugar la final del mundial

-¡No pienses eso!- me retó -¿por qué te exiges tanto¿has visto la televisión, no¿lo que los comentaristas hablan de tu lesión?

Me quedé en silencio. Por supuesto que lo sabia...

-Debes ir despacio, si te exiges tanto en tan poco tiempo lo mas seguro es que tu cuerpo no lo aguante, y sabes perfectamente cuales serán las consecuencias

Silencio... sonreí a medias

-... Mi idea era que me apoyaras...- murmure. Azumi nada mas me miró

-... Sabes que lo haré, no tienes que decir eso tampoco- me respondió, en un suspiro –pero... me da miedo pensar en las consecuencias que puede tener si te equivocas

-Hay que ser optimistas, tu lo dijiste

-Por supuesto que lo dije- replicó –pero también tienes que ser realista

-Entonces... ¿no cuento contigo?

Me miró unos momentos, y terminó sonriendo

-Sabes que si lo haces, Taro, pero por favor te quiero pedir que lo pienses muy bien. Que el caso que no puedas jugar en este mundial no se va a acabar el mundo, que este es el primero de tantos en que Japón participará

-Por supuesto que lo se, Azumi, y gracias otra vez por todo...