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LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN, SON PROPIEDAD DE MASASHI KISHIMOTO. LA HISTORIA ES MÍA.
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-17-
ESCLAVOS
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Sasuke resopló cansadamente al cerrar sus ojos y echar su cabeza hacia atrás, al recargarse en una de las frías paredes del elevador.
—¿Qué mierdas estás haciendo?— se preguntó a modo de reproche.
Su cuerpo todavía estaba tenso por ese enfrentamiento con Itachi. Apretó su mandíbula al no entender la razón real de esos celos que estaba experimentando… no eran normales; su sangre todavía estaba ardiendo por dentro, el idiota de Itachi había acariciado a Hinata, o eso vio, y ella lo permitió.
"Esa idiota niña te está haciendo perder la cordura" reconoció internamente; pero es que la deseaba tanto. Tal vez tuvo envidia, envidia de que ella lo dejara tacarla y con cada caricia suya, sin embargo, Hinata solía tensarse, lo rechazaba y eso era normal después de todo.
La puerta del elevador se abrió y él avanzó a pasos firmes hasta la puerta de ese departamento. Tocó.
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Hinata había llegado apresurada a su departamento, sin poder creer la sensación de incredulidad, incertidumbre y tal vez, un poco de miedo que sentía. Luego de separarse de la puerta, lugar donde había permanecido recargada, se sentó en uno de los sofás de su sala.
«Sasuke no puede saber nada, no todavía.»
Las palabras de Itachi rondaban aún su cabeza y ella realmente no sabía qué pensar, todo aquello la impactó tanto de diferentes maneras. Todavía podía verse sentada frente a esa bonita mesa mientras paseantes caminaban afuera, del otro lado del ventanal, al mismo tiempo que la que había sido su humeante taza de té, permanecía fría frente a ella.
—¿Por qué me lo pides a mí?— preguntó luego de escuchar, atentamente, como él lo pidió, todas y cada una de sus palabras.
—Porque eres su novia y he visto cómo lo afectas. Sasuke, de alguna extraña manera, parece bajar sus defensas contigo— Itachi le había explicado con fría tranquilidad sin dejar de verla a los ojos—. Pareces cambiarlo— le añadió haciéndola abrir los ojos sorprendida y su piel pálida amenazó con ruborizarse.
Hinata había tragado lentamente y bajado la mirada —No sé si pueda— le dijo mientras se apretaba las manos.
El pelinegro cerró los ojos —Acabará pronto— dijo y eso le dejó un peor sabor de boca a la joven de ojos perlas.
—¿Qué voy a hacer?— se preguntó realmente preocupada y sus ojos ardieron amenazando con cristalizarse. Darse cuenta que Sasuke y ella tendrían muchísimo más en común, de lo que antes supuso, era perturbador.
Tres golpes secos en su puerta la hicieron respingar y girar su rostro en aquella dirección. Su corazón le golpeteo más fuerte en su interior al ponerse pie y llevarse las manos al pecho, mientras seguía viendo la puerta.
—Hinata— la voz ronca y seca de Sasuke la hizo abrir los ojos —. Abre.
Ella estuvo unos segundos sin reacción alguna, mas que su corazón latiendo apresurado, luego, sus pasos delicados sobre esos zapatos sin tacón, avanzaron hasta pocos centímetros de la entrada. Sus ojos temblaron al ver la puerta cerrada y no supo si debía abrir.
"Quiero apartarme de él" meditó con miedo y tembló ante el silencio de Sasuke. Sentía que no podía estar más cerca de él, porque mientras más cerca permanecía, más miedo se tenía ella por no aborrecerlo como debería.
—Hinata, sé que estás adentro. Abre la maldita puerta— la voz ronca del Uchiha la estremeció y apoyó una de sus manos sobre la blanca pintura de la misma.
—Esto no puede ser cierto— se dijo en un susurro al pasar saliva pesadamente… ¿por qué tuvo que ir Itachi y contarle todo eso?
Algo como lo que le pedía Itachi era lo peor que podía hacer, su cuerpo se estremeció de sólo imaginarlo… "¿Por qué me siento así?" se preguntó; Sasuke no era el único que estaba siendo afectado, Itachi había dicho que ella parecía afectarlo, pero la verdad era que Sasuke también la afectaba a ella, la confundía, confundía consciente y subconscientemente, justo como en ese momento que sabía que no debía dejarlo entrar y ahí estaba, con su mano en la manija de la puerta y con su corazón latiéndole desbocado; o como por las noches cuando se soñaba con él y en las que la asustaban las reacciones de su cuerpo al despertar.
—Hinata— la voz sonó ronca y ella lo escuchó apoyar su mano en la puerta. —, necesito hablarte— añadió sin poder ocultar del todo su molestia.
"Si lo haces vas a estar hundida" se aseguró internamente la peliazul "No lo veas, Hinata… lo vas a arruinar"
—¡Joder!— soltó el frustrado chico en el exterior al dar un golpe seco con su puño en la puerta, al ni siquiera contar con el que era su juego de llaves de ese departamento — Me vas a obligar a tirar la maldita puerta.
Hinata jadeó luego de respingar, y cuando a pesar de su debatir interno, abrió, sus ojos temblaron al encontrarse con aquella profundidad negra en los ojos del Uchiha, la malicia que él desprendía la hizo retroceder un paso.
—¿Q-qué quiere?— su voz logró salir casi firme a pesar de estar aterrada por dentro.
Ella soltó un pequeño grito cuando Sasuke, luego de entrar, cerró la puerta con fuerza, la tomó de la cintura y la hizo avanzar a pasos torpes y rápidos hasta hacerla chocar contra el respaldo de uno de sus sofás.
—¿Qué demonios hacías con él?— cuestionó al apoyar sus fuertes manos en el sofá, a cada costado de las caderas femeninas. Hinata tembló y él la vio a los ojos, al haberle casi en los labios.
Las delgadas y blancas manos de Hinata viajaron, instintivamente, como cada vez que él se pegaba a su cuerpo de esa manera, al firme abdomen masculino, buscando ganar espacio entre ambos.
—N-nada— respondió sintiéndose tan tensa al sentir el calor que él emanaba. La respiración pesada de Sasuke rosando su rostro la estremeció de una muy extraña manera y ahí comprobó sus temores… ya no le tenía miedo a ese hombre, ahora se temía ella por esa razón.
—No me mientas— él la obligó a verlo al sostenerle su barbilla. Ambos alientos chocaron, la voz de él había salido ronca y lenta, obligándose a contener los celos que lo quemaban.
Hinata negó a sus palabras y él descendió su mirada por el curvilíneo cuerpo pegado al suyo.
—¿Desde cuándo se ven?— volvió a preguntar al regresar sus profundos ojos a los de ella. Si había sido más de una vez, Itachi era hombre muerto.
Ella volvió a negar y su aliento tibio chocó contra el rostro del Uchiha que tensó su mandíbula, obligándose a no besarla.
—E-es la primera vez— confesó ella y él, un poco menos furioso, deslizó una de sus rodillas entre los muslos de Hinata para separarlos, haciéndola temblar en el acto —¿Qué?— se preguntó ella al notar que el ambiente comenzaba a cambiar y hacerse más denso.
—¿De qué demonios hablaron?— le preguntó, su voz se había hecho notoriamente más ronca, quizás por lo bajo de su tono, o quizás por el deseo quemante que la estúpida joven estaba provocándole, con su vulnerabilidad y con ese rastro de inocencia que parecía emanar de cada uno de sus poros. Ella lo vio con el ceño fruncido y no dijo nada, fue entonces que las manos del Uchiha viajaron a las caderas femeninas. Hinata pareció sorprenderse por eso y ahora él fue el que frunció suavemente el ceño, esperando su respuesta.
—D-de… de su mamá— le desvió mirada sin soportar mentirle —. Él… él sólo vino a agradecer p-porque un día yo… ¡ah!
—No mientas— la interrumpió metiendo más su pierna entre las de ella, pegándose peligrosamente contra la intimidad de la joven, tensándola.
—No miento— aseguró ella que tuvo que apoyar una de sus manos en el respaldo del sofá, cuando esos actos atrevidos de Sasuke la desestabilizaron; su otra mano luchó, inútilmente, por hacerlo retroceder al apretarse en su abdomen —. S-sólo fue por eso— aseguró y no pudo evitar jadear cuando él, con su pierna, comenzó a acariciarle su sexo con lentos y tortuosos movimientos.
Hinata tembló al volver a verlo a los ojos.
—No te creo— declaró secamente.
—¿Eh?
Sasuke la jaló de la cadera hasta pegarla completamente a la suya, y Hinata tuvo que alzarse sobre las puntas de los pies, cuando producto de ese brusco movimiento, la pierna del Uchiha entre las suyas la obligó a ello al ser notoriamente más alto.
—Me estás mintiendo y no tienes idea cuánto me molesta— volvió a hablar y esta vez lo hizo sobre los rosados labios femeninos. Los ojos de Hinata temblaron nerviosos —. Pero, ¿sabes, Hinata?— agregó apretando sus dos grandes manos en la pequeña cintura —… tarde o temprano terminaré por enterarme— aseguró y jadeó roncamente cuando las pequeñas manos de la Hyuuga se apretaron en sus brazos, tal vez temiendo caer, pero con ello, sus dos redondos y perfectos senos se aplastaron en su pecho.
—Yo…
—¿Tú?— ella quiso hablar y él la interrumpió, la vio a los ojos y ella guardó silencio al también verlo; Sasuke terminaría por sonreír con soberbia al saberla pendiente de él y de cada uno de sus actos.
—Basta— suplicó ella cuando el Uchiha le bajó el suéter, deslizándolo por sus brazos.
—¿Por qué tiemblas?— le preguntó al besarle despacio la quijada, justo debajo de la oreja derecha, al mismo tiempo que dejaba caer el suelo el delgado suéter que ella vistió.
—P-porque… ¡Ah!— quiso hablar pero terminó jadeando cuando una de las atrevidas manos del moreno se coló bajo su blusa y llegó al broche de su sostén, soltándolo. Hinata apretó sus ojos, era tan tonta, Sasuke estaba jugando con ella y ella sentía un nudo en su garganta al recordar las palabras de Itachi y ese secreto que le había confiado, obligándose, estúpidamente, a seguir ahí, dejándose tocar aunque ese último acto nadie se lo había pedido… ¿qué estaba pasando con ella?
Tanto el Uchiha como la peliazul fueron conscientes de la total erección que en ese momento el joven sufrió. Hinata jadeó de miedo y expectación, alzó sus atormentados ojos a él y bajó otra vez la mirada, incapaz de verlo a los ojos.
La fuerte mano de Sasuke acarició la sedosidad perfecta de la delgada espalda femenina, logrando, para tormento de Hinata, erizarle completa la piel. Los ojos más negros del Uchiha se clavaron en el ruborizado rostro de la joven que no se atrevía a verlo a la cara y que temblaba en sus brazos.
Maldita fuese Hinata… maldita por despertarle ese deseo y también maldito fuese él por no querer controlarlo. Ya no importaba qué demonios había hablado con Itachi, lo descubriría, se lo juró.
—¿Sabes cuál es la verdadera razón por la que te asustas?— habló roncamente, sorprendiéndola cuando enredó los dedos de su mano libre en su largo cabello. Ella negó y Sasuke, con una fría lentitud, recorrió la punta de su afilada nariz por una de las mejillas de chica hasta llegar a la de ella y verla a los ojos — Porque también quieres estar conmigo— soltó despacio haciendo que su embriagante aliento chocara en los labios de la paralizada Hyuuga, que no pudo más que abrir sus ojos sorprendida.
—N-no…— negó ella y volvió a temblar cuando la mano de él, bajo su blusa, tomó dirección hasta uno de sus senos y la abrió sobre el mismo, casi abarcándolo por completo. Su sonrojo aumentó sobremanera.
—Hace tiempo que tu cuerpo amenaza con responderme— le aclaró lo que una vez él notó, y que lo encendía al punto de ansiar penetrarla de una buena vez.
—¿Cómo podría?— se negó ella casi aterrada porque podría ser verdad, y desvió tanto su rostro como su mirada cuando Sasuke pretendió besarla.
Él sonrió de medio lado —Eres tan estúpidamente pura y aun así, te has estremecido debajo de mí… eso, Hinata, es lo que te asusta— le dejó claro y su voz ronca, como la terrible y atroz verdad, atormentaron a la chica.
El Uchiha llevó sus labios secos al cuello de Hinata y de los labios de la joven se escapó una especie de gemido tortuoso que excitó todavía más al pelinegro, la mano de éste siguió masajeando el perfecto seno bajo las telas de la blusa y delgado sostén.
—Ah, ya basta— suplicó ella revolviéndose y empujándolo.
—No, Hinata— aclaró él apenas despegándose de su cuello dejando chocar su aliento contra la sensible y húmeda piel—. Una vez te dije que eras solo mía… hasta el día que yo dijera— le recordó y mordió su cuello haciéndola jadear y seguir expectante de sus palabras —, y tú pareces retarme a cada maldito momento, haciendo lo que te viene en gana— agregó y cada lenta palabra no hacía más que hacer doler su hinchado miembro por la larga espera.
—E-está usted loco— atinó a decir Hinata que estaba tensa al sentir toda la presión del pene del Uchiha en su vientre.
—Tal vez— aceptó él sin ningún problema al dejar por un momento su seno, para con una mano asegurarle la cadera y con la otra acariciarle el rostro —… tal vez por ti. Me gustas mucho, Hinata— le dijo sorprendiéndola por la seriedad de sus palabras. Ella perdió el aliento y él aprovechó eso para besarla casi con brusquedad al introducir su lengua dentro de sus delgados labios.
Hinata gimió de sorpresa y su rostro fue echado hacia atrás por lo hambriento del beso del pelinegro.
—Mmm— volvió a gemir atormentada y se removió incómoda cuando la mano que se apretaba en su cadera bajó a su trasero, alzándola—… ba-basta— suplicó cuando los labios del pelinegro se lo permitieron, al darse cuenta que estaba sentada en el respaldo del sofá, con él entre sus piernas.
—Mph— él sonrió con autosuficiencia y volvió a besarla, reconoció internamente que parecía volverse adicto a los labios de esa Hyuuga. Empujó instintivamente su sexo contra el de la joven, sintiendo en el acto el calor excitante que de ahí emanaba; casi sintió orgullo al saberla ligeramente húmeda por él.
¿Por qué lo dejaba hacerle todo eso? En ese momento a Sasuke no le importaba. Sólo importaba que ahí estaba con él, dejándolo tener un poco más de ella.
El Uchiha siguió acariciando con sus labios los de la Hyuuga que en algún momento, mientras apretaba sus ojos, dejó de imponer resistencia. Las varoniles manos se movieron, recorriendo las distintas y marcadas curvas del cuerpo femenino.
—Eres perfecta— aceptó él en medio de un jadeo. El sonrojo de la joven que lo veía a los ojos, aumentó. Tanto… tan jodidamente perfecta que le provocaba hundirse en ella hasta desfallecer entre sus muslos; fue precisamente esta sensación la que lo obligó a simular otra embestida.
Hinata jadeó al sentir toda su dureza pegada a ella. Entonces el Uchiha dio el siguiente paso.
—¿Q-qué haces?... no— la sorpresa que Sasuke le provocó al alzarle su blusón y sostén, para exponer sus senos, la hizo ruborizarse más y hablarle con familiaridad.
—No sabes hace cuánto tiempo he estado esperando por esto— le dijo al momento de arrancarse su camisa para después, jalar su rostro y besarla con mayor necesidad, aplastando, finalmente, sus senos tibios y desnudos contra su propia desnudez pectoral. Ambos gimieron por eso.
"¿Qué estás haciendo, Hinata?" se preguntó la joven cuando él comenzó a amasar sus senos, estremeciéndola por completo.
«No eres tan buena como tú crees»
"No puede ser" pensó confundida por esa dominante persona que había dejado de besar sus labios para bajar a comer de sus senos, mientras se abrazaba de su cintura, entregándole una sensación que tanto le erizaba la piel, como la horrorizaba porque comenzaba a creer en sus palabras… bastaba el contacto cercano de Sasuke para que ella se quedara quieta y a la expectativa, esperando por él, segura, tontamente, de que no la dañaría. Era un total fracaso.
—No se atreva— exigió ella recuperando el aliento cuando las dos grandes manos del Uchiha comenzaron a bajar sus ropas inferiores.
—¿Por qué no?— preguntó él, celoso, cuando ella bajó del sofá pretendiendo alejarse. Él se lo impediría al volver a apoyar sus manos a cada lado de sus caderas.
—Porque esto es enfermo— reconoció casi con miedo la peliazul recuperando un poco la cordura, mientras ocultaba con una de sus manos sus senos, y con la otra buscaba apartarlo.
Él sonrió de medio lado.
—Entonces… ¿por qué no huyes?— preguntó curioso mientras le daba la vuelta —¿Por qué te quedas, Hinata?— agregó roncamente al hablarle al oído al pegarse a su espalda.
—Ah… yo, no lo sé…— confesó atormentada.
Sasuke bajó de un lento y solo movimiento la ropa inferior de la joven, dejándolas en las rodillas, y ésta se tensó. La gran mano masculina subió por uno de sus muslos mientras él se pegaba a su trasero.
—Ni siquiera yo entiendo… por qué te necesito tanto, Hinata— confesó roncamente al ladearle su largo pelo y lamentarse después por eso, ante la perfecta visión que tuvo de su cuerpo.
Sasuke bajó el cierre de su pantalón y expuso su duro miembro… ver esos dos pequeños hoyuelos a cada lado de las caderas femeninas, le dio una visión todavía más excitante de la angelical y prohibida joven… era su ángel, con cuerpo de pecado.
Las manos de Hinata se apretaron en los suaves cojines que formaban el respaldo de ese sofá.
—Por favor no— suplicó y tembló cuando lo sintió recorrer los pliegues de su sexo con su erecto miembro. Volteó a verlo de medio lado al ser inmovilizada por un posesivo abrazo en su cintura.
—Voy a cuidarte, Hinata— aseguró él roncamente al pegar su pecho a su espalda. Esa sola afirmación le erizó la piel a la lacia peliazul—. Sólo no te muevas— mencionó en voz baja mientras con su mano sujetaba su miembro, guiándolo hasta la tibia sedosidad de su estrecha entrada.
Hinata jadeó al sentirlo penetrarla despacio.
Era malditamente deliciosa, reconoció Sasuke que gruñó de placer ante el apretado y tibio interior que lo estaba recibiendo.
—Ahh…— ella lloriqueó ante toda esa presión en su interior y Sasuke se abrazó con sus dos brazos a su cintura, entrando todavía más profundo y pegando su frente en el azulino cabello. Otro fuerte estremecimiento recorrió el que parecía ser el más pequeño cuerpo femenino, ante el imponente cuerpo del Uchiha.
—Joder, Hinata— soltó en un ronco gruñido dejando su aliento caliente chocar con la nuca de la ojiluna, la misma que apretó los ojos y se removió al sentirse tan completamente expuesta y entregada a él.
Los pies, anteriormente de puntitas, de Hinata, buscaron apoyo total en el piso y él gruñó de placer al sentir mucha más presión en su miembro envuelto por ella.
—No te muevas así— suplicó pasando su mano por su pecho y girando su rostro para hacerla verlo. Un jadeo escapó de los labios masculinos y chocó con el rostro de la Hyuuga. Los ojos perlados de ella lo vieron con el temor que todo eso le provocaba, aunque los mismos ya se habían cristalizado en algo que el Uchiha reconoció como una extraña pasión —, porque me vas a hacer venirme enseguida— añadió y jadeó antes de besarle los labios.
—Ahh… mmm…— Hinata cerró sus ojos al no poder verlo a la cara y saberlo en su interior. Lo dejó besarla, su lengua penetró su boca y algo de eso comenzó a parecerse a sus tortuosos sueños, debilitándole el cuerpo. Sasuke estaba intoxicándola de su pasión y ella no parecía reconocer el sentimiento, solo lo experimentaba.
El beso se rompió solo cuando él volvió a alzarla en las puntas de sus pies para tener una mejor posición al penetrarla.
—Ahmg— ella gimió tortuosamente cuando él apretó uno de sus senos con fuerza mientras comenzaba a salir y entrar de su cuerpo.
—Ahgh… eres… tan deliciosa— le dijo al bajar su mirada y ver la longitud de su pene desaparecer dentro de ella al estarla penetrando, apretó más fuerte su seno y evitó seguir viéndola al ir a besarle su hombro. Hinata tembló y él continuó penetrándola, necesitado de más, todavía no basta ni estaba satisfecho. Sus embistes se hicieron duros y sonoros.
"Por Dios" pensó la Hyuuga al sentir el golpeteo intenso dentro de ella y sintió, para su sorpresa, sus pezones endurecerse.
Sasuke siguió jadeante y su aliento caliente, como todo él, se mezcló con el similar de Hinata. Ella apretó los ojos y el sonrojo que ya adornaba su rostro, se extendió al entender que él se daría cuenta del ligero grado de satisfacción que la estaba embargando.
—No te quiero ver cerca de Itachi nuevamente— habló de forma ronca al enderezar su cuerpo y jalarla con él.
—¿Eh?— Hinata apenas pudo mencionar. Su cabeza estaba apoyada en el fuerte pecho masculino, al Sasuke estarle acariciando de manera celosa el cuello y ambos senos.
—Te quiero solo para mí, entiéndelo— añadió roncamente erizándole la piel a la sorprendida Hyuuga, mientras volvía a hundirse más profundo en su interior. Hinata gimió, calentándole más la piel. Sasuke soportaría algunos embistes más en esa posesiva posición y después la volvería a apoyar en el sofá, pues los pequeños gemidos de Hinata no eran buena idea en sus oídos, no si quería aguantar todavía más.
"Maldita sea" se maldijo internamente el de mirada negra y contrajo su rostro en placer y frustración. Su mirada más negra por la pasión se clavó en ese punto donde sus cuerpos se hacían uno solo.
—Aghh— gruñó al penetrarla con más fuerza.
No entendía, no entendía cómo siendo él tan analítico y sobrio, le estaba pasando eso con Hinata… el ser una persona pensante lo hacía libre de decidir, pero a él, con ella, no había albedrío que le alcanzara; con Hinata era simplemente esclavo de sus pasiones. Había sido así desde la primera vez que sus labios tocaron su piel.
—Joder— volvió a gruñir al reconocerlo y sus dos manos se apretaron en las caderas femeninas, emblanqueciendo más la pálida piel donde sus dedos apretaban.
—Du-duele— mencionó Hinata que comenzaba a sentir como sus ojos se cristalizaban. Había dolor aunque no era insoportable pero que comenzaba a asustarla, pues no quería revivir recuerdos pasados —… Sa-Sasuke.
Ella gimió más alto, complaciéndolo y eso solo lo hizo golpearse con mayor necesidad.
—Lo siento— dijo y aun así no pudo detenerse. Su pelvis chocaba contra el redondo trasero de la mujer que sin darse cuenta, había convertido en su amante. El sonido acuoso de su unión acompañó los roncos sonidos que escaparon de la garganta masculina y algunos gemidos que Hinata no pudo ocultar; la piel de la joven estaba ardiendo y era comprobado por las grandes manos del moreno que se apretaron en su cadera. Sasuke se pegó completamente a ella, cubriéndola entera y sintiéndose el dueño único de ese curvilíneo cuerpo… ¿cómo podía desearla tanto?
—Ah, Dios— soltó ella cuando sintió una tensión acumularse en su vientre.
—¿Te sigues cuidando?— la voz ronca de él la volvió ligeramente a la realidad.
Ella asintió despacio —Sí.
Sasuke volvió a gemir roncamente, algo de eso lo molestaba, pero al menos sabía que no tenía que retirarse. Siguió embistiendo, moviéndose y moviéndola a ella con él. El aliento de Hinata se escapaba tanto por sus jadeos como por el choque de su cuerpo con el sofá.
—Necesito que te vengas conmigo, Hinata— le dijo al mismo tiempo que sus grandes manos se abrieron acariciando el vientre plano de la joven y su pecho.
Ella negó, la avergonzaba tanto todo eso, sus senos se movían de manera vergonzosa y Sasuke no hacía más que acariciarlos. Ni siquiera quería pensar en que alguien del edificio de enfrente alcanzara a ver, a través de las cortinas, su cuerpo desnudo y a Sasuke tras ella, haciéndole eso que no le permitía guardar silencio.
—Ah… Dios— soltó ella cuando sus ojos se cristalizaron por la pasión que Sasuke estaba compartiéndole. Se tuvo tanto miedo por eso y lo sintió seguir penetrándola.
—Agh— él dio un profundo y duro embiste que hizo mover el largo cabello azulino. Hinata gimió y apretó sus ojos al sentir su interior arder —. Vente conmigo, Hinata— suplicó él que se abrazó de su cuerpo mientras sus caderas se movían adelante y atrás, entrando y saliendo de ella.
—Ah… por favor— ella reconoció que algo le pasaba, pero no sabía qué, así que optó por dejar escapar sus lágrimas —… Sasuke— lloriqueó sensualmente excitándolo. El miembro del Uchiha se hinchó todavía más en el interior de la joven, señal clara que estaba por culminar.
—No me hagas esto— soltó en un ronco gruñido, él ya no podía y ella también estaba al borde, lo supo al sentir sus paredes vaginales apretarse alrededor de su pene.
Sacó y metió su miembro bañado en la humedad femenina, golpeando con fuerza en su interior.
Ella se tensó y cerró sus ojos, algo de la pasión y la fuerza de Sasuke le trajeron pasados recuerdos… era tan confuso, su mente temía a algo y su cuerpo la traicionaba al no demostrarlo. Un cansancio extremo amenazó con quedarse con ella.
El golpeteo acuoso sólo fue sobrepasado por el gruñido molesto de Sasuke al darse cuenta del cambio en ella—Hinata— quiso reprenderla y ella reaccionó apretando sus muslos ante el choque del aliento del moreno en su nuca —Joder— soltó el Uchiha que luego de ese movimiento de ella no pudo controlarse más, su cuerpo entero ardió y dio un par de fuertes embestidas más, haciendo rebotar el par de glúteos femeninos y luego soltó un gruñido tan ronco y cargado de satisfacción que acalló los gemidos tortuosos de Hinata.
—Aaah— todo el cuerpo de la ojilperla y sin que lo notara, casi experimentó un orgasmo, pues la humedad entre sus piernas era extrema. Ella ya no pudo sostenerse y se apoyó completamente en el respaldo del sofá, su respiración se escapaba a modo de pesados jadeos y con cada uno de ellos, los ojos amenazaban con cerrársele.
El rostro de Sasuke, echado ligeramente hacia atrás mostró el placer que aún estaba recorriéndolo de pies a cabeza; tuvo que sujetarse de las caderas de Hinata para estabilizarse mientras todavía seguía vaciándose en su vientre.
Bajaría sus negros ojos a ella al momento de salir de su interior, en el instante de hacerlo una fina línea de semen los unió por un segundo, ésta se rompería cuando él terminó por regresar su semi erecto miembro bajo su pantalón.
—Hinata— su voz sonó más débil de lo que hubiese querido.
Ella emitió un gemido que más bien parecía un quejido, como respuesta. El Uchiha resopló al notarla débil ahí recargada sobre sus brazos en el sofá y luego de negar en silencio, la cargó en brazos.
—¿Qué hace?— preguntó ella apenas con voz y apretó sus manos frente a sus pechos desnudos.
—Cállate— le dijo sin verla, sus negros ojos estaban fijos en la puerta de la habitación de la joven, pero por dentro él estaba molesto, molesto con él y con ella; y frustrado, no le bastaba con esos indicios de un orgasmo, él quería escucharla explotar en un largo gemido. Sin darse cuenta, cada vez quería más… ya tenía sus gemidos y no bastaba.
—Estoy tan cansada— soltó Hinata al momento de cerrar sus ojos y recargar su rostro en el pecho desnudo y sudado del pelinegro, sólo entonces él bajó su mirada a ella. El corazón todavía medio acelerado de Sasuke resonó en la cabeza de Hinata… ¿cómo era posible que el destino de ambos se pareciera tanto? ¿por qué parecía estarse ligando cada vez más a él? No quiso pensar y se dejó arrastrar por el sueño, había sido un día de grandes sorpresas y devastadoras emociones.
Con el cuerpo enteramente desnudo de Hinata cubierto por una manta sobre la cama, él se tendió a su lado con los ojos abiertos y las manos en la frente. Toda la habitación olía a ella. Inhaló profundamente y se permitió disfrutar del cansancio que también lo recorría luego de haberse extasiado con ella. El corazón le golpeó fuerte y lento y él sólo se dedicó a escucharlo mientras trataba de entenderse. No lo lograría.
—Mmgh— Hinata se quejó entre sueños y él volteó a verla.
Con un suspiro pesado él se sentó a su lado, el rostro de Hinata seguía siendo calmo. La luz del lugar estaba apagada y en esa noche de invierno la luna no alcanzaba a alumbrarlos, únicamente la poca luz que se colaba del pasillo era la que lucía el bello rostro femenino al golpearla suavemente.
El dedo índice de Sasuke recorrió con calma, en una línea invisible, desde la frente, la nariz y finalmente los labios de la Hyuuga, los mismos que todavía presentaban una ligera hinchazón luego de sus fieros besos. Su negra mirada bajó y se percató de una marca rojiza que pronto se tornaría morada, también producto de sus labios sobre la tersa piel, ahora en su cuello.
Había sido brusco y se maldijo por ello. Se puso de pie al desear despertarla y besarla despacio.
—Patético— soltó en un susurro al momento de irse, sintiendo él también el cansancio extremo después de tener sexo.
Sonrió con ironía al voltear a verla estando de pie en la puerta de su habitación, Hinata se había convertido en su dulce y peligrosa obsesión. Odió ese momento de debilidad que ella le despertó y se dirigió a la sala maldiciéndose por ello. Tomó sus ropas y de entre ellas cayeron el par de hojas que inicialmente lo tuvieron ahí.
Suspiró cansadamente y las golpeó en sus manos mientras decidía qué hacer con ellas… ¿dejárselas o conservarlas y hacerla buscarlo?
—Qué más da— soltó con fastidio al dirigirse a la habitación de la chica. Las dejaría en su buró y saldría de ahí sin voltear atrás. Estaba frustrado por no conseguir nada de ella, pero al menos se fue satisfecho sabiendo que Hinata esa noche dormiría con rastros de él en todo su cuerpo, su sudor y su saliva todavía estaban en su piel, y algo más íntimo se encontraba en su interior. La sintió más suya sólo por eso.
Itachi no la volvería a tocar, ni tampoco el imbécil de Naruto que parecía volver a interesarse en ella. Hinata no sería de nadie, ella era de él.
—Completamente mía— se aseguró al abandonar el edificio y ser recibido por el gélido ambiente del exterior.
Sonrió con arrogancia al saberse ganador después de todo, pues la joven chica ya temblaba entre sus brazos, estuvo a nada de hacerla colapsar en un orgasmo… había sido un imbécil al tomarla de aquella forma esa primera vez, si la hubiese seducido, de cualquier barata manera, él estuviese disfrutando su cuerpo sin tanta complicación.
—Mph… ¿qué pensarías, Naruto, si tu mayor fangirl se hubiese enamorado de mí?— meditó en voz alta al avanzar hacia su departamento. Estaba seguro que Hinata podría haber sido una más de las muchas chicas que morían por él, si aquello no hubiese pasado.
Se distrajo pensando en la furia de su amigo-rival, que no le prestó importancia a que por primera vez pensó en el amor de esa chica dirigido a él, y que eso no le había molestado.
Tras largos minutos el Uchiha llegó a pasos lentos y pesados hasta la torre departamental donde vivía. Una ráfaga de viento frío hizo mover su rebelde cabello en aquella helada noche, apenas había terminado de subir los escalones de la entrada principal cuando la presencia aburrida de su rubio amigo le llamó la atención, haciéndolo fruncir el ceño.
—¿Naruto?— susurró extrañado y solo ese sonido bastó para hacer saltar al hiperactivo rubio de la pequeña sala roja, acondicionada en el lobby del lugar.
—Oe, teme, ¿dónde demonios estabas?— habló el apresurado ojiazul al detenerse frente a él — Vine a buscarte desde hace rato, subí a tu departamento al ver tu auto abajo, en el estacionamiento— explicó al rascarse la nuca —, también te marqué al móvil, ¿lo dejaste allá arriba?¿por qué no contestas 'ttebayo?
—No lo tengo conmigo— respondió secamente el pelinegro al verlo con poco interés.
—¿Dónde estabas?— preguntó de nueva cuenta Naruto al verlo pasarlo de largo.
"No querrás saber" pensó el Uchiha al voltearlo a ver de medio lado.
—¡Teme!¡Oe!
—¿Qué quieres, Naruto? No tengo tiempo, me duele la cabeza— dijo al detenerse y voltearlo a ver.
El rubio frunció el ceño y labios —¿Por qué no quisiste realizarte aquellas pruebas?— preguntó el desconfiado joven.
Sasuke resopló cansadamente —Para molestar a Itachi— respondió con simpleza sabiendo que si no mentía, Naruto sería un constante dolor de cabeza.
—¿Itachi? ¿Y él que tiene que ver? ¿De qué me perdí?— volvió a preguntar notoriamente desorientado y sin dejarlo de ver a los ojos.
—¿Me vas a decir que tú si te creíste eso de que la liga deportiva exigió tal estupidez?— preguntó el moreno fingiendo sarcasmo.
—Ah… ah, pu-pues… ¿sí?— dijo avergonzado el ojiazul y se rascó la nuca al sentirse otra vez ingenuo —¿Tú no?
—Por supuesto que no.
—Y entonces… ¿qué tendría que ver en esto Itachi? No entiendo, 'ttebayo.
—Itachi desde hace tiempo sospecha que consumo alguna cosa— explicó el pelinegro con simpleza.
—¿Y no?— ahora cierta desconfianza se escapaba de los labios del Uzumaki.
—Por supuesto que no, idiota— mintió y se dio media vuelta para dejarlo.
Naruto pareció respirar más tranquilo —Entonces, ¿crees que Itachi siendo amigo de Kakashi sensei le haya pedido tal cosa? ¿No crees que sea exagerado?
—Pareces no conocer a Itachi.
—Humm… ¡Oe! ¿Y qué harás? Vayamos por un trago— invitó el rubio al seguirlo casi emocionado luego de creerle todas sus palabras, porque suponía que si algo así ocurría, él ya lo hubiese notado.
—No— respondió el Uchiha secamente, deteniendo los pasos de golpe de su despistado amigo que resopló cansadamente.
—¡Joder, teme! Tengo casi una maldita hora aquí esperándote, 'ttebayo— se quejó el chico.
—No te lo pedí.
Naruto bufó —Ni siquiera lo digas, maldito mal amigo— refunfuñó en voz alta mientras veía a Sasuke llamar al elevador sin prestarle atención —. No debí preocuparme, mejor hubiera ido con Hinata… me pregunto si ella si estará— divagó en voz alta.
—Ni se te ocurra, está dormida— aclaró molesto ahora sí volteándolo a ver.
—¿Eh? ¿Cómo lo sabes?
El Uchiha apretó puños y mandíbula —Es casi media noche, ¿qué más estaría haciendo?, sabes lo aburrida que es.
—Hinata no es aburrida— defendió el rubio —, aunque podrías tener razón 'ttebayo, tal vez si es tarde.
La puerta del elevador se abrió y los ojos negros y analíticos estaban puestos en Naruto que todavía volteaba en dirección del edifico que él acababa de abandonar, dejando a cierta ojiluna dormida.
—Subamos por un trago— invitó secamente al entrar al elevador.
—¿Eh? ¿En serio? Creí que te dolía la cabeza.
—Aun así— soltó el otro al verlo entrar sonriente, Naruto estaba loco si creía que lo dejaría ir, arriesgándose a que buscara a Hinata.
Sasuke se recargó en una de las frías paredes de ese elevador mientras Naruto hablaba sin parar mientras veía el display avanzar piso a piso… ¿Qué demonios vería Hinata en Naruto?, era escandaloso, torpe y sin tacto alguno. ¿Qué podría tener él que maravillara tanto a esa Hyuuga, al punto de hacerla más torpe de lo que ya era ante su presencia?, pensó al verlo de reojo y recordar los tartamudeos y sonrojos de esa tonta chica.
—No, él no es suficiente— soltó celoso y en voz alta al regresar su vista al frente.
—¿Qué?— preguntó Naruto con los ojos bien abiertos, él divagaba en su tradicional monólogo cuando Sasuke había hablado de repente.
—Nada— dijo cortante y aprovechó el momento cuando las puertas volvieron a abrirse para librarse de la mirada curiosa del rubio puesta sobre él.
—A veces el teme es extraño, dattebayo— reflexionó en voz baja el Uzumaki que tendría que salir de prisa del elevador antes que éste cerrara de nuevo sus puertas.
•
O.O.O.O.O
•
Largas horas después y con la oscuridad de la noche siendo disipada por la claridad parcial de un nuevo día de invierno, Hinata se removió una vez más entre su tibia cama.
El repicar apenas perceptible, pero constante de los claxon de los autos que avanzaban por la avenida, era alguna de las desventajas de vivir en ese sector privilegiado de la ciudad; acostumbrada a ello, Hinata sólo apretó los ojos y se tapó el rostro con la suave manta que la cubría, el roce de sus brazos con la piel desnuda de su cuerpo la sobresaltó ligeramente, obligándola a abrir sus ojos y sentarse casi de golpe.
—Ahh…— perdió el aliento al ocultar sus senos desnudos con la manta que había resbalado de su cuerpo —es cierto— añadió al girar su rostro observándose sola en su cuarto —. Anoche… anoche otra vez— mencionó volviendo a sorprenderse —. Ay, no, Hinata, ¿q-qué hiciste?— se lamentó al volver a apoyar su cuerpo en la almohada y mullido colchón.
El silencio en su departamento era total, sólo el sonido de los autos y alguna melodía escapando entre las paredes de uno de sus vecinos rompía la calma, por lo que se supo sola en el lugar, Sasuke debió de haberse ido en algún momento mientras ella dormía. Su cuerpo tembló sin que ella lograra controlarlo.
—Todavía huelo a él— reconoció al cerrar sus ojos y buscar calmar su acelerado corazón. En su piel conservaba el aroma del perfumen que Sasuke usaba, ella tuvo que morder su labio antes de terminar diciendo en voz alta, que también sentía como las caricias que él le había dado, volvieron a quemarle la piel.
"Te estás sumergiendo en un abismo" se aseguró mientras se ponía de pie, dispuesta a no pensar de más las cosas.
Se colocó una bata y salió de su habitación, sus pasos fueron suaves y lentos; recelosa por lo ocurrido, respiró con tranquilidad al confirmar que efectivamente sí estaba sola. El lugar seguía en orden y la puerta estaba asegurada, seguro Sasuke lo había hecho antes de marcharse; sin pretender pensar en eso, giró su rostro y se ruborizó al ver su ropa tirada en el suelo y sobre el sofá, ese mismo sofá donde ella y él…
—Esto es un desastre— se dijo molesta con ella misma por el rumbo que tomaban sus pensamientos mientras levantaba su ropa. Suspiró buscando calmarse.
Con pasos más pesados caminó hasta el final del pasillo y dejó sus ropas –que también conservaban el olor del Uchiha- hasta el cuarto de lavado. Al momento de regresar no pudo evitar detenerse frente a un espejo cuadrado colgado en el pasillo.
—¿Qué me estás haciendo, Sasuke?— se preguntó al verse a la cara y no reconocerse. Lo había llamado por su nombre y tampoco se percató. Su piel estaba ligeramente más pálida y su cabello lucía no muy ordenado, pero atrás de su apariencia física estaba el verdadero problema.
No se conocía.
—Ay, no… ¿q-qué es esto?— se preguntó al estirar su cuello y verse una marca rojiza y redonda en él —Santo cielo— soltó casi sin aliento al saber que era una marca hecha por los labios de aquel pelinegro y la misma se quedaría con ella al menos una semana.
Ocultó su rostro y se fue directo a su habitación.
—Esto se acabó— se aseguró al encerrarse en su baño dispuesta a darse una ducha —. Ya no puedo dejar que nada de esto pase— se aseguró mientras el agua tibia mojaba su cuerpo.
Tampoco podía cargar con aquella petición de Itachi, Sasuke ya bastante la descontrolaba y la volvía alguien que ella no era, sólo para complacerse… no podía simplemente darle más cabida en su vida o iba a terminar arruinándola, porque reconoció que de seguir así, faltaría realmente poco.
—No voy a hacerlo— se dijo muy segura sintiendo todo el remordimiento caerle encima, pero no era sano… si ella fuese realmente la novia de Sasuke, tal vez lo haría, pero no lo era y eso cambiaba abismalmente las cosas por la relación insana que ellos dos ya mantenían.
Se tocó el vientre bajo la toalla que la cubría al momento de salir de la ducha, podía sentir muy dentro de ella cierta incomodidad, tal vez natural, que provocó albergar en su interior al Uchiha. Resopló despacio y cansadamente al abrir su closet para buscar algo de ropa.
—¿Eh?— mencionó cuando al girar distraídamente su mirada, observó varias hojas blancas descansando en su buró —… ¿esas son?— susurró al avanzar a ellas — No puede ser— añadió al alzar ambas cejas luego de reconocer esas hojas.
"¿Por qué lo haría?" pensó Hinata.
¿Por qué razón Sasuke le entregaría el temario que anteriormente se empeñó en conservar? ¿Se habría dado cuenta con ello le facilitaba las cosas al dejar de presionarla?
—Por supuesto que lo sabe— se respondió en voz alta al sentarse sobre su cama. Algunos mechones delgados de cabello mojado escaparon de la toalla que los sujetaba —… ¿entonces por qué lo hará?— se añadió más confundida.
Cerró los ojos al lamentarse. ¿Por qué Sasuke Uchiha tenía que ser así de indescifrable? ¿Con eso la estaba dejando libre? No entendió, realmente no entendió.
—Tal vez solo quiere librarse de mi como lo hizo con Matsuri— reflexionó en voz alta —. No— se convenció momentos después —, si eso quisiera, no habría razón para que reaccionara así como anoche. Si hubiese decidido acabar con eso, lo de anoche no habría pasado. Entonces, ¿por qué?— se añadió viendo el temario y algunos apuntes hechos por el moreno sobre él.
¿Intentaba ayudarla?
—Ay, no… esto es tan confuso— se dijo al llevarse una mano al rostro. De alguna manera u otra, Sasuke siempre le mostraba un lado malo, seguido de algo bueno, que no la dejaba tranquila. ¿Por qué no podía ser malo en su totalidad y permitirle odiarlo?, así podría irse, dejarlo solo sin remordimientos. Ella era tan tonta y se reprendía por eso.
•
O.O.O.O.O
•
—¡Vaya que pesan!— mencionó la ojiperla al ir cargando una serie de libros que había pedido prestados de la biblioteca de la universidad. Suspiró y siguió caminando directo al estacionamiento, donde pensaba dejarlos.
Todo el día anterior había estado analizando el temario que su profesor le había dejado, reconoció los temas que ya había visto y los próximos a ver; pese a su desconfianza, ya no tan arraigada por el Uchiha, había estado de acuerdo en los temas que él le había sugerido abordar, en esos apuntes que le había dejado, pues él, como alumno superior, tenía mayor conocimiento de los hilos que se unían entre las asignaturas que el profesor impartía y prontamente podrían causarle dolores de cabeza.
—¡Hey, Hinata!— la algarabía de la voz de Naruto le resultó inconfundible.
—Naruto— saludó al tener enfrente al chico de pantalón deportivo negro y su infaltable chamarra con toques en naranja.
El rubio alzó ambas cejas —¿Te vas?— cuestionó al verla con mochila y libros cargados —¿es que no vas a comer?
—Ah, no… yo sólo iba a dejar estos libros a mi coche— explicó la joven que achicó los ojos cuando un viento frío le hizo mover su largo cabello. Al menos podía felicitarse por recordar ocultar la marca en el cuello que Sasuke le había dejado, al usar una blusa de cuello alto.
—Oh… pero no alcanzarás a comer 'ttebayo— aseguró el rubio al tomar sus libros y también jalarla de una mano —. Ven, que yo salí tarde de mi última clase y muero de hambre, como seguro tú también— agregó haciéndola caminar sin darle tiempo a replicar.
—Pero Naruto…— habló Hinata que terminó por suspirar viendo la espalda ancha del rubio que caminaba seguro frente a ella, sin darle tiempo a decir que ella ya había comido un poco antes de ir a la biblioteca.
Los metros que les separaban hasta la cafetería se consumieron con algún comentario con poca importancia del rubio, el mismo que también se distraía saludando a algunos alumnos más del campus, sin prestarle importancia al peso que debían tener los libros en una sola de sus manos, ni tampoco al seguir con ella de la mano.
—Entrar aquí es como estar en casa, 'ttebayo— exageró el rubio al inhalar profundamente el olor a la comida del lugar, al haber ingresado ya a la cafetería —¡Oe, chicos, ya llegamos!— alzó la voz e hizo a todos los presentes voltearlos a ver.
—Naruto— lo llamó en voz baja avergonzada al sentir el peso de las miradas sobre ellos, pero él no la escuchó y se dirigió a la mesa, así, con ella de la mano.
—Vaya que eres escandaloso, idiota— se quejó Kiba cuando lo tuvo enfrente.
Hinata jaló de su mano cuando notó la presencia en esa mesa de aquel chico de ojos negros, Naruto estaba despotricando contra Kiba y seguía sin soltar los libros o a ella misma.
—… y además, ¿por qué traes a Hinata como equipaje?— añadió el Inuzuka haciendo reaccionar a Naruto.
—Ah, lo siento, Hinata, siéntate— le dijo dándole el lugar que estaba justo al lado del Uchiha —. Por cierto, teme, es raro verte por aquí.
—El lugar no es requisito, Naruto— ahora quien habló fue la pelirrosa —, cualquiera puede venir o dejar de venir, no tienes por qué incomodar a nadie.
—Yo no estoy incomodando a nadie— respondió con simpleza y dejó de darle importancia al girar su rostro, viendo como Ayame ya le tenía listo su preciado ramen —. Ah, ahora vengo 'ttebayo.
Ino dejó escapar el aliento al dejar de lado su taza de café y observó a Hinata —¿Venían juntos por alguna razón en especial?— preguntó con algo de picardía entre sus palabras, intentando no darle importancia a que Shikamaru, chico que todavía era su novio, no había aparecido por el lugar.
Hinata se puso roja cuando la mayoría de las miradas de los presentes en la mesa cayeron en ella.
—N-no… Na-Naruto sólo me ayudaba con los libros— explicó y su mirada traidora y nerviosa buscó fugazmente la negra y seguro molesta del Uchiha.
—Ah… ya decía yo que era raro ver a Naruto con tantos libros— soltó con simpleza la rubia.
—¿Qué tiene de raro? Soy una persona muy inteligente y que suele estudiar mucho dattebayo— se jactó el Uzumaki al llegar y sentarse al otro costado de avergonzada heredera Hyuuga.
Sakura se alzó levemente a observar la portada de los libros —¿Son para su proyecto juntos?— preguntó viendo analíticamente al pelinegro y la ojiperla.
—Ah… pues…
—¿Proyecto juntos? ¿Tienen proyecto juntos?— Naruto alzó su rostro y los volteó a ver mientras detenía entre sus dedos el par de palillos con los que comería.
—No, no es un proyecto— quiso explicar Hinata al verlo tanto a él como Sakura.
—¿Entonces?— cuestionó curiosa Ino.
—Seré su tutor.
—¿Ah? ¿En qué?— volvió a cuestionar el ojiazul haciendo al Uchiha verlo fijamente.
—Con Onoki sensei— intervino Hinata viendo a Naruto sorprenderse para luego fruncir el ceño.
—No sabía que tuvieras problemas con sus materias, Hinata— confesó seriamente —¿Por qué no me pediste ayuda a mí? Yo te habría ayudado 'ttebayo.
—Ah, no, no, yo… yo de hecho no quería…—se apresuró a hablar y volteó a ver a Sasuke que le prestaba toda su atención al permanecer recargado totalmente en su asiento — no quería molestar a na-nadie— terminó por decir en voz baja.
—Uhh… pero no es moles-
—¿Y cuándo se reunirán a estudiar?— interrumpió Sakura las palabras del Uzumaki.
Tras observar a la pelirrosa, los ojos perlados de Hinata viajaron a los de Sasuke. El chico, que estaba ahí únicamente para ver cómo reaccionaba ante él, y que se había molestado al verla llegar de la mano con su estúpido amigo-rival, le sostuvo la mirada y la dejó responder para que se las arreglara sola.
—Pues… yo realizaré mis trabajo y— comenzó Hinata y volteó a ver al pelinegro de nuevo —… y veré si Uchiha san pu-puede…
—¡Claro que tiene que poder!— intervino Naruto al notarla tan nerviosa o intimidada por Sasuke — y si el teme no quiere, yo puedo ser tu tutor 'ttebayo.
—Ohh…— soltó de pronto Ino con simplicidad — ¿y tú aceptaste con gusto, Sasuke?
El chico sólo desvió su rostro en respuesta y entonces los ojos de Ino y Sakura se fijaron en la peliazul, Kiba se ahorró un comentario despectivo sobre el que le pareció un altivo pelinegro.
—Bueno es que más bien… n-no tuvo opción— se apresuró a explicar Hinata.
—¿Cómo dices?
—Que… que bueno… y-yo soy como… su castigo— digo casi apenada al meditarlo.
Naruto casi escupe la comida —¿Cómo podrías ser su castigo, 'ttebayo?— preguntó con gracia al voltearla a ver.
Hinata se encogió entre él y Sasuke —Eso fue lo que dijo el sensei— explicó.
—¿En serio?— preguntó incrédula la de ojos jade.
Sasuke, teniendo suficiente de todo eso, se puso de pie y salió de ahí siendo visto fijamente por la pelirrosa y por Naruto que luchaba por tragarse su bocado para preguntarle por qué se iba.
—Mmm… entonces no hay historia secreta— mencionó decepcionada Ino al apoyar su rostro en la palma de su mano —, y yo que creí que te gustaba y le habías pedido ser tu tutor personal.
—¿E-eh?
—¡¿Qué cosas dices, cerda?!
—¿Qué?... también seria lindo, ¿no?
—¿Qué?— Naruto le prestó atención a la conversación.
—Eres idiota— regañó Sakura al dejar de verla.
—¿Tú que piensas, Hinata?— preguntó divertida viendo a su avergonzada amiga ruborizarse a un punto pocas veces visto —¿Te gusta Sasuke?
Esa pregunta hizo a Hinata abrir los ojos grandemente y paralizarse con alguna respuesta en sus labios.
—¿Cómo demonios podría?— respondió Kiba casi indignado —Mírala, ¿qué demonios haría Hinata con un cretino de la calaña de ese idiota? Ese tipo es de mujerzuelas, no es de los que se queda con nadie, y mucho menos tendría la paciencia para estar con alguien como Hinata— dejó claro y sus palabras calaron incluso en cierta pelirrosa al saber que hasta ella era dejada de lado por aquel ojinegro.
"¿Tener paciencia para estar con alguien como yo?" meditó la Hyuuga que apenas lograba respirar. Escenas fugaces de ese Uchiha hablándole a la cara y obligándola a no ser débil le asaltaron en ese momento.
—Hinata no se merece a un cretino— recalcó el Inuzuka.
—Sasuke no es ningún cretino— defendió el rubio ganándose la mirada de todos —. Aunque también estoy de acuerdo que Hinata no es para él— dijo con voz baja, extrañando a más de uno.
—¿Entonces, es como para alguien como tú?— soltó con picardía Ino que notó como el ambiente comenzaba a formarse serio y no lo pretendía.
—¡Por supuesto que no lo digo por eso 'ttebayo!— Naruto se sobresaltó y vio a Hinata avergonzado — Es solo que yo también creo que Sasuke no es de los que deje a nadie entrar en su vida— añadió ahora viendo a Sakura bajar la mirada.
Hinata tragó pesadamente por los secretos que ahora sabía y que amenazaban con atarla a ese chico si ella lo permitía; y también, se odio por recordar el posesivo tono con el que ese ser de ojos negros se declaraba su dueño.
—Ninguna chica con materia gris quisiera estar cerca de ese témpano de hielo— soltó Kiba sin tacto alguno, haciendo a Sakura aclararse la garganta para disculparse y salir del lugar.
—Eres un idiota, Kiba— regañó Naruto.
—¿Qué? Sólo dije la verdad, ella debería de verlo— le restó importancia el castaño al recargarse en su asiento y llevarse sus manos tras la nuca.
Naruto resopló y se puso de pie —En seguida vengo.
La mirada perlada de Hinata siguió al rubio mientras casi corría a alcanzar a su amiga de la infancia.
—Upps, esto se salió de control— se lamentó Ino sin mucho pesar.
Hinata asintió en silencio, viéndola.
—Aquí sólo se dijeron verdades— aclaró el único chico presente —. Si me pides opinión, no confíes en él— dijo ahora viendo a Hinata mientras se levantaba dispuesto a ir a su siguiente clase —, Sasuke, contrario a lo que Naruto piense, no es alguien que te pueda dejar algo bueno, está podrido y no merece la pena siquiera pensar en 'salvarlo'— agregó haciendo comillas con sus dedos, pues Naruto alguna vez había usado ese término.
La Hyuuga perdió el aliento al escucharlo y asintió en silencio mientras él se iba.
Ino suspiró cansadamente al ponerse de pie —¿Tienes clase?— preguntó cambiando el tema.
Hinata asintió —Sí, pero primero debo ir a dejar estos libros a mi auto.
La Yamanaka se mordió el labio mientras afirmaba con la cabeza —Te acompaño — dijo al cargar la mitad de libros.
—¿Pero no tienes clase?
—El siguiente profesor siempre llega tarde— dijo para luego sonreírle.
—Ino— Hinata la llamó pero no le sostuvo la mirada, mientras ambas salían de la cafetería, encontrándose con el frío ambiente exterior.
—¿Si?
—¿Tú qué piensas?— preguntó en voz baja y ahora sí viéndola a los ojos.
—¿Sobre qué?
—So-sobre Sa… U-Uchiha san.
Ino suspiró profundamente —Pueden tener razón— mencionó con simpleza y tomó dirección al camino que las conduciría al estacionamiento —… aunque— añadió atrayendo la mirada de Hinata que había bajado al suelo tras escucharla —, aunque Sasuke también tiene su lado bueno, oculto por ahí, pero lo tiene.
—¿Cómo lo sabes?— los ojos curiosos de la Hyuuga se clavaron en el rostro de la rubia.
Ino sonrió con nostalgia —Ya te he dicho que solía estar enamorada de él— le recordó —, como Sakura; pero a diferencia de ella, yo era más atrevida— dijo orgullosa y divertida —. Alguna vez hurgué entre sus cosas, cuando Naruto nos invitó clandestinamente al departamento de Sasuke, ahí entre sus cosas vi un par de retratos pequeños, era su familia, lo supe después— dijo con voz más seria al recordar, una sonrisa socarrona se posó de nuevo en sus labios al volver a su mente cómo Sasuke la había echado de su habitación y posteriormente a todos de su departamento.
—¿En serio?
—Mjum— afirmó la rubia —, estaban en una repisa de su habitación, ladeadas, como si le incomodara verlas, pero ahí, con él, viéndolas después de todo— aclaró la joven —. Imagino que Sasuke sufre o sufrió, no lo sé bien, sólo Naruto sabe algunos detalles, y aunque no lo creas, el torpe a veces sabe guardar secretos, por eso no sabemos bien qué ocurrió con Sasuke, lo único que sé es que él no era así.
Hinata asintió, entendiendo más de lo que Ino suponía.
—Alguien que tiene lazos así, no puede ser tan malo, ¿cierto?
—… Cierto— terminó por decir ella mientras clavaba su mirada en el cielo gris que se extendía frente a ellas. Continuó caminando pero se sumergió en un nuevo debatir interno.
•
O.O.O.O.O
•
—Pagaría por saber qué tanto pasa por tu cabeza en este momento— comentó una alta chica de cabello lacio y castaño, que lucía un atractivo lunar bajo su ojo derecho, mientras se abrazaba a la espalda de su novio.
Itachi sonrió sin mucho ánimo —Te despertaste— dijo el chico al acariciarle las manos que todavía rodeaban su pecho.
La castaña ocultó su rostro en la ancha espalda al molestarle la claridad parcial del día —Lamento ser tan aburrida— se disculpó, pues aunque Itachi había faltado medio día a su trabajo, ella fue vencida por el sueño, al haber apenas regresado el vuelo internacional que cubrió.
—Vuelve a la cama— animó el Uchiha.
—Sólo si te vuelves a meter a ella conmigo— jugueteó la chica al abandonar el balcón del sencillo departamento que alquilaba. El lacio pelinegro la siguió —¿Qué tanto pensabas?— preguntó cuando ambos estuvieron sobre el mullido colchón.
—En mi conversación con esa chica— respondió el de marcadas ojeras al jugar de forma distraída con el pelo de su novia.
—Hinata, ese dijiste que era su nombre— recordó ella —¿Y qué te preocupa de ello?
—Ya no estoy tan convencido de eso, Sasuke podría mal interpretarlo.
Ella suspiró —Tu hermano debería de agradecer tener a alguien como tú pendiente siempre de que nada le ocurra.
Itachi sonrió apenas y negó en silencio —Mph, él es de los que prefieren que los dejen solos, es por ello que…
—Tranquilo, hiciste bien, si tu hermano viniera aquí a pedirme lo que tú le pediste a su novia, yo lo haría, aunque tú lo consideraras 'traición'— dejó claro.
—Necesito volver a verla para saber su respuesta— mencionó Itachi al acomodarse mejor en la cama, permitiéndole a ella apoyar su pecho contra el suyo.
—Me voy a poner celosa— dijo y sonrió al verlo a los ojos, dejando caer su largo cabello a los costados del rostro del chico —. Soy la novia fantasma del chico que adora visitar a la novia de su hermano— añadió y su sonrisa se extendió.
Itachi sonrió cansadamente —Siento lo que te estoy haciendo— dijo acomodándole un mechón de cabello tras la oreja.
—No te preocupes, entiendo que a tu padre no le agrade nada que seas el novio de una azafata cualquiera— le dijo sin borrar del todo su sonrisa.
—No eres una azafata cualquiera Izuna, eres una mujer hermosa y yo tengo la suerte que te hayas fijado en mi— corrigió el joven al acariciarle el rostro —. Es sólo que mi padre…— dijo y suspiró —lo último que quiero es que mi madre y él tengan otro disgusto, mi madre te amará, te lo prometo— explicó sabiendo lo difíciles que estaban las cosas en el hogar de sus padres —. Pronto la conocerás.
—Estoy ansiando ese momento— confesó la joven y extendió su sonrisa.
Él le apretó la nariz —Necesitábamos que tus horarios y su tiempo coincidieran.
—Y eso será la siguiente semana— canturreó divertida la chica.
—Por supuesto, ya todo está casi listo… ¿sabes? me gustaría invitar a Sasuke y a Hinata también— mencionó el joven al considerarlo.
—Esa chica es de familia prestigiosa, seguro tu padre la adorará.
Él negó y resopló cansadamente —Nunca la aceptará, eso le traerá grandes problemas a Sasuke en un futuro, ni siquiera sé por qué se fijó justamente en ella.
—Para llevarle la contraria, ¿quizás?
—No, él parece ser demasiado territorial con Hinata como para ser solo un capricho, con el que pretenda molestar a nuestro padre. No fue por ello, es más, casi podría jurar que él se comenzó a fijar en ella sin saber que era heredera de los Hyuuga.
—¿Y ese será otro problema del cuál preocuparte?— preguntó la chica al verlo con curiosidad.
El mayor de los Uchiha negó en silencio —No, Sasuke deberá solucionarlo por sí solo— aclaró y suspiró pesadamente, no sabía qué tan seria era la relación de su hermano y Hinata, lo que sí sabía era que le generaría muchos problemas y dudaba que Sasuke estuviera dispuesto a afrontarlos, o que Hinata sobreviviera a la nocividad en la que Sasuke parecía andar. Si eso ocurría, iba a estar realmente sorprendido.
•
O.O.O.O.O
•
Hinata suspiró cansadamente al terminar por fin sus clases. Salió de su aula con mochila al hombro siendo acompañada por variedad de alumnos.
—Todo se me está complicando— meditó en voz alta al avanzar por los concurridos pasillos de su facultad —. Él dijo que volvería por mi respuesta, ¿Qué le diré?— se preguntó.
—¡Míralo, ahí va! ¡Es tan guapo!— las voces emocionadas de un par de chicas que pasaron apresurada por su lado, empujándola, le llamaron la atención. Los ojos curiosos y perlados de Hinata siguieron el camino de las chicas que se detuvieron metros adelante, para ver al Uchiha bajar las escaleras y seguir avanzando por ese primer piso del edificio —¡Cierra la boca o nos escuchará!— regañó una chica a la otra.
Cuando la mirada desinteresada y negra recorrió el lugar, posándose finalmente en ella, Hinata detuvo sus pasos.
—Vayamos a hablarle— animó una de las jóvenes que parecían ser de nuevo ingreso, pero que al parecer recién reparaban en el pelinegro. La peliazul desvió su mirada de la intimidante de Sasuke solo para ver a las chicas dirigirse a él, las vio saludar y seguro presentarse.
Sasuke las evitó con un gesto de fastidio y ella no supo por qué, pero una pequeña sonrisa se posó en sus labios, tal vez porque supuso que exactamente eso haría al fastidiarse en exceso con aquél acoso.
La sonrisa que se dibujó en su rostro se apagó de inmediato y en un acto reflejo, se llevó sus manos al pecho, al recordarse de pronto en aquél pequeño pero bonito café donde Itachi la había llevado:
—Y… ¿qué es exactamente lo que necesita contarme?— le preguntó temiendo verse demasiado insistente.
El chico le sonrió a la joven que les acercó sus bebidas y algún pequeño postre que ninguno tocaría.
—Es un tema delicado, no sé qué tanto sepas, pero asumiré que desconoces todo por practicidad en mi relato— comenzó el joven que apoyó ambos codos en el blanco mantel que cubría la mesa.
Hinata asintió y tragó discretamente.
—Sasuke y mi padre parecen odiarse— soltó secamente haciendo a la ojiperla abrir sus ojos con sorpresa —. Este asunto lleva años, casi seis— le dijo viéndola asentir en silencio —. Hinata, no pretendo andar con rodeos, así que pienso serte completamente franco, me disculpo de antemano si algo de esto llega a incomodarte.
—Ah… ah, no, no hay problema— aseguró la chica.
El joven suspiró y dejando escapar el aliento despacio.
—Mi madre está muriendo.
—¿Qué?
—Hace casi ocho años le detectaron cáncer— explicó viéndola a los ojos y bajando su mirada alguna vez sólo para volverla a fijar en ella —, en aquel entonces ella decidió no decirnos nada, estuvo en tratamientos y mi padre pareció estar a su lado, distante, como es, pero a su lado— explicó —. Las cosas parecieron mejorar, pero recayó, el médico que la atendía era una eminencia, él le dio escasas probabilidades de vida.
Los ojos perlados temblaron y se llevó una mano a los labios sin saber si hablar o esperar a que él continuara.
—Mi padre comenzó a alejarse dejándola sola.
—¿Cómo? ¿Por qué?
Itachi sonrió resignado —Es mi padre y no pienso hablar mal de él— aclaró.
—No es mi intención…
—Pero…— interrumpió el chico — él no supo lidiar con eso, es muy duro estar con alguien que padece algún tipo de enfermedad terminal— explicó viéndola a los ojos —, fue cuando la desahuciaron que yo me enteré, papá dejó de ser un apoyo para mi madre así que fui yo el encargado de estar con ella. La ausencia de mi padre fue notoria para Sasuke, él en aquél entonces era alguien casi agradable— bromeó y sonrió con nostalgia —, comenzaron algunos problemas por la intolerancia que mi padre parecía tenerle, Sasuke siempre se sintió relegado y las tensiones se hicieron cada vez mayores.
—No puedo imaginar lo que pasaron— confesó ella.
—En una ocasión Sasuke descubrió a mi padre siéndole infiel a mamá— soltó para mayor sorpresa de la joven Hyuuga —, él le reclamó al llegar a casa y se hicieron de palabras, papá reprochó a mi tonto hermano de muchas cosas, él se veía realmente molesto y Sasuke y sus acusaciones no hicieron más que tensarlo. Ese día mi padre golpeó a mi hermano por primera vez— recordó y sus ojos se perdieron en algún punto en un extremo de la mesa.
La chica solo pudo jadear sorprendida.
—Sasuke le gritó a mamá lo que ocurría, también fue un golpe duro para ella— confesó y Hinata casi quiso llorar al imaginar a esa noble mujer escuchando aquello —. Para sorpresa y coraje de Sasuke, mamá parecía imaginarlo y no hizo nada.
—… ¿qué?
—Para ella la familia es prioridad, a pesar de todos sus errores, ella ama a mi padre— dijo y Hinata no debatió aquello por respeto a Mikoto —. Mi hermano sintió eso como sumisión y una traición que mi madre se hacía a ella misma y a él, a nosotros— enfatizó —. Esa noche Sasuke dejó la casa para vivir por su cuenta, no ha vuelto a poner un pie ahí y se ha distanciado de todos, incluso de mi cuando se enteró que también sabia sobre las infidelidades de papá.
Los ojos perlados mostraron también asombro, sin esperar eso de él.
—Sé lo que debes estar pensando, pero en ese momento creí hacer lo correcto al callar.
—Lo siento— se disculpó ella, al sí haber casi juzgado al chico.
—Los tratamientos parecieron contradecir a todo pronóstico y mi madre parecía mejorar, lo hizo, por años, o eso creímos— retomó el tema —, pero últimamente nos enteramos que no había acabado, que todo este tiempo el cáncer estuvo oculto y en proceso de metástasis, pequeños tumores empezaron a invadirla y el tratamiento ya no funciona— explicó y su voz se hizo más ronca, Hinata se dio cuenta que él hablaba a pesar de tener un nudo en su garganta —. No le queda mucho.
"Entonces yo no estaba equivocada" meditó la chica que alguna vez le había visto marcas en sus brazos, iguales a las que su madre tenía producto de las quimioterapias que se aplicaba, al también padecer y morir de cáncer.
—¡Hinata!— la voz de Matsuri a su lado la hizo respingar y salir de su debatir interno. Giró su vista observando a Sasuke que al parecer se había librado de las chicas, pero ahora era entretenido por compañeros de clase que no lograban la atención entera del Uchiha, pues éste solía voltear a verla con un frío interés.
"Cielos" pensó al avergonzarse… ¿cuánto tiempo había estado mirándolo y sumida en sus recuerdos?
—¿Qué tienes, te sientes bien?— preguntó Matsuri al verla fijamente a la cara.
—Ah, s-sí, estoy bien, sólo me quedé pensando algunas cosas— dijo comenzando a caminar directo a la salida.
—Ah, me da gusto, te vi de pie, supuse que esperabas a alguien— comentó distraída mientras la acompañaba a la salida.
—No… ya me iba— dijo al pasar al lado del pelinegro y sin evitar dedicarle una mirada atormentada, por eso que sabía y él ignoraba. Sasuke apretó mandíbula y puños ante esa mirada.
—Ah, me da gusto— dijo la castaña que le sonrió —, yo debo pasar a la biblioteca, ¿nos vemos mañana?
Hinata asintió y apenas cruzaron la puerta de ese edificio, la chica salió corriendo de ahí. La Hyuuga volvió a suspirar y dejó que el viento frío calmara su angustia al no evitar seguir recordando:
En aquél entonces ni las personas entrando o saliendo del lugar lograron que el interés de la peliazul se distrajera del joven que suspiró cansadamente.
—¿Te imaginas la reacción de Sasuke cuando se entere que la infidelidades de mi padre ocurrían mientras mi madre moría?— le preguntó viéndola a los ojos, los mismos que se abrieron despacio y mostraron su asombro.
Ella negó.
—Lo único que te pido es tiempo. No quiero que lo último que mi madre recuerde sea a las dos personas que más ama, enfrentándose otra vez.
—¿Cómo podría evitarlo?
—Sólo estando ahí. Tú pareces calmarlo, contigo Sasuke parece distinto, su rencor dejó de ser tan marcado desde hace poco que apareciste en su vida— explicó Itachi.
—Yo no sé…— dijo ella negando con el rostro, dudando sinceramente de poder serle útil.
—Mamá debe despedirse de él, por consecuencia, Sasuke debe saberlo pronto— le aclaró —¿puedes disuadirlo de enfrentar a nuestro padre, al menos no antes de…?— pidió el joven.
—Yo… ah.
—Que sepas esto seguro Sasuke lo tomará muy mal, necesito que guardes el secreto. Quiero extender esta aparente paz todo lo que me sea posible— volvió a intervenir el chico de marcadas ojeras —. De verdad, comienzo a desesperarme— confesó el joven sincerándose por completo —. No puedo mantener la deteriorada relación de la familia, todo comienza a quebrarse y a pesar de eso, estoy firme en mi decisión de que mi madre no la vea caerse. Ella se culpa.
—¿Cómo podría?— preguntó Hinata contrariada y notoriamente afectada.
—Ella es así— explicó el chico y sonrió al recordarla.
Hinata bajó su mirada sintiendo como el nudo que se le formaba en su garganta le impedía casi respirar.
—Sólo no le dejes solo. Tu pareces calmarlo.
—T-tú no sabes lo que…— se apresuró ella a decir y detuvo sus palabras enseguida —¿Por qué me lo pides a mí?— preguntó pensando en tal vez Naruto, Sasuke a pesar de todo, lo escuchaba.
—Porque eres su novia…
Los pasos suaves de Hinata sobre el adoquín que formaba el camino hasta el estacionamiento del campus, se habían vuelto más lentos que de costumbre.
—Si le digo que le ayudaré… estoy aceptando quedarme con Sasuke y arriesgándome a caer en su juego— meditó Hinata en voz muy baja al llegar a su coche —. Y si no…
—Hinata— la voz del Uchiha la hizo voltear asustada, lo vio avanzar sin ninguna prisa hasta ella —¿qué ocurre contigo?— preguntó molesto por estar ahí.
Ella se puso más nerviosa de lo normal y él lo notó.
—N-nada.
—¿Nada? ¿Y entonces por qué me ves como si estuviera muriendo?— preguntó molesto al tomarla del brazo y verla a los ojos. La mirada lastimera que ella le dedicó antes de salir de su facultad había logrado molestarlo, por no entenderla. ¿Ella sentía lástima por él?¿por qué maldita razón lo haría?
—Q-qué cosas dices— dijo ella desviando su rostro. Eran precisamente por ese tipo de cosas que Hinata buscaba alejarse, Sasuke parecía leerla a la perfección y eso no era bueno.
—Mph— él sonrió con ironía —. Eres tan ingenua si crees que lograrás engañarme— añadió con un tinte de desprecio en sus palabras. Se despreció por otra vez estar ahí, siguiéndola para lograr entenderla, al obedecer a ese impulso estúpido que le obligó a hacerlo.
Hinata bajó su rostro y él la soltó al sentirse patético.
¿Podría hacerlo? se preguntó la Hyuuga.
Que ella no se dignara siquiera a mirarlo lo hartó, Hinata parecía incluso más tensa al ser tocada por él, sin embargo, con el imbécil de Naruto llegaba tomada de la mano, al andarse paseando así por todo el maldito lugar.
—Todo esto es una maldita estupidez— soltó molesto y por primera vez realmente frustrado el Uchiha, al darse media vuelta y estar a punto de rendirse con ella; con Hinata parecía sólo estar perdiendo.
—E-espera— la ojiluna dio un par de pasos deteniéndolo y no se entendió. ¿Estaba aceptando permanecer a su lado?¿Era por Itachi, Mikoto o por el mismo Sasuke?... creer que por esa última persona la aterró —N-no te vayas— pidió.
Él volteó a verla de medio lado y con el ceño suavemente fruncido.
Ella bajó la mirada al encontrarse sonrojada al todavía sujetarlo de su camisa.
—¿Vas a decir algo o callarás eternamente?— soltó secamente el pelinegro.
Hinata tembló y en un impulso se abrazó a él, sorprendiéndolo fugazmente.
Sí… iba a quedarse con él. Sasuke había estado con ella cuando su maestra casi muere, la había salvado de casi ser nuevamente abusada y… y de pronto sintió que se lo debía, aun a pesar de ser él el causante de uno de los más grandes dolores que jamás sintió. Aun a pesar que su razón le gritaba que estaba cometiendo el más grande de sus errores, pensó en él. En cuánto se parecían y cuán distintos eran.
—¿Qué estás haciendo?— preguntó él con voz ronca al girarse y verla a los ojos, cuando el agarre de ella cedió.
—No lo sé— confesó ella al verlo a los ojos para enseguida comenzar a bajar la mirada.
—Yo sí— agregó él que la tomó de la barbilla para no romper el contacto visual. Los ojos de ella se enternecieron ante el futuro incierto que ambos tenían enfrente y él la besó, al no soportar ese cambio en su mirar.
Hinata gimió resignada y se dejó besar al cerrar sus ojos y abrir sus labios. Si se estaba equivocando, pronto lo sabría, por el momento solo pudo reconocer, que aterrada, tampoco estaba.
Continuará…
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Hola chicas ñ.ñ
Ojalá que el capítulo les haya gustado, siento el suspenso hasta el final, pero :v no sabía dónde colocarlo ):
En fin, varias de ustedes ya se imaginaban lo que estaba ocurriendo, todavía hay algunas cositas que no sabemos sobre Fugaku, pero que poco antes del final se revelarán.
Luego de aquí se vienen otros debates internos de los protas, faltan algunos sentimientos y negaciones también, pero el Sh ya no lo voy a soltar.
Quiero agradecer comentarios, muchas gracias por el apoyo increíble que le están dando al ff:
•SaBaKu No MeNnY •bellamita Uchiha •Nicolai P. Sherman •Daisuke-37 •JoMonHim •Julia •Moonyandloony •Marshmallow •KiaraUchihaLove •Soo Hyun Yuki •gristardream13 •hinatacris •Tokeijikake no Orenji •Mimi's es •DArk Amy-chan •Itzel 3 •Francisvict •Uchiha-mei-chan •WawisZ •andy' hina •cherrymarce •ale302 •carmen piquerasvillardelsaz • DAMIC00 •Karla XM •rcr •letyk s •Hinasweet •Rouce •Zimba Mustaine •Naoko Ichigo •simazame •Patohf y a una guest…. También a Karli Izquierdo –por tus bonitas palabras- y a Citlali Slazar por tus PM's.
Mil gracias, nos leemos en la siguiente actu, ah, pausé un ff por lo que las actus serán más constantes, o ese es el intento que haré.
Nos leemos.
Besos, Aidé.
