Ya habían pasado algunos días desde que el virus fue capturado. Y hace algunos días, Laika estaba agresivo y tenía un comportamiento hostil hacia los demás. Les gruñía, los alejaba, se aislaba, no hablaba con nadie y rara vez se lo veía comer. Únicamente dejaba que Chaud y Lan se le acercaran ya que al resto los rechazaba sin más palabras.
Ahora estaba en una de las salas de SciLab, sentado tranquilo, con dichos chicos entre sus piernas mientras que jugaban a las cartas, algo incómodos, pero no se quejaban. Sólo ellos podían acercarse y podían obligar al coronel a comer y no desnutrirse.
-Ja, gané otra vez.-dijo el bicolor, mostrando sus juegos al castaño que gruñó y miró sus cartas.
-Ne, yo tengo un solo juego.-le respondió, mostrándolo.-Me quedé con... –contó los puntos de las cartas y los sumó.-Quince.-Chaud anotó el resultado en un papel y rió.
-Mirá que te falta poco para llegar a ciento uno eh... –juntó las cartas y comenzó a mezclar.-Si te agarro con cuarenta y pico, fuiste.
-Sí, sí... –le respondió distraídamente Lan, cortando.-Eso no va a pasar. Ya sé más o menos cómo funciona tu cerebro y espero poder hacer menos diez.-por primera vez que empezaron a jugar al chinchón con unas cartas de póker, oyeron a Laika reír con suavidad, moviendo su cola suavemente.
-¿Saber? Hum, lo dudo Lan, lo dudo.-atrajo a los dos chicos a su pecho y sonrió al no recibir ninguna objeción.-¿Cuánto tenés?-preguntó. Chaud se fijó en el papel.
-Yo tengo cincuenta y ocho y él tiene setenta y nueve.
-Jú, te falta poco nya.-gruñó.-Esto del "nya", me tiene podrido. Espero que ya hayan terminado con el antivirus.-los chicos rieron y Chaud cortó, haciendo reír a Laika cuando el castaño gruñó.
-Hice menos diez... –dijo, y anotó el resultado.-¿Vos?
-No sé, me pasé, supongo.-dijo amargado.-¿Cuánto valía la jota?
-Once.-respondió el coronel, acariciando la cola afelpada de los chicos con deleite.-La cu doce y la kha trece. Y el as uno, como siempre.
-Ya sé, ya sé... Hum, doce, quince... ¿Quince y siete?
-Veintidós.
-Veintiocho, treinta y cinco, treinta y seis, cuarenta y uno... –dijo finalmente, terminando de contar las siete cartas que tenía en la mano. El bicolor lo miró.
-¿No tenías nada?
-No. Tenía el seis y un siete de corazones pero no llegué a sacar el cinco o el ocho que necesitaba.-dijo, agarrando las cartas y empezar a mezclar. Chaud silbó.
-Ciento veinte. Volví a ganar.
-¡Ya sé!-exclamó el castaño, mezclando las cartas una última vez.-Pero que consta que en el anterior te hice chinchón puro.
-De casualidad.-le replicó el bicolor cortando.-Ah, es tu madre.
El castaño se dio la vuelta y Haruka le sonrió tiernamente. Tenía una bolsa con algunos recipientes sellados con comida adentro. Preguntó si podía pasar y el trío le dijo que sí, que podía pasar. La mujer les dio las gracias y apoyó la bolsa sobre la mesa. Se acercó a los jóvenes y se sentó a su lado. Extrañamente, Laika no protestó.
-¿Qué juegan?-preguntó.
-Al chinchón.-respondió Lan, acomodando un tres de picos que le vino para hacer una escalera de tres, cuatro y cinco del mismo palo. Tiró un ocho que no le servía.-¿Qué trajiste?
-Algo de comida. Tu padre me dijo que Laika no había estado comiendo mucho y me preocupé un poco. Por eso traje un poco de curry para ustedes.-el castaño se relamió los labios y movió su cola felizmente.
-¡Ju! ¡Curry!
-No, no, no... –le dijo la madre.-Quedátelo. Por ahí te sirve.-le sugirió cuando su hijo había levantado de la pila un cinco de diamante.
-¡Hey! ¡Sin trampa!-exclamó el bicolor, moviendo sus orejas y haciendo reír al resto.
-¿Puedo jugar después de esta mano?-preguntó la mujer. Lan miró a Chaud que asintió.-Laika, ¿no querés vos también?-el coronel la miró.
-Seguro. Si no tienen problema. Ahora, eso sí, no refunfuñen cuando yo les gane.
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Nadia jugaba con un lápiz entre sus dientes mientras esperaba a que su navi despertara. El repentino cambio que tuvo la había dejado casi sin energías y esos últimos días había estado durmiendo para recuperarla. Suspirando, se sacó el lápiz de la boca y lo dejó sobre su escritorio. Delante de ella tenía una pantalla en la cual giraban unas partículas de diversos colores. A la derecha, había gráficos de barra, de torta y lo que parecía ser un electrocardiograma en miniatura. No bipeaba como tal, pero sí hacía lecturas de las partículas que giraban continuamente del lado izquierdo.
-Uuhhh... ¡¡BUENOS DÍAS!-gritó Dragoness despertándose, sorprendiendo a Nadia que se tambaleó en su asiento. Aún así, sonrió.
-Heeeeeey... Dormiste mucho.-le dijo.-Hemos tratado de hacer un antivirus para los niños pero todavía no logramos nada de nada.
-Oooohhh... ¿Qué pasó mientras dormía? Con Starfield y Megaman...
-Starfield nos estuvo ayudando mucho. Megaman y los otros dos están estables. El Neko Virus no dio indicios de querer mutar en ningún momento por lo tanto el antivirus que hagamos tendría que eliminar todo vestigio de sus cuerpos virtuales.
-Te noto cansada.
-Sí.-la miró.-Esto es arduo. No pensé que llevara tanto tiempo. ¿Qué esperabas?-Dragoness sonrió.
-Podrías ponerte un poco de base para esconder esas ojeras que te están saliendo.-Nadia la miró como si hubiera dicho la cosa más estúpida en todo el planeta.
-¿Estás insinuando que me maquille? ¿A mí me lo estás diciendo?-se rió con fuerza.-Que chiste.-Dragoness sonrió.
-Yo no lo voy a hacer. Tal vez Carla sí. Ah, ¿Cómo está ella?
-Bien por el momento. Se está tomando un merecido descanso después de haber tratado algunas horas más para hacer el antivirus. Ahora todos estamos descansando. Supongo que está durmiendo...
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-Ah no... Lo necesitaba.-se lamentó Laika mirando la carta que acabó de tirar Chaud. Movió las que tenía en su mano y miró la pila de descarte.-¿Ahora todos conspiran contra mí? ¡La necesitaba, Lan!-el castaño le sacó la lengua.
-Y yo que sé qué cartas necesitás.-acomodó las que tenía en la mano.
-Me tenés que leer la mente, sabés que podés hacerlo.-sudó una gotita.
-Sí, sí... –Haruka levantó del monte y cortó con la que había levantado. Los hombres gruñeron y Chaud se metió en la boca la cuchara que tenía llena de curry. El coronel estaba por la mitad y el castaño se lo había acabado todo.
-Volví a ganar.-dijo, mostrando en su mano un chinchón puro. Laika frunció el ceño.
-¿Cómo hace para hacer eso? ¡Ya es la quinta vez consecutiva que lo hace!
-Cuarta. En el tercero lo hizo con un comodín.-dijo el castaño.
Mientras seguían hablando, notaron que Laika se quedaba callado. Miraba con recelo a la puerta y sus orejas y cola estaban erguidas. Dio un gruñido de advertencia y se oyó un quejido. Se viraron y vieron a Meijin con una sonrisa nerviosa.
-Je, parece que todavía no le gusta que andemos cerca de ustedes... –dijo.-Ah, Haruka. ¿Qué andás haciendo por acá?-la mujer sonrió y le mostró la mano de cartas que tenía. El hombro rió suavemente y asintió.-Logramos avanzar un poco con el antivirus pero todavía no está terminado.-dijo y se acomodó los anteojos.-Y todavía tratamos de averiguar también qué le pasó a Dragoness.
-¿Cómo qué le pasó?-dijo Chaud, tirando una carta.
-Parece que perdió el control en cierto momento. No obedecía a su operadora y tampoco respondía a los llamados de Starfield. Fue como si se hubiese transformado en otra persona.-se había adelantado un poco pero se detuvo bruscamente al escuchar al coronel gruñir más fuerte.-¡Está bien, está bien! Por cierto, ¿cómo es que estás vos ahí y no te hace nada?-Haruka volvió a sonreír.
-Laika sabe que soy la madre de Lan.
-Ya lo sé. Yuichiro es el padre de Lan también y no deja que se le acerque.
-Justamente por ser la madre deja que se acerque. A veces lo machos adultos, en la naturaleza, tienden a echar a los machos más jóvenes para no tener competencia. Digamos que Laika piensa que Yuichiro se quiere deshacer de Chaud y Lan para que ninguno hum... –Nadia, que había aparecido en la puerta y había estado explicando las cosas, se detuvo unos momentos.-Para que... sé que va a sonar asqueroso pero, para que no se junten con su madre.-Lan hizo una mueca de puro asco.
-¡EWWWWW! ¡Por dios!-movió su cola furiosamente lado a lado.-¿Dónde está papá?
-Fue con Regal a comprar la cena para nosotros.-respondió Meijin.-Se fueron hace un rato.-se dirigió a la salida y miró a la chica.-¿Carla sigue durmiendo?-ella asintió.-Está bien. Cuando despierte, decíle que la necesito para que me ayude con el programa del antivirus.
-Okie dokie.-el científico se retiró.-¿Puedo jugar yo también?-preguntó.
: El chinchón es un juego de cartas, como habrán notado xD, que se puede jugar con la baraja de cartas de póker o las españolas. Yo en mi ciudad lo juego mucho con mis pares y amigos en los ratos libres. La finalidad del juego consiste en hacer dos juegos; una escalera o una pierna (tres o cuatro cartas del mismo número pero diferente palo), teniendo en la mano siempre siete cartas. Se debe cortar con una carta menor a cinco (5), y al cortar se tienen que mostrar los juegos hechos. El chinchón puro es la escalera de un mismo palo con siete cartas, ya sea del uno al siente, del dos al ocho, del tres al nueve, etc. El impuro es lo mismo que el puro, nada más que se utiliza el comodín (joker) para completarlo y el primer participante que llegue hasta ciento uno (101), pierde.
