By Tenshi Lain
Notas en tinta azulada:
Los personajes de Yami no Matsuei son de Yoko Matsushita y los de Gravitation de Maki Murakami (aunque en esta parte solo aparecerá Shuichi y como mucho mencionaré a los demás) Todos lo demás son MÍOS XD
¡IMPORTANTE: antes de leer este fic es indispensable leer primero "Por estar contigo" y al menos, los 4 primeros capítulos de "Después del adiós", sino esta última pierde gracia. También es reomendable haber leido el manga al menos hasta el tomo 8.
¡Ah! Esta historia contiene Shonen Ai(chicoxchico) ¿En serio O.o? XD espero que disfrutéis de la tercera parte de mi Crossover.
Cap. 1
Mi nombre es Shuichi Shindo (aunque de un tiempo a esta parte, he empezado a llamarme Shuichi Niwa), mido 1.65 m, mi grupo sanguíneo es A, tengo 20 años, aunque físicamente solo aparento 19 años.
Si, ya sé que no es mucha diferencia, solo un año de nada. Pero ¿Qué pensarías si os dijera que continuaré teniendo el mismo aspecto dentro de 20, 40 u 80 años? Por si alguien lo ha pensado: No, no soy un vampiro... Soy un Shinigami.
Un Shinigami (o mensajero de la muerte) es una persona que tiene un fuerte vínculo con la vida. Cuando le llega la hora del descanso eterno, no lo acepta. Es entonces cuando el organismo llamado "ministerio de los diez reyes", investiga el caso y según lo que vean lo admiten en la plantilla. Un Shinigami es alguien encargado de ir en busca de almas perdidas, investigar sucesos extraños y cosas así.
Desde luego este no era el sueño de mi vida, ni el de nadie... ¿a cuantos niños habéis escuchado decir "De mayor quiero ser Shinigami"? Pues eso... Desde pequeño quería ser músico. Un gran cantante conocido por todos, y en parte lo conseguí. A los 18 años, mi amigo Hiro y yo, firmamos un contrato con N-G Records con el nombre de Bad Luck y por un año fuimos la sensación del panorama musical en Japón. Bueno tal vez exagere un poco... pero lo cierto es que nuestros conciertos siempre estuvieran a rebosar, los discos casi se vendían solos, cada dos por tres se escuchaban nuestras canciones en la radio... Creo yo que cierto éxito si tuvimos ¿verdad?
Fue un año realmente intenso, lleno de toda clase de vivencias y emociones... ¿Quién me hubiera dicho que sería mi último año de vida?
Pero no me arrepiento de nada de lo que hice, es más, si pudiera lo haría todo de nuevo y de la misma forma. Bien pensado, creo que fue el mejor año de mi vida...
Conseguí realizar mi sueño de ser músico junto con mi amigo Hiro.
Conocí a mi ídolo de la adolescencia, Ryuichi Sakuma.
Viví cientos de experiencias divertidas.
Y lo más importante, conocí el amor.
¿Qué que pasó para que todo acabara? El destino. Yo siempre había dicho que cada cual hace su vida y que no hay nada predeterminado... ¡MEEEEC! Error. Tal vez las personas tengamos libre albedrío y todo eso, pero hay una cosa que si está decidida desde que nacemos: el momento de nuestra muerte. Principio y final, alfa y omega... son fechas que van de la mano. Inseparables.
La fecha de mi muerte estaba decidida para él mismo día que daríamos un concierto en una de las salas de conciertos más importantes de Tokio. Un terremoto sacudió violentamente no solo Tokio, sino todo el país. Hubieron cientos de víctimas... El caso es, que el techo de la sala se vino abajo y cayó sobre el escenario. Hasta ahí todo bien, los cascotes me aplastaron y teóricamente tendría que haber muerto a causa de una hemorragia interna... "teóricamente" porque como se dice "Del dicho al hecho hay un trecho" y en la práctica resultó que salí vivo de aquel infierno.
¿Qué pasó¿Qué falló¿Cómo pudo ser? No puedo responder a esas preguntas científicamente (no soy científico y siempre suspendía ciencias en el instituto), además dudo que por ese lado tengan explicación válida.
No morí por la sencilla razón de que me negué a hacerlo. Me aferré a la vida que se me escapaba con uñas y dientes. Ignoré su llamado deliberadamente y permanecí en el mundo de los vivos ¿Por qué lo hice? Por la razón más poderosa desde mi punto de vista: por amor.
Entonces yo estaba saliendo con un hombre maravilloso, Eiri Yuki. Era (bueno aun lo es) novelista, escribía novelas románticas. Nuestro primer encuentro no pudo clasificarse de "romántico", en realidad después de lo que me dijo, lo primero que sentí fueron ganas de arrearle un directo en el centro de la cara. Cualquier otra persona hubiera hecho lo posible por olvidar aquel encuentro y seguir con su vida. Eso hubiera hecho un persona sensata y racional... pero yo nunca lo he sido.
No hacía más que pensar que era un cara por soltarme todo eso sin conocerme siquiera, por despreciar mi trabajo de esa manera y en que le diría si me lo volvía a cruzar. Casi sin darme cuenta, me obsesioné de él tan intensamente, que para cuando quise darme cuenta aquello ya era amor ¿Cuándo cruce la línea? No tengo ni la menor idea y no me importa. Fue lo mejor que me pudo pasar.
Con ese comienzo, era imposible que todo fuera de color rosa. Me costó mucho comenzar una relación con él y una vez establecida, la cosa no cambió tanto. No puedo decir que siempre estuviéramos acaramelados, bueno yo si, pero Yuki no es de esa clase de hombres. Tuvimos nuestros más y nuestro menos, buenos y malos momentos, pero en el fondo los dos nos queríamos.
Jamás he querido a nadie como le he querido a él. Por eso me negué a morir. En aquel entonces, Yuki estaba pasando una mala época. Aunque no lo demostrara, bajo su máscara de hielo su corazón sufría. Yo lo veía, había aprendido a distinguir cada reacción, cada pequeña muestra de dolor o sufrimiento, por mucho que se esforzara por disimular, las veía.
No podía dejarle solo.
Pero mi decisión no vino exenta de consecuencias. Por más que mi espíritu quisiera vivir, mi cuerpo no podía estar en total acuerdo con él. Sufrí agudos y dolorosos ataques. Mi cuerpo se rompía por dentro, pero yo hice todo lo humanamente posible para que nadie se percatara de mi malestar. Nadie debía saberlo, no quería preocupar a nadie. Pero aquella situación al final se hizo insostenible.
Un mes después del terremoto, aparecieron dos misteriosos sujetos. Un nuevo pianista y su representante. Desde el principio me causaron una extraña sensación. No acababan de gustarme, en cierta forma me intimidaban... pero no sabía explicar el por que.
Con el paso de los días, pensé que seguramente eran imaginaciones mías. Eso de que "la primera impresión es la que cuenta" no es del todo cierto. No puedes conocer a alguien solo con haberlo visto una vez. Por esa regla de tres, Yuki y yo tendríamos que habernos odiado desde el principio.
Sin embargo no pude dejar de notar que aquel par en verdad eran extraños. Aunque en un principio no logré concretar que era lo que tanto me desconcertaba, al final lo comprendí. Despedían un aura que me era muy familiar, una sensación conocida que había experimentado una sola vez antes. Mientras me encontraba atrapado bajo los cascotes en la derruida sala de conciertos: la sensación de tener a la muerte al lado.
La última noche que pasé en el mundo, fui al hospital a visitar a Suguru. Había sufrido una recaída y tan pronto como pudimos nos presentamos allí. Sin embargo, todo el trayecto desde la casa de Yuki hasta el hospital tuve un extraño presentimiento que en vez de desvanecerse se fue incrementando. Algo iba a pasar, estaba seguro, algo de suma importancia, aunque no sabía el que.
Estuve dándole vueltas al tema durante todo el tiempo. Desesperándome por no encontrar significado a aquel nerviosismo que me invadía.
Mientras estaba sentado en la sala de espera con Hiro, sentí que pronto conocería el motivo de mi nerviosismo y lo supe en cuanto vi aparecer a Tsuzuki y a Hisoka por la puerta: Se acabó el tiempo para mí.
No hicieron falta palabras, ni gestos. Simplemente lo supe. Ya no podía seguir allí y ellos habían venido a buscarme.
Propuse, casi como quien no quiere la cosa, de colarnos en la habitación de Suguru para visitarlo. Hisoka frunció el ceño como sin aprobar lo que decía, pero entonces me acerqué a él y le dije: "Dejadme despedirme de mis amigos al menos".
Él no pareció sorprenderse por mis palabras (aunque lo cierto es que ese chico sabe ocultar sus emociones tan bien o mejor que Yuki), se limitó a asentir con la cabeza y encabezó al grupo hasta al habitación de Suguru. He de admitir que me sorprendió mucho la forma en la que detectaba si podíamos pasar por un corredor o no. Después me enteré de que es empata y puede percibir los sentimientos de las personas, por eso sabía si había alguien cerca mientras cruzábamos los pasillos del hospital.
Me costó mucho despedirme de Hiro y Suguru, sentía como se me partía el corazón. Agradecí mucho que Tsuzuki los dejara inconscientes, porque de otra forma no sé como hubiera podido salir de allí sin derrumbarme.
De camino a la azotea me explicaron todo lo que ya intuía. Que yo no tenía que seguir vivo, que se había acabado mi tiempo y que habían venido a buscarme.
Me dejé guiar por ellos y justo cuando todo estaba a punto de acabar, apareció Yuki. Me llevé una buena impresión al verle y por un momento flaqueé. Pero saqué fuerzas de a saber donde y me mantuve firme. Sabía perfectamente que tenía que terminar. No podía seguir allí, por más que doliera, tenía que dejarle.
Me tragué las lágrimas y las ganas de abrazarme a Yuki y no soltarle jamás. Fui firme con mis palabras sin mostrar debilidad o duda, aunque por dentro mi corazón gritara de dolor. Usé palabras dulces para decirle adiós y le hice prometer que no haría ninguna locura, como tanto temía que hiciera.
Fue una despedida dura.
Solo había visto llorar a Yuki una vez antes, por culpa de aquel desgraciado que le engañó y traicionó de la peor forma. Y ahora lloraba por mí. Sus lágrimas me dolían como cuchillos candentes que me atravesaban el alma.
Nos despedimos con un último beso y un "te quiero" palabras que Yuki casi nunca pronunciaba. Tsuzuki colocó un conjuro sobre mi pecho y me espíritu salió del cuerpo. Fue algo realmente extraño. No dolió, para ser sincero ni me di cuenta. En un momento estaba frente a Tsuzuki y al siguiente estaba a su lado, contemplando a Yuki abrazado a mi cadáver.
Después de eso, los tres nos desaparecimos.
De lo que sucedió después, apenas recuerdo nada la verdad. Recuerdo haber pasado por varias puertas, pero no que pasó dentro exactamente. Lo que si recuerdo fue cuando una voz grave (ahora sé que se trataba de la voz del Gran Rey Enma) me dijo que yo tenía un fuerte vínculo con el mundo de los vivos. También dijo que tenía un gran poder interno, un espíritu fuerte y un don innato para la magia. Después me preguntó si me interesaría ser Shinigami. Dijo que podía hacer un buen papel, pero también me advirtió que si aceptaba, tendría que olvidar completamente mi anterior vida. No podría acercarme a los que me rodearon en vida, de hacerlo perdería mi condición de Shinigami y seguiría adelante en el camino hacia la reencarnación.
Lo pensé por largo tiempo ¿seguir viviendo sin estar vivo? Era muy contradictorio. Por otra parte, si lo hacía tenía la posibilidad de hacer algo importante. Y además, así podría velar por Yuki. No acerármele, eso me lo habían dejado claro, pero si echarle un ojo desde la lejanía para asegurarme de que cumplía la promesa que me hizo al separarnos.
Con esos pensamientos ocultos en mi corazón, acepté la propuesta. Me hicieron varias pruebas para determinar que tipo de magia era la más adecuada para mí. Yo siempre he odiado los exámenes, pero estos no me parecieron pesados. Me dijeron que tenía una gran talento para detectar e identificar fuentes de energía, que podía ser un buen rastreador. Aunque la invocación no se me daba tan bien, apenas lograba invocar pequeños espíritus, pero que con entrenamiento y práctica lo conseguiría.
A los recién nombrados shinigamis, se les destina a zonas lo más alejadas posibles de su tierra natal. Para evitarles la tentación de regresar a su antiguo hogar y que algún conocido los reconozca. Yo crecí y viví en Tokio, así que me enviaron al área 8, Tohôku. Para evitar más problemas de los necesarios, me cambié el apellido e intenté cambiar mi modo de vestir (aunque aun así algunas de las secretarias se me quedaban mirando como si no supieran cierto lo que veían).
Me emparejaron con Nintaro Otoha, un tipo que lleva casi 40 años como Shinigami. Él me enseña a utilizar la magia de los sellos, a fortalecer mi poder de detección y las invocaciones (aunque con estas últimas no tengo mucho éxito, la verdad). Es un tío curioso, con un humor muy... "particular", fanático del béisbol y las juergas. Por no hablar de cómo pierde los papeles ante una chica guapa. Pero a la hora de trabajar es serio y competente. A veces ni le reconozco.
Ya han pasado cuatro meses desde mi llegada. Lo cierto es que el trabajo de shinigami no es tan "espiritual" como pensé en un principio. Tiene más parecido a un trabajo de oficina de lo que podáis imaginar. Informes, formularios, historiales... Lo más parecido a esos documentos que yo había visto en vida, fue cuando tuve que rellenar la matrícula para el instituto.
Todas las misiones en las que he trabajado hasta el momento no han sido demasiado "activas" como dice Nintaro. Me ha hablado de algunos de sus casos, supongo que para que me haga una idea de cómo puede llegar a empeorar una situación. Y en verdad espero que nunca tenga que enfrentarme a un caso así. Pero en este trabajo todo puede pasar, solo pido que no me pille solo.
La única experiencia que tengo en la recogida de almas, es la mía propia y no puedo verla desde un punto de vista objetivo. Así que como experiencia no me sirve. Pero tengo muy claro que algún día seré yo el que tenga que recoger un alma. Aun no me veo con fuerzas suficientes para arrebatar una vida y dudo que las tenga algún día, pero ese es mi trabajo. El trabajo de un shinigami.
CONTINUARÁ...
¡Y aquí lo tenéis! Espero que no me odiéis mucho por liaros tanto con la historia, pero de verdad merece la pena.
Ahora entenderéis porque Shuichi se cambió el nombre, después de todo era un conocido cantante y no era cuestión que pasara lo mismo que con Elvis XD. Lo del cabello rojo lo cuento en el próximo capítulo y lo de Koe un poco más adelante.
Respondo aquí los reviws del capi cuatro de "Después del adiós"
Reviws:
ESTRELLA DE KALEIDO STAR: No entendí muy bien el reviw (lo siento :P) pero no, ni Tsuzuki ni Shuichi van a perder el apetito (Creo que eso no sucederá nunca XD) Y no tengo intenciones de matar a Yuki (de momento :P)
Kira: Menos mal que no te enfadas. Temía que la gente me apedreara por cortar la historia ;.; Lo de yuki ya se explicará, pero de momento me voy a centrar en Shuichi. para cualquier duda me mandas un reviw.
Lune de Barlon: si, tal vez algo corto pero como dice Arguiñano "Con fundamento" XD Esperoq ue disfurtes este "Before"
Dark-san86: Creo que si entre en esa página (o al menos en la que entré habían un mantón de trabajos previos a Gravi de Murakami-sensei) la verdad es que me inspiré en DNAngel para los nombre de la novia de Yuki y el nuevo apellido de Shuichi. me gusta mucho esa serie (aunque están tardando mucho con el tomo 11 ¬¬) Espero que pronto tengas tu ordenador. Se hacen de querer estos trastos XD
Nabichan Saotome¿no recibiste el mail? bueno no me extraña, no acaba de aclarame con el correo >. Pero ya sabes que si te dejo la historia, espero que no sea mucho problema que haya acabado siendo como una trilogía (¡Como la guerra de las Galaxias! Bueno en principio lo era ahora tiene más partes que Harry Potter XD ¿Cuando sale el 6º T.T?)
Ja ne!
