-Ahhh... Si, siiiigueeeeehh... Hummm... –gimió Lan, con sus mejillas sonrosadas y una satisfactoria sonrisa en su rostro.
Maylu le estaba rascando detrás de las orejas con suavidad y el castaño simplemente se dejaba. Le gustaba eso y no quería que su amiga se detuviera. Laika jugaba con su nueva cola de un tono igual que su cabello y Chaud miraba con recelo a la pelifuccia. Yuichiro entró, seguido de Meijin y Regal, y los tres se sentaron frente a los chicos. El padre de Lan suspiró.
-Bueno, no logramos localizar al Neko Virus por ningún lado por ahora.-se acomodó los anteojos.-Lo más probables es que ahora se encuentre escondido, por lo tanto, ustedes tres tienen prohibido ir a las misiones hasta que los hayamos curado.
-¿¡QUÉ!-dijeron los tres a la vez. Regal suspiró.
-No podemos arriesgarlos estando infectados. Saben muy bien que es muy probable que puedan transmitirles el virus a otras personas si se encuentran dentro de un área dimensional, por lo tanto, no deben entrar a ninguna hasta que logremos hallar una cura para ustedes tres.-Lan gruñó y se dejó caer sobre la mesa.
-¡No es justo! ¡Me voy a morir de aburrimiento!-suspiró.-¿Vendrán a ayudarnos? Ese virus es muy escurridizo y muy difícil de atrapar con métodos convencionales.
-Sí, lo sabemos. Llamámos a unas compañeras nuestras para que vengan para acá.-dijo Meijin con una sonrisa.-Seguro que Chaud las conoce muuuuy bien.-el bicolor lo miró antes de que una expresión de horror lo inundara.
-¿N-No se-serán ellas? ¿Verdad? Oh no... Por dios, no.-dijo, cuando los tres asintieron. Suspiró.-Oh bueno... Supongo que verlas otra vez no me hará daño.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¿Laika?
-¿Hum?
-¿Qué leés?-preguntó Lan, jugando con la cola del coronel que movía de un lado para el otro.
-Un libro.
-Ya sé que es un libro. ¿Qué libro?-dio un gruñido al no poder atrapar la cola de Laika. Este sonrió y la movió a la izquierda.
-El código Da Vinci, de Dan Brown. Está interesante.-le respondió, pasando de página. Rió al saber que el castaño no pudo tomar su cola.-Te ves tan tierno así.-el menor se sonrojó.
-Ya sabés quién me dijo lo mismo.-sonriendo atrapó la cola de su compañero.-Es la única persona que me hizo ronronear por ahora.-el coronel dio un quejido. Dejó su libro a un costado y miró a Lan.
-¿Sólo esa persona te hizo ronronear? ¿Puedo intentarlo yo?-el castaño se sonrojó.-Awww... ¡Dale! ¡Quiero hacerte ronronear!
-¡N-No! ¡Ah, Laika!-dijo riendo cuando este comenzó a rascar sus orejas.-Aaaahhh siiii...
Con su otra mano, comenzó a rascar debajo de su barbilla pero no escuchó nada. Se paseó por su espalda y frotó su panza pero no logró hacerlo ronronear como él tanto quería. Dándose por vencido, dejó de acariciar al menor, recostándose sobre el sofá. Laika sonrió y dio un gemido.
-Oooyeee... ¡Oh! No pares… Mrrrr…
El coronel movió sus orejas suavemente y ladeó su cola lado a lado. Lan estaba frotando su barbilla y ahora estaba ronroneando suavemente ante los suministros del castaño. Laika dio un maullido antes de recostarse sobre su compañero que rió con nerviosismo, bajando sus orejas.
-Je... Laika, hum, levántate.-sus cabellos se erizaron cuando el coronel se frotó contra su cuerpo.-Oye, no quisiera que nos vean en una posición algo comprometida, tu sabes... –Laika arqueó el lomo, divirtiéndose.
-Ya sé. Pero, me gustó lo que me hiciste hace un rato. ¿No lo hacés de vuelta, mrrr?-se frotó contra el castaño y le lamió el rostro haciéndolo sonrojar. Rió.-Nya, sos de lindo así de sonrojado.
-¡Basta!-le ordenó Lan, apartando el rostro del coronel que volvió a reír.
-Si me dejás darte un beso.
-¿E-En dó-dónde?-al bajar la guardia, su compañero aprovechó y le besó el cachete.
-¡Jaja! ¡Que ingenuo sos a veces!-se levantó del cuerpo de Lan, y meneó su nueva cola de izquierda a derecha.-Nya, te veo más tarde.
El castaño se sentó en el sofá. Atrapó su cola entre sus garras y la acarició un par de veces antes de salir por donde el coronel así lo hizo. Corrió por los pasillos hasta llegar a la cafetería donde seguro lo iba a encontrar.
-¡Chaaaaaaud!-dijo, al verlo sentado tomando una taza de leche caliente.
-¿Qué hacés acá?-Lan sonrió.
Tomó un poco de carrera y saltó sobre la mesa. No hubo suficiente fricción para detenerse y terminó cayendo sobre el bicolor haciendo que desparramara la leche sobre su rostro y ropas. El castaño sonrió nerviosamente y sudó unas gotitas viendo la cola de Chaud mecerse furiosamente.
-Perdón.
-Hum... ¿Qué hacés acá?-repitió.
-Quería verte.-le respondió, comenzando a lamer la lache del rostro del bicolor que sonrió.
-¿Ah si?-entrelazó su cola con la de su compañero con suavidad.-Las ayudantes llegaron.
-Que bueno.-dijo Lan y besó a su compañero profundamente en la boca, metiendo su lengua dentro de ella.
Los dos chicos se recostaron sobre los asientos con Chaud sobre el castaño que dio un suave gemido cuando las garras del bicolor se deslizaron debajo de sus ropas. El mayor sonrió con satisfacción al sentir la panza de Lan vibrar al igual que su garganta.
-Estás ronroneando de vuelta.-le dijo.
-Mrrrr... –volvió a gemir.
-¡¡CHAAAAAAAUUUUUUUUD!
Los dos chicos se sobresaltaron ante la exclamación de dos voces femeninas. Se levantaron, sonrojados en vergüenza, pero el bicolor pronto empalideció. En la puerta se encontraban dos mujeres. Las dos castañas aunque la más alta aparentaba ser de un rubio oscuro, ambas con ojos verdes claros, con anteojos dorados. La más alta traía un pantalón holgado negro con dos rayas blancas a los costados, zapatillas blancas y una campera negra también suelta, con bolsillos canguro, una capucha con el fondo azul y un emblema en el lado izquierdo, que parecía ser una aleta con un fondo negro rodeado de un borde amarillo. La más chica vestía un jean azul claro con algunas flores pintadas a mano, una musculosa blanca con una red rosa en la parte delantera y en el medio de sus pechos tenía un emblema también como la más alta pero este tenía una especie de romboide amarillo en un fondo negro. Y ambas tenía en cabello atado en una cola de caballo.
-¡¡HOLA CHUAD!-dijeron al mismo tiempo.
-Hum... ¿Las conocés?-preguntó Lan. El bicolor asintió.
-Fueron compañeras mías en un viaje que hice hace dos años en Europa. Nos conocimos y nos hicimos muy buenos amigos, aunque Nadia tiende a ser un poco, obsesiva. Es la más alta y la otra es Carla.
Se levantó del chico y cuando puso los pies sobre el suelo, tenía a la más alta sobre él. Debajo de sus ojos cerrados tenía unas mejillitas rosadas, además de una sonrisa de oreja a oreja. La fémina se frotó contra el cabello bicolor de Chaud, suspirando.
-Ahhh... Tanto tiempo sin vernos. ¡Jujú! ¡Te extrañamos!-dijo y hundió la cabeza del chico entre sus enormes senos, provocando que se sonrojara con fuerza.-¿Cómo has estado?-Chaud se separó de sus senos.
-B-Bien.
-Oia... ¿Y esto?-preguntó, soltándolo. Acarició sus orejas gatunas y Nadia rió. Carla se acercó a ella y también las tocó.
-¿No me digas que fuiste infectado por el Neko Virus?-preguntó.
-Hum, sí. Por eso están acá. Tienen que ayudarnos a atraparlo para poder hacer un ativirus y poder sacarnos esto de encima.-las chicas hicieron un "¡Awwwww!" y siguieron acariciando las orejas del bicolor.
-¡Pero si te ves de tierno así!-dijo Nadia.
-¡Sí! ¿No te gustaría quedarte así un rato más?
-¡¡NO!-gritó alarmado.
-¡Sólo para nosotras!-dijo Carla, abrazándolo al igual que Nadia.
-¿¡Y quiénes se creen ustedes para andar toqueteándolo así como así!-chilló Lan, acercándose a las mujeres y apartarlas del bicolor.-Pueden ser sus amigas pero creo que lo atosigan de esta manera.
-Pero... –empezó Carla.-Él nunca nos dijo nada acerca de que lo molestamos. Es más, ¡a veces pide que lo molestemos!-el bicolor se sonrojó.
-Mentira.
-¡Si decís que para vos somos como tus hermanas!-agregó indignada Nadia, cruzándose de brazos.-Por cierto, ¿quién sos vos?-le preguntó al castaño.
-¿Yo? Soy Lan Hikari.-respondió, todavía enojado, cruzándose de brazos.-Soy un Net Savior al igual que Chaud y Laika. Y esto, aunque sea SciLab, también es nuestro cuartel.-explicó.
-¿Y de casualidad no serás el novio de Chaud?-dijo con picardía Nadia, con una sonrisa traviesa. Lan se sonrojó furiosamente y apartó la mirada y aparentó estar enojado.
-¿¡Y qué te hace pensar eso!-gritó.
-Los vimos ahí tirados en los asientos prácticamente comiéndose entre ustedes.-respondió Carla entre risas y el castaño enrojeció aún más. Chaud rió por igual.
-Ya déjenlo.-lo atrapó entre sus brazos y besó su rostro un par de veces y entrelazó su cola con la de su compañero.-Lo avergüenzan.
-Chu, ¡Ojalá tuviera una cámara!-dijo frustrada Nadia. Carla asintió y agregó.
-Creo que deberíamos empezar a buscar el Neko Virus, ¿no lo crees?-su amiga suspiró.
-¿Qué más podemos hacer?-dijo encogiéndose de hombros.-Oigan, ustedes dos, ¿por qué no se consiguen una habitación?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Megaman, Protoman y Searchman estaban aislados de los demás pero podían comunicarse entre ellos por mensajes y conversaciones en directo. Pero no era lo mismo. No podían jugar y eso lo mantenía muy triste al pequeño navi azul que movía la punta de su cola. Suspiró y miró a su alrededor, viendo únicamente a sus otros dos amigos.
-¡Oooohhh Prooootooooomaaaaan!-dijo una voz femenina.
-¿Dónde estás?-dijo otra.
El albino levantó la cabeza y semi sonrió. Estaba feliz de verlas pero al mismo tiempo no. Se puso de pie y sus compañeros hicieron lo mismo, divisando a lo lejos dos navis que se acercaban a ellos. Megaman se sonrosó al ver que los senos de ellas se movían de arriba abajo mientras corrían.
Una de ellas tenía el avatar de un dragón. Su atraje enterizo era de un azul oscuro parecido al de Megaman, tenía garras en sus manos y en sus pies, aletas en las botas que le llegaban únicamente hasta los talones y en sus guantes que empezaban un poco por debajo de sus codos y terminaban en sus muñecas. Su casco era de un azul claro con una gema roja ovalada en el centro y un visor rojo. Sobre él, crecía una aleta y su cola, larga del mismo color que el casco, se mecía lado a lado con sus aletas dorsales. Tenía cubierto sus senos por dos partes de su poca armadura y la que cubría sus genitales empezaba ahí y se iba haciendo más fina, quedando dentro de los pliegues de su trasero, además de poseer dos hombreras similares a las de Bass.
La otra, tenía un avatar muy similar al de Roll. Tenía dos cintas que salían de su casco pero, en lugar de que salieran horizontalmente por su cabeza, estas salían hacia arriba y terminaban en punta sin ningún agujero. La parte de arriba de su avatar era una especie de musculosa con breteles finos y un escote que moría cuando se encontraba con el avatar de la navi, sobre su escote. El enterizo que tenía debajo era de color negro.
-¡Prooooooootisssss!-gritó la dragona y se tiró sobre él. Lo besó en lo poco de su rostro que tenía libre y el albino enrojeció.-¿Cómo estás?
-Bien, pero ¿podrías bajarte? Esta pose no es muy cómoda.-le dijo algo nervioso al tener los senos de la dragona muy cerca de su rostro.
-¡Awwww! ¡Protis! ¡Hace mil que no te vemos!-la otra ya los había alcanzado y se abalanzó contra él también. Protoman se tambaleó un poco.
-¡Ya niñas, nyo! ¡Me van a hacer caaaEEEEEEEER!
El pelirrojo rió a carcajadas, sentándose de vuelta en el suelo. Megaman infló sus cachetes, moviendo su cola furiosamente de un lado a otro. Protoman gimió en dolor y logró sentarse como pudo.
-¿Quiénes son, nyo?-preguntó el navi azul furioso, acercándose al trío con los brazos cruzados y su cola meciéndose lado a lado. La dragona lo miró y pudo ver detrás de ese visor rojizo transparente unos ojos verdes llenos de vida.
-¡Soy Dragoness! Soy una net navi dragona, del tipo agua. ¡Y doy coletazos muy dolorosos!-agregó alegremente moviendo su cola.
-Yo soy Starfield, su compañera.-se presentó la otra y también el navi pudo observar unos ojos verdes llenos de vida.-Soy normal del tipo curativo.
-¿Qué hacen acá? ¿Son las ayudantes, nyo?-preguntó Searchman, acercándose. Gruñó. Decir aquél "nyo" después de todas sus frases lo calentaba a lo grande, ya no lo soportaba.
-¡Sí!-dijeron a la vez.
-Entonces, ¿podrían soltar a Protoman, por favor?-pidió Megaman con enojo.-Lo veo algo incómodo con ustedes dos sobre él.-el albino sonrió. Con que el chico estaba celoso.
-¿Incómodo?-repitió este.-¡Pero si no estoy incómodo!-pero se sonrojó cuando los senos de Starfield se incrustaron en su rostro.-Son mis amigas desde hace dos años ya al igual que sus operadoras.
-Ahora que estamos acá, ¡los ayudaremos con el Neko Virus!
Searchman rió suavemente, Protoman suspiró y Megaman gruñó.
