Con un lánguido suspiro Hermione se decidió. Con rostro serio tomó la puerta y bajó de los dormitorios a la sala común. La situación con Ron pesaba demasiado en su conciencia, y sabía por experiencias anteriores lo malo que resultaba no tener a Ron, no sólo por ella, también por Harry. La dinámica del trío era vital, necesitaba arreglar este malentendido cuanto antes, así pues la chica había pensado en esperar al pelirrojo en la sala común y convencerlo, a la fuerza si era necesario. Crookshanks salió tras su ama zarandeando su peluda cola de lado a lado. Al entrar en la sala común, los pocos alumnos que quedaban en la sala se giraron hacia ella. Hermione ignoró las miradas y tomó asiento en un sillón al tiempo que abría ante ella un libro. Ojeó a los gryffindors, que le desviaban la mirada y disimulaban realmente mal, y seguidamente se sumergió en la lectura.

"¿Hermione?" La aludida parpadeó desviando su atención del libro, y alzando la cabeza volteó para ver por encima del apoyadero del sillón al mismísimo Harry Potter mirándola sorprendido y curioso. El mago llevaba consigo su escoba y por su aspecto desaliñado no hacía falta ser un sabio para saber que el muchacho regresaba del campo de quidditch, posiblemente de practicar, a pesar de que extrañamente esa tarde el equipo tenía la tarde libre. Hermione se percató entonces que en la sala común tan sólo estaban ellos dos (y Crookshanks, que dormía apacible en el sofá de al lado), una fugaz mirada por la ventana le mostró que el sol hacía rato que se había puesto. Absorta en su libro, la chica no se había dado cuenta que se había hecho tan tarde.

"Harry" dijo ella "¿qué hora es?" se puso en pie de un salto cerrando su libro con celeridad.

El chico soltó unas risas pero enseguida suspiró triste "tarde" respondió. Hermione frunció en ceño observando el cambio de humor de su amigo. Parecía que Harry tenía mucho en la cabeza, y no era para menos; ella misma estaba más confusa que nunca. El chico la miró y con paso lento se dirigió a ella. Dejó la escoba apoyada en la pared y se sentó junto al gato canela. Hermione dejó el libro sobre el sillón, tomando a Crookshanks en sus brazos para hacer espacio, se sentó junto a Harry. "Meaw" sonó el maullido de Crookshanks mientras éste se aposentaba en el regazo de su dueña intentando reconciliar su preciado sueño. "Fui a dar una vuelta con la escoba" explicó Harry "para despejar la cabeza y eso. Además, quería hacer tiempo hasta que Ron volviese, así de paso podía pensar con tranquilidad en todo lo que ha pasado, cómo hacer las paces con él..." El mago miró a la bruja que lo escuchaba con atención y prosiguió. "Se ha hecho tardísimo y me da la sensación que estoy igual que al principio."

Hermione sonrió "Sí, a mi me pasa lo mismo. Sólo espero que esta vez Ron sí nos escuche. El tema se nos ha ido de las manos." "Si" asintió él. "Y ¿qué vamos ha hacer?" preguntó seguidamente. Se hizo el silencio.

"No sé. Disculparnos primero, y luego ya veremos" "Vale"

De nuevo los dos callaron. El crepitar de la chimenea y el ronroneo de Crookshanks eran el sonido ambiental. Pasaron unos minutos en los que ninguno dijo nada, ambos estaban confortables en el sofá, en silencio, y en la compañía del otro. "Ron tarda mucho" dijo al fin el moreno. "Sí" respondió la castaña. Y otra vez cerraron sus bocas. Harry sin poder evitarlo iba observando a su amiga de vez en cuando por el rabillo del ojo, con disimulo. Hermione por su parte se concentraba con devoción en mirar y acariciar a su gato dormilón porque sin quererlo sus ojos se desviaban hacia Harry. Esa extraña sensación, ese calor en sus mejillas. Los dos adolescentes se esforzaban en mantenerse ocupados en algo porque de no ser así saldrían a la superficie las emociones reprimidas.

Harry alargó su mano para acariciar también la cabezota del semi-keazel. El gato ni se inmutó. "Qué feliz vive. Sin preocupaciones..." susurró el chico con expresión tierna, "... con mimos..." Hermione alzó la cabeza para ver a Harry, Harry que a su vez se sentía envidioso de Crookshanks en ese momento, no sabía lo que decía "mmm, los mimos de Hermione" pensó distraídamente y de forma nostálgica. Al voltear para ver a su amiga se dio cuenta que sus rostros estaban a escasos centímetros el uno del otro. Si ninguno de los dos iba ha decir algo más, quedó olvidado. Harry quedó hipnotizado viendo ese rostro que ahora amaba más que a nada, sus labios húmedos, sus mejillas ligeramente rosadas, sus ojos de chocolate brillaban y había algo en ellos que le llamaban. Hermione no se movió y Harry se acercó imperceptiblemente. Sus narices se tocaron pero Harry no se atrevió a ir más allá. Su instinto gritaba por abalanzarse sobre la chica y besarla pero y si estaba malinterpretando las señales. Hermione parecía estar esperando, ¿esperando qué? Saliendo se su estupor la chica parpadeó. "Harry..." susurró. Él casi no se atrevía a respirar. "¿Um?"

De repente el chico se dio cuenta de sus posiciones. "Uops" se incorporó de golpe aumentando la distancia entre ambos. "Perdona, Hermione, no se que me hacía. De verdad que no quería incomodarte." Empezó a disculparse como un loco "Creo que estoy un poco celoso de Crookshanks y los residuos de la maldición de Malfoy siguen haciendo estragos en mí" Ahh, bendita la excusa de los efectos secundarios de ser hurón. Al final Harry hasta tendría que darle las gracias al slytherin.

Hermione lo miro de hito en hito y sonrió comprensiva "Ahh, claro" a Harry le pareció escuchar un atisbo de decepción en su voz. "Ven aquí" dijo entonces ella mientras depositaba a Crookshanks en el suelo. La mascota la miró enfurruñado, le giró la cara y dio un brinco hasta el sillón. Harry la miró con una expresión de estúpido mientras ella daba unas palmaditas en su regazo. "Pof" Con un par de patadas Crookshanks había tirado el libro que Hermione había estado leyendo al suelo y haciéndose un hobillo se durmió otra vez acomodado como un rey.

"¿Cómo?" preguntó Harry. "Túmbate" dijo Hermione con calma. Al ver la falta de reacción por parte de Harry, Hermione le tomó el rostro y lo acompañó hasta que su cabeza estuvo dónde anteriormente Crookshanks. Y antes de que Harry pudiese hacer o decir nada, ella empezó a acariciarle los salvajes cabellos azabache. El chico al principio estaba todo tenso, pero no tardó en relajarse bajo el efecto de las caricias de Hermione. El cerró los ojos y ella sonrió. Rascándole cuidadosamente tras la oreja Hermione observaba la expresión de placidez de Harry.

"Oye, Harry" sonó de repente la voz de Hermione desde las alturas. "¿Mmm?" fue la soñolienta respuesta del muchacho. "¿Qué opinas sobre los rumores?" Él abrió los ojos y los fijo en Hermione sin entender la pregunta. Ella suspiró profundamente. "¿Crees que la idea de nosotros dos es tan absurda?" rehizo su pregunta. Harry quedó petrificado ante ella. Muy despacio se sentó de nuevo encarándola y midiendo sus pensamientos. Hermione esperaba expectante una respuesta. Harry abrió la boca pero no salió ningún sonido. Estaba confuso. Por el tono suave, bajo y serio con que Hermione había formulado la pregunta, no se trataba de simple curiosidad. Harry estaba casi seguro. Pero entonces...

"Criiiiiiiiiiiiiick" el sonido del portal de la dama gorda interrumpió.

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"Ron" llamó Harry poniéndose en pie. Su amigo acababa de entrar a la sala común y Harry hubiera jurado que sonreía hasta que los vio a ellos. "¿Qué?" gruñó irritado el pelirrojo. Miró a Harry con entrecerrando los ojos y luego a Hermione. "¿Interrumpo algo?" dijo enarcando una ceja y escupiendo veneno con su sonrisa. Con esto Hermione se puso en pie también. "Pues la verdad es que sí" soltó la chica.

"¿Eh?"

"¿Uh?"

Esto no era algo que Ron esperase, y la verdad es que Harry tampoco. Los dos la miraron pasmados con paralelas expresiones de perplejidad.

"Oh, cielos. A veces eres tan inmaduro e infantil, Ron, que me dan ganas de estrangularte.¡Pues claro que no, cabeza de espantapájaros! Tú más que nadie debería saberlo. Pero estás más ocupado recreándote en tu papel de víctima para notar nada que pudiese pasar entre nosotros. No paras de llorar sobre qué malos amigos somos por no decirte nada y actuar a tus espaldas. Si te detuvieras a pensar un poco verías que el mal amigo eres tú por no darte cuenta por ti mismo...de que no hay NADA entre Harry y yo" Acabó gritando Hermione. Las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas.

"Los hombres sois todos unos ...¡ESTÚPIDOS!" chilló y se fue corriendo escaleras arriba.

Los dos chicos parpadearon confusos. "¿Qué a pasado? ¿Os habéis peleado o algo?" preguntó Ron a Harry aún atónito por la escena dramática que había representado Hermione hacía unos momentos. "Eh...no. Creo." dijo inseguro Harry. Los dos amigos se miraron.

"Tiene razón" dijo Ron sorprendiendo a Harry. El famoso mago no sabía muy bien a qué se refería Ron en que tenía razón Hermione. "¿Esperabais por mi?" Harry se sorprendió de nuevo ante la aparente tranquilidad de Ron. Quizá el pelirrojo no se encontraba bien. Se comportaba de forma inusual. Harry frunció el ceño pero contestó igual "Sí. Queríamos disculparnos... pero las cosas no han salido como planeábamos, me parece" "Ya, secundo la moción" aportó Ron. Harry alzó su mano ha Ron "¿Amigos de nuevo?" preguntó tímido. Ron frunció en ceño mientras observaba la mano ofrecida. "Sigo enfadado" confesó. Harry bajo la mano abatido, pero compresivo. "Deja que me calme, tengo sueño. Mañana hablaremos, ¿vale?" añadió de repente con un tono más ligero. Por enésima vez Harry quedó admirado por el comportamiento de Ron, y sonrió. "OK".

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A la mañana siguiente