El despertar de la diosa
Capítulo tres -Cambio y situación.
Nadie en la casa Sohma dio algún comentario al respecto. El "Dios" llevó a Akito casi de inmediato de vuelta a la casa principal y tras unos días reunió a los elementos familiares de mayor influencia para comunicar la situación que ahora se le presentaba.
-Se me ha dado el poder que desde mi nacimiento me corresponde. Desde este momento, todo será como debió haber sido.
Kazuma, quien fuera uno de los presentes, trató de ver más allá de él, buscando algún indicio de Akito; lo que encontró, fueron sus ojos vacíos de expresión alguna, y al darse cuenta de esto, el "Dios" no dijo nada, sino que dio por terminado el reporte y cerró la puerta de la habitación.
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-Despierta.
Cuando pudo abrir los ojos, Shigure observó cómo Hatori le ayudaba a incorporarse, y vaya que le agradeció, ya que aún se sentía mareado por lo ocurrido días atrás.
-¿Dónde…?
-Estás en tu casa, si esa es la pregunta que ibas a hacerme.
Procurando tomar suficiente aire como para poder hablar, el escritor comenzó a coordinar su pensamiento, pero este solo daba a un punto.
-¿En donde está Akito?
-Tranquilízate –Hatori preparó una solución y la inyectó en el brazo de su primo- Llevas inconsciente más de tres días, hasta te daban por muerto, lo mejor será que descanses un poco más, ya que aún no te recuperas del todo.
-¡No quiero descansar! Necesito saber qué pasó con Akito¿en donde se esconde ese tipo?
El médico suspiró de forma pesada, sabía que algo así le preguntaría, por lo que guardó el resto de su equipo médico y buscó las palabras adecuadas para iniciar la explicación.
-Como tú sabrás, tanto los nahuales como el "Dios" no tienen especificado su lineaje de nacimiento, si no entendiste –Shigure dice con una señal que no- Bueno, esos "puestos" se escogen al azar, pero como has de suponer, si existe un "Dios", debe existir una "Diosa".
Shigure hizo un momento de silencio, mientras observaba por la ventana a los chicos discutiendo algún asunto en particular.
-En este caso, la "Diosa" desempeña un papel sumamente importante, ya que es la única que puede concebir al "Dios"; sin embargo, Akira pasó por alto esa ley, y no buscó siquiera acercarse a la "diosa", sino que se guió por su corazón y… bueno, el resto lo sabes bien.
-Sí, lo sé. Se casó con Ren y nació Akito. Pero, Akito tiene el poder del "Dios"¿cierto?
-Solo por que Akira le entregó ese poder, de otra manera, ella no sería más que la próxima "Diosa"; sin embargo, ese sujeto tenía el poder del "Dios", a pesar de no haber tenido un contacto directo con Akira o Akito hasta hace poco.
-Pero… pudo salvarla. Akito sigue con vida gracias a él.
-¿Estás seguro?
-Lo sé muy bien... Y fue mi culpa, de hecho… Pensé… que tal vez él podría ayudarla... pero la dejó más muerta de lo que ya estaba... ¿O me equivoco?
-Peor que eso. Parece ser… que la hemos perdido.
El narcótico que Hatori le hubiese inyectado comenzó a hacer efecto; Hatori solamente guardó silencio y Tohru entró con una bandeja con agua.
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Dos días después, cuando hubo recuperado algo de sus fuerzas, Shigure trató de informarse acerca de lo que estaba pasando, descubriendo que Taher (el "Dios") al enterarse de su mejoría, mando un aviso para reunión especial con los nahuales menos el gato.
-Me da un enorme gusto el verles reunidos.
El ambiente que rodeaba al cuarto era sumamente pesado; tal parecía que todas las pesadillas del mundo se hubiesen ido a refugiar en ese espacio entre ellos y "el Dios".
-¿Qué pasó con Akito?
Kureno, quien tampoco estuviera muy recuperado que digamos, se atrevió a preguntar por ella.
-No es tu asunto.
-Yo soy su asistente y también encargado. Lo que le pase a ella, es mi asunto.
Taher avanzó con un bien marcado gesto de agresión, y, aún cuando Kureno no estuviera preso del hechizo, no pudo oponerse ni contestar cuando lo golpearon.
-Los "objetos" no deben hablarle de esa manera a sus dueños.
Esa frase les dejó en claro que Taher no sería tan benevolente como Akito, y sintieron un escalofrío al sentir su mirada sobre ellos.
-Me alegra que nos entendamos.
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-No deberíamos entrar aquí.
-Lo sé Kyou, pero me preocupa lo que pueda pasarle a los demás.
Kyou suspiró y trató de guiar, con lo poco que sabía de la casa principal, al sitio de reuniones que Taher escogiera para la "conversación", sin embargo, estaba tan o más perdido que ella.
-Creo que estamos perdidos.
-¡Ya sé! Pero no ganaremos nada más que un regaño si nos quedamos aquí.
Comenzaron a dar vueltas alrededor de todas las casas, pero por cualquier ruta que tomaran, volvían siempre al mismo punto.
-Cre-creo que no saldremos de aquí.
Habiéndose resignado a cualquier cosa, los dos comenzaron a caminar sin rumbo, sin embargo, al levantar la mirada, Tohru descubrió el lugar donde estuviera Akito.
-¡Kyou¡Mira!
El gato dirigió su mirada hacia el lugar que señalara Tohru, descubriendo a Akito quien, quizá por que su cuerpo aún estaba muy débil, dormitaba recargada en una de las paredes.
-Akito¿Te…¿Se encuentra bien?
La "diosa" abrió los ojos con lentitud, y buscó con la mirada a Tohru.
-Te… conozco.
Los jóvenes intercambiaron miradas. Sabían que a veces Akito actuaba de formas extrañas, pero eso ya era demasiado, considerando además que sus ojos, a pesar de estar vacíos, mostraban un extraño brillo.
-¿No me recuerdas? –Tohru hizo una pequeña reverencia- Soy Tohru Honda, nos conocimos hace dos años en la escuela, pero si no me recuerdas, mucho gusto.
Akito estiró su mano hasta tocar la mejilla izquierda de Tohru, y dejando ver un brillo de dolor en su mirada, bajó su cabeza.
-Lamento haberte lastimado...
Este fic continuará. Gracias por leer y pasen un buen día.
