CAPÍTULO 9: HALLOWEEN (I FEEL GOOD)
Camino de Hogsmeade, entre la nieve, charlaba con Ron y Hermione, habían quedado sobre la hora de comer con Remus en Las Tres Escobas, la lechuza confirmado que podían verse había llegado hacía apenas una hora, en el desayuno. Hacía días que no estaba tan contento, le salían casi perfectas las cuatro patas del lobo, y la Profesora McGonagall le había dicho que la semana siguiente empezarían a transformar el cuerpo. Se sentía pletórico de energía. Le parecía que la vida le sonría, al menos por una vez. Y tenía ganas de comerse el mundo. Miró a su alrededor, Padma Patil lo miraba con interés, y cuando se dio cuenta de que había sido descubierta, intentó apartar la mirada, pero le guiñó un ojo. Quizá ella fuera la persona que andaba buscando. Y si no, siempre podría tener un affaire divertido con ella.
El pueblo estaba radiante, el manto blanco que lo cubría, brillaba con el sol, y si lo miraban fijamente, la ceguera los invadía algunos segundos. Pasaron una mañana alegre, comprando plumas, pergaminos, alguna chorradita que les apetecía, pasaron por Honeydukes y cargaron con el surtido base necesario para subsistir hasta la próxima salido al pueblo. Caminaban riendo, Ron había decidido dejar de comer chocolate:
Va, Ron, cuéntanoslo¿quién te gusta?- preguntó Hermione divertida.
Eres muy pesada¿sabes Hermione?- se puso colorado- Siempre estás igual, y para vuestra información, no me gusta nadie.
Si, claro, y yo que me lo creo- Harry sonrió cínico- A mi no me engañas, Ron, soy capaz de atravesar los recónditos pliegues de tu entendimiento, y abrirme paso a través de tus recuerdos…Soy el Guardián de los Secretos- rieron los tres- En serio, Ron¿quién es?
Ehhh…- sonrió de medio lado- No os lo voy a decir, al menos, no de momento.
Pero Ron…¡Somos tus amigos!- reprochó Hermione- Si no nos lo cuentas a nosotros¿quién más te va a hacer de confidente?
Espera, Hermione, a ver si va a ser que le gustamos uno de nosotros- rió Harry- ¿Eh, Ron?
Jajajajaaj, no, no sois ninguno de vosotros, siento desilusionaros, se que soñáis conmigo todas las noches, pero…lo siento, no puede ser, estoy pillado.
Qué iluso, teniendo a Viktor Krum detrás de mi¿acaso crees que me voy a fijar en un niñato cómo tú? Alma cándida.
Y yo tengo a quien quiero, y cuando lo quiero, sólo tengo que estirar la mano y cogerlo, Ron.
Desde luego, cómo sois…no tenéis ni un ápice de compasión por alguien como yo, que vaga perdido en las inmensidades de su tragedia romántica.
Nunca más te voy a dejar uno de mis libros, Ron, te estás volviendo muy ñoño.
Potter- llamó una voz imperiosa cuando pasaban por un callejón sin salida camino de las Tres Escobas. Se giraron para ver quien llamaba a Harry, era la voz de alguien conocido, pero que había adquirido matices de madurez, por lo que no conseguían ubicarla. Entre las sombras del callejón, salió un chico alto, vestido con pantalones negros de corte clásico, chaqueta de terciopelo color burdeos, haciendo juego con el interior de la capa negra que ondeaba tras él. El pelo ondulado oscuro flotaba por el movimiento del chico al andar. La cara perfecta, el cuerpo, perfecto. Sólo podía ser una persona.
Jason- saludó Harry, tratando de ocultar su contrariedad- ¿qué haces aquí?
Darme una vuelta- caminó hacia ellos con majestuosidad- ¿Os lo puedo robar un momento?- se dirigió a Ron y Hermione con una leve sonrisa.
Si, claro- asintió Hermione- No tardes, Harry, te esperamos con Remus en Las Tres Escobas.
Vale, ahora iré- permanecieron callados mientras lo veían alejarse.
Me has mentido…- alzó la perfecta ceja.
Lo se- sonrió de medio lado- Pero te dije que de todos modos no quería quedar contigo- Jason se iba acercando a él. No podía evitar que su corazón latiese más rápido, había vivido muchas cosas con el chico que se acercaba él con paso decidido y tenía que reconocer, que si en junio, Jason había estado atractivo, ahora su imagen era, directamente, abrumadora.
¿Y eso? Vamos, Golden Boy, te mueres por un polvo tanto, o más que yo- Harry empujó a Jason contra la pared de un edificio, y le sujetó las manos por encima de la cabeza.
Quizá- Sonrió pícaro, metiendo la rodilla entre las piernas ligeramente separadas de Jason. Este jadeó- ¿No te estaré asustando, verdad, Jason?
¿A mi? No sabes lo que dices- el chico le devolvió la sonrisa- Recuerda quién te ha enseñado todo lo que sabes.
Maestro- dijo Harry sarcástico- Os debo una disculpa- rieron ambos.
Por cierto, has mejorado bastante desde finales de curso.
Bueno, se hace lo que se puede- le guiñó un ojo- Tú tampoco estás nada mal- le soltó las manos. Jason lo cogió por la cintura y lo acercó a él, manteniéndolo pegado a su cuerpo.
No me voy a marchar hasta conseguir lo que me ha traído hasta aquí- su sonrisa era maliciosa.
Ten cuidado con lo que deseas, Jason, puede hacerse realidad- Harry se apretó contra él y ensanchó su sonrisa- Vaya, vaya¿vas armado, o acaso te alegras de verme?
Verte siempre es un placer Mae West.
¿Cómo es que te has enterado de que si venía a Hogsmeade?- preguntó curioso.
Me lo ha dicho mi hermano.
¿Tienes un hermano?
Si, Alexander, está en primero, Gryffindor.
Deberíais estar en Slytherin.
Pero somos valientes, solemos actuar sin pensar, y en el fondo no tenemos mal corazón.
Muy en el fondo.
No te quejes, Harry…lo hemos pasado bien juntos…- se interrumpió cuado Harry se acercó a él con los labios entreabiertos y lo besó. Dejando escapar un suspiro, el Niño-que-Vivió lamió los labios jugosos de Jason, introdujo la lengua en la boca húmeda y suculenta, tantas veces recorrida, y sin previo aviso, le mordió el labio inferior- ¡Auuch!- se separaron.
¿Quién dice que un beso deja siempre buen sabor?- se rió mientras se pasaba la mano por la boca, para limpiarse los labios.
Eres cruel- escupió la sangre en el suelo.
Aprendí del mejor- se inclinó hacia él, y besó su mejilla, el otro chico sonrió levemente- ¿por qué has venido?
Quería verte, simplemente, eso, verte, rememorar viejos tiempos, y quizá marcarnos uno rapidito antes de separarnos hasta la próxima.
Sabes que me muero por hacer eso, Jason, me encantaría. Follar contigo es siempre increíble…
¿Pero?
¿Cómo sabes que hay un pero?
Siempre hay un pero. Harry, escúchame, eres una pasada, estoy muy orgulloso de ti. Y se, tengo perfectamente claro, que nunca habrá nada, pusimos las cartas sobre la mesa, y decidimos jugar, pero te tengo clavado en la mente, tu libertad me atrapa.
Si te gustan mis alas, Jason, no quieras cortarlas. Gracias a ti, hoy soy lo que soy, y es algo, que siempre llevaré conmigo. Somos amigos. Punto redondo. No me van los compromisos, ya tengo bastante con lo que tengo.
¿Y nadie te hará cambiar de opinión?
Bueno, nunca se sabe¿no, Jason?
¿Tienes alguna presa en mente?
Quizá…- añadió pensativo, dándole vueltas a su presentimiento, o corazonada, de que este año iba a encontrar a la persona. No se lo iba a decir a Jason, pero quizá fuese una manera de distraerlo.
¿Hablamos de un chico, o de una chica?- preguntó travieso.
Bueno, la verdad, no lo se, pero ya sabes que yo no le hago ascos a nada, Jason, juego a dos bandas.
Es una ventaja.
Desde luego…
Entonces… ¿no te apetece?- preguntó de nuevo.
No es que no me apetezca, simplemente, no quiero.
No acepto un no por respuesta- Harry arqueó la ceja y cerró la mano sobre los genitales de Jason, su miembro ya estaba duro. Sonrió maliciosamente.
Vaya, vaya¡si estás listo!
Siempre estoy listo…solo tienes que ceder ante tus más bajos instintos, se que te mueres de ganas de follarme aquí mismo- chasqueó la lengua con impaciencia.
No tengo ganas de discutir, Jason, además, aquí nos puede ver todo el mundo…No me hace falta recordarte lo que piensan los magos de la gente como tú y como yo¿verdad?
¿Desde cuando te preocupa eso, Golden Boy?- Harry le guiñó el ojo y movió su mano. Jason jadeó ante el roce. La lengua de Harry se metió en su oreja mientras los dedos acariciaban expertos el miembro erecto bajo los pantalones. La otra mano ascendió por el elegante torso y pellizcó un pezón. Jason dejó escapar un gemido. Pronto llegó al final. Harry se sentía mejor que nunca, había saboreado lo que era tener a alguien en sus manos, y le había encantado. Antes también había estado con gente a la que había dominado, pero Jason era Jason, su maestro, su Marqués de Sade. Si lo había conseguido con él, podía tener a cualquiera…
No me preocupa, no te confundas, me la trae floja- susurró lascivo- Sólo era una excusa- el chico lo miró entre rabioso y divertido- Bueno, ya te has corrido… ¿Puedo marcharme?
¿No quieres que te compense?- sugirió Jason comenzando a desabrocharse el pantalón.
¿Compensarme?- rió separándose un poco- No seas vanidoso, me he metido en mejores culos que el tuyo. Además, no hay nada que compensar, ha sido divertido ¿Qué se siente cuando es la cobardía la que persigue y el valor quien huye?
Que he enseñado demasiado bien- sonrió satisfecho y suspiró- Supongo que no hay nada que pueda hacer para convencerte¿no?- Harry negó con la cabeza- Entonces ha llegado el momento de la despedida.
Sólo es un hasta luego, Jay, volveremos a vernos- besó la mejilla de Jason y emprendió el camino calle arriba- Ha sido un placer verte.
Lo mismo digo, Golden Boy- sonrieron, y dándole la espalda se encaminó a Las Tres Escobas, dónde en una mesa, al fondo, aguardaban Ron, Hermione, Ginny, y un sonriente Remus.
La comida transcurrió tranquila, entre risas y bromas. Remus se negó a ponerlos al corriente de lo que ocurría en la Orden, aunque si les contó algunos jugosos cotilleos. Les dio las recomendaciones de la Señora Weasley para todos, y en especial para Ron, y Ginny. La suya incluía un corte de pelo y un remendado de pantalones. Hablaron de la guitarra, ahora la tocaba bastante, e incluso se la llevaba a las sesiones del ED, y al final de cada una, dedicaban un ratito a ensayar una canción.
- ¿Y las clases qué?- preguntó Remus interesado- ¿Qué tal Defensa?- un bufido por parte de los tres le hizo fruncir el ceño- ¿Tan mal?
- No, pero hay que esforzarse mucho más, Snape me exige, no el doble, sino el triple que al resto…- comentó Harry comiendo una patata.
- Pero no te debe de costar demasiado, porque tus notas siguen siendo altas…si Severus fuese injusto, te aprobaría por los pelos, y vas sobrado.
- Ya, pero no tengo el Extraordinario…- se quejó arrugando el labio superior.
- Lo que más importa de esa asignatura no es la nota, Harry, ya sabéis perfectamente los tres lo que es, para eso tenéis el ED¿no?
- Si, supongo que tienes razón- bebió un sorbo de cerveza- ¿Y tú qué?
- Bueno…ocupado- miró su reloj y suspiró- En una hora me tengo que marchar, chicos. Tengo una cena.
- ¡Uhhh¿Alguien especial?- a Harry le brillaban los ojos de expectación, y se inclinó hacia delante con una sonrisa pícara en la cara- ¿Eh? Cuenta cuenta…
- Pues no, tu gozo en pozo, con mis padres…Nos reunimos todos los años para cenar en Halloween, pero los últimos cinco han coincidido con la Luna llena, asi que este año…no puedo faltar- suspiró, como si realmente no le hiciese mucha gracia.
- Qué putada…
- Pues si, Hermione, la verdad es que si- continuaron hablando un rato y al final Remus se marchó. Hacia las siete volvieron al castillo para prepararse para la cena. Harry se duchó. Se sentía genial, pletórico de energía y de autoestima. Se masturbó bajo el chorro de agua pensando en lo que había ocurrido por la mañana. Gritó bajo el agua. Salió renovado, tenía el mundo en sus manos. Se vistió con unos vaqueros negros rotos en las rodillas. Dudó entre una camiseta negra o una blanca. Al final se decidió por blanca, era más ajustada y de manga corta, hoy se sentía triunfador. Se puso las botas y se pasó los dedos por el pelo húmedo que le caía por debajo de los hombros. Sonrió a su reflejo en el espejo. Esta noche nada podía estropearse. Bajó las escaleras hasta la Sala Común con la túnica en la mano. Ron, Hermione y Ginny lo estaban esperando.
- ¡Guau Harry!- exclamó Ginny- Estás genial- sonrió seductor y le guiñó un ojo. Se puso la túnica y salieron hacia el Gran Comedor. Harry observó que Hermione lo miraba incrédula, entre cohibida, excitada y reprobatoria…
- ¿Y tú que opinas, Hermione¿A que estoy tremendo?- preguntó cuando llegaban al vestíbulo.
- Eh…bueno…no se- murmuró azorada.
- ¿Cómo que no se? Mírame el culo, Hermione- se paró y se levantó la túnica, para que su amiga no tuviese impedimentos, al fin y al cabo, no todo el mundo era Ojoloco- Tengo el mejor culo del mundo- comentó provocador.
- No se que decirte Harry…- Hermione no sabía por dónde salir.
- Pero míralo, redondito, durito, lo suficientemente alto…- Ron se reía por lo bajo atento a la cara de Hermione.
- Se acopla muy bien a la forma de la mano, también…- soltó Ginny.
- ¡Ginny!- exclamó Ron entre sorprendido y enfadado- ¿Tú como sabes eso?
- Pues porque se lo he tocado.
- ¿Y tú la dejas? Con lo suelta que está…tío, que es mi hermana.
- Pero si no pasa nada, Ron, sólo es un trozo de carne, puedes tocarlo tú también…
- No, déjalo, si me da igual, puedo vivir sin ello.
- ¿Y tú, Hermione, no quieres probar? Un culo cómo el mío…
- Es que…
- Sois de un sosito todos…Se sincera, Hermione, mírame bien de nuevo, soy perfecto, estoy para mojar pan, si es que para hacerme una paja sólo tengo que mirarme al espejo, aun no he conocido a nadie que me ponga más que yo mismo. Va tía, si te tirara bocao¿te resistirías?
- Esto…no, la verdad es que no…- rió la chica. Harry la cogió por la cintura y sonrió. Cuando entraron en el Gran Comedor ya había bastante gente sentada, aunque faltaban diez minutos todavía para que comenzase el banquete. Se sentaron frente a Dean, Seamus, y Jamal, el nuevo golpeador de Gryffindor, un chico negro de quinto, con el pelo a rastas, que discutía con Dean sobre el orgullo africano. Las palabras de Dumbledore los interrumpieron, y dio comienzo el banquete. Comieron de todo, charlando alegremente, algunos, Ron, con la boca llena.
Aún no había desaparecido la comida de los platos, pero hacía rato que hasta Ron había terminado de comer. Dean y Jamal daban golpes en la mesa, creando un ritmo alegre. Harry se unió a ellos, intentando seguirles, las risas crearon un corrillo de curiosos de Gryffindor.
- ¡Ey, ey! Frenad un poco…que no os sigo…- pidió Harry.
- A ver…es pam, pampam, parampam…- Dean terminó la secuencia de golpes con puños, palmadas…, pero Harry se liaba en algún momento y no conseguía pillarles el ritmo- De verdad, tío, con lo fácil que es…- se exasperó Dean tras un rato de intentos infructuosos.
- Ten paciencia, hermano, sólo es un chico blanco- Harry se giró hacia Jamal, fingiendo estar enfadado.
- ¿Estás diciendo que no tengo ritmo?- el chico asintió vacilándole un poco- Por favor…
- Tío, asúmelo, los blancos no tenéis ritmo…eso va con el color…- Jamal se aguantaba la risa.
- ¿Me estás retando¡Accio Guitarra!- había sacado la varita. Alguien corrió hasta las puertas del Gran Comedor y las abrió, los profesores miraban sorprendidos a Harry, que se había levantado, al igual que el resto de gente. El silencio era expectante. El estuche de cuero negro entró en el salón volando, y llegó a manos de Harry, que lo dejó en el suelo. Se quitó la túnica provocando un ¡oh! general, y femenino en particular, cogió la guitarra, se pasó la tira de cuero por un hombro y comprobó que estuviese afinada- te vas a enterar, Jamal. ¿Si os digo un ritmo, lo podéis hacer todo el rato que esté tocando?
- Claro tío…
- Vale, pues es pam, pam, parampampam…y así todo el rato.
- ¿Así?- Dean y Jamal golpearon en la mesa, Harry asintió mientras apuntaba con la varita a la guitarra y susurraba Electryfy. Todo el Gran Comedor estaba girado hacia ellos y en silencio. Tras una secuencia de golpes en la mesa, Harry rasgó la guitarra y comenzó a cantar.
I hate the world today
You're so good to me
But I can't change
Tried to tell you
But you look at me like maybe
I'm an angel underneath
Innocent and sweet
Yesterday I cried
Must have been relieved to see
The softer side
I can understand how you'd be so confused
I don't envy you
I'm little bit of everything
All rolled into one
I'm a bitch, I'm a lover
I'm a child, I'm a mother
I'm a sinner, I'm a saint
I do no feel ashamed
I'm your hell, I'm your dream
I'm nothing in between
You know you wouldn't want it any other way
So take me as I am
This may mean
You'll have to be a stronger man
Rest assured that
When I start to make you nervous
And I'm going to extremes
Tomorrow I will change
And today won't mean a thing
Estaba cantando como nunca, todos estaban pendientes de él, profesores incluidos, pero era totalmente ajeno. Le daba exactamente igual lo que pensasen, se sentía de verdad así. Aquella era su canción, cómo si la hubiesen escrito pensando en él.
Just when you think, you got me figured out
The season's already changing
I think it's cool, you do what you do
And don't try to save me
En el estribillo algunos le siguieron, levantó la mirada para observar a su público, se sentía como un cantante de rock en un escenario. Se encontró de frente con los ojos de Malfoy, que lo miraban entre reprobatorio, sorprendido y ligeramente avergonzado. Respiró hondo y sostuvo su mirada.
I'm a bitch, I'm a tease
I'm a goddess on my knees
When you hurt, when you suffer
I'm your angel undercover
I've been numb, I'm revived
Can't say I'm not alive
You know I wouldn't want it any other way…
El Gran Comedor estalló en aplausos, saludó al estilo de la "estrella", sonriendo a Padma, que lo miraba a los ojos. Casi todo el ED se acercó a él para pedirle de cantar la canción que habían estado ensayando.
- ¡Ey, Harry!- empezó Dean- Podríamos cantar la que hemos estado ensayando¿verdad, Ron?
- Sí, tío, estaría bien¿tú que dices?- miró a su amigo, que asintió.
- Vale, pero dejadme beber agua primero- alguien le acercó un vaso de agua, que apuró. Se sentó en la mesa, apoyando los pies en el banco. Ron se sentó a su derecha y Dean a su izquierda- ¿Estamos todos preparados?- gritó.
¡Siiii!- corearon todos que se habían colocado a su alrededor. Harry comenzó con el rasgueo de la guitarra, empezaba cantando Ron, tenía una voz grave, aunque dulce, nada comparado a la voz acariciante y desgarradora de Harry, ni a la limpia y cristalina de Dean.
Hace calor, hace calor.
Estaba esperando que cantes mi canción
Y que abras esa botella
Brindemos con ella
Hagamos el amor en el balcón
Mi corazón, mi corazón
Es un músculo sano
Pero necesita acción
Dame paz y dame guerra
Un dulce colocón
Y yo te entregaré lo mejor.
Ah ha ha, ah ha ha
Dulce como el vino
Salada cómo el mar,
Princesa y vagabunda
Garganta profunda
Sálvame de esta soledad
Uh hu hu, uh hu hu
Uie uie uh, uie uie uh
Ah ha ha, ah ha ha
Uie uie uie uh ah
Ahora le tocaba a Dean, que se daba golpes en los muslos siguiendo el ritmo de la canción. En los estribillos participaban todos, tal y como lo habían ensayado.
Hace calor, hace calor
Estaba esperando a que cantes mi canción
Y que abras esa botella
Brindemos por ella
Hagamos el amor en el balcón
Mi corazón, mmm, mi corazón
Es un músculo sano
Pero necesita acción
Dame paz y dame guerra
Un dulce colocón
Y yo te entregaré lo mejor.
Ah ha ha, ah ha ha
Dulce como el vino
Salada cómo el mar,
Princesa y vagabunda
Garganta profunda
Sálvame de esta soledad
Uh hu hu, uh hu hu
Uie uie uh, uie uie uh
Ah ha ha, ah ha ha
Uie uie uie uie uh ah
Todos empezaron a dar palmas acompañando a Harry que tocaba la guitarra. Ahora le tocaba su trozo. Miró a Padma, que la tenía enfrente, y le guiñó un ojo, ella sonrió entre tímida y traviesa, y le sacó la lengua. Los dos sabían lo que había en juego, y aquella noche harían sus apuestas.
Hace calor, hace calor
Ella tiene la receta para estar mucho mejor
Sin truco, sin prisa
Te entrega su sonrisa
Como una sacerdotisa del amor.
Desde luego, todo el que quisiese mirar sabía lo que iba a pasar entre ellos aquella noche. No se quitaban el ojo de encima.
Luna de miel, luna de papel
Luna llena, piel canela
Dame noches de placer
A veces estoy mal
A veces estoy bien
Te daré mi corazón para que juegues con él.
Ah ha ha, ah ha ha
Podrían acusarme
Ella es menor de edad
Iremos a un hotel
Iremos a cenar
Pero nunca iremos juntos al altar
Tenía claro que le apetecía pasar la noche con Padma, ver cómo se le daba con ella, le atraía muchísimo, era una chica muy atractiva, igual que Parvati, pero con un halo de misterio e inteligencia que la hacían irresistible. Aunque por el momento no quería nada más con ella. Era una chica más, Jason había tenido razón cuando se lo dijo una noche después de un entrenamiento: Cuando encuentres a la persona ideal, lo sabrás, mientras tanto, disfruta, haz disfrutar, y no te ates.
Uie uie uh, uie uie uh
Uie uie uh, uie uie uh
Ah ha ha, ah ha ha
Uie uie uh, uie uie uh
Ah ha ha, ah ha ha
Uie uie uie uh ah.
Los aplausos volvieron a llenar el Gran Comedor, aunque se hizo el silencio cuando Dumbledore se puso en pie. Sin volver a sus sitios, todos los que se habían levantado para acercarse a la mesa de Gryffindor, se giraron para mirar al director, temerosos de una reprimenda.
- Debo decir- comenzó con una sonrisa divertida que tranquilizó a muchos- Que ha sido muy gratificante escuchar su música, señor Potter, espero que nos permita gozar de ella más a menudo. No obstante, ya ha pasado la media noche, y debemos descansar, ya que mañana será un día muy largo, y los equipos de Ravenclaw y Slytherin deberían descansar para ofrecernos un excelente partido, un juego que dará comienzo al campeonato de Quidditch. Así que, queridos alumnos, sólo me queda desearos buenas noches- los pocos que permanecían todavía sentado se levantaron y comenzaron a salir de allí, camino a los dormitorios. Harry remoloneó un poco guardando la guitarra, y en la puerta, se acercó a Padma, que fingía estar interesada en algún detalle de la talla de la piedra de la pared.
- ¿Tienes sueño?- le preguntó mientras pasaba una mano por la cintura de la chica.
- No… ¿y tú?- Harry negó con la cabeza.
¿Me acompañas?- sugirió señalando con la cabeza las escaleras, ella asintió con una sonrisa entendida. Subieron las escaleras entre los alumnos que se dirigían a sus casas. Hasta llegar al tercer piso. Se pararon frente al tapiz del idiota que pretendía enseñarles ballet a unos trolls. Estaba bastante seguro de que Padma no era la persona que estaba buscando, pero por probar…
Se despertó con el sol seguramente ya alto sobre el horizonte. Desde allí no podía verlo, no había ventanas en las mazmorras, pero lo suponía. Se había acostado tarde, y desde luego, la infusión que le había preparado la Profesora Marx había hecho su efecto. Por primera vez en años había dormido toda la noche de un tirón, y sin sueños que le impidiesen descansar. Se desperezó mirando la habitación. Blaise y Theodore ya no estaban, Vince y Greg continuaban durmiendo. Se levantó estirándose el pijama y se metió en el cuarto de baño. Al mirarse al espejo descubrió, no sin sorpresa, que tenía mejor aspecto. No era una gran diferencia, continuaba teniendo el rictus amargo, los pómulos demasiado marcados, pero las ojeras no eran tan pronunciadas, ni tan oscuras, su ceño ya no estaba fruncido. Y no tenía angustia.
Después de ducharse, subió al Gran Comedor, los olores del desayuno se introdujeron en su cuerpo. Seguía sin tener hambre, pero al menos ya no le daban ganas de vomitar con solo oler la comida. Se sentó junto a Blaise en la mesa de Slytherin, aquella mañana, eran los únicos alumnos que permanecían en su propia mesa, el resto de casas estaban mezcladas.
- Buenos días- lo saludó Blaise mientras se servía más leche en su tazón. Draco sonrió a su nuevo amigo- ¿Café?
- No, hoy tomaré cacao- Blaise abrió los ojos con sorpresa y vertió un poco de leche en la taza que habitualmente utilizaba Draco.
- Gracias- se echó dos cucharadas de cacao y observó como se disolvía en la leche, coloreándola. Hacía meses que no probaba el cacao. Respiró hondo y levantó la taza para beber. El líquido caliente y dulce entró en su boca, bajó por su garganta y cayó en su estómago, notaba el calor expandiéndose desde allí.
- Te has levantado de buen humor¿no?- preguntó mientras comía un panecillo con mantequilla y miel.
- Simplemente he dormido bien- no podía más, estaba lleno del todo, y apenas había bebido media taza. Se pasó los dedos por el pelo. Aquello iba a ser más difícil de lo que había imaginado, no bastaba con dormir bien. No bastaba con querer intentarlo. Miró a la Profesora Marx que desayunaba a la vez que leía un periódico muggle. La mujer levantó la mirada y clavó sus ojos ambarinos en él. Creyó oír dentro de su cabeza "Acábate la taza, de momento será suficiente". Cuando Marx sonrió, dudó¿lo habría oído realmente? Ya nada lo iba a sorprender. Cerrando los ojos apuró lo que quedaba de cacao.
- Deberías dormir bien más a menudo- escuchó a Blaise- ¿Vas a venir a Hogsmeade?
- Si, supongo, me vendrá bien tomar el aire- ya no podía más, incluso sentía que si se movía, de una arcada todo acabaría en el suelo del Gran Comedor, al igual que todo su esfuerzo. A la hora de la comida, conseguiría acabarse el plato. Aunque solo fuera uno. Poco a poco lo iría consiguiendo. Sobre las once salieron hacia Hogsmeade. El camino nevado refulgía con el Sol. Hacía frío, y el aire cortaba la piel, pero el calor de los rayos del astro rey mantenía el optimismo, leve, aunque mayor del habitual, que Draco sentía desde que se había levantado. Aquel iba a ser el primer día del resto de su vida. Estaba decidido a hacer su mejor esfuerzo.
Aguantó la conversación con Blaise todo el camino hasta el pueblo y algunas tiendas. Aunque más que conversación fue un monólogo del chico con algunos gestos y monosílabos por su parte. Le contó sobre su infancia, su padre de origen italiano, su madre irlandesa. Familia de Sangre Pura de larga tradición, de clase obrera, alejados siempre de los círculos del poder, y por tanto, de las garras del Señor Tenebroso. La soledad era una amiga veleidosa, que cuando la necesitas te acoge en su cálido seno, pero que luego te exige que permanezcas junto a ella. Apreciaba la compañía de Blaise, pero se sentía agobiado. Le dolía la cabeza, y murmurando una excusa, se deshizo de él junto a Zonko. Cerca había un callejón oscuro sin salida. Entró allí, y se sentó en la puerta de atrás de la tienda de bromas.
Al rato entró un chico en el callejón. Parecía absorto en algo y no se dio cuenta de que estaba allí. Era la mismísima perfección, alto, atlético, rasgos aristocráticos, el pelo oscuro caía en ondas sedosas por sus hombros. Vestía un estrecho pantalón de corte exquisito, una camisa de fino hilo, y una bonita capa de terciopelo negro, con el interior color burdeos. Si necesitaba algo para que le quedase claro que se sentía atraído por los hombres, aquel chico era sin duda la señal. Prácticamente le quitó el aliento.
- Harry- llamó sin levantar apenas la voz. Ahora que lo oía hablar ya sabía quien era. El cazador del equipo de Quidditch de Gryffindor del año anterior. Jason. Jason, como el nombre que había leído en la carta de Potter…. Mantuvo con el trío una breve conversación. Potter y Jason aparecieron en su campo de visión- Me has mentido…
Lo se- ¿entonces Potter era…? No, eso estaba totalmente fuera de discusión, lo había visto coquetear con la hermana de la comadreja, con Granger, y con la Patil Ravenclaw- Pero te dije que de todos modos no quería quedar contigo- Jason se iba acercando a él. No podía evitar que su corazón latiese más rápido, estaba totalmente fuera de discusión, pero quizá las cosas no fuesen tan estancas como él siempre había creído.
¿Y eso? Vamos, Golden Boy, te mueres por un polvo tanto, o más que yo- Potter empujó a Jason contra la pared de un edificio, y le sujetó las manos por encima de la cabeza. Ahogó un grito. No podía ser que estuviese viendo eso…lo habían descubierto y se estaban burlando de él…pero… ¿cómo sabían que él…?
Quizá- Sonrió pícaro, metiendo la rodilla entre las piernas ligeramente separadas de Jason. Este jadeó. Draco estuvo a punto de jadear también. Si el tal Jason estaba imponente, Potter no se quedaba corto tampoco. Ver aquello era como soñar despierto, y no sabía si le estaba gustando…mentira, si que le estaba gustando, y mucho, pero no podía ser, no podía ser. Ojalá pudiese apartar la mirada- ¿No te estaré asustando, verdad, Jason?
¿A mi? No sabes lo que dices- el chico le devolvió la sonrisa- Recuerda quién te ha enseñado todo lo que sabes.
Maestro- dijo Potter sarcástico- Os debo una disculpa- rieron ambos. ¿Maestro¿Potter? Pensaba que era un chico inocente…tragó saliva.
Por cierto, has mejorado bastante desde finales de curso.
Bueno, se hace lo que se puede- le guiñó un ojo- Tú tampoco estás nada mal- le soltó las manos. Jason lo cogió por la cintura y lo acercó a él, manteniéndolo pegado a su cuerpo. Es que era hasta incapaz de cerrar los ojos. Y que lo dijeran, estaban los dos impresionantes. No había pensado eso, no lo había pensado…mierda, si lo había pensado…
No me voy a marchar hasta conseguir lo que me ha traído hasta aquí- su sonrisa era maliciosa.
Ten cuidado con lo que deseas, Jason, puede hacerse realidad- Potter se apretó contra él. Draco deseó ser el otro chico, o Potter, o estar en medio de ambos. Sacudió la cabeza. No podía ser verdad, dentro de nada despertaría sudoroso en su cama - Vaya, vaya¿vas armado, o acaso te alegras de verme?
Verte siempre es un placer Mae West- ¿Armado¿De qué iba aquella gente? Lo que realmente quería decir Potter se abrió paso en su mente como una iluminación. Penes, penes elevándose, duros como varitas. Gimió desesperado.
Aquello era lo más surrealista que había visto jamás, ni en sus más terribles sueños algo así había ocurrido. Se estaba excitando por momentos…ya era bastante horrible pensar que le gustaban los hombres, que apareciese semejante espécimen como el tal Jason para reafirmárselo, que luego se fregotease contra otro tipo, también estupendo, y que se empalmara viendo eso…pero que fuera Potter…eso si que no, con eso si que no podía. Si no supiera que saliendo de allí todo iba a ser peor, se hubiese marchado, pero si Potter supiese que lo había estado viendo…lo mataría, o peor…
No te quejes, Harry…lo hemos pasado bien juntos…- se interrumpió cuado Potter se acercó a él con los labios entreabiertos y lo besó. Lo besó. Oh por Sequana. Lo había besado. Nunca había visto a dos hombres besándose, ahora eso inundaría sus sueños… El beso se hizo más profundo, más intenso. No podía cerrar los ojos, porque si lo hacía vería su propia lengua dentro de Jason, o peor, de Potter-¡Auuch!- se separaron.
¿Quién dice que un beso deja siempre buen sabor?- se rió mientras se pasaba la mano por la boca, para limpiarse los labios.
Eres cruel- escupió la sangre en el suelo. Le había pegado un bocado. Alguien se estaba haciendo pasar por Potter, el Niño Dorado jamás haría algo así. Ese no era Potter, ese era el tipo de gente que le caía bien, y Potter no le caía bien.
Aprendí del mejor- se inclinó hacia él, y besó su mejilla, el otro chico sonrió levemente- ¿por qué has venido?
Quería verte, simplemente, eso, verte, rememorar viejos tiempos, y quizá marcarnos uno rapidito antes de separarnos hasta la próxima.
Sabes que me muero por hacer eso, Jason, me encantaría. Follar contigo es siempre increíble…- ¿Cómo¿Follar? Lo que había sido obvio durante todo el encuentro, de pronto lo fue para la mente agotada de Draco, aquellos dos habían estado manteniendo relaciones todo el curso anterior. Potter se acostaba con hombres. Y parecía feliz…Parecía feliz. Y él…él no lo era. Ni siquiera pensó jamás que hubiese más como él. Nunca se le había pasado por la cabeza
¿Pero?
¿Cómo sabes que hay un pero?
Siempre hay un pero. Harry, escúchame, eres una pasada, estoy muy orgulloso de ti. Y se, tengo perfectamente claro, que nunca habrá nada, pusimos las cartas sobre la mesa, y decidimos jugar, pero te tengo clavado en la mente, tu libertad me atrapa.
Si te gustan mis alas, Jason, no quieras cortarlas. Gracias a ti, hoy soy lo que soy, y es algo, que siempre llevaré conmigo. Somos amigos. Punto redondo. No me van los compromisos, ya tengo bastante con lo que tengo- Vaya, eso si que era verdad, cómo si no fuese suficiente hoguera que te gustasen los hombres, para encima desear un compromiso….
¿Y nadie te hará cambiar de opinión?
Bueno, nunca se sabe¿no, Jason?
¿Tienes alguna presa en mente?
Quizá…- ¿Quizá? Por todos los dioses…Una presa, aquello no era un juego, hablaban en serio. Jamás, ni en sus peores sueños había imaginado escuchar a Potter hablar en ese tono de voz. Realmente estaba vacilándole al tal Jason. Lástima que no hubiese caído en Slytherin, pensó, tenía un gran potencial.
¿Hablamos de un chico, o de una chica?- preguntó travieso.
Bueno, la verdad, no lo se, pero ya sabes que yo no le hago ascos a nada, Jason, juego a dos bandas- ¡A dos bandas! Lo de Potter era peor de lo que se había imaginado. Era un pervertido, un degenerado…alguien debería decírselo. Quizá pudiera chantajearlo con eso… si la próxima vez que se lo cruzaba era capaz de no ver en su mente aquello que tenía lugar frente a sus mismísimas narices, si conseguía que no le temblase la voz, ni ponerse colorado.
Es una ventaja- Aquella gente no estaba bien de la cabeza, no era una ventaja, era una aberración, si no, la gente no lo vería tan mal¿verdad?
Desde luego…
Entonces… ¿no te apetece?- preguntó de nuevo.
No es que no me apetezca, simplemente, no quiero- Una actitud sensata, Potter, por una vez en tu puñetera y maldita vida, has acertado en algo.
No acepto un no por respuesta- Potter cerró la mano sobre los genitales de Jason. Su propio pene dio un respingo en respuesta a eso. Sintió que la sangre se acumulaba en su entrepierna, una oleada de calor lo invadió.
Vaya, vaya¡si estás listo!- ¡Y tan listo! Él no sabía cómo se sentiría el otro chico, pero lo que era él, estaba a punto de caramelo.
Siempre estoy listo…solo tienes que ceder ante tus más bajos instintos, se que te mueres de ganas de follarme aquí mismo- Madre mía, abrió los ojos sorprendido. La cosa se estaba saliendo de madre, había dejado de ser un juego, esto ya era real.
No tengo ganas de discutir, Jason, además, aquí nos puede ver todo el mundo…- Él, por ejemplo, y no le hacía nada de gracia¿o si?- No me hace falta recordarte lo que piensan los magos de la gente como tú y como yo¿verdad?- ¡Hombre! Algo que le sonaba. Y lo que pensaban los magos no era precisamente bueno, no señor.
¿Desde cuando te preocupa eso, Golden Boy?- Potter movió su mano. Jason jadeó ante el roce. La lengua de Potter se metió en la oreja del chico mientras los dedos acariciaban expertos el miembro erecto bajo los pantalones. La otra mano ascendió por el elegante torso y pellizcó un pezón. Jason dejó escapar un gemido. Draco lo siguió, en bajito. No podría soportar mucho tiempo algo así, quería irse, pensó mientras la cara de Jason se contraía de placer, pero estaba demasiado turbado para desaparecerse. Draco se sentía peor que nunca, ahora ya tenía casi claro que no tenía remedio. Se había excitado…en el mundo real…no podía pasar de ahí, o jamás se pondría bien.
No me preocupa, no te confundas, me la trae floja- susurró lascivo…¡Aahh! No le preocupaba lo que pensaran de él, a partir de aquel momento, Potter iba a ser su ídolo. Se había pasado desde final de curso sumido en un caos mental y físico, asqueado de su propia sexualidad, había dejado de comer, de dormir, vale, no solo por eso, pero principalmente, por lo que pudiesen pensar de él, porque jamás sería aceptado ¿y ahora venía este…hijo de la grandísima puta…y decía que le daba igual? estuvo a punto de levantarse y zarandearlo-Bueno, ya te has corrido… ¿Puedo marcharme?
¿No quieres que te compense?- sugirió Jason comenzando a desabrocharse el pantalón. Ah no, aquello si que no podía verlo, una cosa era soñarlo y pensar durante el día que las cosas no eran realmente así, otra era verlo delante de sus mismísimas narices, como restregándoselo. Jamás.
¿Compensarme?- rió separándose un poco- No seas vanidoso, me he metido en mejores culos que el tuyo- Encima había habido más, todo esto era demasiado fuerte para él. ¿Cómo iba a cruzarse a Potter por los pasillos¿Y aguantar su mirada¿Y sentarse a su lado en Magia Elemental? Los hados se habían confabulado contra él por sus faltas del pasado, y se las estaban haciendo pagar una a una y con intereses- Sólo es un hasta luego, Jay, volveremos a vernos- besó la mejilla de Jason y emprendió el camino calle arriba- Ha sido un placer verte- Cómo para negarlo que había sido un placer…
Lo mismo digo, Golden Boy- lo llamaba Golden Boy, y el otro no le cruzaba la cara, a él seguro que ya le hubiera dejado la marca de la mano, o le hubieran salido tentáculos, o convertido en babosa gigante, no tenía demasiado buen recuerdo de sus enfrentamientos con Potter…vaya, eso era una buena pregunta¿cómo es que reiteraba en meterse con el Trío de Oro, si siempre salía escaldado?
El dios encarnado que era Jason se desapareció del callejón. Después de unos minutos, se puso en pie. Le temblaban las piernas. Lo había pensado viniendo hacia el pueblo, aquel era el primer día del resto de su vida. Desde luego, ahora jamás podría limpiar su mente de lo que había visto. Nunca. Volvió al colegio, no tenía ánimo de encontrarse con nadie. Bajó a su habitación, aún era pronto para comer. Se tumbó vestido en la cama. Cerró los ojos intentando olvidar todo lo que había visto, alejarlo de su mente. Pero no pudo. Las imágenes se agolpaban detrás de sus ojos, turbándolo aún más, si cabe.
No podía negarlo, se estaba excitando, y mucho. Los pantalones empezaban a molestarle. Sabía que podía remediarlo fácilmente, nunca lo había hecho, bueno, alguna vez, hacía años, poco después de entrar en Hogwarts, y no estaba mal. No, no podía caer ahora, había aguantado todo este tiempo, no podía rendirse. Pero… ¿y si no era malo? Potter no parecía sentirse mal con ello, al contrario, estaba cómodo, incluso demasiado cómodo. Podía probar, una sola vez. Dejarse llevar por una puta vez en su vida. Antes de terminar de pensarlo, su mano ya desabrochaba el pantalón. Respiró hondo y metió la mano dentro de sus calzoncillos. Un agradable calor recibió a sus dedos fríos, que se cerraron en torno a su pene, ligeramente erecto.
Ante el contacto, se endureció aún más. Las imágenes de sus sueños se fundían con todo lo que había ocurrido hacía a penas una hora pasaban por su mente. Notaba acumularse la sangre, tenía calor. Estaba empezando a sudar. Movió la mano hacia arriba y hacia abajo. Aún recordaba cómo iba todo aquello. Jadeó mordiéndose el labio. Respiró más deprisa mientras lo sacudían oleadas de placer, gimió levemente cuando sintió que llegaba al final. Arqueó la espalda al alcanzar el orgasmo. El semen se vertió en su mano. Se quedó tembloroso sobre la cama. Nunca había estado tan relajado. Su cuerpo estaba laxo, desmadejado, se sentía incapaz de mover un músculo. No, su memoria no le había jugado una mala pasada, aquello no estaba nada mal.
Cuando fue capaz de moverse, se levantó. Estiró la colcha y se metió en el baño. Necesitaba una ducha. Mientras el agua caía sobre su cabeza, relajándolo, notó una extraña molestia en el estómago. Se retorcía y le hacía ruidos. Le sonaba, aunque hacía tiempo que no lo sentía. Cerró el grifo sorprendido. Se moría de hambre. ¡Tenía hambre! Se vistió precipitadamente para subir al Gran Comedor, casi no llegaba para comer. Al salir del baño, vio a Blaise sentado en la cama, guardando en el baúl algunas cosas que había comprado.
¡Hola!- saludó apresuradamente, Blaise levantó la vista y lo miró con un brillo travieso en los ojos- ¿Qué pasa?
Estás raro- se levantó y le dio una vuelta mirándolo- Te veo diferente…tu cara…tú acabas de correrte.
¿Qué dices?- abrió los ojos, fingiéndose insultado.
Si, si, y hace bastante poco- o miró con ojo crítico- ¿cinco minutos, diez como máximo- pero que vista tenía el chiquillo este…a ver cómo se lo quitaba de encima, para una vez que tenía hambre…
Estás equivocado, Blaise…no me he corrido
No, ni poco, a mi no me engañas, que llevo viéndote la cara de vinagre siete años, y me llevo mirando al espejo toda la vida, sé que cara tengo cuando acabo de correrme, y tú tienes la misma cara…- comentó ácido.
Venga Blaise, de verdad, no tengo ganas de tonterías, además, llego tarde para comer…- intentó esquivarlo, pero estaba entre la puerta y él.
Draco, que estaba detrás de la puerta…- sonrió divertido- no me vendas la escoba- Blaise rió ante la cara de derrota de Draco- No te pongas así, ya era hora de que te soltaras un poco, que se te van a pasar todos los males…-sonrió ante la evidencia, y salieron de allí. No quedaba casi gente en el Gran Comedor, sólo algunos alumnos que se habían quedado en Hogwarts, y dos profesores, Marx y Flitwick, que charlaban animadamente. Ante él había una fuente grande con pasta con tomate, ensalada variada, pescado y carne a la plancha, verduras al vapor, y huevos pasados por agua. Se sirvió un plato de pasta. El olor le parecía delicioso. Si no se sintiese tan culpable, haría aquello más a menudo. Comió con gusto, aunque pronto se sintió lleno. Acabó el plato. Era su reto. Y buscó algo de postre, había varias tartas, pero no le apetecía. Cogió una naranja, siempre le había gustado su sabor ácido y dulce, era como comer luz del Sol líquida, le decía su madre de pequeño.
Podía decir, que aunque de modo drástico, había empezado bien con lo su nueva vida, pese a que sabía que hoy era algo extraordinario, mañana, la realidad lo devolvería a ella con una bofetada, y todo lo mal que se sentía la noche anterior, volvería a estar sobre él, pero hoy lo disfrutaría. Pasó una tarde agradable leyendo en la Sala Común, jugando al ajedrez con Blaise, que no pudo ganarle, aunque estuvo cerca. Por la noche se arregló un poco para la cena de Halloween y subieron a cenar en grupo. Continuaban dejándole el vértice del triángulo en el que solían situarse, aunque hacía tiempo que habían dejado de considerarlo su líder. Sin embargo, todo fuera por la imagen.
La cena no fue tan agradable cómo hubiera deseado, había mucha gente, Pansy no le quitaba el ojo de encima, mirándolo con suspicacia, Vince y Greg cuchicheaban entre ellos y lo miraban, Theodore hablaba en voz baja con Millicent. No le dio buena espina. Hacia final de la cena se armó un revuelo en el Gran Comedor. Levantó la vista. Potter de pié con la guitarra al hombro. Con una camiseta que…"Sequana, ten piedad de mi"
I hate the world today
You're so good to me
But I can't change
Tried to tell you
But you look at me like maybe
I'm an angel underneath
Innocent and sweet
Yesterday I cried
No podía haber escogido mejor canción, pensó Draco, siempre lo había tenido por un chico dulce, inocente, algo así como el típico héroe, pero se le estaba desmontando el mito por momentos. Incluso había dejado de mirarlo con tirria. No era el crío empalagoso y pelota por quien siempre lo había tenido. Era un chico de diecisiete años con mucho mundo, y mucho que contar.
I'm a bitch, I'm a lover
I'm a child, I'm a mother
I'm a sinner, I'm a saint
I do no feel ashamed
I'm your hell, I'm your dream
I'm nothing in between
You know you wouldn't want it any other way
Aquello le sorprendía, era una canción muy demostrativa, no estaba acostumbrado a que la gente expresase lo que sentía, no era cívico. Las cosas de cada uno, donde mejor estaban era de puertas para adentro. Aunque bien pensado, Potter no era alguien que brillaba precisamente por su saber estar, más bien por ser el favorito, el eternamente excusado por sus faltas... tenía a todo el Gran Comedor pendiente de él, lo veía disfrutar¿cómo podía sentirse feliz? Y si no era algo malo¿por qué se lo habían enseñado así? No podía apartar la mirada, tenía algo que lo hacía observarlo, igual que cuando estaba en la Sala de los Trofeos, cuando tocaba la guitarra, Potter entraba en una especie de trance, nada importaba, sólo él y la música, cómo si estuviese solo en un espacio íntimo, que fuese únicamente suyo, sin dar cabida a nadie más, cómo si fuese el único lugar en el que fuese realmente él.
I think it's cool, you do what you do
And don't try to save me
Era como si brillase con luz propia, ahora entendía lo que había querido decir Jason cuando le dijo lo de " Tu libertad me atrapa". Era imposible no sentirse atraído por una personalidad tan particular, por alguien tan cambiante, que podía ser tan sorprendente. Siempre se había tenido por alguien complicado, una persona que no sabías por dónde iba a salir, pero comparado con Potter, era absolutamente predecible. Se sintió un poco decepcionado. Potter lo miró directamente a los ojos, desafiante. Y sin saberlo, se burló de él.
I'm a bitch, I'm a tease
I'm a goddess on my knees
When you hurt, when you suffer
I'm your angel undercover
Decía de si mismo que era una zorra, entrecerró los ojos, sosteniendo la mirada, él sabía que era verdad, aunque Potter no lo sabía. Le daban ganas de reírse de él, de descalificarlo, pero no tenía fuerza. Únicamente tenía que aguantar su mirada. Le gustó lo del ángel, ojalá el tuviese un ángel que estuviese con él cuando sufría, o lo pasaba mal, alguien que lo sostuviese, que permaneciese junto a él pasara lo que pasara.
I've been numb, I'm revived
Can't say I'm not alive
You know I wouldn't want it any other way…
Estuve muerto, resucité, no puedes decir que no estoy vivo. Desde luego, Potter estaba vivo, disfrutaba de la vida, la miraba desafiante, y le sacaba la lengua. Le daba igual el mundo mientras pudiese disfrutarlo. Él era incapaz de ver el mundo como un festín, lo veía más bien como un campo de batalla continuo, en el que tenía que luchar para sobrevivir, en el que nunca podía bajar la guardia para no verse descubierto. Al fin Potter apartó la mirada, había ganado. ¿Ganado? No era verdad, había perdido con todas las de la ley. Estaba derrotado. Caído en el fango. Simplemente había levantado la cabeza para no ahogarse, pero aún estaba tirado en el barro. Para levantarse necesitaba una mano tendida hacia él.
La gente se había agrupado en torno a la mesa de Gryffindor, menos ellos, Slytherin al completo permanecía aparte, como siempre. No es que los marginasen, eso lo hacían ellos solos, pero ahora que lo veía un poco desde fuera, le hubiera gustado tener conocidos en otras casas. No se sentiría tan solo como se sentía, tendría a más gente no "mortífagos en ciernes" con quien hablar. Potter comenzaba tocar de nuevo. No tenía ganas de oírlo, no le apetecía ver gente feliz. Con lo bien que había empezado…la realidad ni siquiera iba a esperarse al día siguiente para darle en la cara. Se levantó y salió hacia su habitación, había sido un día muy largo, y estaba cansado.
Cuando entró en la Sala Común, supo que algo no iba bien, Vince, y Greg flanqueaban la puerta, Pansy estaba sentada a la mesa con un pergamino en la mano, y una taza de té frente a ella, Theodore estaba su lado, mirándolo, y Millicent acariciaba a su gato en un sillón, con la mirada fija en Pansy.
- Por fin- sonrió Pansy cínica- Vamos a dejar las cartas sobre la mesa, Draco. Siéntate- no era una invitación, era una orden.
- Estoy cansado Pansy, no tengo ganas- se excusó desviándose hacia el dormitorio.
- Siéntate- ordenó Theodore. Se sentó frente a Pansy. En cuanto lo hizo, Vince, Greg y Millicent se levantaron y se sentaron en torno a la mesa al mismo tiempo. Su sincronización le dio escalofríos.
- Ha empezado- dijo Millicent- ¿Estás con nosotros?- ¿Ya? No podía ser, las últimas noticias que él tenía, es que las tropas comenzarían sus movimientos tras las fiestas de Navidad, justo después de la incorporación de los neófitos. Ellos.
- No- pronunció con claridad, ahora su posición ya era oficial, no había marcha atrás en eso. Las cartas sobre la mesa.
- Bien- Pansy plegó el pergamino con calma- Si no te interpones en nuestro camino, no tendrás problemas.
- Hazlo- Vince lo miraba a los ojos- Y te arrepentirás- tragó saliva, intentando que no se notase que estaba empezando a asustarse.
- No vamos a ir a por ti- dijo Greg- A fin de cuentas, nos has dirigido mucho tiempo. Pero no nos des problemas.
- No queremos vernos obligados a hacerte daño, Draco. Pero si es necesario, lo haremos- Theodore se levantó, puso la silla bien y se fue a la habitación. El resto lo siguieron. Se quedó sentado a la mesa, cabizbajo. Sorprendido. Asustado. Escuchó la voz de Pansy, ya en la puerta de las habitaciones de las chicas.
- Huelga decir que de puertas para afuera, todo sigue igual. Tú sigues siendo el líder. Tácticas de distracción de objetivo- asintió aturdido. La realidad no le había dado una bofetada, le había vomitado en la cara.
Notas de la Autora: La cosa parece que se anima, no? Jajajaja. Bueno, espero que os hayáis reído, porque no volverá a haber momentos cómicos en muuucho tiempo. Os lo aviso ya, es un fic que a partir de ahora va a ser muy denso, y que se prepara largo. Tomadlo con clama, porque va a ir piano piano, aunque empieza la acción ya. Besitos y hasta dentro de…hasta el próximo capítulo!
