-Fiesta fiesta gato gato gay... gato gay... jeje...
-Hum, todavía me pregunto cómo se le ocurrió a Nadia semejante canción.
-Carla me dijo algo al respecto.
-¿Y qué te dijo?
-Es por el gato de Nadia, ese gris, Manu.
-Ah sí. ¿Y qué tiene que ver?
-Me dijo que es un franelero de primera, pollerudo, mimoso, entregado...
-Oh, ya entiendo. Pobre Manu, entonces jeje... –dijo en un susurro Chaud revisando unos papeles que su tío, Shuuseki, le trajo hace unos minutos. Y como siempre Protoman a su lado, también leyéndolos, fuera de su Pet.
-¡YYYY BUENOS MEDIODÍAS CHAAAAAUUUUD!-gritó Lan, anunciándose en la oficina del bicolor en la empresa de IPC.
-Hola Lan.-dijo este calmadamente, viendo a su mascota entrar en la habitación con una bolsa en su mano derecha.-¿Qué traes ahí?-el felino hizo sonar el cascabel de su cuello, relamiéndose los labios.
-¡Tu almuerzo!-el bicolor, que tenía unos anteojos puestos, miró su reloj.
-Faltan diez minutos para que tenga el receso para comer.
-Awww... ¿Qué no querés estar conmigo un ratito antes?-le preguntó mimosamente el castaño. Chaud sonrió.
-Bueno, si me lo decías en primer lugar... –el híbrido dejó la bolsa sobre el escritorio mientras se acomodaba sobre el regazo de su compañero.-Mmm... ¿Y ese moño azul?-inquirió al notar también un moño atado detrás de su cuello. Eso hizo que Lan se pusiera rojo rápidamente.
-No sé si te acordás pero...
-Si me acuerdo.-el castaño lo miró con sus ojos entrecerrados y una sonrisa tierna.-Hoy... ¿Cuánto? ¿Tres años?
-Cuatro, a decir verdad.-le dijo más rojo todavía, besándolo.-Pensé que no te ibas a acordar.-su compañero se rió suavemente contra sus labios.
-¿Cómo no hacerlo?-lo besó otra vez.-Te ves muy lindo con ese moño, ne. ¿Te lo pusiste recién, antes de entrar?
-No. Me ayudó mamá a elegir el color. No sabía cuál ponerme y sugirió uno azul, diciendo que así puedo tener el color de tus ojos cerca de mí todo el día... –el felino lo dijo todo en un murmullo tímido, antes de unir sus bocas en otro suave beso.-Digamos que salí a la calle con el moño y me sentí un poco raro al ver que la gente me miraba no sólo por la cinta sino también por el collar con el cascabel.
Volvieron a besarse durante un largo tiempo hasta que unos golpes en la puerta hicieron que se detuvieran. Chaud gritó un "¡Pase!", y la puerta de madera se abrió para que Shuuseki entrase con unas carpetas llenas de papeles en las manos. Sonrió al ver a Lan sentando sobre el regazo de su sobrino.
-¿Cómo estás Lan? Hace bastante que no te veo.
-Oh, a mi me está yendo bastante bien. ¿Y a usted?-el hombre volvió a sonreír.
-Igual, igual. Como sabés, con mucho trabajo en manos.-suspiró.-Regal me contó lo que pasó y, bueno... No sé qué decir.
-Ne, entonces no digas nada.-replicó Chaud divertidamente rascando las gatunas orejas del castaño que salieron por debajo de su bandana que las cubría. Para sorpresa de Shuuski, el felino empezó a ronronear fuertemente.
-Jeje... Ya podés irte a comer y te tengo una buena noticia; como Microsoft tuvo problemas con algunos de sus trabajadores, tuvo que cancelar la reunión que teníamos para hoy. Por lo tanto, tenés toda la tarde libre para disfrutar.
-¡Bien!-exclamó alzando los brazos Chaud.
-Igualmente te pido que si algo urgente surge, que vengas de inmediato.
-Claro, no hay problema.-le dijo sacándose los lentes para meterlos en un estuche que metió en un bolsillo de su pantalón.
-Bueno, ya me voy. Un gusto volver a verte Lan. Adiós, los veo en otra ocasión.
-¡Byeeeeeeee!-dijo contento el castaño, meneando su cola y su mano en cordial despedida. Cuando Shuuseki se perdió de vista por el pasillo, Lan volvió con su mimosa actitud.-¿Y bien? ¿Ya nos vamos?
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-Uy no me digas... –comentó Nadia al oír a su navi contarle lo sucedido con Chaud esa mañana.-Pobrecito.
-Nah, no tanto. Por cierto, queremos ir a un karaoke esta noche para divertirnos un rato. ¿Vas?-su operadora la miró desconcertada.
-¿Quieren? ¿Quiénes quieren?-la dragona se sonrojó en vergüenza moviendo su cola suavemente de lado a lado.
-Nosotros; Roll, Glyde, Iceman, Gustman, Searchy, Mega, Star y yo. Lan, Maylu, Tory, Dex y Laika me dijeron que van a ir pero todavía nos faltan Carla, Chaud y vos.-la chica miró la pantalla de su computadora, con un lápiz que mordía dentro de su boca.
-Humm... –gimió.-Suena divertido. Además, hace rato que el lindo de Chaud no sale a pasear con todos así. Chu, contá conmigo Drago.
-¡Wai wai!
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-Claro que sí.-dijo Carla a su navi, mientras ayudaba a Meijin a guardar unas tablas en unos ficheros.-¿Cuándo?
-Hoy a la noche, en un local que está cerca de la casa de Maylu. Roll nos dijo que como es afiliada, tiene descuentos en alquilar el lugar, la comida y la bebida.-el castaño que estaba con ella sonrió.
-¿Y qué van a hacer?
-A cantar y a pasar un tiempo juntos.
-¿Con Lan empezando a celar? Pobre de ustedes, si me permiten decirlo.
-¿Por qué lo decís? Lan estuvo algo calmado estos dos días a pesar de estar entrando en celo. No creo que haya problemas.-respondió la chica, guardando un puñado de papeles en un fichero marcado con las letras 'N' y 'Z'.
-Además, Chaud estará ahí para cuidarlo si algo le urge al minino.-Carla y Meijin retuvieron sus risas mientras seguían con su trabajo.
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-¿Lo hiciste vos?
-Sep. ¿Te gusta?
-Está muy rico. ¿Qué es?
-Oh, una receta de mamá que tenía ahí guardada. Es una de las favoritas de papá.-respondió Lan, viendo a su amado comer animadamente una completa ensalada. Dentro de otro envase, había una tortilla de champiñones a medio comer y en otro, curry a medio comer también.-Jeje... ¿Te parece si después vamos a comer el postre?-el bicolor tragó y le sonrió.
-No es mala idea. ¿Qué tenés en mente?-el felino se acercó a su rostro y le lamió un poco de mayonesa que le había quedado en la comisura de su boca.
-Fiamma.-respondió mimosamente. Chaud le robó un beso a lo cual el castaño se sorprendió.
-Bien, bien, pero tendrás que esconderte la cola y las orejas. ¿Te presto una gorra?
-¿Insinuás que mi bandana no cubre lo suficiente?
-Sí. La verdad que no te cubre lo suficiente. Prefiero que uses una gorra. ¿Dónde vas a meter la cola?
-Dentro de mis pantalones.-el híbrido metió su larga y felpuda cola dentro de estos quedando completamente invisible a la vista. Le sacó la lengua divertidamente.-¿Ves?
-Sí, veo.-comentó, metiéndose en la boca otra porción de la ensalada que le gustó.-Como me encanta esto.-dijo con la boca algo llena. Lan tomó una porción de la tortilla y la cargó con una de curry.
-Me alegra que te guste.-le dio un mordisco a su tortilla antes de masticar y tragar.-Si tanto te gusta, la semana que viene te la puedo traer otra vez.-su amado asintió con vigorosidad.
-¡Sí! ¡Está deliciosa!-el castaño enrojeció ante los cumplidos de Chaud.
El felino se acercó otra vez al rostro de su compañero y lo besó en los labios con profundidad. El mayor introdujo su lengua dentro de la boca del menor haciendo que este gimiera en el beso. Luego de unos buenos segundos, ambos se separaron dándose pequeños besos cortitos antes de terminar definitivamente.
-Mmm... Ya quiero el postre.-dijo juguetonamente Chaud, besando otra vez a Lan que rió por lo bajo.
-¿Sabés? Yo también.
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-Me agrada la idea.-dijo Protoman, al escuchar a Megaman contarle los planes para la noche.-Y suena divertido. Pero ¿creés que Chaud quiera?-el otro se encogió de hombros.
-No sé, pero no perdemos nada en preguntarle. Por cierto, Starfield o Dragoness dijo algo sobre hacer un dúo con Carla.-el albino arqueó sus cejas detrás de su visor.
-¿Ah sí? ¿Canta bien?
-Al menos eso dice Starfield. Y nos enteramos que Tory también canta.
-¿Tory?-repitió el navi rojo, no muy seguro de quién se trataba.
-Sí, el operador de Iceman.
-¡Ah! Sí, ya sé quién es. ¿De verdad lo hace?
-Ahá. Y Iceman nos contó que debe cantar tan bien como Carla.-Protoman sonrió de lado.
-¿Y si en lugar de hacer un dúo hacemos un trío?-Megaman enrojeció suavemente.-Pará, no esa clase de trío pequeño morboso.-el felino enrojeció más.
-Ya sé, pero estar en celo hace que tome las cosas por su otro sentido.-respondió encogiéndose levemente de hombros. El albino apoyó sus manos sobre ellos y lo besó con ternura antes de abrazarlo con fuerza.
-Al menos, yo sí quiero ir hoy al karaoke.
-Mmm... –gimió el navi azul en otro beso.
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-¿Hoy?
-Sí. ¿Qué? ¿Tenés algo qué hacer?
-No, no, es que me preocupás vos.
-¿Yo? ¿Y por qué?
-Lan, estás en celo. En cualquier momento te podría agarrar un ataque y lo más seguro es que quieras hacerlo conmigo sin importarte si hay alguien mirando. ¿Me equivoco?
-No, pero---
-Sin peros.-ambos estuvieron callados por un largo rato, Chaud serio y Lan desanimado. Pronto, el bicolor sonrió.-Pero, si me prometes que me avisarás antes de que te dé un ataque, supongo que podríamos manejarlo.
-¡¿En serio!-su rostro se iluminó.
-Claro, por qué no.
-¡YAY!-y lo besó con ternura en la mejilla.
-Ya, ya... Terminemos el postre.-dijo, tomando otro bocado para darle de comer al felino que abrió su boca obediente.
Pero lo único que recibió fue la lengua de su compañero. Lo volvió a besar con profundidad, el postre sobre la cuchara algo olvidado. Lan se separó y miró al mayor antes de acercarse a la cuchara para meterse el trozo dentro de su tibia cavidad.
-Mmm... Me encanta.-murmuró, saboreándolo con lentitud. Chaud lo besó nuevamente y rió por lo bajo.
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-¡Ya me voy!-anunció Maylu, tomando su juego de llaves de una pequeña caja cerca de la puerta principal.
Dicha chica vestía una falta un poco más arriba de las rodillas de color marrón aterciopelada, una musculosa rosa pálido con una texto repleto de brillantina que decía 'sexy', unas botas cortas de color marrón, un bolso pequeño de un tono más rosa que la remera y unas pulseras verdes. Su pelo fucsia estaba atado con una hebilla y la hebilla con el símbolo de Roll ahora estaba sobre uno de los breteles de la musculosa.
-¿Cuándo volvés más o menos?-preguntó su madre desde la cocina.
-Ni idea.-respondió la joven, abriendo la puerta sin antes agarrar un abrigo.-Supongo que a eso de las cinco o seis. ¡Chau!
-¡Chau querida, y cuídate!
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-¿Laika?-dijo Tory, no reconociendo al coronel que le sonrió.
-¿Qué pasa? ¿No me reconocés?
-A decir verdad, no.-reconoció Dex.
-Jeje... Supongo que sin mi uniforme están más perdidos que un camello en el desierto.-Chaud, Dex, Lan y Tory se miraron al no comprender la frase del joven.
Laika estaba vestido con un pantalón negro con bolsillos a los costados de las piernas, era holgado y se abría a partir de las rodillas. Tenía una cadenas a ambos lados de su cadera, una que entraba en un pequeño bolsillito que tenía delante. Tenía una remera de mangas largas de las cuales salían varias tiras de color negro o de un bordó muy oscuro, su cuello era redondo y amplio, permitiendo ver parte de su escote. Traía sus usuales botas marrones, un collar con púas alrededor del cuello como así mismo un aro circular en su oreja derecha y unos anteojos oscuros.
Al ver que sus compañeros se quedaban mirándolo extrañado, frunció el cejo.
-¿Qué?
-Nada Laika, nada.-respondió Chaud.-¿Y tu Pet?
-Acá.-dijo Searchman apareciendo al lado de uno de los bolsillos de las piernas. Saludó al grupo cortésmente.-¿Yai y Maylu?
-Seguro están por venir.-dijo Lan.-Ya sabés como son las mujeres. Tardan bastante en arreglarse.-el coronel rió para sus adentros.
Frente al local, que a primera impresión parecía pequeño, con sus puertas de metal en las cuales estaba escrito 'La salsera' y su cartel arriba que decía el mismo nombre, se detuvo el auto de Yai, la cual salió con un vestido largo de color verde claro y detrás de ella, Maylu. La rubia miró a Laika un tiempo, al igual que su amiga, antes de preguntar.
-¿Quién sos?-los demás empezaron a reírse pero al hombre no le hizo gracia.
-Es Laika.-dijo Dex entre pequeñas risas.
-¡Boooooon nuiiiiiiiiiiit!-se oyó a lo lejos.
Nadia y Carla se acercaron al grupo, saludando a todos.
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-No está en el cuartel en estos momentos.-respondió Kifune ante la exigencia de unos detectives frente a su escritorio.-Tampoco está en su hotel. Por el momento, no sé dónde puede estar Laika.-uno de ellos frunció el ceño.
-Bueno, señor Kifune, sé que está tratando de encubrir a este personaje---
-No lo estoy encubriendo. Sólo les estoy diciendo que no sé dónde está. Seguramente habrá salido a caminar un rato. Ahora estamos en verano y las noches son cálidas.
-Cálidas como para ir matar a otras personas.-el hombre medio calvo levantó la cabeza y su vista de los papeles que tenía delante.
-¿Qué dijo?
-Escuche, señor Kifune.-sacó de un bolsillo una bolsa de plástico transparente con un objeto que el viejo conocía a la perfección.-Encontramos esta cinta distintiva en un asesinato cuádruple y uno de nuestros oficiales reconoció el emblema que está inscripto en ella como el emblema de Searchman, el navi de Laika.
-¡¡Laika jamás, jamás cometería un asesinato! ¿¡Qué cargos y pruebas además de esta tienen para culparlo!-rugió, tomando la bolsa para examinarla.
-Por el momento, ninguna.-respondió con calma el detective que estaba hablando y que en su placa que colgaba de su cuello decía 'Director del centro de Investigación de Dencity, Jorge Arias'. Era un hombre de unos cuarenta y pico, con su cabello algo canoso, cara algo cuadrada y de media estatura.-Pero querríamos hacerle un interrogatorio para sacarlo de nuestra lista de sospechosos potenciales.-Kifune dejó la bolsa nuevamente sobre la mesa, algo más sereno. Apretó sus puños.
-Se los repito por última vez. Laika no está en el cuartel, ni tampoco en su hotel. No sé dónde puede andar. No me dijo nada, ni tampoco a sus colegas de trabajo.-uno comenzó a escribir en una libreta que dio escalofríos al viejo.
-¿Sabe con quién podemos contactarnos para decirnos dónde pudo ir?-preguntó.
-Sí, pero dudo que estén despiertos a esta hora.-ese comentario pareció no importarle al que estaba escribiendo.
-¿Quiénes?
-Eh... Chaud Blaze, Lan Hikari… -aquellos dos nombres sorprendieron al grupo de detectives pero no a Kifune, ya estaba acostumbrado a visitas inesperadas de ambos jóvenes al cuartel.-Y una de sus colegas, Dreigon Diesmes Draconis.
-¿Dreigon cuánto?-dijo en un tono vulgar el que estaba escribiendo que no le agradó mucho al viejo.
-Dreigon. Diesmes. Draconis.-dijo una voz enojada y femenina desde la entrada de la oficina de Kifune.
Esta mujer, alta y con un cabello tan largo que le llegaba hasta los pies, de un color rubio bien amarillo, delgada, con senos grandes, unos ojos azules chispeantes y tan azules que a Laika le hacían recordar a los de Chaud. Tenía un uniforme diferente a los soldados de Sharo, que era de color verde oscuro y bordó. Ella tenía una pollera larga y negra, con un tajo del lado izquierdo, unas botas con taco fino y alto también negras, una blusa blanca con unos puños de color violeta oscuro y un tapado del mismo color tan largo como la falda. Sobre su cabellera rubia había un gorro de la marina de color blanco, con la visera negra y una piedra del tono de su tapado.
-Soy la General Dreigon Diesmes Draconis.-repitió la fémina, adelantándose con paso seguro y con sus manos dentro de los bolsillos al grupo de detectives.-Díganme, ¿en qué problemas se metió Laika esta vez?
