Capitulo Final
"Epilogo"
La tarde caía en aquella ciudad mientras una joven se encontraba en la mirando fijamente a través de su ventana, Chikane Himemiya regresaba los departamentos ignorando que era perseguida por los ojos de otra persona, esta frunció el ceño y retrocedió para fundirse con la oscuridad de su habitación.
La Miko instintivamente levanto la mirada viendo la ventana sin poder observar ahora a nadie¿Qué era esta sensación? Desde algunos días había estado sintiendo una sensación muy extraña, no podía explicarlo sin embargo sentía que estaba ignorando algo muy importante, era frustrante aquella situación, siguió marchando hasta llegar a la puerta del departamento que si bien no era lo mismo que aquella mansión que tenia era mucho mas confortable, tener todo ese espacio para uno sola……recorrer siempre los mismos vacíos pasillos, solo le hacían recordar en el mundo de soledad en el que había sido criada¿de que servia el dinero, el prestigio, el poder si eso no la llenaba por completo, lo tenía todo pero a la misma ves no tenia nada, suspiro mientras abría la puerta.
Miro hacia ambos lados, sin encontrar a la única persona con quien convivía así que decidió abrir las grandes ventanas que tenia en la sala dejando que el aire recorriera por todo el lugar, mientras con una pequeña sonrisa se dirigía a su habitación, dejando sus cosas de su bolso callo aquel pequeño collar que tenia un adorno de una luna, que ahora estaba sola pues su compañero el sol había encontrado nueva dueña, Chikane levanto el accesorio hasta tenerlo frente a sus ojos mientras caminaba hasta su cama, tumbándose sobre ella.
"No te preocupes, muy pronto te encontraras con tu compañera" –Anuncio radiante la joven mientras se estiraba y caía en sueño, recordando siempre aquella tarde que había pasado con esa persona que la había cautivado.
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Para Kuruzegawa era como un sueño, totalmente desconectada de la realidad entro a su pequeño departamento, tirando todas sus cosas y recostándose en su cama mirando al techo que ya empezaba a tomar cierto color rojizo por el atardecer.
"Chikane-chan…" –Como un suspiro salio el nombre de la sacerdotisa, por fin se había encontrado pero…no la había reconocido, estaba feliz por haberla visto de nuevo sin embargo ese detalle le carcomía su alma¿Cómo es que ella si pudo recordarlo todo y ella no, se preguntaba así misma mientras daba vuelta hundiendo su rostro sobre la almohada¿Eso significaba que ella no la amaba tanto como ella lo hacia por la sacerdotisa?
"no…" –Eso no era verdad. Después de todo lo que habían pasado ¿como era capaz ella de dudar eso? Chikane nunca abría dicho todo eso si es que en verdad no la quisiera.
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"¿Pasa algo?" - Una voz masculina apareció en aquella habitación.
"mmm" –La joven solo mantenía su posición sentada mientras tomaba una posición pensativa
"¿Hay algo que le moleste?" – Insitito sonando un tanto más cortes, mirando de reojo a su acompañante.
"Esa chica…me esta causando problemas"
"¿La sacerdotisa del Sol?" –Pregunto
"Vaya que perspicaz eres" –Añadió con cierto tono burlón sin notar el ceño fruncido del hombre a su costado – "¿Realmente me preocupo la ultima vez que me revivieron? Chikane estaba muy empecinada en que lo mejor era protegerla a ella en vez de revivirme a mí, esa mocosa……la aborrezco.
"Pero…pensé que la sacerdotisa de la Luna ya no podía recordarla mas"
"Si estoy yo no podrá, sin embargo…se me esta dificultando las cosas, seguramente el Orochi aparecerá de nuevo y esta ves no quiero estar preocupándome sobre esos detalles" –Aclaro dando media vuelta en su silla dando vista a la ventana.
"Pero Usted necesita de las dos para renacer" –Comento
"Esta mas que demostrado que Chikane es mucho mas fuerte, ella sola pudo matar a toda esa bola de incompetentes que formaban parte del Orochi" –sonreía mientras frente a los dos aparecía un pequeño espejo flotando, reflejando a Chikane y a Tsubasa luchando.
"Ella seria capaz de revivirme si es necesario, pero…" –aparece la imagen del rostro de Himeko – "Al parecer esa mocosa nubla mucho el buen juicio de MI sacerdotisa pensando que la tierra es menos importante que la vida de aquella"
"Entonces…."
"Que desaparezca"
La imagen que reflejaba el espejo se rajo después de haber sido anunciada la orden…
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Todo estaba muy nublado…caminaba hacia delante con esperanza de ver algo, sin embargo todo estaba vació…no había nadie mas que yo. Me puse en cuclillas mientras meditaba como iba a hacer para salir de ese lugar, era realmente escalofriante, la soledad se hacia mas grande y mi desesperación también…. Hasta que lo vi, aquel pequeño collar que siempre llevaba conmigo con una pequeña concha rosada que la adornaba, siempre pensé que era algo sumamente importante para mi….aunque no sabia por que.
Sin explicación alguna abrase el pequeño objeto sintiendo que era lo único importante que en verdad tenia en estos momentos.
Seguí caminando hasta tropezarme con una gran puesta de metal, la abrí para seguir caminando sin rumbo alguno y pude verlo…tan inmenso, tan hermoso…era el planeta tierra en frente de mis ojos en su mayor esplendor.
"¿Pero como?"
Me pregunte al no saber como abría llegado a aquel lugar, voltee para volver a ver el camino que había seguido pero en cambio me encontré con una gran escalera de madera muy bien tallada y en la sima una especie de santuario. Subiendo cada peldaño puse percibir una extraña sensación que me daba escalofríos¿habría estado en verdad en un lugar como este, la cabeza me empezaba a dar vueltas a medida que iba subiendo, como si aquél camino me tratara de decir algo…
"Es hermoso"
Me dije a mi misma después de llegar al santuario y dirigir la mirada hacia el hermoso panorama.
"Ven…"
Me sobresalte al escuchar ese llamado que venia de adentro de aquellas grandes puertas de madera que impedían el acceso al santuario, me llamaban… ¿Por qué me llamaban a mi¿Por qué estaba en aquel lugar? Y por que sentía que me faltaba algo muy impotente?
"Tal ves…pueda descubrirlo al entrar"
Me dije todavía un poco temblorosa de lo que podía ver mas allá de aquellas puertas, al abrirlas no pude ver nada mas que sobras, adentro se encontraba la nada….
Pero aun así avance, por que podría descubrir lo importante que había perdido…
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¿Desearas descansar sobre la nada por encima de esa separación predestinada?
"no, fui capaz de encontrarme con ella una vez mas por eso, ahora soy feliz…….mas que nadie"
"Entiendo" – Dijo la fina joven de cabellos azules mientras se sentaba en el suelo mirando detenidamente la hermosa tierra, ahora a salvo, donde la persona que tanto amaba la olvidaría y empezaría de nuevo…como una chica normal.
"Himeko…" –Esas fueron sus ultimas palabras que salieron de sus delgados labios mientras tan solo una lagrima caía por su mejilla, la puerta de aquel lugar se cerro… terminando con todo.
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Sobre la luna, hay un santuario desierto del que nadie sabe nada…
Himeko despertó sobresaltada tras recordar aquello, un sentimiento de nostalgia y dolor le apretaban su corazón.
"Sin embargo…" – Cogio una foto de aquel jardín donde solo estaba ella y trazo su dedo en el lugar donde debería estar ojiazul – "Hay algo dentro de mi que no cambiara…eso es lo que siento"
"Que hermoso" –Una voz masculina se apareció detrás de la joven Miko haciéndole quedar paralizada por tan repentino suceso. – "Lastima…." –Le susurro en el oído – "Ese sentimiento al final tendrá que quedare adentro después de todo"
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Agitada se sentó en su cama todavía sudando frió mientras se agarraba la cabeza que le estaba dando vueltas, miro a su alrededor como si no pudiera reconocer en donde estaba, totalmente confundida se puso de pie y entro al baño de su habitación para mojarse el rostro.
Limpiándose el rostro se miro en el espejo detenidamente mientras gotas de agua caían de sus mechones de cabello azules, con la cabeza gacha se apoyo en la orilla del lavatorio de mármol.
"Lo siento…Himeko"
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Unas risas escalofriantes se escuchaban en una habitación totalmente a oscuras mientras se confundía con el grito de desesperación de una joven mientras era atacada.
"Que linda…parece un conejito asustado" –Burlo Miiyu mientras miraba el espectáculo a través de un espejo que flotaba en frente de ella. –"Pero que haces… ¿te estas divirtiendo?" –Le pregunto a través del espejo a su sirviente mientras miraba divertida como la rubia corría a mitad de la noche por las calles agarrandose un brazo herido.
"¿Que pasa? Si te dejas matar ya no volverás a ver a tu adorada Chikane-chan" – Agrego sarcásticamente tras mirar la desesperación de la joven.
"Que……..mmm veo que no podías dormir bien¿no?" –Sonrió al sentir la punta de una filuda flecha en su nuca.
"Me has estado utilizando a tu antojo" – Acuso la peliazul mirando furiosamente el rostro tranquilo de la joven que tenia en frente.
"Me sorprendes…has recobrado la memoria por merito propio, felicidades" –Aplaudió -"No, solo….me deshago de lo que me estorba" – Admitió Miiyu poniéndose de pie siendo seguida por el arco de la Miko que no dejaba de apuntarle con odio. –"Mas bien…en ves de apuntarme con ese juguete tal ves deberías recordar cuales son tus funciones y para que estas en este mundo"
"¿Que¿A que te refieres?"
"A que si es necesario debes matar a aquella persona que te importa tanto para poder salvar a los demás seres vivientes de este planeta" – Acuso mientras dirigió la vista tras la ventana –"Es fácil deducir que…no puedes invocarme por que en tu vida anterior tuviste que matar a esa chica, dime….¿me odias?"
"Si…"
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"¿Quién eres!" –Pregunto mientras corría agitadamente tras los bosques cerca de los departamentos en donde ella vivía, mirando temerosamente siempre atrás de ella para confirmar que estaba siendo perseguida por alguien que traba de matarla, pero ¿Por qué?
"Mi nombre no importa tanto pero si en verdad te interesa es Tetsu, sirviente de mi Dios, Amo no Murakumo" –Decía mientras seguía avanzando.
"¿Amo no Murakumo¿por que?" –Interrogo confundida la joven mientras cai de rodillas al piso tras saber quien la quería muerta.
"Por causar confusión en el corazón de la sacerdotisa de la Luna" –Respondió automáticamente mientras sacaba el sable que tenia guardado en una funda y pasándolo por el cuello de la joven inmóvil.
"¿Qué…?"
"Al parecer no fue de su agrado que la señorita se unirá al Orochi para así poder salvarle la vida, pues haciendo eso las posibilidades de la destrucción de la tierra aumentaron"
"Chikane-chan…ella…lo hizo por mi, es verdad, yo hubiera tenido que desaparecer en ese momento no ella"
"Posiblemente, aunque…ahora eso ya no importa, no volverá a ver a la otra sacerdotisa nunca mas, por que de seguro al final Himemiya-san también será castigada por su traición" – Anuncio mientras levantaba su espada para así cortarle la garganta y cumplir su misión.
"No…me rehusó…yo…quiero volverla a ver" –Contesto sonriendo por primera ves en la noche. Tetsu sorprendido ante tal actitud vacilo un rato, viendo como del cielo caía una espada.
"Esa es…" –Pregunto asustado
"Con el mismo poder que me confiaste, Amo no Murakumo….yo…defenderé lo que mas quiero"
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"¿En verdad, Tanto me odias?"
"No….pero, no permitiré que le hagas daño a Himeko por mi culpa!"
"¿Por qué es tan importante para ti¿Por qué mas que el bienestar de este hermoso planeta?"
"No es eso…"
"¿Entonces¡"
"Yo era la que me interponía en tu resurgimiento por que…aunque no pudiera recordar lo que había hecho en mi antigua vida siempre habría tenido un rencor por ti en lo mas profundo de mi memoria" –Confeso, bajando su arma
"Es su destino, una de las dos tiene que sacrificarse" – Respondió fríamente mientras la miraba de reojo
"¡ No somos objetos ¡"
"….."
"También somos parte de de esta planeta que quieres proteger, también somos seres humanos!"
"Entonces… ¿que quieres que haga?"
"Que me dejes guardar estos sentimientos" – Termino diciendo mientras apuntaba ahora mas firmemente la flecha en para que atravesara el pecho de aquella chica.
"Estas loca" –Burlo Miiyu mientras una luz esmeralda rodeaba su cuerpo en señal excitación por la batalla que iba a tener.
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Muy lastimada Himeko iba casi a arrastras por las frías calles con una katana manchada de sangre, mientras volvía a mirar hacia atrás.
"Lo siento Tetsu-san, después vendré por usted"
Dijo mientras seguía su camino. Una explosión la hizo sobresaltar mirando como el cielo se llenaba de humo.
"Chikane-chan!" –Empezó a correr lo mas rápido que pudo olvidándose del dolor, al llegar a su destino corrió para abrazar a la peliazul que estaba tumbada bajo un árbol con varias contusiones. –"Chikane-chan, Chikane-Chan, Contéstame" –Pidió suplicantemente la joven de cabellos rubios.
"Vaya…que mal, lo derrotaste, tsk bueno…de todas maneras eres la sacerdotisa del sol" –Suspiro decepcionada la joven de cabellos claros mientras miraba calculadoramente la escena con una sonrisa maliciosa. –"Ahora…apártate ¡" –Ordeno
"NO" –Grito Himeko aferrándose aun mas al cuerpo de su amada.
"Vamos, estamos en plena batalla y tengo que enseñarle aunque hay una gran diferencia entre un Dios y solo la sacerdotisa de un Dios" –Pidió sarcásticamente Amo no Murakumo mientras aparecía una lanza de luz en su mano.
"No dejare que la lastimes" – Defendió ella aun aferrándose a Chikane.
"Hi..Himeko…quilate" –Despertó Chikane apartando a Himeko para luego ponerse de pie y sacar su arco.
"¡No, ya basta!" –Suplico esta sujetando a la otra joven de la cintura para que no avanzara mas. –"No quiero que te lastimen mas, si es necesario desapareceré!"
"Himeko….no…no digas eso, yo no podría ni pensar en estar en una vida que no fuera contigo" –Acepto Chikane mientras unas tercas lagrimas se asomaban pos sus ojos –"Por eso…luchare contra dios!" –Grito mientras tiraba una y otra ves flechas que explotaban contra la superficie de la tierra cubriéndole todo de polvo. Himeko impresionada por el poder que desplegaba la sacerdotisa de la luna se percato de algo…
"Chikane-chan….me recuerdas" –Miro con una sonrisa en el rostro a Himemiya mientras esta bajaba la cabeza avergonzada
"Si…yo…lo siento, por no haberlo recordado antes" – Himeko agarro delicadamente el rostro de Chikane haciéndole mirar hacia ella mientras negaba con la cabeza haciendo entender que no importaba.
"Te amo" – Confeso enternecida por la comprensión de da otra joven mientras pegaba su frente a la de ella haciendo que la rubia se sonrojara un poco.
"Que tierno…"
Se escucho una voz sombría saliendo del manto de humo que había provocado el ataque de la sacerdotisa, ambas chicas se separaron para prestar atención al enemigo mientras trataban de ver por donde seria el próximo ataque.
"Pero, esto ya se tiene que terminar y…empezare contigo, Tsuki no Miko"
Una lanza de energía color esmeralda salio de sorpresa dispersando el humo que se encontraba a su camino tomando por sorpresa a ambas Mikos.
(Un sentimiento nostálgico y doloroso tenia al ver esas fotografías….sin embargo muy dentro de mi..sabia…que había un sentimiento muy especial, yo creía eso y ahora me doy cuenta que era verdad, por que a pesar de que estuvieran vacías esas fotos….tu…siempre estuviste dentro de mi corazón ,Chikane-chan…suki da yo)
"Himeko!" –Grito el nombre de la sacerdotisa del sol mientras esta se mantenía abrazada a ella con la lanza atravesándole el pecho, Chikane totalmente desesperada trato de sacarle el arma que tenia incrustada en su cuerpo pero al tocarla sentía como esta le quemaba la piel, sin embargo con mas determinación aun, con la dos manos trato de sacarla, gritando por el dolor causado pero firme en su propósito.
"Chikane-chan….déjalo…" –Pidió moribunda Himeko aun aferrada a la cintura de la chica.
"No!" –Grito tercamente la ojiazul mientras con más fuerza tiraba de la lanza provocando que heridas de quemaduras se hicieran en sus manos haciendo que la sangre fluyera libremente por los brazos de esta. – "No quiero perderte de nuevo, Himeko!" – Lloro ante la impotencia mientras sus lágrimas caían por el rostro casi inconsciente de la otra sacerdotisa.
"¿Tanto la querías para sacrificar tu vida por ella?"
"Yo no la quiero…yo la amo" –Respondió Himeko sin poder levantarse sintiendo como cada ves la vista se le nublaba. "Chikane-chan es…Mi numero uno, la razón de que el sol ilumine, a nadie mas le pertenece mi vida que no sea a ella" –Termino las ultimas palabras débilmente
"Himeko!" –Llamo unas ves mas Chikane mientras la abrazaba llorando sobre ella. –"Tu no puedes entender…" –Acuso esta.
Amo no Murakumo miro la escena y dirigió su vista al cielo despejado que era amenazado por las nubes que desprendía el fuego causado por la batalla, mirando como una estrella fugas pasaba mientras se escuchaba el llanto de dolor de la Tsuki no Miko, suspiro resignada por la "insensatez" de sus dos Sacerdotisas.
"No se puede hacer nada… ¿Verdad?" –Pregunto sonriente todavía mirando el firmamento, causando atención de la Joven sacerdotisa que tenía las mejillas rojas y el rostro empapado por sus lágrimas. –"Después de todo…era algo que yo no puedo cambiar, Yo…elegí bien en escogerlas a ustedes" – Termino con una suave sonrisa haciendo que todo el lugar cayera bajo un resplandor calido
Demostradme…ese amor que vale el riesgo de todo un planeta y yo protegeré ese sentimiento que tanto atesoran mis dos queridas mikos…
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La joven de ojos azul marino despertó sobre unas sabanas de seda color carmín, sorprendida miro a todos los lugares, no cabía duda, esa era la mansión en que alguna ves ella había vivido.
"Himeko!"
Llamo al recordar lo sucedido, tomo lo primero que se tuvo en la mano y corrió lo más rápido que pudo hacia los departamentos de los estudiantes. Corrió por las calles siendo el motivo de varias miradas, pero eso no le importo y sigue con su camino pensando solo en aquella chica, soñando con verla otra ves escuchar su nombre saliendo de esos tiernos labios, su sol, su verdad, quería verla a ella, quería abrazarla, besarle y decirle cuanta la amaba, su ansiedad la mataba internamente haciendo que corriera mas de prisa de lo que nunca antes había corrido.
Llegando a los departamentos y abriendo abruptamente la puerta, Chikane mirando alrededor esperando ver la sonrisa de la sacerdotisa del sol pero…no había nadie, las lágrimas que comenzaban a surgir de sus ojos azules empapaban la alfombra de aquella habitación mientras instintivamente se ponía la mano en la cara.
"¿Chikane-chan...?" –Llamo una familiar voz
Chikane levanto la mirada y volteo rápidamente al escuchar esa dulce voz que tanto ansiaba escuchar de nuevo, Himeko había salido del baño siendo cubierta por una toalla aun algo empapada.
"Himeko" –La nombro suavemente mientras la abrazaba. –"Estas bien..."
"Chikane-chan…" –Respondió el abrazo –"Pensaba…que todo esto había sido un mal sueño"
"No te preocupes mas"
"Estoy muy feliz de volver a verte, Chikane-chan" –Dijo la rubia mientras le daba un calido beso en la mejilla para luego separase un poco, tapándose un poco el pecho –"Ehm, puedes tomar un baño si quieres, yo mientras me cambiare, esta noche… ¿te quedarías aquí conmigo no es verdad?"
"Claro"
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Me quede mirándote como si fuera al primera y última vez que te vería, tierna y dulce como siempre…tú eres mi luz en este mundo de oscuridad que abraza mi solitario corazón.
¿Siempre estaremos juntas?
Si, siempre
Besando lentamente esos dulces labios que a cada momento me provocaban abrazarte y decirte una y otra ves lo mucho que me encantabas, saborearlos, morderlos, jugar con ellos era un éxtasis, demasiado para alguien como yo…
No es tu culpa que hayas tenido ese destino.
No, pero si tengo la culpa de no haberlo tratado de cambiar.
Bajaba y subía por tu cuello disfrutando cada momento en que suspirabas cerca de mi oreja, sentir tu rubor cuando intencionalmente rozaba tu mejilla con la mía, tu exquisita piel hacia mi cuerpo vibrar de emoción¿era capaz yo de hacerte sentir todo esto, mía…deseaba hacerte mía.
Yo te mate¿estas conciente de ello, no te merezco
Yo te pedí que lo hicieras, soy cobarde pues no hubiera soportado verte morir a ti
Desabotonando tu camisa, dejando ver aquel camino que debería seguir entre tus pechos, miraba encantada tu cuerpo, aquel cuerpo que una ves hice daño, aquel cuerpo que hice sangrar, aquel cuerpo de la persona que mas amaba, una ves mas subí para mirarte a los ojos que apenas permanecían abiertos por la excitación que te proporcionaba, besando tus ojos, tus mejillas, tu frente…fundiendo nuestros labios en una beso mas apasionado…
¿Será verdad¿Te tengo aquí?
Si, es verdad, siénteme, abrázame y jamás vuelvas a dejarme ir
Gemidos ahogados salían de tu garganta cuando mis manos de deslizaban por tu pecho hasta llegar a tu estomago, besando, lamiendo todo lo que podía, me detuve un momento abrazándote de nuevo y pegando mi rostro sobre tu vientre, sentía como se agitaba cada ves mas tu respiración y una de tus manos apretaban las blancas mantas mientras que la otra repentinamente acariciaba mi cabeza…
¿Si tuvieras que matarme de nuevo…lo harías?
No me hagas ese tipo de preguntas
Me miraste suplicantemente para que acabara de una ves, sonreí complacida mientras me disponía a llegar a mi objetivo, acariciando tus tersas piernas las separe un poco para poder llegar a tu intimidad, esta ves no escuche pequeños gemidos saliendo de tu garganta, aquellos se habían convertido en gritos que tratabas de callar mordiéndote los labios…en verdad…eres encantadora
Por favor…necesito que me respondas
Lo haría, por que no podrías ser feliz sabiendo que otros mueren y por lo tanto…yo tampoco
Al cabo de unos instantes tu cuerpo se relajo completamente y subiendo hasta llegar de nuevo a tu rostro aparte los mechones de cabellos que rebeldemente se esparcían por tu rostro sonrojado y empapado de sudor, acariciando tu rostro de nuevo te mordí el lóbulo de la oreja confesadote lo mucho que te amaba…
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-Dígame Amo Murakumo¿para que hizo todo esto? –Pregunto el joven en cuclillas al costado de su señora que miraba la escena desde lo mas alto de un edificio, al no obtener respuesta, Tetsu la volvió a mirar confundido mientras solo se escuchaba el viento jugando con los cabellos y ropas de la joven a su costado.
-Solo…probaba –Confeso en un tono aburrido mientras se daba media vuelta disponiendo a marcharse.
-¿Era solo un prueba? –Pregunto un poco exaltado su sirviente mientras veía a su señor yéndose.
-Así es…No hay amor sin sufrimiento, no sabes cuanto vale algo hasta que lo pierdes y no hay mayor prueba de amor que dando la vida por la otra persona, no cabe duda….elegí bien…
-…… A veces no puedo saber que hay en su cabeza
-Ni lo intentes –Bromeo divertidamente mientras las dos personas desaparecían en el viento sin dejar rastro alguno.
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Un poco sorprendida caí prisionera de tus manos que me aferraban esta vez a mí a las sabanas mientras juguetonamente besabas mi nariz, dejando tus huellas en mi piel, hacías que mi cuerpo y me cabeza vibraran de emoción ante tus caricias, tus ojos se llenaban de un brillo que jamás había apreciado mientras tus manos pasaba por mi cuerpo dibujando caminos que solo tu sabias, tus labios consumiendo todo mi ser hasta por fin poder ser solo tuya…Te amo, en esta vida , en las anteriores y en las que vendrán, por que tu solo puedes ser mía y yo solo tuya, ese es nuestro destino.
Si muero, quiero que sea en tus brazos
Así será, ya que al fin y al cabo somos… Kannazuki no Miko.
FIN
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Notas de la Autora:
Por fin pude terminar este fic! Soy tan feliz ToT , quiero agradecer a todas las personas que han seguido mi historia y mandado sus preciados reviews, sinceramente se me hizo algo difícil escribir mi intento de lemon que no podría decir lemon sino lime en este fic pues no estoy muy acostumbrada a escribir esto, es mas, este es fue mi primer fic Yuri y espero que les halla gustado.
No se si ya se lo esperaban algunos, que la chica esa fuera el Dios Murakumo, je, no se me ocurrió alguien mas perfecto para hacérselas tan difíciles a las dos Mikos y para los que no se saben el significado de "Kannazuki no miko" pues es "Sacerdotisas del Dios sin nombre" o bueno, no se si seria Kannaduki o Kannazuki pero no entremos en detalles. En fin muchas gracias a todos.
