*Infinitamente roto 4:*
Lamento la tardanza, pero no había podido publicar antes, aún estoy de duelo, por lo que me costó mucho terminar los siguientes capítulos, pero prometo que volveré a las publicaciones semanales.
Muchas gracias a quienes se suscriben y dejan reviews, se agradecen enormemente.
Me disculpo por errores ortográficos, redacción y cualquier cosa que se me haya pasado.
Espero les guste el capítulo, la musa interna agradece cualquier comentario.
AU Itasaku Post Masacre
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Mikoto estuvo ansiosa todo el día en casa, el siguiente también y el subsiguiente, pero no podía ir a visitar a su hijo. Si la excusa de Tsunade debía ser creíble, indicaba que no se informaba de los pacientes shinobi hasta que estos despertaban o morían en misiones. Itachi llevaba meses encerrado en casa sobre llevando su condición y para ingresarlo al hospital, necesitaron de la ayuda explícita de Tsunade. Estaba la ventaja de ser la persona encargada directamente de los operativos ANBU y nadie cuestionaría su versión.
También había algo de esperanza en sus días llenos de ansiedad. La rubia le había asegurado que Sakura sería quien se encargaría de curar a Itachi, dándole la posibilidad de probar su teoría sobre las almas gemelas y ahora quedaba esperar si funcionaria o no.
Tampoco habían tenido noticias de Sasuke en todo el mes, tendrían que esperar a que él regresará para conocer sus sentimientos sobre la situación que tenían planeada. Y aún no habían considerado a Sakura, se habían preocupado más por lo que diría Sasuke que por lo que realmente pensaría Sakura, pero Tsunade les aseguró que no habría problemas, entonces sólo quedaba confiar en ella.
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Tsunade la había dejado a cargo del cuidado exclusivo de Uchiha Itachi. Se extrañó por el grado de confianza, ya que los Black Ops eran en su mayoría responsabilidad de Shizune, pero estaba en éxtasis por la oportunidad, se sentía un paso más adelante de sus objetivos. El primer día le dejó todas las indicaciones, siempre usar guantes, monitorear los niveles de oxígeno en sangre, hematocritos, el corazón, los pulmones, niveles de urea en la orina, perfil lipídico y hepático, etc. No pudo evitar extrañarse por la preocupación, pero era el heredero de los Uchiha a quien estaban tratando, no veía a su Shishou escatimando en atención.
Habían pasado cuatro días y estaba mejorando lento, pero seguro. Todos los niveles habían estado bajos, pero ahora se estaban normalizando. Parecía haber estado expuesto a condiciones infrahumanas si había llegado tan crítico. Había desarrollado una anemia, su capacidad respiratoria se había deteriorado tanto, que parecía haber estado en cama durante meses, pero en sólo cuatro días había mejorado casi por arte de magia y no pudo evitar pensar que quizás los genes Uchiha tenían algo que ver en eso. Sasuke siempre había sido duro cuando se trataba de atención médica y se recuperaba rápidamente.
Revisó los monitores y quitó el flequillo de la frente del hombre para ver su semblante. Ya no tenía esa palidez mortal con la que ingresó, pero seguía viéndose demasiado pálido para su gusto. Necesitaba sol con urgencia, se dijo en silencio. Su respiración se había normalizado y los próximos días con los cuidados correspondientes, podría regresar a casa con su familia. Supuso que era hora de avisar a sus padres.
Se sobresaltó al ver los ojos negros abiertos, observándola. Alejó la mano que había estado en su rostro rápidamente. El Uchiha la miró con el semblante vacío de expresión, ojos huecos y cansados, parecía aburrido de la vida. Eso la hizo sentir bastante incomoda, no podía imaginar lo que podría llevar a alguien a sentirse así, pero no debía ser nada que ella quisiera experimentar.
- Uchiha San - dijo en voz suave.
- ¿Dónde estoy? - preguntó sin alterar su expresión. Tenía diminutas gotas de sudor sobre el labio superior.
- En el Hospital General de Konoha. - le informó en tono controlado.
- Entiendo. - contestó a cambio. Lo vio sostener la mascarilla de oxígeno y tirar bruscamente de ella. Sakura se acercó y la quitó con cuidado de su mano, él la observó como un halcón mientras le levantaba la cabeza y quitaba el ajuste posterior. - Gracias. - dijo luego de liberarlo, pero no había calidez en su agradecimiento.
-¿Cómo te sientes? - le preguntó observando su rostro descubierto. Aún con su semblante enfermizo, su palidez anormal y su apatía, era demasiado atractivo para ser real. Su corazón se aceleró al reconocer que estaba admirando al hermano mayor de Sasuke. Vio los ojos negros viajar sobre ella antes de mirar hacia la ventana en la habitación.
- No lo sé... - lo escuchó decir en voz grave y ronca. Probablemente por no hablar en mucho tiempo y tener la garganta seca. Sakura se apresuró al baño en la habitación y llenar un vaso térmico con agua. Volvió a su lado y lo acercó a sus labios, dándole sorbos cortos del líquido para humedecer sus labios, boca y garganta. Él le agradeció nuevamente cuando alejó el vaso de sus labios.
- Es mi deber. - dijo encogiendo un hombro y dejando el vaso en la mesa a un costado. - Llegaste muy mal. Estabas bajo en chakra, tuviste un paro cardíaco y estás bajo tratamiento por Pleuritis producto de una Embolia pulmonar. Estás con anticoagulantes, antibióticos y sedantes, pero te estás recuperando. Me alegró de que todo haya salido bien a pesar de la misión. - comentó casual, tratando de reconfortarlo.
- ¿Recuperando? - preguntó el Uchiha con el ceño arrugado.
- Sí, el tratamiento está siendo un éxito. Estoy realizando transfusiones de chakra periódicas y están siendo muy efectivas. - Sakura le sonrió, pero el semblante del hombre no cambió. Su ceño se arrugó más, había vuelto a fijar sus ojos en ella, pero ahora la miraba como si estuviese mintiendo. Sakura se extrañó ante su comportamiento, pero no lo conocía lo suficiente para juzgar sus actitudes. Esperó que él dijese algo más, pero al parecer eso era todo.
- Informaré a tu familia que has despertado. - miró las máquinas y apagó el suministrador de oxígeno. - Antes del término de mi turno, volveré para hacer la transfusión de chakra correspondiente. - agregó.
Vio al Uchiha volver a mirarla y asentir sin decir una palabra. Se sonrojó un poco al sentir molestia por el comportamiento evidentemente distante, pero tenía que irse, así que se apresuró a salir.
Fue directo al vestíbulo del hospital y pidió un mensajero para enviar la información a su Shishou. Diez minutos después, estaba enviando otro a la familia Uchiha. Pasó todo el día con la imagen del hermano mayor de Sasuke en su mente, casi parecía haberle dado la bienvenida a la muerte con su semblante apático y vacío, parecía demasiado triste.
Eran cerca de las seis de la tarde cuando cruzó la puerta de su habitación nuevamente. Se detuvo varios segundos, dudando. La madre de Sasuke estaba a un costado de la cama sosteniendo la mano del hombre. Ambos giraron sus cabezas hacia ella al oírla entrar.
- Lo siento. Pensé que el horario de visitas ya había finalizado. Regresaré... - trató de excusarse al sentir que invadía un momento íntimo.
- No. - se apresuró Mikoto a detenerla. - Puedes hacer lo que tengas que hacer, yo me iré en un momento. - le dedicó una sonrisa afable. Sakura se sonrojó y recomponiendo su semblante, asintió a sus palabras caminando en dirección al lavabo, aseo sus manos, se las secó con cuidado, ajustó sus guantes y se acercó a la camilla.
Ambos pares de ojos la estaban escudriñando, aunque la hizo sentir incómoda, rápidamente fue olvidado cuando vio el rostro de la mujer. Era un hecho que había estado llorando y en vigilia constante. No había maquillaje que pudiera ocultar la piel de pergamino, ojos inyectados en sangre, el estrés y un profundo semblante de dolor marcado en sus rasgos.
Eso levantó muchas alertas dentro de Sakura. Se suponía que sólo Tsunade y unos pocos más sabían de las misiones ANBU, era posible que como madre intuyese que una larga estadía fuera de la aldea podría traer problemas, pero lo que pudo ver en ella iba más allá de eso. Había demasiada preocupación y estrés. Y en ese escrutinio, recordó a Fugaku, había tenido una expresión similar, largas noches sin dormir y el mismo dolor grabado en los ojos y en la piel. Algo estaba sucediendo en la familia Uchiha y no era nada bueno.
Aunque sufrieron una masacre y habían sobrevivido a ella, diez años era demasiado tiempo para seguir sufriendo por ello, había algo más y no estaba segura de querer saberlo. No tenía suficiente confianza en Sasuke para preguntar qué estaba sucediendo. Aunque Naruto y Kakashi eran puentes entre ellos, ya no podían considerarse amigos.
Hizo su trabajo en silencio mientras ambos la observaban con atención, sus ojos penetrantes la hicieron ponerse nerviosa, pero no era primera vez que soportaba algo parecido, así que se apresuró a terminar rápido.
Mikoto le agradeció casi con lágrimas en los ojos todo el esfuerzo que estaba haciendo por su primogénito y la invitó a cenar una vez Itachi se recuperará para agradecerle como era debido. Sakura no pudo negarse ante la insistencia, pero esperaba que lo olvidaran con el tiempo. Itachi aún estaría un par de semanas hospitalizado.
El tiempo pasó monótono otro par de semanas. Evitó a toda costa volver a experimentar la sensación que la había invadido la primera vez que había tocado al Uchiha mayor. Religiosamente se había puesto sus guantes en cada visita a su habitación. Sus dolencias habían disminuido considerablemente y se había concentrado en rehabilitar la masa muscular perdida.
Fue gratificante ver como se recuperaba y volvía a levantarse y caminar. Aunque era muy triste ver como un shinobi de su calidad se había deteriorado tanto sólo por una misión. Ahora estaba casi convencida de que había estado en cautiverio y lo habían torturado. Nadie podía terminar tan mal por una enfermedad. Eso la obligó a ser demasiado amable con él. Su semblante serio y aire triste le provocaba un dolor en el pecho cada vez que lo visitaba.
Su madre siguió visitándolo también y se veía mucho más compuesta. Ella parecía estar recuperándose junto a su hijo y eso le hinchó el pecho de calor, porque todo fue gracias a su trabajo como médico. Situaciones como estas eran las que reafirmaban la decisión de llegar hasta el final en su carrera.
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Un mes después, Itachi finalmente fue dado de alta del hospital. Mikoto no caía dentro de sí misma de la felicidad, reconociendo que todo su esfuerzo, constantes noches en vela y tiempo buscando una cura no habían sido en vano. Ahora sólo necesitaba que Sakura se uniera a su hijo para evitar que su condición volviera a tomar fuerza.
No sabía cómo funcionaba su enfermedad, lo único de lo que estaba segura, era que estar cerca de esa chica lo regresaba a la vida y eso era lo único que importaba. Tsunade le comentó que había hecho unas pruebas finales para ver qué cambios se habían producido en su cuerpo producto de la cercanía con su alma gemela.
También les recalcó que desde este momento en adelante ella ya no podría interferir más. Todo lo que sucediera con Sakura e Itachi era absolutamente su responsabilidad.
Y ahora estaba en una disyuntiva. Tenía que convencer a su primogénito de que Sakura era la indicada para él y debía pedirle matrimonio. Lo que no sabía era la disposición que Itachi tendría ante su pedido. Tampoco sabía si debía o no decirle sobre lo que habían descubierto sobre las almas gemelas y todo lo que con ello habían logrado. Tenía un miedo irracional a la negativa de su hijo a toda su necedad, eso le hizo replantearse sus opciones. Tendría que ser Fugaku quien hablaría con Itachi.
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Llevaba un par de días en casa y su padre ya lo estaba poniendo al día con sus futuras obligaciones. Faltaba menos de dos semanas para su cumpleaños número veinticinco y sabía lo que se vendría. A veces creía que recuperarse de su condición no traería nada nuevo. Su padre lo estaba esperando en su estudio y supo que estaba condenado.
- Aquí estoy, Padre. - se anunció el Uchiha mayor, cruzando el umbral y cerrando la puerta detrás de él.
- Bien. - Itachi se acercó a su escritorio y se sentó frente al hombre. Se observaron un momento en silencio hasta que continuó. - Me alegra de que estés recuperado. - Fugaku sintió un alivio que casi lo mareo cuando Mikoto le anunció que su hijo estaba sanando, lento, pero seguro.
- Yo también, padre. - Itachi no pudo evitar sentirse extraño frente a este nuevo desarrollo, fueron tres años de padecimientos y de pronto, estaba recuperándose. Había aceptado su destino, pero ahora todo cambiaría para siempre.
- Bueno, sabes que como futura cabeza del Clan, aún tienes responsabilidades que cumplir. En unas semanas cumplirás veinticinco años y es imperativo para el patriarca contraer matrimonio para esa edad. Sé que las circunstancias no han sido las adecuadas, pero ahora que todo va bien, creo que es el momento de escoger a la futura matriarca de nuestro Clan. - Itachi no pudo evitar fruncir el ceño. Por un momento creyó que su padre querría que volviera al servicio activo, prácticamente lo había obligado a convertirse en shinobi a temprana edad y se sorprendió por el repentino cambio.
- ¿Futura matriarca? Ni siquiera tengo pareja, padre. Creí que querías que recuperará mi puesto como ninja de élite. -
- No. Es este momento, el futuro de nuestro Clan es lo más importante. Hemos sacrificado mucho por la Aldea y es momento de pensar en recuperar nuestros números. - soltó un suspiro mental, no tenía mucho que decir a cambio. Siempre supo que llegado el momento tendría que contraer matrimonio, casi creyó que su condición era una bendición frente a un futuro que no le pertenecía.
- Entiendo. - se preguntó a qué chica Uchiha había elegido su padre para ser la cara femenina del Clan frente a los suyos y la aldea, no es que hubiese muchas en realidad. Pensó en Izumi, aunque eran amigos, nunca había logrado sentir nada por ella más allá de aceptación fraternal. Por un momento deseó estar en otro lugar y en otro tiempo.
- Hablamos con tu madre y creemos que Haruno Sakura es la persona indicada para convertirse en la futura matriarca de nuestro clan. -
- ¿Qué? - eso tomó completamente por sorpresa al hombre joven. Apenas había tenido contacto con ella durante su vida, su único acercamiento fue durante su convalecencia en el hospital, no tenía la misma edad. No era parte del Clan, de hecho, no pertenecía a ningún clan en absoluto. Era una chica civil sin ascendencia notable, que había logrado convertirse en discípula del Quinto Hokage, ese era su mayor logro. - Pero... Ella es una civil, no pertenece a nuestro Clan. - no lo dijo como una excusa elitista, él más que nadie no lo era, pero no era normal que su padre siendo quien era, considerará a una chica como Sakura como futura esposa del patriarca del Clan, sin mencionar la reticencia entre los mismos Uchiha.
- Creemos que es momento de que los Uchiha se abran al pueblo. - Fugaku evitó intencionalmente el ceño arrugado de su primogénito. Siempre había sido severo, pero toda la experiencia vivida, lo había hecho reconsiderar muchas cosas y no podía dejar ver la verdadera razón detrás de todo esto.
Itachi permaneció quieto y silencioso frente al hombre que lo había engendrado. Algo no estaba bien en todo esto.
- No la conozco. - agregó sombrío.
- Fue compañera de equipo de Sasuke. - aclaró el mayor.
- Sé quién es. Me refiero, no sé nada de ella, no somos de la misma generación y no tenemos nada en común. Ella está enamorada de Sasuke, además. - necesitaba aclarar que no existía nada entre esa chica y él que pudiese hacer funcionar un matrimonio. Partiendo por la base de que ella estaba enamorada de su tonto hermano pequeño.
- Eso fue hace mucho tiempo. Ella es una prominente y reconocida ninja médico. Es valiosa para la Aldea, es la primera discípula de Tsunade en heredar todas sus habilidades y ha logrado reconocimiento dentro y fuera de Konoha. Creo que no existe una chica más adecuada para ser tu esposa. - eso aumentó aún más las alertas en su mente, algo no estaba bien.
- ¿Sasuke sabe de esto? -
- No, pero no creo que Sasuke tenga algo que ver. Él siempre rechazó sus avances. - Itachi estaba molesto.
- ¿Ella está de acuerdo? – cuestiono.
- No lo sabemos. Queremos invitarla a cenar y que hagas la petición. - el semblante del menor se mantuvo en blanco, sólo su ceño arrugado evidenciaba lo incómodo que se sentía respecto a todo la situación.
- ¿Madre está de acuerdo? - quería saber si su madre también apoyaba esta estupidez.
- Ella fue la de la idea. Sabe que Sakura fue quien se encargó de tu bienestar. - no supo si sentirse horrorizado o decepcionado por esa información. Su madre nunca estuvo de acuerdo con los matrimonios arreglados y ahora...
- Era su trabajo. - Itachi necesitaba dejar en claro que salvarle la vida no era una razón para pedir su mano en matrimonio.
- Y el tuyo es aceptar que ella es quien hemos elegido. - Fugaku endureció sus rasgos, siempre había sido difícil la relación con su primogénito. Nunca estaba de acuerdo, nunca fue el método correcto, siempre debía imponerse o Itachi jamás haría lo que era su deber. Él siempre supo que ellos serían quienes escogerían la mujer con la que debía casarse. ¿Por qué no estaba de acuerdo?
- Conozco mis deberes. -
- Entonces cumple con ellos. Estoy siendo considerado al informarte sobre la decisión que hemos tomado. Siempre supiste que elegiríamos por ti. - Fugaku necesitaba dejar en claro que no había otra opción, incluso si la chica se negaba.
- ¿Existe otra mujer? ¿Estás enamorado de alguien más? - de pronto se le ocurrió que quizás su hijo amaba a otra persona. No es que influyera en su decisión.
- No. - fue rápido en negarlo. Jamás hubo una mujer que llamará su atención, siempre supo que se casaría y que él no tendría opinión con respecto a eso, pero ahora supo que no era tan así. Necesitaba que su padre, su madre, entendieran que no podían obligar a la gente a hacer lo que ellos quisieran.
La masacre los había convertido de un Clan ambicioso a uno marcado por la tragedia, y muchos se habían sentido en deuda con ellos. Habían obtenido renombre, sus miembros eran preciados, porque eran muy pocos, pero esto era abuso. Espero que la chica en cuestión rechazará la propuesta.
- Entonces, eso es todo. Dentro de una semana se realizará la cena, extenderé la invitación a sus padres, es lo correcto. - y con eso dio por terminada la reunión.
Itachi se levantó con lentitud y se retiró a su habitación. No pudo evitar obsesionarse por reconocer a la chica en cuestión. Tenía un inusual cabello rosado e impresionantes ojos verdes y la había visto muy poco a través de los años.
Recordó la primera vez que la vio, ojos brillantes fijos en Sasuke y sintió pena por ella. Sasuke estaba obsesionado con superarlo, no había cabida para nada más, dada su condición, estaba seguro de que su meta sería lograda fácilmente.
¿Qué había pasado con sus padres para llegar a esta conclusión? ¿Qué vieron en ella? La recordó en el hospital, atenta, dedicada, siempre con una sonrisa, pero eso era todo. Sus metas, sus objetivos, si estaba en sus planes casarse o no. Las kunoichis tendían a buscar pareja pronto, porque no se sabía qué momento podría ser el último, pero ella tenía la edad de Sasuke y si sus padres estaban seguros de esto, ella aún estaba soltera.
