Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
Star Wars: The Age of Fifth Empire
203: Una rara prueba de la Fuerza.
Anakin miró a la chica inconsciente, ante él.
Tan parecida a Leia.
Tan parecida a su esposa, pero...
La rabia anidó en su corazón.
Esta chica, obviamente tenía que ser la hija de Leia, ¿verdad?
Un infantil e inconsciente pensamiento, se instaló en la mente de Anakin, diciéndole que "las niñas, tienen niñas y los niños tienen niños", entonces, negó con la cabeza.
Recordaba haber tenido ese sueño en la Fuerza, y haberse visto ante ese tal Jacen.
Su nieto.
Sí. Lo recordaba. La voz de un joven, quien decía ser su nieto. Jacen Solo Skywalker.
Un joven, que le imploró, que le salvara de la oscuridad.
Una sonrisa apareció en sus labios. Esta chica, era la hija de Luke... Y de Mara Jade, Padawan, e hija adoptiva del maestro Windu.
—Maestro —dijo Ahsoka suavemente. Haciendo que la burbuja de ternura paternal de Anakin, estallara y devolviéndolo al presente.
— ¿Sí, sabionda? —preguntó Anakin, con una sonrisa de ternura, al ver a la joven inconsciente, en sus brazos.
— ¿Cómo crees que se llame? —preguntó la joven, interesada en la nieta de su maestro.
Anakin lo pensó. La respuesta lógica, sería: «Tendremos que esperar a que despierte, para hacerle esa pregunta» En cambio, todo lo que salió de sus labios fue: — ¿Padme o Breha? —Se concentró. —Creo que... Vader de alguna manera, era alguna clase de ilusión o quizás...
— ¿Quizás junto a la joven, intentó Darth Vader cruzar un portal, al pasado, pero este se cerró? —intuyó el maestro Yoda.
—Ella está intacta. El Sable de Luz, no la mató y simplemente, está inconsciente —dijo Anakin, mientras abordaban la nave y Ahsoka desplegaba una camilla, presionando un botón. La camilla, salió de la pared y la dejaron allí, mientras que Anakin, le colocaba una máscara de oxígeno. Y con un gesto paternal, le colocaba una manta encima, y besaba su frente; causándole cierta incomodidad o "celos de hija", a Ahsoka. —Maestro Yoda, debemos de continuar con nuestra misión personal.
—Agradecerte debo, por decidirte a continuar esta misión, incluso en estas circunstancias —dijo el maestro Yoda, sonriendo suavemente.
—Debemos permitir, que la Fuerza guie al maestro Yoda —dijo Anakin. Ahsoka miró a su maestro, y asintió.
Luego de varias horas de viaje, llegaron a un misterioso planeta, donde los tres sintieron que sus sentidos, estaban siendo abrumados, debido a que el planeta incluso parecía vivo. Liberaba una gran cantidad de... Fuerza. —Volver a Coruscant deben, y enviar a Heavy y una nave extra, por favor. Auxiliar a la chica de inmediato. Este viaje, solo yo continuar debo.
—Sí, maestro —dijeron Anakin y Ahsoka, enfadados por tener que obedecer y abandonando al Jedi allí.
Cuando se fueron, una extraña entidad, que parecía portar una máscara blanca y una toga negra, se presentó. —Bienvenido, maestro Yoda. Lo estábamos esperando.
— ¿Cómo sabían, que a venir iba? —preguntó el alienígena.
—Somos las Sacerdotisas de la Fuerza —dijo la mujer. —Puede usted llamarme, Serenidad. —La sacerdotisa lo llevó, ante otras cuatro mujeres enmascaradas, con cada máscara, mostrando una emoción. Alegría, Ira, Confusión y Tristeza. Conversó con ellas, y ellas lo pusieron a prueba, mientras que lo enviaban de una ilusión a otra. De un periodo de su vida a otro. Cuando era un niño, entre los miembros de su raza, cuando era un adolescente que descubría la Fuerza, cuando se hizo un adulto y un monje, y cuando conoció al maestro Jedi N'Kata Del Gormo. Cuando ingresó en la Orden Jedi y como primera prueba, tendría que aceptar, aprender de otros y enseñar estos mismos conocimientos, a un grupo de pequeños Younglings.
Una prueba exitosa, según podía recordar.
La creación de su sable de luz.
Como enseñó a tantos otros Jedis, y como ascendió como maestro de la Orden Jedi.
Cuando tomó a Dooku, como su Padawan.
Pronto, los recuerdos se detuvieron, y tomó la mano de Alegría, mientras que Serenidad y las otras, lo guiaban, hacía una cueva.
En el interior de esa cueva, encontró otra nave y escuchó los sonidos de una batalla, y sables de luz. Vio destellos rojos y azules, a lo lejos
—Él... se enfrenta a algo que existe —dijo Tristeza. —Bradham Dooku, tu más preciado Padawan, te siguió hasta aquí. Enfrenta a un terrible enemigo.
Yoda se encaminó hacia allí, encontrándose con un desesperado Dooku, quien apenas y podía bloquear, con su viejo sable de luz Azul, las rápidas estocadas del usuario del sable Rojo Carmesí.
Yoda arrojó una roca, contra el atacante de su ex – Padawan, quien cortó la roca por la mitad, sin siquiera volver la mirada. La luz, pronto se mostró en el rostro del atacante, enseñando a un Yoda, consumido por el lado oscuro.
—Parte de mí, tu eres. Pero no me controlas. —Dijo Yoda, deteniendo al otro Yoda. Antes de que matara a su ex-aprendiz —Con paciencia y entrenamiento, quien te controla, soy yo. —Y absorbió al Yoda oscuro, mientras se acercaba a Dooku. — ¿Qué tú estás haciendo, aquí?
—Skywalker, estaba preocupado por usted, maestro —dijo Dooku.
—En tus amigos debes confiar, cuando las misiones complicadas, pueden llegarse a presentar —dijo Serenidad. —Su viaje aquí, ha terminado. Y deben seguir.
— ¿Hacia dónde? —preguntó Dooku.
—Korriban. Allí, enfrentarán su última prueba —dijo Ira. — ¡Váyanse, ahora!
Maestro y aprendiz se miraron, mientras se retiraban de ese raro planeta.
