Un día especial.
Se dedicó a entrenarse, cuatro años muerto lo habían dejado un poco flojo en eso de hechizos, para su opinión por que para la de los demás no era así.
Pasaron algunos meses, y un día Harry recibió una carta firmada por Voldemort, que lo citaba para enfrentarse una vez más, dos semanas después en Hosmeade.
Harry aceptó había llegado la hora de terminar con eso, de empezar esa segunda batalla final, y esperaba que de una vez fuera la última.
Harry decidió tomarse el día siguiente libre de entrenamientos.
Decidió que pasaría un día inolvidable con todos y cada uno de sus amigos y así lo hizo.
-¿Chicos tenéis algo que hacer mañana?- dijo este asomándose a la cocina donde sus dos mejores amigos preparaban la cena de ese día.
-Mañana creo que no, ¿por qué amigo?- pregunto Ron volviéndose para verlo.
-Bueno, quería que pasásemos el día en un parque de atracciones.- dijo este sonriendo.
-¿En un qué?- dijo Ron mirándolo raro.
-Mañana sabrás lo que es.- dijo este sonriendo ante la cara de Hermione.
-Vale.- dijo este sin mucho interés la verdad es que si le interesaba pero no más que lo que estaba haciendo, pues era su comida y como no para Ronald Weasley nada era más importante que la comida.
-Les diré, a Ginny, Draco, Luna y Neville.- dijo Harry y se fue para avisar a los otros.
Mientras cenaban llegaron las respuestas de todos, y todos podían ir menos Neville que según Draco había conseguido una cita con Hannah Abott una antigua compañera de Howarts.
-Bueno pues ya está hecho.- dijo el chico y se tomo un trago de su bebida y dijo:
-Pues mañana a levantarse temprano, así que yo me voy a la cama.- dijo este y sonrió a Ron y le guiñó un ojo a Hermione mientras les daba las buenas noches.
Ron y Hermione estaban un poco sorprendidos, pues desde que Harry había vuelto estaba como más contento que antes, parecía que lo único que quería era disfrutar y pasárselo en grande, como si quisiera recuperar el tiempo perdido en esos últimos cuatro años.
-Debía de estar muy aburrido en ese lugar.- dijo Ron mientras se iba a acostar.
-No me extraña.- dijo Hermione y se levanto para irse a acostar cuando vio los platos en la mesa todavía y dijo:
-He chicos, los platos, Harry te toca a ti lavarlos, nosotros hemos cocinado, Harry no seas cara dura.- decía esta, pero el chico moreno se encerró en el baño mientras se reía y encendía el grifo de la ducha.
Hermione enfadada, dio un golpe a la puerta pero una sonrisa se formo en sus labios se giro y se encontró con Ron y este dijo:
-Lo ha vuelto a hacer.- pero al ver la sonrisa de Hermione dijo:- mejor me voy a mi cuarto, me das miedo cuando sonríes así, se nota que planeas algo y no muy bueno por lo que veo.-
Hermione se dirigió al salón cogió los platos los hecho al fregadero, y se fue a donde el agua caliente, miro su reloj y dijo:
-Bueno cinco, cuatro, tres dos uno…- Hermione apago el agua caliente y espero el grito del chico.
-HERMIONE.- escucho que gritaba el chico, Hermione sonrió satisfecha y se dispuso a irse lanzando un hechizo al agua caliente para que no funcionase.
Harry al verse sin agua caliente, salió de la ducha se coloco una toalla alrededor de la cintura cogió sus gafas y se dispuso a salir de allí en busca de Hermione, tenía jabón por todo el cuerpo, pues se estaba desenjabonando cuando esta decidió quitarle el agua caliente.
Abrió la puerta y se fue a la cocina.
Hermione se disponía a salir de la cocina cuando Harry apareció en la puerta de esta, totalmente enjabonado, y con solo una toalla a la cintura sin nada más, ella se mordió el labio inferior y dio unos pasos hacía atrás y este le dijo:
-Da el agua caliente que quieres que me muera de frío.- dijo este.
-Friega los platos y doy al agua caliente.- dijo esta sonriendo triunfalmente.
-Después los friego, ahora da el agua caliente.- dijo este poniendo una cara de niño bueno.
-No, cuando friegues los platos.- dijo esta señalando el fregadero de detrás de ella.
-Esta bien tú ganas.- dijo este y se dirigió hacía allí, fregó los platos mientras ella lo miraba y no precisamente a la cara, sino a otras partes.
-Esto no es justo.- se quejo el chico.
-Yo cocine con Ron, tú friegas.-
-Yo no tengo ayuda.- dijo el chico refunfuñando.
-Bueno te echare una mano.- "ojala fuera a tu cuerpo", pensó esta mientras se disponía a ayudarlo a fregar los cacharos.
Cuando terminaron hermione le devolvió el agua caliente y ambos se fueron cada uno a lo que iban a hacer.
Al día siguiente todos se fueron al parque de atracciones, a Ron, y los demás que era la primera vez que lo veían estaban alucinados, cuando subieron a la montaña rusa ninguno de ellos se esperaba lo que eso iba a ser.
Al bajar, Draco, Ginny, Luna y Ron, tuvieron que ir a sentarse pues el mareo que tenían no era cosa de chiste:
-Potter te voy a matar, ¿cómo se te ocurre obligarme a montar en eso?- dijo Malfoy enfadado.
-Pero si estuvo divertido.- dijo Luna sonriendo.
-No entiendo a estos muggels inventan unas cosas mas raras, pero lo peor es que se divierten con ellas.- dijo Ginny frotándose la frente.
-Yo creo que están locos, no se como les puede gustar sentirse de esta forma dios creo que voy a vomitar.- dijo Ron y así lo hizo.
-Dios Weasley, no podías haberte aguantado, que asco, y lo peor es que ahora yo…- Malfoy echo a correr con la mano en la boca, y se dirigió a los baños que no estaban muy lejos de allí.
-Jajajaja.- se reían Hermione y Harry ante las caras de los otros cuatro.
-No tiene gracias dios esto es asqueroso.- dijo Ginny.
-Bueno ¿y a que nos montamos ahora?- dijo Harry mirando el mapa que tenía con las atracciones.
-¿Por qué no vamos a la casa del terror?- propuso Luna, que era la que mejor se lo estaba pasando.
-Bueno vale.- dijo Harry, aunque esa no era una de sus atracciones favoritas pues siempre consideró que eran muy malas.
-Pues vamos ya.- dijo Ginny levantándose.
-Weasley espera, o es que te habías olvidado de mí.- dijo Draco mirando a Ginny.
-Vaya pero si sigue saquí vaya yo que pensaba que mi día se había mejorado.- dijo Ginny.
-Pues para mi desgracia te tengo que seguir viendo la cara.- dijo Draco y recibió una mirada de odio de Ginny y él le contesto con una sonrisa de superioridad de las suyas.
Harry sonrió ante el comportamiento de estos dos.
El día paso con las broncas de Ginny y Draco que aunque era discutiendo siempre se buscaban el uno al otro.
Ron y Luna estaban muy bien, si no fuera por que ellos lo sabían, todo el mundo pensaría que ya eran novios, pero ninguno se atrevía a decírselo abiertamente, se tiraban indirectas que para los demás eran muy directas pero ninguno daba el maldito paso.
Harry y Hermione por su parte no se separaban el uno del otro, pero como siempre no se decían nada de lo que pudieran haber dicho anterior mente.
El día termino, y llegaron a la casa, estaban todos muy cansados el día había sido divertido y cansado, Ron y Luna se sentaron en el salón, Harry se despidió para subir a su cuarto a dormir, Hermione también se fue a su cuarto, Draco fue a por algo de comer a la cocina, y Ginny lo siguió.
-¿Qué pasa Weasley no puedes estar mucho tiempo separada de mí?-
-Mas quisieras Malfoy.- dijo esta sirviéndose un baso de agua.
-No, por dios que dices, me moriría del asco.- dijo este poniendo cara de asco.
-Pues imagínate yo, no podría dejar de vomitar si ya con solo verte mi día se nubla.- dijo esta y se dispuso a salir de la cocina.
-Pues yo más bien pienso que se te ilumina.- dijo este.
-Si con rayos y truenos.- dijo la menor de los Weasley.
-Puede Ser pero ves como tenía razón.-
-Malfoy eres increíblemente insoportable.-
-Y tu una pobretona indeseable.- dijo este.
-Maldito idiota, deja ya de meterte con migo, eres un ser despreciable.-
-Y tú una criaja insoportable y mimada.-
-Aprendí del mejor.- dijo esta señalándolo a él.
-Mira eres una chica poco atractiva, con pelo totalmente desordenado, sin ninguna curva a la vista, con unos ojos apagados y sin color, además de flacucha.- dijo este.
Ninguno de los dos se había dado cuenta de que habían soltado lo que tenían en las manos y se habían ido acercando.
-Y tu, un chico que no atraería a una mujer de verdad en la vida, solo se fijan en ti las de poco cerebro Malfoy, mira como las que tienen algo de inteligencia no lo hacen.- dijo esta ya estaban muy cerca el uno del otro, y con cada palabra que decían se acercaban más.
-Pues no es que sea muy diferente de ti, pues no he visto a nadie en su sano juicio que se atreva a estar a tu lado Weasley.- dijo su apellido en un susurro ya que sus labios estaban a poca distancia de los de ella.
-Veo que solo coincidimos en eso Malfoy.- dijo esta con el mismo tono que el chico antes.
-Será mejor que me acueste, no puedo seguir soportando verte.- dijo Draco pero en lugar de apartarse termino por hacer desaparecer la distancia que había y la beso, beso que deseaba desde hacía mucho tiempo, beso que le demostró que después de eso no podría apartarse de ella.
Ginny no dudo en aceptar ese beso que él le daba, pues al igual que él lo había deseado muchas veces, y muchas más lo había soñado pero se negaba a aceptar que le gustaba ese arrogante, creído al que ahora le estaba devolviendo el beso como si la vida le fuera en ello.
Draco la cogió por la cintura y la apretó a él, mientras que ella le pasaba las manos por el cuello, se separaron por falta de aire, y en los ojos de los dos brillaba el deseo por el otro, pero no dispuestos a aceptarlo Ginny dijo:
-Creo que te acabas de convertir en uno de esos sin sano juicio.- dijo esta y él le respondió:
-Y tú en una que no tiene más de dos neuronas.- y así se volvieron a besar acercándose a la mesa, Draco la alzó y la subió en esta mientras seguían besándose.
-Debe de haber una tormenta enorme.- dijo Draco separándose un poco de ella para besarla ahora en el cuello.
-Y tú debiste de encontrar esas curvas inexistentes.- dijo esta mientras le devolvía los besos en el cuello al chico.
Los dos se fundieron en una pasión que ya no podían apagar sino estaban juntos, aunque como no estaban dispuestos a aceptar nada, siempre que se separaban lo hacían para decirse cosas que en realidad no sentían.
-Creo que debes estar apunto de vomitar.- dijo Draco cuando la comenzó a tumbar en la mesa y él se empezó a tumbar encima de ella.
-Al igual que tú.- dijo esta mientras le desabrochaba la camisa al chico que le quitaba la camiseta a ella.
Los dos se volvieron a besar, y Draco sonrió al ver que pasaba lo que él más deseaba desde su último año en Howarts, tenía a la menor de los Weasley, hay debajo de él, con las mismas ganas de ser de él como él de ser de ella.
Los dos se volvieron a concentrar en las ropas del otro sin dejar de besarse, al separarse Ginny dijo:
-Después tendré que lavarme por completo.-
-Pues lo haremos juntos.- dijo Draco besándola de nuevo.
-Draco ¿por qué has tardado tanto?-
-Tus barreras siempre estaban en alto.- dijo este y después de eso no volvieron a hablar, más que para decir su nombre en el momento de más desenfreno, después de eso de los labios de ambos salieron las dos palabras que se habían jurado jamás decírselas al otro.
-Te amo.-
Los dos se volvieron a besar, y comenzaron a vestirse, al pasar por el salón para ir a una de las habitaciones para seguir con lo que ambos deseaban, recuperar el tiempo perdido por idiotas se encontraron, con un Ron tumbado en el sillón abrazando a una Luna los dos dormidos, con una sonrisa en los labios.
-Parece que ellos se conforman con solo eso.- dijo Ginny.
-Yo lo siento pero prefiero un poco más.- dijo Draco mientras la cogió de la mano y se la llevo, al subir las escaleras se dirigieron a uno de los cuartos mientras se besaban.
-¿Qué cuarto?- pregunto Draco entre beso y beso.
-El del fondo.- dijo Ginny.
-Dios esto no es justo.- dijo Draco y decidió abrir la primera puerta que encontró, y resulto ser la habitación de Hermione, pero esta no estaba en esta.
-Bueno lo siento por Granger hoy duerme en otro lado.- y cerro la puerta con un hechizo, después la volvió a abrir y dijo:
-¿Cuál es el cuarto de Potter?-
-El de enfrente a este.-
Malfoy sonrió y dijo:
-Lo siento por Granger solo podrá entrar en ese.- y después hizo un hechizo para todas las puertas exceptuando la de Harry y con una sonrisa se giro mientras que Ginny se echaba en la cama para esperarlo
En otro lugar de la casa para ser mas exactos en la habitación de Harry este estaba mirando el retrato de sus padres, había perdido la oportunidad de verlos, no entendía por que lo dejaron cinco años encerrado en ese lugar estaba seguro de que si no hubiera estado allí, nunca podría haber vuelto, y eso no sabía si agradecerlo o no.
Estaba pensando en eso cuando sintió que llamaban a la puerta este la abrió y se encontró con Hermione, que llevaba un camisón muggel que lo que menos hacía era cubrirla, esta estaba un poco sonrojada.
-Harry tengo un problema.- dijo esta.
-Pasa.- dijo Harry cuando recupero el habla.
-Bueno el caso es que me he quedado sin cuarto.- dijo esta.
-¿Qué quieres decir?-
-Que Draco y Ginny están en mí cuarto, y no precisamente hablando.- dijo esta.
-Bueno pues duerme en otro cuarto.- dijo Harry imaginándose lo que estarían haciendo esos dos.
-No puedo, están todas cerradas.- dijo esta.
-¿Y qué hay del salón?- dijo este intentando que no se le notara demasiado que deseaba que hubiera un inconveniente.
-Ron y Luna están en este.- dijo Hermione.
-Baya al parecer, todos se han puesto de acuerdo.- murmuro Harry.
-Bueno pues quédate aquí, yo dormiré en el suelo.-
-No hace falta la cama es bastante grande y además hace mucho frío hoy.- dijo esta.
-Pues no pareciera que lo que tienes es frío, mira como vas.- dijo este ahora fijándose en su mejor amiga.
-Estas tú bueno para hablar, mírate a ti.- dijo esta y Harry se fijo en que estaba en boxers, y no se había dado ni cuenta.
-Yo, esto bueno da igual cada uno duerme como quiere.- dijo este, y se fue a la cama, y se echo en el lado derecho.
Hermione se echo en el lado izquierdo de mala gana, apagaron la luz y se echaron a dormir.
Para Harry eso era algo imposible, pues el sentir a la chica de la que estaba enamorado a su lado, moviéndose sin parar, dando vueltas de un lado para otro, mientras que lo rozaba, con sus piernas cada vez que se movía y haciéndole sentir un millón de cosas con cada roce que ella le hacía.
Y que no dejaba de moverse, Harry se giro para mirarla y le dijo:
-Se puede saber ¿qué te pasa, si no dejas de moverte no puedo dormir.- dijo este.
-Es que no puedo, mi lado de dormir es ese.- dijo esta enfadada.
-¿Y por qué no lo dices, a mi me da igual donde dormir, pero déjame hacerlo.- dijo este.
-A pues si no te importa déjame hay.- dijo esta y comenzó a acercarse para ponerse a ese lado, Harry se incorporó y se dispuso a pasarse para el otro lado, no sabían como habían acabado en esa postura, pero él se encontraba encima de ella con una mano a cada lado de esta, y ella justo debajo de él, los dos se miraron a los ojos, y verde y ámbar se mezclaron de forma inmediata.
Harry trago saliva, pues era la primera vez que la tenía en esa posición, y era imposible no desear quedarse así.
-Hermione, yo…- pero esta no lo dejo seguir.
-Shhhhh.- dijo esta poniéndole un dedo en los labios, y después comenzó a bajar por su barbilla, pasando a su cuello, y por su pecho, en una caricia que hizo que él chico cerrara los ojos y disfrutara de esa caricia.
-No digas nada, solo hazlo.- dijo esta y consiguió que él abriera los ojos, para fijarlos en ella.
Se fue acercando a ella y junto sus labios con los que más había deseado, y los dos comenzaron a besarse, como siempre lo habían deseado, él acarició su mejilla y comenzó a acariciarle el pelo.
Ella siguió con el recorrido del pecho del chico, consiguiendo unos cuantos suspiros de placer del chico, que queriéndole devolverle la misma caricia comenzó a acariciarla a ella con delicadeza y tranquilidad quería disfrutar de cada parte de ella, de toda ella, y saber que ella lo disfrutaba como estaba seguro que él lo haría.
-Hermione, te quiero.- dijo este separándose de sus labios un poco.
-Lo se.- dijo esta y le beso un beso tierno y cargado de deseo.
-Perdóname, se que nunca debí de mentirte pero tienes que entender, que eso era muy importante para mi, yo quería conocerlos, estar con ellos, pero el deseo de volver a tú lado, de estar contigo, era más fuerte mucho más, y confieso, que nunca me abría perdonado el no haber vuelto a tu lado.-
-Tranquilo, no sabes lo feliz que me hiciste al estar aquí, el verte a mi lado, con tus ojos, mirándome como hacía cuatro años nadie lo hacía.-
-¿Y cómo es esa mirada?- pregunto este juguetonamente mientras le besaba el cuello.
-Llena de amor, Harry, igual que la mía ahora.- dijo esta y lo obligo a mirarla para que viera que era cierto.
Los dos se besaron, y en ese momento, se dedicaron el uno al otro, él la recorrió con caricias cargadas de un amor, que nunca confesó por miedo, al rechazo, cargadas de la pasión que guardo para ese momento, cargadas de ilusión, de deseos por cumplir, pero sobre todo de una promesa, la de estar siempre a su lado, y cuidarla por siempre.
La beso, y con cada beso le dijo lo que siempre había cayado, todos los Te amo que nunca había dicho y siempre había deseado decir.
Harry y Hermione se sumergieron los dos en un mundo que solo era de ellos y de nadie más, como tenía que ser (aunque alguien no quiera.), un mundo en el que ni Voldemort, ni las mentiras, ni el miedo, el odio, la desesperación existían, un mundo en el que solo había amor, deseo, pasión, desenfreno, felicidad y ellos dos nada más.
Un mundo en el que no solo ellos se sumergieron si no que Draco y Ginny también habían creado para ellos dos.
Al día siguiente Hermione fue la primera en despertarse, y se encontró que estaba siendo abrazada por alguien se giro para encontrarse con la mirada sonriente de Harry, aunque este estaba dormido, tenía una sonrisa en su rostro, que no dejaba lugar a dudas de que estaba feliz.
Hermione le acarició la mejilla consiguiendo que este abriera los ojos, y su sonrisa se ensanchara más:
-Buenos días.- dijo esta sonriendo.
-Buenos días.- dijo Harry y le dio un beso en la mejilla.
-¿Nos levantamos ya?-
-¿Tenemos que hacerlo?-
-Bueno yo tengo que ir a trabajar.- dijo esta mirando al chico.
-No vale tomate el día libre.-
-No puedo ya lo sabes.- dijo esta y le dio un corto beso en los labios y se dispuso a levantarse, cogió la sabana, pero Harry se levanto y se la quito, mientras la abrazaba y la pegaba a él.
Y ese fue el momento que su querido e inoportuno amigo Ron escogió para entrar a hablar con Harry.
-Oye harry te vas a venir hoy con noso… HERMIONE, POR DIOS.- dijo este cerrando la puerta mientras su cara se ponía del color de su pelo.
Harry cogió lo más rápido que pudo la sabana y se la puso a Hermione alrededor mientras decía el nombre de su amigo:
-Ron, ¿no te enseñaron a llamar a la puerta?-
-Descuida a partir de hoy no se me volverá a olvidar.- dijo este desde el otro lado de la puerta, Hermione se echo a reír mientras se vestía para ir a su cuarto y cambiarse para ir a trabajar.
Después de vestirse todos, bajaron a desayunar, y cuatro de las seis personas estaban muy acaramelados, y eso a Ron y a Luna los dejaban un poco de lado.
Las dos semanas de plazo que Voldemort le había dado estaban a punto de terminar, todas y las noches Harry y Hermione habían dormido (recalco dormido por que eso fue lo que hicieron de verdad) juntos, al día siguiente sería la batalla final mejor dicho la segunda batalla final.
Harry estaba un poco nervioso no sabía que iba a pasar ese día pero deseaba que todo fuera bien, los que asistirían serían, Ron, Hermione, Draco, Ginny, Luna, Neville, Hannah, Sirius, Remus y él por supuesto.
Harry abrazó a Hermione, y se aferro a ella, y le dijo:
-Ten mucho cuidado mañana, por favor.-
-Tranquilo, el que tiene que tener cuidado es el que se enfrente a mi.- dijo esta sonriendo.
