Super Smash Bros: Battles.


Dr Mario vs Equipo Mii.


Desde el ya lejano día en que llegó al Reino de los Hongos por primera vez, Mario había vivido infinidad de aventuras y visitó los lugares más insospechados. Entre sus décadas de distintas pericias, había ingresado a tuberías, viajado a islas lejanas, visitado el espacio exterior, montado dinosaurios, atravesado a dimensiones paralelas, viajado en el tiempo, entrado a los sueños de su propio hermano, enfrentado a fantasmas, luchado en la guerra, participado en distintas competencias deportivas e incluso abrió su propia fábrica de juguetes.

Con tantas vivencias, ya estaba convencido de que nada podría sorprenderlo… Ciertamente se equivocaba, pues su misión actual de por sí ya era sorprendente, casi tanto como el grupo que lo acompañaba.

Y es que, aquella mañana, todo era normal. Él se encontraba en su clásica cruzada para rescatar a la Princesa Peach de las garras del maligno Bowser, derrotando a cualquiera que se interponga en su camino…. Cuando su querida amiga Rosalina descendió desde los cielos con su observatorio, pidiéndole ayuda para una situación de extrema urgencia, pues el universo entero parecía estar en peligro. ¿Acaso estaría esto relacionado con el secuestro de la Princesa? ¿Sería Bowser el causante de toda esta catástrofe? No sabía la respuesta, pero estaba claro que debía acompañar a su amiga en esta peligrosa misión, pues era la única forma de encontrar las respuestas a todo lo extraño que estaba ocurriendo últimamente.

Su misión actual consistía en recolectar extrañas esmeraldas de gran poder, pero no podría hacerlo solo, así que habían viajado por todo el reino para conseguir aliados confiables. Héroes de la talla de Luigi, su valiente hermano menor, o de Yoshi, su fiel compañero en infinidad de aventuras… Pero estos no venían solos, pues habían formado a un equipo de lo más peculiar.

Junto con Rosalina, también había llegado un extraño astronauta, acompañado por un ejército de pequeñas zanahorias vivientes. Él se presentó bajo el nombre de Capitán Olimar, un explorador de otro planeta, quien había dejado su nave estacionada en el Planetario, además de algunas plantas de colores, de donde extraía a sus pequeñas zanahorias vivientes. Extrañamente, había insistido en llevar consigo a una de las Plantas Piraña, argumentando que sería su arma secreta en caso de que se encuentren con alguien peligroso… Mario no lo entendía del todo.

Su hermano Luigi estaba acompañado por una criatura misteriosa. Un extraño chacal humanoide y de color azulado, que desprendía una energía muy intensa. Su nombre resultó ser Lucario, y aunque parecía intimidante a primera vista, resultó ser alguien bastante cordial, que aceptó gustoso ayudar a Rosalina en la misión.

Por si eso fuera poco, cuando fueron en busca de Yoshi, se encontraron con un dúo bastante peculiar. Un oso y un pájaro, algo extravagantes, que se presentaron con el nombre de Banjo y Kazooie, uniéndose a la cruzada porque no tenían nada mejor que hacer, aunque al menos el oso parecía ser alguien educado.

Un equipo de élite, pero uno muy peculiar, no cabía duda al respecto. ¿Acaso un equipo como este sería suficiente como para recolectar las gemas, salvar el universo y rescatar a la Princesa Peach? Mario estaba a punto de averiguarlo.

-¡Cuidado todos!- La Princesa Rosalina descendió sobre ellos, llamando su atención, pues parecía preocupada.- Será mejor que se preparen para lo inevitable, una nave se está acercando a nosotros, a toda velocidad. Es posible que sean enemigos hostiles.

¿Enemigos? La sola idea de tener que enfrentar a posibles adversarios que se interpongan en su misión trajo distintas reacciones entre sus aliados. Su hermano en particular se veía notablemente asustado, Yoshi no parecía comprender lo que estaba pasando, Lucario pareció meditar y sus orejas se levantaron, el pequeño astronauta comenzó a sacar un buen número de esas zanahorias vivientes, la Planta Piraña se ocultaba en su maceta para alguna emboscada, mientras que el dúo de oso y pájaro parecían entusiasmados.

-¡Mira, Banjo! ¡Ahí vienen, y son muchos!

La advertencia del pájaro era acertada, pues una gigantesca nave se acercaba al observatorio, sobrevolándola, pero depositando algo realmente extraño, que parecía estar envuelto en alguna clase de gas violeta.

De pronto, aquel gas se transformó en un verdadero ejército que los rodeó a todos los presentes, oponentes de todo tipo aparecieron ante ellos. Algunos estaban armados con espadas, otros tenían letales cañones sujetos en sus brazos, mientras que el resto parecían dispuestos a pelear a puño limpio, pero todos ellos poseían una mirada vacía y sin emoción alguna.

-¡Mario! ¡Creo que esos son…!- Su hermano Luigi parecía muy alertado, pero él asintió con su cabeza, dándole a entender que sabía a lo que se refería.

Y es que, aquellos peleadores que los tenían rodeados no eran enemigos normales, sino que se trataba de esos extraños seres conocidos como "Mii". Mario los conocía como esos habitantes raros de la Isla Wuhu, quienes usualmente solo se dedicaban a hacer toda clase de deportes extraños y el propio fontanero había competido contra ellos en algunas ocasiones. No eran malvados y estaban muy lejos de ser villanos peligrosos. ¿Por qué razón estaban atacándolos?

-¡Vamos por ellos! ¡No podemos dejar que nos derroten!

Al verse rodeados, la mayoría de sus aliados se lanzaron directo al ataque: Yoshi comenzó a comerse algunos y encerrarlos en huevos, Luigi comenzó a meterlos en su aspiradora, el astronauta les arrojaba sus zanahorias vivientes en la cara y el oso los golpeaba usando a su propia compañera como garrote. Viendo está situación, Mario se acomodó la gorra y estaba a punto de salir al combate… Cuando se detuvo al escuchar las palabras del chacal humanoide.

-El aura de esas criaturas… Es tan oscuro y desordenado, esto no es algo normal.- Exclamó su compañero, quien fue el único que se quedó analizando la situación, junto a la Planta Piraña que se quedó dentro de su maceta.

-Creo que sé lo que sucede, puedo sentirlo.- Rosalina descendió de los cielos, tras haber puesto a salvo a todos los Destellos.- Estás criaturas no son malvadas, son inocentes.

-Tienes razón, están siendo influenciadas por alguna energía oscura para atacarnos.- Dedujo el Lucario.

-Debe tratarse de ese gas… ¡Peste violeta! ¡Esa sustancia oscura es peste violeta!- Notó Rosalina.- ¡Son unos insectos de sombra con poderes de lo más extraños, la materialización de una sustancia primigenia! ¡No podemos hacerles daño a estas inocentes criaturas, que son solo victimas!

-¿Entonces qué hacemos? ¡Nos están atacando con bastante fuerza!- Respondió Banjo, mientras se cubría de algunos cañonazos por parte de los enemigos.

-¿Tenemos que encontrar alguna forma de derrotarlos sin hacerles daño? Eso es un verdadero dilema.- El pequeño astronauta intentaba pensar algún plan, pero nada parecía ocurrírsele.

Sus compañeros estaban entrando en pánico, no sabían cómo asumir una situación como esta y el primer obstáculo que toparon en su viaje bien podría ser el último. No podían dañar a estos peleadores "Mii", quienes solo eran víctimas controladas por la peste violeta, los pobres no tenían la culpa, solo estaban enfermos.

-¡Es la hora de Mario!- Exclamó el fontanero con todas sus fuerzas, llamando la atención de todos sus acompañantes.

Tenía un plan, estaba convencido de que podría hacerse cargo de un problema como este, por lo que sacó su bolsa con los items que había guardado antes de salir. Había algunos artefactos bastante útiles: su clásica Flor de Fuego, una Súper Estrella, una Gorra Metálica, una Flor Nube, una Flor Boomerang, un Champiñón Abeja, la Súper Bellota, todos ciertamente interesantes, pero lo que de verdad estaba buscando era…

-¿Una Píldora? ¿Qué piensas hacer con ella?

Su única respuesta fue tragarse aquella píldora de un solo bocado y fue entonces donde sucedió la transformación. De pronto, su clásico overol fue reemplazado por una larga bata de color blanco que cubría todo su cuerpo y su gorra dio lugar a un espejo frontal en su cabeza, además de obtener su propio estetoscopio.

-¡Soy yo, Doctor Mario!

Si esos Mii de verdad estaban enfermos, infectados por un extraño virus espacial, solamente había una solución a su problema: Las Multivitaminas. Eso era lo que necesitaba ahora, las mismas píldoras con las que ya había derrotado a unos virus extraterrestres en el pasado. Solo sus vitaminas y su improvisado doctorado podrían cambiar la situación tan precaria en que se encontraban.

-¿Mario?

-¡Allá voy!

Con uno de los enormes saltos que lo caracterizaban, el Dr Mario tomó la delantera, avanzando directamente contra uno de los Mii, sacando la Multivitamina y metiéndosela directamente en la boca, desapareciendo cualquier rastro de la peste violeta. Sorprendidos por esto, varios Mii se lanzaron en un ataque directo, pero el doctor giró cual tornado para repelerlos, para después arrojar varias de sus vitaminas en contra de ellos.

La misión era clara, debía hacer que todos se tragaran las pastillas, pero también tenía que sobrevivir a sus constantes ataques, sin permitir que acabaran con él. Eso quedó más que claro cuando dos de ellos cargaron en su contra, el primero con una espada y el segundo con su puño prendido en llamas, cada uno atacando desde un ángulo distinto para acorralarlo.

-¡Yahoo!

Con un movimiento preciso, el doctor consiguió quitarse de su camino, para que terminen golpeándose entre ellos, mientras aprovechaba para meterles las Multivitaminas. Esto enfureció a algunas Mii femeninas que cargaron un cañón láser en su contra y lo bombardearon con peligrosas ráfagas de energía… Las cuales no representarían problema alguno para Mario, que usó su bata de laboratorio para reflejar cada uno de los proyectiles de regreso a su origen.

-¡Es la receta del Doctor!

Uno de ellos salió de entre el humo resultante de la explosión, intentando golpearlo con una ráfaga de patadas que apenas y pudo esquivar, aunque eso no fue todo, pues otro le arrojó una onda cortante de su espada y una de las que tenían cañón lo disparó a corta distancia. Estaban aprovechando su número para arrinconarlo y eso lo ponía en problemas, por lo que saltó lo más alto que pudo y comenzó a arrojar todas las Multivitaminas que podía producir, haciéndolas llover cual proyectiles para derribar a varios de ellos y curarlos del virus que los controlaba.

-¡Mario, ten cuidado!

La advertencia de su hermano llegó demasiado tarde, pues uno de esos Mii había saltado tan alto como él, tenía brazos y piernas encendidos en llamas y parecía furioso. No le dio tiempo para esquivarlo, el enemigo simplemente arremetió con todas sus fuerzas, conectándole un feroz combo de puñetazos y patadas, tan rápidos y certeros que no pudo esquivarlos y fue enviado contra el piso con una poderosa patada llameante.

El doctor había sido golpeado fuertemente y a duras penas estaba levantándose… Cuando uno de los espadachines saltó frente suyo y comenzó a agitar su espada a una velocidad sorprendente. Como resultado de ello, varias ondas cortantes de aire salieron disparadas contra él, una detrás de otra, causándole dolorosos cortes por todas partes y enviándolo a volar por todo el planetario.

-Mamamia…

Por si eso fuera poco, una de las tiradoras parecía haber cargado la energía de su cañón en su máxima capacidad y el resultado no podía ser más doloroso… Una gigantesca ráfaga de energía con un poder destructivo impresionante se aproximaba contra él a tal velocidad que no le daría tiempo a esquivarlo.

En un desesperado intento por sobrevivir, el Dr Mario usó su bata para poder desviar el proyectil, pero este era demasiado poderoso, dando como resultado un intenso forcejeó que duró varios segundos… Hasta que, con una pequeña explosión, el doctor era impulsado de espaldas, mientras que toda la ráfaga de energía había sido desviada hacía el cielo, para perderse en el vacío del espacio.

El doctor estaba siendo llevado al límite, respiraba agotado y apenas podía pararse, se estaba quedando casi sin energías… Pero todavía quedaban muchos enemigos, quienes se aproximaron juntos para poder rematarlo antes de que pueda recuperarse.

Este quizá era uno de sus momentos más difíciles. ¿Acaso sería derrotado aquí? Había fallado, tanto cómo doctor y cómo héroe. Por un lado, sus pacientes continuarían violentos y poseídos por ese virus espacial, mientras que por el otro su grupo caería y con él, cualquier esperanza para la supervivencia del universo, o para el rescate de su amada Princesa Peach… No, no podía fallarles, no cuando él era la última esperanza… ¡Debía levantarse! ¡Debía exprimir hasta la última gota de energía que sus Multivitaminas puedan darle! ¡Él no era cualquier doctor, él era…!

-¡Soy yo, el Dr Mario! ¡Hyaaaaaaaaahhhhhhhh!

Con todas las fuerzas que le quedaban, el doctor fue capaz de generar dos Multivitaminas gigantes, las más grandes que había generado en su vida, arrojándolas con tal fuerza que dejaban un arcoíris de colores a su paso. Sus píldoras terminaron golpeando a todos y cada uno de los Mii, que se habían reunido en frente suyo para rematarlo, eliminando cualquier rastro de esa peste violeta simplemente con su contacto, era una vista hermosa.

Aquel ataque cumplió su objetivo y liberó a todos y cada uno de esos Mii, que parecían bastante confusos, sin saber dónde estaban o cómo llegaron ahí. Aunque con ese ataque agotó toda su energía y volvió a convertirse en Mario, cayéndose del agotamiento… Hasta que sus compañeros de equipo se acercaron para ayudarlo y felicitarlo por aquella victoria.

-¡Eso fue realmente increíble! ¡Buen trabajo!- Felicitó el oso.

-Sorprendente, fuiste capaz de eliminar cualquier rastro de ese extraño virus.- Comentó Lucario, ayudándolo a ponerse de pie.

-¡Ese es mi hermano! ¡Nunca dudé de ti!

Su hermano, Luigi, le ofreció un Súper Champiñón para recuperar sus energías y por un segundo, todos se dieron el lujo de festejar esta pequeña victoria… Sin embargo, todavía había una pregunta que todos se realizaban y fue Rosalina quien tuvo el valor para plantearla.

-Me pregunto… ¿Quién fue el que infectó a estos Mii con la Peste Violeta? ¿Quién podría haberlos enviado a atacarnos?

Esta era una pregunta muy preocupante y nadie tenía respuesta, ni siquiera podían especular. Aparentemente había un enemigo detrás de todo esto y los tenía en la mira, había mucho más detrás de esta búsqueda de lo que parecería en un principio, pero… ¿Quién? ¿Qué tan peligroso era este nuevo enemigo y qué alcance tenía? ¿Cuáles eran sus objetivos? Mario no lo sabía, pero comenzaba a preocuparse, quizá esta sería una situación que lo superaba, una que no podría completar solo. Quizá, necesitaban reunir más aliados para su cruzada, pero…

-¡Oigan, cuidado!

El grupo nuevamente fue tomado por sorpresa. Por más difícil de creer que pueda resultar, una de las estrellas del firmamento se acercaba al planetario, una que tenía la velocidad suficiente para surcar el vacío del espacio y no estaba frenando. Aquella estrella no se detuvo y terminó estrellándose fuertemente contra el Planetarium del Cometa.

Al ver caer ese astro, todos fueron a revisar, dándose cuenta que una extraña figura se movía en el lugar de la colisión. Todos se pusieron en guardia, preparándose para un nuevo ataque y cargando sus mejores técnicas, pues no serían sorprendidos nuevamente… Pero lo que salió de ahí, no era lo que esperaban, parecía más una especie de criatura esférica de color rosado, que comenzó a saludarlos con alegría.

-¡Poyo!


¿Fin?


Ganador: Dr Mario.


Pues pasó un buen tiempo, pero estoy de vuelta. En serio que lamento la tardanza en la actualización de este fic, pero sucedieron varias cosas que me dejaron sin tiempo, además de que me quedé estancado con otro combate que tenía planeado para este fic, por lo que tuve que pasar al siguiente combate y dejarlo para después xD.

En fin, espero haber traído otro combate inesperado, donde tenemos a dos de los personajes más curiosos de Smash. Por un lado, tenemos al buen Dr Mario, uno de esos clásicos del Melee que no fue muy apreciado en su tiempo por ser un clon, pero fue mucho más valorado desde su regreso a Ultimate. En lo personal, no es un personaje que suela utilizar demasiado, pero sí me divierte usarlo de vez en cuando, tomando el hecho de que tiene algunos de los ataques clásicos que Mario perdió a partir de Brawl.

En cuanto a los Peleadores Mii… Pues recuerdo que en la época de Brawl eran de los personajes más queridos y todos se alegraron cuando los anunciaron en el Wii U con su mecánica de personalizar movimientos; pero últimamente suelen ser muy ignorados, más allá de los trajes Mii xD. Igual y son personajes divertidos de usar, sobretodo cambiando sus disfraces para vestirlos como los personajes que no pudieron llegar al juego, jaja.

Y la batalla fue más o menos un Multi Man Smash del Dr Mario contra el ejército de Mii, jajajaja. Donde de paso aprovecho para mostrar cómo poco a poco, los personajes se van uniendo, teniendo aquí las consecuencias de ciertos combates de anteriores capítulos, principalmente con los personajes relacionados a Mario… Y sí, esa "Peste Violeta" son los virus que formaban a todos los enemigos del Emisario Subespacial en Brawl y nada como un doctor para combatir a los virus. ¡La trama se desarrolla!

Ahora sí, antes de despedirme, aprovecho para agradecer los reviews de:

Neo Magician 96: Jajajajaja, ciertamente una batalla de súper dotados, donde el simio y su armamento dieron un buen combate "cazando a su presa" para acabar su dictadura. Mmmm, una sugerencia interesante para el combate de Sora, me gusta. Sobre KoF XV, pues al menos Kim terminará llegando como DLC, jajajaja. Pues concuerdo, el juego tiene un buen roster, pero eché de menos a muchos personajes en el roster base, desde el hecho de que muchos de mis favoritos del KoF XIV no llegaron a la secuela al hecho de que los equipos DLC mostrados hasta ahora debían estar en el roster base (especialmente el de Nakoruru con la importancia que tenía en la historia). Pero aun así, terminó siendo un juego realmente bueno y valió la pena, así que estoy contento xD.

MightyMitch47: Vaya, espero que no te distancies tanto de Fanfiction, que enserio te echaré de menos, amigo. De hecho, mantener la personalidad de Lucas era una de mis grandes preocupaciones, la historia de Mother 3 es tan completa que quería mantenerme lo más fiel posible, jajaja.

Y bueno, eso es todo por ahora. Sin nada más que comentar, yo me despido hasta el siguiente capítulo.