Capítulo 7.
Nico estaba en su cabaña mirando al techo incapaz de dormir. Eran pocas las ocasiones en las cuales podía dormir sin tener pesadillas. Cuando conseguía hacerlo, era cuando Will dormía con él.
El hijo de Hades recordaba como si fuera ayer cómo había comenzado su relación con el consejero de la cabaña siete.
Fue un día en el que después de lamentarse con Jason de cómo Solace trataba a uno de los hijos de Hermes y despotricando en contra de los hijos luminosos e idiotas del dios del sol, cuando el hijo de Júpiter le dijo:
-Nico si tanto te molesta, será por algo.
-¡Claro que es por algo! -Había chillado Nico muy cabreado.
-¿A sí y por qué?
-¡Porque yo estoy enamorado del idiota ese! ¡Solace es mi Sunshine!
Jason le había mirado con los ojos muy abiertos. Nico se dio la vuelta encontrándose con Will Solace en persona que lo miraba impresionado.
Di Angelo se acordaba perfectamente de que se desvaneció en las sombras y se refugió en el inframundo durante tres días.
Su padre sabía lo que había pasado en el campamento y cada vez que le veía se echaba a reír.
-Gracias papá. Así me ayudas mucho.
Cuando volvió al campamento, Will le cogió del brazo, le miró muy serio y le dijo:
-Estoy muy cabreado contigo.
Nico le miró sin comprender.
-¿Y eso por qué?
-No tienes derecho a gritar esas cosas y después irte.
-¿Y por qué no?
-¿Cómo que por qué no? Pues porque yo lo digo. Son órdenes del médico.
-Nico intentó durante cinco segundos aguantar la risa pero no lo consiguió.
-¿Qué te hace tanta gracia?
-E es que no puedo creerme que te enfades por eso.
-Yo tengo también algo que opinar sobre lo que dijiste hace tres días.
-Pues vale.
-¡Dioses di Angelo!
-Mira Solace no tiene importancia.
-Padre dame paciencia porque si me das fuerza me lo cargo.
El italiano hizo ademán de marcharse pero Will no se lo permitió.
-Vas a escuchar lo que tengo que decir y punto.
Nico resopló.
El hijo de Hades temblaba por dentro.
-tu me gustas Nico.
-¿Puedo irme ya?
Will se cabreó y tiró del brazo de Nico hacia él.
Aprisionó al chico más bajo contra una pared y lo besó.
Nico tardó un tiempo en reaccionar. Respondió al beso pensando de manera distante que ese era su primer beso y que debería irse rápido.
También pensaba en rodear al hijo de Apolo de esqueletos por atrevido pero sabía que no funcionaría.
La lengua de Will se deslizó dentro de la boca de Nico explorando todo lo que podía y más.
Di Angelo se imaginaba lo que diría Solace si se le ocurría utilizar los poderes del inframundo:
-Nico me debes un día en la enfermería. Órdenes del médico.
Ahora fue el italiano el que exploraba con la lengua la boca del rubio.
Unos minutos después se separaron sonrojados.
-Ni se te ocurra huir rey de los fantasmas. -Advirtió Will. Órdenes del médico. Añadió mirando al moreno a los ojos.
-Piérdete Sunshine.
-Me perderé contigo.
-Idiota.
-Te quiero.
Por una vez Nico se quedó sin nada que decir.
Un rato después gruñó y se encaminó a la arena a buscar a Jason.
-¡Hey shadow! -Gritó Will.
El italiano se dio la vuelta molesto.
-¿Entonces somos pareja o le digo al hijo de Hermes que sigo sin novio?
Di Angelo apretó los puños y se plantó delante de Will.
-ni se te ocurra Sunshine. Eres mío. -Gruñó.
Después se besaron.
Will sonreía.
Antes de que Nico se fuera, Solace le dijo:
-De verdad te quiero Shadow.
El otro chico suspiró.
-Yo también te quiero Sunshine.
El hijo del dios del sol dejó que Nico se fuera.
El italiano se estaba riendo al acordarse de la cara que pusieron Jason y Percy al enterarse.
Escuchó la puerta de su cabaña abrirse y sonrió más ampliamente.
Will entró y cerró la puerta.
-¿Qué es tan divertido?
-Estaba recordando como empezamos a salir.
Solace se acostó al lado de su novio.
Comenzaron a besarse lentamente hasta que el beso se volvió salvaje.
La ropa comenzó a estorvar y los besos no fueron suficientes.
Hicieron el amor lentamente. Nico primero entró dentro de Will, y unos minutos después de acabar, fue Will el que entraba dentro de Nico.
Se dieron una ducha, se pusieron el pijama y se durmieron abrazados.
Nico había pasado mucha vergüenza cuando gritó aquello delante de todo el campamento. Pero no se arepentía de nada.
Era muy feliz con su Sunshine.
-Te amo. -Se dijeron ambos entre sueños.
