CAPÍTULO 12: ESCAPADA

Le dio un largo sorbo a su tazón de leche del desayuno. Se había despertado de un humor excelente, su dominio de la magia sin varita había mejorado considerablemente. Casi tres semanas después del primer contacto con la materia y tras practicar cada minuto que podía, podía decirse que lo "dominaba". Vale, quizá no fuese un experto, pero ya no necesitaba la guía de Malfoy, se bastaba él solito, para eso, y para otras cosas, pensó sin poder evitar una sonrisa maliciosa.

Estaba bastante ansioso últimamente. Entre tanto entrenamiento vario apenas tenía tiempo de dormir, porque obviamente, los tiempos muertos entre clase y clase debía aprovecharlos para estudiar, si no McGonnagall lo mataría. Ya se lo habían dejado claro el año anterior, sería el Niño que Vivió, debía salvar al mundo y matar a Voldemort, pero… A final de curso, tenía que aprobarlo todo, o se verían suprimidas sus pocas opciones de ocio, como el Quidditch y sus aspiraciones personales, como convertirse en animago. No iba a mentirse pensado que no era injusto porque lo era, y mucho. La vida de todos dependía de él, y en lugar de estar todos agradeciéndoselo y besando el suelo que pisaba, de acuerdo quizá no tanto, se pasaban el día dándole órdenes, diciéndole lo que tenía que hacer… Era como tener un moscardón constantemente detrás de la oreja, zumbando sin parar. Cerraba los ojos y podía ver a Remus reconviniéndole, a Dumbledore dándole consejos extraños que nunca entendía hasta pasado un buen rato, a McGonnagall diciéndole siempre por donde ir…

Necesitaba distracciones…Y las iba a tener, el miércoles de la semana anterior le había enviado una lechuza a Bill para comentarle lo del tatuaje que le había dicho Kingsley. Lo había estado pensando, y la verdad es que le hacía bastante gracia la idea. Se había pasado un montón de tiempo dibujando las letras del I'm not invencible que se quería tatuar en el antebrazo derecho, así que decir que "le había comentado" a Bill la idea no era muy exacto. Pobre chico, le había dicho que quería un tatuaje, de qué tamaño, en qué color, negro, y le había enviado por lo menos diez folios con varios bocetos diferentes, marcando muy claramente cual era el que más le gustaba. Esperaba la respuesta del hermano de Ron en breve.

Pero a veces, el destino juega malas pasadas, y en lugar de dar lo que con ansia se espera, da otra cosa que puede que enseñe más pero hace mucha menos ilusión. Hedwig planeó frente a Harry y dejó una carta frente a él. Que el sobre fuera muggle no era un buen presagio, y ver su nombre estampado en la apretada y ordenada letra de su tía, menos todavía. Respiró hondo mientras en la boca de su estómago crecía una sensación desagradable, una mezcla de temor, curiosidad y esa pizca de tristeza que siempre sentía al pensar en su tía. Alargó la mano sin poder evitar un ligero temblor en los dedos y rasgó el sobre. Buscó la carta entre varios recortes de periódico muggles.

Harry:

Aunque te pueda parecer extraño, y no me sorprendería tampoco, me alegra saber que estás bien, y a salvo. Dudley y tío Vernon están bien, pero dudo que te interese saberlo…

No sé muy bien como abordar lo que quiero decirte…Es la primera vez que te escribo una carta larga, y la verdad es que como tú ya has dicho es un poco violento. Nuestra relación no ha sido fácil y no creo que vaya a empezar a serlo, pero como tú también has dicho soy lo único que te queda de tu madre, y para a mi tú eres lo único que me queda de mi hermana y por extensión, de mis padres. Quizá por eso y porque sé que tú entenderás de que te hablo, necesitaba escribirte.

Estoy muy preocupada Harry, la gente desaparece sin parar, hay muertes misteriosas, explosiones sin explicación. A veces encuentran a personas que habían desaparecido con marcas de tortura, gente que se vuelve loca, que atenta de pronto contra sus familiares y los veja como jamás haría si sus mentes no hubiesen sido manipuladas.

Está todo el mundo sumido en la desesperación, nadie sabe que ocurre y no se da ninguna explicación. Pero yo sé que es lo que está ocurriendo…Todo esto es obra del que mató a tus padres y de los suyos, ¿verdad? Pasó igual hace dieciséis años, antes de que ellos murieran y tú vinieses a vivir aquí.

Sé que es muy egoísta por mi parte pedirte esto Harry, que jamás debería hacer algo así después de cómo te hemos tratado, en especial yo que eres mi sobrino. Pero estoy desesperada, no sé que hacer para poder dormir y asegurarme de que no les va a pasar nada a tu tío y a Dudley. Ellos son lo único que tengo, y aunque quizá a ti no te importe lo que les ocurra, me moriría si alguien les hiciese daño. ¿Hay algo que podamos hacer para protegernos? ¿Algún tipo de amuleto? Ellos no se enterarán de nada, pero tengo que saber que están a salvo…Porque…Él va a por ti, ¿verdad? Dime que no vendrán aquí buscándote, Harry, dime que no saben que has estado aquí…Por favor…

Te envío los recortes de periódico que he ido recogiendo, igual no corresponde con la forma de actuar de esa gente. Por favor, dime que estoy equivocada.

Espero tu carta pronto: Tía Petunia

El mundo pareció detenerse mientras observaba los truculentos titulares de los principales periódicos muggles. Muertes, violaciones, torturas, desapariciones, atentados…en todo el mundo, y sin aparente explicación. En todos y cada uno de ellos, una marca en la pared, o junto al cuerpo, o en el propio cuerpo. Una calavera con una serpiente saliendo de su boca. Le pasó uno de los recortes a Hermione que ahogó un grito. La furia comenzó a correr por sus venas, haciéndole perder la visión periférica de la situación. Todo esto era nuevo…No se había publicado nada de ataques a muggles en El Profeta…Podía entenderlo…Pero que a él lo mantuviesen a oscuras no. Si alguien debía saber todo lo que estaba ocurriendo, era él. No podían negarle ese derecho, y era exactamente lo que estaban haciendo. Le debían una explicación. Y la iba a tener. Le pesase a quien le pesase.

Se levantó de la mesa súbitamente, haciendo que casi todo el mundo a su alrededor fijase su vista en él. Pudiendo ver el latido peligroso de la vena de su frente. Agarró algunos de los recortes y salió del Gran Comedor. Caminó a grandes zancadas hasta el despacho de Dumbledore y dio la contraseña. La gárgola giró para dar paso a la escalera que conducía hasta la habitación circular llena de cachivaches. La puerta estaba entreabierta y el anciano director estaba sentado tras la mesa del despacho, dando cuenta de su comida.

- Hola, Harry- saludó sin levantar la mirada- ¿A que debo el honor…?- pero la pregunta quedó sin terminar. Dumbledore levantó la vista y se encontró con la mirada furiosa de Harry. Le lanzó los recortes y se apoyó en la mesa con las dos manos, encarando al hombre que se suponía debía prepararlo para el encuentro con Voldemort y no hacía más que ponerle entrenamientos variados, sin participar directamente en ninguno. Pensar en como había venerado al anciano que ahora tenía delante, que lo miraba sin saber que decirle, en la decepción y rabia que sentía ahora mismo hacia él.

- ¿Y?- inquirió-¿Por qué no sabía nada de esto?

- Siéntate Harry- hizo un ademán y la silla se apartó ligeramente de la mesa- por favor.

- Prefiero estar de pie- se cruzó de brazos y fijó su mirada en los acuosos ojos azules del director- Muertes de muggles, torturas, desapariciones….Y…para variar…Harry a oscuras.

- Como comprenderás, Harry, no iba a salir en El Profeta, la gente ya está bastante asustada…

- No me venda la moto, Dumbledore- se atrevió a encarar- Me parece estupendo que se intente dar una visión más agradable de lo que ocurre, pero yo DEBO saberlo, al fin y al cabo, les tengo que salvar el culo…y no solo a los del mundo mágico, los muggles también importan, ¿o no?

- Por supuesto que también importan Harry, nadie dice lo contrario, pero…

- Pero nada, estoy harto de que me tengan aislado, que no me digan la verdad de lo que ocurre, siempre igual, y estoy cansado. Primero con lo de Sirius, ¿tanto costaba haberme contado que tenía un padrino? Luego con lo del Torneo de los Tres Magos, que me apuesto mi varita a que usted sabía más de lo que luego parecía. Han hecho durante toda mi vida lo que han querido conmigo…Y no lo soporto. Quiero información, saber TODO lo que ocurre. Quiero un entrenamiento decente…- la puerta del despacho se abrió interrumpiéndolos. Entraron, uno detrás de otro, la cúpula directiva de la Orden del Fénix.

- Ya habéis llegado…- saludó Dumbledore, como ya era costumbre, se colocaron en semicírculo, pero Snape se puso a la derecha de Dumbledore- Harry estaba comentándome ciertas cosas…

- La verdad es que nos alegra que esté aquí, porque la reunión que hemos convocado hoy, le incumbe directamente.

- ¿Ah, si?

- Si, Albus, hace un par de semanas nos enteramos por Kingsley, de que has decidido que Malfoy hijo entrene a Harry como a un mortífago.

- Su nombre es Draco, y sí, me alegra que estéis bien informados- comentó Dumbledore.

- No podemos permitir que un mortífago en ciernes entrene a nuestro…

- ¿A vuestro qué?-preguntó Harry ladeando la cabeza- ¿A vuestro aniquilador de señores oscuros? ¿A vuestro héroe? ¿A vuestra única esperanza?

- A nuestro protegido- continuó Remus- No vas a aprender Artes Oscuras. Lo hemos hablado, y está decidido.

-¿Pensáis que me puedo corromper? ¿Qué no soy capaz de discernir entre lo que está bien y lo que está mal? ¿Qué sigo siendo el niño pequeño que se traga todo lo que dicen?- todos lo miran atentamente- ¿O que quizá me cegaré con el poder aprendido y me convertiré en otro Señor Oscuro?- ahora las miradas eran de temor y asombro…El tenso silencio se podía cortar- O sea…Que sí…Es eso lo que pensáis.

- No, Harry. No es eso, pero…Comprende que hay un peligro en que aprendas Artes Oscuras, y más aún si la enseñanza viene de Malfoy…

- Mira Remus…Y por favor, no me interrumpáis. Me parece mentira que tú, que has sido profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, que además eres una criatura oscura y no te ofendas, digas semejante burrada. ¿De verdad crees que solo con hechizos oscuros se puede hacer daño? Hemos aprendido a transformar animales en objetos…Si yo te transformo el corazón en una piedra… ¿no morirías? Pero no he utilizado ningún hechizo oscuro…Según tú, eso podría hacerlo. Y Malfoy… ¿Qué peligro ves en él? En serio, has sido su profesor…Sólo tiene un mes más que yo… ¿De verdad crees que me puede corromper…?

- No, claro mirándolo así…Pero su…

- Hombre, siempre podría entrenarme Snape- lo miró directamente, su profesor frunció el ceño- Mejor un mortífago con tablas, que no uno que no ha terminado el entrenamiento, y ni siquiera ha sido iniciado… ¿Cómo no se me habría ocurrido antes?

- Nunca había habido esa insolencia en él…. Ya se le está pegando…- comentó Hestia, arreglándose su sempiterna pashmina verde- No podemos permitirlo, tiene que dejar ese entrenamiento antes de que sea tarde.

- ¿Queréis dejar de decir estupideces?- ya le molestaba bastante que le hubiesen interrumpido sus recriminaciones a Dumbledore, para una vez que se atrevía a hacerlas- ¿Os importa lo que a mi me parezca? ¿O lo que quiera hacer? Pues no pienso dejarlo, porque me gusta, me interesa, porque es lo más útil que he aprendido hasta ahora, porque me hace sentir menos indefenso.

- Pero Harry… Sé razonable- terció Kingsley.

- No, sed razonables vosotros. Estoy cansado de escuchar y aceptar consejos, charlas, de hacer siempre lo que me pedís sin cuestionarlo jamás. Estoy hasta las narices de vuestras riñas porque no avanzo como debería… ¿Avanzar en qué…? ¿En estupideces? Ahora, con lo que estoy aprendiendo con Malfoy es la primera vez, desde que murió Sirius que siento que lo que aprendo me va a servir para algo- su voz hervía de ira y dolor sordo, un dolor que sentía en su alma desde que Sirius había muerto, un dolor que había ocupado el peso de la culpa por la muerte de su padrino en su corazón.

- Harry… ¡Tranquilízate!- Remus le puso las manos sobre los hombros, pero se removió y se apartó para encararlo- Tienes que comprender que no es bueno para ti, que si no queremos que aprendas Artes oscuras es por una buena razón.

- ¿Y qué es bueno para mí?- increpó rabioso, dejando salir de golpe toda la frustración que llevaba años acumulando-¿Darme un montón de libros y dejarme a mi aire? ¿Sin más entrenamiento que Lucha Muggle y Defensa Contra las Artes Oscuras? ¿O quizá es bueno ocultarme lo que ocurre fuera de Hogwarts? Vale que no salga en el periódico, lo entiendo, no es necesario que todo el mundo entre en una crisis histérica, pero… ¿Ocultármelo a mí? ¿A mi?- resopló exasperado- Desde luego, con vuestra actitud no me extraña que os fuese tan mal la vez anterior…. Suerte que mi madre se puso por delante haciendo que "rebotase" el Avada Kedavra en mi. A ver si os enteráis de una maldita vez, de que no todo el mundo piensa como vosotros, que hay gente que se adelanta, que piensa en lo que vais a pensar vosotros y hace lo contrario, para pillaros por sorpresa…Que parece que hayáis nacido ayer, de verdad. Os voy a dar un consejo, y es muy triste que un niñato de diecisiete años como yo os tenga que decir esto- miró a su audiencia, sorprendido de su silencio- Dejad de confiar en la bondad humana, porque es un mito.

- De verdad, Harry, no entiendo tu actitud- comentó Remus con cara de traicionado.

- ¿No? Pues meteos algo en la cabeza. Yo tengo que matar a Voldemort. Ni vosotros, ni Dumbledore. Yo- miró a Dumbledore, que lo observaba como si en el fondo llevase esperando esta explosión mucho tiempo, y no le sorprendiese para nada- Ahora se lo explica. Yo me voy…Ah- se giró ante el pomo de la puerta, antes de marcharse- Y no pienso dejar el entrenamiento. Soy mayor de edad y haré lo que me plazca- Y se marchó dando un portazo.

Caminó a grandes zancadas hacia su próxima clase, estaba tentado de dejarla pasar e irse a tocar la guitarra, o a entrenar a la Sala de los Menesteres, pero tenía Cuidado de Criaturas Mágicas, y seguro que los bichos que Hagrid les tuviese preparados lograrían aplacar su mal humor. Ron y Hermione lo llamaron en cuanto abrió la puerta del castillo. Hermione le tendió un sobre. Reconoció al instante la letra de Bill.

- La lechuza de Bill lo trajo poco después de marcharte- su voz sonaba como si no quisiese enfadarlo, pero viese que ya era tarde. Sonrió vacilante y abrió la carta.

¡¡¡Heeey colega!

¿Cómo te va todo? Me alegró recibir tu carta, tío. ¿En serio te quieres hacer un tatuaje? Te iba a preguntar si lo tenías claro, pero después de ver los dibujos que me enviaste creo que ya tengo la respuesta, ¿no?

El viernes por la noche toca un colega en el Finnegan's Wake en Hogsmeade con su grupo. Llevaré las cosas para hacerte el tatuaje, no duele tanto como si te lo hiciese un muggle, pero tampoco son cosquillas, así que quedas avisado. Si apareces, lo haremos, si no puedes venir, pues ya quedamos en concreto para otro día. Tú dirás, colega. El concierto empieza a las once. Si vienes a las diez, aún podemos verlo con tranquilidad.

¡¡¡¡Nos vemos allí, tío!

Bill

PD: Tráete a Ron, a ver si se nos relaja un poco…

Perfecto, allí estaría. Hoy era el día perfecto para salir de Hogwarts, necesitaba distraerse, un poco de diversión, música, unas cuantas cervezas….

- ¿Qué dice?- preguntó Ron con curiosidad. Su propio hermano le enviaba una carta a Harry, y no a él. No eran celos lo que se oía en su voz, ya no, hacía tiempo que había abandonado esos sentimientos respecto a Harry, pero si una ligera decepción.

- Nada importante…le escribí pidiéndole que me hiciese un tatuaje, y ha dicho que si.

- ¿Qué? ¿Estás loco?- exclamó Hermione.

- Pues no, es una sugerencia de Kingsley, será un recordatorio de que no soy invencible, para que no baje la guardia.

- Ah- contestó Hermione sin parecer muy convencida- te digo lo mismo de siempre Harry, haz lo que quieras.

- No lo dudes, Hermione. Ron, dice tu hermano que te vengas, que toca un colega suyo con su grupo…

- No, gracias, pero espero tener planes esta noche…- y enrojeció hasta hacer juego con su pelo. Harry y Hermione lo miraron con curiosidad y picardía.

- ¡¡Ron!- exclamó Harry- ¿Con quién tienes planes? ¡¡Cuéntanoslo!

-Si Ron, ¡venga, ¡¡¡Cuenta, cuenta!- aplaudió Hermione entusiasmada.

- ¡Que no! Si os lo cuento y luego sale mal, os estaréis riendo de mi hasta que mis nietos se gradúen…- Harry le pasó un brazo consolador por los hombros.

- No digas estupideces Ron, si puedes confiar en alguien para estas cosas, es en nosotros. Nadie te conoce mejor, ni te aprecia tanto como para aconsejarte sinceramente.

-Además de verdad, Ron- Hermione se puso al otro lado y le pasó el brazo en torno a la cintura- Si es una chica, puedo ayudarte a conquistarla…

- Y si es un chico…-sonrió Harry divertido ante la cara de espanto de Ron, que para él esas cosas existían, pero no se mencionaban nunca- Siempre puedes acudir a mi en busca de consejo- añadió afectadamente…intentando aguantarse la risa- Pero por tu cara diría que es una chica, ¿no?

- Sí, es una chica- suspiró resignado….No se iban a callar hasta que lo contase…

- ¿Casa?- preguntó Hermione.

- Ravenclaw…

- ¿Curso?- la chica necesitaba más información.

- El nuestro- ahora ya iría preguntando chica por chica, hasta ver con cual se ponía más rojo, y deducir de ahí la misteriosa mujer que le había robado el corazón. Harry no tenía tanta paciencia…

- ¿Nombre?- preguntó sin más.

- Tú sin sutilezas, ¿eh, Harry?- reprendió suavemente Hermione.

- ¿Para qué?- se encogió de hombros y miró a Ron- Contesta.

- Lisa Turpin…

- ¡Ohhhh!- soltaron Harry y Hermione al unísono, y se rieron los tres.

- Qué delicia- una voz engolada y desdeñosa sonó detrás suyo. Harry torció el gesto poniendo cara de asco- El trío maravilla…El amor flota en el aire- Pansy, Millicent y Morag los adelantaron burlándose.

- ¿Nos habrán oído?- preguntó Ron con preocupación, poniéndose ligeramente verde.

- ¡Bah! Ni caso. Se mueren de envidia- dijo Hermione- Ellas no tienen amigos.

- Hablando de amigos…- empezó Ron, señalando con la cabeza a Malfoy y a Blaise Zabini que caminaban bastante delante de ellos- ¿Desde cuando se hablan Malfoy y Zabini?- Harry se encogió de hombros, no iba a contestar a la pregunta de Ron, debería dar muchas explicaciones. No les había dicho nada de su entrenamiento con Malfoy. No sabía cómo podía sentarles el que uno de sus peores enemigos, a quien sin duda detestaban, tanto o más que él, estuviese entrenándolo como Mortífago.

- Está mejor que a principios de curso, ¿verdad?- comentó Hermione interesada.

- Si- y era cierto, más o menos desde que había comenzado el entrenamiento, Malfoy tenía mejor aspecto. No sólo parecía haber aumentado de peso, que la verdad era que falta le hacía, también habían desaparecido prácticamente las ojeras, y el tono grisáceo de su piel, y sonreía más a menudo- Y para qué voy a mentiros…Me alegro.

- Tú te estás volviendo blando, Harry…Alegrarte de que el hurón esté mejor, ya verás que pronto empieza a meternos en líos…

- Sí Ron, sobre todo en los líos que nos ha metido este año… ¿No puedes pensar que la gente sea capaz de cambiar? Quizá le haya pasado algo horrible y estemos aquí nosotros burlándonos de él…Hay que darle oportunidades a la gente o al menos el beneficio de la duda…Vale que no me cae genial, ni pienso que sea una gran persona, tampoco quiero que sea mi amigo, pero eso no quiere decir que me alegre cuando está mal…De verdad Ron, a veces me da la sensación de que no ves más allá de su apellido, y me parece igual de mal ser prejuicioso en su sentido como en el tuyo….Él te desprecia por tu familia y tú ni siquiera te planteas que pueda tener nada bueno, sólo porque su apellido es Malfoy y está en Slytherin- Harry se adelantó ligeramente molesto consigo mismo por cómo le había contestado a Ron, confuso todavía de por qué se había molestado tanto, al fin y al cabo….Era simplemente Malfoy, no alguien que le importase, o a quien quisiese….Aunque…hacía poco había descubierto que las cosas no siempre son lo que parecen, y Malfoy parecía esconder más de lo que mostraba, y últimamente, incluso estaba siendo agradable con él, al menos, todo lo agradable que Malfoy podía ser con él. Se sentó en un tronco esperando a que llegasen todos, y apareció Hagrid. Se reunieron entorno a él y comenzó la clase.

La hora transcurrió en bastante armonía, quitando el frío que los congelaba. Por suerte sólo tenía una clase más tras esta y podría dedicarse a meterse en la ducha, bajo el chorro de agua caliente antes de la cena. Luego… ¡Tenía plan!

Se estiró en la cama. Aún tenía el pelo mojado de la ducha. Suspiró. En el fondo le asustaba un poco hacerse el tatuaje. ¿Dolería mucho? Sabía que, al menos en el mundo muggle, los tatuajes se hacían con una aguja que te introducía tinta bajo la piel creando un dibujo, pero no tenía ni idea de cómo se haría un tatuaje en el mundo mágico. Quizá fuese simplemente aplicar la varita sobre la piel y apareciesen allí las letras que quería de forma indeleble, o hacer el dibujo sobre la piel, y pronunciar un hechizo que lo hiciese imposible de borrar…. Aún teniendo en cuenta que seguro que dolía muchísimo menos que los tatuajes muggles, en aquellos momentos no le hacía nada de gracia. Probablemente sólo estaba asustado.

Ron entró en la habitación con el ceño ligeramente fruncido. No le había dirigido la palabra a su amigo desde la perorata en favor de Malfoy y sabía que se merecía que le mostrase un poco de desdén, aún así no quitaba que le doliese. Pero para su sorpresa, Ron se sentó junto a él en la cama.

- ¿Qué coño te pasa?- preguntó sin rastro del rencor que esperaba en su voz- Hace semanas que estás rarísimo, Harry y si necesitas hablar de algo, lo que sea, dímelo.

Giró la cabeza para mirarlo. Tenía razón, desde que comenzó su entrenamiento con Malfoy le corroían las ganas de contárselo a sus amigos, pero no lo había hecho. Nadie le había dicho que guardase silencio sobre aquello, ni siquiera Malfoy, sin embargo, se había callado. Y no sabía por qué. Quizá por temor al reproche, o por herir a Ron o a Hermione, a quienes Malfoy había tratado de forma miserable. No es que con él se hubiese portado mejor, pero siempre había tenido la sensación de que a él le odiaba como a su igual, y a ellos por considerarlos inferior a él, y por tanto, por más que pudiese decirle siempre lo hacía con un ligero tono de respeto que jamás utilizaba con ellos. Y no podía reprocharles que el desprecio que sentían hacia el Slytherin. No entendía por qué le había contestado así a Ron….Aunque en el fondo no se arrepintiese de ello, porque sabía que lo que había dicho era verdad. Y ahora Ron le brindaba la oportunidad de contárselo. No podía dejarla escapar. Se incorporó y apoyó la cabeza en el hombro de su amigo.

- Siento haberte hablado así, Ron. Estoy hoy un poco tenso y lo he pagado contigo, que no te lo mereces- suspiró con pesar, mientras el peso del nudo nervioso que ya habitaba en su estómago se incrementaba

- No pasa nada, tío…Supusimos que estarías enfadado por la carta que te envió tu tía, pero me duele que me hables así. No te digo que no me haya pasado…Y sé que tienes razón. Y no me alegro de que Malfoy lo pase mal Harry, pero no puedes echarme en cara que tampoco me alegre de que esté mejor. Lleva todo el curso sin vejarnos ni a Hermione, ni a mí…Perdona que no quiera que eso cambie. Porque sé que es Malfoy, y que me importa una mierda lo que diga, y que debería pasar del tema, pero no puedo…Me supera, tío…

- Ron déjalo, no tienes que justificarte de nada…Sé que no debería haberte hablado así. Entiendo lo que sientes hacia Malfoy, y no te lo reprocho, yo tampoco es que lo quiera…Y no sé cómo me ha salido contestarte eso, Ron, de verdad. Pienso lo que te he dicho, eso no te lo puedo negar, pero no tenía por qué decirlo como lo he hecho. No sé si me explico.

- Sí que te explicas- sonrió y le revolvió el pelo a Harry, a la vez que con el otro brazo le rodeaba los hombros- ¿Vas contarme lo que te pasa? Si no quieres, no importa, pero quiero que sepas que si puedes confiar en alguien, es en mí.

- Lo sé. Lo tengo presente- rió- Hoy he discutido con Dumbledore.

- Lo habíamos supuesto, ¿y cuál ha sido el motivo?

- Los ataques a los muggles que me ha comentado mi tía- se tumbó de nuevo en la cama y se cubrió la cara con las manos, lanzando un gruñido de frustración- Odio que me oculten cosas importantes, Ron. Lo odio- abrió los dedos para mirar a su amigo, que se había vuelto hacia él- Es responsabilidad mía que se estén muriendo, debería estar ya listo para enfrentarme a Voldemort- Ron frunció el ceño con disgusto- Ron…. Pero no, todavía me falta un montón, y cuanto más tiempo tarde…más tiempo tiene él para ir avanzando, y su avance significa la muerte de gente inocente. Y para colmo, la he tenido con los de la Orden también.

- ¿Con la Orden? ¿Por qué?- vale, ahora ya lo tenía que contar. Era ahora o nunca. Y él no era de los que se echaban para atrás.

- Verás…Es largo, y no quiero que te enfades conmigo por no habértelo contado antes- Ron asintió con resignación- Desde hace tres semanas, Malfoy me está entrenando como lo entrenaron a él para ser mortífago…Y los de la Orden quiere que deje el entrenamiento.

- ¿QUÉ?- exclamó Ron apartándose de él- ¿QUÉ ESTÁS ENTRENANDO CON QUIÉN? ¿Y PARA QUÉ?- lo miró con el ceño fruncido- de verdad, Harry…No me esperaba esto de ti.

- Yo no lo elegí, ¿vale? Vino un día Snape con Malfoy y me dijeron que Dumbledore lo había dispuesto así- le temblaba la voz, sabía que a Ron no le haría gracia, pero…tampoco se esperaba esa expresión de disgusto, y de rencor.

- Estás loco, te fías de esa serpiente…Entrenándote cómo mortífago… ¿No ves que lo que querrá es llevarte hasta su amo? ¿Tan ciego estás?

- Eres gilipollas Ron, no quiere llevarme hasta su amo…Estoy aprendiendo cosas que jamás pensé que pudiese hacer, por fin me siento que puedo defenderme al menos de algunos mortífagos….No siempre voy a tener la suerte que he tenido hasta ahora- sentía la rabia de nuevo crecer en su interior, la indignación de que Ron, su amigo, no lo apoyase en esto…Sabía que era un trago muy amargo para él, pero ni siquiera le dejaba explicarse. Antes lo llamaba loco que escucharlo.

- Estás arrastrándote ya, Harry, ¿no lo ves? Empiezas defendiéndolo, y acabarás sirviéndole para ascender antes Quien-ya–sabes…Me has decepcionado Harry, ¿nunca te cuestionas que Dumbledore puede equivocarse? ¿Qué pasa? ¿No tienes criterio?

- Ron…- su voz era demasiado calmada para no sonar peligrosa- No me calientes…- apretó los puños y se levantó, colocándose frente a Ron, que lo miraba con una mezcla de temor y aprehensión.

- Ahora lo entiendo todo, por qué estás tan raro últimamente, por qué te has puesto hoy así cuando me he metido con él… ¿Cómo has podido hacerme esto?- estaba profundamente dolido.

- ¿Hacerte qué?- no se lo podía creer…

- Traicionarme así. Sabes cómo le odio, todo lo que nos ha dicho a Hermione y a mi- tenía los ojos llenos de lágrimas de rabia y decepción- ¿No entiendes que eres lo único que tengo yo y él no?

- Ron…- su ira se incrementaba, no podía ver a Ron sufrir. Ver las lágrimas verterse de sus ojos azules, el labio inferior temblando, haciéndolo parecer un niño indefenso… Pero no le cabía en la cabeza que lo que más le molestase era que pudiese preferir a Malfoy, en lugar de él. No quería volver a perder la amistad de Ron. Nunca, desde que en cuarto curso se enfadaron, había hecho nada sin antes pensar si podía molestarle a Ron…Pero, no podía vivir siempre haciendo las cosas en función de lo que Ron pensase. Le había costado mucho ser dueño de su propia vida. Y eso no iba a cambiar- Deja de decir estupideces.

- Sí claro, para ti todo lo que no es salvarte el culo, o entrenar para ser más eficaz a la hora de matar a Quién-tú-sabes es una estupidez…Para los que no tenemos el peso del mundo sobre nuestros hombros la lealtad a un amigo no es una tontería.

- ¿Pero qué estás diciendo? ¿De verdad te estás escuchando? ¿Te crees que me hace ilusión ser el Niño que Vivió? ¿Qué no preferiría vivir tan tranquilo con mis padres?- farfulló cabreado.

- Realmente te importamos todos una mierda, ¿no? Menos tú y tus entrenadores…. Cómo yo no puedo ayudarte a matarlo, soy un cero a la izquierda, ¿verdad? Sé sincero conmigo… ¿Es eso lo que piensas de mi?- la voz de Ron goteaba amargura, y si a Harry no le estuviese golpeando la sangre en los oídos del enfado, posiblemente su rabia se habría desinflado al escuchar la voz rota y dolida de su mejor amigo y le habría dicho a Ron que no, que para él, era el mejor amigo del mundo, y que si podía continuar adelante era porque pensar en él y en Hermione le daba fuerzas para seguir levantándose una y otra vez, que si no los tuviese a ellos se hubiera dejado vencer antes porque estaba cansado de luchar contra algo que era superior a él, que si deseaba matarlo era para que ellos pudiesen vivir en un mundo mejor. Pero no lo podía escuchar y se quedó callado mirándolo con el ceño fruncido-Puede que para ti sea muy cómodo tener ahora a Malfoy de amigo, que te es útil y a mi de mascota para venir a consolarte cuando estás cansado o cuando te fallan las fuerzas. Pero para mí no es fácil- suspiró- Los dos no puede ser…Harry…- se dio la vuelta para no mirarlo- O abandonas el entrenamiento, o me abandonas a mi- Se le cayó el alma a los pies. No podía elegir. No podía abandonar el entrenamiento, era una orden de Dumbledore, además, no quería hacerlo, pero…Ron… Era Ron, su hermano del alma, su amigo... Se acercó hasta su amigo y le puso las manos en los hombros. Notó que se tensaba, pero no se apartó.

- Sabes que no puedo dejarlo, Ron…No me hagas escoger…- Ron se revolvió y se giró para mirarlo con todo el odio que cabía en una mirada.

- No vuelvas a acercarte a mí nunca. No dejaré que vuelvas a utilizarme- susurró, partiéndole el alma a Harry, que sintió que el mundo se abría bajo sus pies. Se dio media vuelta y salió corriendo de la habitación, sin mapa, sin capa de invisibilidad. Corrió hacia Hogsmeade por fuera del castillo. Corrió como alma que lleva el diablo hasta que no pudo más y se desplomó en la puerta del Finnegan's Wake.

Estaba en su habitación. Estirado plácidamente en la cama. Habían comido pronto y tenían casi media hora libre hasta su siguiente clase. Cuidado de Criaturas Mágicas. Cerró los ojos disfrutando, por primera vez en meses, la modorra producida por un estómago satisfecho. Hoy era el primer día que había conseguido comerse toda la comida sin encontrarse mal. Blaise estaba sentado en su cama, ojeando un almanaque de Hogsmeade, comentándole de vez en cuando alguna cosa a la que podría ser interesante asistir. Contestaba con gruñidos, demasiado adormecido para construir respuestas más elaboradas.

Una exclamación alegre le hizo abrir los ojos. Giró la cabeza para ver a un Blaise sonriente, leyendo algo con bastante interés.

-¿Qué pasa?- preguntó tras aclararse la garganta- ¿Algo interesante?

- ¡Si!- rió y se levantó para sentarse junto a Draco y enseñarle lo que había leído- Mira…esta noche actúan en el Finnegan's Wake, en Hogsmeade. Podríamos ir.

- Uy…-suspiró- No me apetece nada…Hoy es viernes, y me gustaría acostarme pronto.

- Va, Draco…- hizo un puchero.

- No lo sé, Blaise….

- Que son un grupo genial- Draco lo miró levantando la ceja izquierda.

- ¿Genial para quién?-preguntó

- Para todo el mundo, no son muy conocidos, de acuerdo, no son nada conocidos- admitió al ver cómo lo miraba Draco- pero son muy buenos, los escuché una vez en un pub del Callejón Diagon…Y por otro lado, no estaría mal salir una noche y despejarnos un poco.

- No te digo que no me tiente, pero…No sé si sería muy prudente- bajó la voz, estaban solos, pero siempre que iba a comentar algo sobre su situación, su instinto de supervivencia le hacía bajar la voz- No creo que me convenga salir mucho…Mi padre debe de tener ojos en todas partes para…

- ¿Quieres dejar de ser tan intenso? Tienes que relajarte Draco, intentar dejar de pensar en que va a estar esperando a la vuelta de cada esquina fuera del colegio para llevarte con él y obligarte a servir a Quien-no-debe-ser-nombrado. Intenta pasártelo bien.

- Yo me lo paso bien- protestó débilmente, consciente de su mentira.

- Sí, genial…Vamos, yo no creo que exista mayor diversión que estar todo el día estudiando como un poseso, llegar tardísimo por la noche y meterte en la cama para dormirte ipso-facto. ¡Sí señor! Eso es diversión.

- A mi me entretiene.

- No, te mantiene ocupado que no es lo mismo. Mira Draco, yo no sé qué te pasa, ¿vale? Ni quiero saberlo, pero intentar no pensar en ello no es la solución…Asume lo que sea que te pase y si es algo que se pueda arreglar, lo arreglas, y si no… ¡No te amargues más, joder!- exclamó el chico entre exasperado y preocupado.

- Blaise…Eres todo un consejero.

- Jajajajaaa- rió divertido- Me he pasado seis años prácticamente solo, así que he tenido tiempo para pensar- Draco cambió la sonrisa por un semblante serio. Se sentía incómodo cada vez que Blaise le recordaba que hasta principios de curso, para él no había sido más que un cero a la izquierda, el bulto que ocupaba la cama contigua. Una sombra más. Sabía que no había sido algo loable en él, y aceptaba que Blaise se lo reprochase de vez en cuando, pero le hacía sentirse fatal consigo mismo.

- Pero tú tienes amigos fuera de aquí, ¿no?- preguntó, algunas veces lo había visto con Terry Boot, y con otra gente de Ravenclaw.

- Sí y menos mal, me hubiera muerto de asco, si no. Me llevo bien con los de Ravenclaw, y con Seamus Finnigan y Dean Thomas de Gryffindor. Los de Hufflepuff ni se me acercan…Soy un siniestro Slytherin y creo que les doy miedo.

Se rieron y Draco se desperezó. La verdad era que le apetecía salir del castillo, dejar de sentirse oprimido entre las gruesas paredes de piedra. Estar lejos por una vez, pero lo suficientemente cerca como para estar a salvo. Además, dudaba que su padre lo fuese a estar esperando, debía de ser para él una absoluta vergüenza. Algo que jamás volvería a querer tener cerca. Por esa parte podía despreocuparse. Aceptaría irse con Blaise al Finnegan's. Salir del colegio a escondidas para escaparse al pueblo…Como en los viejos tiempos. Sí, estaría bien.

- Vale, de acuerdo. Iremos- Blaise lanzó un chillido de triunfo- No me muestres tanto tus emociones, Zabini- comentó burlón- así será muy fácil jugar contigo- rió.

- Es eso lo que estás haciendo, ¿verdad?- Blaise se había sentado en la cama y lo miraba con seriedad- Estás intentando ocultar lo que sientes. Yo no soy como ellos, ¿sabes?- señaló las camas vacías- No voy a jugar contigo- Draco desvió la mirada y clavó los ojos en el techo de piedra gris- No voy a aprovecharme de lo que me cuentes para hacerte daño.

- No quería decir eso, déjalo Blaise- murmuró sintiendo cómo se estrujaba su corazón, ¿por qué tenía todo el mundo que darse cuenta de que no estaba bien? Pensaba que lo había estado ocultando a las mil maravillas pero no, más bien parecía un secreto a voces, y se sentía humillado. Lo único que le faltaba es que Potter le preguntase si estaba bien, que lo veía muy desmejorado, si se lo decía, se mataba, se tiraba de la Torre de Astronomía. Podía soportar muchas cosas, pero no esa humillación.

- No, no lo dejo, porque hay algo que te está corroyendo por dentro desde que volvimos al colegio, por favor, si hasta hablas conmigo.

- Blaise- lo miró de nuevo a los ojos- no voy a negarte que me pasa algo, ¿vale? Pero no me insistas porque no quiero compartirlo contigo. No puedo. Ni siquiera lo he asimilado yo…

- ¿Y a qué esperas? Si es algo que no puedes negar, aprende a vivir con ello- Sí, claro, sonaba tan fácil en su voz, pero él no sabía lo que era estar asqueado de lo que sientes, de lo que piensas, de lo que eres…

-Espero a que todos muráis en la guerra y yo sea el único superviviente. Entonces lo gritaré a los cuatro vientos- bromeó amargamente.

- Mira que eres teatrero, Draco- se burló Blaise- ¿Acaso es algo de lo que te tengas que avergonzar?

- Sí- ¿Ataría cabos y lo averiguaría? Si lo hacía, tendría que matarlo, pensó medio en broma, medio en serio.

- ¿Estás seguro?- por favor, le habían cambiado a Blaise por un interrogador profesional, pocas veces se había sentido tan presionado…

- ¡Blaise! ¡Ya vale, joder! ¡No me apetece hablar! ¿Qué tengo que hacer? ¿Escribirlo para que lo entiendas?- Blaise se levantó y se marchó, cerrando con un portazo. Se dejó caer sobre el colchón. El nudo de su garganta se hizo más grande. Respiró hondo para intentar una vez más deshacerse de la sensación de inseguridad que lo embargaba cada vez que alguien le recordaba su situación, generalmente Blaise.

Estaba solo. No tenía a nadie más que a si mismo, y sí, de acuerdo, ahí estaba Blaise, que no era mala persona, desde luego que no, y sabía que podía confiar en él pero…Quizá por todo el tiempo que había pasado ignorándolo, nunca se acordaba de que estaba junto a él y por lo que fuera no quería contarle nada más de lo que ya sabía.

Al menos, suspiró, había superado su "pequeño" problema con la comida, mejor dicho, lo estaba intentando. Costaba mucho, pero se alegraba de los resultados. Su cuerpo necesitaba atención y ahora que se la estaba dando se sentía bastante mejor.

Aunque para colmo de males, aún estaba su peor pesadilla rondando, y aunque conseguía no pensar en ello la mayor parte del día cuando se metía en la cama no podía evitar que todo volviese a su cabeza. Habían dejado de ser imágenes que le parecían horribles para ser imágenes que le atraían. Pero sin que cambiasen. Pero le traían sin cuidado sus sueños, se acostaba tan agotado que lo único que le importaba cuando se metía en la cama era cerrar los ojos y descansar. Estaba claro que necesitaba desahogarse con alguien. ¿Pero con quién? Debía superar su miedo a si mismo, una de las cosa que le había dicho Blaise era cierta. Si no podía cambiarlo, lo único que le quedaba por hacer era aceptarlo. Aunque era tan difícil…

Le sabía mal haberle hablado así a Blaise, pero no se disculparía, él sabía que había ciertas cosas de las que no le gustaba hablar y no tenía derecho a forzarlo a contárselo. De todos modos, sí quería salir por la noche, escuchar un poco de música y tratar de divertirse. Y quería ir con Blaise. Se levantó de un salto y salió corriendo tras él. Lo alcanzó cuando salía del castillo para ir a Cuidado de Criaturas Mágicas.

- ¡Blaise!-exclamó. Su compañero se paró y lo esperó mirándolo circunspecto- Oye…no te enfades conmigo, lo que me faltaba, que tampoco me hablases tú.

- Mira Draco- adelantaron a Potter, Granger y Weasley- No me enfado, pero no vuelvas a hablarme así, o no podré evitarlo- estaba más serio que nunca, pensó Draco, ligeramente compungido.

- De acuerdo, es que…Ya sabes que hay cosas que no me gusta comentar, Y…siempre me sacas el tema. Déjalo estar, ¿vale? No insistas, porque no te contaré nada- Blaise sonrió.

- Ok, no más intentar sonsacar información. Jajajajajaaaaa.

- Lo del pueblo sigue en pie, ¿verdad?- igual con el disgusto se le habían pasado las ganas.

- Claro…No me lo iba a perder porque tuvieses un berrinche, ¿no te parece?- comentó burlón.

- ¿Un berrinche?- fingió ofenderse Draco.

- Sí, de niño de cuatro años, como mucho.- esquivó una colleja- Te va a encantar el grupo- aseveró.

- ¿Sí? ¿Y tú que sabes de la música que me gusta a mi?- preguntó desdeñoso.

- Pues nada, pero cuando hay calidad…

- Calidad…Seguro que son un puñado de melenudos piojosos cantando sus desgracias, si tocan el Finnegan's- se burló.

- Pues sí, la verdad es que sí, pero lo hacen bien…- llegaron a la explanada en la que se daba la clase. Se sentó en el tocón de un árbol, esperando a que llegase el resto de gente y el profesor… ¿Por qué no seguía dándoles clase Grubly-Plank? Era muchísimo mejor, además ella había estudiado Criaturas Mágicas, no se dedicaba únicamente a cuidar del colegio…Incluso había estado tentado de dejar la asignatura. Pero no lo hizo, porque en el fondo, y aunque a todo el mundo le pareciese lo contrario, le encantaban las criaturas mágicas, en especial, los dragones.

Desde pequeño le habían fascinado, su madre le contaba cuentos de dragones, de uno que voló tan alto tan alto, que no pudo volver a bajar a la Tierra, y se quedó en el cielo, contemplándonos a todos. Desde la ventana de su habitación le había enseñado la constelación que le había dado nombre, un nombre exótico, antiguo, que evocaba fantasías épicas de princesas y caballeros. Un nombre mágico. Quizá por ello, siempre había querido saber más sobre ellos, comprender cómo criaturas tan fantásticas podían vivir en un lugar tan vulgar como la Tierra.

Un dragón era el único capricho que nunca pudo sacar de Lucius, quien había atendido todos sus demás deseos materiales con creces. Vale, aceptó que tener un dragón era ilegal pero como muchas otras cosas, y que fuesen ilegales no le habían impedido a su padre tener todo un arsenal bajo la casa, o una amplia farmacopea de venenos, o pertenecer a los mortífagos… Aquella clase tampoco hubo suerte…. Estaba claro que para estudiar dragones había que estar a otro nivel académico. Se tuvo que conformar con los gnomos, especie aburrida donde las haya…Se pasó una hora haciendo dibujos de una patata con pies, y anotando que vivían en jardines, que les gustaba la tierra y la hierba húmeda. Le faltaba muy poco para arrepentirse por haber continuado con la asignatura cuando de pronto, Hagrid anunció algo.

- Bueno, cómo este es vuestro último año y supongo que ya os estaréis centrando en vuestras respectivas carreras profesionales, para quien le interese entrar en la Facultad de Zoología y Etología Mágica, además de sacar los EXTASIS de esta asignatura, Herbología, Aritmancia y Pociones con nota de Extraordinario, necesita una recomendación. Quien quiera, puede presentar un proyecto de fin de curso, y yo lo recomendaré- Zoología y Etología Mágica…Soñó Draco, en el fondo, era lo que siempre había querido, ahora que no tenía la presión familiar de ocupar un puesto importante en la sociedad mágica, podría alcanzar su verdadero sueño. Estudiar dragones.

- ¿Vamos?- preguntó Blaise mientras recogían, al verlo un poco rezagado a según era su costumbre, el primero en marcharse de allí.

- Ves yendo Blaise, que quiero hablar un momento con el profesor- Blaise puso cara de sorpresa- Ahora te alcanzo- con todo el morro Malfoy que pudo reunir, se acercó al semi-gigante- Disculpe- imprimió todo el respeto que pudo a su voz sin que llegase a sonar falso. Hagrid lo miró sorprendido, a la par que complacido- ¿Podría explicarme más detalladamente en qué consiste el proyecto? Me gustaría presentarlo.

- ¿Eh?- preguntó el semi-gigante desconcertado, mirándolo como si lo estuviese viendo por primera vez- ¿El proyecto?

- Sí- se mordió la lengua para evitar que se le escapase el comentario poco respetuoso.

- Pues…- carraspeó y se mesó la barba pensativo- tiene que ser sobre un animal que no vayamos a ver en clase, claro- Draco asintió, al final acabaría por hacerse sangre en la lengua, si continuaba mordiéndola. Pero después de todo, era un Malfoy, y si alguien en este mundo podía ocultar su ataque de risa, el primero en mucho tiempo, bajo una máscara de frialdad y un ligero interés, ese era él, ¿verdad?- Hay que explicar el animal en sí- se le notaba nervioso, claro que no era de extrañar, Draco lo había atormentado desde siempre, aunque se lo había ganado por haberlo metido en el Bosque Prohibido cuando tan solo era un crío, exponiéndolo a toda clase de peligros….

- ¿El animal en sí?- preguntó extrañado, haciendo verdaderos esfuerzos por que no se le quebrase la voz de risa- ¿Qué quiere decir?

- Pues…la morfología, el tipo de vida, comportamiento, su cuidado, y su importancia para el entorno, más o menos- era un trabajo muy completo, y le llevaría muchas horas…lo haría, por fin algo que le hacía ilusión.

- De acuerdo, y… ¿cuánto tiempo tenemos?

- Hasta un día antes de los EXTASIS- puso su mejor sonrisa, se cargó la mochila al hombro.

- Bueno, pues gracias… ¿podemos ir enseñándole el trabajo para que nos dirija?

- Sí, sí, claro…Claro…Hasta luego.

- Hasta luego- se dio media vuelta para marcharse cuando Hagrid lo llamó- ¿Sí?

- ¿Desde cuando te interesa esta asignatura?- preguntó con interés y extrañeza.

- Desde siempre- contestó con sinceridad- si no, no la hubiese cogido- se encogió de hombros, mientras el semi-gigante asentía ante la obviedad de la pregunta.

- Claro…Y… ¿Sobre qué quieres hacer el proyecto?

- Sobre dragones, no sé si en general o sobre alguna especie en concreto, ya lo veré cuando me ponga a investigar- observó la cara de absoluta perplejidad del guardabosque y se marchó, profundamente orgulloso de si mismo. Caminó rápido hacia el castillo, se estaba quedando helado. Obviamente, pese a sus esfuerzos con la comida, y pese a que no le estaba yendo nada mal y los resultados saltaban a la vista, todavía no tenía carne suficiente encima de los huesos para que el frío húmedo de Escocia no le calase hasta el alma. Nunca antes en su vida había pasado tantísimo frío. Prácticamente corría subiendo los escalones de la entrada cuando estuvo a punto de chocar con la Profesora Marx que salía en esos momentos.

- Disculpe profesora- procuró que no le castañeteasen los dientes- No la he visto.

- Disculpado…jajajajaja- tenía una risa extraña, ligeramente gutural, aunque sorprendentemente contagiosa, esbozó una sonrisa- Ya me he dado cuenta. ¿Todo bien?- preguntó poniéndole la mano en el hombro.

- Mejor…- ella le dio unas palmaditas y ensanchó su sonrisa, dejando ver los dientes blancos.

- Vaya, es cierto Draco, me alegro mucho, ¿ves cómo sí era posible?- asintió, le alegraba que ella reconociese sus esfuerzos, al fin y al cabo, si no hubiese sido por la charla que aquella mujer le había dado jamás hubiese hecho el esfuerzo, y ahora quizá… Quizá estuviese muerto. Se estremeció- Estoy muy orgullosa de ti.

- Gracias profesora, la verdad es que si no hubiese sido por lo que me dijo…

- No hay nada que agradecer Draco, estoy aquí para eso, para lo que necesitéis, en cualquier momento, ¿de acuerdo? Bueno, para ayudaros en lo que necesitéis y para enseñaros Magia Elemental, que a veces me posee el médico que llevo dentro y se me olvida lo demás- rió de nuevo- A todo esto ¿Qué te parece la asignatura?

- Es interesante, te hace plantearte las cosas desde otro punto de vista- la profesora le guiñó un ojo.

- Me alegro, supongo que es diferente a lo que habíais visto siempre, pero…Dadas las circunstancias- se encogió de hombros- era un poco necesario. ¿Y cómo la llevas?

- Bien, estudiando…- y era cierto, era la asignatura que más al día llevaba, al tener un parcial a principios de febrero, había empezado a estudiar poco después de comenzar el curso, al fin y al cabo, era una asignatura nueva, y no era cosa de dejarlo para el final, cuando quizá no entendiese algunas cosas, o no supiese muy bien por dónde tirar.

- Me parece estupendo, no hay que dejarse las cosas para el último momento…Aunque tampoco te agobies Draco, hay que disfrutar que la vida es corta…Además, no vale la pena complicársela, nadie sale vivo de ella…- se rió de nuevo, al parecer, hoy estaba de muy buen humor- Bueno, me voy a darle un paseo a Azmavet. Hasta luego.

- Hasta luego- le dio un escalofrío y entró en el castillo. Debía darse prisa o no llegaría a tiempo a Defensa Contra las Artes Oscuras, claro que Snape tampoco le bajaría puntos o lo castigaría por ello, pero aún así no le gustaba llegar tarde a clase, le hacía sentirse en evidencia, que todo el mundo mirara cómo entraba, llegaba a su pupitre y sacaba sus cosas. Antes siempre había disfrutado siendo el centro de atención, ahora…Ahora odiaba sentirse el blanco de todas las miradas, a merced de los pensamientos de todo aquel que fijaba sus ojos en él. ¿Qué debían de estar pensando de él? ¿Se habrían dado cuenta de su pérdida de peso? ¿Y de su recuperación? ¿Qué explicación atribuirían a ello? Le dolía el alma pensar que supiesen que se había ido de casa, que ya no estaba Lucius para intimidar a quien osase llevarle la contraria.

Pero no llegó tarde, tenía una infinita suerte en ese sentido, el tiempo parecía ajustarse a sus necesidades para ser siempre absolutamente puntual, ni haciéndolo a drede llegaría tarde. Estaban sus compañeros ya entrando en la clase, pero la puerta todavía no estaba cerrada. Se sentó junto a Blaise, que lo miró interrogante.

- ¿Y bien?- preguntó.

- Nada, me interesa presentar el proyecto de Cuidado de Criaturas Mágicas y tenía que informarme un poco mejor. Eso es todo.

- ¿Presentar el proyecto?- se sorprendió Blaise- ¿Desde cuando te interesa esa asignatura? Siempre creí que la odiabas.

- ¿Por qué a todo el mundo os sorprende que me guste esa asignatura?- exclamó con indignación- ¿Me consideráis tan imbécil de escoger como optativa una asignatura que odio? Me ha gustado siempre, que no aceptase al profesor es otro cantar, pero siempre me han gustado las criaturas mágicas.

- Perdón por no saberlo, ¿eh? Al fin y al cabo, sólo hace tres meses que me hablas, siento no tener tanta información sobre tus gustos- Draco abrió la boca para contestar, cuando Snape los interrumpió.

- Malfoy y Zabini, silencio- cruzó los brazos- Muy bien, ahora que todo el mundo está prestando atención, o al menos tiene la delicadeza de fingirlo, comenzaremos la clase. Continuaremos con la Legilimancia. Abrid el libro por la página 346. Moon, lea.

- La Legilimancia es un arte poco utilizado que podría considerarse un Arte Oscura dada la violación mental que supone para el individuo objeto de estudio- le temblaba ligeramente la voz, pero tampoco era extraño, en clase de Snape sólo los slytherins se libraban del temblor de manos o de voz, no obstante la chica pelirroja de Ravenclaw mantuvo la compostura lo suficiente como para seguir con la lectura- Consiste en la penetración agresiva en la mente de otra persona para conocer sus recuerdos, sus intenciones, en resumidas cuentas, para tener libre acceso a sus memorias…- la lectura se extendió durante unos veinte minutos más en los que el lector cambió varias veces, pasando por todos ellos, estaba leyendo Terry Boot cuando…

- Parkinson, continúe.

- Sólo hay un modo de evitar esta intromisión, dominando el arte llamada Oclumancia, que consiste en bloquear la energía mágica del agresor, mediante la colocación de barreras mentales o creando un escudo mágico protector. De todos modos, si el agresor es más poderoso que el, llamémosle agredido, ninguno de sus esfuerzos será factible para interponerse a la intromisión.

- Perfecto, no voy a molestarme en preguntarles si lo han entendido, si no lo han hecho, tienen hasta junio para hacerlo- sonrió maquiavélicamente- Ahora que ya hemos terminado el tema, escribirán un ensayo sobre la Legilimancia, a parte del anexo al respecto del tema, encontrarán más información en la bibliografía de ampliación que les di a principio de curso. Esos libros están en la biblioteca. Pueden comenzar- la media hora que quedaba trabajaron en silencio. Por suerte, ya hacía tiempo que sabía lo que era la Legilimancia, porque con lo que ponía en el anexo del libro no tenían ni para empezar. Por el bien de sus compañeros de Ravenclaw, esperaba que el resto de libros de la bibliografía fuesen más completos, o lo iban a tener muy verde para satisfacer las exigencias del profesor.

Cuando acabó las clases que le quedaban, Pociones Avanzadas y Transformaciones, se fue al Gran Comedor con Blaise para la cena. Estaba mucho más contento de lo que había estado hasta el momento. Estaba un paso más cerca de hacer su sueño realidad, básicamente porque ahora tenía claro cual era su sueño, aquello que siempre, en el fondo, siempre había querido hacer y que nunca hasta que no se había visto libre de sus responsabilidades filiales habría podido realizar de no ser por renunciar a todo aquello que había dejado atrás el uno de agosto al salir de su casa, posiblemente para no volver jamás.

Nunca antes le había pesado tan poco el haberlo hecho. Sentía que su vida por fin estaba yendo por el camino que debía, por el camino en el que quizá, algún día, encontrase el modo de tratar de ser feliz. Y una vez más, decidió seguir el consejo de la profesora Marx, cosa que no le había ido nada mal, disfrutar de la vida en la medida de lo posible. Le costaría mucho esfuerzo, pero cuando se proponía algo, podía lograrlo y ahora lo sabía. Ni los mortífagos, ni el Señor Tenebroso, ni su homosexualidad podrían con esa convicción. Sería feliz, algún día. Si tenía la certeza de que podía lograrlo, lo conseguiría. Y quizá lo perdiera todo, pero esa certeza nada podría arrebatársela, pensó mientras se servía una cucharada más de guisantes.

TBC en el capítulo 13…jijijij…me hacía ilusión ponerlo!

N/A: Bueno, bueno, pues ya tengo otro capítulo más…que cumpliendo mí segunda promesa, lo público antes de que pase un mes desde que hice esa promesa (creo que faltan dos días o así). Espero que os guste y que disfrutéis leyendo. Intentaré ser un poquito más rápida con el siguiente capítulo, ahora que no tengo exámenes pero no prometo nada, que luego ya sé lo que pasa. De momento, este fic es prioridad dentro de los otros fics que tengo, así que Tocado y Hundido se va a quedar un poco en barbecho…que lo continuaré, lo juro por Hedwig, pero tardaré un poquito, porque quiero avanzar de este, que me cuesta mucho más, y que me gustaría llegar a la mitad antes de que saliese el séptimo libro. Muchas gracias por leer, y hasta la próxima! Gaia