Hi! Bueno, este es el segundo capi de la historia, por ahora va a ir un poco lento pero… ya veremos después y atracción se siente pero bien… veremos que pasa

Muchísimas gracias por los reviews! Bien… no tengo mucho tiempo así que…

Advertencias: Yaoi (HoroxRen) Universo alterno, así que las edades están modificadas para el fic OK y tal vez me estén quedando las personalidades súper cambiadas… pero en fin…

El Fic!


Capitulo 2: Nuevas conversaciones...

Esto se estaba tornando aburrido... todos duraban demasiado ahí, la parte buena era que iban saliendo de inmediato a sus casas, se suspendieron las clases gracias a ello... pero era casi una hora que no pasaba pronto, me estaba llevando el demonio...

Finalmente luego de un poco de tiempo vi salir a una muchacha, luego de ella seguía yo y me emocioné... finalmente hablaría con él pero... ¿qué le diría? Tendría que improvisar.

Caminé con firmeza hacia el lugar mientras el sacerdote decía "siguiente" y al no recibir contestación agrego un poco mas bajo – creo que no queda nadie... – fue entonces cuando entre en el lugar al tiempo que este se quitaba el "gorro" que llevaba y pude observar que su cabello tenía cierto tono azul, apenas perceptible entre la cortinilla que separaba una parte de la otra en el confesionario. – perdón! – dijo algo sobresaltado en cuanto cerré la puerta tras de mi.

El lugar era una especie de caja enorme de madera y parecía que estaba sellada con algo porque desde afuera costaba mucho oír, el se dio cuenta de mi presencia cuando yo cerré la puerta y por lo que vi tuve suerte de que las muchachas hubiesen dejado abierto el cubículo, sino no lo hubiese escuchado.

Trató de ponerse nuevamente el gorro pero no lo logró, la telilla que separaba el cubículo era blanca, era más como una puerta corrediza semitransparente.

- No hace falta que se lo ponga – le dije al ver que tenía dificultades con ello, escuche un suspiro aliviado y algo avergonzado... estaba muy nervioso.

- ¿Y bien? – me pegunto – porque no comienzas...

- Verdaderamente yo no se como, el caso es que soy ateo, solo quería hablar con usted. – la cortina se abrió de inmediato y el muchacho me miraba fijamente y digo "muchacho" porque eso era, el cabello celeste sujetado en una banda; lucía gracioso en juego con la sotana, tenía los ojos negros y la piel blanca... no cabía duda, era por eso que acepté la apuesta de Hao, el me gustaba...

- Y... – pareció dudar aquello pero se levanto y puso frente a mi - ¿qué se te ofrece entonces?

- Hablar, no creo que haya nada de malo en ello ¿o sí? – le sonreí de una forma que nunca le había hecho a nadie mas. - ¿qué te llevo a hacerte sacerdote? Es muy joven y verdaderamente es raro ver que alguien de su edad sea sacerdote.

- Disculpe pero no comprendo a que se refiere – me respondió, así que yo lo miré sonriendo, su voz era profunda y su rostro algo aniñado aun pero eso me gustaba.

- Me pregunto cuantos años tiene?

- Veintidós, y mi vida no ha sido tan afortunada como de seguro es la suya, pero no importa, soy fiel creyente de mi región y esta me reconforta – su respuesta me molestó un poco, pues sentía que estaba insinuando que mi vida era muy buena para que me quejara de ella.

- Bueno, si usted lo dice... ¿cómo se llama? – esta forma de hablar me perdía y no estaba llegando a nada... talvez solo debía actuar.

- Horokeu Usui, puede llamarme Horo-Horo si no le simpatiza llamarme padre – sonrió un poco tratando de parecer más calmado pero sin duda estaba nervioso, después de todo era su primer día en el lugar y ya estaba teniendo problemas.

- Mucho gusto, soy Ren Tao y tengo diecisiete años, pero llámeme Ren... usted si puede hacerlo; además deje de tratarme de usted, después de todo no hay porque.

- Entonces tu hazlo igual... Ren – me sonrió un poco mas relajado y eso me hizo sonrojar un poco pues me pareció que tenía una sonrisa algo pícara en su rostro ¿cómo alguien con esa sonrisa puede ser padre?

- Y entonces... ¿por qué decidiste ser sacerdote? Y ¿cómo lo eres si eres tan joven? – me miró dudando si darme la respuesta pero creo que confía en mi, siendo esto algo raro debido a que no tengo ninguna clase de creencias religiosa que me impidan descubrirlo.

- Bien... siempre me ha gustado, me ha llamado siempre la atención como una persona puede abstenerse de tantas cosas por su creencia en Dios... y lo segundo... en verdad aun no soy sacerdote completamente, hace apenas un año que empecé con mi ordenamiento y eso porque me dieron un permiso especial, no le digas a nadie pero no tenían un sacerdote para enviar a esta iglesia y... me escogieron para que empezara la práctica... espero poder hacer todo bien – me sentí algo mal por el, si algo sabía de los sacerdocios era que no podían permitirse gustarle nadie, tenían que tener su "juguete" muerto y los pensamientos de ese tipo en lo que fuese posible lejos de su cabeza... y yo... iba a... bueno, iba a cumplir con mi apuesta. – la verdad estaba muy nervioso cuando esta mañana me pidieron oficiar una misa para bienvenida, cuando hace tan solo unas horas acababa de llegar – y hablaba mucho para ser un padre también... era muy amigable... – mi hermana me advirtió ayer por teléfono cuando me vine que estuviera calmado, que nada pasaría el primer día, pero se equivoco, Pilika puede llegar a ser bastante molesta, pero la quiero como mi hermana que es; ella no esta muy de acuerdo con lo de empezar a ejercer sin ser completamente sacerdote, pero de todos modos le gusta que haya escogido ser alguien puro... – de pronto se detuvo y me miró, dándome cuenta que estaba como embobado mirándole hablar, se sonrojo un poco no se porque y volvió la vista a otro lugar sonriendo avergonzado – mas bien parezco yo quien me estoy confesando contigo – dijo.

- No hay nada malo en eso – le respondí y continué mirándolo... ¿qué táctica tendría que utilizar para mi objetivo?

- Bueno yo... – sus palabras no parecían querer salir y no se porque le sucedió, por momentos hasta siento remordimientos de estar haciendo eso, y verdaderamente fui un tonto al aceptar la apuesta, pero me gusta...

- Si, lo se – le dije como si mi subconsciente supiese que trataba de decirme y por alguna razón puse mi mano en su mejilla –todo va a estar bien, solo has lo que te dicte tu corazón...

- Gracias – respondió con simplicidad agachando su cabeza... y me di cuenta que apenas es un muchacho, aun es muy joven y tomó una decisión demasiado grande.

- Bueno yo... fue un gusto conocerte, espero verte pronto pero me debo ir ya, mis padres... mis padres me deben estar esperando – no se porque, pero en el momento que toque su piel sentí un toque eléctrico recorrerme y se que es estúpido pero me agradó ese contacto tan cercano que logramos tener.

- Nos vemos – dijo levantándose y estrechando mi mano, yo le imité y ambos salimos del lugar pero no me fui directamente a mi casa, me quedé un rato en la iglesia, me sentía un tanto extraño.

--Horo--

El chico se despidió y yo volví a sentarme... me gusto mucho, tenía unos lindos ojos... ¡pero que estoy pensando? Por Dios, es un niño aun y yo... también soy un muchacho, además, no quiero que me vuelvan a lastimar, no más.

Es por eso que estoy aquí... es por eso que decidí no volverme a enamorar, por el dolor que provoca cuando se acaba, volver a sufrir sería terrible, después de aquello quedé destrozado y no pienso volver a quedar igual, prometí volver a ser el Horokeu alegre que todos conocían, que todos admiraban y que agradaba a todos, y lo logré, pero nunca pude olvidar eso.

Y ahora... Dios, por favor, desde que empecé con esto no había tenido esa clase de pensamientos con nadie, y viene este muchacho ¡muchacho! Y desde que entró me empecé a sentir de esa manera que hace mucho no lo hacía, tengo miedo, miedo de tenerlo cerca y hacer algo de lo que me podría arrepentir.

--Ren--

Creo que no se dio cuenta que seguía aquí, pues entró a una especia de bodega que estaba detrás de la iglesia y sin cerrar la puerta se levantó la sotana... y desabotonó la camisa... Era una vista gloriosa... algo de otro lugar.

Y de alguna forma haré que me desee como yo lo estoy haciendo, cueste lo que cueste; luego de eso ya no lo vi más, así que decidí irme a casa... a mi pequeño mundo en mi hogar...

--Horo--

Ya se fue... verdaderamente no se que pensar ¿desde cuando me exhibo ante otro chico? Y lo digo porque sabía que estaba allí... desearía saber si me vio, desearía mucho saber si se dio cuenta de lo que hacía... ¡Pero que demonios me esta pasando¿acaso estoy flaqueando en mi objetivo? Siempre he querido ser sacerdote pero... debo aceptar que requiere mucha fuerza de voluntad ¿acaso no soy capaz? Bien, mejor ya no pienso en eso, posiblemente nunca mas vuelva a ver por aquí a ese chico de nombre Ren... pues el es ateo y no creo que quiera venir a la iglesia...


Bien, eso sería todo… ya hablaron y bueno… ¿desde cuando Ren es comprensivo? Bien pues aclaro… todo porque le gusta (o mejor dicho, todo por cumplir la apuesta)

Y bueno…

Tengo que pedir disculpas por no poder contestar review pero el tiempo me es limitado (y en un cyber se paga, así que el limitado no es el tiempo sino el dinero) y entonces bueno, dejen reviews que en la próxima contesto los de este capitulo y los del anterior.

Entonces nos vemos

Leo