Capitulo 2
La luz de la esperanza
Y
La sombra del miedo
Entro de nuevo a la casa, tomo su escudo y se lo puso en la espalda Rubí empezó a volar alrededor de el, tomo su gorro y se lo coloco –Quédate dentro, no se lo que esta pasando pero siento que es peligroso— le dijo, Saria asintió y salio corriendo de la casa –Rubí ¿Lo sientes verdad?— pregunto Clow –Si algo oscuro esta aquí pero no se de donde provenga— dijo muy seria la Hada, al poco rato estaban frente al Gran Árbol Deku pero había algo diferente –Se siente frío— susurro Clow –¡Gran Árbol Deku!— grito alguien, detrás de el Link y Mido llegaban al igual que el resto de los Kokiris, trato de ver si Saria estaba, no quería que ella resultara lastimada de lo que pudiera pasar –jejejeje— todos centraron sus ojos en el tronco del gigantesco árbol, del cual un gran ojo rojo amarillento.
El más cercano al árbol retrocedió, Link no podía creer lo que miraba, saliendo de la madera un extraño insecto gigante de colores oscuros miraba a todos los Kokiris –¿Donde esta?— pregunto mirando a Link –¿Donde esta la Piedra?—pregunto de nuevo –¿Piedra? de que piedra habla— dijo Link con miedo –¡No mientas¡Dame la Piedra!— grito saltando sobre el Kokiri levantando sus patas, preparándolas como navajas, Link salto a un lado esquivando el mortal golpe, pero el insecto salto de nuevo pero esta vez su victima era alguien más –¡SARIA!— grito Link corriendo donde su amiga, la Kokiri se quedo estática al ver al gigantesco monstruo sobre ella, cerro los ojos esperando el golpe que acabaría su vida, solo el sonido del metal se escucho, su único ojo miro al que detuvo con un simple escudo su ataque –¿Un Hylian?— pregunto para medio cerrar su ojo mientras reía –Seguro buscas lo mismo que yo, pero yo lo obtendré primero— dijo ejerciendo más fuerza en su pata, arrodillándose con su pierna izquierda seguía aguantando protegiendo a su amiga, en sus ojos un leve torno carmesí aparecía –Se lo que buscas pero yo no lo necesito porque yo busco algo distinto— de un rápido movimiento saco su espada y la lanzo contra una de las patas del monstruo, este salto una vez más para salvarse ocultándose dentro del tronco.
Se levanto del suelo, caminando a donde cayo su espada pero no la guardo cuando la levanto, miraba directamente a donde entro el parásito, todos los Kokiris estaban asustados pero uno miraba en la misma dirección de Clow, como si los dos pensaron en los mismo ambos se dirigieron al hueco pero Clow lo detuvo con su espada –Es muy peligroso— dijo si mirarlo –¡No me importa, El gran Árbol Deku esta en peligro! No puedo quedarme aquí sin hacer nada— dijo mirando al suelo, Clow lo miro, sentía su tristeza en su voz pero cuando levanto su rostro vio en sus ojos un valor que nunca vio, bajo su espada y camino de nuevo dándole la espalda pero antes de entrar en la oscuridad –¿Vas a quedarte allí todo el día o salvaras al Árbol Deku?— pregunto, Link lo miro asombrado, volteo su cabeza y le sonrió, Link sonrió y corrió a su lado, ambos entrando en la oscuridad, del peligró que los esperaba dentro.
La única luz que existía era de las dos Hadas, todo era oscuro el sonido de sus pisadas resonaba en todas partes como si fueran la de muchas personas, Clow detuvo a Link y este quiso preguntar que pasaba pero el sonido de alguien o algo corriendo se acercaba, Clow preparo su espada, Link saco debajo de su ropa una Resortera –No creo que eso te ayude mucho— dijo mirando a todas partes tratando de ver por donde llegaría el dueño de esas pisadas –Pues para mi me haayudado mucho y no dudo que esta vez sea diferente— dijo Link haciendo lo mismo que Clow, por un momento el sonido se detuvo, los dos aguantaban la respiración hasta que otra luz apareció y vieron que era una Hada seguida por –¿Mido¿Qué haces aquí?— pregunto asombrado Link –¡Pues que más¡No dejare que tu solo impresiones a Saria!— grito Mido enojado –¿Pero de que tontería hablas?— grito enojado Link –¡Tu sabes de lo que hablo Kokiri raro!— grito Mido –Cállense ambos antes de que llamen a ese monstruo con sus gritos y tu deberías irte, no te vamos a defender— dijo Clow sin mirar al Kokiri –No necesito su ayuda ya que tengo esto— saco de su cintura una espada de su tamaño, para Clow eso parecía una espada de juguete pero era la Espada Kokiri –Esta es la Espada Kokiri y con ella ayudare al Árbol Deku e impresionare a Saria— dijo con arrogancia Mido y caminando con el pecho inflado pero se detuvo al sentir su cuerpo pegado a algo –!Pero qué rayos es esto!— pregunto enojado tratando de despegarse de lo que parecía una gigantesca telaraña.
Clow preparo su espada mientras Link trataba de ayudar a Mido, en eso un extraño sonido los alerto a los tres, arriba de ellos la gigantesca araña parásito devoraba la madera –Se… se esta comiendo al Gran Árbol Deku— dijo asombrado y aterrorizado Link –La piedra… ¿Dónde esta la Piedra?— pregunto el parasito Ghoma desviando su mirada a los tres, Link y Mido miraban con horror y miedo al gran parasito pero Clow apretaba con fuerza su espada, esperando lo que viniera –¡DENMELA PIEDRA!— grito dejándose caer al suelo cayendo frente a ellos.
Clow se lanzo contra el parasito pero este detuvo su ataque lanzándolo lejos, Rubí voló con gran velocidad para ver como estaba su amigo, Link recuperado el movimiento de su cuerpo uso su Resortera disparando varias piedras pero eran golpes insignificantes contra el duro cuerpo de Ghoma.
–¡Clow¿Estas bien?— pregunto asustada la Hada escarlata –Si, no te preocupes por mi— se levanto despacio, el golpe de Ghoma mas el choque contra la pared lo dejaron algo lastimado, un poco de sangre salía de su boca, miro que Link salvaba a un Mido aun paralizado del miedo pero este cayo en una de esas enormes telarañas, corrió lo que mas pudo pero se detuvo al ver a Ghoma paralizada, y recordó algo al ver a Mido lanzarle piedras y una caer en su ojo. Su ojo era el punto débil de ese parasito –¡Link, la debilidad de Ghoma es su ojo, dispárale allí!— exclamo la Hada azul.
Link lo hizo pero no fue suficiente para detener al parasito –Pequeño ¡Morirás!— grito enfurecida Ghoma pero antes de que sus patas atravesaran el pequeño cuerpo del Kokiri algo se clavo en su ojo.
Clow hundía su espada más y más en el gigantesco ojo y Ghoma gritaba de dolor y moverse con violencia, tanto así que la espada no soporto y se partió. Para todos paso lento, Clow salía volando por la fuerza en que Ghoma lo mando al partirse la espada que choco de espalda contra uno de los muros para caer al suelo, todos fueron a ver como estaba el Hylian sin notar la horrible muerte de Ghoma y como desaparecía en una nube de polvo.
El dolor le daba trabajo para respirar, cada centímetro de su cuerpo le gritaba, abrió los ojos y vio a Rubí volar muy cerca de el gritando su nombre, Link sostenía su cabeza y le hablaba pero no entendía lo que decía 'Como deseo que se acabe todo y despertar en mi cama, seguir con mi maldita vida…creo que ganaste por fin Luzbel' fueron sus pensamientos antes de que pasara el milagro.
Una luz absorbía todo dentro del Gran Árbol Deku, los presentes se cubrieron sus ojos para no ser lastimado por esa extraña luz, pero podían sentir una calidez que los envolvían, Clow abrió sus ojos, frente a el las tres extrañas mujeres lo abrazaban, calmado su dolor, aun empuñando su espada rota, el deseo de matarlas venía a su mente. Ellas eran las culpables de que el estuviera aquí, de que sufriera este dolor.
Levanto su mano, rota aun era mortal, apuntando directamente a la mas cercana a el.Ellalevanto su rostro, unos ojos rojos miraban directamente a los marrones, pero esos ojos estaban llenos de tristeza, culpabilidad y ruego. No pudo hacerlo, hace algunos años lo había hecho incluso sin importar quien fuera pero ahora.
Las otras dos levantaron sus rostros, ojos azules oscuros y verdes claros miraban a los marrones, cerro sus ojos, una de ellas acariciaba su frente, sintió su respiración cerca de su oído –Perdónanos, pero eres nuestra esperanza, eres el guía de nuestro Héroe— susurro. Después de eso, solo cayó en un sueño.
Afuera todos esperaban que los tres salieran pero para alguien una persona era la mas importante, estaba confundida, un extraño que solo conocía por dos días provocaba esta gran preocupación. Pero no podía evitarlo, cuando lo vio en el bosque, sus ojos mostraban confusión y miedo, su rostro parecía el de alguien inocente con sus mejillas sonrojadas, aunque mostraba esa gran frialdad, su sonrisa demostraba lo contrario, ella no sabía lo que sentía por el pero deseaba a las Diosas que el regresara.
Fue sacada de sus pensamientos al escuchar las voces de sus hermanos y hermanas, miro directamente a la entrada y vio tres siluetas, seguidas por Hadas, Mido y Link cargaban como podía a un débil Clow, al verlo corrió con toda su fuerza, Mido levanto su rostro sudado y cuando vio a su amada Saria sonrió pero su rostro cambio a de sorpresa y odio al verla abrazando con fuerza al Hylian que cargaba.
Link miraba a su mejor amiga con sorpresa, el sabía que el tal Clow solo tenía dos días entre los Kokiri pero ella lo abrazaba de un forma como si lo conociera de hace tiempo, Clow abrió sus ojos, lo primero que vio además de su Hada escarlata fue algo verde y la sensación de que alguien lo abrazaba, se soltó de los dos Kokiri para abrazar el cuerpo que estaba cerca del suyo, estaba calido y podía sentir una gran sensación de paz.
Saria sonrió y de sus ojos dos lágrimas cayeron, estaba feliz de verlo bien, de sentir sus brazos rodeándola, pero levanto su rostro al dejar de sentirlos, trataba de mantenerse firme pero le costaba y aun más al caminar –¿Pero qué haces¡Aun estas debil!— exclamo Rubí jalando de su gorra para detenerlo sin resultado alguno –Espera Clow— todos centraron su mirada en el dueño de esa voz, el Gran Árbol Deku aun vivía –¿Qué quieres?— pregunto el guerrero sin voltearse –Se de tu misión, se del propósito, del porque estas aquí, por eso te pido, acompaña a Link en su viaje— todos miraron al pequeño, este fijaba su mirada en la del gran árbol –Link, aunque con tu gran valor y fuerza junto con Clow no pueden evitar mi destino final— a cada palabra el Gran Árbol Deku su voz se debilitaba –No… ¡No puedes morir! Luche con todas mis fuerzas para salvarte ¡No puedo aceptarlo!— grito el Kokiri llorando –Link escúchame, mientras era devorado por Ghoma supe que él la había mandado. Su terrible magia negra fue la que creo a ese monstruo, el Rey Maligno del Desierto. El desea conquistar esta tierra y obtener el poder absoluto de la Trifuerza— dijo el gigantesco árbol –¿La Trifuerza?— pregunto aun con lagrimas en sus ojos azules el Kokiri –Son los tres Triángulos Sagrados dejado por las Diosas desde la creación de Hyrule, si alguien de corazón puro la toca, la paz y la armonía reinara enesta tierra, pero si un corazón lleno de oscuridad logra tocarla, este mundo se vera sumergido entre las sombras— explico, Clow seguía dando la espalda a todo el mundo pero se volteo al sentir la mirada del Gran Árbol Deku sobre el –Clow, se que en tu corazón odias a las Diosas por traerte aquí pero ella son las únicas que pueden ayudarte y por eso…-- no pudo terminar de hablar cuando algo se enterró muy cerca de sus raíces, lo que quedaba de la espada de Clow se encontraba a escasos centímetros de el –Escucha, encontrare por mi mismo la forma de regresar, no seré la marioneta de ningún Dios ¡No lo seré de nuevo¡Los Dioses solo utilizan a los seres para su propio beneficio sin importarles sus sentimientos ni sus vidas¡Para que demonios crearon esos Triángulos si solo traerían problemas¡Respóndeme!— grito Clow, todos los Kokiri retrocedieron al ver sus ojos rojos, una leve aura oscura cubría el cuerpo de Clow, las Hadas temblaban de miedo al sentirla –Es…un demonio— dijo aterrada Navi escondiéndose detrás de Link, Clow apretaba sus dientes, sus ojos se volvían por completo rojos, las venas de sus brazos palpitaban pero todo se detuvo, Clow abría sus ojos por la sorpresa de sentir de nuevo ese calor, Saria lo abrazaba con fuerza llorando, sus ojos poco a poco regresaban al oscuro marrón natural, bajo su cabeza, alejo con delicadeza a la Kokiri, ella levanto su rostro, sus ojos no expresaban miedo sino preocupación ¿Por él? Lo dudaba, se volteo y se alejo de todos.
La noche caía en los bosques, todo era silencio, respetando la muerte del gran protector de los bosques. Se encontraba recostado en un roble mirando el cielo estrellado, Rubí en su hombro miraba también el cielo. Desvió su atención del cielo nocturno para verla. Seguía con el a su lado aun sabiendo quien era en realidad, aun en su mente sus palabras y su bofetada seguían frescas.
–¡Escúchame Clow, no me importa si eres un demonio o el mismo Rey de los avernos! Yo se que eres alguien bueno, puedo sentirlo por eso estaré a tu lado para ayudarte a regresar a tu hogar—
Sonrió al recordar eso y tocarse la mejilla por el dolor de mover los músculos de su rostro, para su tamaño era muy fuerte, volvió su mirada al cielo pero su atención esta puesta en las pisadas que se acercaban, a unos escasos pasos dejo de escucharlos, por alguna razón sentía que era ella y lo deseaba, volteo su rostro. Con la mirada al suelo y con las manos juntas Saria se encontraba a escasos paso detrás de Clow –Saria— al escuchar su nombre de los labios de el sus nervios desaparecieron y siguió avanzando, al estar a su lado se sentó, sintió ser rodeada por un brazo y mas al escuchar los latidos de su corazón, se aferro a el.
Los dos se abrazaban sin decir ni una palabra, el asombrado y feliz ¿Cómo era que ella estaba a su lado abrazándolo¿Acaso no sentía miedo? Pero esos pensamientos se alejaban de su mente al sentirla cerca, sentir su calor y sus manos. Ella esta feliz, feliz de que el no la dejara, lo abrazo con mas fuerza, no quería que se fuera del bosque, deseaba que se quedara con ella –¿Te iras verdad?— pregunto enterrando su rostro en el pecho de Clow –Si— fue su única respuesta –No quiero que te vayas— de sus ojos las lagrimas empezaban a nacer –No puedo quedarme, no es mi hogar, no es mi mundo— con cada palabra liberaba de su abrazo a la Kokiri –Por favor, no dejes de abrazarme— pidió llorando mojando la ropa de Clow con sus lagrimas –Entiende Saria, ya viste lo que me paso, sabes lo que soy, pensé que no volvería pasar pero aun… sigo siendo un demonio— sin notarlo acaricia el cabello verde de la Kokiri –No me importa. Me importa mas quien eres tu en realidad, una buena persona, yo lo se, lo siento en tu corazón— los dos se quedaron así en silencio, las dos Hadas se habían alejado bueno mas bien Rubí se alejo a la fuerza por su amiga para dejar a los dos hablando solos.
El sol salía reclamando su lugar, abrió sus ojos oscuros, seguían allí los dos juntos abrazándose, cada uno dándose calor con sus cuerpos, la soltó con cuidado y la acostó de la mejor forma en el suelo para que estuviera cómoda, empezó a caminar pero se detuvo al sentir que algo lo jalaba, bajo su mirada, Saria sostenía su tobillo, se levanto, ambos se miraron a los ojos, de entre sus ropas saco algo, era un instrumento de viento, una ocarina, la Ocarina de Saria.
–Quiero que la tengas contigo, para que así puedas tener algo de mí siempre cerca de ti— dijo la Kokiri con un leve sonrojo en sus mejillas, Clow extendió sus brazos y toma la Ocarina, sus manos se rozaron, los sonrojos de ambos crecieron, tratando de no verse a los ojos para que sus rostros tomaran sus colores normales pero ambos necesitaban ver de nuevos los ojos del otro.
Sentía felicidad y libertad al ver esos ojos zafiros claros, quería... no, deseaba quedarse a su lado más tiempo pero muy dentro de el sus miedos y los recuerdos mas oscuros lo hacían olvidarse de esa idea e irse de ese mundo. Al ver esos ojos oscuros, entre el negro y el marrón, entre el vacío de la tristeza y el destello de felicidad, quería seguir viéndolos, lograr que esa tristeza que existía en ellos se fuera y que quedara ese brillo, esa mirada que mostraba el verdadero Clow, no la mascara que el mostraba y se veía que se convertía en su rostro con el pasar del tiempo, en su corazón quería estar su lado y sentir su alma cerca de la suya.
Movió su rostro, ella deseaba seguir mirando sus ojos pero ambos sabían que la hora llego, guardo la Ocarina en un bolso de cuero, miro el rostro de la Kokiri, se puso a su altura y la abrazo, abrió sus ojos con sorpresa pero correspondió el abrazo –Te extrañare Saria— dijo con tristeza –Yo igual, espero verte pronto— dijo abrazándolo con mas fuerza –Lo prometo— al decir esto dejo de rodearla con sus brazos para levantarse, se vieron unos segundo más, dio media vuelta alejándose de esos bosques, de ella.
Camino y camino, su única compañía era la Hada de color rojo y algunas veces su guía en ese laberíntico pasaje de árboles, no hablaban entre ellos pero a el no le importaba pero notaba que su Hada lo miraba de vez en cuando, aflojo un poco los músculos de su rostro –Rubí— la Hada volteo a verlo asombrado –¿Si?— pregunto –¿Sabes algo afuera de los limites de los bosques?— pregunto ya que no pensaba en algún tema de conversación pero antes de que su amiga Hada le respondiera frente a ellos dos personas los esperaban.
Clow se detuvo, sus ojos oscuros miraban directo a los azules del joven Kokiri frente a el, las dos hadas, roja y azul esperaban en silencio lo que podría pasar en cualquier momento –Me sorprende de que no hayas sacado tu espada y hayas tratado de matarme Link— dijo Clow con calma –Por un momento lo pensé pero las Diosas te mandaron aquí, para ayudar a toda la gente de Hyrule— dijo con valentía Link sin parpadear ni una sola vez –No me importa la gente, no es mi mundo, solo debe importarme yo mismo— sus palabras eran frías y llenas de maldad –Entonces porque me ayudaste, porque trataste de ayudar al Árbol Deku y en especial porque salvaste a Saria— el silencio hizo de presencia en ese punto del bosque, los dos no apartaban sus ojos ni un segundo, Clow sonrío –Ganaste ¿Qué es lo que quieres?— pregunto cerrando sus ojos y apoyándose en un árbol –Necesito tu ayuda, se que no podré hacer esto solo y yo te ayudare a buscar la forma de regresar a donde eres— dijo con una sonrisa Link al ver que la tensión disminuía –Es tu misión no la mía— dijo de nuevo Clow –Por favor, necesito tu ayuda— pidió Link –¿Por qué confías tanto en mi?— pregunto –Si Saria confía en ti, no eres una mala persona—
Esas simples palabras dejaron sorprendido a Clow pero una diminuta sonrisa adorno su rostro, dejo de apoyarse y se acerco a Link, puso sus manos en los hombros del Kokiri y lo vio directo a sus ojos –Me sorprendes pequeño, no se si tienes un gran corazón o eres un tremendo idiota— con estas palabras el rostro de Link paso a ser rojo de enojo pero no pudo quejarse cuando sintió unas palmadas en su cabeza –Bueno no podemos perder mas tiempo hay que salir de los bosques y llegar a nuestro siguiente destino— dijo Clow mirando al frente –¿Pero cuál es?—pregunto Rubí –Según las ultimas palabras del Gran Árbol Deku debemos buscar a la Princesa del Destino— dijo Link –Conozco a una sola princesa en toda Hyrule y esta en el Castillo— dijo Clow empezando a caminar, los tres los vieron y empezaron a seguirlo.
Era un grupo extraño, un Kokiri, dos Hadas y un Hylian, todos con un mismo camino, aunque para Clow el deseaba que todo eso acabara pronto, el bosque se hacia menos denso y la luz pasaba con mayor facilidad, pasaron por un túnel natural para pasar por un puente, en medio estaba alguien esperándolos, Clow abrió sus ojos pero siguió caminando, sabia que era la despedida de dos grandes amigos, al pasar al lado de ella ambos trataron de verse a los ojos, solo por unos segundos, un rayo de luz les impidió verse y siguió de largo pasando el túnel e internándose en la oscuridad.
A los pocos minutos pudo salir de ese túnel, la luz del medio día lo golpeaba con fuerza pero sonreía con gran alegría, el aire era puro, la suave brisa lo refrescaba, todo parecía irreal –Realmente…— empezó a hablar Rubí, volteo un poco su cabeza para mirarla –Realmente te ves mucho mejor con una sonrisa en tus labios— dijo toda apenada, Clow sonrió más –Entonces tratare de sonreír más seguido— esas palabras, las usaba mucho, jamás eran verdad pero ahora, fueron diferentes.
Unos pasos resonaban detrás de ellos, Link y Navi salían, el pequeño Kokiri llevan en sus manos una Ocarina, Clow sabia que Saria se lo dio para que jamás olvidaran su amistad pero no sabia que significaba ese sentimiento de odio hacia el pequeño. Trato de calmarse miro al frente –Es hora, aquí todo será mas difícil, el que quiera irse puede hacerlo ahora— dijo, Link se puso a su lado y lo miro directamente –No creas que te desharás de mi tan fácilmente— dijo con una gran sonrisa –Yo seguiré a Link y lo ayudare— dijo Navi –Y yo a ti— Rubí se poso en el hombro de Clow, miro a cada uno y una leve sonrisa apareció –Ok, entonces ¡Hacía delante¡A salvar Hyrule!— grito con entusiasmo –¡SSII!—exclamaron. Los cuatro ahora empezaban su gran aventuran sin saber que eran vistos desde el cielo –Hooot hooot el pequeño Héroe, el elegido para traer la luz de la esperanza a Hyrule pero el, el es todo lo contrario, es un sombra de miedo, aun duerme pero no sabremos cuando despertara. Mis Diosas ¿Por qué lo trajeron¿Qué tiene de especial este joven? Solo espero que nos ayude— el gran Búho se elevo más al cielo perdiéndose entre las nubes, vigilante y talvez un guía para estos dos.
¿Qué peligros enfrentaran¿Qué deberán hacer para lograr su objetivo? Pero lo principal
¿Qué es lo que realmente duerme dentro de Clow y quien es el?
