Searchman se rió cuando Laika le echó en la cabeza un generosa porción de champú. El coronel sonrió de lado y comenzó a masajear el cuero cabelludo del pelirrojo que se escabulló de los dedos de su operador.

-¡Vení acá!-le dijo juguetonamente el hombre, con las mangas de su uniforme arremangadas.-¡Seeerchy!-le canturreó. El navi materializado le puso un pie mojado sobre su hombro, riendo.

-¿Qué?

-Dejá de moverte y vení para acá.-le indicó Laika, sonriente. Pero el pelirrojo tenía otros planes.

-¡No quiero!-le contestó de manera traviesa, hundiéndose debajo del agua antes de emerger con el pelo todo mojado. El coronel suspiró.

-No tenés caso.-alzó y bajó sus brazos, golpeando sus muslos en derrota.-¿Qué tengo que hacer para poder lavarte la cabeza?-puso sus manos sobre sus caderas, y su navi se dio la vuelta y le sacó la lengua divertidamente.

-Bañáte conmigo.-le pidió, jugando con la espuma que tenía en la superficie del agua de la bañera.

-Está bien.-comenzó a desvestirse.-Ahora que lo pienso, no lo hicimos en un buen tiempo.

-Te dije que tomarte algunos días te harían bien. ¡Metete así no más! ¡Con ropa y todo!

-¡Searchman!-exclamó Laika con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué? Necesitan un bueeeeeen lavado después de lo que hicimos.-el pelirrojo se apoyó contra la bañera y acarició uno de los muslos de su operador. El pantalón de este estaba completamente manchado con sangre al igual que la camisa de su uniforme.-¿Y? ¿Qué estás esperando? No pienso quedarme acá adentro por más tiempo si el agua empieza a enfriarse neee... –Laika rió bajo su aliento.

-Está bien, está bien... –miró las manchas de sangre sobre su ropa y gruñó.-Ese ladrón de porquería... No era mi intención matarlo.-comentó, desnudándose antes de meterse a la tibia agua.-Pero él así lo quiso.

Searchman le sonrió y se sentó entre sus piernas, apoyando su cabeza sobre el pecho de su operador que le sonrió abiertamente, recorriendo con sus dedos sus rojizos cabellos húmedos y enjabonados por el champú que no pudo sacarle todavía. El coronel hizo una especie de gemido mientras frotaba su nariz contra la del navi materializado que se sonrojó fuertemente con una sonrisa tímida en su rostro.

-Ne, es hora de bañarnos, no de mimosearnos.-le recordó. El hombre de ojos verdes lo miró con ternura.

-¿Acaso no dijiste que no teníamos muchos ratos libres?-Searchman se sonrojó aún más.-Disfrutemos un rato más antes de salir, ¿te apetece?

-Mucho.

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-Uuuuuhhhhh... Son interesantes estas cosas, ne.-dijo entusiasmada Nadia, desarmando los dos vibradores de goma.-¡Nya, encontré los motorcitos, jujú!

Sonriendo, siguió desarmando los aparatos, que no le llevó mucho tiempo hasta desprender por completo los motores de vibración, y para ese entonces Chaud había terminado de limar la punta que le faltaba. Carla había estado leyendo un libro desde que ambos se habían puesto meticulosos en sus trabajos.

-¡Buenas!-se anunció Meijin con sus dos colegas, Yuichiro y Regal.-¿Cómo va la cosa?-preguntó acercándose al bicolor

-Yo ya terminé de limar todo. La estoy esperando a ella.-respondió.

-¿Qué hacés con esos vibradores?-preguntó el hombre morocho sorprendido.

-Los desarmo.

-¿Para?

-Para Chaud.-y Regal miró a su hijo con sus ojos abiertos.

-¿Qué?-dijo el chico encogiéndose de hombros ante la mirada de su padre.

-¿Qué demonios estás haciendo?

-Hum... Nada.-y se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Yuichiro rió por lo bajo y Meijin sonrió de lado.

-El chico anda tímido, ne.-comentó este último todavía con su sonrisa.

-Ahora que lo pienso... –se escuchó a Nadia empezar, que miraba los motores con curiosidad, ideándose un circuito simple para el vibrador.

-¿Algo anda mal?-preguntó Carla, bajando su libro hasta su regazo.

-Pues, la verdad, no sé si un vibrador de metal a pilas sea una buena idea... –tenía un tono de nerviosismo en su vos.

-¿Y por qué?-indagó Yuichiro.

-¿Insinuás que le daría una linda corriente eléctrica a su portador?-dijo la fémina menor haciendo que el grupo de hombres adultos estallara en ruidosas carcajadas. Nadia sudó una gotita y Chaud también.

-Bueno, no taaaan fuerte pero aún así algo dolorosa.-respondió.-Pero creo que puedo arreglarlo. Antes de soldar las puntas podemos recubrirlo con un aislante de goma. Además, de esta forma, será más fácil lubricarlo y limpiarlo. Por cierto Chaud-el bicolor la miró.-, ¿quién lo va a probar primero?-y el chico se ruborizó.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-Purrrrrrr... –Megaman se frotó contra las piernas de Protoman que estaba sentado trabajando en una información que llegó hace unos pocos minutos acerca de un nuevo producto, algunas reuniones formales y demás cosas.-El gatito quiere jugarrrrr... –le murmuró provocativamente. El albino sonrió de lado.

-Ahora no. Cuando termine, podrás tenerme a tu disposición.-pero el felino se hizo un bollo en su regazo.-Ay Mega... –dijo volviendo su atención a su trabajo.

Aunque de vez en cuado, el gatito quería que se lo atendiera y diera atención. El navi azul se movía y se frotaba contra la panza de su compañero cuando quería atención y mimos. El navi rojo gratamente se los daba, rascándolo detrás de sus orejas o frotándole la espalda mientras continuaba con su exhaustiva labor. Poco a poco, el híbrido fue ganando sueño mientras Protoman revisaba unos papeles, los comparaba, anotaba cosas en un block virtual y gruñía ante algunos otros.

-Me estabas llamando.-dijo Chaud en una ventana que se abrió a la derecha de su navi.-¿Qué pasó?

-Un asesinato cuádruple.-respondió.-No hay arma homicida, ni huellas, ni sangre, ni ningún testigo por el momento.-su operador lo miró desconcertado.

-¿No hay absolutamente nada?

-No por el momento.-Protoman abrió otras ventanas y cerró otras tantas.-Las víctimas son cuatro mujeres, al parecer eran prostitutas, pero lo más inquietante era un mensaje escrito con la sangre de las víctimas y que estas no tenían ni rastro de sangre dentro de sus cuerpos cuando las examinaron.-un escalofrío recorrió el cuerpo del bicolor.

-¿Qué decía el mensaje?-el albino tocó una pantalla delante de él para que se abriera un archivo. Buscó la información y leyó en voz alta.

-La lujuria no es un buen camino para ganarse la vida, rameras.-vio al chico hacer una mueca de desagrado.-Y, una cinta dis... tin.. tiva... –los ojos de Protoman se abrieron en completa sorpresa y perplejidad.-No... puede ser...

-¿Qué? ¿Qué tiene esa cinta distintiva?

-El emblema de Searchman.-respondió casi sin voz y pálido como un fantasma el navi rojo.

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Lan estaba recostado sobre la cama de Chaud, hundiéndose en el aroma de este que tenían las sábanas. Eran las nueve de la noche, y su amado todavía no llegaba. ¿Qué lo está retrasando, pensó el castaño mientras se mimaba a sí mismo para pasar el tiempo. Dio un gemido mezclado con su fuerte ronroneo al percibir la esencia del bicolor hacerse más fuerte a medida que lo escuchaba acercarse a la puerta de la pieza. Pronto los pasos no se oyeron más y el chirrido de la puerta abriéndose hizo que Lan gimiera juguetonamente al ver a Chaud entrar y sorprenderse al encontrar la habitación en completa oscuridad.

-¿Por qué todo apagado?-preguntó cerrando la puerta detrás de si para ir acercándose a la cama. Encendió el velador, que tenía una luz tenue, para mirar al híbrido boca arriba con una de sus manos debajo de su remera y la otra sobre su muslo izquierdo.

-Mrrrr... –fue el único sonido que hizo antes de sentarse en el colchón y besar al chico más grande en forma de bienvenida. Luego, le lamió la mejilla en un gesto de afecto que hizo sonreír a Chaud.

-¿Te aburriste?-le dijo antes de comenzar a frotar sus orejas.-¿O estuviste muy entretenido?-el castaño le ronroneó, frotándose contra él.

-Las dos cosas.-le respondió con voz vibrante.-Te extrañé.

-Me ves todos los días, ¿cómo podés extrañarme así?-el castaño volvió a besarlo.

-Te necesitaba... –le empezó a explicar mientras lo abrazaba por el cuello. Unieron sus labios para darse otro suave beso.-A mi lado... –prosiguió.-Mega se había ido con Protoman y me dejó solo.-le mordió el labio inferior en un acto juguetón que hizo que Chaud riera.

-¿Y ahora querés jugar conmigo?-le preguntó casi en un murmullo. El felino movió su cola lado a lado antes de besarlo otra vez.

-Sí.-le respondió.-Tal vez quieras ponerme el collar... –le dijo con picardía mordiendo el cuello del bicolor que gimió.

-No es mala idea.

Los dos volvieron a juntar sus bocas. El mayor empujó a su compañero para recostarlo sobre la cama y después acomodarse sobre su cuerpo con tranquilidad. Rió, cuando se acordó de algo.

-Te tengo un regalo.-le susurró, buscando en los bolsillos de sus pantalones. Lan se mostró curioso de repente.

-¿Qué me trajiste?

Chaud sacó la terminada artesanía de su bolsillo y le pidió al felino que se desnudara, con este preguntándole qué demonios era lo que tenía en las manos. El otro se reía, diciendo que era un secreto y que tenía que apurarse si quería aprender a usarlo, dando la excusa de que ya lo había probado (y que era verdad, sólo que no resistió la tentación de hacerlo dos o tres veces más). Al ver a Lan ya sin ropas sobre la cama, encendió el aparato que comenzó a vibrar en sus manos haciendo que el felino enrojeciera rápidamente al darse cuenta de lo que realmente era el artefacto que Chaud tenía.

-¿Cuándo lo hiciste?-le preguntó, tomando el objeto extraño entre sus dedos y ver a su compañero sacarse la ropa.

-Hoy.-le respondió, acercándose al felino.-Lo hice para que no te aburrieras cuando no estaba. Ahora sé que por esta época vas a necesitar atención rigurosa.-el castaño permaneció con sus mejillas rojas y sonrió levemente. Pero su actitud se volvió pícara y juguetona.

-En ese caso, ¿no me enseñás cómo usarlo?

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-Oye... –sonrió Protoman cuando el felino se le tiró encima casi de inmediato cuando apareció en su Pet, uniendo sus bocas en un profundo y apasionante beso.-Mrrr... –metió su lengua dentro de la boca de su compañero que gimió antes de preguntarle.-¿Te quedaste con las ganas de jugar?

-Ahá... –lo besó otra vez, frotándose contra su cuerpo.-Tengo muchas ganas de jugarrrr...

El albino sonrió perversamente, dejándose caer sobre el suelo virtual con su gatito sobre él. Lo sintió tensarse y gemir fuertemente cuando sintió los dedos de su compañero tocar sus testículos desde atrás. Megaman se separó de la boca del navi rojo, jadeando intensamente, mientras este lo tocaba como a él le gustaba y quería en esos momentos. Vio su cola felpuda curvarse, tensarse, menearse de lado a lado, mostrando los estados de ánimo en los cuales el híbrido se encontraba.

-Purrrrr...

Protoman sonrió y atrajo la boca de su compañero a la suya para nuevamente besarlo intensamente. El navi azul obligó a su amado a abrir su boca para introducir su lengua y empezar a jugar con la suya. El híbrido enredó sus piernas con las del albino, frotando sus pelvis entre sí haciendo que el mayor gimiera en el beso y el menor clavara sus uñas en uno de los brazos del navi rojo. Sin dejar de estimularlo, el albino le sacó el casco y lo dejó a un lado, para rascarle las orejas con su otra mano. La cola del felino se tensó unos momentos antes de arquearse con sutileza.

Megaman se sentó en el regazo del navi rojo, comenzando destrozar su enterizo con sus zarpas. Se sacó los guantes y las botas, con ayuda de Protoman, el resto de su traje y lo dejó tirado por el suelo. Su cola se había vuelto marrón como su cabello al no tener más rastro de su enterizo azul en su cuerpo. La meneó de un lado a otro, observando fijamente a los ojos detrás del visor negro de su compañero.

Le sacó el casco y lo dejó al lado del suyo, antes de rasgar el traje de dos tonalidades, para ir sacando jirones de este. El albino se sacó los guantes y con algo de dificultad las botas, que lo había hecho con ayuda de sus pies para que después el híbrido pudiese terminar con lo poco del enterizo que le faltaba.

Y el gatito ahora quería divertirse un poco con su presa.

Entre sus garras apareció una larga cuerda con la que ató las muñecas del albino detrás de su espalda. Este no protestó ni dijo absolutamente nada, simplemente pensaba lo que el felino quería hacer con él. Muchas cosas, se respondió a sí mismo la pregunta mental. Y para su sorpresa, no sabía si para mal o bien, Megaman hizo aparecer en su mano izquierda un pedazo de hielo. Los ojos de Protoman se agrandaron al momento que tragaba secamente.

Hizo una mueca y se estremeció notablemente cuando el pedazo de hielo tocó su torso desnudo. Hizo una leve exclamación cuando el frío llegó hasta uno de sus pezones que, aunque fue sólo uno, hizo que ambos se pusieran duros. Megaman rió bajo su aliento, paseando el trozo de agua congelada por el cuello de Protoman, por su torso, por sus piernas y por su miembro que se puso duro casi de inmediato cuando lo tocó. El albino tenía su rostro rojo, y miraba a su compañero jugar con el pedazo ese, muy cómodamente sentado entre sus piernas, por todo su cuerpo.

Cuando terminó, se lo puso en la boca y lo mordió, oyéndose un 'crunch', y otro más cuando Megaman comenzó a comerse el hielo con voracidad. Al terminar, se relamió quitándose el excedente de agua de alrededor de su boca, lamiendo tres de sus dedos con lentitud. Protoman apretó sus puños, mirando cada acción del felino. Se acomodó como pudo sobre el suelo, ya que sus manos y brazos estaban empezando a entumecerse por estar en una misma posición.

-Si te desato, ¿prometés hacer lo que yo te diga?-dijo el navi castaño como si hubiese leído la mente de su compañero.

-Siempre y cuando lo que me pidas u ordenes pueda hacerlo.-terminó de ensalivar sus dígitos, con una perversa sonrisa en su rostro.

-Mrrrr... –el albino sudó una gotita, ya no gustándole esa mueca.

De improvisto, metió uno de sus ensalivados dígitos dentro del cuerpo de Protoman. Este se tensó unos momentos antes de relajarse rápidamente, estremeciéndose cuando un segundo le siguió. El mayor suspiró, arqueándose levemente cuando esos dos intrusos tocaron su próstata con suavidad, casi sutilmente. El felino lo miró sin decir nada antes de colocar su tercer y último dedo lubricado dentro de su compañero que apretó sus dientes y ojos al sentir su elusiva zona ser estimulada directamente, lo que produjo que se arqueara notoriamente del suelo, apretando sus puños.

-Me-Mega... –susurró con deleite el nombre de su amado el albino, mientras se retorcía en placer. Megaman rió por lo bajo.

-Ne, ¿querés más?-le preguntó con voz pícara, recorriendo el largo del miembro erecto de Protoman con el índice de su otra mano. Sacó la punta de su lengua divertidamente al verlo asentir mirándolo fijamente a los ojos con los suyos entrecerrados.

Pero antes, lo desató. Rasgó la cuerda con sus filosas garras y dejó que esta cediera ante la fuerza que hizo el albino para quitársela. Ahora libre, se apoyó con sus antebrazos haciendo otra mueca cuando los dedos dentro de él tocaron su próstata y los exteriores la punta de su miembro, haciendo que sus caderas se movieran a la sensación recibida. Dio otro gemido, arqueando su espalda levemente y viendo la cola del felino mecerse juguetonamente.

Megaman se relamió los labios admirando el sudado cuerpo esbelto de su compañero que se estremecía ante sus suministros como él lo hacía en varias ocasiones cuando Protoman lo atendía. Lo vio hacer una mueca seguida de otro gemido suave, casi como un murmullo pero sus oídos sensibles captaban ahora todo sonido que antes no podía oír con claridad, y le gustaba. Tomó el miembro de Protoman con su mano, yendo de arriba hacia abajo rápidamente, deteniéndose de a pocos ratos para tocar la próstata de este junto con la punta sensible de su miembro.

-¡AAAAH!-exclamó fuertemente el navi rojo, arqueándose otra vez.

Se liberó al poco tiempo, manchándose la panza, su pecho y parte de su rostro. Dejándose caer al suelo para recuperar su aliento y ver a Megaman que se relamió los labios al ver a su compañero tan expuesto. Y eso le gustaba.

Levantó sus piernas, se arrodilló y las puso sobre sus hombros con cuidado. Apoyó sus garras sobre el suelo, a ambos lados de la cabeza de Protoman y entró en él con cuidado, viendo su rostro al sentirlo. Empezó a embestir con fuerza, sintiendo como el albino se contraía a veces a su alrededor, provocando que diera pequeños gruñidos. Clavó sus uñas en la espalda de su compañero, gimiendo en su cuello y sonriendo, cuando tocó la próstata de él con su miembro.

Ahora se movían con mayor rapidez y fuerza. Protoman abrazó a Megaman por el cuello, besándolo para callar los sonidos que salían de su boca. Su cabello empezó a enredarse y a pegarse a los dos sudados y pegajosos cuerpos que gemían cuando las sensaciones los golpeaban. Estando cerca de su clímax, el híbrido deslizó una mano entre sus cuerpos para comenzar a tocar a Protoman que dio un grito, arqueándose del suelo, apretando sus dientes.

-¡Mega!-gritó, viniéndose de improvisto cuando él tocó la punta de su miembro.

-¡Nyah!-exclamó, vaciándose dentro del albino, sintiendo como se contraía a su alrededor.

Se relajaron, quedándose ahí tendidos, uno sobre el otro, recuperando sus respiraciones mientras se mimaban mutuamente. Dándose besos, caricias, lamidas...

Megaman se estiró con pereza, antes de acurrucarse sobre el cuerpo de Protoman que sonrió.

-Bien, supongo que tendré que ir acostumbrándome a ser utilizado como cama, ¿no?

-Síi... –le respondió el felino adormilado con una sonrisa.