Mi vida como Shinigami

By Tenshi Lain

Notas en tinta azulada:

Los personajes de Yami no Matsuei son de Yoko Matsushita y los de Gravitation de Maki Murakami (aunque en esta parte solo aparecerá Shuichi y como mucho mencionaré a los demás) Todos lo demás son MÍOS XD

Esta historia contiene Shonen Ai(chicoxchico), además es un Crossover.

Cap. 12

Costó bastante serenar a Nami, pero al final consiguieron que les explicara que había pasado.

- Estabamos charlando junto a los árboles, entonces escuchamos un ruido detrás. Hisoka me dijo que no me moviera y fue a ver que era. Al rato lo escuchamos hablando con alguien y... Koe y yo nos acercamos. Allí había un mujer vestida con un Kimono que cogía por la mano a Hisoka mientras se adentraba en el bosque... - a estas alturas Nami ya lloraba desconsoladamente - Le llamamos, pero no... no nos hizo caso. Entonces la mujer se giró y... y...

- ¿Y que? - insistió Shuichi intentando sonar calmado.

- ¡No tenía cara! - dijo antes de ponerse a llorar en brazos de su hermana.

Los tres shinigamis se miraron, con un brillo de comprensión en sus rostros.

- ¿Dónde está Koe? - preguntó entonces Shuichi.

- Fue tras ellos... - sollozó.

- Hay que llamar a al policía o... - dijo Miwako, se veía que estaba al borde del colapso nervioso.

- Eso no será preciso - dijo Watari.

- ¿Que? - exclamó incrédula - Su hijo acaba de ser secuestrado ¿no va a hacer nada?

- Claro que sí. Para eso hemos venido hasta aquí, pero la policía no puede hacer nada.

- ¿Qué demonios dice? - Miwako estaba claramente contrariada.

- ¿Encontraran a Hisoka? - preguntó Nami secándose las lágrimas.

- Te lo juro - dijo Tsuzuki y antes de que ninguna de las dos pudiera reaccionar, cayeron inconscientes gracias a los conjuros que Tsuzuki puso en ellas.

- ¿Será suficiente para borrarles la memoria? - preguntó Shuichi mientras las recostaba en el sofá.

- De sobras - afirmó Watari -. Ahora las dejaremos en su casa e iremos a buscar a esos dos. Y nadie sabrá que estuvimos aquí.

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Koe se detuvo y respiró hondo mientras se recargaba en un tronco. Maldición... les había perdido el rastro. Solo esperara que los otros la alcanzaran pronto. Ella sola no podría contra ese ser... se estremeció al recordar lo que había sentido al intentar separar a Hisoka de su lado. Nunca había sentido tanta hostilidad dirigida a ella... bueno, sí la había sentido. Pero no era lo mismo que cuando él...

- ¡Koe!

- ¡Shuichi estoy aquí! - llamó dejando de lado sus pensamientos. Al momento llegaron los otros tres.

- ¿Dónde está? - preguntó Tsuzuki casi sin aliento.

- Les perdí el rastro, lo siento. No me di cuenta de su presencia y tampoco pude evitar que se lo llevara.

- Cálmate, enseguida daremos con ellos.

Shuichi cerró los ojos y se concentró. Examinó cada energía, cada rastro abandonado... y finalmente lo encontró. Aquel cúmulo de sentimientos negativos que por poco no habían enloquecido a Hisoka.

- ¡Por aquí! - los tres siguieron a Shuichi corriendo por entre la espesura.

- Lo que no comprendo - dijo de pronto Watari -, es porque se ha presentado ahora. Todos los niños desaparecieron después del atardecer y ahora a penas son las diez de la mañana ¿Por qué ha cambiado su horario?

- Tal vez algo la atrajo... - dijo Shuichi agachándose para evitar una rama baja - pero no sé que pudo ser lo que...

- ¡Hisoka! - exclamó Koe - él la atrajo.

- ¿Por qué lo dices? - preguntó Tuszuki sin bajar el ritmo en su carrera.

- Nami nos comentó que todos los niños antes de desaparecer estaban muy tristes y deprimidos. Y Hisoka lo estaba...

- ¿Por qué? - insistió Tsuzuki desconcertado ¿qué tenía tan triste a su compañero?

- Porque piensa que no sirve para nada. Que anoche os fuisteis a investigar sin él porque en sus condición es un estorbo.

- ¡Pero eso es una tontería! - dijo Watari tropezando con una raíz pero sin llegar a caer.

- Así es como se siente él -dijo llanamente Koe. Mientras seguían la carrera.

Así que por eso Hisoka había estado tan raro por la mañana, pensó Tsuzuki. Tendría que hablar con él más adelante.

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Una suave voz llenaba sus oídos, una dulce nana lo arrullaba en aquel abrazo cálido. Se sentía tan bien... no recordaba cuando fue la última vez que se sintió así...

- Duerme mi niño, duerme en paz... mamá está aquí... no sufras más... que mamá una nana te va a cantar...

Le pesaban los ojos, se sentía cansado y cada vez con más ganas de sumergirse en aquel cálido abrazo. Vagamente se preguntó quien lo abrazaba de forma tan protectora, pero aquella voz parecía ahuyentar sus pensamientos.

- No te esfuerces mi niño... todo va bien - una mano cálida acariciaba su cabeza - mamá está aquí... ya no tienes porque sentirte solo, ni triste... nadie te hará daño... duerme mi niño... duerme...

- Sí... - susurró Hisoka sin abrir los ojos.

El suave fluir de la corriente subterránea, reflejaba aquella dulce escena. Una madre sosteniendo a su pequeño en brazos, mientras este lentamente se dormía con el arrullo de su voz. Sin embargo la realidad era diferente. Al lado de la orilla una criatura que asemejaba una mujer, ataviada con un kimono de corte antiguo apretaba contra su pecho desnudo el cuerpo inconsciente de Hisoka y lentamente lo iba absorbiendo.

- Eso es mi niño... un poco más y seremos uno... y nunca más te sentirás solo...

- ¡Hisoka!

El fuerte grito proveniente de la entrada de la cueva puso en guardia a la No-mujer. Allí estaban aquellos tres seres sobrenaturales, tanto como ella misma, pero de una forma diferente.

Los tres shinigamis quedaron estupefactos ante tal escena. La No-mujer prácticamente había absorbido a Hisoka en su cuerpo, igual que en aquellos grabados que habían visto en el ordenador de Watari.

- Maldita seas ¡suéltalo! - gritó Tsuzuki mientras se lanzaba contra ella, pero fue repelido por una barrera - ¡Hisoka¡Hisoka despierta!

- No nos oye - dijo Watari ayudando a Tsuzuki a levantarse -, está totalmente hechizado.

- No entiendo ¿por qué no reacciona? - murmuró Tsuzuki poniéndose en pie.

- Porque es feliz en esa ilusión... - susurró Koe, aunque todos la oyeron perfectamente.

Todos siguieron la dirección de su mirada y descubrieron el reflejo en el riachuelo. Tsuzuki se sorprendió ante la expresión serena de su compañero. Sintió como algo pasaba por su lado a toda velocidad y vio a Shuichi corriendo hacia el agua.

- ¡Koe prepárate!

- ¡Voy!

- ¿Pero que vais ha...? - antes de que Watari pudiera acabar la pregunta, Shuichi se lanzó al agua cerca de donde estaba la ilusión. Las ondas y la salpicadura que provocó distorsionaron la imagen. Koe aprovechó para arremolinar la turbia superficie de forma que la imagen se disolvió y el conjuro se rompió.

La No-mujer exclamó un doloroso alarido y el cuerpo de Hisoka salió de su interior. El chico calló de espaldas sobre el frío suelo mientras tosía intentando recuperar el aliento.

- Hisoka - la cara de alivio de Tsuzuki era indescriptible - ¿estás bien?

- Si... - dijo débilmente.

- Buen trabajo - felicitó Watari a Shuichi mientras el pelirrojo salía del agua con ayuda de Koe.

- No... ¿por qué...? - se lamentaba la No-mujer acurrucada en el suelo - mi niño... ¿por qué me rechazas...? Hijo mío...

- Tu no eres mi madre - dijo Hisoka con tono neutro. No había rabia en su voz, ni asco, nada... tan solo sus ojos reflejaban tristeza - y yo no quiero vivir en una ilusión mientras me consumes.

- No...

La No-mujer se internó en un recodo de la cueva mientras seguía llorando de forma desgarradora.

- Hay que sellarla - dijo Tsuzuki poniéndose en pie y sacando un puñado de sellos de su bolsillo. Pero la pequeña mano de Hisoka lo detuvo.

- Yo me hago cargo - dijo con tono firme.

- ¿Estás seguro?

- Sí.

Hisoka fue hasta la criatura, le dedicó una profunda mirada y recitó el conjuro que la sellaría. La No-mujer no hizo ademán de moverse, se quedó quieta mientras Hisoka la dejaba encerrada en su nueva prisión. Sin embargo el chico hizo algo más antes de dar por finalizado el conjuro.

Al terminar, el recodo estaba tapiado por una barrera de piedra y una cinta con varios conjuros.

- Ya está... - susurró Hisoka antes de caer desmayado en brazos de Tsuzuki.

- Has hecho un buen trabajo Hisoka - dijo con una tierna sonrisa mientras se encaminaban hacia el exterior.

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- Muy bien, repasemos el informe - decía Tatsumi mientras pasaba hacia delante las hojas de la carpeta que tenía entre manos -. Hace aproximadamente un año, el sello que aprisionaba a la No-mujer se quebró cuando un autobús lleno de niños se salió de la carretera. Posiblemente el sello ya estaba algo desgastado por el paso del tiempo y el accidente acabó de romperlo. La No-mujer quedó libre. Fue atraída por el dolor que sentían los habitantes del pueblo ante la perdida de los niños. La gruta en la que la encontrasteis, pasa directamente por debajo del pueblo, así que ese era un lugar idóneo para ella. Sus víctimas eran principalmente niños que provenían de un entorno difícil, en el que eran poco apreciados o incluso odiados, muchos de ellos eran rechazados por ser "diferentes" (es decir por sus poderes). La No-mujer los atraía con la ilusión de una madre cariñosa que los quería y mientras los tenía hipnotizados, iba devorando sus cuerpos y almas.

- Exactamente - dijo Watari frotándose los ojos con cansancio -. Lamentablemente es imposible recuperar las almas de los niños a los que absorbió.

- Pero al menos hemos impedido que continúe - destacó Shuichi -. Le hemos dado el nuevo emplazamiento de la zona sellada a los de la sección de regulación. A partir de ahora tendrán más cuidado con las revisiones periódicas.

- Muy bien -dijo Tatsumi cerrando la carpeta -, creo que con esto podemos cerrar el caso - dijo poniendo un sello en la carpeta -. Por cierto ¿Cómo está Hisoka?

- Está en la enfermería. No es que esté grave, pero quiero mantenerlo en observación. Invocar un sello de esas características es agotador y en su estado...

- Si vuelves a mencionar eso, Hisoka te dará una colleja - dijo Koe dándole un leve tirón en la coleta.

- Ya sé, ya se...

- Watari... ¿exactamente que tipo de sello hizo Hisoka? - preguntó Shuichi. Seguía sin dominar del todo el tema de los sellos y conjuros.

- Uno de reclusión e hibernación.

- Pero yo creía que los de reclusión ya hacían que el ser atrapado durmieran.

- En realidad solo hacen que siempre tengan sueño, pero pueden permanecer despiertos en su encierro.

- ¿Estas diciendo que la no-mujer estuvo despierta parte de los 500 años que estuvo atrapada? - Shuichi estaba asombrado y horrorizado.

- Eso es cruel... - recriminó Koe.

- Lo sabemos -intervino Tatsumi -, pero los responsables en aquel entonces la sellaron con la idea de reforzarlo después, sin embargo no lo hicieron.

- Entonces... - intervino Koe tras unos segundos de silencio - ¿Hisoka sabía que no-mujer había estado despierta y por eso añadió el segundo conjuro?

Nadie supo que contestar.

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El cielo azul del medio día parecía brillar de manera especial aquel día, seguramente fuera porque era uno de los pocos días cálidos que quedaban antes de que empezara el frío invierno.

Hisoka estaba sentado en la hierba con un pesado volumen en sus piernas.

- Creía que aun no podías salir de la enfermería - dijo una voz sonando falsamente a regañina.

- Me agobia estar encerrado entre las mismas cuatro paredes - contestó sin levantar la vista de su lectura. Notó como Tsuzuki se sentaba a su lado, pero no dijo nada.

Permanecieron así varios minutos, hasta que Hisoka terminó el capítulo y tras poner la señal, cerró el libro.

- ¿Qué querías? - le preguntó mirándolo por primera vez.

- Solo he venido a ver como estabas - le sonrió.

- Estoy bien, pero Watari no me deja salir de la enfermería - dijo con tono de fastidio. Era injusta la decisión del rubio doctor.

- ¿De verdad piensas que eres un estorbo para nosotros? - preguntó de golpe Tsuzuki, los rodeos eran una perdida de tiempo. Hisoka abrió un poco los ojos por la sorpresa, pero enseguida regresó a su usual mascara de indiferencia

- Koe es una bocazas - murmuró molesto por la facilidad con la que la pequeña ente se iba de la lengua.

- Estabas inconsciente y tremendamente debilitado después de semejante choque. No podíamos permitir...

- Ya lo sé... no soy más que una carga. Lo siento - dijo molesto poniéndose en pie y dándole la espalda -, supongo que tendría que haber cogido la baja hasta recuperar mi apariencia normal.

- No eres eso y lo sabes - dijo Tsuzuki cogiéndole de la mano y dándole la vuelta para que se miraran a la cara -. Simplemente nos preocupamos por ti.

Hisoka no dijo nada, precisamente no quería eso... no era ningún niño desvalido que necesitaba estar protegido a toda hora. Él quería ser fuerte, demostrar que podía ser protector además de protegido.

- Hay algo más que quería preguntarte - dijo Tsuzuki sin apartar los ojos de aquellas esmeraldas que ahora se veían un tanto nubladas - ¿Por qué permitiste que te alcanzara? No creo que la No-mujer te pudiera atrapar tan fácilmente... a menos que lo permitieras.

- Lo cierto es que me pilló por sorpresa... - susurró bajando la vista, parecía que le daba vergüenza - fue tan extraño verla así...

- ¿Verla¿a quien¿cómo? - preguntó desconcertado.

- A mi madre... - dijo fijando la vista en el infinito. Tsuzuki parpadeó sorprendido ante tal noticia -. La forma en que la No-mujer atraía a los niños era mostrándoles una imagen idealizada de sus madres. Una madre cariñosa que los quería por encima de todo y que les prometía estar siempre con ellos, cuidándolos. Todos los niños desean ser queridos...

- Por eso no opusiste resistencia... - Hisoka suspiró hondo y sin mirar a su compañero contestó.

- Aunque fuera solo una vez... quería verla siendo amable conmigo, aunque fuera mentira. Solo una vez... Volver a tener esta apariencia me ha hecho recordar muchas cosas... algunas pensaba que las había olvidado y de otras me avergüenzo, pero... - su voz se quebró y le fue imposible continuar.

Los brazos de Tsuzuki lo abrazaron por la espalda y su voz dijo con dulzura.

- Entiendo.

Permanecieron quietos y callados, hasta que las lágrimas que habían escapado de los ojos de Hisoka se secaron. Tuszuki en ningún momento lo miró a la cara y Hisoka se lo agradeció desde el fondo de su corazón.

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- ¡Hisoka¡Hisoka¡Hisoka!... - la puerta se abrió de golpe y una figura indeterminada entró levantando aire a su paso.

- Maldita mocosa ¡ve con cuidado! - le gritó Terazuma mientras recogía todos los documentos que hasta hacía un momento habían estado perfectamente ordenados sobre la mesa.

- Ay, que gruñón - se burló Koe flotando por encima del escritorio del rubio.

- ¿Querías algo Koe? - preguntó Hisoka intentando ignorar el sentimiento de odio que desprendía el ex detective.

- ¡Ah si! - dijo alegre dando una palmada - acabamos de recibir una carta de la mansión de las velas: la belladona ya está lista.

- Eso es genial - dijo Tsuzuki sonriendo a su compañero.

- Pero había algo más en la nota... - dijo Koe despacio, como eligiendo con cuidado las palabras.

- ¿El qué?

- Una petición... - Koe miró a Tsuzuki y dijo - el Conde quiere que vayas tu en persona a recogerla.

- Me lo temía -dijo Tsuzuki agachando la cabeza mientras un aura oscura lo rodeaba. Koe le dio una palmadita en la espalda para reconfortarlo -. En fin, cuanto antes vaya antes volveré...

- Tsuzuki... - llamó Hisoka desde su asiento.

- Tranquilo, enseguida vuelvo. Cúbreme con Tatsumi - y tras guiñarle un ojo salió del despacho.

- ¿Tan malo es el conde con él? - preguntó inocentemente Koe.

- No es exactamente malo, pero... - intentó explicar Wakaba.

- Lo que pasa es que le Conde es un salido.

- ¡Hajime no seas bruto! - dijo indignada Wakaba ante el poco tacto de su compañero.

- Oye, tengo que hablar contigo - le dijo Hisoka a Koe mientras Wakaba y Terazuma se gritaban.

- Claro.

Los dos pequeños salieron del despacho y fueron a la cafetería. Una vez sentados Hisoka encaró a la pequeña.

- ¿Por qué le dijiste a Tsuzuki lo que te confié en la cabaña? - por su tono de voz estaba claro que Hisoka estaba molesto.

- ¿y por que no? Solo le conté como te sentías para que te entendiera...

- Pero yo...

- Tú me lo contaste porque necesitabas desahogarte y no te atreves a abrirte así a Tsuzuki - sonrió al ver a Hisoka colorado -. No te calientes más la cabeza. Dentro de poco volverás a ser tú mismo ¿no?

- Si - dijo Hisoka mansamente.

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Esa misma tarde Watari ya tenía lista la poción. Tsuzuki había regresado de la mansión de las velas rechinando los dientes y murmurando maldiciones contra el Conde y sus "manos largas".

Shuichi observaba fascinado los matices que iba adoptando la poción dentro del tuvo de ensayo. Le recordaba a las prácticas de química que había hecho en el colegio. Claro que siempre era Hiro quien preparaba los ingredientes y los mezclaba, él se limitaba a anotar las reacciones del líquido. Después de hacer explotar un experimento, el profesor no le permitió hacer otra cosa.

- Un paso atrás Shuichi - dijo Watari mientras echaba con sumo cuidado unas gotas más. La poción dio un leve estallido y adoptó un curioso color rojizo - ¡Ya está! Vamos a dársela al chaval.

Encontraron a Hisoka en la sala de reuniones siendo acosado por Wakaba.

- Vamos Hisoka... solo una... - pedía ella con ojitos grandes.

- No pienso ponerme más ropa de esa. Estoy hasta las narices de los conejitos y gatitos sonrientes.

- Pero será la última vez que te lo pongas. Será un recuerdo - intentaba convencerle Tsuzuki.

- Yo no quiero recordar esto. No te pongas de su parte - dijo fríamente, entonces vio a Watari y a Shuichi en la puerta - ¿Es el antídoto?

- Recién salido del laboratorio - anunció Watari.

Hisoka cogió el frasco, pero en vez de tomárselo enseguida se fue hacia los vestidores.

- ¿Pero no tenías tanta prisa? - preguntó Shuichi.

- Primero tengo que ponerme la otra ropa. Esta es demasiado pequeña - dijo llanamente saliendo de allí.

Watari se echó a reír, mientras Tsuzuki se ponía colorado.

- ¿Qué pasa? - preguntó Koe sorprendida por el arranque del científico.

- Pues resulta que cuando nosotros nos encogimos - explicó el rubio entre risas -, Tsuzuki tenía tanta prisa por recuperar su verdadero aspecto que se tomó la poción sin cambiarse de ropa.

- Y la reventó toda - dijo Terazuma divertido. Wakaba se puso rojo tomate.

- Al menos ya se lo que sientes cuando "negrito" te controla - dijo Tsuzuki mordazmente.

- ¿Buscas pelea! - le gritó Terazuma herido en su orgullo.

- ¡Cuando quieras! - replicó el de ojos violetas dispuesto a enzarzarse en una de sus peleas.

- ¡Basta los dos! - intervino la voz de Hisoka en su habitual tono autoritario.
Y allí en la puerta estaba Hisoka con su aspecto de siempre y cara de mal genio ante el comportamiento de aquellos dos.

- ¡Funcionó! - exclamó Koe con una gran sonrisa.

- Por supuesto ¡soy el mejor! - rió Watari mientras Hisoka amenazaba a los otros dos shinigamais para que dejaran de discutir.

CONTINUARÁ...

OHAYO!

Ya hemos completado la docena de capis Jejeje...

Antes que nada, no soy Tenshi Lain, sino su hermana Neko-chan. Ella no puede actualizar esta semana así que lo hago yo meuuuu n.n

Ah! Una cosa. La No-mujer, la sacó de los cómics de Inu-Yasha, es que se le olvidó ponerlo en los anteriores (porque tiene la cabeza sobre los hombros que si no...)

Agradecemos los reviws de: Elanor Blackriver, Dark-san86, hikaru yuy y AISHITERU-SHUICHI

Ja Ne!