Seis cincuenta y dos del sábado en la tarde, el Sol de la temprana primavera se ha escondido de Tokio y me veo forzado a prender la triste luz del cuarto que comparto con mi hermana. Se que no debo de retrasarme más, solo... solo quiero estar seguro que todo este en su lugar. Observo mi reflejo en el psique de madera vieja. Botines negros, pantalones de mezclilla oscura hasta la cadera, camisa blanca desfajada de manga larga abierta hasta la mitad de mi pecho, mi cabello arreglado de tal manera que cubre parte de mi rostro, en la bolsa trasera de mi pantalón dos preservativos de los mas baratos.

Ya estoy listo.

Debo de bajar, Lyserg me esta esperando. Debo de bajar ¿Por qué no me muevo? Debo de moverme. Muerdo mi labio inferior, pero ni el dolor me hace reaccionar. Cierro los ojos y respiro profundamente. Solo debo de bajar y salir a la calle. Debo de hacerlo. No pensaré en nada. La ultima vez no sirvió de mucho, sin embargo no me queda de otra... ¡No me puedo quedar aquí! Debo de aceptarlo. Tengo que ir a trabajar. No tengo otra opción.

¡Pero no quiero¡No quiero! Volverá a suceder, yo lo sé. Pero Jun, mi hermana... Debo de hacerlo por ella... ¿En verdad lo tengo que hacer por ella?

Alguien toca la puerta.- ¿Ren¿Ren estas ahí?- Es Lyserg.

-En un momento salgo.- Ya no lo puedo postergar más.

-¿Por qué tardas tanto¿Te encuentras bien?- Grita detrás de la puerta.

Me alejó del espejo, tomó mi chamarra y abro la puerta.

-Si-

-No lo pareces- Dice preocupado. Esta vestido con unos pantalones de imitación de cuero negro y una camisa algo desgastada sin mangas azul fuerte.

-¿Acaso importa?- No puedo evitar la frialdad en mis palabras. Empiezo a caminar hacia las escaleras- ¿Vienes?

-Si...- Escucho sus apresurados pasos para alcanzarme.

En silencio bajamos las escaleras de madera hasta llegar al lobby del burdel. Al bajar el ultimo peldaño el aroma de incienso recién encendido me golpea los pulmones y nuestros pasos dejan de hacer eco gracias a la alfombra púrpura. Seguimos caminando para llegar a la barra semicircular que es la recepción, detrás de ella ya se encuentra sentada la recepcionista, Kanna. Esa tipa se hace pasar como la mejor amiga de Lackiff, pero todo el mundo sabe que el tipo solo le hace caso por que ni un perro muerto se le acercaría; dan lastima. Ella es la encargada de mostrar que se ofrece, recibir el dinero y decirle a los clientes a que cuarto deben de dirigirse. Desde el principio me dijeron que la tratara muy bien para que recibiera los mejores clientes, pero se me hace tan difícil hacerle un cumplido acerca de la plasta azul oscuro que dice que es su cabello.

-Llegan tarde- Nos dice cuando nota nuestra presencia. Lyserg se acerca a ella.

-Buenas noches Kanna- Se recarga "seductoramente" sobre el escritorio con los brazos cruzados.- Lo sentimos mucho, pero tu sabes, queremos que todo este perfecto para obtener buen resultado- ¿Le ha guiñado un ojo¿Podría caer aun mas bajo? No lo creo, tal vez ofrecerse a la mitad de a calle. ¡Oh espera! Eso es lo que vamos a hacer.

Kanna por el rabillo del ojo me mira.- ¿Irá solo?- Le pregunta a Lyserg.

-No, yo lo acompañare. Le enseñare como debe de trabajar, no te preocupes.- Me desespera la forma en que me observa, lo más seguro es que me este analizando. Estoy pensando como mi padre, debo de clamarme.- ¿Puedes anotarnos, si es que todavía no los has hecho?- Me siento como un animal o mercancía barata. Llevar un registro como si fuéramos objetos se me hace exagerado y presuntuoso.

-A él ya lo anotaron, a ti no.- Lo dice con saña.

-Pero necesita que alguien este con él en su primer día en la calle¿no es así? Al jefe no le gustaría que a él, le pasara algo allá afuera. ¿A quien culparían? Supongo que a la persona que esta encargada de esos pequeños detalles ¿no crees?.- Contesta Lyserg sin darle importancia. Se quedan mirando por unos segundo hasta que ella se agacha para escribir en su cuaderno.-Gracias.

Con una sonrisa triunfadora Lyserg se dirige a mi.- Ya podemos irnos.- Gira la cabeza y se despide de ella.-Adiós Kanna. -Yo lo sigo a la puerta que esta abierta de par en par.

No esta haciendo tanto frío como creí que haría.

-Te ves muy bien con la chaqueta, no te la quites.- Lo tomare como un consejo, no como un cumplido.

Recorremos varias calles mientras que memorizo el laberinto que vamos trazando. No nos alejamos mucho del burdel, sin embargo hay tantas pequeñas callezuelas por este lugar que se podría caminar por horas sin siquiera haber salido del barrio. La luces de neón anunciando los restaurantes y moteles son la única iluminación, los diálogos entre las personas son ensordecedoras y la comida callejera me embriaga. Lyserg camina entre la multitud como un fantasma, nadie choca con él, en cambio yo me veo forzado a utilizar los codos para abrirme paso.

-Ya casi llegamos- Me grita emocionado.- No te quedes atrás.

-Me alegro tanto- Aunque no lo he dicho en su mismo volumen de voz se que me ha escuchado.

Al fin se detiene enfrente de un callejón. La luz al principio es igual que el resto de las demás calles, sin embargo mas adentro parece una cueva. Creo que somos los últimos en llegar por que ya hay varias esperando en sus tacones de aguja.

-Hola Marion, Matti.- Lyserg sigue caminado hacia el final de callejón y saludando a quien se le pone en frente como si estuviera en una pasarela.- Jeanne tanto tiempo sin verte por aquí. Buena suerte Seryam.

-¿No crees que nos estamos alejando demasiado?

-Claro que no. Déjame explicarte. Al principio del callejón van las mujeres, por que la mayoría viene a verlas a ellas; nosotros no somos¿cómo decirlo? tan fáciles de acercarse.- Creo que mi cara de confusión dice mucho- Más claro. A la mayoría de los hombres les gusta estar con mujeres, sin embargo ha muchos otros no y por lo general no les gusta que sepan ese pequeño secreto suyo. También están las mujeres urgidas que quieren mantener la apariencia y buscar la compañía de uno de nosotros les parece embarazoso.

-Si no somos tan fáciles de acercarse¿no seria mejor estar al principio?

-Es lo que te estoy diciendo. No les gusta ser reconocidos. Y si estamos hasta delante la gente tiene mas posibilidad de verlos.

-La gente se dará cuenta que salen con nosotros de todos modos. Es algo estúpido.

-Supongo que pueden inventar una historia mas o menos creíble, como que se perdieron en la oscuridad del callejón y nos pidieron que los ayudáramos a encontrar el camino, o yo que sé.

-¿Cómo saben que estamos hasta el final?

-Todos los caminos llevan a Roma.- Nos detenemos unos metros antes de que la luz desaparezca en las sombras.- Aquí esta bien. Poca luz, la necesaria para que no se tropiecen. Ahora hablemos de la cantidad de dinero que tienes que llevar. Generalmente con llevar a una persona por unas dos horas es suficiente, sin embargo siempre puedes decir que nadie se te acerco, pero ten cuidado, de vez en cuando hay un soplón entre nosotros y te hace quedar mal ante Kanna. Después de que hayas terminado con un cliente tienes que regresar a este mismo lugar.

-¿Seremos los únicos?- No se por que lo dije en medio susurro. No es que tenga miedo.

-Tal parece.- Se recarga sobre la pared, saca un encendedor y un cigarrillo.- ¿Quieres uno?- me niego a morir por una adicción tan vana como el tabaquismo.- No tienes que poner esa cara, no te estoy ofreciendo veneno.

-Técnicamente lo es.

-Tienes principios, que mal, en este tipo de trabajos no sirven para nada y con el tiempo se te van a ir olvidando.- Enciende su cigarrillo- Si te paras ahí, con las manos en los bolsillos y con tu cara de terror te puedo asegurar que nadie se te va a acercar. Posa, recárgate en la pared, saca la cadera, vende la mercancía.- Me quedo anonadado ¿de que demonios esta hablando? Su rostro muestra desesperación, se acerca a mi de una forma muy extraña.- Solo tienes que hacer esto.

¿Qué demonios! Pone sus manos en mi cadera, y la comienza a mover.- Si cooperas no sería tan difícil... dobla la pierna... no la otra...

-¡Déjame en paz!- Trato de empujarlo lejos de mi.

-¡Te estoy ayudando!- Quita sus manos- Tranquilízate, no te voy a violar, no tienes el dinero necesario.

Desearía salir corriendo de aquí. Esto ya no es una pesadilla, es mi maldita realidad y no puedo escapar de ella.

Me relajo, no tiene caso que me enfade con él.

-Perdón.

-Da igual.- Se oye ofendido- solo quédate del otro lado junto a la pared.

Como si fuese un perro castigado me voy en silencio al lugar que me dijo, me recargo y meto mis manos en los bolsillos de la chaqueta. La visión es muy poco y lo que mas se distingue es el punto rojo del cigarrillo. El silencio crece entre nosotros. No sé por que le pedí perdón, yo nunca había hecho eso. Me he vuelto tan inseguro, antes yo era el que escupía a las personas y ahora soy la escupidera de la humanidad.

-Eres un idiota. Yo tratando de ayudarte y así me pagas, enojándote. Solo no vayas a llorar.

-Yo no lloró.- Le reprocho.

-No te creo, y si fuera cierto ¿por eso debo de respetarte? Debe de quedarte algo claro, aquí te ganas el respeto con actos, no con palabras.

Nuevamente silencio, no tengo fuerzas para contestarle, ya no se que decirle.

-¿Por qué terminaste trabajando en el burdel?- me pregunta, pero no le voy a contestar.- Si tu me cuentas tu historia yo te cuento la mia.

-¿A mi que mi importa tu historia?

-Ya se que no te importa, solo es para matar el tiempo- Dice encogiéndose de hombros. No se cuanto tiempo podremos estar aquí parados, y sinceramente prefiero charlar que el silencio.

-Tu primero.

-Fue mi idea.

-Entonces, no.

-Esta bien, así te doy más tiempo para que inventes bien tus mentiras.- Le da una calda al cigarro.- Mi madre conoció a un japonés en su natal Inglaterra que le robo el corazón, su familia desprecio su relación desde el principio pero ella no se quería separar de él así que decidieron huir. El tipo le dijo a mi madre que vinieran a Japón por que allí los dos podrían encontrar un buen trabajo y mi madre acepto. Lamentablemente el mejor trabajo que le consiguió el tipo fue de prostituta, después la abandono. Para su desdicha al poco tiempo quedo embarazada. No pudo abortar. Y así nací.

-Eso no explica como terminaste trabajando.

-Me separaron de mi madre, la amenazaron de que si no seguía trabajando me matarían. Ella siguió trabajando hasta que murió de una enfermedad. Y como única herencia me quede yo con su trabajo.- Vuelve a saborear su cigarro.- ¿Cuál es tu historia?

¿Debería de contársela¿Qué tal si fue una mentira? Que más da- Mi padres trabajaban para una empresa internacional. Un día le ofrecieron a mi padre ganar más dinero pero traficando mercancía.

-¿Drogas?

-No lo se, supongo que si. Al parecer su trabajo no solo le costo su vida, también un poco de su salud mental. Siempre pensaba que nos estaban observando y que todo el mundo sabía lo que el estaba haciendo. Uno de sus encargos no salió bien, lo mandaron a matar, también a mi madre.

-Eso no explica como terminaste trabajando.

-El encargo había venido de parte del dueño del burdel y pensó que mi hermana y yo éramos lo que mi padre había hipotecado por si algo salía mal.

-¿Conoces al dueño del burdel?- Pregunta sorprendido.

-¿Tú no?-Me siento superior.

-¡Claro que no! Muy pocos lo conocen. Vaya... eres alguien influyente. ¿Quién es¿Cómo se llama?

-No puedo creer que no lo conozcas. Se llama...

-Bue... buenas noches.- Una tímida voz interrumpe nuestra platica. Los dos volteamos a ver de quien se trataba. Dos jóvenes están paradas enfrente de nosotros. Una de ellas, por lo que logro a ver, tiene el cabello rosado y corto, es pequeña y juega nerviosamente con su vestido rosa, la otra tiene el cabello largo y azul, es casi de la misma estatura que la otra.-Ustedes... son... son...

-Lo que quieras que seamos preciosa.- Dice Lyserg acercándose. Al parecer las dos están muy nerviosas.- ¿Están perdidas?- Niegan con la cabeza- Entonces...

-Quisiéramos saber...- dice la de cabello azul- si ustedes, ó alguno de los dos nos podría ofrecer sus servicios.- Casi no le ha temblado la voz.

-Claro, mi amigo y yo lo haremos con mucho gusto, síganos.- Me hace una señal con la cabeza, deja caer su cigarro y empieza a caminar. Me separo de la pared y lo sigo.

Tomamos el camino de vuelta al burdel, las chicas van detrás de nosotros guardando su distancia, no vamos muy rápido para que no se pierdan. Al fin llegamos. Los dos esperamos a que ellas pasen primero.

-¿Quién va a pagar?- La chica de cabello azul es la que se encamina.- Ven conmigo. Dos cuartos, por favor.- Lyserg es el encargado de hacer todo el tramite con Kanna. De su bolso blanco, la chica saca un fajo de dinero. Lyserg lo recibe y se lo pasa a Kanna quien le da las llaves.- Gracias.

Yo sigo casi junto a la puerta mostrando una fría mascara en mi rostro, mientras que la otra chica esta a unos pasos de mi con la mirada en el suelo. Los otros dos se acercan a nosotros.

-¿Quién se quiere estar conmigo?- Ninguna de las dos responde, están tan avergonzadas- Si no escogen nosotros lo haremos... ¿seguras?... muy bien. ¿Cómo te llamas?

-Ta...Tamao.

-Tu vienes conmigo. Encárgate tu de la otra.- Me lanza una llave. El número marcado en ella es el 167, primer piso.

Camino hacia las escaleras sin siquiera voltear a ver a los demás, ella es la que me debe de seguir. Escucho como Lyserg trata de entablar una platica con la chica que le toco mientras vamos subiendo. No le doy importancia. Llegamos al primer piso, doblo hacia la derecha mientras que Lyserg hacia la izquierda. Alcanzo a oírlas como se despiden y se quedan de ver en el lobby.

Sin aminorar el paso llego ante la puerta del cuarto, la abro, dejo que entre ella primero. El cuarto nos recibe con la acostumbrada tenue luz. Cierro lentamente la puerta, tratando de retrasar la situación por si se arrepiente.

Ella esta parada frente de mi, esperándome, toda la tensión de su cuerpo sobre sus delgados hombros. El blanco vestido sin mangas la hace ver tan pequeña, de seguro no es mayor de edad, pero a nadie le importa, mientras pague. Su cabello azul cae como una cascada por su espalda, sus manos están entrelazadas en su regazo. Tiene piernas largas, sus zapatillas parecen ser un poco incomodas por el tacón alto.

Ella también me esta observando atentamente, sin atreverse a mirarme a los ojos. No se como empezar, el idiota de Lyserg nunca me dijo como. De seguro también nota mi inseguridad.

-¿Cómo te llamas?- Por algo debo de empezar.

-Pilika- Responde en voz baja- Es mi primera vez.- Su rostro se torna rojo

-No te preocupes, no te lastimare- ¿Cómo puedo estar tan seguro?

Me acerco a ella. Tomo su barbilla con mi mano y la obligo a verme directamente a los ojos. La beso suavemente. Tiembla.

Yo también tengo miedo.


N/A: Hooola! Tanto tiempo sin escribir jijiji... Lo siento, tuve mucho trabajo en la escuela. Ya estoy de vacaciones y espero actualizar lo mas pronto posible. Gracias por leer. R&R por favor.

Reviews: Jul Tao Gracias por tu apoyo, en realidad si me gusta lo que estoy haciendo, espero que a ti también. Quincy Yuki. Perdon! Sigue leyendo por favor, y dejándome reviews (suena egoísta pero es lo que me sube el animo T.T) Gracias por tu review. Ayus Muchísimas gracias por tu review, sigue leyendo. Vickyng. Mi lectora a quien le debo tanto, espero que este capitulo este mejor que los otros, muchísimas gracias por tu critica, me ayudas tanto, sigue destrozando mi trabajo, por favor, te pago, pero criticalo sin tocarte el alma.