Treinta y siete. Ideas se hacen, ideas se desvanecen

-¿De veras, Misaki?- me preguntó Tsubasa, mirándome -¿y cómo fue que te conseguiste los teléfonos?

-Me los dio Azumi¿te acuerdas de ella?

-Si... que buena onda ella ¿cierto?

-Si, mucho- sonreí –aunque cuando le dije que mi intención era jugar para la final del mundial, me retó y se enojó

-Je¿y por qué?

-Porque dice que es muy apresurado todo, que puedo terminar peor...

-Mm... en parte tiene razón

Esa tarde era extremadamente tranquila, agradable. El sol estaba perfecto, suave brisa se podía sentir también... todo era perfecto. Tsubasa de visita en la casa de los Yamaoka, él y Taro sentados en la sombrita, conversando animadamente. Me contaba ciertas cosas que habían ocurrido con los chicos... bueno, hasta que salió el tema de la lesión

-Pero me gusta pensar así- le dije –demás, no necesariamente quedaré peor porque juego la final, no hay que ser pesimistas... si jugara...

-Si juegas tú las posibilidades que Japón gane la Copa Mundial se hacen mayores- me dijo, y mire a mi amigo. Sonreí

-¿Ves, algo así quería escuchar de Azumi, pero no...- suspiré

-Con las mujeres no se puede...- ambos nos miramos y nos largamos a reír, divertidos. Siguió, luego, un pequeño silencio –mejor que nunca nos escuchen decir eso

-En todo caso, Sanae no te dejaría en paz

-Y a ti tú amiga tampoco- me molestó, sonriendo pícaro

-Ya... no me vengas tú también con eso- le dije –a Azumi le gusta Pierre y están saliendo de hace un tiempo

-¿El Pierre que estoy pensando?

-Ese mismísimo... aun no entiendo que le ve a ese...- murmuré

-¿No estarás celoso?- inquirió Ozora

-Púdrete, Ozora- gruñí, Tsubasa rió –estar celoso por Azumi seria igual que si me pusiera celoso por Sanae

-Si tu lo dices... entonces¿mañana irás al medico?- me preguntó... que manera de drástica de cambiar el tema

-Yep, espero que todo salga bien

-Y saldrá, Misaki, sólo debes tener fe...

Y era cierto, eso que la fe es lo último que se pierde...

Y bien, fue la misma Azumi la que me acompañó a visitar al doctor Shibazaki al día siguiente

Después de bajarnos del taxi caminamos al hospital, a la hora de la cita; aunque por las muletas me demoraba bastante

-Cambia esa cara- me dijo Azumi, sonriendo

-¿Y cual quieres que tenga?- repliqué, más molesto aun por el comentario –odio estas cosas, lo único que quiero es dejarlas de una buena vez

-Ya deja de alegar. Deberías estar contento por esto¡vas a comenzar tu rehabilitación!

-De verdad estoy contento, Azumi, sólo que andar con muletas me enferma...

Y era verdad, ya estaba mas que cansado de tener que depender de dos muletas para moverme, sobretodo por lo activo que soy...

-Ya, deja de quejarte...

Subimos al cuarto piso en ascensor y llegamos a la oficina del doctor... revisó mi estado y, después de bastante espera, habló...

-Tu estado es delicado, Misaki- comenzó, algo serio –pero con tu esfuerzo muy pronto podrás tener el nivel que tenias antes del accidente

-¿Podré jugar la final del mundial?- no pude evitar preguntar. Azumi soltó un suspiro de cansancio y me miró, el doctor demoró un tanto en responder. Admito que por unos momentos, temí lo peor, pero...

-Si eres constante y Japón llega a la final, no veo la razón que no puedas hacerlo- me dijo, sonriendo

Yo también lo hice... feliz... ¡había esperanza!

-¡Ves que tenias que pensar positivo? (NOTA: Jajajajaja, no recordaba esa campaña XD)- me dijo ella, sonriendo, una vez que ya habíamos salido

-Si, gracias por todo, Azumi, otra vez

La invité a tomar helado, y ella aceptó encantada. Fuimos al centro comercial y buscamos una heladería que no estuviera tan llena

Y bien, en eso estábamos...

-¡Taro!- escuché una voz de niña, y me encontré con una, que me sonreía ampliamente

-¡Megumi!- saludé a la hermanita de Hikari, que se acercó a mi y me abrazó -¿cómo estas?

-¡Bien!- respondió enérgicamente -¿y tu?

-Muy bien, gracias. Oye¿andas sola?- le pregunté

-No, Hikari y Ken andan comprando helados también- contestó. Miré de reojo a Azumi y esta arqueó las cejas, sonriendo a medias -¿quién eres?- le preguntó Megumi -¿la novia de Taro?

No pude evitar soltar la carcajada, lo mismo que Azumi. La niña nos miró con una sonrisa

-¡Taro, te conseguiste novia!

-¡Meg?- escuchamos la voz de Hikari, que buscaba a su hermana, se acercó a nosotros –Meg, aquí estas, ya me estabas asustando... hola Taro, Azumi...- detalle, me pareció extraño que recordara el nombre de mi amiga Hayakawa

-Hola, Hikari- saludamos los dos

-Ella es la novia de Taro- le dijo Megumi a Hikari. Sin poder evitarlo, los dos comenzamos a reír otra vez

-¿Son novios?- nos preguntó Hikari, y espero que no haya sido mi imaginación, pero de pronto me pareció que estaba molesta -¿por qué no me habías contado?

-Porque Megumi se equivoca- le respondí –con Azumi no somos novios

-Así es, así que no te preocupes- molestó Hayakawa, con cierta malicia –puedes acercarte a él y aun tienes una oportunidad

¡Si, Hikari se puso roja

-Oye¿y Ken?- le pregunté, mientras evitaba que efectivamente la sonrisa que sentía que se formaba en mis labios, se plasmaran de verdad

-Ah, nos esta esperando- recordó de pronto –despídete, Meg, Ken nos esta esperando con los helados

-Si. Chao Taro, chao Zumi

-Chao Megumi, que estés bien- le contestamos

-Adiós chicos- se despidió Hikari –Taro, te llamo para que hablemos¿ya?

-Bueno, adiós Hikari...

Los dos la observamos alejarse, en silencio

-¿Es cosa mía o...?- comencé, pero Azumi me interrumpió

-Si, de echo, se puso celosa- dijo la otra, riendo –y se le notó MUCHO... je, no sabe disimular nada de nada, jajajaja

-Je, quizás le gustas- la molesté. La risa se acabo inmediatamente

-¿Qué diablos quieres decirme, Misaki?- me preguntó, molesta

-Nada¿ya no aguantas ni una broma?- reí, divertido ante su reacción

-¡Púdrete, Misaki!- gritó, yo reí mas aun

-Ya, no molestes... te invito al cine- le propuse, no tenia ganas de llegar a casa y ver al fresco de

Aoi que anda rondando a Yoshiko, desde que la conoció al hospital

¡No estoy celoso de mi hermana!... no... sólo la estoy protegiendo de alguien que aun no conozco mucho...

-Como se nota que no tienes nada que hacer...

-¿Y que quieres, tengo la pierna malita y soy algo inútil en este estado... bueno, aunque yo no veo que tu estés muy ocupada

-Eso se define con una palabra: vacaciones

-Mas que vacaciones parece vaGaciones- le dije, sonriendo -¿y que dices¿aceptas o no?. De lo contrario, llamare a Yoshiko para que venga...

-No, acepto...

-¿Si?- de pronto, recordé algo -¿sabes Azumi, tengo un compañero de equipo que esta visitando mucho a Yoshiko, y...

-Nah¿no me digas que eres hermano celoso?

-No¿cómo crees?- traté de defender lo indefendible –no soy celoso, sólo que Aoi...

-¿Aoi Shingo?

-Si, ese...- murmuré –ya, no importa, vamonos de una vez al cine

Y así, pasaron los días...

Me esforzaba bastante para la rehabilitación, daba lo que mas podía, con la idea firme de acompañar a mis amigos en el mundial

Debo admitir que era mas difícil de lo que esperaba, y también doloroso y, que en ocasiones deseaba mandar todo al demonio, debido al dolor. Pero ahí estaban Azumi, Hikari, mi papá, mis compañeros y todos para apoyarme y, así, continuar...

Pero en ocasiones la vida te da sorpresas desagradables, que pinchan los sueños de una maldita vez... a veces pienso¿de que sirve tanto esfuerzo si de un maldito plumazo te hacen ver que no valen la pena?

Mis amigos si cumplieron, jugarían la final en contra de Brasil

Yo... me quedé de hielo al escuchar al doctor hablar esa tarde...

-No, Misaki- dijo seriamente –tú no estas listo para jugar aun